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El señor FIGUEROA (Secretario).-
A continuación, corresponde votar un proyecto de la Cámara de Diputados que establece normas para facilitar la concurrencia de niños a los estadios y cines del país en forma gratuita.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 34ª, en 12 de agosto de 1971.
Informe de Comisión:
Gobierno, sesión 48º, en 8 de septiembre de 1971.
Discusión:
Sesiones 50º, en 9 de septiembre de 1971; 52ª, en 14 de septiembre de 1971.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
En votación.
-(Durante la votación).
El señor MONTES.-
Pido la palabra para fundar el voto, señor Presidente.
En dos o tres oportunidades hemos expuesto nuestra posición respecto de esta iniciativa y hemos dicho que ella nos parece aceptable.
Hemos insistido, también, en que el proyecto tuvo su origen en la Cámara, en una moción del Diputado señor Ramírez, y en que, hasta el artículo 6º, sus disposiciones se refieren a la materia consignada en la iniciativa original.
Hemos propuesto, además, diversas alternativas que no han sido acogidas, ya que la inclusión de los artículos 7º y 8º, a nuestro juicio, es inaceptable.
Como nos vemos forzados a pronunciarnos sobre la totalidad de estas materias, entre las cuales están las contenidas en esas disposiciones, que estimamos inconstitucionales, nos vemos obligados, no obstante haber demostrado nuestra opinión favorable al proyecto -concretamente, a la iniciativa original del Diputado Ramírez-, a votar en contra de él, porque creemos que la adición de estos dos últimos preceptos resulta improcedente y ha determinado la adopción de posiciones contrarias a una idea que podría haber sido aprobada por unanimidad, de no mediar el hecho de habérsele introducido materias que pudieron haberse abordado en un proyecto de ley aparte, con el objeto de no perjudicar la idea primitivamente propuesta por el Diputado Ramírez, que en este instante se encuentra en la Sala.
Por las razones expresadas, votamos en contra.
El señor LORCA.-
Señor Presidente, el planteamiento del Honorable señor Montes, en el sentido de que es partidario de este proyecto de ley porque comparte la preocupación de que todos los niños puedan asistir a las funciones de cine infantil para ver películas de carácter cultural, es inaplicable en la práctica, ya que, como lo manifestaron diversos señores Senadores en la Comisión y también en la Sala, no aprobar el artículo 7?, que impone al Banco Central la obligación de entregar determinada cantidad de divisas para importar películas, significa que no se desea legislar sobre la materia. Y ello, por la simple razón de que en tal caso no habría películas para exhibir.
El banco mencionado, de acuerdo con su política actual, economiza divisas en rubros en los cuales no debe hacerlo; en cambio, las gasta en forma exagerada al entregarlas sin discriminación a las numerosas misiones que viajan al extranjero.
Los estudios estadísticos establecen claramente que, incluyendo a todos los países del orbe -Unión Soviética, Polonia, Checoslovaquia, los países de América Latina y los Estados Unidos-, sólo se producen tres mil películas al año, y de éstas únicamente 500 vienen dobladas al castellano o con el guión en español.
Para abastecer a las salas de cine que existen en Chile se necesitan 400 películas. Los técnicos monetarios del Banco Central que vinieron a la Comisión de Economía, a pesar de que los consultamos sobre la posibilidad de aumentar las divisas que se pueden otorgar tanto a las empresas nacionales como a las extranjeras importadoras de películas, se limitaron a exponer sus puntos de vista sobre la materia y a dar su opinión sobre las cintas cinematográficas. Esos técnicos sostuvieron que bastaban 200 películas; pero como en el país hay 300 cines, y aquéllas, por muy buenas que sean, es preciso distribuirlas entre esas 300 salas en el curso del año, para que puedan producir los ingresos que permitan financiar su explotación, es indispensable importar 400 filmes como mínimo.
Pues bien, para que las empresas nacionales y extranjeras puedan importar películas se necesitan, más o menos, dos millones de dólares. Pero, si el Banco Central no se siente obligado, mediante una ley, a entregar dicha suma y, además, insiste en su actual política de economía de divisas, no sólo obstaculizará la idea de realizar las funciones de cine infantil de que trata el proyecto que nos ocupa, sino que incluso impedirá disponer de películas para satisfacer las necesidades de todos los cines del país.
Por otra parte, el Subsecretario de Hacienda reconoció en la Comisión de Economía que la imposibilidad de importar películas está contribuyendo a la desaparición paulatina de las salas cinematográficas, las cuales, de 500 que fueron en un tiempo, se han reducido a 200 y tantas.
El señor VALENTE.-
¿Cuándo cerró el resto?
El señor LORCA.-
Están cerradas desde hace años. Y en estos ocho meses de Gobierno...
El señor VALENTE.-
Es un problema que viene desde muy atrás.
El señor LORCA.-
Efectivamente.
Es la misma discusión que tenemos siempre con los señores Senadores de Gobierno: Sus Señorías quieren que los problemas se sigan arrastrando.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor LORCA.-
Por las razones que he dado, voto a favor del proyecto en general.
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, en la sesión anterior di a conocer la posición de los Senadores nacionales sobre el proyecto de ley que nos ocupa. Nosotros concordamos con la idea de facilitar la concurrencia de los niños a los espectáculos deportivos de los diferentes estadios, como también a las funciones especiales de cine los días domingos, con películas adecuadas a la juventud, para contribuir a su esparcimiento.
En cuanto a la controvertida disposición consignada en el artículo 7°, que tiene por objeto obligar al Banco Central a entregar una cuota de dólares similar a la que hasta estos momentos ha estado otorgando -desde 1966 a 1970-, la verdad es que tal precepto sólo permite asegurar el abastecimiento normal de películas. Actualmente, debido a las normas reglamentarias vigentes de esa institución, desde el mes de julio hasta esta fecha no se ha autorizado la importación de películas de productores extranjeros, las cuales representan el 70% del total de los filmes que se exhiben en el país. Ello significa desabastecimiento para los meses de diciembre y enero.
Por esta razón, estamos dispuestos a dar nuestra aprobación en general y en particular al proyecto, en los mismos términos en que lo hizo la Comisión en que me correspondió participar.
El señor CHADWICK.-
En este proyecto, a nuestro juicio, se insiste en la tendencia, ya reparada en sesiones anteriores, de resolver problemas administrativos, ordenando la ejecución de actos concretos y precisos mediante leyes que, en concepto del Senador que habla, son tentativas inconstitucionales, absolutamente inadmisibles en un sistema de separación de Poderes como el que nos rige, especialmente acentuado por la reforma constitucional que empezó a regir el 4 de noviembre del año pasado.
Espero que haya número suficiente de Senadores en ejercicio para someter esta cuestión al Tribunal Constitucional, que ya se estableció en Chile, con el objeto de que tal organismo nos diga si es admisible establecer por ley a quién le va a dar divisas el Banco Central, o quién comprará papas, o si éstas deben ir ensacadas o no, o en qué forma debe dar la autorización a las empresas de aeronavegación la Junta de Aeronáutica Civil, tema este último que discutimos latamente en el tiempo, llamado así por ironía, de Fácil Despacho.
Como en este proyecto de ley tengo reservas del tipo que he señalado, votaré en contra de la idea de legislar, aun cuando soy partidario de tomar medidas que faciliten la asistencia de niños a los estadios y puedan establecerse funciones cinematográficas gratuitas, con el objeto que señaló el Honorable señor Ochagavía, con cuyos planteamientos, por rara coincidencia, concuerdo.
El señor FONCEA.-
Quiero insistir en lo que dije en una sesión anterior, cuando se comenzó a debatir el proyecto.
El Honorable señor Chadwick ha insinuado que con este precepto se trata de gravar al Banco Central mediante una obligación que no tenía hasta la fecha. En realidad, el artículo 79 dispone que el "Banco Central de Chile destinará anualmente una suma en dólares no inferior al promedio de lo gastado en total por los mismos conceptos, entre el 1º de enero de 1966 y el 31 de diciembre de 1970,"... O sea, se trata de mantener una obligación que esa entidad bancaria se impuso a sí misma al hacer la distribución de las divisas, para lo cual tiene facultades.
Quiero recordar que, entre otras, la Ley de Fomento del Deporte determina perentoriamente que el Banco Central destinará anualmente determinada suma de dólares para la importación de artículos deportivos e incluso automóviles de alta velocidad.
El planteamiento del Honorable señor Chadwick es bastante discutible, toda vez que una ley despachada por el Congreso otorgó al Comité Ejecutivo del Banco Central la facultad de distribuir las divisas. Por lo tanto, si tal facultad emana de una disposición legal, no veo por qué se estima improcedente una indicación como la reparada.
