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- rdf:value = " El señor ACUÑA.- Tal como lo señalé en la sesión de ayer, el proyecto en debate otorga recursos para la realización de diversas obras públicas en las provincias de Valdivia y Llanquihue.
La iniciativa reviste extraordinaria significación y gravedad, porque si bien pretende destinar fondos a las municipalidades de la zona para entonar sus presupuestos y contribuir al financiamiento de sus labores ordinarias, mediante la entrega del 5% de los impuestos que se recauden en la zona, con excepción del de compraventa, no es menos cierto que las indicaciones introducidas en la Comisión de Hacienda -cuyo espíritu no comparto por las razones expuestas en la sesión de ayer - lesionan los intereses de los organismos de desarrollo regional, especialmente las indicaciones que conforman ahora el artículo 7º del proyecto, que establece que el 20% de los fondos de los Comités Programadores de Inversiones, creados por la ley 17.382, se destinará a las municipalidades de las diversas comunas de las tres provincias de la novena agrupación senatorial.
Reitero que la disposición es de suma gravedad porque, tal como lo demostré ayer con numerosos antecedentes, por la vía de la indicación se lesiona una palanca, una herramienta de trabajo, de esfuerzo y de inversión pública que nos costó mucho obtener y que ha constituido el anhelo de diversas zonas del país, como es la creación -después de grandes batallas administrativas y parlamentarias- de juntas de adelanto, comités de desarrollo o corporaciones regionales, que, en nuestro caso, han pasado a denominarse Comité Programador de Inversiones de las provincias de Valdivia y Osorno y Comité Programador de la provincia de Llanquihue.
Proporcioné también numerosos antecedentes para demostrar la forma como se estaba trabajando y llevando a cabo la planificación de obras y de canales de inversión, para resolver numerosos problemas de infraestructura, como la construcción de carreteras pavimentadas y puentes. Recalqué, a la vez, el fomento que esas entidades significan para la industria, la agricultura y numerosas otras actividades.
En esta oportunidad, debo recordar que el proyecto de ley que creó los Comités Programadores de Inversiones contó con el beneplácito de todos los sectores de las tres provincias. Cuando se obtuvo su promulgación, recibimos felicitaciones y saludos de todas las municipalidades de la zona, así como de los organismos laborales representativos, de la Central Unica de Trabajadores, de las cámaras de comercio, industrias y entidades que agrupan a los pequeños y medianos agricultores de la zona.
La prensa de las tres provincias día tras día informa de las aspiraciones y deseos de los diversos sectores para llevar a cabo obras importantes con cargo a los fondos de esa ley de desarrollo regional. Por ejemplo, tengo a la vista "El Correo de Valdivia" del lunes 23 de agosto, que destaca la construcción tan anhelada por Valdivia del puente sobre el río Cruces, y saluda en forma entusiasta el proyecto y la iniciación pronta de este tipo de obras con cargo a los recursos que provee la ley de desarrollo regional, de la cual somos autores. Asimismo, otras publicaciones hablan del complejo Corral-Valdivia, a través de la ruta internacional Huahún a la Argentina, cuyos estudios también comienzan con cargo a los mismos fondos.
Por todas estas razones, y porque los Comités Programadores están ejecutando una tarea de extraordinaria significación económica y social para la zona, soy francamente contrario a la indicación que pretende cercenarles recursos financieros del orden del 20% de los previstos en el artículo 43 de la ley Nº 17.382. Soy partidario, como lo expresé a numerosas municipalidades que están planteando sus problemas económicos, de que las soluciones de financiamiento definitivo de las -corporaciones edilicias se establezcan en un cuerpo legal específico, que aborde el problema en su integridad, a nivel nacional, y no por la vía de formular una indicación que extrae recursos financieros de un fondo de desarrollo, conquista que, como dije, obtuvimos después de grandes batallas administrativas y parlamentarias. Así logramos convertir en realidad los Comités Programadores de Inversiones de Valdivia y Osorno y de Llanquihue.
Por estos motivos, los Senadores del Movimiento Radical Independiente de Izquierda votaremos por el rechazo de esta iniciativa, tal como lo están planteando también numerosos municipios de la zona. En ellos ha habido debates ardorosos, a fin de obtener acuerdos favorables o contrarios a esta iniciativa. Hemos recibido comunicaciones que nos dan cuenta de que en algunas municipalidades, por cinco votos contra cuatro, o en otras por tres votos contra dos, se han aprobado ideas para conseguir financiamiento por esta vía. Pero también nos hemos impuesto de comunicaciones, como las llegadas de Valdivia, que demuestran que las propias corporaciones edilicias no están de acuerdo en estimar que ese camino es el más beneficioso y positivo para solucionar sus problemas, ya que, a su criterio, va en perjuicio y detrimento de un fondo de inversiones que -insisto- tiene enorme trascendencia social y económica para las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue.
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