logo
  • http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20
    • dc:title = "ACTIVIDADES SUBVERSIVAS DE GRUPOS ULTRAIZQUIERDA."^^xsd:string
    • bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560
    • bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp282
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp263
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp245
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp239
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp248
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp260
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp242
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds32
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp214
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds27
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp265
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp262
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds24
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp281
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds31
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds21
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp284
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp247
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp241
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp244
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds26
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds29
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds23
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp267
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp261
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp264
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp246
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds30
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp283
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp259
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp243
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp266
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp238
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-sp240
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds28
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds22
    • bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588560/seccion/akn588560-po1-ds3-ds20-ds25
    • rdf:value = " El señor PALMA (Presidente).- De manera que recabaré el asentimiento de la Sala para los efectos de reproducir la cinta magnetofónica a que se refirió el Honorable señor García. En votación. (Durante la votación). El señor CONTRERAS.- Señor Presidente, durante esta sesión ha habido muchas novedades. No comprendo por qué las consultas que formulamos los Senadores de estas bancas producen hilaridad en algunos Honorables colegas. Como el señor Presidente lo ha dicho, a raíz de la consulta planteada por el Honorable señor Luengo, debe aceptarse lo que nos brinda el avance tecnológico tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Todo es permitido en esta sentido. Por eso, ya que hay mayoría para ello, en esta oportunidad se reproducirá en este recinto una cinta magnetofónica, tal como hace un momento se exhibieron armas de fuego. Creo que desde este momento, todo, absolutamente todo, queda permitido en esta Corporación. En consecuencia, no reclamemos mañana si dentro de este recinto se producen hechos desagradables. Entiendo que no hay ninguna disposición reglamentaria que permita exhibir en el Senado armas de fuego y municiones para ellas. Aquí tocios han dicho querer contribuir al esclarecimiento de hechos que corresponden a métodos empleados últimamente que muchos de nosotros no compartimos. Durante el curso de esta discusión se han proporcionado diversos antecedentes. Se mostró una caja de cartón que en un tiempo estuvo destinada a guardar medias nailon, ahora usada para guardar unos folletines, seguramente repartidos al semanal, sin firma responsable. Se trata, simplemente, de un documento hecho a roneo -no sé por quién-, al que deberíamos dar crédito y tener como auténtico sólo porque un respetable señor Senador lo ha traído a este recinto. Y para la opinión pública, los argumentos que se dan en el Senado deben ser serios. El señor MORENO.- ¡Ahora van a obtener personalidad jurídica los violentistas! El señor PALMA (Presidente).- Ruego a Su Señoría no interrumpir. Está con la palabra el Honorable señor Contreras. El señor CONTRERAS.