No se puede sostener que se está de acuerdo con el artículo 2º del proyecto, o sea el que establece funciones cinematográficas gratuitas, en días festivos, a los niños menores de 12 años de edad, si no se soluciona el problema de abastecimiento de películas. Porque lo que ocurre -así se dejó de manifiesto latamente en la Comisión y en las sesiones anteriores de la Sala- es que los cines se están cerrando precisamente por falta de filmes. Incluso en provincias, donde ese pasatiempo es la única distracción, las funciones se realizan sólo los sábados y los domingos, a consecuencia del problema que señalo. De manera que si se desea que el proyecto del Diputado señor Ramírez prospere, sin duda hay que otorgar los medios necesarios a las instituciones o empresas que exhiben esa clase de espectáculos. También quiero señalar al respecto que, según los antecedentes proporcionados en la Comisión, por concepto de impuestos tal medida importa al erario una suma superior a 200 millones de escudos.
Por estas razones, mantengo mi idea favorable al proyecto.
El señor VALENTE.-
Hemos dado nuestra opinión favorable a la iniciativa de dar facilidades a los niños para que puedan asistir gratuitamente a los espectáculos del fútbol y a funciones cinematográficas, durante los días domingos en la mañana. En tal sentido, ya el Honorable señor Montes dio a conocer nuestros puntos de vista y nuestros votos favorables; sin embargo, también deseo decir algunas palabras respecto de las tres disposiciones que objetamos.
El artículo 4° establece un recargo de 10% en las entradas de los cines en las funciones habituales que se lleven a cabo los mismos días de las exhibiciones gratuitas, con el propósito, según se dijo, de financiar este tipo de espectáculo para los niños.
No concordamos con los artículos 7º y 8º, porque, a nuestro entender, introducen una idea distinta de la que es matriz del proyecto.
No es efectivo que las empresas distribuidoras de películas estén en crisis debido a la falta de importación de filmes para ser exhibidos. La causa de la actual situación económica de las empresas que internan películas para exhibirlas en los cines nacionales data de muchos años. El Honorable señor Lorca ha reconocido al respecto que, de las 500 salas cinematográficas que había hasta hace poco, ahora sólo funcionan 200. El problema no es consecuencia exclusivamente de la falta de cintas cinematográficas, sino de la política que se ha seguido permanentemente en este tipo de actividades. Por otra parte, lógicamente que el exceso de gravámenes sobre las entradas también produce un problema económico a los empresarios, pues atenta contra la posibilidad de renovación más frecuente de las películas. Al respecto, leo parte del informe de la Comisión donde se consigna que los funcionarios del Ministerio de Economía aseguraron que hasta este instante toda la importación de películas se ha hecho en forma normal por parte del Banco Central, institución que hasta el año anterior otorgó los registros en dólares necesarios para ello.
De manera que no hay ninguna razón para que los artículos 7º y 8º del proyecto obliguen al Banco Central a fijar una cuota perentoria o taxativa, destinando parte de su presupuesto a la importación de tales películas.
A mi juicio, las importaciones que se hacen en forma regular deben pactarse de común acuerdo entre el Banco Central y los empresarios respectivos. Nunca ha habido dificultades. Por lo tanto, no veo por qué se obliga al Banco Central a adoptar medidas que distorsionan su política cambiaría o presupuestaria. Mediante tal pro pósito, simplemente se pretende favorecer a algunos empresarios cinematográficos, nenes, con toda seguridad -no tengo conciencia ni seguridad de ello-, hablaron con algunos Senadores, impresionándolos (y haciéndolos partidarios de esta iniciativa, sin siquiera averiguar mayores antecedentes.
Hemos recibido un informe del Banco Central en el sentido de que nunca hasta el momento los empresarios importadores de películas han tenido dificultad para internarlas a-1 país, y que no las tendrán en lo futuro. De manera que encontramos inútiles y peligrosas estas disposiciones que consignan los artículos 7º y 8º, por lo cual los votaremos en contra, como lo haremos respecto del artículo 4º.
-Se aprueba en general el proyecto (16 votos contra 6 y 1 abstención).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Se ha pedido votación respecto del artículo 4º.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
En votación.
-(Durante la votación).
El señor OCHAGAVIA.-
Este artículo sólo tiene por objeto financiar las funciones matinales cinematográficas gratuitas a que se obliga a los propietarios de salas de cine durante los días domingo. Para ello se establece un recargo de 10% del valor de las entradas en esos mismos días. No aceptar esa disposición, en la práctica implica negar los recursos necesarios para el cumplimiento de la obligación que establecemos mediante esta ley en proyecto.
Lógicamente, la actual crisis de las empresas cinematográficas no es sólo de abastecimiento de cintas, de calidad de ellas o de carencia de recursos financieros. El problema es de la cinematografía mundial: la televisión provocó un gran desplazamiento de los asistentes a las salas cinematográficas.
Por las razones señaladas, votaré favorablemente el artículo 4º.
El señor SILVA ULLOA.-
En realidad, el artículo 4º no cumple el propósito de financiar las funciones gratuitas que estarían obligados a exhibir las salas cinematográficas los días domingos. En efecto, de ese recargo de 10% de las entradas de ese día, el ingreso neto que percibirá el empresario será inferior al 50% de su valor, es decir, inferior al 50% de recargo. Por consiguiente, sólo significa un gravamen más para esa actividad, aun cuando se nos ha hecho presente que las condiciones económicas que exigían los empresarios eran diferentes.
Por eso, creo que la disposición es totalmente innecesaria, y no compensa desde el punto de vista económico el mayor gasto que significarán a los empresarios las funciones gratuitas.
Voto en contra.
-Se aprueba el artículo 4° (12 votos contra 8).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
También se ha pedido votación para el artículo 7º.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
En votación.
-(Durante la votación).
El señor LORCA.-
En mi opinión, el Honorable señor Valente emitió un juicio muy ligero al decir que, con seguridad, alguno de los importadores habría conversado con Senadores y los habría impresionado con respecto a la situación de las empresas.
En realidad, hablaron con toda la Comisión. Como les consta a los Honorables señores Valente y Montes, quienes asistieron a las reuniones de la Comisión que tengo el honor de presidir, ésta funcionó varios días y en repetidas ocasiones. En realidad, sólo faltó consultar la opinión de los artistas que trabajan en los filmes. Se pidió la opinión de todos los Ministerios del Banco Central, del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, de la DIRINCO, de los empresarios; en suma, de todos a quienes se podía consultar al respecto. Fue muy amplia la consulta, como es la democracia que practicamos en el Senado.
Pero, ¿qué pasó? Se nos dijeron cosas concretas; pero también se demostró que los representantes del Banco Central estaban equivocados, a tal extremo, que cuando se habló de que faltaban películas, que existía desabastecimiento y que no había registros para traer cintas cinematográficas, se reconoció que los datos que se entregaron correspondían sólo hasta el 1º de junio, y nosotros estábamos tratando el problema a fines de agosto. O sea, habían transcurrido julio y agosto, iy no se había presentado ningún nuevo registro para traer películas. ¿Por qué? Porque el Banco ¡Central ha negado a los distribuidores nacionales las divisas necesarias para pagar los derechos de explotación de las películas que traían, lo que produce desabastecimiento -según los antecedentes que se nos dieron, y que tengo a la vista para no equivocarme- de 100 películas. Dado el aumento del dólar y el impuesto a las remesas, los productores extranjeros de películas con agencias en Chile han suspendido, a contar del 1º de julio pasado, el envío de material a nuestro país, por cuanto en estas condiciones tendrían que enviar dólares a sus agencias en lugar de recibir un porcentaje del producido de su material. Tal hecho, como quedó demostrado en la Comisión, producirá un desabastecimiento de 300 filmes.
Además, se habló del valor de las entradas que, como el mismo Honorable señor Valente y el señor Ministro reconocieron, es sumamente bajo. Asimismo, se demostró que sólo había 60 películas nuevas por estrenar, lo que evidenció claramente que existía desabastecimiento.
Ahora, ¿qué pasa? El artículo 7º establece la obligación del Banco Central de entregar la misma cantidad de dólares que el promedio de lo gastado en los últimos cuatro años con ese mismo objeto, es decir, más o menos 2 millones de dólares al año. Esa cifra, que no significa aumento respecto de años anteriores, permitiría cumplir las disposiciones de la ley.
La posibilidad de traer películas daría, además, un ingreso al Fisco, al Gobierno de la Unidad Popular, que tanto necesita para hacer obras sociales, de 200 millones de escudos. O sea, por un lado, damos fondos al Ejecutivo y, por el otro, le evitamos la situación que se le puede producir a este Gobierno -como yo lo planteé con mucha sinceridad y que todos reconocieron hidalgamente- y a cualquiera otro en el mundo cuando, en un momento determinado, haya 200 ó 300 salas de cine sin poder funcionar. Hay 10.000 personas que viven de esta actividad. No se trata sólo de empresarios o de capitalistas, sino de gente modesta que labora en las salas de cine, que sirven de recreación y de entretenimiento para quienes quieran olvidar el, para ellos, mal Gobierno, o para aquellos que deseen alentar a la nueva Administración.
