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El señor EGAS (Prosecretario).-
Corresponde ocuparse en el proyecto de la Cámara de Diputados que crea la Comisión Chilena para la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), informado por las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Hacienda.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 1ª, en 1º de junio de 1971.
Informes de Comisión:
Relaciones Exteriores, sesión 16ª, en 1ª de julio de 1971. Hacienda, sesión 16°, en 1º de julio de 1971.
El señor AYLWIN (Presidente).-
En discusión general el proyecto.
Ofrezco la palabra.
El señor JULIET.-
Señor Presidente, estimo que el Senado tiene interés en conocer qué significa el proyecto que nos ocupa, el alcance que le ha dado el Gobierno y los detalles que involucra organizar la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, que se celebrará en Chile en abril del próximo año.
El 5 de marzo de 1971, la Junta para el Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas acogió la invitación que formuló nuestro país en el sentido de celebrar en Santiago de Chile esa Conferencia. Sin embargo, será la Asamblea Extraordinaria de las Naciones Unidas, por celebrarse a mediados de septiembre, la que, seguramente, ratificará el acuerdo que adoptó esa Junta. Y digo "seguramente", porque nunca la Asamblea General ha revocado los acuerdos de los organismos subsidiarios de las Naciones Unidas.
Es preciso destacar que esa Conferencia es, quizás, la reunión a nivel internacional de mayor jerarquía que se efectúe en el mundo, después de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A ella concurrirán representantes de 139 países aproximadamente 2. 300' delegados, además de los funcionarios de las Naciones Unidas, periodistas interesados en informar a sus naciones sobre el desarrollo de los debates, y funcionarios de diversos países, adherentes o no al organismo mundial, que concurrirán al evento en calidad de observadores.
Representa, pues, para los chilenos una gran distinción que se haya elegido a Santiago como sede de la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo.
La Primera Conferencia de la UNCTAD se celebró en Ginebra, en 1964; la Segunda, en Nueva Delhi, en 1968, la Tercera, como dije, se llevará a cabo en Chile.
El compromiso contraído nos impone múltiples obligaciones como organizadores del evento. Por lo tanto, deberemos responder a la confianza depositada en Chile al elegirlo como sede de esa Conferencia.
Entre las obligaciones de Chile como país organizador está la de construir un edificio adecuado para celebrar los debates, que cuente con suficientes salas para que funcionen las comisiones y con cabida para las secretarías de los 139 países participantes.
Como dije, la Conferencia se celebrará en abril de 1972. O sea, estamos a menos de un año de esa fecha.
En vista de ello, el Gobierno estimó prudente designar una Comisión para que se encargue de organizar el evento. Forman parte de ella don Felipe Herrera, como presidente; el señor Danilo Poklepovic, como secretario; don José Pinera, y otros funcionarios expertos en problemas internacionales, quienes están muy interesados en esa reunión.
Dicha Comisión, con acuerdo del Presidente de la República, designó a un grupo de técnicos cuya tarea es bosquejar los planos y hacer todas las especificaciones relativas a la construcción del referido edificio. Entre esos personeros se encuentran los elementos más calificados de nuestro país en materia de arquitectura. Aparte los Rectores de las Universidades de Chile y Católica, están el Decano de la Facuitad de Arquitectura de aquélla y algunos arquitectos de gran prestigio y nombradía.
La Comisión consideró adecuado para hacer la construcción un sitio que se encuentra casi enfrente del edificio de la Universidad Católica, en la Alameda Bernardo O'Higgins, entre Villavicencio y las calles adyacentes. Allí se construirá un edificio de más o menos 10. 000 metros cuadrados, y la CORMU deberá facilitar una de las torres del plan Remodelación San Borja, que comprende 18. 000 metros cuadrados. En el primer edificio funcionará la Conferencia, y en el cedido por la Corporación de Mejoramiento Urbano tendrán cabida las secretarías de los países participantes.
Se ha estimado que el costo de la construcción de ese edificio ascenderá a Eº 80. 000. 000, y el del alhajamiento, a Eº 20. 000. 000.
Además, nuestro país tiene el compromiso de dar alojamiento, posibilitar ayuda de secretaría, pagar cierta cantidad a las Naciones Unidas.
Por eso, el Gobierno solicita 1. 300. 000 dólares: US$ 700. 000 para organizar la Conferencia, que deberán entregarse a las Naciones Unidas; US$ 100. 000, que se disponen mediante la ley en proyecto, para, la celebración de la reunión del Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que acaba de realizarse en nuestro país y que terminó hace una semana; US$ 300. 000 para la adquisición de material importado para el edificio que se construirá, y US$ 200. 000 para "fondos perdidos", como se expresó en la Comisión de Hacienda; es decir, para la promoción de la Conferencia, para afrontar los costos de ciertos viajes y para la natural relación que nuestro país debe mantener con las Naciones Unidas a fin de estudiar la colaboración económica que ambos habrán de tener en las reuniones.
En resumen, Chile, al asumir la responsabilidad de nación invitante, debe construir un edificio de elevado costo; asegurar alojamiento a por los menos 2. 500 personas, la movilización de las delegaciones y la ubicación de las secretarías; disponer ciertas medidas para resguardar la libertad e integridad de los participantes; organizar giras o visitas a los diferentes lugares del país, con el objeto de mostrar nuestro desenvolvimiento y buscar líneas económicas destinadas a perfeccionar nuestro sistema.
