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- rdf:value = " FINANCIAMIENTO DEL FONDO DE PENSIONES DEL SERVICIO DE SEGURO SOCIAL.El señor EGAS (Prosecretario).-
Corresponde discutir el proyecto de ley de la Cámara de Diputados que destina recursos para financiar el Fondo de Pensiones del Servicio de Seguro Social. La iniciativa está informada por las Comisiones de Trabajo y Previsión Social, y de Hacienda. Servirá de base para la discusión el informe de la de Hacienda, que sustituye los diversos artículos de que consta el proyecto despachado por la de Trabajo.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 1ª, en 14 de octubre de 1969.
Informes de Comisión:
Hacienda, sesión 50º, en 3 de febrero de 1970.
Trabajo, sesión 50ª, en 3 de febrero de 1970.
El señor PABLO (Presidente). -
En discusión general el proyecto.
Ofrezco la palabra.
El señor ALTAMIRANO-
Sólo deseo expresar que los Senadores socialistas, que nos encontramos pareados, inclusive el que habla, concordamos con las indicaciones del Ejecutivo. De haber podido votar, lo habríamos hecho favorablemente, excepto la materia relacionada con el alza del interés a los préstamos de auxilio de la Caja de Empleados Particulares.
Como tengo una reunión y debo ausentarme, quería dejar expresa constancia de la opinión de mi partido en el sentido que ya mencioné.
El señor GARCIA.-
Nosotros estamos demasiado conscientes de que este proyecto era y es indispensable. No es posible que habiéndose despachado durante el año 1969 decenas de iniciativas sobre distintos rubros -uno, por ejemplo, elevó a mil escudos la pensión mínima de los periodistas; otros recayeron en diversos gastos y establecieron una serie de impuestos-, se haya postergado a la gente más modesta del país, precisamente a quienes se adeudaba el reajuste de sus pensiones. Ahora el Gobierno quiere rectificar esta actitud de indolencia y envía la iniciativa con el carácter de extrema urgencia. No le han faltado técnicos ni dinero para contratar estudios -como dije en vez pasada- y construir un metropolitano ni para comprar "jets" a fin de conquistar los aires en Australia o en Nueva York. Para eso han existido millones y millones. ¡Cada "jet" debe de costar 4, 5 ó 6 millones de dólares I Cualesquiera de esas inversiones es más que suficiente para haber atendido el problema que ahora lo preocupa.
El señor FUENTEALBA.-
¡Si no tiene público, señor Senador!
El señor GARCIA.-
No tengo público, pero alguna vez espero que Sus Señorías entiendan estos razonamientos tan claros para demostrar que en este país se está gastando el dinero,...
El señor FUENTEALBA.-
Como, por ejemplo, en la reforma agraria y en la educación.
El señor GARCIA.-
... no en las cosas más importantes, sino en aquellas que significan brillo, como si fuéramos nuevos ricos que quisiéramos deslumbrar con gastos excesivos e inútiles.
El señor AYLWIN.-
Para Su Señoría la reforma agraria es inútil.
El señor GARCIA.-
Tal como ahora se está aplicando es inútil, porque ha bajado la producción agrícola; se ha gastado demasiado, y, finalmente, porque se ha hecho con criterio político y no con el propósito de mejorar la producción del país.
El señor VALENZUELA.-
Su Señoría demuestra que es contrario a la reforma agraria.
El señor AYLWIN.-
Con ello demuestra el fondo de su pensamiento.
El señor PABLO (Presidente).-
Ruego a Sus Señorías guardar orden.
El señor GARCIA.-
Si los señores Senadores dicen que mi planteamiento en el sentido de que no se gasten sumas siderales en estas cosas y se dedique el dinero a otras que son necesarias constituye una demostración de mi pensamiento, tienen razón. Por ejemplo, era más urgente aumentar las rentas de las Fuerzas Armadas, del Poder Judicial y satisfacer todas aquellas necesidades indispensables del país, que destinar los recursos a otro género de gastos.
Pues bien, ahora este proyecto se financia con los siguientes gravámenes: primero, aumenta el impuesto patrimonial.
El señor VALENZUELA.-
Es un buen sistema.
El señor GARCIA.-
Claro que es bueno terminar con todas las fortunas del país...
El señor FUENTEALBA.-
¡Eso es bueno!
El señor GARCIA.-
...si se quiere que no haya desarrollo económico y se destruyan las fuentes de trabajo Si esa medida no tiene mayor importancia en cuanto a las personas, sí la tiene con relación al país.
Además, para financiar el proyecto, se establece un impuesto a las propiedades con avalúo superior a mil sueldos vitales, o sea, sobre 617 mil escudos; se aumentan las imposiciones del Servicio de Seguro Social en la zona agrícola -medida que tomará el Gobierno mediante decreto-, y se alza -no se trata de un nuevo impuesto- en 2% el interés a los préstamos de auxilio que otorga la Caja de Empleados Particulares. En la actualidad, esos préstamos tienen un interés de 6%, no son reajustares y, además, pueden llegar hasta tres mil escudos.
No me referiré a cada disposición en el momento de votarlas, sino que las analizaré en conjunto.
