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- rdf:value = " El señor PAPIC (Vicepresidente).-
Advierto a los señores Senadores que a continuación de la Honorable señora Carrera cuatro señores Senadores más están inscritos.
Puede hacer uso de la palabra Su Señoría.
La señora CARRERA.-
Señor Presidente, deploro que algunos señores Senadores hayan desvirtuado el objetivo de esta sesión para entrar a un análisis de la situación política actual.
Nosotros, como Senadores socialistas, estamos absolutamente de acuerdo con las cadenas radiales impuestas por el Comandante en Jefe del Ejército. Y en este predicamento, quizás debamos lamentar únicamente lo sucedido ayer, cuando radio Minería, por algunas horas, se descolgó de esa cadena. No tuve oportunidad de escuchar lo que se dijo en ella durante ese lapso, pero he sido informada, en cambio, de las desaforadas palabras vertidas por quienes tomaron parte en la transmisión correspondiente.
Quiero decir que incluso en el barrio donde vivo desde hace ya veinte años -allí habita mucha gente de clase media, en un ambiente generalmente tranquilo-, pudimos observar como consecuencia de lo anterior, y con gran sorpresa, una agitación que nunca antes se había producido. Ya no fue sólo el toque de las ollas, sino que se hicieron fogatas en las calles, se intentó atacar algunas casas y se amenazó con tirar bombas en los hogares de algunas personas pertenecientes a la Unidad Popular. Un grupo instigado por dicha radio pretendió, precisamente, asaltar una casa donde estaba una señora con su hija y, si no hubiera sido porque algunos vecinos -no de la Unidad Popular, sino pertenecientes a otros partidos, de distintas tendencias- vieron el caso concreto de fascismo y salieron de sus casas a defenderlas, posiblemente habríamos tenido que lamentar alguna desgracia.
A la mañana siguiente, al dirigirnos a nuestras labores habituales, pudimos ver en la Avenida Los Leones, por ejemplo, lo que quedó de las asonadas y de los incendios. Al bajar por Providencia, como muchos señores Senadores lo habrán podido comprobar, se observaban neumáticos quemados, todavía humeantes, y maderos amontonados formando barricadas. Todo ello como consecuencia de la asonada que desató la transmisión de pocas horas realizada por una radio, con intenciones golpistas.
Pero, aparte considerar los atentados terroristas, que ya suman cincuenta y seis o sesenta, más o menos, nosotros queremos manifestar que desde el primer instante, como partido, denunciamos que esto correspondía a una acción coordinada tendiente a derrocar al Gobierno. Es lamentable que el Partido Demócrata Cristiano, que se dice democrático, haya seguido las aguas del Partido Nacional, que ya no tiene interés alguno en atribuirse ese carácter, al igual que Patria y Libertad. Y esta acción coordinada ya llegó a un admirable grado de organización.
Por otra parte, también hemos observado algunas cosas sugestivas que es bueno decir aquí: por ejemplo, el dólar negro ha bajado considerablemente en el país. Y cuando ello se produce es porque hay mayor afluencia de divisas al mercado negro. Al respecto, y sin pecar de demasiado suspicaces, nosotros pensamos que muchas de las entidades que hoy día están en huelga se sostienen económicamente con dinero extranjero.
Creemos que también es preciso destacar algunas tácticas, hechos que no son casuales. Nos hemos impuesto por medio de la televisión, por ejemplo, de que una empresa de camiones mantenía sus vehículos con los neumáticos reventados para que no pudieran requisarse. Los camiones estaban amarrados con gruesas cadenas, soldadas, y se les habían sacado las piezas vitales para que no pudieran utilizarse. Mientras el público se mantenía expectante allí, llegó el dueño o gerente de esa organización camionera, luciendo un estilo gangsteril, y dijo, cínicamente, que los vehículos estaban en panne. Pienso que ni aun el Senador con mayor buena voluntad para apreciar estas cosas, desde el punto de vista de la Oposición, podría haber aceptado que hubiera cuarenta camiones en esas condiciones, y cargados con alimentos y televisores. Todos sabemos que, por lo general, los camiones que están en panne no se cargan.
Esta asonada, este intento de derrocar a nuestro Gobierno ha sido muy bien planeado. Como ya lo dije en otra oportunidad, el vamos de toda esta conjura se dio en esta Corporación, pues aquí el 10 de octubre se habló de la ilegitimidad del Gobierno; el 12 del mismo mes hubo una concentración en la cual se dijo que se pararía Chile, y el 13 de octubre, más o menos -no recuerdo exactamente las fechas, pero fue una sucesión de días al mismo ritmo-, el país ya estaba parado como consecuencia de la huelga de los transportistas.
Por desgracia -repito-, el paro nació aquí, o sea, aquí se lanzó la primera piedra. Y ahora hay un ataque concertado en contra del Ejército de nuestra patria.
Hace dos días tuvimos oportunidad de reclamar porque las banderas del Congreso habían sido izadas al revés. Eso constituye una injuria a nuestra patria y también a las Fuerzas Armadas. Anoche, en radio Minería, se habló en contra de los institutos armados; y ahora escuchamos las palabras insólitas del Senador Tomás Pablo.