Para nosotros, esta Conferencia representa un gran compromiso y, a la vez, constituye un gran honor. Hemos logrado ser sede de una reunión que, en cuanto a categoría, ocupa el segundo lugar en el mundo. En ella habremos de estudiar materias relativas al desarrollo, al comercio, al sistema aduanero, al régimen arancelario, etcétera, como se hizo oportunamente en Nueva Delhi y en Ginebra.
Chile está, como lo ha estado permanentemente, muy interesado a este respecto. Además, la Conferencia significa para nosotros, sin duda alguna, una gran fuente de información, pues contaremos con la presencia de los elementos más calificados en materias económica y de comercio internacional. Por eso, no vacilo en manifestar que esa reunión es del más alto interés para Chile, además del prestigio que nos da.
Evidentemente, deberemos hacer grandes desembolsos, para lo cual es preciso otorgar los recursos pertinentes, en la proporción que señalé: Eºº100. 000. 000. y US$ 1. 300. 000.
Con tal objeto, la Comisión de Hacienda acordó facultar al Presidente de la República para hacer los traspasos necesarios a fin de otorgar a la Comisión Chilena para la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo los fondos a que hice mención. De esta manera habrá agilidad suficiente para que en el brevísimo tiempo que resta, 8 meses, que se reducen a 7, se edifiquen 10. 000 metros cuadrados, sobre la base del compromiso contraído.
La Comisión de Hacienda, para financiar el proyecto, modificó la iniciativa de la Cámara, otorgando Eº 119. 000. 000, quedando una parte sin financiar: el capítulo "dólares".
En primer lugar, se eleva del 8% al 10% el impuesto a las compraventas que grava la segunda y sucesivas transferencias de automóviles y otros vehículos motorizados. La Comisión excluyó a los taxis, vehículos de locomoción colectiva y camiones.
En seguida, se aumenta del 1% al 1,25% el impuesto de timbres, estampillas y papel sellado que grava el protesto de las letras de cambio.
Se eleva también de 25% a 30% la tasa del impuesto de compraventa de los artículos suntuarios enumerados en el artículo 1º de la ley 12. 120. Tanto la Comisión como el Gobierno estimaron, por unanimidad, que el aumento no regiría para los licores y, por supuesto, para el pisco, a pesar de no estar incluido en las disposiciones relativas a los artículos suntuarios.
Es decir, se pretende financiar en forma satisfactoria el presupuesto en escudos, y según me parece salvo la opinión más autorizada de los miembros de la Comisión de Hacienda, de la cual no formo parte, al aprobar la iniciativa, esta Comisión da por financiado el presupuesto en dólares que significará la obra.
De más está decir que en cuanto pueda asesorar al Senado, estaré a su disposición.
Celebro la iniciativa del Presidente del Senado de citar a esta sesión, pues reafirma el interés que las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Hacienda han tenido para despachar rápidamente la iniciativa, teniendo en consideración el compromiso de orden internacional asumido por nuestro país. Si despachamos el proyecto hoy día, podrá tratarlo la Cámara la próxima semana y quedará así en condiciones de ser promulgado como ley de la República. Espero que así suceda, porque me preocupa el hecho de que nos encontramos a siete meses del compromiso
contraído por nuestro país frente al mundo, el cual aunque sea majadero decirlo debemos cumplir en la forma, condiciones y calidad en que lo han hecho siempre los distintos organismos subsidiarios de las Naciones Unidas, más aún tratándose de una conferencia de tal alta significación.
Por lo tanto, ruego al Senado aprobar la iniciativa en la mañana de hoy.
El señor PALMA.-
Como acaba de expresar el Honorable señor Juliet, la Comisión de Hacienda estudió el financiamiento de la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo que se celebrará en Chile el próximo año.
Como aquí se ha destacado, dicho evento el tercero de los realizados organizado por las Naciones Unidas es de gran importancia, y tiene por objeto señalar vías que puedan facilitar el comercio entre todos los países del mundo, y especialmente la forma como las naciones industrializadas, ya sean capitalistas o del área socialista, puedan colaborar al desenvolvimiento de las regiones subdesarrolladas, es decir, lo que se ha denominado el tercer mundo.
En tal sentido, considero extraordinariamente interesante la Conferencia, aunque temo que sea similar a las dos anteriores: una especie de campeonato de palabras, en el cual los países industrializados prometen realizar una cantidad interminable de esfuerzos, que realmente no se traducen en hechos. Espero que con el transcurso del tiempo, algunas de las ideas allí expuestas fructifiquen y se logren resultados positivos en este orden de cosas.
Casualmente, tengo a la mano un informe elaborado por una revista alemana acerca de la ayuda proporcionada por los países desarrollados a los subdesarrollados, en el cual es posible apreciar que, en los últimos años, en vez de aumentar, ella ha disminuido, y que ninguno de los países que se han comprometido a entregar ayuda de cierta importancia y en proporción a sus ingresos ha cumplido su promesa, con la sola excepción de Francia, según los datos a que me he referido.