He sostenido que en Chile existe tope para las fortunas. Tan así es que la primera ley sobre impuesto patrimonial afectó a 85 mil personas, y hoy sólo alcanza a 50 mil, a pesar de que la base es la misma, por la simple razón de que los contribuyentes tratan de no tener más allá de los límites señalados por esa legislación. Ello significa que en este país no es conveniente ahorrar. Y aquí está la contradicción, porque al mismo tiempo se dice a la gente que ahorre, pues en ello están el futuro y el desarrollo del país. ¡Si se lo hemos oído a todos los Ministros de Estado! Pero cuando una persona sabe que ahorrando tendrá fortuna y que ello implica pagar los impuestos que hoy se están aplicando en Chile, se pregunta: ¿para qué ahorramos si, en definitiva, ese dinero no será nuestro? Como esto es tan claro y lógico, nuestros compatriotas se acostumbraron a no ahorrar. Costará mucho tiempo y esfuerzos recuperar esa palanca maestra del desarrollo, que da trabajo y permite a un país despegar, como se dice ahora usando el lenguaje en boga.
El ahorro sólo se estimula con disciplina y austeridad, y convenciendo a los ciudadanos de que deben y pueden guardar parte de lo que ganan para mejorar la situación general del país, Pero no habrá manera de convencerlos si se establecen tasas elevadas de impuestos. Seguramente la gente de buen criterio verá segarse las fuentes de acumulación de capitales que permite la existencia de la empresa más poderosa y que, por lo tanto, da más trabajo.
Nosotros propusimos, en cambio, dos indicaciones. La primera establece algo muy simple: una economía de 2% sobre los gastos variables del Presupuesto nacional. Lo han hecho muchos países, no en ese porcentaje, sino en 5% y aún en 10%. Mediante esa reducción de los gastos variables, el país ahorrará 2% por concepto de teléfono, papeles, arriendo, locomoción, rubros que, en general, equivalen a algo así como 1, 2 ó 3 por mil del Presupuesto. Es una medida relativamente sencilla de llevar a la práctica: basta que el Ministro de Hacienda dé la orden a todos los Servicios para que tenga en su mano una cifra suficiente para afrontar el desembolso que involucra el presente proyecto.
Además, propusimos que parte de las nuevas entradas provenientes de la ampliación de la lista de mercaderías de importación se destine a financiar esta iniciativa. Al permitirse el ingreso al país de diversos artículos, se recaudarán sumas considerables por concepto de nuevos derechos de aduana, mayor movimiento comercial y nuevos impuestos de compraventa. Esta medida se puede adoptar, porque la ley de reajuste de remuneraciones de las Fuerzas Armadas ocupará muy prudencialmente esos ingresos. Se dieron cifras muy pequeñas y se nos dijo que no se sabía cuánto rendiría la liberación, ya que los estudios no estaban hechos. Hago notar que los decretos correspondientes se fundan en hechos anteriores a la dictación de la ley de Reajuste de las Fuerzas Armadas, lo que significa que el Gobierno tenía en su mente hacer esta clase de operaciones.
A mi juicio, disponer de parte de esos nuevos recursos para financiar el Fondo de Pensiones del Servicio de Seguro Social, no significa imponer nuevos gravámenes al país, ya que tales tributos se establecieron para aumentar las rentas del personal de los Institutos Armados.
Pues bien, respecto de la primera de las indicaciones hubo empate. En estos casos, de acuerdo con el Reglamento, había que esperar otra reunión para dirimirlo. La Comisión, por unanimidad, a fin de evitar un nuevo pronunciamiento que habría postergado esta sesión, acordó someter el empate a la decisión de la Sala. O sea, ahora debemos resolver si se aprueba la medida tan simple de decir al Ministro de Hacienda que imponga un 2!% de economía en todos los gastos variables del Presupuesto, con lo cual se financia la iniciativa que beneficia al Servicio de Seguro Social.
La otra indicación no contó en la Comisión con más votos que el mío, y entiendo que tampoco habrá las firmas suficientes para renovarla en la Sala,
Concurrimos con nuestros votos a aprobar la disposición que aumenta en 0,5% el gravamen sobre los bienes raíces en las propiedades de más de 617 mil escudos, por estimar que los contribuyentes podrán afrontar esa obligación si no son afectados con el aumento del impuesto patrimonial y con una medida de orden administrativo con que se pretende financiar esta iniciativa. Sabe el Honorable Senado que, en virtud de una ley dictada hace ya más o menos dos años, el mínimo sobre el que deben imponer en el Servicio de Seguro Social los agricultores se eleva a una y media veces el salario industrial. Pues bien, dadas las condiciones de la agricultura -según nos informó el señor Ministro en la Comisión, ello obedece a la sequía-, se bajó tal cotización, de 1,5%, a 1,25%, pero la Contraloría General de la República no aceptó la reducción por estimar que las tasas estaban fijadas por ley, de modo que no le era permitido al Gobierno proceder en esa forma. Sin embargo, la totalidad de los Ministros del Estado, en un primer decreto de insistencia, sostuvieron la tesis jurídica de que era posible la reducción por la vía administrativa, y la disminuyeron en los términos señalados. En los propios fundamentos de ese decreto, señor Ministro, está la defensa que en este instante se puede hacer de los empresarios agrícolas, que no se encuentran en condiciones de pagar una cifra tan enorme por concepto de seguridad social.
En la actualidad, como quedó demostrado en la Comisión, la cotización en el Servicio de Seguro Social por parte de los agricultores sube en 60%, de modo que tendrán dificultades...
El señor OCHAGAVIA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor GARCIA.-
Con la venia de la Mesa, se la concedo con todo gusto.
El señor OCHAGAVIA.-
Sólo deseo rectificar a mi Honorable colega, pues el aumento de la cotización no es de 60'%', sino de 100%. Esta es la cifra que conocimos en la Comisión.