Por fortuna, el paro está llegando a su fin, guste o no guste a sus organizadores. Grandes sectores de comerciantes no quieren continuar en él y se reúnen para adoptar acuerdos al respecto. Sólo el temor a las bandas fascistas de Patria y Libertad, compuestas de pijes y hampones que actúan gangsterilmente en los barrios, especialmente en el centro de la ciudad, impide que un número muy considerable de negocios se abra.
Se habla aquí de crear un clima para la elección. Nosotros no podemos participar de la idea de que no existe un clima adecuado para la elección o de que no lo hubiera antes de que ocurrieran los hechos a que me refiero. Los que no desean que haya elección son los personeros de la Oposición. Por suerte, el pueblo nos ha dado una respuesta que nos llena de tranquilidad, de orgullo y de gran sentido patriótico. Nuestros obreros han seguido trabajando, han abierto las fábricas de aquellos patrones que querían adherir al paro. En toda la industria se trabaja. Nuestros jóvenes y nuestras mujeres han salido a cumplir labores voluntarias, entregando toda su energía de día y de noche.
Frente al paro de los comerciantes, se ha procedido a distribuir lo más indispensable: la comida. Podríamos decir que en Chile -es lo que sé hasta dónde llegan mis conocimientos, y espero que así sea- nadie ha pasado hambre como consecuencia de esta huelga antipatriótica y cruel, que ha afectado a la gente más modesta y que han realizado los comerciantes llevados por una directiva antipatriótica.
Pensamos que ésta es la forma como debemos actuar nosotras, las mujeres. Por eso, se ha formado un Frente Patriótico de Mujeres destinado a paliar todos estos ataques dirigidos, especialmente, en contra de la clase trabajadora, del pueblo en general, que han desencadenado las fuerzas antipatrióticas del país.
Se está haciendo un trabajo en materia de salud y otro en lo relativo a abastecimiento. Las mujeres han procurado que el suministro de productos esenciales para la alimentación llegue a todos los hogares. De ahí que se esté patrocinando, a todo nivel, una organización para que los alimentos se distribuyan en los frentes de trabajo: economatos en todas las fábricas; economatos en todas las secciones administrativas de trabajo; economatos en las industrias. Hasta este momento sólo hemos pensado en la conveniencia de distribuir todos aquellos alimentos de los cuales no se puede prescindir. Pero si el paro continúa, las integrantes del Frente Patriótico de Mujeres han pensado que tendremos que comenzar a repartir también productos tales como géneros, zapatos, etcétera. Con este objeto, nos estamos poniendo de acuerdo con los sindicatos respectivos, a fin de que éstos nos proporcionen los elementos mencionados para ir a venderlos a los compañeros trabajadores y a los centros de madres.
En este sentido, consideramos que debemos trabajar, especialmente, en el rubro de la ropa de niños y en los pañales, porque hay muchas madres desesperadas por no poder adquirir estos elementos para sus guaguas recién nacidas.
Las mujeres patrióticas, entonces, estamos en conversaciones con los compañeros obreros patrióticos de las fábricas que producen esos artículos, con el objeto de distribuirlos directamente a las maternidades, a los centros de madres y a otras organizaciones. ¡Esta es la forma como el pueblo responde a una asonada sediciosa!
Pero nosotros creemos que la lucha antifascista podemos desarrollarla también en muchos otros frentes. Estamos satisfechos de los resultados obtenidos y pensamos, además, que la gente de la Oposición puede llevarse una sorpresa extremadamente grande, porque en esta tarea de agrupar a todo el pueblo en contra de esas fuerzas, que quieren llevarnos al hambre y a la miseria y arrastrarnos a una guerra civil, nos hemos encontrado con una respuesta masiva que nos colma de aliento y de orgullo. Y no podía ser de otra manera, pues nuestro pueblo es realmente maduro y no se deja embaucar por los enemigos de la patria.
Estamos absolutamente de acuerdo en que siga la cadena radial por todo el tiempo que sea necesario para que las fuerzas fascistas-derechistas, que pretenden conducir a nuestro país al caos, nos den cierta seguridad de que no incitarán a los sicópatas, que existen en todas partes, a hacer desmanes durante las noches para atemorizar nuestros hogares; no sólo los hogares de los integrantes de la Unidad Popular, sino los de todo Chile.
Sobre el particular, y haciendo algunas encuestas en barrios acomodados, nos hemos impuesto de que la mayoría de las familias es contraria a ese tipo de acciones fascistas. Por eso, ante lo que se está planeando entre la CIA y algún comando del país -es de suponer que en él no estará ninguno de los que se dicen democráticos; pero sí habrá otros que, aun cuando se cuidan muy bien de no decir lo que son, en definitiva constituyen una especie de comisión política o comité central de lo que en Chile está pasando-, nosotros queremos hacer presente que existe una gran separación, una distancia muy grande entre esa directiva antipatriótica y el resto de nuestros conciudadanos.
Tenemos la satisfacción de decir, como mujeres, que hemos encontrado una gran acogida en el trabajo que estamos realizando, y que, al mismo tiempo, hemos podido comprobar que las fuerzas que están en contra de la guerra civil, de un enfrentamiento, son inmensamente superiores a aquellas que, disimuladamente o en forma franca, dicen que quieren derrocar al Gobierno, lo que significaría una lucha de proporciones incalculables y de muy larga duración.
Nada más.
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