Crear un clima mundial que permita formar conciencia en los países industrializados de que deben hacer esfuerzos para elevar el nivel de vida de las regiones atrasadas, tanto intelectual como materialmente, constituye una tarea de carácter positivo a la que los países como Chile pueden, en un momento dado, hacer su aporte.
Según los datos suministrados, concurrirán a la conferencia no menos de 2. 500 personas en representación de 139 países, 50 organizaciones intergubernamentales, 40 de carácter gubernamental e innumerables representantes de la prensa y de los medios de información. Además, asistirán 500 ó 600 funcionarios de las Naciones Unidas que concurren habitualmente a reuniones de esta clase. A la celebrada hace dos años en Nueva Delhi concurrió un número mayor al previsto, lo cual significó para la India beneficios importantes, tanto en el terreno intelectual como en el de la realización de obras concretas, que siempre quedan después de esos eventos. Además, el saldo favorable producido por su realización, desde el punto de vista de la balanza de pagos, permitió a esa nación recuperar absolutamente todos los gastos efectuados, porque las personas participantes gastaron mucho más de lo que la India aportó para financiar la conferencia.
Es probable que ello se repita en Chile por tratarse de funcionarios de alto nivel y que contribuyen efectivamente al proceso económico en la proporción señalada.
¿Cuáles son los compromisos de Chile con relación a la organización de la Conferencia? En primer lugar, cancelar los gastos adicionales que irrogue la organización de la Conferencia en Santiago y que excedan al presupuesto aprobado para la reunión de Ginebra. La Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo tiene su sede en Ginebra, y la mayor parte de sus funcionarios reside allí, por lo cual lo lógico sería que las reuniones se celebraran en dicha ciudad, a la cual deberían viajar los delegados de los distintos países. Sin embargo, y a fin de darle la importancia mundial que realmente tiene, después de la Primera Conferencia se acordó celebrarla en diferentes países, a fin de que las distintas naciones se formen conciencia de la magnitud de estas reuniones internacionales.
Realizar la Conferencia en Ginebra demanda a las Naciones Unidas aproximadamente un millón de dólares. Por eso, los países elegidos como sede deben cubrir el exceso sobre tal cantidad. En el caso de Chile se estimó que, por efectos de traslado de personal, viáticos, instalaciones, aparte las edificaciones y otros elementos requeridos para su funcionamiento, la Conferencia costará entre dos millones trescientos mil y dos y medio millones de dólares. Como las Naciones Unidas destinan al efecto un millón de dólares, el excedente alcanza a un millón trescientos mil, si no me equivoco. De modo que, además del edificio, el Gobierno de Chile tendrá que aportar la cantidad indicada.
La segunda obligación consiste en proporcionar edificios que respondan a las exigencias que Naciones Unidas establece para este tipo de reuniones. Con muy buen criterio, el Gobierno eligió para tal propósito el lugar denominado Parque San Borja, donde se complementarán los programas que estaban en marcha y se construirá un gran edificio que servirá ahora para las reuniones de Naciones Unidas y, mañana, para realizar conferencias de carácter nacional o internacional, lo que habitualmente sucede cuando se dispone de sedes apropiadas para esta clase de eventos. De manera que se trata de una inversión que no solamente será utilizada para este fin, sino que tendrá proyecciones bastante importantes para futuras reuniones.
La tercera obligación que contrae el país que sirve de sede es proporcionar alojamiento a las personas que concurrirán a la Conferencia, las que en este caso se han estimado en unas 2. 500. Dar alojamiento de calidad a 2. 500 personas de los niveles señalados, constituye evidentemente un problema serio para Santiago. Con este fin, además de disponerse de los hoteles y residenciales habituales, la Corporación de Mejoramiento Urbano completará parte del programa de la remodelación San Borja y construirá algunas torres que se habilitarán transitoriamente para alojamientos. Lo anterior tiene también importancia porque dicha remodelación se terminará con una rapidez que permitirá el aprovechamiento integral de un conjunto muy hermoso que existirá en la capital.
Otra exigencia es la de asegurar movilización para todas las delegaciones entre los hoteles en que se alojan y el sitio de la Conferencia, y proporcionar a las que no tienen misiones diplomáticas en Chile, oficinas y ayuda secretarial, que funcionarán, en las torres de San Borja y otros lugares que se dispondrán al efecto.
Se exige también resguardar la seguridad, la libertad y la integridad de los participantes. Quiero recalcar la importancia de este compromiso, porque él implica, ciertamente, que el Ejecutivo deberá disponer, en los meses venideros y durante el funcionamiento de dicha Conferencia, de un aparato especialísimo de seguridad, ya que, aparte los problemas de nuestra propia vida política, existen también aquellos relacionados con la atención de las personas que concurrirán a este torneo y que exigirán resguardos especiales. El señor Hernán Santa Cruz cuyo cargo dentro de las Naciones Unidas no ubico con exactitud manifestó en la Comisión que el Gobierno de Chile había dado toda clase de garantías al respecto y que Naciones Unidas estaba plenamente satisfecha en, este sentido, pero que de todas maneras, en su oportunidad, la propia organización exigirá, en la sede misma donde funcionará la conferencia, medidas especiales de protección para los diferentes personeros de las representaciones internacionales que concurrirán a ella.
