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- rdf:value = " El señor NOEMI.-
Señor Presidente, tengo el deber de exponer esta noche el grave problema que están viviendo la pequeña y mediana minería del país y que afecta en forma muy directa a las provincias de Atacama y Coquimbo, que represento en el Senado.
Ambas provincias son prácticamente mineras. La primera, por su actividad de hoy y de siempre. La segunda, que fue considerada normalmente como región agrícola-minera, con motivo de la sequía que la azota por varios años ya siente encima el avance del desierto y debe buscar en la minería una salida al terrible problema social que la afecta.
La sequía más intensa del siglo.
Debo recordar que el año 1968 Chile fue azotado por una sequía que, al decir de los expertos, ha sido la más intensa del siglo. Ello obligó al Gobierno a declarar zona de calamidad pública a vastos sectores del país mediante los decretos dictados ese año por los Ministerios de Agricultura y del Interior, que no es del caso enumerar; al año siguiente debieron dictarse nuevos decretos debido a que la sequía persistía. En 1970, el agua cayó humedeciendo y refrescando el Centro y Sur de Chile; pero las provincias de Atacama y Coquimbo continuaron aprisionadas por esta catástrofe y el Gobierno debió dictar, para esa zona, los decretos 297, 691, 1041, 1175 y 1514, del Ministerio del Interior. Y aunque parezca increíble, el mal continúa en esas provincias, y el Gobierno ha debido promulgar este año el decreto Nº 1, del Ministerio de Agricultura, y Nºs. 1954, 309 y 728, del Ministerio del Interior, manteniendo la zona de calamidad pública en las citadas provincias de Atacama y Coquimbo.
El terremoto del 8 de julio.
Como expresa el dicho popular "en la vejez, viruela", a la horrible sequía, que ha destruido la agricultura, dado muerte a decenas de miles de animales caprinos en la provincia de Coquimbo, dejando en la miseria más absoluta a más de sesenta mil comuneros que vivían de esta actividad, se viene a sumar el terremoto ocurrido el 8 de julio recién pasado, que azotó a tres departamentos del sur de Coquimbo: Ovalle, Combarbalá e Illapel. En ellos quedaron destruidos escuelas, hospitales, edificios, establecimientos comerciales, mineros, industriales, etcétera. Principalmente en las comunas de Illapel y Salamanca dejó prácticamente en el suelo e inhabitables un ochenta por ciento de las casas.
La minería, el camino más rápido para salir de esta emergencia.
Ante este cuadro tan desalentador y que puede traer muy graves consecuencias, hay un solo camino rápido para salir de esta emergencia: la actividad minera. Esta, por su fuerte demanda de trabajo, por su volumen de producción, está en condiciones de absorber la cesantía, dar trabajo remunerativo, crear riqueza, recuperar aceleradamente el ingreso y, lo que es más importante, entregar al país una apreciable partida de divisas, que tanto necesita para importar alimentos, maquinarias y elementos para el desarrollo nacional. Reconozco que no es el mejor camino continuar como productor de materias primas entregando divisas para que progresen otras zonas e irse quedando con los hoyos y sin destino. Pero sin perjuicio de que el Norte Chico debe buscar diversificar su producción y entregarla más adelante con trabajo incorporado mediante un progreso industrial y tecnológico, no tenemos por ahora qué elegir y debemos seguir trabajando y produciendo, más que en beneficio de las provincias productoras, al servicio general del país.
Para destacar la importancia que la pequeña y mediana minerías tienen en la producción de cobre, que el Gobierno anterior llamó "la viga maestra de la economía" y el actual, "el sueldo de Chile", he confeccionado un cuadro, con los datos que me ha proporcionado la Oficina de Informaciones del Senado, de la producción chilena en los últimos diez años (1961 a 1970), separando lo que corresponde a la grande, a la mediana y a la pequeña minería.
Solicito que este cuadro sobre producción total de cobre en los últimos años se incorpore en esta parte de la versión de mi discurso.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Oportunamente se tomará el acuerdo respectivo, señor Senador.
El documento, que se acuerda insertar más adelante, es el que sigue:
PRODUCCION TOTAL DE COBRE
El señor NOEMI.-
En dicho cuadro puede observarse que mientras la gran minería, de 481.000 toneladas métricas de cobre fino producidas el año 1961, subió en 1970 a 535.000 toneladas métricas, vale decir, en 11%, la pequeña y mediana minería, de 65.000 toneladas métricas de cobre fino producidas el año 1961, aumentó en 1970 a 151.000 toneladas métricas, creciendo en ese mismo lapso en 132%. Otro dato importante es advertir que el año 1970 la gran minería alcanza al 78% del total de la producción nacional de cobre y la pequeña y mediana minerías llegan a la importante cifra del 22.% de toda la producción.
