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- rdf:value = " IMPORTACION DE AUTOMOVILES POR CHILOE.El señor FIGUEROA (Secretario).-
Proyecto de ley, iniciado en moción del Honorable señor Lorca, que autoriza la importación de 200 automóviles por la provincia de Chiloé.
Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción del señor Lorca):
En primer trámite, sesión 6ª, en 5 de abril de 1972.
Informe de Comisión:
Hacienda, sesión 19ª, en 27 de junio de 1972.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
La Comisión de Hacienda, en informe suscrito por los Honorables señores Ballesteros (Presidente), García y Lorca, recomienda a la Sala aprobar el proyecto, que consta de un artículo único.
El señor PALMA (Presidente).-
En discusión general y particular.
Ofrezco la palabra.
El señor VALENTE.-
Pido la palabra.
Esta iniciativa autoriza por una sola vez la internación de doscientos automóviles para destinarlos al servicio de taxis, según entiendo.
El señor LORCA.-
No.
El señor VALENTE.-
O para cubrir las necesidades de las provincias australes, concretamente la de Chiloé. Vale decir, doscientos particulares podrán tener un automóvil de valor CIF no superior a 3.500 dólares ni inferior a 3.000 dólares.
Tengo la impresión de que el proyecto en debate es innecesario, porque, de acuerdo con la legislación que rige en la zona austral, en este instante hay autorización legal para poder importar tales vehículos. En efecto, el inciso quinto del artículo 2º de la ley 14.824 dispone que la internación de vehículos en las provincias de Chiloé, Aisén y Magallanes está liberada y autorizada no sólo para la importación de elementos destinados a locomoción colectiva, sino también para que se acojan a ella los particulares.
Según mi modo de entender, esta iniciativa provocará dificultades al Banco Central, porque establece nada menos que la inversión de 600 mil dólares en adquirir estos vehículos en el extranjero, lo que a mi juicio en este momento, de acuerdo con la situación de la balanza de pagos y la política monetaria del Banco Central, es absolutamente inconveniente.
Rogamos a la Mesa nos explique las razones por las cuales este proyecto tuvo su origen en el Senado y no en la Cámara, como correspondía, ya que plantea una liberación de importaciones.
El señor LORCA.-
Todo lo contrario.
El señor VALENTE.-
Según el proyecto, los doscientos automóviles no podrán internarse en ningún caso al resto del país y sólo podrán ser importados por personas que tengan un mínimo de diez años de residencia en la provincia referida., es decir en la de Chiloé.
El rendimiento que produzca esta importación por concepto de gravámenes aduaneros se invertirá de la siguiente manera: ¿Y qué se entiende por gravámenes aduaneros? Todos los que se aplican a un bien importado por las aduanas del país, de acuerdo con la ley tributaria. De manera que aunque se haya ocultado en la redacción del proyecto la aplicación de han impuesto, en el hecho hay un gravamen que está establecido y distribuido en el resto del artículo único.
En consecuencia, reclamo del aspecto constitucional de esta iniciativa legal, pues debió tener origen en la Cámara por suponer la aplicación de un impuesto que está distribuido del siguiente modo: ocho millones de escudos para la construcción del nuevo Liceo en la ciudad de Castro, y el resto de los recursos para la Dirección de Deportes del Estado a fin de que ésta, a través del Consejo Local de Deportes de Castro, ejecute las siguientes obras: construcción de graderías, cierros y tribunas, y dotación de iluminación al Estadio Municipal de Castro; construcción de la Cancha Municipal Cuarto Centenario; construcción de un Estadio en Ten-Tén; construcción de un Estadio en la población CORVI de Castro; construcción de un Estadio en la Escuela Agrícola Cuarto Centenario de Castro; y para el Financiamiento de los gastos que irrogará la celebración en la ciudad de Castro del Campeonato Nacional de Fútbol Amateur del año 1973.
No estamos en desacuerdo con la destinación de los fondos que aquí se plantea, pero nos parece que el procedimiento no se ciñe estrictamente a la Constitución. A nuestro juicio, este proyecto debió tener origen en la Cámara de Diputados. Si no fuera así, desearía que se me explicara de dónde salen los recursos, cuáles son los gravámenes que se fijarán a los automóviles y en virtud de qué ley se los aplica.
El señor LORCA.-
La verdad es que en esta materia tanto mi estimado amigo el Senador Valente como el que habla no podemos opinar con mucha técnica sobre el problema constitucional, pues yo no soy abogado y él es contador.
El señor VALENTE.-
Pero conozco el Reglamento y la Constitución.
El señor LORCA.-
Sí, pero el error en que ha incurrido Su Señoría es no haber leído la iniciativa, lo cual lo ha hecho caer en una pequeña equivocación.