En efecto, si aplicamos la tasa de imposición de 471%, y fracción sobre un salario vital -no me refiero al salario teórico, de 7,6 escudos diarios, que existía en 1969, sino que me pongo en el caso del de 9 escudos y fracción, que es el más alto-, tendremos un gasto previsional de alrededor de 4,60 escudos; pero si la aplicamos sobre el nuevo salario de 18 escudos, el total dé la cotización asciende a más de Eº 8, casi a 9. Es decir, estaríamos aumentando en ciento por ciento el costo de la imposición al Servicio de Seguro Social para el obrero agrícola en Chile.
Como lo ha señalado el Honorable señor García, esta medida conducirá a la quiebra a los agricultores y a la cesantía a gran número de obreros que deambularán por los pueblos en busca de trabajo que, por desgracia, no podrán encontrar.
Agradezco la interrupción concedida por mi Honorable colega.
El señor GARCIA.-
Pues bien, pese a la cesantía existente en nuestra agricultura, se adoptará una medida que hará aún más problemática la contratación de personal.
Insisto en que la mejor defensa de esta tesis se encuentra en los propios considerandos del decreto que por tres veces se ha enviado a la Contraloría. En efecto, hace pocos días se ha dictado el tercero de ellos. En virtud de dicho decreto de insistencia, se solicita a la Contraloría General dar curso a la disposición que reduce las cotizaciones, ya que los agricultores no pueden soportar tan altos gravámenes.
No tengo en estos instantes en mi poder el señalado decreto, cuyos considerandos interesa destacar. No sé cuál es el procedimiento reglamentario para subsanar el problema, pero oportunamente, antes del término de la sesión, lo traeré a conocimiento de la Sala.
Por otra parte, cabe preguntarse qué significa el gravamen de 2% de interés sobre los préstamos de auxilio. En conformidad a su denominación, estos créditos debieran otorgarse sólo a personas sumamente necesitadas. Pues bien, pareciera que ahora se pretende afectarlas con un impuesto. Pero veamos qué sucede en realidad con estos préstamos de auxilio. Algunas personas han descubierto que se pueden pedir tres mil escudos y pagarlos en tres años, sin reajustes. Así, dada la desvalorización monetaria, cancelan la cuarta parte o la mitad del préstamo, y sólo con 6%¡ de interés. Por eso, los más "vivos", al empezar el año, tan pronto como se abren las operaciones de préstamos de auxilio, agotan todas las posibilidades de las cajas de previsión. Aún más, tan pronto como han rebajado su deuda, corren nuevamente a aumentarla. Es decir, se hace un negocio con este tipo de créditos. Pues bien, cuando llega un hombre modesto, verdaderamente necesitado, se encuentra con que el ítem respectivo está agotado. Por este motivo, cada año debe recurrirse a los fondos de todo el sistema previsional chileno para allegar recursos al ítem de préstamos de auxilio, que se está desfinanciando permanentemente por el hecho de que cada día los imponentes devuelven menos de lo que se les presta.
Como estos préstamos no son reajustabas y como todos los créditos otorgados en estas condiciones en el país ya están afectados por un impuesto especial, se ha estimado oportuno elevar la actual tasa de interés, de &%, a 8%. En el informe se dice que se elevará a 10%, pero eso se hará en otra oportunidad, pues éste es sólo un proyecto, y no sabemos si será aprobado o rechazado.
El señor BALLESTEROS.-
Está aprobado.
El señor GARCIA.-
No es ley. Para mí, lo más importante es que se promulgue. Naturalmente, el Presidente de la República puede corregir esto mediante la observación. Mientras tanto, se propone elevar a 8% la tasa de 6%;
Para resumir la posición de los Senadores de estas bancas, podría decir, en primer término, que somos partidarios de enfrentar esta situación de inmediato, y hemos dado todas las facilidades para ello. Inclusive, pensamos que la iniciativa está atrasada, pues debió haber sido despachada el año pasado.
En segundo lugar, estimamos que un país que tiene deudas de esta naturaleza con los sectores más modestos de la población no puede gastar recursos en otras cosas, ni darse el gusto de dilapidar dinero en propósitos brillantes y esplendorosos. Simplemente, debe hacer economías y tratar de no gastar en aquello que no sea absolutamente necesario. Debe dar prioridad a las necesidades de las personas que depositaron dinero en el Servicio de Seguro Social y que ahora están haciendo valer su derecho de que se les paguen sus pensiones como corresponde. Aún más, interesa subrayar que esta iniciativa no soluciona sino el pago del reajuste del año pasado, pues no se han considerado fondos para 1970. En consecuencia, el problema sigue vigente, pues no se han atacado sus causas, es decir, el desfinanciamiento del señalado instituto previsional. Y mientras no se subsane el déficit, el sistema no podrá caminar bien.
No será posible renovar la indicación a la que me refería denantes, en virtud de la cual se obtienen recursos de los gravámenes a las importaciones. Únicamente tenemos la posibilidad de que el Senado apruebe la otra indicación presentada por el Partido Nacional, que rebaja en 2% los gastos variables consignados en el Presupuesto.
Por último, anuncio los votos contrarios de los Senadores nacionales en cuanto a la disposición que establece un aumento del impuesto patrimonial, por las razones que hemos señalado.
El señor PABLO (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Sala, se aprobará en general el proyecto.
Aprobado.
Como no ha sido objeto de indicaciones, también queda aprobado en particular, excepto la norma respecto de la cual se produjo empate en la Comisión, el que deberá ser dirimido por la Sala.