He confeccionado también un cuadro que detalla el origen de la producción de la pequeña y mediana minería en los tres últimos años (1968 a 1970), el que también solicito que se incluya en el texto de mi intervención.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Oportunamente se solicitará el acuerdo de la Sala, señor Senador.
-El documento, que posteriormente se acuerda insertar, es el que sigue:
PRODUCCION DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA MINERIA.
El señor NOEMI.-
Como puede apreciarse, la sola compra de ENAMI a los pequeños mineros alcanza una producción anual de 53.400 toneladas métricas de cobre fino, que equivale a 10% de toda la producción de la gran minería.
Política minera errada está destruyendo esta actividad.
Los antecedentes que he entregado prueban en forma irrefutable la importancia de esta actividad tan auténtica. Sin embargo, este camino tan claro de la minería no ha podido ser usado. Por el contrario, por razones que explico a continuación, las actuales explotaciones mineras están viviendo difíciles momentos, porque el Gobierno no ha tomado las medidas conducentes a su solución.
La baja del precio del cobre en el mercado mundial, que por cierto no es de responsabilidad del Gobierno, y la estabilización del precio del dólar bancario en E° 12,22 desde hace diez meses, y que sí es de exclusiva resolución del Ejecutivo, ha obligado a la Empresa Nacional de Minería a fijar tarifas de compra de minerales muy por debajo del costo de producción.
Fijar el dólar con que se liquidan las exportaciones en la mitad del valor que realmente debe tener, significa, en este caso, categóricamente gravar en forma directa el valor de venta de la producción minera en Eº 12 por cada dólar de retorno, medida imposible de resistir por la pequeña y mediana minería.
Un sistema parecido, que conviene recordar, fue impuesto por el Gobierno del señor Alessandri cuando congeló el valor del dólar en $ 1.051 durante los años 1959, 1960 y 1961. Esa estabilización llevó a la minería nacional a una de las situaciones más caóticas de los últimos tiempos. Para tratar de paliar esa crisis, el Gobierno de entonces, en vez de pagar las tarifas reales, ofreció a los mineros créditos en dólares que éstos, en su desesperación para no quebrar, recibieron en el equivalente en escudos y más tarde -cuando reventó el precio del dólar- debieron pagar el doble o triple de los escudos que habían recibido.
De ahí que en años posteriores, cuando los mineros disfrutaron de un mejor precio del cobre y muchos se preguntaban qué estaban haciendo con esa utilidad, gran parte de ellos apenas si pudieron, en ese lapso de bonanza, cancelar la fuerte deuda que habían contraído, sin poder en innumerables casos invertir lo necesario para racionalizar su producción.
Ahora están viviendo exactamente la misma experiencia y, de no tomar el Gobierno medidas inmediatas, las consecuencias de esta crisis inminente serán fatales.
Por qué los mineros siguen produciendo.
Muchos de los señores Senadores se preguntarán: ¿y por qué, entonces, los mineros siguen produciendo en una situación tan desmedrada?
La respuesta es simple. No todos siguen; ya hay muchas pequeñas minas que han paralizado.
Los que continúan trabajando no reponen sus maquinarias, han agotado su existencia de repuestos y otros elementos de trabajo. No pagan las imposiciones al Servicio de Seguro Social ni a la Caja de Empleados Particulares, contrayendo con esas instituciones inmensas deudas. Tienen fuertes deudas con el comercio y documentos bancarios impagos.
Pero lo que es peor y muy grave para Chile, es que simplemente están consumiendo sus reservas de mineral. La minería, como la agricultura, necesita de un proceso para producir. En la agricultura, hay que regar, arar, tirar la semilla y esperar que la planta crezca para 9cosechar. En la minería hay que reconocer, preparar y explotar; cuando se termina de explotar un block de minerales, necesariamente debe estar preparado otro. No puede pedirse a los mineros que cumplan este proceso, ya que si solamente explotando sus reservas tienen fuertes pérdidas, éstas serían gigantescas si, además, reconocieran y prepararan.
Así, sin que nadie lo quiera, en el hecho, se destruyen las minas y los daños para el país son incalculables, y muy pronto, si el Gobierno no toma urgentes medidas, empezarán a sufrirse las consecuencias.
Entendemos la necesidad social de bonificar con un dólar barato las importaciones de alimentos para evitar el alza del costo de la vida; pero nada justifica bonificar importaciones de elementos no tan necesarios y de suntuarios a expensas de la producción exportable. En el caso de la pequeña y mediana minería, se está matando la gallina de los huevos de oro.