- El Honorable señor Moreno no es mi patrón como para venir a llamarme la atención en cuanto a la forma en que yo debo expresarme en el Senado. Su Señoría tiene derecho a intervenir con posterioridad. Respete mi derecho, tal como yo he respetado el suyo. No porque el señor Senador sea profesional puede venir a prohibirme decir algo, o a indicarme qué debo decir. No fue Su Señoría quien me eligió Senador; fue el pueblo, y limpiamente, sin gastar yo un solo centavo. Creo que es una falta de respeto para con los Senadores de estas bancas que se interrumpan nuestras intervenciones. Aquí hay dos señores Senadores que se creen dueños de la Corporación. Yo no soy inquilino de nadie, de modo que pido que se respete mi derecho a expresar mis ideas. El señor PALMA (Presidente).- Ha terminado su tiempo, señor Senador, ¿Cómo vota Su Señoría? El señor CONTRERAS.- No tengo inconveniente en que se den a conocer estos antecedentes. Yo no pretendo ocultar nada. Aquí hay señores Senadores que se jactan de ser gente responsable; pero estimo que los antecedentes que se han dado son poco serios. No creo que nosotros, que formamos lo que se llama la Cámara Revisora, a quienes nos denominan los padres conscriptos, debamos aceptar que en esta sesión, destinada a contribuir al esclarecimiento de ciertos hechos, se traiga a colación cualquier clase de panfletos. Voto que sí. El señor LUENGO.- Señor Presidente, la sola circunstancia de que Su Señoría haya sometido a la consideración de la Sala la indicación para oír la cinta magnetofónica que trajo el Honorable señor García, demuestra que yo tenía la razón al plantear a la Mesa algunas dudas de carácter reglamentario sobre la materia. Digo esto, ya que algunos Honorables colegas-entre los cuales hay Senadores que han integrado la Mesa de la Corporación- estimaron que la consulta no debió hacerse, ni menos por el Senador que habla, por el hecho de haber también formado parte de la Mesa durante algún tiempo. Pienso que el Senado debe emplear los avances tecnológicos a que se refería el señor Presidente. Pero debemos hacerlo de acuerdo con nuestro Reglamento, porque él es una ley que nos hemos dado para los efectos de nuestras relaciones en esta Sala. Y si el Reglamento tiene vacíos o es incompleto, debemos procurar llenar esos vacíos o completarlo, de modo que sirva efectivamente para los fines con que se dictó. Tampoco me opondré a que se escuche esta cinta magnetofónica. Pero sí me interesa, tanto en esta materia como en cualquiera otra, que dejemos una constancia expresa de cuál es la manera de proceder para los casos semejantes que se produzcan. Porque a mí me interesa que las reglas -lo he dicho muchas veces, y lo seguiré repitiendo- sean las mismas tanto cuando uno está en un lado como cuando está en el otro; no que cuando haya una mayoría determinada el Reglamento se aplique conforme a esa mayoría, y cuando haya otra mayoría se aplique de manera distinta. Creo que ésta es la única forma de poder entendernos en una verdadera democracia. Más adelante tendré ocasión de referirme a muchas de las materias que se han tocado en esta sesión especial a que se convocó a la Corporación, a este show que hemos visto esta noche. Porque éste ha sido un verdadero show, como seguramente lo será la sesión del próximo jueves y otras que se convoquen en el futuro. Tendremos ocasión de mencionar algunos otros actos -empleo la palabra en el sentido que se le da en el teatro- que se han desarrollado en otras oportunidades, con protagonistas muy distintos de les que están sien- dolo hoy. Deseo reiterar -y en esto reclamo justicia de parte de los Honorables colegas que hoy forman la gran mayoría del Senado-, que debemos establecer reglas claras, aplicables para unos y para otros. Por eso denantes consultaba a la Mesa si, en una sesión especial como ésta, por la simple petición de un Senador, se podía acordar el envío de oficios a determinadas autoridades. El problema me lo aclaró el señor Presidente en una conversación particular, después de levantarse la sesión. No por el hecho de haber formado parte de la Mesa en una oportunidad estoy obligado a saberme de memoria el Reglamento. En un momento determinado puedo verme obligado a formular consultas de esta naturaleza. Por algo el Reglamento permite al Secretario de la Corporación proporcionarnos las informaciones reglamentarias que le solicitemos, y por algo este funcionario está permanentemente asesorando al Presidente de la Corporación: porque éste no tiene la obligación de saberse el Reglamento de memoria. Por eso, quisiera solicitar a los Honorables colegas que forman la mayoría, que tengan un poco más de respeto por quienes somos minoría, que nos escuchen cuando hagamos algunos planteamientos, particularmente cuando formulemos consultas reglamentarias, porque puede ser que ellas, una vez aclaradas, los favorezcan si el día de mañana son minoría. Para terminar mis observaciones, hago presente que tampoco me opondré a que se reproduzca esta cinta magnetofónica, sin perjuicio, lógicamente, de que tenga dudas respecto de si ella ha sido verdaderamente tomada de una conversación de las personas a quienes se imputa. El señor REYES.