Lo mismo que expresé en la Comisión lo digo ahora a los señores Senadores: el día en que se supriman o desaparezcan las salas de cine, no sólo habrá sedición, sino una verdadera revolución, ya que ni en la Unión Soviética ni en ningún otro país. . .
El señor VALENTE.-
¿Quién las va a suprimir?
El señor LORCA.-
Se van a suprimir, porque no habrá películas. A no ser que Su Señoría quiera asistir a los cines sin que se exhiba ningún filme, y estar dos horas sentado sin ver ningún espectáculo. Es cuestión de gustos.
El señor JEREZ.-
Se pueden hacer números vivos.
El señor LORCA.-
Repito: el problema es que no habrá películas.
En cuanto a los números vivos, vemos que aquí hay buenos actores: unos son "hippies"; otros, jóvenes; algunos, viejos; otros, gordos, etcétera. Es decir, podrían actuar muy bien en obras teatrales de la Unidad Popular. . .
Sin embargo, como realmente estoy velando por el Gobierno, creo que el mejor favor que le podemos hacer, a pesar de ser Oposición, es que no se vea abocado en cualquier momento al cierre de las salas de cine por falta de películas. Repito: es un favor que le estamos haciendo, y no tendríamos por qué hacérselo. Pero, como dije, somos partidarios de que no se deje de traer películas al país.
El señor AYLWIN (Presidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor LORCA.-
Pensaba que me quedaban algunos minutos.
Hablando de películas, hay buenas y malas. Al respecto, debo decir que en la Unión Soviética...
El señor AYLWIN (Presidente).-
Terminó su tiempo, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Ochagavía.
El señor OCHAGAVIA.-
Después de lo manifestado por el Honorable señor Lorca, poco más podría agregar respecto de las razones que aconsejan aprobar el artículo 7º.
El Honorable señor Valente se permitió, en forma muy ligera, dar su juicio contrario al artículo diciendo que no era materia pertinente al proyecto.
En realidad, es tan pertinente, que si no existe un adecuado abastecimiento, un mínimo de filmes, no se podrá cumplir con el mandato de la ley en proyecto, en cuanto a la obligación de dar funciones matinales para los niños.
Respecto de lo expresado por el Honorable señor Chadwick en el sentido de que la norma le merece observaciones de orden constitucional, en realidad no soy experto en la materia como para contradecir al señor Senador. Sin embargo, quiero manifestarle que las leyes consignan una serie de disposiciones que intervienen en la administración del Estado. Concretamente, por ejemplo, me viene a la memoria lo que discutíamos en la mañana a propósito de otro proyecto.
Tenemos Institutos CORFO en el Norte y en el Sur, y por ley establecemos una cuota que el Banco Central tiene la obligación de entregar a esos organismos. Por lo demás, sabemos muy bien que Ferrocarriles del Estado, Línea Aérea Nacional y todos los servicios estatales están regulados por medio de la ley y, en cierta medida, se interviene con ello la administración del Estado. Por eso, digo al Honorable señor Chadwick que, a mi juicio, no incurrimos en vicio de inconstitucionalidad al aprobar una disposición que exija la entrega de divisas para mantener el abastecimiento normal de películas.
Otra disposición del artículo 7º establece que determinado porcentaje de películas deberá ser apto para todo espectador. Tal precepto, a mi juicio, constituye la fuente de abastecimiento para cumplir la ley en proyecto, pues permitirá exhibir filmes apropiados para los niños en las funciones matinales de los domingos.
En seguida, otro inciso del mismo artículo establece algo que considero de la mayor importancia: que ni el Banco Central ni los organismos del Estado podrán tener ingerencia en la internación o distribución de películas cinematográficas, en cuanto a la censura o clasificación que coarten la libertad de selección, importación o distribución de las mismas. ¿Por qué es importante? Porque mediante dicha norma estamos garantizando el pluralismo y evitando que por medio de los espectáculos de cine que el país conozca se haga un proceso de concientización, al cual es muy adicto el actual Gobierno de la Unidad Popular.
En nuestro concepto, deben ser del libre juicio de los ciudadanos las apreciaciones que les merezcan las determinaciones políticas de las acciones del Gobierno o la decisión que adopte respecto de las alternativas políticas futuras. Por eso, el proceso de concientización es para nosotros absolutamente antidemocrático.
Por lo tanto, consideramos que es una garantía del pluralismo suscrito por el Gobierno de la Unidad Popular después de asumir el Poder por decisión del Congreso
Pleno, el establecer en el artículo en debate una disposición que impida esa facultad estatal de fiscalizar.
Por las razones expuestas, votaremos a favor del artículo 7°.
El señor CHADWICK.-
Me deseo referir a lo que el Honorable señor Ochagavía expresó en cuanto al artículo 7º. Dicha norma me obligó a votar en contra en general del proyecto, porque indudablemente aquí se hace un acto propio de la Administración, como es asignar un porcentaje de divisas para determinada importación.
Pero, además, dicho precepto merece otro reparo de mayor entidad todavía: reserva un privilegio o monopolio a un grupo de empresas, nacionales o extranjeras, afiliadas a la asociación que en él se menciona. Sólo esa empresa, que podría enunciarse por sus denominaciones comerciales, va a gozar de la decisión administrativa que el Honorable Senado, constituido aquí en una especie de Comisión de Cambios Internacionales, adopta graciosamente. Esto tiene verdaderos caracteres de escándalo, a tal extremo, que podría pensarse, sin suponer intenciones, que todo el proyecto utiliza el pretexto de dar entrada gratuita a los niños a determinadas funciones, para justificar el privilegio de otorgar cierta partida de dólares sólo a las empresas que menciona el artículo 7º: las compañías, nacionales o extranjeras, afiliadas a la Asociación de Distribuidores Cinematográficos. De modo que esa Asociación, que es una entidad privada, eliminando de su seno algunos de sus afiliados, dejaría a determinadas empresas en la imposibilidad de realizar importaciones de películas.
A mi juicio, este negocio de procurar utilidades a personas jurídicas o naturales de orden privado significa proyectar una sombra de duda respecto de la legitimidad con que nosotros cumplimos la función pública. No es posible -y nadie podrá comprenderlo-que la ley reserve una cantidad determinada de divisas a las empresas señaladas en el artículo 7º.
Esa es la segunda razón que tengo para votar en contra de dicho precepto.
La señora CARRERA.-
Realmente, llama la atención lo expresado por el Honorable señor Chadwick respecto del artículo 7º
Al respecto, si fuera posible reglamentariamente, pediría agregar, ya que se habla de Asociación de Distribuidores Cinematográficos, a Chile Films, a fin de que siquiera exista una posibilidad de que también esa empresa, que es nacional, tenga un mercado fijo, y no sólo gocen de tal beneficio los distribuidores extranjeros.
El señor JEREZ.-
En nombre del pluralismo mencionado por el señor Ochagavía.
La señora CARRERA.-
Exacto. En nombre del pluralismo de que habló el señor Senador, y que nosotros compartimos, debería incluirse a Chile Films, con el objeto de que las películas que dicha empresa produce tengan, al igual que las extranjeras, un mercado fijo, real. No es posible estar gastando dólares sólo en producciones extranjeras, en circunstancias de que en Chile tenemos conciencia de que podemos producir bastante buen cine, el que, siendo realista, puede parecer a ciertos sectores de la ciudadanía como concientizador.
En general, la tendencia mundial de los filmes es de concientizar a la población. De manera que no puede llamar a escándalo una cosa semejante. Inclusive, cuando se quiere proteger a la industria cinematográfica de nuestro país o de cualquier otro, se dice que el ciñe tiene una labor social que cumplir.
Por lo tanto, es muy añejo el argumento de que es peligrosa la concientización.
Por lo expuesto, reitero mi solicitud de incluir en el proyecto a Chile Fims.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
¿Cómo vota Su Señoría?
La señora CARRERA.-
En contra.
El señor SILVA ULLOA.-
Comparto el criterio de los Honorables colegas señores Juliet y Valente, quienes en la Comisión de Gobierno fundaron su voto contrario en el hecho de que esta disposición es de carácter administrativo y, por lo tanto, invadía las atribuciones propias del Jefe del Estado.
Además, quiero que los señores Senadores reparen en un 'hecho: se establece en este artículo que debe destinarse a la importación de películas a lo menos el promedio de lo gastado en los últimos cinco años calendario para el mismo objeto.
Las condiciones al respecto pueden cambiar, y la suma consignada podría ser exorbitante, porque nosotros aspiramos a que en Chile logremos producir películas nacionales en mayor cantidad y de mejor calidad, a fin de que abastezcan el mercado.
El señor LORCA.-
Nuestro país apenas puede producir veinte filmes en cuatro años. Eso lo dijeron en la Comisión los "sabios" del Gobierno de la Unidad Popular que vinieron.