La reciente alza del dólar de corredores, de Eº 14,35, a E"? 28,03, está demostrando claramente que no puede mantenerse un dólar bancario a Eº 12,22. Los mineros no interfieren la política cambiaría del Gobierno, pero piden una compensación que reemplace el deterioro que sufren con esta congelación del dólar.
En el proyecto de ley que modifica la ley Nº 16.282 y establece nuevas normas para la reconstrucción de las zonas afectadas por el sismo del 8 de julio pasado, la Cámara de Diputados aprobó el artículo 5º, que destina los mayores ingresos que gravan la venta de dólares y otras monedas extranjeras en el mercado de corredores, a partir del 26 de julio de 1971, al financiamiento de la ley de reconstrucción. Asimismo, destina a igual fin todos los mayores recursos y sumas que obtengan el Estado y el Banco Central de Chile por el aumento de precio del dólar y de otras monedas extranjeras en el mercado de corredores.
Pienso que la mejor medida para servir a las zonas afectadas es proporcionarles fuentes de trabajo. En consecuencia, creo que una parte importante de esos ingresos debiera ser entregada a la Empresa Nacional de Minería, para que disponga de los fondos que le permitan pagar a los mineros una tarifa de compra de minerales y de productos que sea justa. Así, no sólo se permitirá un desarrollo de la minería, sino que se evitará su paralización total, librando al Norte de una nueva catástrofe.
Por tal motivo, cuando se discuta el proyecto de reconstrucción en el Senado presentaré indicación para que una parte importante de estos mayores ingresos sea entregada a ENAMI para mejorar las tarifas.
Los días 17, 18 y 19 de junio pasado, los mineros representados por todas las asociaciones mineras, pequeños mineros, pirquineros y camioneros, realizaron un Congreso Nacional de la Pequeña y Mediana Minería, durante el cual adoptaron resoluciones que fueron puestas en conocimiento del Gobierno. A la sesión inaugural de ese torneo asistieron el señor Presidente de la República y el señor Ministro de Minería, estando presentes en todas las sesiones de trabajo funcionarios de ENAMI, Banco Central y otros organismos. Sin embargo, hasta ahora no se han tomado medidas para alzar las tarifas en conformidad a los estudios que allí se realizaron, y los mineros siguen viviendo una verdadera tragedia que puede llevarlos a todos a la quiebra y a muchos a la cárcel.
Solicito que en esta parte de mi discurso se inserten las conclusiones de ese Congreso Nacional de la Pequeña y Mediana Minería, consignadas en el documento que entrego a la Mesa.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Oportunamente, se solicitará el acuerdo de la Sala para acceder a la inserción solicitada por Su Señoría.
-El documento, cuya inserción se acuerda con posterioridad, es el siguiente:
"Sociedad Nacional de Minería Congreso Nacional de la Pequeña y Mediana Minerías.
Conclusiones.
Condiciones económicas justas para el desarrollo de la minería.
Considerando:
a) Que la minería de exportación, al igual que otras producciones de exclusivo consumo externo, está gravemente afectada por un proceso de deterioro cambiario que ha llegado al extremo de reducir la capacidad adquisitiva del retorno de las exportaciones a casi la mitad de su valor;
b) Que la corrección de este deterioro significa un mayor ingreso para el minero de Eº 10 por cada dólar de retorno, corrección que, de no practicarse, implica institucionalizar un gravamen directo sobre el valor de venta imposible de resistir para la pequeña y mediana minerías;
c) Que la pequeña y mediana minerías del cobre y el hierro exportan anualmente por un total aproximado de 260 millones de dólares, por lo que, en estos momentos, los sectores indicados estarían sacrificando 2.600 millones de escudos anuales en beneficio de la importación india-criminada de bienes y productos;
d) Que es justificable bonificar las importaciones de alimentos y de productos de alta incidencia en el índice de precios al consumidor, pero que nada justifica bonificar las importaciones de automóviles, radios y televisores o partes de éstos, o de suntuarios o bienes de capital, a expensas de la producción exportable;
e) Que el Supremo Gobierno dispone de medios más que suficientes para que el importador de estos últimos productos pague una equivalencia cambiaría real, como podrían ser, entre otros, los siguientes:
I) Estableciendo un impuesto de E° 10por dólar o su equivalente en otras monedas extranjeras, reajustable anualmente de acuerdo con la incidencia de costos internos, a toda importación que no se considere necesario bonificar a través del tipo de cambio, destinando el producido que resulte a otorgar condiciones justas a la producción exportable;
II) Reponiendo la doble área cambiaría para bonificar las importaciones que el Supremo Gobierno considere conveniente obtener a un precio inferior; o III) Cualesquiera otros mecanismos que se estimen adecuados.