- Señor Presidente, en primer término, aunque hayan sido anormales diversos hechos que se han producido en esta sesión, no podemos aceptar que se la califique de show. Por el contrario, pensamos que ese calificativo podría aplicarse a las actuaciones de quienes tienen el deber de relatar fielmente los hechos acaecidos en el país en los últimos días. En segundo lugar, considerando que los señores Senadores de Gobierno ya están llanos a escuchar la cinta magnetofónica en referencia, también somos partidarios de hacerlo, en el entendido de que de ninguna manera le atribuimos, por la sola circunstancia de que se escuche en la Sala, la calidad de instrumento probatorio, porque esto deberán determinarlo con posterioridad los organismos competentes. El señor VALENZUELA.- A mi juicio, una cinta magnetofónica tiene similitud con cualquier documento escrito que se lea en el Senado. Tal como expresó el señor Presidente, la existencia de cintas magnetofónicas y de aparatos para reproducirlas significa un avance en el campo científico y tecnológico. Por eso estoy de acuerdo en que se reproduzca en la Sala la cinta que trajo el Honorable señor García. Por otra parte, debo expresar que cuando los Senadores democratacristianos estimamos conveniente citar a esta sesión especial, lo hicimos con un propósito muy claro -el Honorable señor Moreno lo hizo presente en varias oportunidades durante su intervención-, cual es el de dar a conocer claramente nuestra posición de afianzamiento del régimen democrático en Chile. Y me extraña profundamente que en momentos en que analizamos una materia de esta índole y señalamos con algunas pruebas que en Chile se intenta violentar el sistema democrático -se habló inclusive del Movimiento 16 de Julio, que consignaría en su plan de acción el asesinato de Su Excelencia el Presidente de la República-, haya Senadores de Gobierno, del Gobierno del señor Allende, que se molesten por lo que se dice, que parecieran tratar de tender una cortina de humo sobre lo sucedido, con el objeto de que no se investigue a fondo un hecho que va en contra de ellos mismos y, naturalmente, del país entero; porque, de llegar a concretarse las intenciones de estos elementos violentistas de ultraizquierda, se produciría el caos. En esta forma hemos planteado el problema: como lo hemos señalado esta noche. Ese ha sido nuestro espíritu. Por eso, con motivo de votarse la petición del Honorable señor García para escuchar esta cinta magnetofónica, he querido manifestar mi extrañeza por el hecho de que los Senadores de la Unidad Popular hayan asumido una actitud de esta naturaleza, que no corresponde a la de parlamentarios de Gobierno, que debieran estar en la posición que hemos tomado los democratacristianos y otros sectores de la Corporación, o sea en defensa de la institucionalidad, que es la que ampara al Gobierno presidido por Salvador Allende. Voto por la afirmativa. El señor BULNES SANFUENTES.- Aprovecharé el tiempo que me corresponde para fundar el voto sólo para felicitar a mi Honorable colega el señor Luengo por haber llamado la atención hacia el hecho de que en esta sesión se ha realizado un show. En realidad, asistimos a un show; pero fue en la primera parte de esta sesión, cuando concurrió aquí el Ministro subrogante del Interior a tratar problemas serios, a hacer una exposición que debía satisfacer la profunda alarma pública existente de norte a sur del país frente a los hechos de violencia que se han producido últimamente. Pero el Ministro llegó aquí y dijo que él no podía participar en el debate, que no podía aceptar interrupciones y que debía hablar muy rápidamente, pues esta noche tenía un compromiso diplomático. Estimo que hay cierta jerarquía en los deberes de los hombres, y me parece que asistir a la comida número 257 de los últimos 365 días, o a la recepción número tanto, tiene, evidentemente, menos importancia que concurrir a dar cuenta al Senado y a la opinión pública de lo que está sucediendo en el país y que tiene alarmada a toda la población. Pienso que hasta el más frivolo de los embajadores acreditados en Chile habría comprendido que el Ministro del Interior llegara a la recepción o a la comida a las 11 o a 12 de la noche, en lugar de la hora fijada, dado que el atraso se habría debido no al cumplimiento de una obligación de carácter social, sino de carácter político y casi diría histórico, con toda la opinión pública chilena. El señor LUENGO.