Para realizar todos estos objetivos, se ha estimado necesario construir, como dije anteriormente, un edificio especial y solventar todos los gastos inherentes a la Conferencia misma. Con este fin, se destinarán alrededor de 100 millones de escudos para la construcción y álhajamiento del edificio y un millón trescientos mil dólares para hacer frente a los gastos que significa celebrar la Conferencia en Santiago. En esta última cifra, se incluyen 100 mil dólares que ya se gastaron en la conferencia que acaba de realizar en la capital el Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Existe un compromiso con ese organismo internacional que obliga a contribuir con la suma mencionada.
Aun cuando no deseo repetir los detalles ya proporcionados por el Honorable señor Juliet, deseo hacer hincapié en que se trata de construir un edificio que abarca una extensión de 10 mil metros cuadrados, con un costo equivalente a 30 mil metros cuadrados normales, lo que significa que Santiago podrá contar, si se considera el conjunto, con un centro urbanístico de mucha importancia.
Para financiar el programa respectivo, el Ejecutivo propuso cuatro fuentes de ingreso: un alza del impuesto a la compraventa de los artículos suntuarios, cuya tasa proponía elevar de 25% a 35% durante un año; aumento de 8% a 12% del impuesto a la compraventa sobre la segunda y las sucesivas ventas que recaigan en automóviles y otros vehículos motorizados, también durante un año; un alza de la tasa de tributación de las actas de protesto de cheques, del 1% al 1,5%, también por el lapso dé un año, y destinando, por último, a los fines de esta ley, el 10% del mayor precio que se obtenga por la venta del cobre en el curso del presente año por sobre la estimación calculada en la ley de Presupuestos de la Nación.
Cuando se analizaron estos tributos por la Comisión, se pudo apreciar que ellos afectaban a algunos tipos de productos que ya tenían tasas muy altas, factor que esta dificultando su producción y su comercialización. De manera concreta se observó, por ejemplo, que los licores, calificados entre los artículos suntuarios, figuraban en un nivel de gravamen extraordinariamente alto, que es lo que ha detenido precisamente el volumen de su producción física, no su precio. Por eso, en la Comisión prevaleció la idea de no subir la tasa correspondiente en la proporción indicada por el Ejecutivo.
Igual cosa ocurrió con el impuesto a la compraventa por la segunda y sucesivas transferencias que recaigan sobre automóviles y vehículos motorizados, que, por lo tanto, afecta a todos los tipos de vehículos usados. Nos encontramos con un precepto que gravaba de manera extraordinaria, por ejemplo, la transferencia de los camiones, elemento de trabajo que, como se hizo notar en su oportunidad, escasea en estos momentos en el país. Con la misma disposición se afectaba también a los vehículos de la locomoción colectiva y a los taxis, en circunstancias de que para estos últimos se está estudiando precisamente una ley que permita bajar sus precios. Es decir, mientras por un lado se propone reducir los valores de ese tipo de vehículos, por otro se tiende a subir el precio real que ellos alcanzan cuando el público los adquiere.
En tales circunstancias, la Comisión resolvió introducir algunas enmiendas. Por ejemplo, el aumento de la tasa de impuesto a las actas de protesto de cheques se estimó como un tributo a la pobreza y, como es natural, fue rechazado por la Comisión y sustituido, con el visto bueno del Gobierno, por un alza, de 1% a 1,25% del impuesto de timbre que grava a las letras de cambio.
En cuanto a los ingresos que pueden provenir del mayor precio del cobre, los datos que se dieron en la Comisión por el representante de CODELCO nos condujeron a eliminar la posibilidad de este factor como una de las fuentes del financiamiento.
El señor Nudelman, que concurrió a la Comisión, declaró que este año, en vez de haber excedentes en materia de ingresos del cobre, se produciría un déficit estimado en no menos de 60 millones de dólares, sobre la base de que la producción del metal rojo se recupere en el curso del año con relación a la del primer semestre. Porque, si la producción del primer semestre no se proyectara con el ritmo que tuvo durante el resto del año, bajaría respecto de la del año anterior en una cifra cercana a las 100 mil toneladas. Sin embargo, se dijo que ello no sucedería y que la producción aumentaría, porque el ritmo tendría que mejorar durante el resto del año.
Por lo tanto, es posible que el financiamiento previsto en el proyecto exista, aun cuando no habrá excedentes como para disponer de sumas que permitan pagar la cuota correspondiente para el financiamiento de la Conferencia de la NU.
En vez de lo anterior, la Comisión resolvió incluir en el financiamiento el impuesto que gravará a los taxis que se armen en el país, y que será un tributo reducido en comparación con los que hoy afectan a ese tipo de vehículos. El tributo en referencia equivaldrá sólo a la tercera o cuarta parte del que hoy día rige para ese tipo de automóvil, puesto que los vehículos destinados a taxis tendrán una franquicia especial; pero esta Franquicia no implica la reducción total del impuesto, sino el mantenimiento de una parte de él. Y esta cuota significa, en el caso concreto de un año, tener un financiamiento cercano a los 12 millones de escudos, en razón de que se destinarán a taxis en estas condiciones, de 250 a 400 vehículos al mes.