El señor EGAS (Prosecretario).-
La Comisión de Hacienda acordó someter a la consideración de la Sala un precepto consistente en agregar la siguiente letra c), nueva, al artículo 1º del proyecto propuesto en su informe:
"Rebájanse en un 2% las cantidades correspondientes a los ítem de gastos variables del Presupuesto Corriente de la Nación para el año 1970/'
El señor PABLO (Presidente).-
En discusión.
Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor FIGUEROA (Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción).-
Manifesté en la Comisión que esta indicación no aporta mayor financiamiento. Además, en esa oportunidad el Honorable señor García la planteó con carácter de sustitutiva de la que consigna un financiamiento sobre la base de aumentar la imponibilidad en el sector agrícola, lo que, desde luego, implica un mayor aporte de recursos de aproximadamente 22 millones de escudos.
Insisto en que la indicación en referencia no aporta mayores fondos, pues el Presupuesto Nacional ha sido aprobado por el Congreso previo análisis de cada una de las partidas y se faculta al Presidente de la República para invertir el rendimiento de cada uno de los gravámenes en él considerados.
De aprobarse una disposición de esta naturaleza, sustitutiva de la otra fórmula de financiamiento que el Gobierno ofreció aportar por la vía del decreto, estaríamos, en realidad, en presencia de otra ley desfinanciada, que no consignaría los fondos necesarios para dar solución al problema del reajuste de las pensiones por el año 1969, objetivo que tuvo en vista el Gobierno al enviar las indicaciones que trató la Comisión de Haeienda hoy en la tarde.
Se ha dicho que existe la posibilidad de hacer recortes en el presupuesto y economías en la administración con el objeto de enfrentar estas y otras necesidades. Al respecto, se señaló en esta sesión de la Sala, como se hizo antes en la de la Comisión, que algunos países hacen economías del 5% al 10%. Como manifesté esta tarde en la Comisión, el Gobierno propuso aumentar en 20% el Presupuesto Corriente del año pasado, y así se aprobó en cada uno de los rubros. Pues bien, si consideramos que la inflación durante 1969 ascendió a 29%, resulta que en 1970 el Presupuesto de Gastos Variables de las distintas instituciones ni siquiera alcanza a recuperar lo perdido por la inflación, sino que, en términos reales, se rebaja en 10%. Es decir, el Ejecutivo ha hecho un esfuerzo importante en materia de economía de gastos públicos. El Presupuesto Corriente, llamado de Gastos Variables, es realmente mínimo. Se ha pedido un esfuerzo o un sacrificio muy grande a cada una de las instituciones en esta materia. En consecuencia, deseamos ser muy categóricos a este respecto: no es posible obtener mayores recursos del rubro señalado para financiar el proyecto que considera en estos momentos el Senado.
El señor IBAÑEZ.-
Deploro estar en total desacuerdo con el señor Ministro. Su Señoría dice que no es posible hacer estas economías. Pero, a mi juicio, lo que no existe -e importa dejarlo bien en claro- es la voluntad del Gobierno para ajustarse a la situación catastrófica que vive el país debido a estos años de derroche.
En todas partes del mundo se hacen economías. En todos los regímenes y en todas las épocas se han hecho esfuerzos de esta índole. Cuando existen déficit fiscales, siempre hay cuantiosos márgenes para hacer economías. La reducción de los gastos variables en 5%, por ejemplo, es una tasa frecuente que en el curso de un año la vemos aplicar por varios países necesitados de poner en orden sus finanzas. Pero aquí el señor Ministro nos dice que no es posible reducir siquiera en 2% el Presupuesto de Gastos Variables.
El señor AYLWIN.-
-Se ha reducido, y en 10%, como lo señaló el señor Ministro.
El señor IBAÑEZ.-
Me extraña esa afirmación, pues el Presupuesto para este año revela importantes aumentos en moneda dura.
El señor FIGUEROA (Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción).-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor IBAÑEZ.-
Con mucho gusto.
El señor FIGUEROA (Ministro de Economía, Fomento y Reconstrucción).-
Su Señoría ha tenido oportunidad de participar en todo el debate que hubo en el Congreso a propósito del problema de los aumentos de remuneraciones que el país ha debido enfrentar. Y digo el país, porque se trata de un asunto que no compete sólo al Gobierno. Todos los sectores políticos han reconocido la urgencia de solucionar las necesidades de remuneraciones de las Fuerzas Armadas, del Poder Judicial y de los llamados servicios postergados de la Administración Pública. Aún más, todos ellos están de acuerdo -así lo han expresado en la Comisión y en la Sala- en resolver la situación de los pensionados del Servicio de Seguro Social, lo que requiere aproximadamente 120 millones de escudos.
En estas circunstancias, afirmar que es imputable al Gobierno el problema del crecimiento del gasto público, fundamentalmente derivado de todos estos aumentos de remuneraciones, es olvidar todo el debate habido en el Congreso y ante la opinión pública acerca de los problemas que hemos debido enfrentar.
El señor IBAÑEZ.-
Me alegro de tener la oportunidad de volver una vez más sobre un tema que he explicado en reiteradas oportunidades. El problema es otro. En el curso de cinco años se han duplicado los gastos variables en moneda de valor constante. Y este gasto desorbitado en que ha incurrido la Democracia Cristiana ha traído como consecuencia la paralización del desarrollo económico. Si el Gobierno no dispone ahora de los recursos necesarios para pagar las pensiones, ello se debe, única y exclusivamente, a que el desarrollo económico se ha detenido y, en consecuencia, se ha paralizado también la generación de ingresos de los particulares y de las empresas, y, por ende, del Fisco, por medio de la recaudación de impuestos.
