. . . . . . . . . . . . " El se\u00F1or PALMA (Presidente).- \n Tiene la palabra el Senador se\u00F1or Teitelboim. \n \nEl se\u00F1or TEITELBOIM.- \n Se\u00F1or Presidente, ayer intervine con motivo del estudio de esta iniciativa, y pens\u00E9 que no ser\u00EDa necesario hacer uso de la palabra nuevamente. Sin embargo, en vista de las expresiones del Honorable se\u00F1or Noemi, de las que acaba de formular el Senador se\u00F1or Gumucio y de los acontecimientos internacionales que han sobrecogido la conciencia de la humanidad en las \u00FAltimas cuarenta y ocho horas, deseo agregar algunos conceptos en nombre del Partido Comunista. \nEn verdad, a trav\u00E9s de una parte considerable de la Tierra est\u00E1 soplando una especie de hurac\u00E1n demencial, de violencia destructiva. Tal vez se pens\u00F3 que el \u00FAltimo sitio donde pod\u00EDa llegar, aparte las catedrales y los cementerios, era el santuario de las olimp\u00EDadas, santuario en cuanto a encarnaci\u00F3n de un esp\u00EDritu de competencia deportiva que viene desde la antigua Grecia y que ten\u00EDa por lema precisamente el desarrollo de la fraternidad humana, por encima de naciones, de fronteras, de creencias, de razas, de ideolog\u00EDas. Porque, al fin y al cabo, la olimp\u00EDada es como un gran escenario en donde se encuentran representantes de todos los hombres, y un factor de unidad en el mundo. \nTodos nos sentimos atribulados y horrorizados por lo sucedido en Munich en los dos \u00FAltimos d\u00EDas, por el desenlace tr\u00E1gico del intento de captura de atletas israel\u00EDes realizado por un grupo de terroristas \u00E1rabes. Al parecer, seg\u00FAn las informaciones disponibles, han muerto unos y otros. \nEstimo que la humanidad siente que un ramalazo de locura y de frenes\u00ED vand\u00E1lico y aniquilador est\u00E1 amenaz\u00E1ndola m\u00E1s que nunca. \nPor eso, condenamos estos hechos desde lo m\u00E1s hondo de nuestro esp\u00EDritu. Creemos que es preciso levantar el \u00E1nimo nacional y que en el mundo se genere una corriente para detener los estallidos del rencor ciego y del salvaje deseo de venganza. \nPor eso, concuerdo con el se\u00F1or Senador, que evoc\u00F3 aqu\u00ED el nombre de Gabriela Mistral como s\u00EDmbolo de paz entre los hombres. Ella, en una ocasi\u00F3n memorable, escribi\u00F3 un peque\u00F1o mensaje que dio la vuelta al globo y que se llam\u00F3 la palabra maldita, precisamente la palabra paz. Era un llamamiento dirigido a todos los hombres de buena voluntad para que, por encima de las diferencias y las pasiones, por muy profundas y fuertes que fueran, colocaran el imperativo de que la humanidad no se autodestruyera en una \u00E9poca en que el holocausto at\u00F3mico gravita sobre el mundo como un riesgo apocal\u00EDptico. \nEn virtud de ello, estamos de acuerdo en que el palacio de la cultura que debe ser el complejo arquitect\u00F3nico donde funcion\u00F3 la UNCTAD III lleve el nombre de Gabriela Mistral. Ella, como todos sabemos, y Pablo Neruda, son los dos \u00FAnicos chilenos que han recibido la m\u00E1xima consagraci\u00F3n mundial en el campo literario: el Premio Nobel. Y ambos se hallan entre los tres latinoamericanos que han alcanzado ese laurel de significaci\u00F3n universal. \nEstas razones nos inducen a reiterar la posici\u00F3n expresada ayer. Pero tambi\u00E9n saludamos y suscribimos plenamente las expresiones de repudio nacidas de labios del Honorable se\u00F1or Noemi, complementadas, a nuestro juicio en un af\u00E1n realizador, por la breve intervenci\u00F3n del Senador se\u00F1or Gumucio, en el sentido de que pasemos de las palabras a los hechos. Porque en verdad, ante la consumaci\u00F3n de atentados que sacuden a la humanidad y, por cierto, a nuestro pa\u00EDs, casi d\u00EDa a d\u00EDa, nos parece que los hombres de buena voluntad no pueden resignarse a una declaraci\u00F3n plat\u00F3nica, sino que es menester llevar las palabras a los hechos, a fin de detener esta marejada de enajenaci\u00F3n organizada con que una peque\u00F1a minor\u00EDa quiere ba\u00F1ar en sangre a este pa\u00EDs y destruir valores consustanciales a nuestra ciudadan\u00EDa, como es la convivencia democr\u00E1tica, en que las ideolog\u00EDas contrapuestas polemizan, pero sin llegar al extremo de la destrucci\u00F3n, en que la destrucci\u00F3n de unos es la destrucci\u00F3n de otros y la destrucci\u00F3n de todos. \n \n " . . . . .