En esta forma, el financiamiento de la Conferencia de las Naciones Unidas se ha completado y con un pequeño excedente, porque se estima que los gastos totales, sobre la base del precio del dólar oficial, alcanzarán a una suma cercana a los 117 millones de escudos. Y el financiamiento, en la forma como se estudió, arroja una cifra aproximada de 120 millones de escudos, con lo cual todos los gastos quedan cubiertos.
El señor JULIET.-
En escudos.
El señor PALMA.-
Se entiende que están reducidos a escudos. Por eso he dicho "sobre la base del cambio oficial".
El señor JULIET.-
Me refiero a que los 100 millones de escudos están financiados en la forma como Su Señoría acaba de explicarlo.
El señor PALMA.-
Claro.
El señor JULIET.-
Pero el millón trescientos mil dólares no los veo financiados.
El señor SILVA ULLOA.-
En realidad, el proyecto está totalmente financiado con el cálculo estimativo del rendimiento hecho en la Comisión. El gasto en escudos era de 100 millones y el gasto en dólares, de un millón trescientos mil, lo que al cambio oficial equivale a 17 millones 680 mil escudos. Ahora, como el proyecto tiene un financiamiento de 119 millones de escudos, quiere decir que está totalmente financiado.
El señor JULIET.-
Esa es precisamente la declaración que yo quería.
El señor PALMA.-
Con lo dicho por el Honorable señor Silva Ulloa, no hay duda de que ha quedado contestada la observación del Honorable señor Juliet.
Debo hacer sí una aclaración: el financiamiento se produce en el curso de dos años. La Comisión estimó que no era conveniente subir las tasas de los impuestos en la proporción sugerida por el Ejecutivo y las redujo a la mitad, junto con prorrogar durante dos años el plazo de la vigencia de éstas. Por consiguiente, el financiamiento es el mismo.
Por otro lado, y para que el Ejecutivo pudiera disponer oportunamente de todos los fondos requeridos para financiar el proyecto, el Honorable señor Silva Ulloa formuló una indicación por medio de la cual se autoriza al Ejecutivo para hacer traspasos de ítem. Más adelante, con los ingresos provenientes de los nuevos tributos, se reintegrarán los valores de los ítem traspasados.
Pienso que en esta forma el país cumple una misión verdaderamente importante, como lo señaló el Honorable señor Juliet. Y estoy cierto de que podremos realizar la Conferencia de las Naciones Unidas en tales condiciones, que se prestigiará el nombre de Chile, como ha ocurrido en cada una de las oportunidades en que este tipo de eventos se han realizado aquí. Nuestro régimen democrático, plenamente garantizado por el Ejecutivo, podrá dar a los visitantes la visión real de un país en marcha, en total transformación y que es capaz de enfrentar responsabilidades como éstas con rapidez extraordinaria.
El señor Santa Cruz, en el curso de su exposición, nos dio a entender que costó mucho convencer a los personeros de Naciones Unidas de que Chile podía enfrentar el problema de la realización de la Conferencia de la UNCTAD en el corto plazo que media desde el momento en que se dio el acuerdo y hasta el instante en que debe empezar a funcionar. Sin embargo, nosotros estamos seguros de que la capacidad tecnológica del país, que será puesta a prueba, responderá. El funcionamiento normal de nuestras instituciones y del régimen jurídico del país permitirá a todos aquellos que nos visiten captar la imagen de un país abierto, democrático y capaz de hacer frente a cualquier tipo de problemas.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ochagavia.
El señor OCHAGAVIA.-
Me correspondió, en la Comisión de Relaciones Exteriores, participar en la discusión de este proyecto de ley que crea la Comisión Chilena para la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo.
En verdad, estamos de acuerdo en la importancia que reviste para Chile que se celebre aquí esta Conferencia y que 140 naciones del mundo puedan tener una visión de nuestro país el próximo año. Por lo demás, que sea nuestro territorio la sede de dicho evento está íntimamente ligado al espíritu que anima a la UNCTAD: que los participantes no sólo tengan oportunidad de debatir los problemas de su competencia, sino que puedan también observar las condiciones de un país en desarrollo.
Abordaré algunas de las materias propias del articulado del proyecto, y empezaré por referirme a la Comisión misma que se crea.
De acuerdo con los antecedentes que se nos dieron en la Comisión de Relaciones Exteriores, ya el Gobierno ha adelantado su propósito de designar a algunos personeros para integrarla. Concretamente, el Presidente de la Comisión sería el ex Presidente del BID, señor ¿Felipe Herrera; otros miembros, el señor Enrique Silva Cimma, ex Contralor General de la República, y el señor José Pinera, ex Embajador. Y se manifestó que había interés del Ejecutivo en que también estuvieran representadas en ese organismo la Central Unica de Trabajadores y la Federación de Estudiantes de Chile. En la Comisión expresé que no veía cuál podría
ser el papel que desempeñaran en un organismo eminentemente técnico e internacional personas que, por muy representantes de ciertos grupos del país que sean, a mi juicio no tienen relación directa con las funciones que incumben a la Comisión de que se trata, y ello tomando en cuenta que ella gozará de amplitud absoluta en términos de poder administrar ingentes recursos, de un millón trescientos mil dólares y de cien millones de escudos, sin sujeción a ninguna de las normas a que deben atenerse los organismos públicos, tales como propuestas y otras.
