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- rdf:value = " El señor RODRIGUEZ.-
La información que entregó el Honorable señor Fuentealba constituye un resumen bastante completo, y es poco lo que se puede agregar al informe de la Comisión.
Para nosotros, los socialistas, produce gran satisfacción ver consolidada una antigua aspiración programática de nuestro partido y de la Izquierda en general.
Este proyecto es resultado de lo que se aprobó en la reforma constitucional: posibilitar el sufragio a un sector importante de la población, como son los analfabetos, que tienen tal calidad no por voluntad propia, sino como uno de los resabios regresivos más negativos de una sociedad injusta, que desde la infancia negó toda posibilidad de estudio a un número importante de conciudadanos, en especial a aquellos que han vividos explotados en la zona rural chilena.
Como señala el informe, la reforma constitucional contenida en la ley número 17.284 determina en el artículo segundo transitorio la obligación de dictar una ley que fije los requisitos y condiciones que regulen el derecho a sufragio de los analfabetos. El Gobierno ha cumplido parte de esta exigencia al enviar el mensaje correspondiente, que ahora el Senado estudia en segundo trámite constitucional.
En verdad, no ha sido fácil, tanto para el Gobierno a través del mensaje proveniente del Ministerio de Justicia, como para la propia Comisión -como lo indicó el Honorable señor Fuentealba-, señalar las condiciones más expeditas y claras para que los analfabetos puedan enfrentar el mínimo de dificultades en el ejercicio de este derecho.
Como el señor Senador lo reiteró, se rechazó la posibilidad de montar todo un mecanismo distinto del común de los electores; establecer recintos y mesas separados, porque se creaba un factor sicológico que ubicaba en términos desventajosos a los analfabetos en el momento de ejercitar su derecho.
El propio mensaje del Ejecutivo lo expresa muy bien cuando señala que la iniciativa toda descansa en el propósito de evitar, hasta donde sea posible, cualquier discriminación respecto de este grupo de ciudadanos en lo relativo al ejercicio del derecho a sufragio que le ha otorgado la Constitución. Agrega que la creación de registros y mesas separadas para analfabetos constituye una forma de segregación de estos ciudadanos al señalarles públicamente su inferioridad cultural, lo que significaría un obstáculo de carácter sicológico que podría desalentar su inscripción en los registros y la posterior emisión de sus sufragios.
Por eso, a mi juicio, el Gobierno y la Comisión han hecho bien en rechazar la posibilidad de implantar todo un mecanismo en que los analfabetos actuasen separadamente de los alfabetos. Con este modo de proceder se impide que dichos ciudadanos sientan un efecto discriminatorio contra ellos. Celebramos que este procedimiento lo haya acogido la Comisión.
Como también recordó el Honorable señor Fuentealba, la Dirección del Registro Electoral pensó inicialmente que se incorporarían ochocientos mil ciudadanos al proceso electoral chileno, lo que era de por sí importante. Pero por las mismas razones que se hicieron presentes aquí -por la liberalidad de los Registros Electorales para inscribir nuevos electores y el ausentismo-, se estima que, en el mejor de los casos, el incremento llegará a cuatrocientos mil nuevos ciudadanos que se incorporarán a dichos Registros y que tendrán derecho a decidir en las futuras consultas democráticas chilenas.
Para nosotros constituye un agrado -repito- que en el curso de estos últimos meses, en la última etapa de la vida chilena, se hayan incorporado a la vida ciudadana tanto los analfabetos como los no videntes y los mayores de dieciocho años y menores de veintiuno. Todo esto, a mi juicio, coloca a Chile en los primeros rangos democráticos de América Latina, al margen de lo que ya había ganado por diversas otras consideraciones, en términos tales que la población madura chilena -reitero-, desde una edad temprana, desde los dieciocho años, sean analfabetos o alfabetos, videntes o no videntes, podrá participar realmente en un proceso que en el futuro deberá ensancharse y adecuarse a moldes mucho más modernos, conforme a las aspiraciones programáticas de la Unidad Popular y de nuestro partido.
Por los motivos expuestos, los Senadores socialistas votaremos a favor de la iniciativa.
Sin perjuicio de lo anterior, en nombre de mi colectividad he formulado algunas indicaciones. Entre otras, una que aborda un problema tocado tangencialmente en la Sala por la Honorable señora Carrera, referente a que en las elecciones pluripersonales, equivocadamente muchos ciudadanos marcan la preferencia a la letra del partido de su elección y a uno de sus candidatos; lo cual no significa marcar dos preferencias, sino manifestar una tendencia hacia el partido que es de su agrado y a un candidato del mismo partido. Para reparar esta anomalía, hemos presentado la indicación que corresponde, junto con otra que, en mi opinión, mejora el funcionamiento y aplicación general de la ley de Elecciones.
Esto es lo que quería decir en nombre del Comité Socialista.
"