En primer lugar, lo único que pretendo con este proyecto de ley es autorizar al Banco Central para que, mediante su presupuesto de divisas, permita importar doscientos automóviles. Lo que la Constitución me prohíbe es crear o suprimir impuestos. Yo no estoy creando ningún impuesto; éstos ya existen, porque quienes internan automóviles deben pagar impuestos y gravámenes, Reitero: no estoy creando nada nuevo. Simplemente, propongo otorgar autorización para internar doscientos automóviles en la provincia de Chiloé.
Ahora bien, las condiciones en que tal internación se permite están destinadas, precisamente, a evitar cualquier espíritu de especulación en que pudiera pensarse a raíz de un proyecto de esta naturaleza. Los autos deben quedar para siempre en la provincia de Chiloé y sólo pueden adquirirlos quienes tengan por lo menos una residencia de quince años en dicha provincia.
¿Por qué he patrocinado esta moción? He buscado una solución dentro de mi capacidad y ánimo de colaboración para con el Gobierno de mi país. Resulta que el Liceo de Castro imparte instrucción en la actualidad a mil alumnos, en circunstancias de que hace más o menos cuatro o cinco años se construyó para tener una matrícula de 300 educandos. Y tratando de ayudar al Gobierno, no se me ha ocurrido otra forma posible de hacerlo que proponer la construcción de un nuevo Liceo para Castro, obra en la cual toda la ciudadanía de Chiloé tiene interés.
Hemos escuchado a Su Excelencia el Presidente de la República, a quien tan bien representan los partidos populares en el Senado, que él es partidario de importar diez mil automóviles. Pero cuando un modesto Senador patrocina una iniciativa para importar doscientos, resulta que ello va en contra de la política económica del Gobierno. Además, en una entrevista que sostuve con el señor Ministro de Hacienda, a propósito de un proyecto de ley que favorecería a los periodistas y que también patrociné, me dijo: No estoy de acuerdo con importar mil autos para periodistas, porque usted plantea en su moción que para tal fin el Banco del Estado deberá otorgarles préstamos, y si nosotros estamos estudiando la importación de diez mil automóviles, es para quemar circulante. Es decir, el señor Ministro de Hacienda comparte totalmente mi punto de vista, con la única diferencia de que yo soy modesto y propongo la importación de doscientos automóviles y no de diez mil. Y la internación de estos vehículos, que deberán quedarse para siempre en la provincia de Chiloé, permitirá financiar la construcción de un nuevo local para el Liceo de Castro con capacidad para 1.200 alumnos.
Si algún señor Senador junto con pedirme que retire el proyecto me dijera: Aquí está la indicación para que en el Presupuesto de la Nación se destinen los fondos para construir tal liceo, yo no sería más papista que el Papa, y accedería de inmediato.
Ya la juventud de Chiloé realizó un paro por esta causa. Se ha parado todo el liceo, porque tanto alumnos como profesores están angustiados por el hecho de tener que concurrir a un local construido en gran parte de madera, expuesto a incendiarse en cualquier momento.
Comprendo que algunas veces, cuando un parlamentario se preocupa mucho por las provincias que representa y traduce su inquietud en diversas iniciativas legales, se rechacen algunas de ellas; pero sucede que todos los proyectos que presento siempre tropiezan en la Sala con argumentaciones que yo respeto, pero que en el fondo sólo están dirigidas a obstaculizar su despacho.
El señor VALENTE.-
No ha sido así, señor Senador.
El señor LORCA.-
Sé que en su caso no ha sido así.
En este instante, no veo qué argumento más fuerte puedo aducir a favor de mi moción que el hecho de que Su Excelencia el Presidente de la República haya expresado ser partidario de importar diez mil automóviles y que el señor Ministro de Hacienda me haya dicho a mí, no en relación con esta iniciativa, sino con la otra a que me referí y que favorecía a los periodistas, que se oponía a ella porque disponía la concesión de préstamos a esos profesionales con el objeto de que adquirieran automóviles; pero que también era partidario de importar automóviles, inclusive más caros, con el exclusivo objeto de que los compraran personas pudientes y así quemar circulante.
Yo planteo este problema tan sencillo...
El señor GARCIA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor LORCA.-
Con mucho gusto, con la venia de la Mesa.
El señor GARCIA.-
El costo de los automóviles, convirtiendo a moneda nacional los 3 mil dólares que valdrá cada uno de ellos, alcanzaría a 180 mil escudos o 200 mil escudos. Ahora bien, el costo total de la importación, debido a que es necesario depositar en aduana 10 mil por ciento por cada producto importado, se obtendría multiplicando 200 mil escudos, que es el precio unitario de cada vehículo, por diez mil.
No creo que en Chiloé ni en todo el país haya una persona que esté en condiciones de adquirir un vehículo a ese precio, y menos aún, si se exige el requisito de que viva en esa provincia más de 15 años.
El señor AGUIRRE DOOLAN.-
Todos los que nacieron hace dieciséis años en esa zona ya tienen quince años de residencia en la provincia.