El señor OCHAGAVIA.-
En efecto, eso lo dijeron los técnicos del Gobierno en la Comisión.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Ruego a los señores no interrumpir y respetar el derecho del señor Senador a hacer uso de la palabra.
El señor SILVA ULLOA.-
Señor Presidente, espero que no me compute el tiempo que ocupó el Honorable señor Lorca en darnos sus luces acerca de este artículo.
En verdad, desde un punto de vista nacional chileno, debería estar en el orden del día de nuestro país la ambición de producir mayor cantidad de películas de excelente calidad que abastezcan el mercado.
Por otra parte, los convenios de integración regional permitirán, por ejemplo, que filmes de los países de la ALALC y del Pacto Subregional Andino lleguen a
Chile en mejores condiciones económicas que las actuales.
En consecuencia, hay una serie de disposiciones de carácter administrativo que pueden hacer variar el gasto en esta materia, y parece un absurdo disponer que a lo menos deba gastarse anualmente el promedio de los últimos cinco años.
Por tales razones, voto en contra del artículo 7º.
El señor FONCEA.-
Conozco el proyecto en debate, pues participé en todas las reuniones de la Comisión, donde este problema se analizó en forma bastante acuciosa.
Comprendo perfectamente que se hagan afirmaciones que no se compadecen con la realidad de esta industria.
El Honorable señor Silva hizo presente, por ejemplo, su extrañeza por el hecho de destinarse a importar películas una suma equivalente al promedio de los últimos cinco años, en tanto que la producción nacional puede aumentar y con- secuencialmente hacer innecesaria la internación del mismo número de filmes que en la actualidad se traen.
Pero en la Comisión se habló de que, a lo largo de muchos años, la producción nacional podría llegar a lo que señaló el Honorable señor Lorca: a veinte películas anuales. En estos momentos, Chile produce unas seis películas.
Pero no voy a ese aspecto, sino a que el desconocimiento del problema es lo que permite formular toda clase de afirmaciones.
Los filmes, sean nacionales o extranjeros, producirán el mismo gasto, toda vez que en la actualidad únicamente se financia el valor físico de las copias y de las sinopsis. Vale decir, por muy nacionales que sean las películas, tendrán que importarse igual.
También se dijo aquí -cuando no se tienen argumentos, se pretende sembrar la duda, en este caso señalando que habría otros factores e intereses que podrían estar en juego- que Chile Films estaría marginada de los beneficiados por el artículo. No puedo afirmarlo rotundamente; pero, a través de lo que se conversó y se dijo en la Comisión, creo que se estableció claramente que Chile Films tenía los mismos derechos que las demás empresas.
Aquí no van a figurar otras empresas que no sean las habituales, de manera que los Honorables colegas deben sacarse de la cabeza algunos prejuicios. Si están viendo fantasmas o incorrecciones, a nosotros no nos afecta. Ni siquiera podemos suponer que los planteamientos formulados en el Congreso se puedan orientar en este aspecto.
El señor CHADWICK.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador? Sólo para indicarle cómo los fantasmas están de cuerpo presente.
El señor FONCEA.-
Estoy fundando el voto, señor Senador.
Debo agregar que lo que más preocupó a la mayoría de los miembros de la Comisión fue conocer el propósito de algunas autoridades de Gobierno en esta materia. No podría afirmar que se trata de la política oficial, pero sí de la de algunos de sus representantes, en cuanto a crear una central de distribución de filmes, lo que, a mi juicio, va en contra, inclusive, de las garantías que esta Administración se comprometió a otorgar.
Aún más, en la Comisión se dijo a quienes preguntamos la razón de que no se trajera mayor número de películas del sector oriental -rusas, checoslovacas, etcétera- que no se hacía porque significaba incurrir en un gasto de 20 mil dólares por el doblaje de cada filme -no se podía exhibir en el idioma de origen, ya que nadie lo habla en Chile-; que ello sólo se justificaría si la película se exhibiera en todos los países latinoamericanos, pero que como la mayoría de estos filmes no tienen cabida sino en Cuba y quizás en Chile, no habría interés en hacer gastos de esta cuantía.
Se hizo la consulta acerca de los filmes del sector oriental, porque en Chile hay gente que puede gustar de esas películas. Incluso, con el tiempo, dados los antagonismos que se están creando, habrá que legislar para que haya cines donde se exhiban películas que se avengan con el criterio y el pensamiento de muchas personas, y que en el resto se exhiban filmes como los que estamos acostumbrados a ver otros sectores. En esto consisten el pluralismo y la democracia.
-Se aprueba el artículo (13 votos por la afirmativa y 10 por la negativa).
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Artículo 8º.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Si le parece a la Sala, se aprobará el artículo 8º, con la misma votación anterior.
El señor JEREZ.-
Quiero fundar mi voto.
El señor MONTES.-
Pido la palabra.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
En votación.
- (Durante la votación).
El señor SILVA ULLOA.-
Los artículos 7 y 8º han sido presentados revestidos de una inocencia que los Honorables colegas se han dedicado a enfatizar. Pero, en verdad, no son tan inocentes, porque ocurre que en este momento las remesas al exterior por la exhibición de filmes extranjeros se hacen con el tipo de cambio del mercado de corredores y el artículo que se acaba de aprobar establece que "las remesas que correspondan a devolución de costos de producción a productores y distribuidores extranjeros de películas cinematográficas, se efectuarán a través del área bancaria de monedas extranjeras". Esta disposición significa una suma extraordinariamente importante, que altera todo el manejo económico y viene a configurar exactamente lo que se pretende con estos preceptos. Por eso, hemos reiterado que se trata de problemas de orden administrativo.
Manteniendo nuestro criterio, votaremos en contra del artículo 89.
El señor VALENTE.-
Realmente, el contenido de esta disposición es de una magnitud y peligrosidad difíciles de medir en estos momentos. En efecto, establece que el Banco Central deberá pagar "en el extranjero, a través del banco comercial por intermedio del cual se realice la operación, los montos correspondientes a precios o derechos de explotación o liquidaciones por distribución de cada película, dentro de un plazo máximo de 30 días, contado desde la fecha en que el distribuidor nacional hubiere cubierto el crédito correspondiente.
"El Banco Central de Chile deberá pronunciarse acerca de los registros de importación o solicitudes de crédito que le fueren presentados, dentro de los 15 días siguientes a su presentación por los distribuidores nacionales. En caso contrario, dichos registros o solicitudes se entenderán aprobados, pudiendo proseguirse con la tramitación correspondiente".
Es decir, quitan al Banco Central toda posibilidad de oponerse a la internación o importación de determinada película, no importando cuál sea su contenido, si es necesaria o no es necesaria para el país o si puede o no puede exhibirse. En verdad, ponen al Banco Central en un verdadero zapato chino, obligándolo a resolver sobre los registros de importación o solicitudes de crédito dentro de 15 días.
A mi juicio, este artículo ha sido redactado sin pesar las consecuencias que puede acarrear a toda la política general del Banco en cuanto a sus importaciones. Más todavía, no me explico cómo pudo aprobarse en la Comisión, toda vez que nunca antes, tanto la Democracia Cristiana como el Partido Nacional cuando fueron Gobierno, se atrevieron a presentar una disposición de esta naturaleza, porque tienen plena conciencia de que distorsiona todo el sistema, crea un problema al Banco Central y perjudica toda la política que este organismo sigue en materia de importaciones en la actualidad.
Queremos llamar la atención del Honorable Senado sobre este aspecto, no sólo por la gravedad que encierra el artículo, sino porque constituye una manera ligera de legislar, sin meditar las consecuencias, y, sobre todo, pone al Banco Central en una posición dificultosa respecto de estos importadores.
Por las razones expuestas, votaremos en contra del artículo 8º.
El señor MONTES.-
He escuchado con bastante atención lo que, a mi juicio, constituye una denuncia formulada por el Honorable señor Silva Ulloa, en el sentido de que el inciso que dispone que "las remesas que correspondan a devolución de costos de producción a productores y distribuidores extranjeros de películas cinematográficas, se efectuarán a través del área bancaria de monedas extranjeras", significa establecer por ley la devolución de una cantidad de dólares inmensamente superior a la que debería remesar el país al exterior por este concepto.
Entiendo que a eso se refirió el Honorable señor Silva Ulloa. Por tanto, tal disposición atenta de manera grave contra las disponibilidades de divisas de Chile. Más aún, nos parece casi inconcebible el hecho de proponer una disposición que consigna que las remesas al exterior que deberá efectuar nuestro país deban ser pagadas de acuerdo con el dólar bancario y no en relación con el dólar de corredores.
¿Qué se persigue con esto? ¿Qué se quiere? ¿Beneficiar al país? Muy por el contrario; creo que esta disposición es realmente atentatoria contra los intereses chilenos.
Luego, el artículo 8º dice:
"El Banco Central de Chile pagará en el extranjero, a través del banco comercial por intermedio del cual se realice la operación, los montos correspondientes a precios o derechos de explotación o liquidaciones por distribución de cada película, dentro de un plazo máximo de 30 días, contado desde la fecha en que el distribuidor nacional hubiere cubierto el crédito correspondiente".