El señor JULIET.-
Con la auditoría permanente de la Contraloría General de la República.
El señor OCHAGAVIA.-
La auditoría que señala el señor Senador es importante, en cuanto ejercerá una permanente función contable, pero ella no privará a la Comisión de administrar de modo absolutamente amplio, sin limitación alguna. No pongo en duda la honorabilidad de las personas. Pero sí echo de menos lo manifesté en la Comisión y compartió mi punto de vista el Honorable señor Pablo, pensando que se pretende dar el rostro de todos los sectores del país, que en tal organismo haya representantes del Congreso Nacional. Se me arguyó que las consejerías parlamentarias se abolieron, por razones que no repetiré y que se debatieron cuando se les puso término. Yo estimo que, dada la naturaleza del evento en que está comprometido el país, y dado que se trata de una Comisión de nueve miembros, que tendrá a su cargo toda la coordinación y la preparación de aquél, deben integrarla un representante del Senado y otro de la Cámara de Diputados, pues en el Congreso Nacional se encuentran los valores más importantes, que pueden contribuir a esa labor con su capacidad y también, lo digo sinceramente, fiscalizar los actos de la Comisión, incluso cómo se invertirán los recursos que debe administrar.
De ahí que el Honorable señor Pablo y el que habla hayamos formulado para ello indicación, la que no fructificó posteriormente en la Comisión de Relaciones Exteriores, por la manera en que funcionó: revisando el articulado del proyecto primitivamente presentado por el Ejecutivo, formulando observaciones sus miembros, y pronunciándose en forma unánime, sin que hubiera lugar a enmiendas. Es decir, no hubo ninguna votación.
En resumen, respecto de la integración de la Comisión he pedido que se vote el que, de los nueve miembros que deben integrarla, dos representen al Congreso: uno del Senado y otro de la Cámara. Naturalmente, la dieta que se asigna a los consejeros no alcanzaría a esos dos representantes.
En cuanto a la ubicación de la sede, al sitio donde se está construyendo el edificio en que se celebrará el Congreso de UNCTAD, ha merecido reparos de algunos sectores, en especial de la Municipalidad de Santiago, que, según algunos antecedentes que he obtenido, tenía planeado un parque frente a la Remodelación San Borja, como área verde destinada precisamente a ese sector. Y habría sido el espíritu de la Municipalidad, en cambio, construir ese edificio, que tendrá importancia no sólo para la Conferencia, sino será de utilidad para el futuro, en la Alameda, entre las calles Amunátegui y San Martín, cerca de donde esa corporación edilicia tiene planificado crear una especie de terminal, junto a la estación del Metropolitano y donde habrá oficinas de todos los servicios de turismo terrestre y aéreo del país. A petición mía, la Comisión envió un oficio a la Municipalidad de Santiago para conocer su criterio sobre el particular, pero por desgracia no alcanzamos a recibir la respuesta. Consulté a algunos Regidores, quienes me adelantaron la información que he dado a conocer al Senado, porque me parece evidente que debía haberse consultado a la Municipalidad y haber considerado los antecedentes que estoy señalando.
Con relación a los gastos que deberán hacerse en los términos del compromiso que Chile asumió, en la letra c) del artículo 1° se asegura "alojamiento para las personas que participen en la Conferencia y movilización para las delegaciones". Preguntamos al Embajador de Chile ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, señor Santa Cruz, cuál sería el alcance de esta disposición y cuál el compromiso de Chile al hablar de "asegurar"; si por este concepto se entendía no sólo proporcionar, sino también sufragar los gastos. La respuesta del señor Santa Cruz fue muy clara: asegurar el alojamiento significa preocuparse de que ese alojamiento exista, para las tres mil personas que pueden venir; incluso se habló de si en Santiago habría problemas y si ciudades vecinas particularmente Viña del Mar, Valparaíso y otras estarían en condiciones de recibir alguna parte de esas delegaciones. Pero quedó en claro que en ningún caso el pago de tales gastos correspondería al Gobierno invitante, el de Chile, y tampoco el de la; locomoción. En la letra pertinente se habla de "asegurar movilización", y el señor Santa Cruz manifestó que por ello se entendía proporcionar los vehículos; y que a la delegación chilena a la última conferencia de UNCTAD celebrada en Nueva Delhi, se le proporcionaron los vehículos, pero los delegados pagaron el transporte. La verdad es que si tales conceptos no quedan perfectamente en claro, ello podría prestarse a que el fondo ya fabuloso de un millón trescientos mil dólares y cien millones de escudos subiera hasta límites verdaderamente imprevisibles. Y yo no quisiera que pudiéramos caer en algún tropicalismo, extraño a las normas internacionales por las que se han regido para esos mismos eventos otros países sedes.