- Pero Su Señoría estuvo de acuerdo en suspender la sesión para comer. El señor BULNES SANFUENTES.- Yo no estuve de acuerdo en nada. No tuve oportunidad de decir esto en presencia del señor Ministro del Interior, porque prácticamente él saltaba de su asiento para ir a cumplir su compromiso diplomático. Empezamos a oír una exposición, que al principio era interesante. Era la exposición de un profesor de filosofía que se dirige a un alumnado universitario. Y emitió algunos conceptos, que no comparto, pero que estaban bien dichos y eran profundos. Lo oíamos con atención. Pero llegó el momento de referirse al tema, de hablar sobre los grupos violentistas en Chile. Y entonces el señor Ministro ya no se dirigió a un auditorio universitario, sino a alumnos de tercera preparatoria, y nos vino a contar a los Senadores que había dos grupos violentistas en Chile -omitió por completo mencionar a los más importantes, como el MIR, por ejemplo-; pero agregó que esos grupos no tenían finalidad política alguna, sino que eran simples delincuentes comunes. Señaló que la organización que se ha descubierto recientemente, donde aparecen comprometidos el Presidente del Banco Español, designado por el actual Gobierno; un ex Director de Ferrocarriles, en su oportunidad también designado por este Gobierno, junto a otros funcionarios públicos y algunos miembros del Comité Central del Partido Socialista -según dice la prensa de hoy, fueron expulsados de esta colectividad por su participación en este grupo-, no tenía ninguna finalidad política, sino que se trataba de simples delincuentes comunes, de rateros, de ladrones. Eso fue un show. A mi juicio, además fue una falta de respeto hacia el Senado. En cambio, lo que han hecho los Honorables señores Moreno y García es precisamente tratar el tema en serio. No hacer show, sino traer antecedentes. Los que aportó el Honorable señor Moreno son bastante convincentes y coinciden con las informaciones que hemos recibido en los últimos tiempos. Por su parte, el Honorable señor García trae una cinta magnetofónica y, según nos ha anunciado, escucharemos en ella un diálogo entre el Director General de Investigaciones con el asesino del obrero. Eso no es show. Eso es dar pruebas, es poner el dedo en la llaga, es denunciar y atacar el clima de violencia que este Gobierno ampara. Voto por la afirmativa. El señor CHADWICK.- Creo que el señor Ministro del Interior tendrá oportunidad de contestar al Honorable señor Bulnes y habrá de poner las cosas en su lugar. (Espero que demuestre que 'realmente tenía otros deberes públicos que cumplir que lo obligaron a abandonar esta sesión. Ahora deseo referirme a la materia que se está votando. Hay algo que el Honorable señor García no puede ignorar, porque es abogado procesalista: que la cinta magnetofónica es un instrumento de prueba especialmente dudoso. Sin embargo, él vino aquí a poner una parte del show. Recordaré al Honorable Senado un hecho que está en conocimiento de toda persona medianamente culta. En una elección general en la República Federal Alemana se* hizo el experimento de hacer hablar al Canciller, mediante el truco de arreglar una cinta magnetofónica, haciendo la apología de la Oposición. ¿Qué garantías tiene el Honorable señor García de que esta cinta no esté arreglada? ¿Por qué viene al Senado a dar este golpe de espectacularidad, tal como lo hacía el Honorable señor Moreno con su cajita, con la pistola, con las balas y con los panfletos anónimos? En el fondo, aquí se está creando un show miserable, que está al servicio de una conspiración internacional. Así como se pidió dirigir un oficio a la Corte Suprema para averiguar determinados hechos policiales, yo solicito que se le dirija otro a fin de establecer qué antecedentes se pueden comprobar de lo que desde los Estados Unidos hace la I.T.T., que tiene conexiones con partidos de la Oposición. El señor AGUIRRE DOOLAN.- ¿Cuáles partidos? Es muy grave lo que está diciendo Su Señoría. El señor CHADWICK.- Se lo demostraré inmediatamente, señor Senador. Hace poco hubo una elección en La Serena, y el comandante de la plaza recibió la denuncia responsable de que se pensaba asesinar al señor Zaldívar, a fin de crear un clima de alarma. Esta alarma la está creando día a día esa gallina clueca que es El Mercurio. No hay hecho policial que ese diario no trate de vincular de alguna manera con la situación política. Y no se extrañen tanto los Senadores democratacristianos por la referencia que hago a El Mercurio. Recuerdo que hace algunos años pasé por la Alameda y vi un cartel que decía: El Mercurio miente. ¿Quién puso ese cartel? La Juventud Demócrata Cristiana, que dominaba la Universidad Católica. Entonces, no se vengan a alarmar Sus