Es curioso que una explicación tan obvia, básica y elemental como ésta no induzca al Gobierno a rectificar en lo mínimo una política que está sumiendo al país en la desesperación.
En este instante no es solamente el proceso inflacionario lo que tiene profundamente alarmada a la población de Chile, sino, sobre todo, la falta de oportunidades de trabajo, esto es, la cesantía. Y como muy bien explicó denantes el Honorable señor García, los tributos propuestos y aprobados esta noche contribuirán a agravar ese proceso de desempleo que castiga en forma dura a los hogares humildes. A la gente más acomodada, seguramente, la obligará a consumir los recursos que posee, los ahorros que ha juntado en el curso de su vida de trabajo. Pero los seres más modestos, los que viven exclusivamente de su trabajo y de su salario, se verán privados en sus oportunidades de empleo y, por lo tanto, de los medios que necesitan para subsistir.
Tal es el hecho que deseaba poner de relieve esta noche.
El Gobierno puede seguir -parece que intenta hacerlo- en una política que ha resultado suicida para el país y cuyos resultados advertí hace cinco años, cuando ella se puso en práctica. Los acontecimientos han venido demostrando, punto por punto, lo certero de los diagnósticos que hice desde aquella oportunidad, cuando pronuncié palabras de alarma ante una política consistente en gastar cifras que superan las posibilidades económicas de Chile. Esta noche continuamos con el mismo sistema. Es probable que al término del mandato de la Democracia Cristiana, el país se encuentre totalmente paralizado. Y lo estará, no por falta de advertencias de estas bancas ni por falta de cooperación para enmendar esos rumbos y permitir que el Gobierno pueda terminar su mandato en forma más o menos satisfactoria.
En la actualidad existe una desocupación inmensa en el país. Todos los señores Senadores la aprecian tan bien como nosotros. A ello se debe precisamente esa angustia creciente de un pueblo que sabe que se le están cerrando sus fuentes de trabajo y que no hay posibilidades o esperanzas para su juventud; de un pueblo que no sólo está sujeto a la asfixia de la inflación, sino también a esa otra preocupación más apremiante y angustiosa: el terror de perder su trabajo por el cierre de una actividad o por la disminución de las labores de un empresa.
En estos momentos, los representantes de la provincia de Valparaíso podemos apreciar la catástrofe que significa para una ciudad con un considerable número de habitantes, como Quilpué, el hecho de que un accidente muy desgraciado haya producido el incendio de la principal industria que existe en ella. Dicha ciudad está llamada a desaparecer si esa industria no logra levantarse. Este es un caso realmente patético, que permite ilustrar lo que estoy diciendo, en cuanto a que lo fundamental para la colectividad es que haya trabajo. Todo lo demás son cosas accesorias, que se prestan para campañas de publicidad, de propaganda política, pero, en definitiva, lo único que satisface a las personas modestas es contar con oportunidades de trabajo que les permitan labrar su futuro mediante su esfuerzo personal. Eso es lo que la Democracia Cristiana ha destruido en el curso de estos años, y sigue destruyendo por medio de disposiciones como las aprobadas en esta oportunidad.
El señor BALLESTEROS.-
¿Es culpable el Gobierno del incendio producido en Quilpué?
El señor IBAÑEZ.-
Cité ese caso para que se mida la importancia que tienen las fuentes de trabajo en una ciudad.
El señor BALLESTEROS.-
Primero Su Señoría se refirió a la actitud del Gobierno, y ahora aborda otro tema.
El señor IBAÑEZ.-
Quise señalar la extraordinaria importancia que tienen las fuentes de trabajo, porque en el Senado se denigra a las empresas y se ataca la labor constructiva que ellas realizan. Cuando una industria desaparece, debido a una circunstancia tan desgraciada como la ocurrida en Quilpué, una ciudad entera queda cesante, y sus habitantes no saben cómo ganarán su pan.
El señor GARCIA.-
Las empresas desaparecen por incendio o por exceso de impuestos.
El señor GUMUCIO.-
Aunque mi planteamiento pueda ser alérgico para la Mesa, debo hacerle presente que tengo serias dudas sobre la procedencia de la indicación.
En verdad, la legislación establece que el cálculo de entradas y egresos propios de las leyes de presupuestos sólo puede ser alterado durante la discusión o aprobación de las mismas. No tengo certeza en cuanto a si, con posterioridad a la aprobación de las leyes de presupuestos, pueden modificarse los gastos variables por medio de otra ley, porque aquéllas tienen cierta rigidez. En efecto, como se contraen obligaciones en los ítem respectivos, tanto fijos como variables, éstos no pueden ser modificados por leyes posteriores.
Tales son las dudas que tengo al respecto.
El señor PABLO (Presidente).-
La Mesa tiene el siguiente criterio sobre el particular. En el hecho, muchas veces, el Ejecutivo, por sí y ante sí, por medio de decretos, limita los gastos variables. Así ha sucedido en el caso de las subvenciones, que han sido rebajadas a 70% u 80%.
El señor GUMUCIO.-
Es una autorización.
El señor PABLO (Presidente).-
Además, en muchas oportunidades el Ejecutivo ha hecho aportes inferiores a los señalados en el Presupuesto.
De modo que si el Gobierno puede hacerlo, en virtud, de una ley...
El señor BALLESTEROS.-
Ahí está el error de Su Señoría.
El señor GUMUCIO.-
Repito que la ley de Presupuestos da sólo una autorización en el caso a que se refiere el señor Presidente.
El señor GARCIA.-
Muchas veces el Presupuesto ha sido rebajado.