Es decir, se establece un plazo extremadamente corto, perentorio y obligatorio para que esta institución del Estado remese cantidades extraordinarias de dólares al exterior, que son mucho más altas de las que comercialmente pueden ser adecuadas y convenientes al interés de Chile.
Me parece que esta materia debería ser estudiada detenidamente. En sesión anterior manifestamos nuestras prevenciones y propusimos discutir el problema en forma separada del proyecto en debate. Nuestros temores se justificaban, por cuanto se trata de establecer las normas más convenientes para el país y no aquellas que lo perjudiquen. Desgraciadamente, esta disposición atenta contra el interés de Chile.
Voto que no.
La señora CAMPUSANO.-
Muchos de los señores Senadores patrocinantes de la iniciativa se refirieron a la conveniencia de que los niños asistieran gratuitamente a toda clase de espectáculos; pero ahora hemos comprobado que todo ello era sólo una pantalla, porque su verdadera importancia se encuentra en el artículo que estamos discutiendo.
¡Cómo es posible que en el Senado puedan debatirse iniciativas de esta clase, atentatorias contra el interés del Estado y de los chilenos, con la agravante de utilizar a los niños como pantalla para sus burdos manejos!
Se ha dicho que los empresarios se encuentran en quiebra, pero yo no conozco a ningún señor que haya tenido en sus manos el control de los cines o la distribución de películas que esté en tal situación. Por lo contrario, sé que se han levantado una infinidad de grandes fortunas en nuestro país a costa de los espectáculos.
Por lo tanto, considero que el Gobierno deberá analizar y discutir el problema, para evitar caer en una trampa.
Voto que no.
El señor JEREZ.-
Comparto las argumentaciones que he escuchado a los Senadores de la Unidad Popular, que demuestran que, evidentemente, algunos sectores tratan de revivir un criterio retrógrado, lo que significa que en Chile hay gente que no aprende nunca.
Aquí se trata simplemente de que algunos pretenden retornar a las andadas, sin que sectores empresariales, por ejemplo, entiendan que han cambiado las reglas del juego. No se puede seguir hablando más de la eficiencia de la empresa privada, como ocurría antes del triunfo de la Unidad Popular, por cuanto ella se capitalizaba a costa del Estado -por lo tanto, con recursos de todos los chilenos- y no por el esfuerzo de los empresarios.
La materia en debate demuestra un retroceso por lo menos en la actitud que apreciamos en otras épocas en connotados dirigentes de la Democracia Cristiana.
En el debate se han planteado cosas que me parecen sumamente serias. Desde luego, este complejo extranjerizante. Se dice que no somos capaces de producir 20 películas chilenas al año. Es indudable que si legislamos en la forma como lo hacemos, otorgando toda clase de franquicias y ayudas a las empresas nacionales o extranjeras, o nacionales dependientes de consorcios extranjeros, como ocurre en este caso, nunca dispondremos de recursos para fomentar nuestro cine. Por eso, concordamos con lo planteado por la Honorable señora Carrera en el sentido de que Chile perfectamente puede disponer de una cuota de dólares que le permita importar películas y obtener utilidades que le ayuden a capitalizar; y esto para una empresa que pertenece a!. Estado y, en definitiva, a todo» los chilenos.
En cuanto al problema del pluralismo, que tanto les preocupa, resulta que en este momento están filmando quienes desean hacerlo y no sólo cineastas de pensamiento de Izquierda. Precisamente esta noche se estrenará un filme dirigido por un cineasta que no pertenece a las filas de la Unidad Popular y ha dispuesto de todas las garantías que tenía en el Gobierno anterior.
Por otra parte, nosotros somos partidarios de establecer en Chile una empresa de doblaje para terminar con el colonialismo que en este terreno significa la llegada de sólo películas norteamericanas, que defienden determinados intereses imperialistas y valores culturales que no son los nuestros.
Cuando se habla de concientización a través del cine, no tenemos ningún escrúpulo en decir que sí, y ello porque para concientizar hay que tener ideas, y nosotros tenemos ideas que entregar a la gente. Y yo no diría que quienes proceden en forma diferente de la nuestra no tengan ideas. Las tienen, pero son las ideas que sirven al sistema capitalista, a la sociedad de consumo.
Pienso que no podemos rebajar el nivel del debate en el Senado diciendo que se pone en peligro la democracia porque llegan películas del campo socialista. Lo que me importa es que, estando garantizado el pluralismo, como lo está en el país, entreguemos cine de calidad. El problema es cuestión de gustos. Si hay Senadores que prefieren películas de "cowboys", de violencia, los bodrios norteamericanos, allá ellos con su preferencia. Hay un dicho muy popular al respecto.
Yo asisto a la exhibición de películas que me agradan, incluso películas norteamericanas, contrarias a mi pensamiento, siempre que sean de calidad. Pero considero que realmente se rebaja el nivel intelectual del Senado al pretender que no pueden exhibirse en Chile, porque no se compadecen, presuntivamente, con la ideología democrática y con otras palabras con que acostumbran a enjuagarse la boca algunos Senadores, películas socialistas que constituyen joyas artísticas y que pertenecen al patrimonio cultural de la humanidad, por el hecho de haber sido producidas en países con sistemas distintos del nuestro. Ellas no pueden llegar a Chile "porque ponen en peligro la estabilidad democrática." Se empieza así a concretar una campaña del terror semejante a ?a de la época preelectoral.
En el fondo, éste es un problema de nivel cultural.
Por eso, creo que lo menos que puede pedirse a los señores Senadores que están en contra de nuestra posición, es que acepten y reconozcan que también en países con regímenes distintos de los que ellos defienden y distintos del capitalismo, se han hecho aportes de inmensa consideración al patrimonio cultural y artístico de la humanidad, y que, por lo tanto, deben estar abiertos a la posibilidad de ser apreciados por todos los chilenos.
Voto que no.
El señor GUMUCIO.-
En una sesión anterior, el Honorable Senador Juliet planteó una materia que, a mi juicio, reviste alto interés. Sostuvo que hay una tendencia por parte del Senado a atrope- llar, en cierta medida, la facultad constitucional del Presidente de la República de administrar el Estado. En realidad, la disposición en debate constituye una nueva muestra de ese atropello.
Como sabemos, el Banco Central tiene una calidad jurídica sui géneris. El Fisco tiene ingerencia mayoritaria en él, pero también la tienen accionistas particulares, como los bancos comerciales.
Esa institución posee un presupuesto en divisas que es fijado anualmente. Sin embargo, por ley lo estamos obligando a alterar dicho presupuesto, obligándolo a pagar, en determinada forma, todas las importaciones que se hayan hecho en la cobertura, algunas de las cuales, como es natural, puede rechazar.
La verdad es que se está interviniendo por intermedio de la ley en una institución que, repito, tiene carácter semiautónomo. Es decir, en cierta medida, se está violando el precepto constitucional que otorga al Presidente de la República la facultad de administrar el Estado.
Esta indicación se agrega a otras que se han formulado en diversos proyectos y mediante las cuales se destinan a objetivos regionales o de otro orden el rendimiento de impuestos asignados al financiamiento del Presupuesto nacional. De este modo se está atropellando -repito- la facultad presidencial de manejar el Estado, a través, naturalmente, de un presupuesto nacional. Este es otro caso típico de los que señalaba.
Por lo demás, no culpo a los Senadores patrocinantes de la indicación, por cuanto me merecen absoluta confianza. Pero la verdad es que los interesados siempre presentan muy bonitas sus proposiciones, con colores sociales y patrióticos; pero cuando se empieza a escarbar, se ve que se trata de intereses tan personales como tantos otros. Entonces, se produce el escándalo por estarse haciendo discriminaciones por ley. Y si hoy día la hacemos a favor de los importadores de películas, cuando vengan mañana otros importadores a pedir igual cosa, el Senado no podrá oponerse, con autoridad moral, a que, por ley, se obligue al Banco Central a asignarles una cantidad determinada de dólares y pagar las importaciones que ellos efectúen.
Por eso, muchas veces estos artículos que parecen muy simples, que se votan sin examinarse la significación que revisten para lo futuro, en realidad no lo son tan sencillos.
El señor PALMA.-
Este artículo está dando margen a que la discusión se extienda a diversos aspectos.
A mi juicio, en este orden de cosas, el Senado ejerce en forma adecuada sus atribuciones. Concuerdo con el criterio que antiguamente sustentaba el Honorable señor Gumucio en el sentido de «que no debemos aumentar en forma excesiva las atribuciones del Ejecutivo, por cuanto las personas que desde esa esfera resuelven los problemas son muy pocas y, por consiguiente, no se realiza el análisis que precisan ciertas materias importantes. Por cierto, prefiero que el Parlamento, en el cual están reunidas todas las opiniones, tenga la oportunidad de examinar cualquiera clase de materias.