Señorías de que usemos términos despectivos para este órgano que tiene ganado un prestigio entre los mediocres, entre los esclavos que no quieren pensar independientemente y que están al servicio de una conspiración internacional que conoce el mundo entero. Votaré favorablemente, a fin de que escuchemos esta cinta magnetofónica. Pero, como Senador responsable, advierto a esta Corporación que no hay medio de prueba más dudoso, más repugnante para cualquier espíritu serio, que el que nos ha traído el Honorable señor García. Mediante trucos conocidos, se puede intercalar toda clase de frases en las grabaciones. En consecuencia, si la CIA cree haber descubierto esta manera de impresionar en Chile, debe saber que estamos al tanto de estos procedimientos, y que sus intentos no van a prosperar. Voto que sí, con las advertencias señaladas. La señora CARRERA.- Estoy de acuerdo en que, en muchos casos, los adelantos de la ciencia se pongan al servicio de la política. Pero, en cuanto a adelantos de esta naturaleza, todos sabemos que hay instrumentos bastante difíciles de manejar, entre otros la interceptación de teléfonos. Al respecto, deseo recordar que los aparatos telefónicos de esta Corporación estuvieron interceptados durante algún tiempo. Aquí tengo la información del caso. Fue descubierto un aparato extraño en uno de los más altos lugares de este Congreso, que tenía que ver con los teléfonos. Se planteó, además, la denuncia de varios señores Senadores que, al levantar sus fonos, oyeron cintas con las grabaciones de conversaciones que habían sostenido momentos antes. Entre ellos estaba el Honorable señor Tarud. En mi oficina también sucedió. Se formularon las denuncias correspondientes a la policía. En ese tiempo era Director de Investigaciones el señor Jaspard da Fonseca, quien, ante la denuncia hecha en forma responsable y con testigos por la Senadora que habla, envió a un abogado del Servicio para explicarme que Investigaciones no tenía interceptado ningún teléfono, que eso no correspondía a un trabajo de esa repartición. En consecuencia, sólo quedaba una posibilidad: que los teléfonos estuviesen interceptados por la CIA, la Central de Inteligencia Americana. No había otra. Sólo podía ser la CIA, porque todos sabemos, como hemos podido leerlo en los documentos publicados hace algún tiempo, que ella tiene íntima conexión con la I.T.T., la que, a su vez, las tiene con destacados políticos de este país, cuyos nombres hemos conocido a través de denuncias hechas no en Chile, sino en Estados Unidos. Pues bien, respecto de la cinta que ha traído el Honorable señor García, sólo hay dos alternativas: o es falsa o es verdadera. No puedo atribuir al Honorable señor García tal calidad como para traer esta grabación al Senado sabiendo que sea falsa. No lo creo aún de esa condición. Pero puede ser falsa, porque mediante la técnica se puede hacer cualquier cosa con una cinta grabada. Pero si es auténtica, sólo hay un medio técnico para haberla logrado. Y ahí están la CIA, los espías. El espionaje está apto para este tipo de trabajos. Y el Honorable señor García, al traer al Senado esta grabación, está legitimando el espionaje y la interceptación de teléfonos. Seguramente el señor Senador piensa que ésta es una forma adecuada de trabajo político, con la que yo no estoy de acuerdo. Es interesante anotar que aquí el Partido Nacional, y ese señor que dice ser profesor de derecho de la universidad, legitiman la interceptación de teléfonos en conversaciones privadas. Si esta cinta es verdadera, pediría que se oficie a la Corte Suprema para que investigue qué conexiones tiene el Partido Nacional con la CIA y la I.T.T.. El señor PALMA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se enviará el oficio solicitado por la señora Senadora. No hay acuerdo. La señora CARRERA.- Quiere decir, entonces, que cuando se pide una investigación seria para ver cómo funcionan los partidos de la Derecha y establecer sus conexiones con organismos internacionales, no se acepta que se envíe un oficio, pero sí se acepta que se lo envíe cuando lo piden otros señores Senadores. Por lo tanto, pido que se dirija este oficio en mi nombre, y pido un Ministro en visita. El señor PRADO.- ¿Me permite, señor Presidente? El señor PALMA (Presidente).- Puede fundar el voto Su Señoría. El señor PRADO.- Sólo para los efectos del precedente, quiero decir que no me opongo a que se escuche la cinta magnetofónica, pues estoy de acuerdo en encucharla. Pero reitero que procedo así exclusivamente dentro del marco de los argumentos dados por el Honorable señor Reyes; vale decir, sin atribuirle a la cinta, para los efectos del precedente que pudiera entenderse que se sienta, veracidad por sí misma. Se trata sólo de la petición de un Senador y, como se ha procedido respecto de otro tipo de instrumentos que han sido exhibidos muchas veces y de diferentes maneras, accedemos a que se reproduzca la grabación. Sólo en ese entendido voto favorablemente. El señor DURAN.