El señor GUMUCIO.-
La ley de Presupuestos constituye una autorización de gastos. El Ejecutivo puede hacer uso de ella y de las sumas consignadas en cada ítem o no hacerlo. Ello no quiere decir que esté obligado a gastar el total de la cantidad determinada en cada ítem, pues puede utilizar una cifra inferior. Sin embargo, dudo si el Parlamento puede alterar los ítem de la ley de Presupuestos.
El señor PABLO (Presidente).-
La materia planteada obligaría a la Mesa a realizar un estudio más profundo sobre el particular, pues en este instante no podría dar una opinión categórica al respecto. Sin embargo, tengo la impresión, a ojo de buen cubero, que quien puede lo más, puede lo menos.
El señor PALMA.- En realidad, el señor Presidente tiene toda la razón al expresar que está opinando a ojo de buen cubero, pues muchos de los señores Senadores que han hecho observaciones sobre la materia han opinado en la misma forma, entre ellos el Honorable señor Ibáñez que solamente hace declaraciones a ojo de buen cubero.
El señor IBAÑEZ.-
Refrendadas por las estadísticas de ODEPLAN.
El señor PALMA.-
Existe un estudio -Su Señoría puede solicitarlo a la Oficina de Informaciones del Senado- que fue analizado detenidamente en sesiones pasadas, por medio del cual se demuestra que el crecimiento del gasto público durante esta Administración ha tenido una tasa equivalente a la mitad de la del Gobierno anterior.
Este es un hecho que el señor Senador puede fácilmente comprobar.
El señor IBAÑEZ.-
Se trata de un estudio hecho en forma equivocada, pues la situación no es ésa. El propio señor Ministro de Hacienda reconoció que el gasto público había aumentado en 100% en moneda de valor constante.
El señor PALMA.-
En promedio, la tasa de desempleo durante este Gobierno -el SENDE acaba de publicar dos voluminosos informes al respecto- es una de las más bajas en los últimos diez años. De modo que todos los antecedentes señalados por Su Señoría en cuanto a que la economía estaría detenida en tal aspecto, son simplemente apreciaciones erróneas.
El señor IBAÑEZ.-
¡Pero si lo dice ODEPLAN!
El señor PALMA.-
Su Señoría no ha leído el mencionado informe.
En realidad, es explicable la reacción del Honorable señor Ibáñez y de otros sectores ante el financiamiento propuesto por el Gobierno para resolver un problema social de vastos alcances. La obtención de los recursos ha sido estudiada en tal forma que incide sobre los ingresos de los sectores más altos del país.
El señor GARCIA.-
No sólo sobre los ingresos.
El señor PALMA.-
En el detallado análisis realizado en la Comisión, pudo comprobarse que la reposición de la mayor parte de las tasas establecidas en estos artículos es igual a las que existían hace tres o cuatro años. Así ocurre, por ejemplo, con las del patrimonial y la del salario campesino. De modo que no nos encontramos ante ningún hecho nuevo.
El Gobierno, con buen criterio y pensando seriamente las cosas, buscó, para resolver este problema social, un financiamiento que se adecue a la realidad y que, en el fondo, sólo restablece situaciones que, por diversos motivos, habían sido modificadas, especialmente en lo relativo al salario agrícola. Saben perfectamente los señores Senadores y quienes concurrieron a los debates de la Comisión, que las imposiciones sobre dicho salario fueron disminuidas el año pasado a raíz de la sequía.
El señor GARCIA.-
Este año, también.
El señor PALMA.-
Efectivamente, pero hace dos años...
El señor GARCIA.-
Pero nunca se aplicó.
El señor PALMA.-
Precisamente, no se aplicó, porque en ese momento se produjo la condición climática a la cual nos hemos referido.
El estudio del financiamiento se realizó en forma bastante seria, y durante los debates de la Comisión ninguno de los señores Senadores pudo rechazarlo.
El señor PABLO (Presidente).-
La Mesa se ha formado opinión respecto de la indicación: considero que ella es improcedente y daré las razones que me asisten para pensar de esa manera.
La disposición dice lo siguiente: "Establéceme los siguientes gravámenes cuyo íntegro producido se destinará al Fondo de Pensiones del Servicio de Seguro Social". La letra c) está redactada en la siguiente forma: "Rebájanse en un 2% las cantidades correspondientes a los ítem de gastos variables del Presupuesto corriente de la Nación para el año 1970". Esto no es un gravamen y, por este hecho, sólo se rebaja el Presupuesto. Es decir, los recursos se destinarían a financiar el Presupuesto, y no incrementarían el Fondo de Pensiones del Servicio de Seguro Social.
El señor GARCIA.-
¿Me permite una interrupción, señor Presidente?
El señor PABLO (Presidente).-
Me parece entender el pensamiento de Su Señoría, pero tal como está redactada la disposición no se logra el objetivo perseguido.
El señor GARCIA.-
La disposición está redactada como alternativa de la primera respecto del financiamiento. De modo que la iniciativa se financia con determinadas entradas y con economías en los gastos. Además se señalan los procedimientos para lograr estas últimas.
El precepto podrá estar mal redactado, pero no por ello será improcedente. Podrá ser desechado por tal causa, pero no puede ser declarado inadmisible.
El señor PABLO (Presidente).-
Comprendo la intención de Su Señoría, pero -repito- tal como está redactada la disposición no incrementará el Fondo de Pensiones del Servicio de Seguro Social. Sin embargo, como está en juego la interpretación legal por la intención del señor Senador, someteré la procedencia de la indicación a la consideración de la Sala.