A mi juicio, estamos perdiendo mucho tiempo frente a un problema de relativa importancia, explicado, º a mi modo de ver, sólo en forma parcial por el Honorable señor Silva Ulloa.
El monto de las importaciones nacionales es de mil millones a mil doscientos millones de dólares al año. La cantidad asignada a la importación de películas, según los datos suministrados en la Sala -no pude asistir a los debates de la Comisión-, oscila entre dos millones y tres millones de dólares, o menos, según me apuntan; de modo que ni siquiera equivale al dos por mil del total de las importaciones.
Por otra parte, considero conveniente el artículo 8° en la forma como está redactado. Es adecuado y sirve a los intereses del país.
Debemos recordar que las películas se importan mediante dos sistemas. Uno de ellos es el denominado "a precio fijo", y mediante él se adquiere entre el 70% y el 80% del material filmico exhibido en el país, pagado ya sea por el dólar de corredores o por el bancario.
Respecto de las cintas que se pagan por comisión, podría producirse el problema expuesto por el Honorable señor Silva Ulloa; pero como la DIRINCO tiene tuición sobre el precio que se cobra por las entradas -en el cual hay una serie de recargos por concepto de impuestos-, es evidente que existe un control total al respecto. De modo que nunca podrá pagarse por una película una cantidad excesiva. Por lo contrario, el problema se está planteando ahora, al tener que pagar de acuerdo con el dólar de corredores, cuando los cines se encuentran con que el dólar ha subido al doble de su valor y el precio de las entradas no se ha reajusta do en la misma proporción. Y ésta es la dificultad que afrontan muchísimos importadores.
Por eso, creo que esta norma, al hacerse general, al quedar su aplicación bajo la tuición del Banco Central y de la Dirección de Industria y Comercio, impedirá todos los abusos a que se refirió el Honorable señor Silva Ulloa.
Debo expresar que, pese a lo que se pueda creer sobre la materia en cuanto a que la explotación por porcentaje podría convenir más a los vendedores de películas,' la verdad es que ellos prefieren una cantidad perfectamente determinada a una situación que no podrían controlar, con la sola excepción de aquellas empresas que tienen sellos distribuidores directos en el país, como dice el artículo. De modo que, a mi juicio, estamos imaginando una situación que no corresponde a la realidad.
El señor LORCA.-
En este debate se han planteado diversas materias, y cada Senador de Gobierno ha pretendido dar una lección y un baño de cultura; pero la verdad de las cosas es que, además de no conocer el problema, se han limitado a dar juicios. Por ejemplo, hablan de la situación económica. Hace un momento el Honorable señor Jerez manifestó que no se podían importar películas nuevas y que generalmente había que traer filmes de arte, de música y canciones, y de "ballet". La verdad de las cosas es que llegan películas de otro tipo. Su Señoría sabe que los productores de filmes -pero su mentalidad de ver el imperialismo en todo lo ciega- se encuentran no sólo en Estados Unidos. Si se analiza la totalidad del problema, se verá que el 70% u 80% de las buenas cintas cinematográficas provienen de países europeos -Francia, Alemania, Italia y la Unión Soviética- y que sólo el 25% de ellas es de procedencia norteamericana.
O sea, para quien conozca esta realidad resulta claro que nunca se ha impedido en
Chile a las empresas distribuidoras o importadoras traer películas de calidad. En realidad, este es un problema que escapa al control de los Senadores: compete al Gobierno, al Consejo de Censura o a las firmas que las traen. Pero quiero dejar establecido que entre todas las películas importadas han llegado muchas de calidad.
Sin embargo, Sus Señorías siempre ven fantasmas, maldades o cosas terribles en el fondo de todos los asuntos que se debaten. La Honorable señora Campusano formula tales afirmaciones, producto de su desconocimiento en la materia.
Resulta que este proyecto fue patrocinado por el Diputado señor Ramírez y el Senador que habla fue el autor de estos artículos.
El señor VALENTE.-
Peor todavía.
El señor LORCA.-
Quienes dudan de la calidad moral de los demás es porque se conocen a sí mismos. Siempre los ladrones creen que los demás son de su misma condición.
Soy autor de esos artículos, y el Honorable señor Valente estuvo en la Comisión cuando se trataron. Sin embargo, nunca dijo que había fantasmas o cosas misteriosas o discutibles.
De repente. Senadores revolucionarios como el Honorable señor Chadwick, se convierten en constitucionalistas. Ahora manifiestan gran apego a la ley y a la Constitución, cuando se trata de favorecer a miles de personas que trabajan y viven del cine.
Quisiera que los señores Senadores no me interrumpieran, a fin de poder concluir mis observaciones en los cinco minutos de que dispongo para fundar el voto, que, al parecer, para algunos señores Senadores son más largos, seguramente por equivocación del reloj de la Mesa.
Quiero decir a quienes exageran y siembran dudas, que el presupuesto total para importaciones, como dijo el Honorable señor Palma -sépalo, Honorable señor Gumucio-, asciende a mil doscientos millones de dólares, y que sólo se utilizan 500 mil dólares para internar películas.
El señor GUMUCIO.-
Es por el precedente.
El señor LORCA.-
¡Ahora resulta que es por el precedente! ¡Pero si estamos llenos de precedentes! Sin embargo, denantes decían que esto podría significar un gran negocio para las firmas.
Lo que en verdad se pretende es que las empresas que viven del cine, de distribuir películas, de importarlas y exhibirlas, no quiebren, permitiendo que aquéllas lleguen a nuestro país.
¿Qué es lo que pasa en la actualidad?
El señor FERRANDO (Vicepresidente) .-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor LORCA.-
Finalizo expresando que cuando se legisla en estas materias es conveniente dar razones jurídicas o de otro orden, no echar sombras sobre gente que piensa de manera distinta.
Voto afirmativamente.
El señor FUENTEALBA.-
Aquí se ha hecho cuestión por el Honorable señor Gumucio y otros señores Senadores respecto de la procedencia o improcedencia constitucional de esta disposición, que arrebataría algunas facultades que corresponden en forma exclusiva al Ejecutivo.
Es posible que desde el punto de vista estrictamente jurídico y constitucional los señores Senadores tengan razón y que ésta sea exclusivamente una atribución del Presidente de la República. Pero lo verdaderamente importante es que esas facultades se ejerzan con ecuanimidad, con espíritu de justicia, respetando ampliamente a todos los sectores nacionales. Pero lo que está ocurriendo en la práctica bajo este Gobierno es otra cosa.
Mediante el ejercicio de estas facultades pertenecientes al Ejecutivo, se puede ejercer una suerte de presión sobre determinados medios y atentar contra garantías constitucionales, pues aquél termina concentrando en su mano todo el uso y abuso del otorgamiento de divisas.
Es evidente que a través de ese medio se puede cohonestar la libertad de información en un momento determinado. Y para muestra, un botón. Tengo aquí una información aparecida en el diario "Las Ultimas Noticias" de hoy, relativa a una entrevista al director del Canal 13 de Televisión, que se encuentra en situación absolutamente desmedrada respecto de Televisión Nacional y del Canal 9. Todos sabemos que este último tiene una tendencia muy definida y marcada, que trata de concientizar a la opinión pública. Afortunadamente, es muy escasa la gente que ve ese canal, porque trata de concientizar mediante sus programas y de introducir un sistema cultural determinado. En el Canal 7 esa infiltración se ha ido acentuando cada vez más, e inclusive ha sido objeto de reclamos por parte del Partido Demócrata Cristiano. El Canal 13 es tal vez el más objetivo de Chile.
El señor TEITELBOIM.-
¿Qué tendencia política tiene el Canal 13?
El señor FUENTEALBA.-
No creo que exista en él alguna tendencia política que domine en particular. Estimo que es realmente objetivo. Por algo tiene la mayor audiencia en el país, muy lejos de los Canales 7 y 9.
No sé si el Honorable señor Gumucio está preconizando que el Ejecutivo, mediante estas facultades omnímodas, pueda el día de mañana atentar contra la libertad de esos canales de televisión para informar de manera objetiva e imparcial.
¿Su Señoría quiere establecer aquí el sistema del Canal 9? ¿Eso es lo que desea que exista en Chile?
El señor GUMUCIO.-
¿Por qué prejuzga, señor Senador?
El señor FUENTEALBA.-
Mediante el otorgamiento de divisas se está dejando al Canal 13 en situación desmedrada respecto de Televisión Nacional y de Canal 9, porque debe adquirir los dólares al precio del mercado de corredores, es decir a 44 escudos, en circunstancias de que el Canal de la Universidad de Chile los compra a 28 escudos, por favorecerlo una exención de impuestos, y de que Canal 7 recibe fuertes subvenciones estatales.
¿Es justo este tratamiento?
Estoy por respetar la facultad del Ejecutivo, pero éste también debe respetar la libertad de conciencia de todos los chilenos.