- Pido la palabra, señor Presidente. El señor PALMA (Presidente).- Puede fundar el voto Su Señoría. El señor DURAN.- Señor Presidente, con el objeto de desvirtuar los comentarios que se han hecho en el sentido de que este sistema de las cintas magnetofónicas, que constituye un adelanto de la ciencia y de la técnica, como ha dicho el señor Presidente, es un poco desconocido para la Corporación, quiero expresar que, en realidad, quienes así se han expresado están en un error. Las cintas magnetofónicas son conocidas por todos nosotros, aquí en el Senado, desde hace mucho tiempo. Desde luego, ellas se utilizan en las Comisiones, de manera que los discursos de todos los señores Senadores son grabados y con posterioridad uno puede saber lo que determinado colega ha dicho pidiendo al señor Secretario que se la reproduzca. En consecuencia, me parece un poco exagerado esto de espantarse porque dicho adelanto de la ciencia y de la técnica se empleará por primera vez en la Sala de Sesiones de esta Corporación, que e un poco más amplia que las de las Comisiones. Además, considero un poco desdoroso para el Senado el que estemos abriendo debate sobre esos problemas científicos y tecnológicos a estas alturas del desarrollo de este culto país, que conoce todo ese sistema desde hace ya tanto tiempo. Al respecto, recuerdo haber escuchado una cinta magnetofónica en la Cámara de Diputados. Creo que de eso hace, por lo menos, alrededor de unos 17 años. Hace bastante tiempo que en esa rama del Congreso se oyó una cinta magnetofónica con una grabación del señor Castro. ¡No se entusiasmen Sus Señorías. . . ! No se trata del líder de los señores Senadores de las bancas de enfrente, sino de don Baltasar Castro. Don Baltasar en esa oportunidad estaba preso, y envió a la Cámara una cinta magnetofónica donde hacía una serie de declaraciones políticas que esa Corporación escuchó. De esto hace, como dije antes, alrededor de 20 años. El señor AGUIRRE DOOLAN.- Veintidós años. El señor DURAN.- ¡Veintidós años! ¡Y después de ese tiempo, aquí en el -Senado, se produce un tremendo escándalo porque este nuevo elemento científico y tecnológico ha llegado a la Corporación! Me parece que ello obedece a un criterio equivocado, pues pareciera ser que los viejitos del Senado han perdido la memoria. El señor AGUIRRE DOOLAN.- Además, la cinta fue grabada en el Hotel Oddó. El señor DURAN.- Correcto, en el Hotel Oddó, como me anota el Honorable señor Aguirre Doolan, que tiene una peligrosa buena memoria. -(Risas). El señor DURAN.- Quiero hacer presente, también, que si bien es cierto que la cinta magnetofónica no tiene por sí sola las condiciones de una prueba completa, no cabe duda alguna en cuanto a que constituye un antecedente que permite, junto a otros, formarse un juicio. Yo comprendería si el escándalo se produjera respecto de una persona tan respetable como sería la de un Director de Investigaciones prestigioso, probo, honesto, no matriculado en ningún negocio de recepción o de llegadas de aviones cubanos, al margen de todo tipo de bultos que lleguen al país violando las leyes aduaneras, como se ha expresado aquí por los señores Diputados que, en representación de la Cámara, han venido a acusar al señor Ministro del Interior. Tocar al Director de Investigaciones, este hombre ejemplar, sí que efectivamente debería producir escándalo. Pero yo creo que no es el caso de autos, como diría un abogado. Me parece que estamos en presencia de un hombre que tiene condiciones muy especiales como para mostrar, en lo relacionado con el acontecer político, una soltura de cuerpo que espanta. He tenido oportunidad de observar a los señores Senadores y, lo que es más grave, a los señores Ministros, durante el debate de la acusación, y la verdad es que me han causado pena. He visto al señor Ministro del Interior abandonar la Sala, conversar, hacer chistes, reírse y no prestar atención alguna al fondo del problema que está conociendo la Corporación y que ésta debe juzgar como jurado. Entonces, en este país están pasando cosas raras. Los representantes del Ejecutivo manifiestan una especie de menosprecio por el Senado, del que todos Sus Señorías forman parte. Por eso, considero útil oír lo que está grabado en la cinta magnetofónica. Es posible que no tengamos tiempo para ello. En todo caso, vale la pena intentar oírla. Yo no puedo votar porque estoy pareado. ¡Eso es lo más divertido. . . ! -(Risas). -Se aprueba la indicación (22 votos por la afirmativa y un pareo). El señor PALMA (Presidente).