. . . " El se\u00F1or CONTRERAS.- \n \n La pidieron cuando estaban en la calle, cuando hab\u00EDan perdido su trabajo; porque no es posible que hombres j\u00F3venes como ellos est\u00E1n viviendo de una pensi\u00F3n. Estos trabajadores se molestan porque les dicen \"jubilados\", y con toda raz\u00F3n, pues algunos s\u00F3lo tienen cuarenta a\u00F1os de edad, y vienen a pararse frente a las oficinas p\u00FAblicas a recibir una pensi\u00F3n. \nEn consecuencia, si comprendemos las cosas, llegaremos a la conclusi\u00F3n de que no he variado mis conceptos. Lo que dije es que hay mil o dos mil conflictos laborales pendientes, cuyos fallos deber\u00E1n reestudiarse para iniciar una nueva tramitaci\u00F3n. \nIgnoro cu\u00E1ndo se ir\u00E1 a promulgar la ley. \nSeguramente despu\u00E9s de un a\u00F1o; y se empezar\u00E1 a desenterrar procesos fenecidos desde el 1\u00BA de enero de 1971, para determinar los conflictos declarados ilegales por incurrir en vicios procesales. \nEn consecuencia, debemos mirar hacia adelante y hacia atr\u00E1s, para apreciar cu\u00E1l ha sido la conducta de cada uno de nosotros. \n " . . . . . .