En votación la improcedencia de ella.
- (Durante la votación).
El señor CONTRERAS.-
Nos hemos reunido esta noche con el objeto de dar financiamiento al proyecto que concede recursos para pagar las deudas que el Servicio de Seguro Social mantiene con sus pensionados.
Después de largos trajines y de muchos sinsabores de parte de ellos y de las gestiones realizadas por algunos parlamentarios en torno de este problema, hemos llegado a la conclusión de que se otorgarán recursos para cubrir los 120 millones de escudos a que alcanza el 17,5% adeudado.
Después del estudio realizado por la Comisión de Hacienda, advertimos que los recursos que proporcionará la disposición que en este instante se acaba de aprobar permitirán pagar dicho porcentaje.
Sin embargo, a nuestro juicio, el problema no se resuelve en su integridad, porque quedará pendiente el aumento correspondiente a 1970. Pero luego se propone un aporte con este mismo fin. En nuestra opinión, el problema está resuelto por el momento para pagar los aportes que se adeudan por el año pasado.
Ahora, se pretende rebajar en 2% los Gastos Variables del Presupuesto de la Nación. No creemos que éste sea un financiamiento real, sino una hipótesis, porque nadie puede asegurar en este momento que el producto de tal rebaja irá a incrementar el Fondo de Pensiones del Servicio de Seguro Social. En consecuencia, estimamos que esta indicación constituye sólo un gesto demagógico, porque no ha de conducir a ningún resultado práctico. Por tales razones, votamos por la improcedencia.
A nuestro juicio el proyecto se encuentra debidamente financiado.
Me parece conveniente terminar con los lloriqueos con que siempre se está compadeciendo a los agricultores por la sequía, y a los industriales porque no pueden soportar más los gravámenes. Yo me pregunto: ¿Y los trescientos sesenta mil pensionados? ¿Por qué no hay para ellos las mismas consideraciones? ¿No saben los señores Senadores que, de acuerdo con la ley Nº 10.383, las pensiones de vejez e in validez son de 190 escudos; las de viudez, de 102 escudos, y la de orfandad, de 28? ¿No saben que, de acuerdo con la ley Nº 15.386, de Revalorización de Pensiones, la de vejez es de 95,77 escudos; la de viudez, de 56,10, y la de orfandad, de 14 escudos y 10 centésimos?
A nuestro juicio, deben tomarse decisiones realistas. Pero también deben comprender los señores Senadores del Partido Nacional que esos trabajadores necesitan mejor trato, pues son seres humanos, y que la riqueza de los señores hacendados e industriales, que Sus Señorías tanto defienden, se debe principalmente a los sufrimientos, a los padecimientos de los más humildes. El enriquecimiento de esos señores lo ha producido la gente de trabajo, la que labora.
Hemos aprobado esta noche un financiamiento que nos parece suficiente. La indicación de que ahora se trata no tiene otra finalidad que lanzar una cortina de humo para convencer a los pensionados de que con ella se ha de dar un nuevo y mayor financiamiento, lo que no ocurrirá.
El señor PABLO (Presidente).-
¿Cómo vota Su Señoría?
El señor CONTRERAS.-
Voto por la improcedencia.
El señor IBAÑEZ.-
Deploro que por medio de esta votación sobre procedencia se eluda un pronunciamiento sobre el fondo de la indicación. Habría sido preferible votar la indicación misma, para que cada cual fijara su posición en cuanto a si estimaba recomendable o no recomendable introducir economías en los cuantiosos gastos de la Administración Pública.
Voto por la procedencia y dejo constancia clara de que lo hago no sólo porque no veo a la indicación inconvenientes de orden reglamentario ni constitucional, sino porque me parece absolutamente necesario que el Gobierno haga siquiera un intento de reducir sus descontrolados gastos.
El señor GARCIA.-
Voto por la procedencia para no sentar el precedente de que por mala redacción las indicaciones puedan ser objeto, de parte de la Mesa, de una declaración de improcedencia.
¡Con este motivo, tales declaraciones serían muy frecuentes! ¡Ya hemos presenciado varias veces redacciones deficientes!
El señor OCHAGAVIA.-
Señor Presidente, al fundar mi voto favorable a la procedencia de la indicación, rechazo en absoluto! los términos empleados por el Honorable señor Contreras para referirse a los Senadores de estas bancas, en orden a que nuestra actitud no estaría inspirada en el serio propósito de favorecer a ese grupo de pensionados que constituye el sector más modesto de la ciudadanía y que no ha recibido, de parte del Estado, el reajuste de sus pensiones. Los refuto no con palabras, sino con actitudes.
El Senador que habla propuso la suma urgencia para el despacho del primer proyecto que el Ejecutivo nos envió sobre esta materia, y pidió al Senado que la aprobara. Posteriormente, el señor Ministro retiró la iniciativa e impidió que el Congreso Nacional pudiera estudiarla.
El Honorable señor Palma ha dicho que el Gobierno ha actuado con absoluta seriedad. Debo decirle que, por lo contrario, la actitud del Ejecutivo ha carecido en absoluto de seriedad, pues se ha debido llegar al extremo de presentarse una acusación constitucional en contra de un Ministro de Estado -el señor Ministrodel Trabajo y Previsión Social- por el incumplimiento de una norma legal, para que se nos enviara una fórmula de financiamiento que todos los sectores del Parlamento requeríamos para este proyecto de ley. Ha debido llegarse a estos extremos -repito-, que prueban la absoluta falta de seriedad del Gobierno para abordar una materia de tanta importancia.