En la letra d) del mismo artículo se establece que Chile proporcionará a las delegaciones que no tengan misiones diplomáticas, oficinas y ayuda de secretariado. Esta materia fue resuelta por el Embajador señor Santa Cruz en términos de lo que es usual, es decir, con una fórmula que permitiría tener, en una de las torres del San Borja, un piso con oficinas en que todas las delegaciones puedan contar con alguna asesoría inmediata al lugar de la Conferencia; y agregó que se pretendía, sobre la base del arriendo de las casas en donde se instalarían algunas delegaciones, que en estas mismas casas se pudiera contar con locales para secretarías de aquéllas, ya que si calculamos que ochenta delegaciones diplomáticas tuviesen que disponer de oficina y secretaría por cuenta de Chile, también esos gastos podrían elevarse a sumas fabulosas.
Sobre esta materia, me •permití presentar también una indicación tendiente a añadir en el artículo pertinente que los gastos de las delegaciones derivados de las letras mencionadas serán de cargo de las delegaciones, de acuerdo con los términos pactados.
Creo que el Embajador señor Santa Cruz dijo que sólo la locomoción hasta el lugar de la Conferencia, cuando se tratare de un transporte masivo de los delegados, del hotel al edificio de la Conferencia, en autobuses especiales, podría considerarse de cargo del Gobierno de Chile, pero que por ningún motivo lo sería la locomoción general de las delegaciones.
Quiero destacar también, con respecto al costo, que, según los personeros que informaron a la Comisión, la cuota de un millón trescientos mil dólares aprobada en la reunión de Ginebra debería ser fiscalizada por la delegación chilena, concretamente por la Comisión que estamos creando, ya que había opiniones encontradas entre el costo que Ginebra señala y la diferencia, que sería de cargo del Gobierno chileno.
Después de estas observaciones, yo quisiera, señor Presidente, conceder una interrupción al Honorable señor García, quien desea referirse al problema del financiamiento.
El señor GARCÍA.
Estoy inscrito a continuación del Honorable señor Ochagavia.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Están inscritos los Honorables señores García, Silva Ulloa y Teitelboim.
Hago presente que la sesión está citada hasta la una; que, de acuerdo con el Reglamento, pues hoy vence el plazo de la urgencia, tenemos que despachar el proyecto en esta sesión; y que, en consecuencia, después de la una sólo procedería votar, con fundamento de voto.
En tales circunstancias, como están inscritos cuatro señores Senadores, no sé si podríamos estudiar una distribución racional del tiempo, a fin de que no sólo tengan oportunidad de usar de la palabra los primeros inscritos, sino también los últimos.
El señor NOEMI.-
Que se otorgue ocho minutos a cada uno de los inscritos.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Sugiero conceder diez minutos a cada uno, prorrogando la sesión con tal objeto.
El señor TEITELBOIM.-
Y los que ya hablaron, ¿devuelven el tiempo en que se excedieron ?
El señor AYLWIN (Presidente).
. El problema reside en que los señores Senadores no se inscribieron todos al comienzo del debate. De haber ocurrido así, la Mesa habría propuesto distribuir el tiempo.
El señor TEITELBOIM.-
Propongo que nos consideren automáticamente inscritos a todos.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Ya no ocurrió eso, señor Senador.
¿Habría acuerdo para proceder en la forma propuesta?
El señor GUMUCIO.-
Con un tope de ocho minutos.
El señor TEITELBOIM.-
Los que ya hablaron pueden proponer un tope de hasta cinco minutos.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Por eso la Mesa ha sugerido conceder diez minutos.
Si le parece a la Sala, se aceptará la fórmula propuesta por la Mesa.
Acordado.
Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCIA.-
Estoy absolutamente cierto de que la idea de legislar sobre la materia, para que seamos sede de una conferencia de esta importancia, cuenta con la unanimidad del Parlamento. En consecuencia, no discutiremos ese aspecto del problema.
Por lo demás, como aquélla tendrá lugar dentro de ocho meses, es difícil corregir las equivocaciones que se puedan haber cometido, y tenemos que enfrentarnos a recibir a personas que serán nuestras visitas y portarnos como huéspedes a nivel de la responsabilidad mundial que en cierto modo tendremos.
Ahora, ¿qué dirá la opinión pública por el gasto que este certamen irroga, que asciende a 120, 130 ó 140 millones de escudos, o sea, lo que rinde en un año el impuesto patrimonial?
Para solventar tales gastos se dice: "Vamos a crear nuevas fuentes de recursos", y se emplean procedimientos tan odiosos como aumentar el impuesto a las compraventas, a los automóviles, incluso se grava en 4% la compra de vehículos para taxis, tributo que antes no existía, y, además, se alza el impuesto de timbres fijo de las letras de cambio. Todo esto hará que la iniciativa la considere antipática la población.
Por tales motivos, propuse no financiar el proyecto, sino simplemente facultar al Presidente de la República para hacer traspasos de ítem del Presupuesto, a fin de entregar los recursos para realizar la Conferencia. Tal medida permitirá apreciar lo que vaya resultando, tomar en consideración, también, lo que se necesita para ayudar a los damnificados de las provincias de O'Higgins, Santiago y Aconcagua, y el rendimiento de nuestro principal producto de exportación, el cobre, que en este momento arroja un déficit de 60 millones de dólares, ya que no se ha obtenido lo previsto.