- Se va a proceder a escuchar la grabación. El señor LUENGO.- ¿Me permite, señor Presidente? Quiero formular una proposición. El señor PALMA (Presidente).- Se va a oír la grabación. El señor LUENGO.- Quiero pedir prórroga de la hora. El señor PALMA (Presidente).- No se puede. El señor LUENGO.- Si se puede, señor Presidente. Por lo menos, permítame formular la petición. El señor HAMILTON.- Escuchemos la cinta. El señor BULNES SANFUENTES.- Oigamos la cinta primero. Después, que formule su petición el Honorable señor Luego. El señor PALMA (Presidente).- ¿Me permiten los señores Senadores? Por la unanimidad de la Sala se podría prorrogar esta sesión hasta por una hora. El señor LUENGO.- Eso es lo que quiero pedir, señor Presidente. El señor PALMA (Presidente).- Debo aclarar a Su Señoría que -puede pedir la prórroga de la hora, pues la Mesa estaba convencida de que, por tratarse de un día distinto, no podía formularse dicha petición; pero me han rectificado. El señor LUENGO.- Quiero formular esta petición y sólo decir algunas palabras para justificarla. Por lo demás, entiendo que el Honorable señor García no ha terminado sus observaciones. El señor PALMA (Presidente).- La petición de Su Señoría se votará una vez que se oiga la grabación de la cinta magnetofónica. El señor LUENGO.- ¿Cuánto dura esa grabación? El señor BULNES SANFUENTES.- Dos minutos. El señor GARCIA.- Sólo dos minutos. El señor CHADWICK.- ¡Todo controlado. . . ! El señor PALMA (Presidente).- Se va a proceder a escuchar la cinta. -El texto de la transcripción correspondiente es el siguiente: -. . .decir que fueron agredidos. Se va a guardar la placa. Esa desaparece. El equipo de radio era porque tú eres radioaficionado. Punto. ¿Ah? ¡Aló! -Sí, sí. Sí. -Yo, desgraciadamente, no me puedo aparecer por allá. -Correcto. * -Se sigue el trámite regular, no más. ¿Ah? -Ya. -Y nosotros veremos mañana el asunto del abogado. -Ya. -Espero que llegue él para cualesquiera -Ya. -Es un grupo de particulares medios locos, qué sé yo, en fin. ¿Ah? -Correcto. -¿Está claro? -Sí. -Locos sueltos. Sin filiación política, sin nada... ¿Ah? -Ya. -Esto sería todo, y la placa va a desaparecer. -Ya. Conforme. -Chao. -Chao. La señora CARRERA.- Pido la palabra, señor Presidente. El señor PALMA (Presidente).- Está con la palabra el Honorable señor García. La señora CARRERA.- ¿Me permite una interrupción, señor Senador? Hasta donde es pasible oír esa versión, la verdad es que la voz que se escucha nunca ha sido la del Director General de Investigaciones. Conozco muy bien la voz del señor Paredes. Por consiguiente, puedo asegurar que lo que se escuchó es falso. El señor GARCIA.- En realidad, deploro que esta grabación que he traído no sea muy buena. Si soy agente de la CIA, no entiendo para qué demonios la señora Senadora me pide una interrupción. ¿No tiene usted miedo de las cosas tan terribles que pueda hacer yo? El señor LUENGO.- ¿Vamos a votar la prórroga de la hora o no? El señor GARCIA.- En realidad, la reproducción de la cinta no es lo suficientemente clara. No obstante, después de oírla en varios magnetófonos, logré hacer la transcripción correspondiente. El señor PALMA (Presidente).- ¿Me permite una interrupción, señor Senador? El señor GARCIA.- Por supuesto, señor Presidente. El señor PALMA (Presidente).- El Honorable señor Luengo ha solicitado la prórroga de esta sesión hasta por una hora. ¿Hay acuerdo o no? Tiene que haber unanimidad de la Sala. El señor AGUIRRE DOOLAN.- Yo daré mi acuerdo sólo por media hora, pues ocurre que mi físico hasta por ahí no más me aguanta... El señor PALMA (Presidente).- No hay acuerdo. El señor LUENGO.- Entonces, repartamos el tiempo. El señor PALMA (Presidente).- No hay acuerdo. Tiene la palabra el Honorable señor García. El señor LUENGO.- ¡Que el Honorable señor García nos deje por lo menos los cinco minutos que restan, pues él nos hecho perder el tiempo aquí oyendo una Victrola del año 1920, y no una grabadora, como él dijo! No se ha oído nada. Lo que Su Señoría trajo es una Victrola. ¡En cuanto al avance tecnológico de que hablaba el señor Presidente, estamos atrasados como en cincuenta años... ! El señor GARCIA.