El señor GARCIA.-
Sí, pero no disponen de esta suma increíblemente alta de dinero que se necesita para comprar esos automóviles.
A lo menos, el señor Senador podría presentar indicación para que en este caso no se exigiera el depósito previo de 10.000%, ya que para poder internar los doscientos automóviles, si no me equivoco, se requerirán tres millones de escudos por ese concepto. No estoy seguro de la cifra, porque estoy haciendo los cálculos muy a la ligera. El señor Presidente me puede ayudar.
La pregunta que iba a formular es la siguiente: dados estos antecedentes, ¿no sería necesario plantear una reducción de los tributos y una disminución del depósito previo?
El señor LORCA.-
Yo no quisiera que mi respuesta molestara al señor Senador, pero en este caso podría aplicarse el adagio que dice que los cuidados del sacristán están matando al señor cura. Señor Senador, deje que estos posibles problemas los resuelvan quienes importarán los automóviles.
Su Señoría me dice: Rebajemos los tributos. No podemos hacerlo, porque no tenemos facultades para ello. Si procediéramos de esa manera, entonces sí que sería inconstitucional el proyecto.
El señor JULIET.-
Pero sí se puede liberar a esa importación del depósito previo.
El señor LORCA.-
Si procedemos así, podemos correr el riesgo de que el proyecto sea vetado, aduciéndose que estamos fijando una política al Banco Central. El Banco Central es muy meticuloso y exigente, y uno ni siquiera puede saludar a su Presidente. Ello ha ocurrido tanto en los Gobiernos anteriores como en el actual.
Por eso, creo que es un error que entremos ya a fijar una política al Banco Central.
Si Sus Señorías realmente quieren ayudar a la gente de Chiloé, aprueben el proyecto en la forma propuesta por la Comisión; sin pretender mejorarlo ni ponerle dificultades.
El señor LUENGO.-
Deseo hacer una consulta al Honorable señor Lorca, porque en este instante no recuerdo lo que dice la ley.
En estos momentos, ¿es posible importar, por la gente que vive en la provincia de Chiloé, automóviles de valor de tres mil y hasta de tres mil quinientos dólares?
El señor LORCA.-
Es posible, señor Senador.
Pero lo que ocurre es que Chiloé cuenta, con un presupuesto de divisas de cuatro millones quinientos mil dólares, de los cuales puede destinarse el 10% para la adquisición de artículos suntuarios, rubro en el cual están considerados los automóviles.
El señor LUENGO.-
Agradezco la información del señor Senador, porque me aclara bastante algunas dudas que tenía sobre esta iniciativa.
La verdad es que no sé por qué razón tendríamos que autorizar la internación extraordinaria de doscientos automóviles para la provincia de Chiloé - según dice el Honorable señor Lorca, para quemar circulante -, en circunstancias de que esa zona goza de un régimen especial de importaciones, que le permite internar vehículos sin pagar todos los derechos a lo menos, y la internación que se autoriza deberá hacerse de acuerdo con las leyes generales, o sea, pagando todos los derechos.
Pregunto: ¿por qué tiene que ser por Chiloé la importación de esos automóviles y no por Valparaíso o San Antonio?
El señor LORCA.-
Porque se quiere financiar la construcción de un liceo en Chiloé.
El señor LUENGO.-
Pero si se trata de construir un liceo en esa provincia, yo puedo decir al señor Senador que a lo largo de todo Chile existen muchas prioridades y necesidades en cuanto a edificaciones escolares.
Insisto: realmente no veo la razón que justifique autorizar en forma extraordinaria una importación de automóviles precisamente en una zona que goza de un régimen especial, aparte que a los eventuales compradores se les exigirá 15 años de residencia...
El señor GARCIA.-
Diez años.
El señor LUENGO.-
Hablé de 15 años porque ésa fue la cifra que se dio durante el transcurso del debate, y pensé que la Comisión había modificado el plazo primitivo.
De todas maneras, creo que la ley que rige las importaciones para esa zona sólo exige 5 años de residencia en la provincia a quien quiera internar un automóvil.
En consecuencia, si esa región tiene ya una ventaja de tipo aduanero que permite a la gente con recursos importar un vehículo, ¿por qué motivo tenemos que entregarle una nueva ventaja para que se importen en forma extraordinaria, y pagando todos los derechos, doscientos automóviles por Chiloé?
Si el Estado tiene algunas necesidades, él podrá proponer internaciones de este tipo, las cuales no tienen por qué hacerse por Chiloé, aparte que tampoco se ve la razón de destinar sólo a esa provincia los tributos recogidos.
El señor PALMA (Presidente).-
¿Me permite, señor Senador?
Corresponde ocuparse en diversos proyectos para los cuales se ha pedido preferencia.
Queda con la palabra Su Señoría.
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