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El señor FIGUEROA (Secretario).-
En primer lugar del Orden del Día, corresponde considerar el proyecto de reforma constitucional, iniciado en moción de los Honorables señores Ferrando, Irureta, Moreno, Musalem y Papic, que modifica los números 10º y 16º del artículo 10 de la Constitución Política del Estado.
Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de reforma constitucional (moción de los señores Ferrando, Irureta, Moreno, Musalem y Papic):
En primer trámite, sesión 17ª, en 20 de junio de 1972.
Informes de Comisión:
Legislación, sesión 54ª, en 22 de agosto de 1972.
Legislación (segundo), sesión 31ª, en 7 de noviembre de 1972. Legislación y Agricultura, unidas (nuevo segundo), sesión 44ª, en 29 de noviembre de 1972.
Discusión:
Sesiones 97ª, en 14 de septiembre de 1972; 99, en 15 de septiembre de 1972 (se aprueba en general); 32ª y 33ª, en 8 de noviembre de 1972, y 34ª, en 14 de noviembre de 1972.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Respecto de este asunto, existe un nuevo segundo informe de las Comisiones de Legislación y de Agricultura, unidas, las cuales, en el documento respectivo, suscrito por los Honorables señores Carmona (Presidente), Acuña, Chadwick, García e Irureta, por la primera de ellas, y por los Honorables señores Acuña, Contreras, (Ferrando, Moreno y Von Mühlenbrock, por la segunda, recomiendan aprobar las modificaciones propuestas conforme al texto del nuevo segundo informe y del segundo informe primitivo.
Las enmiendas propuestas están en su discusión particular, y la primera de ellas incide en la letra a) del Nª 1 del artículo único. Las Comisiones proponen sustituirla por la que sugiere la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia, más la enmienda propuesta por el nuevo segundo informe de las Comisiones Unidas.
El señor PALMA (Presidente).-
Estaba inscrito para usar de la palabra el Honorable señor Moreno.
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor MORENO.-
Como la Sala fue citada para hoy y mañana con el objeto de despachar estas modificaciones, el propósito de los Senadores democratacristianos es ocupar el menor tiempo posible, a fin de que dentro de la fundación del voto o, si es necesario, en un debate especial, se puedan ir clarificando algunos de los aspectos que fueron motivo de segundo informe.
El nuevo segundo informe - trámite acordado por los Comités - acoge algunas situaciones previstas en las indicaciones de los señores Senadores y en otras que han sido producto del trabajo mismo de las Comisiones.
En primer término, debo lamentar que en el debate habido en las Comisiones Unidas no estuvieran presentes ni el señor Ministro de Agricultura ni el señor Ministro de Justicia, ambos citados oportunamente y en las diversas ocasiones en que se trataron las materias indicadas.
El señor LORCA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor MORENO.-
Con mucho gusto, señor Senador.
El señor PALMA (Presidente).-
Con la venia de la Mesa puede hacer uso de la palabra Su Señoría.
El señor LORCA.-
He leído en los diarios del Sur que el señor Ministro de Agricultura - ignoro si también el de Justicia - habría hecho una declaración en el sentido de que ambos Secretarios de Estado no fueron objeto de invitación de parte de las Comisiones Unidas. Esto me parece muy grave, porque si ambos Ministros fueron citados a la Comisión y, no obstante ello, declaran públicamente, a través de toda la prensa, que no lo han sido, una vez más están faltando a la verdad.
El señor JEREZ.-
¿Fue en los diarios del Sur donde leyó la noticia Su Señoría?
El señor LORCA.-
En los diarios de Chile. Yo leo tanto El Mercurio como El Siglo, y en este último, que es el que lee Su Señoría, se sostiene que los Ministros no fueron citados. Me parece de mucha gravedad que se afirme una cosa semejante.
El señor PALMA (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Quiero informar al Honorable señor Jerez, a propósito de lo que expresa el Honorable señor Lorca, que, efectivamente, aparece en los diarios de Santiago - noticia que con seguridad fue reproducida en los de provincia - una declaración del señor Subsecretario de Agricultura, quien manifestó que era una grave descortesía del Senado el que no fueran ni siquiera invitados a los debates de esta reforma constitucional en las Comisiones los señores Ministros de Agricultura y de Justicia. Consultado el señor Secretario de la Comisión, don Iván Auger, éste mostró al Presidente de la Comisión, Honorable señor Carmona - quien probablemente así lo ratificará con posterioridad - los talones de las citaciones que fueron recibidas por ambas Secretarías de Estado, en los cuales quedó constancia de que ambos Ministros fueron oportuna y reiteradamente invitados y de que se les continuaron enviando citaciones en los días siguientes a los que hubo sesiones de la Comisión.
Deploro al mismo tiempo que los señores Ministros mencionados no se encuentren presentes en la Sala, motivo por el cual me permito sugerir al señor Presidente que, por intermedio del señor Secretario o de otro funcionario del Senado, se avise a los señores Ministros de Justicia y de Agricultura que - si ellos no están enterados - hoy y mañana se trata en el Senado esta reforma constitucional. De esta manera ellos tendrán oportunidad de saber directamente por teléfono que esta materia, sobre la cual suponemos que el Ejecutivo tiene interés en plantear sus puntos de vista, será considerada por la Sala, razón por la cual sería bien venida su presencia, para que nos ilustren en los debates.
El señor CARMONA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor MORENO.-
Con mucho gusto.
El señor PALMA (Presidente).-
Con la venia de la Mesa, puede usar de la palabra Su Señoría.
El señor CARMONA.-
Es efectivo la que acaba de decir el Honorable señor Moreno, pues incluso las Comisiones autorizaron a su Presidente y a su Secretario para hacer una declaración en el sentido de que los Ministros habían sido oportunamente invitados, respecto de lo cual hay constancia en documentos que están en poder del señor Secretario de aquéllas.
Quiero agregar a lo que acaba de decir el Honorable señor Moreno que, a pesar de esa declaración del señor Subsecretario de Agricultura, las Comisiones contaron con la presencia del señor Subsecretario de Justicia y, de manera permanente, con la del fiscal de la Corporación de la Reforma Agraria, y que allí dieron a entender que esas invitaciones habían sido oportunamente cursadas y que ellos tenían conocimiento de las sesiones de las Comisiones.
El señor PALMA (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Refiriéndome expresamente a la indicación Nº 1, propuesta por Su Excelencia el Presidente de la República, quiero manifestar, al igual que lo hice en las Comisiones, nuestra opinión contraria a ella.
El Jefe del Estado formuló una indicación para incluir un inciso nuevo, a continuación del inciso sexto, al Nº 10 del artículo 10 de la Constitución Política.
El señor REYES.-
Eso no está en debate.
El señor MORENO.-
Aunque no estamos votando las indicaciones, quiero pronunciarme sobre ellas, porque en el espíritu de lo que estoy planteando, tanta en esta indicación como en las siguientes, radica, a mi juicio, la diferencia fundamental entre la posición de los autores de esta reforma constitucional y el criterio del Ejecutivo. En el proyecto que se somete a debate y a votación en el día de hoy, se busca, fundamentalmente, afirmar o reafirmar derechos esenciales en la Constitución Política para tres sectores de nuestra ciudadanía. Uno de ellos es el de los trabajadores campesinos que son vivientes, que están incorporados en los predios objeto de la reforma agraria, cualquiera que haya sido la forma en que ellos fueron organizados en la etapa transitoria que media entre la expropiación y la entrega de las tierras en propiedad definitiva.
El segundo propósito que busca esta reforma es garantizar a los pequeños y medianos agricultores la inexpropiabilidad de una superficie de terreno, que estimamos necesario precisar en la Carta Fundamental, no por tratarse de un tecnicismo indispensable que podría, aparentemente, ser materia de una ley, sino por estimar que en la Constitución Política, que rige los derechos esenciales de los habitantes de nuestra nación, debe estar especificado en forma clara el destino de las tierras que sean objeto de expropiación o de otras formas de adquisición por parte del Estado, en cuanto a los derechos que los campesinos adquieren sobre ellas.
También creemos que para la buena marcha y para una organización coherente de la agricultura chilena, es imprescindible que existan en el país una pequeña y una mediana propiedad, debidamente resguardadas por la Constitución, dado que, por desgracia, la ley 16.640 ha sido sobrepasada, y el actual Gobierno no la ha cumplido en todos sus términos.
Al plantear estas indicaciones y la reforma a la Constitución, junto con un tercer cuadro de ideas que constituyen garantías para la libertad de comercio y de transporte, nosotros renovamos lo que es el espíritu y el compromiso de la Democracia Cristiana con el campesinado chileno, con los pequeños agricultores y con los hombres que laboran en las actividades del comercio y del transporte. Por desgracia, debido a la pasión política que hoy día impera en nuestro país, se ha tratado, infructuosamente a mi entender, de tergiversar no sólo las ideas contenidas de manera expresa en la reforma constitucional, sino que también los propósitos que inspiran a la Democracia Cristiana y, en particular, a quienes somos autores del proyecto. Una de las normas propuestas dispone que la Corporación de la Reforma Agraria, que es el organismo encargado de la adquisición de las tierras para efectuar este proceso, asigne el terreno en propiedad definitiva a los campesinos, en el plazo de dos años, para los predios que se expropien a contar desde la fecha de promulgación de la reforma, y en el de un año, en el caso de las tierras ya expropiadas y tomadas en posesión previamente a la promulgación. Se ha pretendido que disponer la obligatoriedad - y establecerla en la Constitución Política - de lo que se denomina la adquisición per pleno derecho de los campesinos de las tierras cuando la CORA no proceda a su asignación, sería un subterfugio para reconstituir el latifundio y permitir que renazca en nuestro país una institución de la cual nos hemos declarado contrarios y contra la que hemos procedido de hecho, por estimarla lesiva para el interés del país y, en especial, para la buena organización de la producción de la agricultura chilena.