No conozco ninguna iniciativa del Poder Ejecutivo ni del Honorable señor Gumucio para establecer que todos los canales de televisión y todos los medios de publicidad chilenos gocen del mismo tratamiento en la adquisición de divisas que necesitan para llevar a cabo sus programas.
Voto que sí.
El señor OCHAGAVIA.-
Lamento que a raíz del debate en la Sala de este provecto, en especial de algunos de sus artículos, se hayan promovido, por parte de los Senadores de Gobierno, actitudes absolutamente irresponsables.
El señor MONTES.-
Reclamo por una actitud de respeto hacia el Reglamento, señor Presidente.
El señor OCHAGAVIA.-
En la Comisión, a la que concurrí y en la que estuvieron presentes representantes del Gobierno, como el Subsecretario de Hacienda y personeros del Ministerio de Economía y del Banco Central, los Senadores de la Unidad Popular no formularon ninguna de las observaciones que en este momento plantean.
El debate respecto de los artículos 7º y 8°, que merecieron observaciones de los Senadores de Gobierno, se produjo exclusivamente por estimarse inconveniente o inaceptable interferir la acción del Gobierno mediante el establecimiento de un mandato que obligaba a destinar cierta cantidad de dólares a la importación de películas. En este momento, en que discutimos en general la materia, hemos escuchado toda clase de afirmaciones que considero irresponsables.
Cuando se habla de negocios y se hace todo tipo de imputaciones, lo serio es dar pruebas de lo que se está aseverando.
El señor MONTES.-
El Honorable señor Silva Ulloa lo probó.
El señor OCHAGAVIA.-
El Honorable señor Silva Ulloa simplemente se limitó a decir que las remesas de moneda extranjera se efectuarán a través del área bancada. En la Comisión se estableció que hasta el mes de junio de este año ése fue el sistema aplicado en la materia, y que su modificación ha determinado el desabastecimiento del 70% de las películas.
Esto es lo que se expresó en la Comisión.
El Honorable señor Montes repite que eso no es cierto, y agrega frases y palabras, seguramente a fin de que queden insertas en la versión. Pero los hechos son los que yo señalo: esencialmente, mantener vigente el área bancaria de moneda extranjera, en la materia, sistema vigente hasta el mes de junio de este año, aplicado no sólo por esta Administración o la anterior, sino por muchas más.
No creo responsable venir a decir aquí que se trata de un negocio, que esta iniciativa permite formular imputaciones respecto de la responsabilidad de personas. Ello no me parece serio y tengo que protestar.
Naturalmente, para legislar uno tiene que considerar los antecedentes que se le entregan. Según éstos, en la Comisión tocios los representantes del Gobierno, los funcionarios del Ministerio de Economía, e! Subsecretario de Hacienda y parlamentarios de la Unidad Popular, no dijeron nada sobre la materia. Y ahora irrumpen con esta clase de declaraciones.
Si el Gobierno dispone de algún antecedente, que lo proporcione por la vía del voto, pero que no se sigan repitiendo imputaciones que nos parecen irresponsables.
Respecto de...
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor OCHAGAVIA.-
Voto favorablemente este artículo, en el entendido de que significará que el Banco Central no podrá dilatar el otorgamiento de divisas cuando se presenten las solicitudes respectivas, única fórmula de resolver el problema.
El señor IBAÑEZ.-
Cuando el país está presenciando la forma como se interferirá la libertad de expresión de las distintas corrientes de opinión; cuando los parlamentarios somos víctimas de campañas difamatorias lanzadas desde todos los medios de que dispone el Gobierno. es natural y explicable la preocupación que se advierte esta tarde en el Senado por evitar que el cinematógrafo sea utilizado como elemento de concientización mediante discriminación en la entrega de divisas para importar películas.
En este momento debemos permanecer en una actitud más vigilante que nunca frente a iniciativas de esta naturaleza. Ella tiene un paralelismo con otra muy conocida de los regímenes totalitarios, que consiste en establecer cuotas de papel para evitar la impresión de diarios que pudieran pensar o expresar ideas contrarias a las del Gobierno.
Por eso, debemos hacer los mayores esfuerzos por mantener abierta la posibilidad de que en los cines de nuestro país se vean películas de todos los países y de todas las tendencias ideológicas.
Adhiero a las palabras del Honorable señor Fuentealba en cuanto a que es inadmisible la discriminación que hoy día existe a favor de determinados canales de televisión y en contra de otros a los que se cobra valores exorbitantes por las divisas que necesitan para importar películas.
Senadores del Partido Comunista, ruego a Sus Señorías escucharme con un poco de tranquilidad, pues deseo formular un esclarecimiento a mi juicio importante para los Honorables colegas que tan justificadamente esta tarde han expresado sus temores.
Todavía en Chile no existe el régimen soviético, en el cual el Parlamento se reúne dos días al año para resolver las órdenes y mandatos de sus amos. Aquí aún podemos expresar libremente lo que pensamos, señores Senadores, por mucho que les moleste a Sus Señorías.
En la Unión Soviética se producen muy buenas películas, que no se conocen en Chile. Son películas extraordinariamente edificantes, que no se exportan, por lo mismo que son edificantes. Hay una producción de otras películas, que son las que llegan aquí y que tienen por finalidad romper...
Señor Presidente, pido que se respete mi derecho. El señor Montes trata, por una técnica por lo demás muy comunista, de impedir que se expresen ideas contrarias a las que él profesa; pero por mucho que le moleste al señor Senador, habré de decir lo que pienso.
Decía que las películas que ellos proyectan traer aquí tienen por finalidad destruir las fibras morales de nuestro pueblo. No van a traer las películas que se dan en Moscú. ¡Ojalá las trajeran, porque son extraordinariamente edificantes!
Tenemos una prueba, por ejemplo, de la actitud de los comunistas chilenos, en las obras de teatro que presentan aquí, que no se las aceptarían jamás en la Unión Soviética. Estoy seguro de que la censura de la Unión Soviética no permitiría jamás la presentación de las obras que se dan en el teatro Antonio Varas.
Si por lo menos tuviéramos la seguridad de que se van a traer las películas que se exhiben en la Unión Soviética, yo no me alarmaría, porque algunas de ellas son verdaderas obras de arte y otras muy edificantes. Pero lo que no estoy dispuesto a dejar pasar a lo menos sin una advertencia y una seria protesta, es que se pretenda reducir las destinaciones de dinero para importar películas a fin de traer exclusivamente las que interesan a los partidos marxistas y qué tienen por objetivo -lo repito- romper las fibras morales del pueblo de nuestro patria.
Por esto, voto afirmativamente.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Chadwick para fundar su voto.
El señor
CHADWICK.-
Señor Presidente, estamos votando el artículo 81? de este proyecto, que es la cúspide que corona toda esta artificiosa construcción destinada a encubrir un escandaloso gesto de monopolio a favor de determinadas empresas, que son las afiliadas a la Asociación de Distribuidores Cinematográficos...
El señor OCHAGAVIA.-
Ahí están todas. Está "Chile Films" también.
El señor CHADWICK.-
Contra ese argumento me he anticipado a decir que bastaría que esa Asociación excluyera de su centro a alguno de los importadores para que los beneficios que se otorgan por el artículo 7º no se pudieran materializar.
Y he calificado esto de escandaloso, porque no se puede estar, por medio de una ley de la República, procurando utilidades a determinadas actividades del sector privado; y el Honorable señor Ochagavía, que ligeramente nos ha tratado de irresponsables, ha votado el artículo 79 sin haber tomado en cuenta para nada el argumento que le he dado, que resulta de la lectura del precepto, que dice:
"Tendrán acceso a dicha suma sólo las empresas distribuidoras nacionales afiliadas a la Asociación de Distribuidores Cinematográficos"...
Si sólo puede entregarse esa suma a dichas empresas, se está creando un privilegio, se está otorgando, por ley, una cantidad de dinero a determinadas actividades.
Y esto se hace pasar bajo el epígrafe un tanto ridículo de -se dice- "normas para facilitar la concurrencia de niños a los estadios y cines del país en forma gratuita".
¿Quién podrá no alarmarse ante esta manera de legislar? El Honorable señor Lorca ha querido ironizar a mi costa diciendo que yo sería un revolucionario de corbata. Su Señoría aún está en ese período arcaico en que se creía que las ideas se expresaban por la vestimenta de la gente.
El artículo 8º merece nuestro repudio, porque, culminando toda la deformación constitucional que produce tanta risa al Honorable señor Lorca, viene a determinar la forma de hacer la cobertura. Y me llama mucho la atención que los Senadores de la Derecha recurran al expediente de hablar de totalitarismo en esta Sala para tapar los negocios que aquí se fabrican a favor de los monopolios. Es sencillamente lamentable que se hable de defender la democracia cuando se barrena el prestigio de esta institución parlamentaria con tales procedimientos.
