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- rdf:value = " El señor JULIET.-
Señor Presidente, estimo que el Senado tiene interés en conocer qué significa el proyecto que nos ocupa, el alcance que le ha dado el Gobierno y los detalles que involucra organizar la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, que se celebrará en Chile en abril del próximo año.
El 5 de marzo de 1971, la Junta para el Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas acogió la invitación que formuló nuestro país en el sentido de celebrar en Santiago de Chile esa Conferencia. Sin embargo, será la Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas, por celebrarse a mediados de septiembre, la que, seguramente, ratificará el acuerdo que adoptó esa Junta. Y digo "seguramente", porque nunca la Asamblea General ha revocado los acuerdos de los organismos subsidiarios de las Naciones Unidas.
Es preciso destacar que esa Conferencia es, quizás, la reunión a nivel internacional de mayor jerarquía que se efectúe en el mundo, después de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A ella concurrirán representantes de 139 países aproximadamente 2. 300' delegados, además de los funcionarios de las Naciones Unidas, periodistas interesados en informar a sus naciones sobre el desarrollo de los debates, y funcionarios de diversos países, adherentes o no al organismo mundial, que concurrirán al evento en calidad de observadores.
Representa, pues, para los chilenos una gran distinción que se haya elegido a Santiago como sede de la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo.
La Primera Conferencia de la UNCTAD se celebró en Ginebra, en 1964; la Segunda, en Nueva Delhi, en 1968, la Tercera, como dije, se llevará a cabo en Chile.
El compromiso contraído nos impone múltiples obligaciones como organizadores del evento. Por lo tanto, deberemos responder a la confianza depositada en Chile al elegirlo como sede de esa Conferencia.
Entre las obligaciones de Chile como país organizador está la de construir un edificio adecuado para celebrar los debates, que cuente con suficientes salas para que funcionen las comisiones y con cabida para las secretarías de los 139 países participantes.
Como dije, la Conferencia se celebrará en abril de 1972. O sea, estamos a menos de un año de esa fecha.
En vista de ello, el Gobierno estimó prudente designar una Comisión para que se encargue de organizar el evento. Forman parte de ella don Felipe Herrera, como presidente; el señor Danilo Poklepovic, como secretario; don José Pinera, y otros funcionarios expertos en problemas internacionales, quienes están muy interesados en esa reunión.
Dicha Comisión, con acuerdo del Presidente de la República, designó a un grupo de técnicos cuya tarea es bosquejar los planos y hacer todas las especificaciones relativas a la construcción del referido edificio. Entre esos personeros se encuentran los elementos más calificados de nuestro país en materia de arquitectura. Aparte los Rectores de las Universidades de Chile y Católica, están el Decano de la Facuitad de Arquitectura de aquélla y algunos arquitectos de gran prestigio y nombradía.
La Comisión consideró adecuado para hacer la construcción un sitio que se encuentra casi enfrente del edificio de la Universidad Católica, en la Alameda Bernardo O'Higgins, entre Villavicencio y las calles adyacentes. Allí se construirá un edificio de más o menos 10. 000 metros cuadrados, y la CORMU deberá facilitar una de las torres del plan Remodelación San Borja, que comprende 18. 000 metros cuadrados. En el primer edificio funcionará la Conferencia, y en el cedido por la Corporación de Mejoramiento Urbano tendrán cabida las secretarías de los países participantes.
Se ha estimado que el costo de la construcción de ese edificio ascenderá a Eº 80. 000. 000, y el del alhajamiento, a Eº 20. 000. 000.
Además, nuestro país tiene el compromiso de dar alojamiento, posibilitar ayuda de secretaría, pagar cierta cantidad a las Naciones Unidas.
Por eso, el Gobierno solicita 1. 300. 000 dólares: US$ 700. 000 para organizar la Conferencia, que deberán entregarse a las Naciones Unidas; US$ 100. 000, que se disponen mediante la ley en proyecto, para, la celebración de la reunión del Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que acaba de realizarse en nuestro país y que terminó hace una semana; US$ 300. 000 para la adquisición de material importado para el edificio que se construirá, y US$ 200. 000 para "fondos perdidos", como se expresó en la Comisión de Hacienda; es decir, para la promoción de la Conferencia, para afrontar los costos de ciertos viajes y para la natural relación que nuestro país debe mantener con las Naciones Unidas a fin de estudiar la colaboración económica que ambos habrán de tener en las reuniones.