Tal punto quedó debidamente aclarado en los debates de la Comisión, y así lo aceptó inclusive el Honorable señor Chadwick, quien intervino en ellos, en nombre de su partido.
El propósito de los autores del proyecto es obligar a la Corporación de la Reforma Agraria a entregar los títulos definitivos de propiedad, y que en el caso de que ese organismo no procediera a la asignación de las tierras en los plazos establecidos en la Carta Fundamental, entre a operar el mecanismo de la adquisición de la tierra por el pleno derecho.
Se formuló la objeción de que, de no existir gravámenes, obligaciones y prohibiciones sobre esas tierras, podrían, por la vía de la libre adquisición en el mercado, reconstituirse los predios y establecer nuevamente el mercado privado de grandes extensiones de propiedades. Como ése no es el propósito de los autores de la reforma constitucional, contribuimos con nuestros votos para que la Comisión estableciera claramente que todas las tierras que ya se han asignado o que fueran adquiridas por pleno derecho por los campesinos, estarán afectas a las limitaciones, obligaciones y prohibiciones que la ley de Reforma Agraria vigente establece para el efecto.
Al mismo tiempo, en la primera indicación que corresponde votar, se introdujo otra enmienda, de la que somos autores, y que, a nuestro juicio, hará justicia a un grupo de campesinos que, de acuerdo como estaba redactado el segundo informe, habría sufrido cierta discriminación.
En los predios que hoy día son objeto de reforma agraria, se han incluido como beneficiarios tanto a los campesinos vivientes como a los que se han incorporado con posterioridad a la instalación del asentamiento, comité o centro de reforma agraria. Se determinó que todos ellos pueden tener cabida económica dentro de esos predios en forma estable. Como el texto del segundo informe, que fue revisado por la Comisión, no establecía igual derecho para los campesinos que se incorporaran con posterioridad al momento de la toma de posesión, aquélla acogió la indicación formulada por el Senador que habla en el sentido de que los derechos, ya sea de la asignación de la tierra como de la adquisición de ella por pleno derecho, serían también extendidos a los campesinos incorporados con posterioridad a la toma de posesión material de los predios, siempre que hubieran sido aceptados por la mayoría de los trabajadores vivientes en los predios expropiados.
Estimo necesario, para la historia fidedigna de esta reforma constitucional, dejar constancia de tal situación.
Propusimos la indicación por haber comprobado que en reiteradas oportunidades se han vulnerado las disposiciones de la ley 16.640, según las cuales los campesinos beneficiarios deben recibir la propiedad de la tierra al término del período que fija ese cuerpo legal. Por desgracia, en diversas circunstancias se ha querido crear, más que una organización de carácter productivo, una de índole política dentro de los predios expropiados no constituidos aún en asentamientos. Con tal objeto se ha recurrido al expediente de incorporar a ellos a un número sustancialmente mayor de campesinos que los que viven dentro del predio expropiado. Me explico: en el predio denominado El Almendral, ubicado en Santa Cruz, en la provincia de Colchagua, vivían 19 trabajadores permanentes. Después de la expropiación, la Corporación de la Reforma Agraria, sin instalar el asentamiento, procedió a incorporar a otros 23 campesinos. De acuerdo con el sistema propuesto por el Ejecutivo en una de sus indicaciones, habría bastado...
El señor RODRIGUEZ.-
¿Su Señoría está fundando el voto?
El señor MORENO.-
Estoy participando en el debate.
El señor RODRIGUEZ.-
¿Me permite una interrupción?
El señor MORENO.-
Con todo gusto, con la venia de la Mesa.
El señor RODRIGUEZ.-
Sobre el tema que está abordando Su Señoría, deseo formular una pregunta. Pensé que el Honorable señor Moreno estaba fundando el voto, pero como se trata de una intervención general sobre el proyecto, con la venia de la Mesa, le ruego absolver la siguiente duda.
¿No piensa el señor Senador que, en general, la cantidad de mano de obra en el campo, debido al mismo sistema del latifundio, ha sido precaria con relación a las necesidades reales de una reforma agraria destinada a alcanzar cultivos más científicos y a aumentar la producción del agro?
La pregunta tiene importancia, porque no siendo experto en la materia ni mucho menos, pienso que el criterio moderno aconseja retener el máximo de elementos sociales en la agricultura, antes que promover su emigración hacia las ciudades. Creo que una de las virtudes de cualquier proceso de reforma agraria bien entendido y ejecutado es, precisamente, comprometer el máximo de mano de obra en el campo.
Tal era la pregunta que deseaba formular al Honorable señor Moreno, por estimar que está exagerando un poco la nota en su acento negativo a absorber más mano de obra de la que existía en la época del latifundio.
El señor MORENO.-
Con agrado contestaré la pregunta de Su Señoría, porque se trata de uno de los temas que más inquietan en el debate universitario y en los organismos técnicos abocados al problema de la reforma agraria.
Chile es un país que tiene en la actualidad una población rural que corresponde aproximadamente al 30% del total de sus habitantes, con un 24% ó 25% de mano de obra activa dedicada a la agricultura. La superficie continental de nuestra patria es de 74 millones de hectáreas, con sólo 5 millones cultivables y susceptibles de ser ampliados a 8 o 9 millones. De ellos, sólo millón y medio de hectáreas son tierras regadas. No hay duda de que, con la tecnología existente al nivel medio en países de ingresos similares al nuestro, es del todo inconveniente seguir presionando a la agricultura para que siga absorbiendo el crecimiento vegetativo de la población dentro de su sector, en lugar de transferir esa mano de obra, como está ocurriendo en todas las naciones que tienen un nivel de instalación similar al nuestro, a otros sectores más productivos y multiplicadores del crecimiento económico. Esa es la tesis socialmente adecuada y con la cual, a mi juicio, difícilmente se puede estar en desacuerdo. Por el contrario, sostener la inconveniencia de provocar un éxodo de la población rural, específicamente de la agrícola, hacia los sectores urbanos, fundándose en que el país no estaría en condiciones de absorberla, por razones de salubridad, de movilización o de trabajo, se contradice con el concepto del desarrollo de una agricultura presionada por una población que sigue creciendo y, en particular, por una agricultura que no ha podido ser tecnificada, precisamente por haber mantenido dentro de ella una cuota de mano de obra desproporcionada con la realidad.
Por eso, yo no estoy promoviendo - porque tampoco creo que se debe ser insensato - la migración desde el campo a las ciudades. Pero no podemos colocar un freno a lo que constituye un proceso natural, y que en nuestro país ya se está produciendo, a pesar de que la población rural está decreciendo, pues en los últimos diez años ha bajado, comparativamente, más rápido que lo que descendió en los últimos 50. No hay duda de que las expectativas de vida, de bienestar e, inclusive, las oportunidades de trabajo, son mejores en el nivel urbano, en el sector de los servicios.
Por eso, la indicación que he propuesto no excluye el aprovechamiento de aquella capacidad productiva que, sin duda, existió en los predios expropiados, por mala explotación o por abandono. En muchos que inclusive me correspondió expropiar cuando era Vicepresidente de la Corporación de la Reforma Agraria, se advertía un excedente de capacidad potencial productiva, sin inversiones adicionales, de aproximadamente 5% a 8% de mano de obra. Por tal motivo, esos trabajadores pueden ser incorporados en calidad de permanentes, siempre que la tierra pueda subvenir a las necesidades de sus familias, por lo menos dando trabajo para más de 220 jornadas en el año; o sea, que puedan trabajar más de 220 días dentro del predio.
Si esos predios en los cuales se pretende incorporar gente no resisten, de acuerdo con su producción y con el grado de inversión que hoy día está exigiendo nuestra economía para absorber esa mano de obra, a mi juicio, constituye una insensatez desde el punto de vista técnico y social creer que se resuelve el problema de la cesantía presionando para que los trabajadores que deben encontrar ocupación en otras esferas de nuestra economía, permanezcan dentro del sector agrícola, a sabiendas de que no sólo se van a redistribuir en las peores condiciones los excedentes de ese predio, sino que se generará una situación social insostenible para ellos mismos en el lugar donde van a permanecer.
Me habían solicitado interrupciones el Honorable señor García y la Honorable señora Carrera. Con agrado se las concedo.
El señor PALMA (Presidente).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCIA.-
En la interesante explicación que hemos oído se ha olvidado algo que para mí es muy importante: no es lo mismo reforma y problema agrario que problema rural, términos que con frecuencia se confunden.
El Honorable señor Moreno dijo que un 30% de la población es rural, y que de este porcentaje un 25% trabajaba en la agricultura.
El señor MORENO.-
No dije eso, señor Senador.
El señor GARCIA.-
Tal vez es menor la cifra que trabaja en la agricultura.
El señor MORENO.-
Lo que afirmé es que, del total de mano de obra o de la fuerza de trabajo del país, 25% se encuentra en la agricultura.
El señor GARCIA.-
Muy bien.
Lo que yo quería aclarar es que el problema no radica en colocar más gente dentro de los predios agrícolas, sino en dar trabajo a quienes viven en las zonas rurales en un tipo de ocupación que hoy día existe en todas partes del mundo. Actualmente, en todas las reformas destinadas a dar trabajo en este sector se está poniendo el acento en el concepto de zonas rurales, en contraposición al de zonas agrarias. En otras palabras, promover en los miles de pequeños pueblos ubicados alrededor de los campos el establecimiento de cierto tipo de pequeñas o medianas industrias caseras que absorban la mano de obra sobrante, a fin de que no complique ni aumente el problema de las grandes ciudades. En buenas cuentas, se trata de crear pueblos que tengan vida propia.
Según las estadísticas, no es en los campos donde la población rural ha disminuido, sino en los pueblos rurales, porque sus habitantes hoy día no tienen ningún destino.
