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- rdf:value = " El señor IBAÑEZ.-
Señor Presidente, no obstante todos los intentos que se hacen para restar importancia a la candidatura avasalladora de don Jorge Alessandri Rodríguez, ésta se impone en todos los lugares y en todos los terrenos.
En el curso de la semana recién pasada, Senadores de los partidos de extrema Izquierda juzgaron necesario citar a sesión especial al Seriado para analizar los planteamientos de nuestro candidato a la Presidencia.
El señor MONTES.-
¡Cómo! Se analizaron diversos problemas.
El señor IBAÑEZ.-
Tengo a la vista unas quince páginas del discurso pronunciado por el Honorable señor Teitelboim en que analiza a su amaño las ideas del ex Presidente Alessandri.
El señor HAMILTON.-
¡Presidente de la Papelera!
El señor IBAÑEZ.-
Los hechos se están encargando de contestar esas aseveraciones, a las cuales también hemos dado respuesta hace algunos días en la televisión, e igual cosa haremos en oportunidades próximas.
Esta tarde deseo hacer un breve alcance al comentario final formulado en aquella sesión por el Honorable señor Hamilton, quien lanzó un ataque que prefiero no calificar, pues debería emplear términos bastante duros por el carácter insidioso de su intervención y por la forma como trató de denigrar a una de las primeras figuras políticas de nuestro país.
La referencia del señor Senador a la persona de don Jorge Alessandri Rodríguez, cuyo propósito injurioso rechazamos en forma airada, nos ha dado a la vez mucho qué pensar respecto de la ¡propia: persona de Su Señoría, pues en él hay rasgos característicos que afloran con marcada frecuencia y que es necesario destacar en esta oportunidad.
El primero de ellos, que llama siempre la atención de nuestros Honorables colegas, es su debilidad y timidez. El señor Senador no acepta jamás una confrontación con nadie. Elude toda posibilidad de refutación. Siempre lo vemos afanado en subir a la fila en que está ubicado, bajar de ella, o salir de la Sala para entrar en el último momento, a fin de expresar sus opiniones cuando la sesión se va a levantar. De esa manera, no puede ser refutado. Tal actitud la podemos comprobar en este caso, pues también habló al final de la reunión. El señor Senador tiene, asimismo, un afán enfermizo de publicidad...
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