En resumen, Chile, al asumir la responsabilidad de nación invitante, debe construir un edificio de elevado costo; asegurar alojamiento a por los menos 2. 500 personas, la movilización de las delegaciones y la ubicación de las secretarías; disponer ciertas medidas para resguardar la libertad e integridad de los participantes; organizar giras o visitas a los diferentes lugares del país, con el objeto de mostrar nuestro desenvolvimiento y buscar líneas económicas destinadas a perfeccionar nuestro sistema.
Para nosotros, esta Conferencia representa un gran compromiso y, a la vez, constituye un gran honor. Hemos logrado ser sede de una reunión que, en cuanto a categoría, ocupa el segundo lugar en el mundo. En ella habremos de estudiar materias relativas al desarrollo, al comercio, al sistema aduanero, al régimen arancelario, etcétera, como se hizo oportunamente en Nueva Delhi y en Ginebra.
Chile está, como lo ha estado permanentemente, muy interesado a este respecto. Además, la Conferencia significa para nosotros, sin duda alguna, una gran fuente de información, pues contaremos con la presencia de los elementos más calificados en materias económica y de comercio internacional. Por eso, no vacilo en manifestar que esa reunión es del más alto interés para Chile, además del prestigio que nos da.
Evidentemente, deberemos hacer grandes desembolsos, para lo cual es preciso otorgar los recursos pertinentes, en la proporción que señalé: Eºº100. 000. 000. y US$ 1. 300. 000.
Con tal objeto, la Comisión de Hacienda acordó facultar al Presidente de la República para hacer los traspasos necesarios a fin de otorgar a la Comisión Chilena para la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo los fondos a que hice mención. De esta manera habrá agilidad suficiente para que en el brevísimo tiempo que resta, 8 meses, que se reducen a 7, se edifiquen 10. 000 metros cuadrados, sobre la base del compromiso contraído.
La Comisión de Hacienda, para financiar el proyecto, modificó la iniciativa de la Cámara, otorgando Eº 119. 000. 000, quedando una parte sin financiar: el capítulo "dólares".
En primer lugar, se eleva del 8% al 10% el impuesto a las compraventas que grava la segunda y sucesivas transferencias de automóviles y otros vehículos motorizados. La Comisión excluyó a los taxis, vehículos de locomoción colectiva y camiones.
En seguida, se aumenta del 1% al 1,25% el impuesto de timbres, estampillas y papel sellado que grava el protesto de las letras de cambio.
Se eleva también de 25% a 30% la tasa del impuesto de compraventa de los artículos suntuarios enumerados en el artículo 1º de la ley 12. 120. Tanto la Comisión como el Gobierno estimaron, por unanimidad, que el aumento no regiría para los licores y, por supuesto, para el pisco, a pesar de no estar incluido en las disposiciones relativas a los artículos suntuarios.
Es decir, se pretende financiar en forma satisfactoria el presupuesto en escudos, y según me parece salvo la opinión más autorizada de los miembros de la Comisión de Hacienda, de la cual no formo parte, al aprobar la iniciativa, esta Comisión da por financiado el presupuesto en dólares que significará la obra.
De más está decir que en cuanto pueda asesorar al Senado, estaré a su disposición.
Celebro la iniciativa del Presidente del Senado de citar a esta sesión, pues reafirma el interés que las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Hacienda han tenido para despachar rápidamente la iniciativa, teniendo en consideración el compromiso de orden internacional asumido por nuestro país. Si despachamos el proyecto hoy día, podrá tratarlo la Cámara la próxima semana y quedará así en condiciones de ser promulgado como ley de la República. Espero que así suceda, porque me preocupa el hecho de que nos encontramos a siete meses del compromiso
contraído por nuestro país frente al mundo, el cual aunque sea majadero decirlo debemos cumplir en la forma, condiciones y calidad en que lo han hecho siempre los distintos organismos subsidiarios de las Naciones Unidas, más aún tratándose de una conferencia de tal alta significación.
Por lo tanto, ruego al Senado aprobar la iniciativa en la mañana de hoy.
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