Ahí está, a mi juicio, el gran plan rural que debe llevarse a cabo, a fin de dar trabajo, por medio de la creación de industrias adecuadas, a la mano de obra sobrante en tales pueblos.
El señor MORENO.-
Concedo una interrupción a la Honorable señora Carrera, con la venia de la Mesa.
La señora CARRERA.-
En general, observo en este acápite del discurso del Honorable señor Moreno que Su Señoría se extraña de que los predios expropiados absorban alguna mano de obra ajena a los campos, por estimarlo inconveniente.
El señor MORENO.-
No es así, señora SenaNora.
La señora CARRERA.-
Por lo menos así lo hemos entendido. Incluso, respecto al problema de absorber en parte la cesantía en los predios expropiados, nos dijo que en el régimen pasado vanguardias políticas observaban con gran alarma cómo quedaban cesantes, después de expropiarse los predios, cantidades bastante grandes de campesinos con sus familias.
En muchas ocasiones se manifestó en este recinto que la expropiación de los fundos traía consigo la cesantía de muchos asalariados agrícolas, quienes quedaban viviendo prácticamente en los caminos.
A mi juicio, ése es el problema que se ha tratado de evitar con el nuevo sistema, porque es necesario aumentar la producción de nuestra tierra y mantener los actuales niveles de nuestra productividad.
El Honorable señor Moreno tiene que saber perfectamente, por representar a una zona agraria, que en numerosos asentamientos hay mano de obra asalariada. Puede haber predios expropiados en el régimen anterior - en 25, 10 u 8 asentamientos - que tengan mano de obra asalariada en una cantidad que puede llegar a 50 o 60 campesinos, quienes están trabajando en las mismas condiciones que antes, cuando lo hacían para un patrón, sólo que éste se ha multiplicado por mil.
No tengo a mano los datos correspondientes, pero los puedo traer en cualquier momento. De memoria puedo recordar el caso del asentamiento Pupilla, donde hay asentados, mano de obra asalariada y, por añadidura, mano de obra temporal contratada; o sea, en ese asentamiento hay tres estratos.
No creemos justo que los patrones se multipliquen; pero nos parece que si un predio tiene productividad adecuada y es trabajado por una cantidad determinada de campesinos, es necesario, patriótico y también científico ocupar en él a cierta cantidad de trabajadores agrícolas a fin de que hagan producir esa tierra.
Muy bien sabe el Honorable señor Moreno, por ejemplo, que había un 40% de tierra de riego que no se trabajaba y grandes praderas de empastadas naturales que los señores terratenientes no se preocuparon jamás de hacerlas producir y que ocupaban determinada cantidad de mano de obra. Pues bien, ¿qué podríamos decir, entonces, grosso modo? Que incluso un 40% de la mano de obra que podría utilizarse en los campos sería adecuado para lograr el desarrollo económico que anhelamos.
Por eso, no estimo justa la crítica a la forma como se está llevando la organización dentro de los nuevos predios expropiados.
El señor MORENO.-
Quisiera recoger las observaciones de la Honorable señora Carrera, porque me da la impresión de que Su Señoría no prestó atención a mis palabras.
Si la Honorable colega da lectura a la indicación que figura en la página 45 del informe, recaída en el artículo 1º, comprobará que ella se refiere a que ha existido y sigue existiendo en muchos predios que se incorporaron al proceso de reforma agraria una cabida adicional para un número determinado de familias. Nosotros somos partidarios, como lo hemos sido siempre, de que donde exista ese tipo de cabida adicional, ella sea ocupada con trabajadores permanentes, para que éstos reciban el beneficio de la propiedad de la tierra de dicho predio. En consecuencia, si es un 5%, 10% o la cifra de que se trate, no cabe duda de que en los predios más mal explotados - que en su mayoría se expropiaron entre 1965 y 1968 - se incorporó un número importante de familias campesinas, en especial en los dedicados a la explotación extensiva de la ganadería, en los cuales, al combinarse esta actividad con trabajos de cultivo, se debió ocupar mano de obra permanente en forma bastante significativa.
Por ello, reitero: no se puede pretender, sobre la base de un criterio seudoteórico, absorber la mano de obra que no está hoy día en condiciones de ser aceptada, desde el punto de vista económico, dentro de un predio, por la producción y la productividad del mismo y porque eso destruye la tierra y la posibilidad de los campesinos de subsistir y, además, porque acarrea deterioro y una carga para el Estado y para la propia comunidad.
Por ello, propuse, en nombre de la Democracia Cristiana, una indicación - a que daré lectura - destinada a conceder el beneficio de ser asignatarios de la tierra y de adquirirla de pleno derecho a los campesinos que hubieren ingresado a los predios respectivos, como trabajadores permanentes, con posterioridad a la toma de posesión material, siempre que sean aceptados por la mayoría de los campesinos que hubieren trabajado en ellos en dicha fecha.
Hago hincapié en esta última frase, porque si hay algo que, a mi juicio, ha provocado conflictos dentro de la agricultura en el día de hoy, sobre todo en los predios reformados, es la situación que, generada por funcionarios políticos, por personas que desconocen la realidad de un predio y del sistema de trabajo del agro, han querido injertar trabajadores ajenos a aquél en contra de la voluntad, del conocimiento y de la experiencia de quienes son vivientes de los predios que se expropian.
Somos partidarios de que esos huecos se llenen, de preferencia, escogiendo a las personas que allí van a trabajar de entre los familiares de los que ya laboran en el predio. Y si eso no da cabida suficiente, que sean los propios campesinos quienes reciban la propiedad de la tierra, y como de preferencia la obtendrán en propiedad cooperativa, en propiedad mixta, se requerirá más que nunca cierta comunidad de criterio y de capacidad productiva similar.
No hay duda de que es conveniente y sano para ellos mismos y para la producción agraria que los campesinos que se incorporan venidos desde afuera cuenten con la aceptación de los que viven dentro del predio. Insisto sobre esta materia, porque el Gobierno de la Unidad Popular ha puesto mucho énfasis en un concepto que nosotros compartimos y que, por desgracia, no se ha respetado ni cumplido por la actual Administración. Me refiero a la participación. ¡Y qué participación más plena que la de un grupo de campesinos que debe recibir a otros decida acoger a quienes se incorporarán al predio que trabajan!
El señor PALMA (Presidente).-
Señor Senador, el Honorable señor Jerez le está solicitando una interrupción.
El señor MORENO.-
Le había concedido una al Honorable señor Valenzuela. Después accederé a la petición del Honorable señor Jerez.
El señor VALENZUELA.-
Seré muy breve.
Lo que está señalando el Honorable señor Moreno tiene, a nuestro juicio, extraordinaria importancia. Quiero hacer presente, a propósito de lo que el señor Senador expresó, que una de las críticas que con mucha altura de miras se puede hacer a lo que está ocurriendo actualmente en muchos centros de reforma agraria es que no sólo se incorporan a ellos campesinos, sino también personas que nada tienen que ver con el campo, que son simplemente militantes políticos, pobladores de las ciudades. Se los lleva allá...
La señora CAMPUSANO.-
Su Señoría está repitiendo...
El señor VALENZUELA.-
Señora Senadora, lo estoy diciendo con bueno y sano espíritu crítico, porque en esta materia tan fundamental para el país es conveniente que los Senadores de Gobierno escuchen las opiniones nuestras, que están basadas en la realidad, porque representamos zonas agrícolas y conocemos los problemas y los errores que se están cometiendo.
Deseaba hacer presente esta situación que, sin duda, representa un problema difícil de convivencia. Por eso, la indicación formulada por el Honorable señor Moreno, en nombre de la Democracia Cristiana, sobre la aceptación por parte de los campesinos vivientes, de los nuevos trabajadores agrícolas que ingresarán al predio, es, indudablemente, muy constructiva, porque representa la posibilidad de realizar un trabajo comunitario con la armonía necesaria para hacer producir la tierra chilena, que harto lo requiere el país, pues hoy estamos viendo que es menester importar alimentos del extranjero por estratosféricas sumas de dólares.
Estimo que esta observación es atinente al problema que planteaba el Honorable señor Moreno.
El señor MORENO.-
Concedo una interrupción al Honorable señor Jerez.
El señor PAPIC.-
Que su Señoría no siga otorgando interrupciones; de lo contrario, estará dirigiendo el debate.
El señor JEREZ.-
Me he visto obligado a pedir esta interrupción, aunque éste no es el sistema más regular, porque el Honorable señor Moreno está de hecho dirigiendo el debate. En caso contrario, tal vez no tenga oportunidad de hacerlo, a pesar de mi propósito de referirme más adelante a cada disposición.
Aquí ha habido una defensa de carácter técnico y político del proyecto de parta del Honorable señor Moreno. En realidad, en las intervenciones se está mezclando de todo. En este recinto están opinando Senadores que conocen los problemas del campo y otros que, posiblemente, los conocemos un poco menos, por el hecho de ser parlamentarios que representamos zonas industriales. Pero unos y otros tenemos el mismo derecho, como Senadores, a emitir nuestros juicios.
Desgraciadamente, pese a que reconozco que la política agraria, desde que comenzó la reforma, ha adolecido de errores no sólo en este Gobierno, que los reconoce y procura corregirlos, que no piensa que es perfecto y sí que hay mucho por hacer y mejorar, en este debate se han escuchado quejas por la ausencia de funcionarios de Gobierno, en circunstancias de que, según esas opiniones, en el estudio del proyecto han tenido participación muy menguada las organizaciones de trabajadores campesinos. Por eso, quiero preguntar al Honorable señor Moreno si acaso tiene conocimiento, porque aquí se habla en nombre de los intereses de los personas a quienes afecta esta reforma constitucional yo lo hago con mucha modestia, y no tomo la representación de nadie, de una declaración firmada por distintos dirigentes de organizaciones campesinas, como Eduardo Vega, Vicepresidente de la Confederación Ranquil; Julio Barría. Subsecretario de la Confederación Ranquil; Manuel Inzunza Campos, Vicepresidente Interino de la Confederación Triunfo Campesino ; Enrique Mellado, Director de Educación de la Confederación Triunfo Campesino; Gustavo Díaz, Presidente de la Confederación Libertad; Héctor Lucero, de la Confederación Libertad; Carlos Morales, Presidente de la Confederación Unidad Obrera Campesina; Ernesto Díaz, Presidente de la Confederación Nacional de Asentamientos; y Dagoberto Ortega, Director de la Confederación Nacional de Asentamientos.