Se acuerda:
1.- Plantear al Supremo Gobierno la necesidad de que tome las medidas del caso para que los mineros reciban el valor real que les corresponda por sus retornos, cualquiera sea el sistema que se adopte a tal efecto.
2.- En el intertanto, se solicita que se otorguen condiciones económicas mínimas para que las minerías privada y mixta puedan desarrollarse:
A) en el caso de la minería del cobre que entrega sus productos a ENAMI, las condiciones que cubren solamente los costos de producción serían:
COSTOS DE PRODUCCION
Se acuerda, asimismo, solicitar que se reajusten las tarifas de compra cada vez que el alza de los insumos llegue al 5%.
Se dejó constancia de que en los cálculos relativos a los concentrados y precipitados no se consideró la corrección de la discriminación de cálculo para estos productos; tal corrección significa que la tarifa de concentrados de 20% debería alcanzar a Eº 3.100, y la de precipitados de 65% a Eº 10.700, ambos con escala de subida y bajada de Eº 170.
En el caso de la minería del hierro - y a fin de evitar una paralización masiva de este sector, que afectaría a más de 4.000 trabajadores, que con sus familias suman 20.000 personas que quedarían cesantes ya que las provincias de Atacama y Coquimbo no ofrecen ocupaciones de reemplazo- deben adoptarse medidas para que los productores reciban, por la vía de la compensación automática o de la doble área un retorno que corresponda a una equivalencia cambiaría real y que, en todo caso, compense el deterioro actual del 45%, todo ello con efecto retroactivo al 1º de enero de 1971.
En el caso de la minería del oro, susceptible de absorber de inmediato cesantía en el norte y de ponerse en marcha sin costo alguno para el erario fiscal, se solicita:
I) Que ENAMI modifique su tarifa aurífera, fijando una base neta de Eº 300 para los seis gramos, con escala de subida de
Eº 50 por unidad;
II) Que todo el oro que produce la gran minería sea vendido al Banco Central, destinándolo a ser transferido dentro del mismo mecanismo de venta aplicado al oro proveniente de la pequeña y mediana minerías, a fin de que ese importe financie el incremento del Fondo de Fomento de la Minería del Oro;
III) Que los contenidos de plata en productos combinados se paguen a contar de cinco gramos hacia arriba, eliminándose el descuento actual de treinta gramos, y que el oro contenido en ellos sea pagado al mismo precio que se determine para la tarifa aurífera, y
IV) Que ENAMI cancele el oro entregado por los mineros desde el 1º de julio de 1969 hasta comienzos de 1971 y que no pudo ser liquidado en su oportunidad por tener leyes inferiores a los nueve gramos de oro por tonelada.
D) En el caso de la minería no metálica, que no ha recibido reajustes desde 1970 y que con los actuales precios no podrá desarrollarse racionalmente ni mejorar sus instalaciones para competir en la ALALC y la Subregión Andina, se considera necesario:
I) Un reajuste de los precios de los productos no metálicos en el mismo porcentaje de alza experimentado por el costo de la vida entre el 1º de enero de 1970 y el 30 de junio de 1971;
II) Otorgar a las exportaciones de este sector bases equivalentes a las solicitadas en orden a obtener la equivalencia de un tipo de cambio real, y
III) En el intertanto, adoptar las medidas pertinentes para la defensa de laminería no metálica frente a las importaciones de productos análogos desde ALALC y el Area Subregional Andina, lasque se han visto favorecidas en exceso como consecuencia del deterioro cambiario."
El señor NOEMI.-
En su oportunidad, expresé estos puntos de vista al señor Ministro de Minería, en entrevistas que se sirvió concederme. Otro tanto hice con el señor Presidente de la República, quien me recibió y escuchó con todo interés mis planteamientos, reconociendo la necesidad de tomar medidas.
Reitero que se han reunido los mineros de todo Chile en un congreso nacional, donde expresaron por unanimidad sus peticiones.
No es posible ni justo que un sector de chilenos que tanto ha entregado al progreso de su patria viva momentos tan dramáticos y crueles.
El Gobierno, estoy cierto, tiene plena conciencia del problema y, por lo tanto, tiene el deber de tomar medidas rápidas para solucionarlo. El afecta naturalmente a las provincias de Atacama y Coquimbo -que represento en esta Corporación- que tanto han sufrido; pero, más allá del interés regional, muy legítimo, está en juego el destino de una actividad que tanto ha aportado al desarrollo de nuestro país.
He dicho.
"