Nadie ha podido justificar el artículo 7º. Nadie ha podido decir por qué sólo a determinadas empresas se van a entregar los recursos que se ordena al Banco Central dar. Y si se fuera responsable y si se supiera ejercer la función parlamentaria de un modo digno y de acuerdo con el juramento que aquí se prest��, se habría contestado el argumento. Pero aquí nadie ha dicho cómo se justifica que se entregue a una asociación privada el privilegio de reunir todos los recursos que el Banco Central está obligado a entregar.
El señor IBAÑEZ.-
Me parece más inmoral que los distribuya un funcionario público de determinado partido político-.
El señor CHADWICK.-
A cierta gente le parece más moral la distribución a determinadas personas. A nosotros nos parece igualmente inmoral todo privilegio, toda concesión gratuita de los recursos nacionales a determinada empresa que se guíe por un fin de lucro. Y creemos que más adelante. . .
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Terminó el tiempo de Su Señoría.
El señor CHADWICK.-
...el país tendrá conciencia de nuestra posición. Por esto, no nos alarmamos de que se nos diga que se trata de "concientizar". Hay gente que se ríe de estas cosas. Claro. "Concientizar" es formar una personalidad, es dotar a un pueblo de la capacidad de pensar y de analizar los problemas.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor CHADWICK.-
Para nosotros, corre muy rápido.
Voto en contra del artículo.
La señora
CARRERA.-
Señor Presidente, es una lástima que se hayan agregado estos dos últimos artículos a un proyecto de ley que con título tan inocente llegó desde la Cámara de Diputados. No me cabe la menor duda de que el señor Diputado que lo presentó no pensaba que esta "ayuda" le llegaría desde el Senado. La iniciativa habría sido despachada sin ninguna dificultad si no se le hubieran hecho los agregados de índole económica que encontramos en estos dos últimos artículos. Como digo, es una lástima que esto haya sucedido.
A propósito de esos artículos, hemos oído argumentos de toda clase, desde la libertad de pensamiento y la libertad de expresión, por medio de los canales de televisión, hasta que se está lesionando la fibra misma del pueblo chileno, según escuchamos al Honorable señor Ibáñez.
Parece que el señor Senador llegó un poco atrasado. Nosotros no hemos lesionado nada, ninguna fibra del pueblo chileno. El proyecto es de la Democracia Cristiana; de ella nació en la Cámara y así llegó al Senado. Y estos agregados son de la Democracia Cristiana también. Constituyen la protección de determinada firma distribuidora, a la cual deben entregarse un millón doscientos mil dólares para que haga a su amaño lo que quiera con ellos; y esta prebenda se da por medio del Banco Central, lo que distorsiona absolutamente todo lo que quiera hacerse en cuanto a planificación en el destino de las divisas.
Lo que más me llama la atención, y respecto de lo cual quiero llamar la atención también del Senado, es que sólo hoy hemos analizado tres proyectos de ley mediante los que se atropellan las facultades administrativas del Jefe de Estado. En el que está en debate se dispone en detalle todo lo que tiene que hacer en la materia el Banco Central. En otra iniciativa que teníamos que ver hoy y que no hemos tratado, relativa a la compra de papas de Chiloé, se determina que debe comprarse cualquier cantidad de papas y qué sacos deben usarse. En otro proyecto se establece cómo tienen que ser los aeropuertos, qué luces tienen que usar, qué aparatos debe haber en ellos, y se obliga a la Junta de Aeronáutica Civil a aceptar cualquier firma extranjera o chilena que quiera sobrevolar los canales de nuestra Patagonia, etcétera.
De ahí que desee poner de relieve el hecho de que se está pasando por encima de la Constitución, con tales proyectos de ley.
Nosotros someteremos este asunto al Tribunal Constitucional.
Quisiera recordar a los Senadores democratacristianos que la Constitución fue reformada, a proposición del Presidente Frei, para dar más atribuciones al Ejecutivo, y que esa reforma fue aprobada por el Congreso Nacional con los votos afirmativos de la Democracia Cristiana. De tal modo que si Sus Señorías encuentran que hay alguna exageración -según creí entender de las palabras del Honorable señor Fuentealba- en las atribuciones del Ejecutivo, deben recordar que éstas fueron dadas por los propios democratacristianos. Por lo tanto, ahora hay que aguantarse, señor Senador. Las cosas son así. La historia se escribe...
El señor FUENTEALBA.-
Siempre que la facultad se ejerza como debe ser.
La señora CARRERA.-
La calificación de cómo se ejerce está en las manos del pueblo de Chile, no en los democratacristianos, por encumbrados que se encuentren.
El señor
JULIET.-
Señor Presidente, quiero ser breve, porque en este debate he observado con mucha preocupación que se alteran los ánimos.
Este Senado está perdiendo la mesura y la tranquilidad que le dieron prestigio. Y si se le llamó Cámara Vieja o Cámara Alta, dando por ello la opinión pública una singular importancia a sus decisiones, fue porque éstas eran tomadas por hombres que llegaban aquí cargados de experiencia y considerando que su responsabilidad estaba en morigerar las exageraciones. Pero aquí se liega a todos los extremos.
Recuerdo que desde la tribuna y siendo niño, escuché a don Rafael Luis Gumucio leer un discurso hermoso en defensa de la libertad de prensa, y que allí no pude advertir ninguna exageración que aminorara su palabra o que trajera inquietud a los espíritus.
No quiero dar una lección, como ha dicho el Honorable señor Alfredo Lorca. Sólo deseo hacer presente al Honorable señor Ochagavía que fui uno de los Senadores que votaron en contra de los artículos 7° y 8°, y que lo hice amparándome en el sentido jurídico de las disposiciones que estamos estudiando. Vean Sus Señorías: el artículo 7º dice que "El Banco Central de Chile destinará"... tal cantidad de dólares. Vamos al extremo, que es la manera que los abogados tenemos de demostrar el absurdo. ¿Sería posible que por una ley distribuyésemos todo el presupuesto de divisas, sin detenernos a pensar si los fondos de ese presupuesto habrán de ser suficientes para cubrir el gasto, sin pensar que el Estado necesita atender a prioridades y que posiblemente no sean las películas las que ocupen las primeras prioridades? En el absurdo, comprobamos que esta disposición es inadecuada. Piensen Sus Señorías si mañana este Congreso dictara una ley que limitara el derecho que tiene el Banco Central a regular autónomamente el flujo monetario o el sistema emisor.
El señor HAMILTON.-
Se han dictado miles de leyes sobre la materia.
El señor JULIET.-
Sobre el problema emisor, jamás. Y si se hubiera hecho, formularía el mismo reclamo.
Al Honorable señor Palma, que es técnico en estas materias, no le produce intranquilidad la disposición. Sin embargo, desde las bancas democratacristianas y desde las del Partido Nacional, en el período presidencial pasado se levantaron voces para pedir una reforma constitucional tendiente a resguardar el soberano derecho del Presidente de la República de dirigir y administrar el Estado. Y para eso se impuso una modificación a la Carta Fundamental. Hoy día, en cambio, ' ios mismos sectores creen que no existe invasión de las atribuciones del Primer Mandatario al imponerse al Banco Central una determinada forma de atender la demanda de divisas.
El señor HAMILTON.-
¿Me permite una interrupción, Honorable Senador?
El señor JULIET.-
Excúseme, Su Señoría. Dispongo de tiempo limitado para fundar mi voto.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Precisamente, ha terminado su tiempo, señor Senador.
¿Cómo vota Su Señoría?
El señor JULIET.-
Ruego al señor Presidente solicitar el acuerdo de la Sala para concederme un minuto más, a fin de precisar mis observaciones y demostrar el absurdo a que conduce esta disposición.
El señor FERRANDO (Vicepresidente).-
Con la venia de la Sala, puede continuar Su Señoría.
El señor JULIET.-
El Honorable señor Ochagavía, me parece que con un poco de ligereza, me ha imputado una falta en el cumplimiento de mi deber. El señor Senador dijo que en la Comisión no habíamos expresado los mismos argumentos que hoy día aducimos quienes votamos en contra de los artículos 7° y 8°. Posiblemente sea así. Pero sucede que en esa oportunidad no estaba capacitado para advertir los errores que hoy día se hacen presente. Sin embargo, voté en contra de la razón que he venido fundamentando: la invasión de las atribuciones no sólo del Presidente de la República -que son considerables y respetables- sino también de un organismo al cual la ley considera autónomo y que está en la obligación de custodiar las divisas de que dispone el país para atender el cúmulo de necesidades que debe satisfacer.
Por eso, reitero el voto que emití en la Comisión respecto de estas materias. En esa oportunidad no di otras razones porque no se me ocurrieron o no las conocía. Es decir, reafirmo mi rechazo para los artículos 7º y 8º, que manifesté en la Comisión.
-Se aprueba el artículo 13 por la afirmativa, 11 por la negativa) y queda terminada la discusión del proyecto.
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