Resulta que estos dirigentes, que representan a todos los campesinos de Chile que serán afectados por esta legislación, tuvieron oportunidad de ser escuchados por la Comisión, y esta mañana pude conocer sus reacciones y su amargura, porque, en definitiva, la conclusión de todo el debate fue que no se los había consultado jamás y que siempre se los llamaba ante hechos consumados, porque, en definitiva, quienes votan y deciden no son los campesinos, sino los miembros de los partidos y los Senadores en ejercicio.
En esta declaración, los campesinos, que serán los beneficiados con esta reforma constitucional, que para mí constituye sólo un retroceso y una decapitación de lo que se ha conseguido sobre la materia en Chile, están de acuerdo en la asignación de la tierra en la forma como lo estipula el texto de la ley vigente.
En segundo lugar, aceptan asignar la casa y el huerto en forma individual, tal como lo plantean el programa del Gobierno y los campesinos. Sólo nombraré tres casos, y el último se refiere a una indicación que parece redactada por el señor Vilarín, pues el proyecto prohíbe la comercialización, el transporte y cualquier tipo de cosas que permitan al Estado participar en la comercialización de los bienes que producen los trabajadores. En consecuencia, podremos encontrarnos con que se ha hecho un gran esfuerzo para producir, con el resultado de que la ganancia que debían recibir los campesinos se la llevarán los intermediarios, que estarán encargados de la distribución, y éstos encarecerán el producto para entregarlo al consumidor, que también es pobre. Por lo tanto, el único beneficiado sería el intermediario.
Como expresaba, las organizaciones que mencioné dicen, en el número 11 de este documento, que impulsarán la participación de las organizaciones campesinas en los organismos de comercialización del Estado y, además, el intercambio entre las organizaciones de trabajadores, con la autorización del SAG.
Quiero preguntar al Honorable señor Moreno si, como información de cultura general, él conoce esta declaración y si le niega validez, con una salvedad: la Confederación de Asentamientos Campesinos rechaza algunos de los puntos, pero acepta los tres esenciales que he mencionado. Más adelante, en dicho documento señala que está en desacuerdo con otros puntos que no tienen relación directa con el tema en debate.
El señor PALMA (Presidente).-
Puede continuar el Honorable señor Moreno. Restan al señor Senador siete minutos de su tiempo.
La señora CAMPUSANO.-
Señor Presidente, yo había solicitado una interrupción.
El señor MORENO.-
Perdone, señora Senadora, pero primero contestaré al Honorable señor Jerez, y después el señor Presidente puede concederle el uso de la palabra.
La señora CAMPUSANO.-
¡No es muy caballero el señor Moreno!
El señor MORENO.-
Lamento sinceramente que el Honorable señor Jerez no haya leído el informe de la Comisión.
El señor JEREZ.-
El señor Senador tuvo que echar marcha atrás en varias cosas.
El señor MORENO.-
Comprendo que Su Señoría debe de haber estado muy ocupado en tareas de asesoría del Gobierno y en otros asuntos, pero si realmente hubiera tenido interés en conocer la opinión de los campesinos, en primer término podría haber asistido a la Comisión, donde se escuchó a todos los representantes de las diversas organizaciones campesinas, cualquiera que fuera su ideología o tendencia.
El señor JEREZ.-
¡Pero no antes!
El señor MORENO.-
Se los escuchó antes de procederse a redactar el segundo informe. Precisamente, se actuó así porque había interés en conocer su opinión tanto sobre las indicaciones de los diversos señores Senadores, como de las del Gobierno. Una de éstas establece la posibilidad de crear las áreas social y mixta en la agricultura y, en la práctica, la incorporación de todos los predios a las haciendas estatales. La segunda, posibilita las expropiaciones de los predios pequeños y medianos, incluidos todos sus inventarios. Sugiero al señor Senador que las lea.
Conozco la declaración que mencionó, porque como realmente me intereso por los problemas de los campesinos, no por razones de orden político, sino porque ésa ha sido una vocación de toda mi vida, he tenido la debida precaución de saber lo que ellos piensan, lo que proponen y, también, los acuerdos y las discrepancias que con ellos podamos tener.
Por eso, termino manifestando nuestra satisfacción como Senador de la Democracia Cristiana, con toda la modestia que puedan significar las ideas que hemos propuesto sobre el particular, de haber contribuido a que en la Constitución Política del Estado se garantice el derecho de los trabajadores de la tierra a ser propietarios de ella. No queremos que ante nuestra presencia - nuestros votos jamás colaborarán a ello - se escamotee a quienes han sido explotados durante generaciones su posibilidad de contar con vida y con días mejores, como, desgraciadamente, les está ocurriendo hoy, pues el ofrecimiento que se les hizo de ser libres mediante la posesión de un pedazo de tierra, ha resultado el sarcasmo más brutal para quienes hasta hoy han esperado, quién sabe con cuántos anhelos, la oportunidad de tener la tierra en sus manos, y se han encontrado con que han sido sustituidos por un régimen patronal en el cual ni siquiera cuentan con una organización sindical que les permita defenderse de los atropellos y vejaciones de que son objeto.
Por las razones expuestas, anuncio que votaré favorablemente la primera indicación que el señor Presidente ha sometido a debate.
El señor PALMA (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.-
Señor Presidente, el Honorable señor Jerez me ha pedido una interrupción. Se la concederé por cinco minutos.
El señor HAMILTON.-
¿Por qué no se inscribe el señor Senador?
El señor PALMA (Presidente).-
El Honorable señor Chadwick está inscrito a continuación. Por eso, le concedí la palabra.
Con la venia de la Mesa, puede hacer uso de una interrupción el Honorable señor Jerez.
El señor JEREZ.-
El Honorable señor Moreno dijo algo que no es ninguna novedad: que los campesinos fueron invitados a la Comisión. Eso también lo expresé yo.
El problema consiste en saber si fueron realmente interpretados en el proyecto. Según su declaración, los trabajadores del agro, a quienes el señor Senador dice conocer, están en desacuerdo con los tres aspectos fundamentales de la iniciativa. Inclusive el Honorable señor Moreno ha debido echar pie atrás, y Su Señoría lo reconoce, pues se lo he escuchado decir. Por eso, no entiendo por qué se siente representante de ese sector de trabajadores. No necesito conocer la opinión de cada miembro de la Comisión, así como no le reprocho al señor Senador que no asista a la Comisión de Defensa para pronunciarse sobre los proyectos que después verá la Sala. Me basta leer los informes, documentarme y tener un poco de sentido común para darme cuenta de que los campesinos rechazan las disposiciones principales del proyecto y de que algunas normas se cambian durante su debate en la Comisión.
Su Señoría me pregunta por qué no leo el informe. Señor Senador, conozco la historia del proyecto y sé que se echó marcha atrás en algunas normas, como la relativa a las condiciones para proceder a la entrega de las casas e, incluso, la forma de asignar la tierra. Sé que ellas fueron modificadas durante el debate en la Comisión y que, inicialmente, estaban integradas en el espíritu y en la letra, a un proyecto que, insisto, no sólo cercenaba lo que era la modesta reforma agraria iniciada por la Democracia Cristiana, sino que, al mismo tiempo, consagraba el derecho de la propiedad individual en zonas importantes de la agricultura chilena.
No quiero abusar del tiempo, y agradezco al Honorable señor Chadwick la interrupción que me concedió.
El señor PALMA (Presidente).-
Puede continuar con la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.-
En este debate general sobre la reforma constitucional propuesta por algunos Senadores de la Democracia Cristiana, el Senador que habla debe insistir en sus puntos de vista fundamentales.
Sin necesidad de suponer intenciones o de imaginar propósitos, veo claro que la enmienda constitucional propuesta persigue como finalidad impedir que se lleve a cabo la reforma agraria. Lo digo con antecedentes claros y categóricos. Un antecedente de carácter político demuestra que ninguna reforma de nuestra Carta Fundamental puede llevarse a la realidad sin contar con los votos, conforme a la relación de fuerzas existentes en la actualidad en el Congreso, de los enemigos de la reforma agraria.
Para aprobar una reforma constitucional en el Senado se necesitan 26 votos. ¿Cómo se reúne esa cantidad si no es sumando los de los señores Senadores de la Derecha, que proclaman que la reforma agraria es un robo, que se les roba la tierra a los latifundistas, y que dicen, como afirmaba el Honorable señor García en la discusión de la exposición de la hacienda pública, que el régimen latifundista es en sí bueno? Cuando la Democracia Cristiana intenta modificar la Constitución Política del Estado para dar normas sobre la reforma agraria, tiene que saber que ninguna de sus intenciones puede prosperar si no cuenta con los votos favorables de los enemigos proclamados de la reforma agraria.
Eso es un pequeño detalle.
Como me adiciona el Honorable señor Rodríguez, el axioma popular afirma: Dime con quién andas y te diré quién eres.
El señor PAPIC.-
Contamos también con los votos del PIR.
El señor CHADWICK.-
Pero con ello no suman 26 votos, señor Senador. Con el solo concurso del PIR no tienen la mayoría absoluta de los Senadores y Diputados en ejercicio.
Además, el estudio de las disposiciones es un buen elemento de convicción. Porque, ¿en qué consiste la reforma constitucional en debate, globalmente considerada?