De ahí que sea necesaria una reordenación del Presupuesto. Por eso, formulo indicación para suprimir los artículos 15, 16 y 17, y esperar un proyecto del Ejecutivo para cubrir las diferencias y realizar una ordenación del Presupuesto en septiembre u octubre, oportunidad en que se tendrá claro cuánto faltará o no faltará en él.
Lo anterior me parece absolutamente lógico; no así el hecho de ligar la Conferencia a una serie de impuestos, ya que cada persona que compre un televisor y sepa por qué es más caro, dirá: "Es culpa de la Conferencia". A igual conclusión llegarán quienes compren un taxi o los comerciantes que utilizan letras de cambio. Además, cuando comiencen a estudiarse los gastos, la gente se preguntará cómo es posible que una construcción de diez mil metros cuadrados cueste 80 millones de escudos, es decir, 8 millones de pesos el medro cuadrado. Si a ello se agrega que es necesaria una ley para levantar un edificio de esta magnitud, y que ella no se precisa para nacionalizar el carbón, el salitre, el hierro y los bancos, nadie lo entenderá. En las distintas nacionalizaciones realizadas por el Gobierno sin necesidad de una ley, hay decenas de edificios de diez mil metros cuadrados. Sólo el que tenía la Anglo Lautaro en Antofagasta era de 50 mil metros cuadrados, y acaba de ser demolido.
Reitero: para adquirir miles y miles de metros cuadrados de toda clase de instituciones no se ha necesitado de ley, pero para un solo edificio de diez mil metros cuadrados, el Gobierno debe venir al Parlamento, enviar una iniciativa legal, como también para cubrir el gasto de 20 millones de escudos, suma que se desembolsará para atender a las delegaciones.
Hago presente que las demás conferencias realizadas en Chile se han financiado con recursos del Presupuesto, con traspasos de ítem. Por otra parte, puede suceder que no falten recursos, porque en el proyecto no se consideran los ingresos que recibirá el Estado por el mayor movimiento que se producirá en muchos aspectos. En la Comisión de Hacienda calculé que esta suma puede ascender a dos o tres millones de escudos, pero en la Comisión se dijo que habría exención de gravámenes. No obstante, pienso que ni las firmas, ni los obreros, ni los empleados que participen en la construcción estarán exentos, y sólo por este concepto se recibirá una suma como la señalada. Además, no se consideraron las mayores entradas que por concepto de tributos se recaudarán por los gastos y consumos de las tres mil personas que vendrán a Santiago desde el extranjero y que tienen un alto nivel y poder de compra.
Por tales motivos repito, formulo indicación, y la envío a la Mesa, para suprimir los artículos 15, 16 y 17 del proyecto, relativos al financiamiento de la Conferencia. En sustitución, propongo lo mismo que señaló el Honorable señor Silva Ulloa como se trata de algo lógico, espero que lo apoyará: lograr recursos mediante el inciso segundo del artículo 14, que dice: "Facúltase al Presidente de la República para traspasar de los ítem de las diferentes partidas correspondientes a Presupuestos de Capital o Corriente, aprobados en la ley Nº 17. 399, de 2 de enero de 1971, los recursos que sean necesarios para financiar el gasto que demande el ítem que se crea en el inciso anterior".
En consecuencia, cuando tengamos las cifras por las entradas del cobre, que dependerán de su mayor o menor precio no sé a cómo estará a fines de año, pero ahora el precio mundial está bajo lo previsto, y cuando debamos enfrentar el problema de financiar la reconstrucción de la provincia de O'Higgins y solucionar el problema de la agricultura en Santiago y Aconcagua, tendremos que abocarnos a despachar un nuevo proyecto de ley.
¡Si los países no resisten una ley tributaria tras otra, ni las modificaciones de impuestos, porque son muy caras, ya que debe instruirse al personal y cuesta mucho ponerlas en práctica para que den un rendimiento aceptable! De modo que lo más lógico es dictar una sola ley de ordenación del Presupuesto, en que se consideren todos estos factores. Por lo tanto, en este momento creo que no debemos financiar la iniciativa propuesta, a fin de no hacer antipático algo en que todos estamos comprometidos.
Además, debemos disfrazarnos y no presentar conflictos delante de ellos, porque aquí no hay problemas de especie alguna frente a los extranjeros. No debemos tener lucha alguna frente a ellos, sino hacernos dignos de que delegados de todo el mundo vengan a Chile. A mi juicio, siguiendo las viejas normas de nuestra tradición hospitalaria, debemos darles lo mejor que tenemos y dejar de lado nuestros problemas hasta que ellos se vayan.
El señor VALENTE.-
Para ello no es preciso disfrazarse.
El señor GARCIA.-
Claro que sí, y me estoy refiriendo a algunos grupos que omití nombrar para mantener la cordialidad en este momento. A ellos les pido no hacer las cosas que les hemos visto llevar a cabo este último tiempo. Igualmente me dirijo a la prensa, para que no haga las publicaciones a que nos tiene acostumbrados.
He terminado, señor Presidente.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Silva Ulloa.
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