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- rdf:value = " El señor PAPIC.-r
Considero que la intervención del Honorable señor Hamilton no es censurable, pues, como parlamentario, ha hecho uso de un derecho y ha expresado lo que es necesario decir en el Senado. En el fondo, es una protesta por los ataques que desde hace mucho tiempo vienen sosteniendo sectores muy conocidos del país contra el Congreso Nacional, con el propósito y lo digo con franqueza de desprestigiarlo y terminar con este Parlamento donde aún es posible hablar y llamar las cosas por su nombre.
Cuando un parlamentario de la Democracia Cristiana habla para decir una verdad, de inmediato surge la crítica desde las bancas de los Partidos Socialista y Comunista, los cuales sí que se consideran con derecho a expresar sus verdades o todo cuanto se les ocurra, sin que nadie pueda objetarlos. Pero, ¡ay de un democratacristiano que se atreva a expresar su opinión o su protesta! Inmediatamente es criticado y censurado.
No hace muchos días tuvimos una prueba de ello. ¿Acaso no supo Chile entero que en el discurso pronunciado por el Presidente de la República en la ciudad de Rancagua, con ocasión de la nacionalización del cobre, se desconoció la labor desarrollada por los parlamentarios de la Democracia Cristiana en el estudio y despacho de la reforma constitucional que permitió tal medida?
No es posible que cada vez que un parlamentario de nuestras filas levante su voz para expresar su opinión, inmediatamente se le moteje, algunas veces con conceptos ofensivos.
Estoy de acuerdo en que el Honorable señor Hamilton manifieste su pensamiento, porque para eso estamos aquí: para decir lo que pensamos. Con ese objeto nos ha elegido el pueblo, y no para callar. Guardar silencio significaría que tenemos temor, y los democratacristianos no tememos a la injuria ni a la calumnia. Con el tiempo, el país verá con quiénes están la verdad y la razón.
Voto favorablemente la iniciativa.
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