En primer término, somete el proceso de la reforma agraria a un término perentorio...
El señor HAMILTON.-
Perdón, Honorable colega. Deseo hacerle una breve pregunta.
El señor CHADWICK.-
Sí, señor Senador.
El señor PALMA (Presidente).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra Su Señoría.
El señor HAMILTON.-
Es muy curioso lo que sostiene Su Señoría, ya que, según el señor Senador, la reforma es buena o mala según la haya votado a favor o en contra la Derecha. Usando ese mismo argumento, tendríamos que concluir que fue malo aprobar la nacionalización de las minas de cobre y la respectiva reforma constitucional, por haber contado con los votos favorables de la Derecha.
El señor CHADWICK.-
No he concedido interrupciones, señor Presidente.
El señor HAMILTON.-
Ahora dice que no me ha concedido una interrupción. Entonces, me la he tomado. Es igual.
No quería decir más, señor Presidente.
El señor PALMA (Presidente.-
Honorable señor Hamilton, el señor Senador dice que no le concedió una interrupción.
Puede continuar el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.-
En realidad, daré interrupciones cada vez que se trate de algo útil, pero no las concederé para esta guerrilla inconsistente.
Si se examinan las medidas de fondo que se introducen en la Constitución Política por esta enmienda que nace de la Democracia Cristiana, se advierte, como empezaba a decir, que comienza por señalar un plazo perentorio para que la Corporación de la Reforma Agraria cumpla con ciertas medidas de asignación de la tierra, y, en la práctica, ese plazo de dos años se reduce a uno mediante los artículos transitorios.
En esta forma insidiosa, no se saca la cara, no se dice lo que se quiere.
El señor MORENO.-
Lo hemos expresado derechamente.
El señor CHADWICK.-
No, señor Senador.
Lo que yo sostengo es que el plazo de dos años que se consigna en el artículo propuesto, entre otros, por Su Señoría...
El señor MORENO.-
Para los nuevos predios.
El señor CHADWICK.-
...para los nuevos predios, en la práctica se reduce a un año mediante el procedimiento de dar al mismo organismo que debe hacer las asignaciones que se señalan en esa disposición, otras tareas que debe cumplir de preferencia durante un año. ¿En qué consiste el mecanismo? En una cosa muy sencilla que voy a explicar.
Se dice que el Estado o los organismos que de él dependen, cada vez que adquieran predios para fines de reforma agraria, deberán asignar, en el plazo de dos años, en propiedad individual, a los campesinos, o en colectiva a las cooperativas asignatarias o de asignatarios de tierras, los predios que se hubieran adquirido. Esa es la primera idea. O sea, hay un plazo perentorio de dos años, que después resulta disminuido, porque los mismos organismos tendrán que cumplir una tarea mucho más estricta en el plazo de un año, consistente en hacer las asignaciones de todos los predios ya adquiridos antes de esta reforma constitucional.
De modo que, entendiendo bien el mecanismo de la enmienda en debate, se llega a la conclusión de que lo que propone la letra expresa, el tenor inequívoco de la modificación de la Constitución, es señalar plazos perentorios para hacer asignaciones de tierra.
Ahora bien, si uno se pregunta qué ocurrió en el pasado, qué pasó cuando los autores de esta enmienda constitucional tenían en sus manos la Corporación de la Reforma Agraria, podrá comprobar que durante seis años sólo hicieron asignaciones en 108 predios. ¿Cómo quieren que ahora, en dos años, esos organismos del Estado hagan las asignaciones de tierra de 4.800 predios? De este modo queda en evidencia, no digo el propósito, sino la finalidad que claramente resulta de esta disposición: impedir que la reforma agraria se lleve adelante en un proceso acelerado, como se comprometió a hacerlo la Unidad Popular ante el pueblo de Chile el 4 de septiembre de 1970.
El señor MORENO.-
¡Nada que ver...!
El señor CHADWICK.-
El Honorable señor Moreno me dice que no tiene nada que ver. Le celebro sus expresiones un tanto folklóricas y pintorescas, pero resulta que tiene mucho que ver el crear una obligación constitucional a sabiendas de que no se podrá cumplir. Eso tendrá un efecto indudable que significa paralizar la reforma agraria, porque ¿cómo podrá la CORA seguir expropiando predios, si sabe que tiene que asignarlos dentro de un plazo que no le da tiempo suficiente para cumplir con la disposición? El Honorable señor Moreno, que fue Vicepresidente de la Corporación de la Reforma Agraria, sabe que esto es así, puesto que él, durante su Administración, repito, en seis años, hizo asignaciones sólo en 108 predios. Sin embargo, ahora quiere que el Gobierno, para poder realizar el proceso de la reforma agraria, cumpla esa tarea en 4.800 predios más, vale decir en 40 veces más predios, en el plazo exiguo de dos años, plazo que se ve disminuido por el artículo 1º transitorio, porque esta disposición impone nuevas cargas, obligaciones y deberes a la Corporación de la Reforma Agraria, que tendrá que darles atención preferente.
De modo que es claro el propósito que se persigue: parar la reforma agraria. Detener esto que causa tanto escozor a la Derecha: que se lleva adelante en forma acelerada el proceso, para que no quede ningún latifundio, ningún predio sin expropiar. Y para ello la manera de amarrar las manos al Gobierno Popular es decirle: Usted tiene que hacer esto mientras tanto, pero no puede hacerlo sino en el plazo de dos años.
Y es tanta la ceguera política que preside esta reforma de la Carta Fundamental, que llegó a redactarse una disposición, que se trajo a esta Sala para que los Senadores fueran sorprendidos, en términos que constituían una aberración jurídica de tal magnitud que le basto al Senador que habla representarla en las Comisiones para que aquélla se redactara de nuevo. ¿En qué consistía tal aberración? En introducir en la Constitución Política del Estado un precepto que rezaba más o menos así: Si dentro del plazo señalado no se hicieran las asignaciones especificadas, los predios se entenderán asignados de pleno derecho, o a los campesinos, o a las organizaciones que se mencionaban en el precepto, o a las cooperativas que ahí también se indicaban. Entonces, bastaba una simple reflexión: ¿Cómo podía asignarse de pleno derecho una misma propiedad alternativamente a distintas personas? Sin duda, esta precipitación esta manera de redactar la Constitución Política está demostrando...
El señor JEREZ.-
Un acto de juventud.
El señor CHADWICK.-
...no un acto de juventud, como me sopla el señor Jerez, sino un menosprecio demencial por lo que es la Carta Política del país. Esto se pudo corregir, y yo me felicito de ser en parte responsable de que este proyecto de reforma constitucional no se haya despachado en la primera ocasión con las aberraciones jurídicas que me obligaron a decir que se procedía sin discernimiento.
El señor HAMILTON.-
¡Para que no se felicite solo, si quiere lo felicitamos nosotros también...!
El señor CHADWICK.-
Yo creo qua se pueden hacer chistes y bromas, estar en un permanente risoteo...
El señor JEREZ.-
Cuando no hay argumentos.
El señor CHADWICK.-
...cuando no hay argumentos, pero la verdad es que no se pueden introducir modificaciones con ese criterio a la Carta Fundamental de Chile.
Aún más, la segunda medida para hacer abortar la reforma agraria consiste en diseminar por todo el país un número desconocido de predios que no podrán ser expropiados, de inexpropiabilidad absoluta, aunque estén abandonados, aunque estén en zonas de riego o de saneamiento obligado, como los llamados ñadis, aunque sean predios que no estén trabajados por sus dueños. Se trata de los predios de capacidad física inferior a 40 hectáreas de riego básicas.
¿Pero sabe esta Corporación lo que significan en superficie los predios de menos de 40 hectáreas de riego básicas? Creo que no lo sabe, porque de lo contrario nadie se habría atrevido a proponer que el país se llenara de estos terrenos absolutamente inexpropiables. Por ejemplo, en la provincia de Valdivia llegan a las 3.500 hectáreas...
El señor ACUÑA.-
En la Cordillera de los Andes, en la zona cordillerana.
El señor CHADWICK.-
Con un gesto de elocuencia, el Honorable señor Acuña sostiene que esos predios quedan en la zona cordillerana; pero debo señalarle que esa zona es bastante extensa.
La señora CARRERA.-
Y limítrofe, entre otras cosas.
El señor CHADWICK.-
...y limítrofe. O sea, representan 3.500 hectáreas en las provincias de Osorno y Llanquihue.
El señor ACUÑA.-
Pero son los faldeos del volcán Osorno.
El señor CHADWICK.-
Si el Honorable señor Acuña me lo permite, seguiré con mis argumentos.
El señor VON MUHLENBROCK.-
En Coquimbo llegan a diez mil hectáreas.
El señor CHADWICK.-
Está equivocado.
En la provincia de Aconcagua, ubicada en pleno centro del país, con suelos arables, pero con algunas limitaciones para el cultivo de la zona, las 40 hectáreas de riego básicas alcanzan a mil hectáreas físicas.
En la provincia de Atacama, en la zona de mayor provecho agrícola, o sea, de Freirina a la costa, donde hay importantes fundos de riego...
El señor FUENTEALBA.-
En el desierto llegan a 5 mil hectáreas.
El señor CHADWICK.-
Si el Honorable señor Fuentealba se calma y quiere entender, no me haga interrupciones de ese jaez.
En Atacama, en el valle del Huasco, donde hay verdaderos oasis, tierras regadas con aguas permanentes, las 40 hectáreas básicas alcanzan a 333 y media hectareas de regadío. El Honorable señor Fuentealba fue brillante abogado en Illapel, y sabe...
La señora CAMPUSANO.-
¡Brillante abogado contra los comuneros!
El señor FUENTEALBA.-
Los comuneros tuvieron en mí su mejor abogado, señora Senadora. Pregúnteselo a Cipriano Pontigo, que fue mi mejor cliente, quien más clientela me llevó.