- Quiero pedir al Senado que me acompañe en solicitar de la Cámara de Diputados el nombramiento de una Comisión Investigadora que se aboque al estudio de estos sucesos, porque la cinta magnetofónica grabó lo que se habló por teléfono delante de algunas personas; y éstas, tanto de la Fuerza Aérea como de Carabineros, tendrán que ser llamadas a prestar declaración ante una Comisión de esa índole. En ese momento, la Honorable señora Carrera podrá apreciar que no es la CIA, sino que son funcionarios chilenos quienes no admiten que el Director General de Investigaciones sea cómplice de gente que está matando obreros en la calle. ¡Eso es lo que hace que todo Chile se indigne y se levante! ¡No culpen a la CIA de todo lo que sucede para tapar todas las cosas que están haciendo ustedes! Para terminar, quiero que el país conozca a este personaje que está a cargo del Servicio de Investigaciones, y respecto del cual la ley dice: Corresponde al Servicio de Investigaciones velar por la tranquilidad pública, previniendo la perpetración de hechos delictuosos y actos atentatorios contra la estabilidad de los organismos fundamentales del Estado; dar cumplimiento a las órdenes emanadas de las autoridades judiciales y administrativas en los actos en que intervengan como tribunales especiales, y prestar su cooperación a los tribunales con jurisdicción en lo criminal, de acuerdo con el reglamento. Esto dice el decreto con fuerza de ley que fija la planta y atribuciones del Servicio de Investigaciones. Podremos entregar a la Comisión Investigadora que podría nombrar la Cámara todos los antecedentes que hemos señalado, y ella podría hacer comparecer a los testigos. Y si alguno de los señores Senadores tiene dudas al respecto, puedo decirle que incluso desde aquí mismo podríamos trasladarnos a la 24ª Comisaría, que está ubicada en Las Condes, donde podríamos comprobar lo siguiente: allí, en el fondo del subterráneo y tapado con una carpa para que nadie lo vea, está el automóvil usado por los autores del delito que comento, con la intención de alejarlo de la vista de los periodistas y del público, pues los carabineros también tienen orden -¡que lo oiga todo el país!- de tapar todo este delito. Y nosotros lo probaremos. Aún más, anoche, a las tres de la madrugada, y aprovechando un instante en que no estaba presente la guardia de periodistas destacada en el lugar con el objeto de que las armas no fueran escondidas o sacadas de dicho cuartel de Carabineros, se pudieron sacar finalmente las metralletas desde el interior del automóvil. Todo esto quedará acreditado, del mismo modo que se comprobó todo lo que han conocido las Comisiones investigadoras de la Cámara. El próximo jueves el Senado va a celebrar otra sesión para seguir analizando el problema y yo quedaré con el uso de la palabra. En esa oportunidad haré un comentario más detallado de todo esto. El señor LUENGO.- Yo quiero saber si se mantendrá el orden de inscripción. El señor HAMILTON.- ¿Me permite una interrupción, Honorable señor García? El señor GARCIA.- Con la venia de la Mesa, concedo una interrupción al Honorable señor Hamilton, que me la ha solicitado. El señor HAMILTON.- Señor Presidente, yo deseo que se resuelva previamente lo que solicité por escrito al comenzar esta sesión, antes de que se iniciara el debate, en el sentido de publicar in extenso la discusión habida, a fin de que la opinión pública pueda conocer las diferentes opiniones aquí vertidas. El señor PALMA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se dará por aprobada la indicación a que se refiere el Honorable señor Hamilton. No hay acuerdo. El señor HAMILTON.- Que se vote, señor Presidente. El señor PALMA (Presidente).- La indicación queda para ser votada en la sesión de mañana. El señor GARCIA.- Señor Presidente, yo quiero reiterar a la Mesa mi petición para que se oficie a la Cámara de Diputados, en nombre del Senado, pidiendo a aquélla la designación de una Comisión investigadora de los hechos que estamos analizando. El señor LUENGO.- La votaríamos en la próxima sesión. El señor PALMA (Presidente).- Si le parece a la Sala, se accederá a lo solicitado por el Honorable señor García, a fin de que esa Comisión investigadora de la Cámara pueda solicitar todas las informaciones del caso respecto del problema que nos ocupa. El señor LUENGO.- Pido la palabra sobre ese particular. El señor PALMA (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor LUENGO.- Señor Presidente, solicito que todas estas indicaciones se voten en la próxima sesión, en que daremos término a la discusión de la materia en debate, y que de ninguna manera se resuelvan ahora, en forma parcial. De manera que. . . El señor PALMA (Presidente).- Señores Senadores, ha llegado la hora. . . El señor LUENGO.- ¡Me alegro! "
    • bcnres:totalParlamentariosPareados = "0"^^xsd:integer
    • bcnres:totalPareos = "0"^^xsd:integer
    • rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
    • rdf:type = bcnses:SeccionVotacion

Other representations

  • Notation 3
  • RDF/XML
  • CSV
  • JSON
  • HTML+RDFa
  • N Triples
W3C Semantic Web Technology This material is Open Knowledge Valid XHTML + RDFa Valid CSS! WESO Research Group