-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588564/seccion/akn588564-po1-ds4-ds42
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1224
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1292
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/576
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1224
- rdf:value = " El señor CHADWICK.-
Entonces, agradezco muy sinceramente al Honorable Senado esta deferencia, que estimo muy calificada, que me permite contestar al señor Durán en algo que no podía dejar pasar.
El señor Durán se ha sentido aludido injustamente, a mi entender, por un juicio político que yo manifesté respecto de lo que son estas acusaciones, que van más allá de los términos constitucionales, recordando lo que decía don Alberto Edwards sobre la fronda aristocrática. Y he pedido que se me permita contestarle, porque he considerado particularmente innoble e inaceptable que el Honorable señor Durán haya usado de su derecho para fundar su voto a fin de hacer alusiones mortificantes al Senador que habla en lo que le es más querido: aquellos seres que desaparecieron de la vida, que le dieron su nombre, que vivieron en una provincia con honestidad y con un sentido del honor, que yo creo haber heredado, que me permite militar en un partido popular y recibir todo lo que se escribe, todo lo que se enjuicia sobre el comportamiento de una clase social que de ninguna manera invoco como mía, porque yo no creo que en una república, señor Durán, sinceramente, sea tan propio y calificado hablar de la aristocracia como lo hacía don Alberto Edwards, a través de un enjuiciamiento que tal vez el señor Senador no entienda, porque para ciertas cosas se necesita, o imaginación, o cultura; se necesita el propósito de adentrarse en los conocimientos de los problemas sociales, no como un matón que llega ante una mesa a dar de manotazos y crear el terror físico o (sicológico. No, señor Durán. Hay que estudiar, hay que meditar, hay que tratar de entender lo que se quiere decir.
El señor Edwards no pertenecía a ninguna clase social que se diferenciara conscientemente de la aristocracia, y él habló de la fronda aristocrática. De modo que se ha equivocado el señor Durán.
Cuando he hablado de la fronda aristocrática, no he tomado términos que pudiera haber encontrado en algún texto de la literatura marxista. No. Es el enjuiciamiento de un hombre que hoy día podríamos llamar o intelectual, o analista político, que hacía un estudio, que pretendía tener filosofía, o sea, esfuerzo intelectual, entendimiento puesto al servicio de un juicio lo más objetivo posible acerca de todo un período de la historia.
¿Y qué decía el señor Edwards? Precisamente, que la aristocracia chilena, en cuanto tal, se había sentido menoscabada en sus prerrogativas sociales por el fortalecimiento del Estado, del Poder Ejecutivo, y había desarrollado el parlamentarismo como una fórmula de hacer sobrevivir su propia preeminencia.
La verdad es que cuando hice esa referencia a la fronda aristocrática pude imaginar cualquier cosa, menos que el señor Durán se iba a sentir ofendido. Claro, se puede formar parte de una tendencia política; se puede ser arribista social y no pertenecer a una clase social; se puede estar permanentemente preocupado de buscar el asentimiento, la sonrisa de aquellos que tienen ciertos valores que se aprecian y que no se tienen. Como aquellos pobres - digamos, de dinero, no de espíritu - que no tienen dinero y que consideran que los ricos son verdaderos hombres superiores, hay también en las clases sociales hombres que miran a la aristocracia como pidiéndole la limosna de una ayuda, la limosna de una sonrisita, el palmetazo, así, de amigo.
Yo no creía que iba a ofender al señor Durán cuando hablé de la fronda aristocrática. Y quiero decirle que sólo a través de la ofensa que involuntariamente le habría causado puedo explicarme quo él haya querido herir el sentimiento del Senador que habla, que con toda honestidad proclama, de cariño, de respeto, y, si me perdonan la inmodestia, señores Senadores, de admiración por aquellos que entraron a Chile a trabajar honestamente. Y si lograron un nombre, señor Durán, lo hicieron no para que yo me arrepintiera de eso o me sintiera inhibido de mantener una posición política. No.
Yo soy marxista-leninista, señor Durán. Trato de ser racionalista, trato de pensar. No ando como esos matones de provincia que se entran a los prostíbulos y que botan la cerveza de una mesa donde están unos cuantos borrachitos haciendo una imposición de machismo al estilo mejicano. No, señor Durán. Yo creo que la política es otra cosa.
Y me ha lastimado el tener que reconocer que me sorprende que durante tantos años, ocho, que he estado en este Senado, y a pesar de que el señor Durán tiene características que lo singularizan en la política chilena y que no le permitieron ser candidato a la Presidencia de la República del grupo a que él pertenece, porque, en el fondo, no tenía la admiración con que es indispensable contar para llegar adelante con una candidatura presidencial; que, a pesar de todas esas características, he tenido por el señor Durán cierto aprecio. Me parece que es un hombre que, por sus condiciones naturales, se conquista cierta simpatía.
Y que ahora él venga a decirme que estoy impedido de hablar, en este Senado, por llamarme como me llamo, por ser quien soy, en razón de que -no digo mis bisabuelos o mis abuelos - mis padres hayan tenido determinada posición, no se lo puedo aceptar, y lo considero innoble, pequeño, y por eso protesto.
Agradezco al Senado que me haya brindando la oportunidad de expresar estos conceptos.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588564/seccion/akn588564-po1-ds4
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/588564