La señora CAMPUSANO.-
Pero ¿qué opinión tienen los comuneros de Mincha?
El señor FUENTEALBA.-
A ellos mismos pregúnteselo.
El señor PALMA (Presidente).-
Está con la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.-
Estoy sosteniendo la tesis de que el Senado no ha medido lo que significan 40 hectáreas de riego básicas a lo largo del país.
Me llevé una gran sorpresa al estudiarlo. Me encontré con que, por ejemplo, en la provincia de Coquimbo, entre Vicuña y La Serena, las 40 hectáreas de riego básicas significan 1.333 y media hectáreas de terrenos de riego.
Por eso, yo pregunto al Honorable señor Fuentealba, que fue Diputado muchos años por esa provincia, si va a discutir que dicha extensión corresponde a un latifundio.
No cabe duda de que así es.
Ahora, por medio de esta reforma constitucional se pretende que todos esos predios, estén abandonados o no lo estén; sean o no trabajados por sus dueños, cualesquiera que sean las condiciones en que se encuentren, no puedan ser expropiados por ningún motivo o razón.
Concluyo diciendo que, en consecuencia, esta reforma constitucional ha de diseminar en el campo chileno una cantidad que nadie puede en este momento precisar, pero que en todo caso será muy grande, de fundos inexpropiables, porque quedarán dentro de la cabida de las 40 hectáreas básicas.
El señor VALENZUELA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor CHADWICK.-
Con todo agrado.
El señor PALMA (Presidente).-
Con la venia de la Mesa, tiene la palabra Su Señoría.
El señor VALENZUELA.-
Agradezco la interrupción que me concede el señor Senador.
En verdad, en la sesión anterior en que se trató esta materia el Honorable señor Chadwick también mencionó el problema de la transferencia de los predios de pleno derecho a los campesinos que acrediten haber trabajado en ellos, individualmente o en copropiedad, y manifestó una serie de dudas, las que aparecen aclaradas en el nuevo informe, precisamente del modo en que todos habíamos entendido el asunto: que tales transferencias de pleno derecho se realizaran de conformidad con las disposiciones de la ley de Reforma Agraria, que contiene una serie de limitaciones tendientes exactamente a evitar lo que planteaba el señor Senador; la posibilidad de que los campesinos pudieran vender esas tierras.
Ahora, el señor Chadwick nos dice que la disposición quedó distinta. Quiero hacer presente que en el segundo informe, y en este nuevo segundo informe, la norma permanece igual, y que lo único que aclara la situación es un inciso final que se agrega al Nº 1, que dice lo siguiente:
Las asignaciones y transferencias a que se refieren los cinco incisos anteriores se efectuarán con las limitaciones y prohibiciones establecidas en la ley de Reforma Agraria.
Frente a algunas imputaciones de orden personal, referidas en especial al señor Fuentealba, en absoluto atinentes al debate, debo dejar constancia de que hemos actuado con un alto espíritu en esta materia. Es así como reconocimos que las observaciones del señor Chadwick en la sesión anterior podían tener validez y que el precepto podría parecer no muy claro en cuanto a la finalidad que perseguirnos. Y por esto en la Comisión se aceptaron las sugerencias del señor Senador y se remachó el artículo con este nuevo inciso que lo hace operante en todas sus posibilidades, pero con las limitaciones establecidas en la ley de Reforma Agraria. Esto demuestra el espíritu con que hemos actuado en esta materia.
No nos ha movido, como se ha dicho, un ánimo de regresión ni el de tratar de frenar la reforma agraria. Muy por el contrario, lo que se quiere es que el proceso sea real, efectivo, que reporte beneficio directo a los campesinos, y que, por ende, favorezca la producción agraria chilena, que es lo que interesa al sector campesino y al país todo.
Muchas gracias, señor Senador.
La señora CARRERA.-
El Honorable señor Chadwick me ha cedido una interrupción.
El señor PALMA (Presidente).-
Tiene la venia de la Mesa Su Señoría, para hacer uso de una interrupción.
La señora CARRERA.-
Señor Presidente, nos parece necesario que en este debate quede constancia de una declaración de las organizaciones campesinas de Chile y del Ministro de Agricultura. Dice así:
Las Organizaciones Confederación Nacional Campesina e Indígena Ranquil, Confederación Nacional Campesina El Triunfo Campesino, Confederación Nacional Campesina Libertad, Confederación Nacional Unidad Obrera Campesina, la Confederación Nacional de Asentamientos y Cooperativas Asignatarias y el Ministro de Agricultura han acordado a comprometerse públicamente a:
1.- Luchar en conjunto por elevar la producción agropecuaria.
2.- Luchar en conjunto por eliminar la especulación y el mercado negro.
3.- Luchar en conjunto contra los funcionarios que perjudican la producción, que no cumplen con su trabajo, cualquiera que sea su ideología.
4.- Luchar en conjunto por eliminar el alcoholismo y el ausentismo que se da en algunos sectores del campesinado.
5.- Modificar el reglamento de los asentamientos creando mecanismos que democraticen mayormente su funcionamiento interno, que establezcan sanciones y estímulos a la producción. Este reglamento será confeccionado por una comisión integrada por dos representantes de cada una de las Organizaciones Campesinas que suscriban este acuerdo y dos funcionarios del Ministerio de Agricultura.
6.- Asignar la tierra de acuerdo a la que estipula la actual Ley de Reforma Agraria. Las prioridades para estas asignaciones serán propuestas por las Organizaciones Campesinas que suscriban este acuerdo tomando en cuenta la antigüedad de ellos. Las Organizaciones Campesinas que suscriben este acuerdo consideran que la asignación individual no sería de beneficio para el país ni para los campesinos.
Hago hincapié en este punto.
En seguida, se agrega:
Además las Organizaciones Campesinas acuerdan que la asignación debe ser para todos los trabajadores permanentes del predio.
NOTA: Agregúese al punto 5 que una vez aprobada la modificación de los reglamentos de los asentamientos, los campesinos que se incorporen al Área Reformada podrán optar por la forma de organización del asentamiento reformado.
7.- Asignar la casa y el huerto en forma individual, tal como lo plantea el programa del Gobierno y los campesinos. La superficie del huerto será de hasta 2 Hás. de acuerdo a una tabla que confeccionará una comisión integrada por las Organizaciones Campesinas que suscriben este acuerdo y funcionarios del Ministerio para las distintas zonas del país. El criterio de esta comisión, será determinar superficies de huerto que no puedan significar el descuido de los trabajos cooperativos.
8.- Las Unidades Reformadas podrán adquirir maquinaria agrícola en propiedad cooperativa de los campesinos. Además de esto, existirán pooles estatales de maquinarias, con participación de las Organizaciones Campesinas.
9.- Impulsar la participación campesina en los organismos crediticios. Para facilitar esta participación campesina, deberán simplificarse los planes de siembra y control de avance. Se formará una comisión para estudiar los mecanismos del crédito.
10.- La fijación de precios a los productos agrícolas se realizará con la participación de las Organizaciones Campesinas que suscriban este acuerdo en ODEPA, que es el organismo técnico encargado de realizar los estudios respectivos.
11.- Impulsar la participación de las organizaciones campesinas en los organismos de comercialización del Estado y además el intercambio entre organizaciones de trabajadores, con la autorización del SAG.
12.- Las organizaciones campesinas y el Ministerio de Agricultura acuerdan dar el mayor respaldo posible a los pequeños agricultores o pequeños propietarios, entendiendo por tales a quienes trabajan directamente sus tierras. También acuerdan dar amplias garantías a los medianos agricultores qué trabajan en buena forma predios de hasta 40 hectáreas de riego básicas - a los que trabajan bien - que cumplan con sus trabajadores y que les den participación en las utilidades de la empresa. Además del apoyo del aparato estatal, las organizaciones campesinas harán conciencia en sus bases de la necesidad de ayudar a los pequeños agricultores, a través de facilitar el uso de la maquinaria agrícola, abonos, trabajos voluntarios, etc.
13.- Las organizaciones campesinas que suscriben este acuerdo y el Ministro de Agricultura manifiestan su desacuerdo con la idea de dejar obligatoriamente reservas de 40 hectáreas de riego básicas - hago hincapié en esta frase - y de declarar inexpropiables a los predios de hasta 40 hectáreas de riego básicas. Todos los predios que se encuentran abandonados o que sean ofrecidos voluntariamente por sus dueños deben pasar a manos de los campesinos para ponerlos en producción.
14.- Manifestar que la expropiación del puro casco perjudica a la producción y va contra los intereses de los campesinos y proponemos que los campesinos determinen con qué parte de los inventarios de trabajo desean quedarse.
15.- Otros puntos que son de interés de los campesinos y del Gobierno serán resueltos a través de la participación permanente de las organizaciones campesinas que suscriben este acuerdo, a todos los niveles de los organismos del Ministerio de Agricultura.
16.- El Ministro se compromete a instruir a todos los funcionarios a dar cumplimiento a estos acuerdos.
17.- La Confederación Nacional de Asentamientos deja establecido que rechaza los puntos 12, 13, 14, 15 y 16 de esta declaración.
Quien lea después esto con cuidado se dará cuenta de que algunos capítulos tienen poco que ver con la realidad, pues ya los campesinos están viviendo en predios expropiados, y son los futuros asignatarios, los futuros miembros de los terrenos expropiados quienes deben opinar sobre ciertas cosas. Pero, en todo caso, no tiene mayor importancia para el conjunto del acuerdo, que está firmado por Rolando Calderón Aránguiz, Ministro de Agricultura; Eduardo Vega, Vicepresidente de la Confederación Ranquil, en fin, por todos los dirigentes de las organizaciones campesinas que ya mencioné.
Al leer esta declaración, que fue emitida por todas las organizaciones campesinas de Chile, que adoptaron un acuerdo con nuestro Ministro de Agricultura y que muy poco tienen que ver con la reforma constitucional que se pretende aprobar aquí en nombre de los campesinos, vemos que está muy poco ajustado a derecho, es muy poco democrático, incorrecto desde todo punto de vista, como trabajo político, realizar determinada acción en representación de los trabajadores de la tierra sin haberlos consultado previamente, sin haber tenido comunicación directa con las organizaciones ni con los propios campesinos. No me extraña tal actitud de parte del Senador señor Moreno, quien, debido tal vez a una deformación de su personalidad, habla en nombre de los campesinos, en circunstancias de que, mediante la reforma constitucional que estudiamos, está trabajando para los patrones.
Sobre el particular, quiero decir que durante la última elección complementaria...
El señor PALMA (Presidente).-
Perdón, señora Senadora, pero ha terminado el tiempo correspondiente a la interrupción.
La señora CARRERA.-
Puedo intervenir durante el tiempo que me permita el orador que me la concedió.
El señor PALMA (Presidente).-
No, señora Senadora.
La señora CARRERA.-
En todo caso, voy a terminar.
El señor PALMA (Presidente).-
Solicito el asentimiento de la Sala para permitir a la Honorable señora Carrera terminar sus observaciones.
La señora CARRERA.-
¡A otros Senadores no les hace este tipo de oposición, señor Presidente!
El señor PALMA (Presidente).-
A todos los señores Senadores que intervienen por la vía de la interrupción.
Solicito el asentimiento de la Sala para que la señora Senadora complete sus observaciones.
Acordado.
La señora CARRERA.-
¡Quisiera terminar mis observaciones! ¡Solicito que me dé...!
El señor PALMA (Presidente).-
Ya se adoptó el acuerdo, señora Senadora.
La señora CARRERA.-
¡Lo siento, porque quería decir que aquí tengo más de cien...
El señor RODRIGUEZ.-
Ya se adoptó el acuerdo, Honorable colega.
La señora CARRERA.-
Le agradezco mucho su deferencia, señor Presidente. Pero como el Senador Moreno y el Senador que en este momento se ríe junto a él, el señor Hamilton no recordaba su apellido, acostumbran hacer de las sesiones de esta Honorable Corporación una especie de circo, del que son protagonistas, una se confunde a veces. En todo caso, deseo expresar algo breve y sencillo.
No me extraña que el señor Moreno trate de realizar algunas acciones en nombre de los campesinos sin consultarlos previamente y de confundir a la opinión pública, porque esto ya se ha transformado en hábito suyo, a causa de la deformación de su personalidad. Y es así como durante la última campaña electoral recorrió el valle del Choapa para formular planteamientos a los campesinos allí asentados. Además, les envió cartas diciéndoles que votaran por el candidato de la Derecha, cosa que los trabajadores de la tierra, por supuesto, no hicieron. Pero esos campesinos me hicieron llegar, en varias concentraciones y otras oportunidades, algunas de esas cartas. Y por si esos trabajadores del valle del Choapa leyeran la versión de esta sesión, que se publicará en El Mercurio no creo que lo hagan, pues no se dejan confundir por la prensa reaccionaria y vendida de este país, desde ya les doy excusas, porque les prometí entregar esos documentos al Senador Moreno en una sesión, y ya han pasado varios meses y no lo he hecho.
¡Un guardia por favor! ¡Joven, en nombre de los campesinos del valle del Choapa, llévele todas estas cartas al Honorable señor Moreno! Esos trabajadores sienten no devolvérselas todas, porque las restantes las quemaron. En algunos asentamientos hicieron grandes fogatas con las cartas del Senador Moreno, porque lo repudian. En esa zona, como le debe de constar a la Senadora señora Campusano, nombrar al Senador Moreno significa que la gente manifieste su repudio, porque, incluso, villorrios que se hicieron cuando el señor Moreno era Vicepresidente de la CORA se cayeron en su totalidad a raíz de un terremoto, pues no se usó el cemento necesario. Esas casas se construyeron en la época en que el señor Moreno llamó a firmas interesadas o a propietarios de empresas amigos suyos para que las levantaran. Además, los campesinos se quejan por algunas sumas de dinero que debieron ceder de sus adelantos y cuyo destino nunca conocieron.
Por éstas y otras razones, en la región se repudia al Senador Moreno. Y se trata de auténticos trabajadores de la tierra.
Por lo tanto, no me extraña que, en nombre de los campesinos, se venga aquí a dictar reformas constitucionales que nada tienen que ver con los intereses de ellos.
También quiero formular algunas observaciones sobre lo que decía el Senador Chadwick en cuanto a lo que se considera 40 hectáreas de riego básicas en algunas zonas.
No sólo una vez, sino tal vez decenas de veces, los Senadores de estas bancas y los demás de la Unidad Popular hemos sostenido que la tabla de conversión elaborada en virtud de la ley de Reforma Agraria - el texto legal que se usa en estos momentos - es mala, que ninguna relación tiene con la calidad de nuestras tierras, que esa tabla no es científica y que debe cambiarse completamente.
El señor HAMILTON.-
Entonces, ¿por qué la aprobaron?
La señora CARRERA.-
Peor era nada, señor Senador.
Por lo tanto, en la primera oportunidad que se nos presente cambiaremos esa tabla de conversión, porque es incorrecta, acientífica, porque está hecha a la ligera, y en muchos casos, por intereses de partidos foráneos que ejercieron presión sobre la Democracia Cristiana. Me refiero a partidos extranjeros.
El señor PALMA (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Hamilton.
La señora CARRERA.-
El señor Chadwick aún no ha terminado su intervención.
El señor PALMA (Presidente).-
Ruego al señor Senador disculparme.
Como Su Señoría dijo concluyo, pensé que había terminado sus observaciones.
El señor CHADWICK.-
Señor Presidente, escuché con mucha atención lo que dijo el Honorable señor Valenzuela, y creo que de sus palabras resulta una importante lección, que deberíamos recoger.
Su Señoría manifestó que en el informe final de las Comisiones unidas de Agricultura y de Legislación se han tomado en cuenta las observaciones que formulé en la Sala respecto de los inconvenientes que a simple vista se observaban en la reforma constitucional propuesta. ¿Cuáles eran esos inconvenientes? Ni más ni menos que se nos adosaba la obligación de asignar a los campesinos, en propiedad individual, la tierra expropiada. Yo sostuve en la Sala que eso significaba que el asignatario quedaría en condiciones de disponer de la tierra. El Honorable señor Bulnes me rectificó, advirtiendo con bastante énfasis que eso no podía ocurrir porque se mencionaba la ley de Reforma Agraria en la disposición constitucional, y porque dicha ley contiene las limitaciones y prohibiciones que yo echaba de menos. Quedé con la idea de que esa rectificación del Honorable señor Bulnes no era convincente, porque las prohibiciones y limitaciones de la ley de Reforma Agraria no operan de pleno derecho. Es necesario un acuerdo del Consejo de la Corporación de la Reforma Agraria mediante el cual se asigne la tierra, para que en él se introduzcan las limitaciones y prohibiciones. Y, en seguida, es indispensable que todo esto se reduzca a escritura pública y que en ella se repitan las limitaciones y prohibiciones, para que éstas lleguen a existir. De modo que en la reforma de la Constitución la propiedad individual que perentoriamente se ordenaba asignar por el Consejo de la CORA dentro del plazo de dos años iba a operar sin esos resguardos.
Las Comisiones Unidas tuvieron la bondad de escucharme y de agregar al proyecto un inciso que pone claridad en esta materia.
Pero ¿no es acaso una experiencia, no es una lección la que estamos recogiendo? ¿Qué pasa si introducimos con tanta rapidez y superficialidad disposiciones a la Constitución? Indudablemente, se dan cosas como ésta. Y yo puedo decir a la Sala de inmediato que una de ellas, muy importante, se nos ha escapado.
La ley de Reforma Agraria, con un sentido social que ahora se ha evaporado en sus autores, establece que los predios asignados a los campesinos son inembargables. ¿Dónde estaría, en virtud del nuevo mecanismo constitucional, esa garantía de la inembargabilidad de las tierras asignadas? Creo que, aunque mucho se estirara la interpretación de lo que se acaba de proponer, la inembargabilidad habría desaparecido.
En consecuencia, retomo mis afirmaciones iniciales: esta enmienda de la Constitución obedece a un propósito político que no es otro que el señalado por la concurrencia de los partidos que proclaman que la reforma agraria es un robo; es decir, por la concurrencia de las colectividades de Derecha que todavía añoran el latifundio como un sistema perdido que debería reinstalarse en Chile. Es una modificación de la Carta Fundamental que sembrará en nuestro país tales obstáculos para la aplicación de la reforma agraria, que prácticamente amarrará de manos al Gobierno, que se comprometió con el pueblo a acelerar este proceso y le hizo concebir la esperanza de que se podía reformar el agro en forma masiva, integral, sin discriminaciones de especie alguna, con los medios que la Constitución y las leyes franquean.
Ahora, quienes acusan a este Gobierno de antidemocrático han encontrado el expediente de cambiar las reglas del juego, de modificar la Carta Fundamental, y después acusarán al Presidente de la República por la carencia de alimentos. Si no existen alimentos, es porque no hay reforma agraria. Se ha sostenido categóricamente por ciertos elementos...
El señor MORENO.-
Es preciso mejorar un poco el argumento.
El señor CHADWICK.-
El señor Moreno me dice que el argumento es malo.
El señor VON MUHLENBROCK.-
¡Quinientos millones de dólares en importación de alimentos!
El señor RODRIGUEZ.-
¡Herencia de ustedes: ciento cincuenta años de latifundio!
La señora CARRERA.-
¡Ciento cincuenta años de incapacidad!
El señor PALMA (Presidente).-
Está con la palabra el Honorable señor Chadwick.
El señor CHADWICK.-
Durante años y años, los sectores de la Izquierda de Chile lucharon por obtener una reforma agraria. Y uno de los argumentos principales que se dieron fue, que el campo...
El señor AYLWIN.-
¡Fue puro cacareo, nunca hicieron nada!
El señor HAMILTON.-
¡Era un slogan!
El señor CHADWICK.-
Hay Honorables Senadores tan finos, tan científicos, que hablan de cacareo cuando un colega suyo está asando de la palabra. No sé si ellos se sienten o no en un gallinero. Si se sienten en un gallinero, bien, yo les digo a las Honorables gallinas que no es un cacareo lo que están oyendo. Estoy expresando razones. Y digo que nosotros, a lo largo de años...
El señor AYLWIN.-
¡No es efectivo que el Partido Socialista ni la Izquierda hayan presentado proyecto alguno de reforma agraria!
El señor MORENO.-
Salvo el que retiraron por malo.
El señor PALMA (Presidente).-
Perdón, Honorable señor Chadwick, ha terminado su tiempo.
El señor CHADWICK.-
Entiendo que se me descontará el que corresponda a las interrupciones antirreglamentarias.
El señor PALMA (Presidente).-
T
erminó el tiempo de Su Señoría, y otros señores Senadores están inscritos para intervenir.
Tiene la palabra el Honorable señor Hamilton.
El señor HAMILTON.-
Concedo una interrupción al señor Moreno, para que recoja observaciones personales que le ha hecho la Senadora señora Carrera.
El señor MORENO.-
Señor Presidente, no tenía el propósito de intervenir nuevamente en esta parte de la discusión del proyecto. Pero no hay duda de que me obliga a hacerlo la argumentación, o, mejor dicho, el ataque que la Senadora señora Carrera lanzó en contra de mi persona para tratar en cierto modo, tal vez, de justificar lo que es muy difícil de sostener en el Senado y ante los campesinos: cuál es el criterio y el propósito del Gobierno en la forma como está desarrollando el proceso de reforma agraria.
En realidad, creo que la señora Senadora no ha medido bien la magnitud de lo que dijo, Yo no me arrogo la representación de campesino alguno, porque no soy campesino ni lo he sido nunca; tampoco pretendo decir que lo he sido, pues no tengo condiciones de tal. Lo que sí puedo afirmar, en nombre de mi partido, es que sirviendo a mis ideas, a lo que es una vocación personal, siempre he dedicado gran parte del esfuerzo de mi vida a luchar con los trabajadores de la tierra, a su lado, de acuerdo o en discrepancia con sus puntos de vista. Porque yo, como no soy ningún acomplejado por las ideas de la Democracia Cristiana, no ando miranda las caras o las sonrisas de los demás o los gestos que nos hacen desde algún lado para saber cómo estamos actuando, para saber si lo estamos haciendo bien o mal.
Nosotros servimos a nuestro ideal y a. nuestra doctrina, y la señora María Elena Carrera debe tener presente que recibió una dolorosa experiencia en las provincias que la eligieron miembro de esta Corporación. Cuando el Senador que habla fue postulado como candidato de la Democracia Cristiana por esa misma zona, en la que la señora Carrera representa a algunos grupos de personas, todos los vaticinios de la prensa del Gobierno aseguraban que yo sería estrepitosamente derrotado porque era un traidor de los campesinos, no estaba defendiendo la reforma agraria y mi criterio era en absoluto contrario al que sustentaban los trabajadores del campo en todas esas provincias, eminentemente agrarias...
La señora CAMPUSANO.-
¿A qué aspecto de la reforma agraria se está refiriendo el señor Moreno?
El señor MORENO.-
Ruego a la señora Senadora que mantenga la calma y me permita explicar mi punto de vista.
Pues bien, se produjo la elección y los campesinos votaron, salvo que la señora Carrera quiera decir que los habitantes de O’Higgins y Colchagua son todos terratenientes, latifundistas, explotadores; y lo que tiene que doler mucho a la señora Senadora es que, no obstante haber iniciado mi campaña como supuestamente derrotado por una diferencia de 600 votos, obtuviera yo el honor de ganar la elección, precisamente con los votos de los campesinos, de los mineros de El Teniente y de los pobladores de las ciudades de O’Higgins y Colchagua, por casi 10 mil votos sobre el candidato del mismo partido a que pertenece la señora Carrera.
Entiendo que la señora Senadora respire por la herida. La comprendo, pero no logro seguirla en su argumentación, pues ya han pasado algunos meses, y la verdad es que, como ella sabe, la cicatrización, aunque tarda, llega. Por eso, no puedo dejar pasar este ataque, aunque - se lo digo con sinceridad - no me alcanza.
Respecto de las cartas que Su Señoría ha traído de algunos asentamientos, me parece que basta mirarlas para darse cuenta de que ellas jamás llegaron a sus destinatarios. Los sobres no han sido abiertos. Y lo que yo expuse en dichas cartas, apoyando al candidato del Partido Izquierda Radical señor Orlando Poblete, que para nosotros constituyó un honor respaldar, era la pura verdad. Y pido que se inserte en la versión de mi discurso el texto de aquéllas, para que se compruebe que en ellas anunciaba lo que iba a ocurrir, de lo que ahora aparece la prueba, como huella digital, en las indicaciones enviadas por el Presidente de la República a esta Corporación.
¿Qué decíamos a los campesinos del valle del Choapa? Lo mismo que a todos los del país: Este Gobierno quiere constituir la estatificación sobre las tierras, no les quiere respetar los derechos de propiedad ni entregarles los títulos, ni constituir asentamientos. Y aquí nos ha propuesto el señor Presidente de la República la instalación, en, prácticamente todos los predios expropiados, de lo que se llama el área social. ¡Se han sacado la careta! Ahora los quiero ver en el mes de marzo, hablar con los campesinos y escuchar el clamor que se levantó en el mes de enero y que yo tuve el honor de recoger para ser elegido Senador. La respuesta que la señora Carrera recibirá a las ideas que ella sustenta constituirá una lección que los parlamentarios de Gobierno tendrán que recordar por generaciones.
Yo devuelvo a Su Señoría las cartas a que se refirió y que me facilitó, pues pienso que vale la pena que ella las vuelva a leer y que las distribuya, a fin de que, por lo menos, lleguen a sus destinatarios y sean éstos quienes, si no están de acuerdo con lo que se les expone, las devuelvan a quienes las firmamos.
El documento cuya inserción se acuerda más adelante dice como sigue:
Salamanca, 22 de junio de 1972. Señor
Asignatario
Presente.
Respetado señor:
En la visita que he realizado en los días pasados a los Asentamientos del valle del Choapa, los asignatarios me formularon una serie de preguntas relacionadas con la situación que están atravesando los predios agrícolas de este valle.
Como estimo de gran necesidad el que ustedes tengan una información completa sobre los problemas consultados es que me permito enviarles esta carta a fin de que se impongan debidamente de su contenido.
1.- En el Tambo, en la reunión de asamblea general que se efectuó el día 21 de junio del presente año, se les informó de que este año no se les otorgaría créditos por parte del Banco del Estado para las tierras individuales que ustedes tienen en propiedad definitiva.
Como consideré que esto era un atropello incalificable por parte de la Cora y del Gobierno de la Unidad Popular, concurrí junto con el Diputado por esta provincia don Marino Penna a visitar al Agente del Banco del Estado de Salamanca para clarificar la situación de ustedes. Le manifesté al Agente, que después de varios años de sequía, y habiendo créditos en los años anteriores, era un grave perjuicio el que no se les diera créditos ahora que había llovido y que ustedes más que nunca necesitaban para adquirir semillas, abonos, y otros elementos para el adecuado trabajo de la tierra.
El Agente nos manifestó al Diputado Penna y a mí, que aún no había recibido notificación escrita desde la Gerencia General del Banco en Santiago y que mientras no se le diera orden por escrito, seguiría prestando dinero en la misma forma como había estado haciéndolo en el pasado.
Ante esto les recomiendo que concurran de inmediato a las oficinas del Banco para formalizar sus solicitudes de créditos, y así se pueda impedir que se consume una decisión arbitraria que dañe a los campesinos productores de las Cooperativas en el valle del Choapa.
2.- Otro problema que me fue planteado por campesinos de Concumén y del Tambo fue el que funcionarios de Cora han estado diciéndoles que las escrituras de propiedad que ustedes recibieron durante el Gobierno del PresidenteFreí, no tendrían valor, y que ustedes deben entregar sus títulos para que se los firme el Presidente Allende.
Respecto a esto debo decirles, que sus escrituras son absolutamente legales, que ellas se encuentran inscritas en el Conservador y Notario de Illapel, como ustedes mismos lo pueden comprobar si miran la última página de su escritura. No entreguen sus títulos a nadie que se los solicite, porque si la Cora quiere verlos, puede consultarlos en Illapel, o en las propias oficinas de Cora en Santiago, donde se encuentran las actas de la asignación definitiva de la propiedad de ustedes.
Deben tener mucho cuidado con este tipo de maniobras, ya que esto se puede deber a que se esté intentando por algunos, el que ustedes pasen nuevamente a depender del Estado, y que la propiedad de la tierra, que con tanto esfuerzo adquirieron les sea desconocida.
Ante estos problemas que he detectado en la visita que les he hecho estos días, es que me permito enviarles esta carta con el fin de que sepan exactamente cuáles son los derechos que tienen y estén alertas ante cualquiera maniobra que trate de desconocer sus legítimas conquistas. Les saluda con especial afecto.
(Fdo.): Rafael Moreno R., Senador de la República.
La señora CARRERA.-
Tengo derecho a diez minutos para responder a las alusiones personales que me ha hecho el señor Moreno.
El señor PALMA (Presidente).-
Ha terminado el Orden del Día.
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