También quiero refutar las expresiones vertidas por el Honorable señor Contreras en cuanto a nuestra supuesta preocupación por la riqueza de industriales y hacendados. Debo decir al señor Senador que me tiene sin cuidado el problema de los que la poseen, porque a esos señores los defiende precisamente su riqueza. Lo que nos preocupa cuando hacemos observaciones respecto de la necesidad del ahorro, de esta palanca fundamental como la denominaba el Honorable señor García, para transformar el esfuerzo nacional en nuevas fuentes de trabajo, tan necesarias en este momento a miles de chilenos cesantes; lo que nos preocupa -digo- cuando pensamos en el ahorro, no son los ricos, sino los cientos de miles de compatriotas que no tienen trabajo en su patria, en especial en la zona que represento. Y yo me pregunto si fomentar el ahorro no es la mejor manera de darles ocupación, tomando en cuenta que tal sistema da confianza y permite crear pequeñas industrias u otras actividades que significan fuentes de trabajo.
Ese es nuestro planteamiento. No me parece serio y responsable que se nos acuse de estar defendiendo a los hacendados, a los ricos.
El señor CONTRERAS.-
No corresponde a Su Señoría calificar mi seriedad.
El señor OCHAGAVIA.-
No califico nada: contesto a Su Señoría, que se ha referido en forma expresa a los Senadores del Partido Nacional al decir que estamos defendiendo los intereses de los ricos, lo que no es efectivo.
El señor CONTRERAS.-
Así es.
El señor OCHAGAVIA.-
Ese es el juicio de Su Señoría, que está suponiendo intenciones y que, por desgracia, está en un tremendo error.
El señor IBAÑEZ.-
El pueblo piensa de otra manera.
El señor OCHAGAVIA.-
Aunque les parezca muy risible a los señores Senadores, el pueblo ha entendido que no se le defiende hablando "del pueblo", sino dándole trabajo, esto es, solucionando el problema más angustioso que en este momento aqueja al trabajador.
El señor PABLO (Presidente).-
Ha terminado su tiempo, señor Senador.
El señor OCHAGAVIA.-
Termino diciendo que espero que el señor Ministro de Economía, en una actitud de consecuencia respecto del problema que afecta a los campesinos, que ha permitido...
El señor BALLESTEROS.-
¿Ha terminado de fundar su voto, señor Senador?
El señor OCHAGAVIA.-
El señor Presidente no ha cerrado el debate, pero no quiero crear conflictos a la Mesa. Ya he planteado mi posición, de acuerdo con la procedencia de la indicación.
El señor ACUÑA.-
Señor Presidente, en la Comisión respectiva, hace un par de horas, apoyé la indicación que estamos votando.
Al margen del aspecto doctrinario o político, la considero en su carácter formal y también en el de fondo, en cuanto a que pueda contribuir efectivamente a financiar un proyecto de ley que interesa, naturalmente, a miles de trabajadores modestos que hoy padecen las consecuencias de vivir de una pensión exigua después de haber trabajado toda una vida. Desde el punto de vista formal, voto a favor de la procedencia, porque en numerosas oportunidades se han aprobado disposiciones legales en virtud de las cuales se han reducido los Presupuestos de la Nación.
Aparte lo anterior, nos parece útil, en cualquier instante de la vida de un país, dictar disposiciones legales que permitan economizar dinero, siempre que ello sea posible, con el objeto de evitar sacrificios a la comunidad, pues sabemos que a causa de las imposiciones tributarias le resulta cada vez más difícil ahorrar.
Hemos escuchado en la Comisión de Hacienda a la Directora del Servicio de Seguro Social, señorita Mercedes Ezquerra, quien manifestó que los recursos para financiar el proyecto se irán obteniendo en forma paulatina y que no debían hacerse ilusiones los pensionados en el sentido de que a contar de la promulgación de la ley podrían recibir el total del reajuste que legalmente les corresponde, sino que éste debería pagarse a medida que los recursos fueran ingresando. Me parece, por lo tanto, perfectamente lógico que nos preocupemos de dar un financiamiento completo y efectivo que pueda convertir en realidad la esperanza de esos trabajadores, y esto sólo puede obtenerse por medio de la economía propuesta, que a mi entender es viable.
Por otra parte, como se ha dicho hace un momento, y asimismo en la Comisión de Hacienda, existen muchos caminos por los cuales el Ejecutivo puede economizar. Por ejemplo, el Gobierno tiene la facultad -a ella me referiré en esta Sala con mayor amplitud cuando lo permitan las circunstancias- de distribuir dinero proveniente de las apuestas mutuas que se hacen en los hipódromos, del que se entrega mensualmente una cuota de 300 millones al CONCI, organismo inútil, que no cumple ninguna finalidad social, dirigido con gran derroche por un ex Diputado democratacristiano, que es criticado por muchos sectores de su propio partido. En ese organismo se gastan inútilmente grandes cantidades de dinero, que perfectamente podrían contribuir a dar solución a problemas sociales como el que en este momento nos preocupa.
De ahí que estemos del todo contestes en el hecho de que es posible hacer economías evitando derroches, sobre todo para dar satisfacción a finalidades de índole social como las que se persiguen por el proyecto en debate.
Por las razones que he dado, voto por la procedencia de la indicación.
El señor EGAS (Prosecretario).-
Resultado de la votación: 17 votos por la improcedencia 4 .por la procedencia y 2 pareos.
El señor PABLO (Presidente).-
Queda declarada improcedente la indicación y terminada la discusión del proyecto.
Se va a constituir la Sala en sesión secreta.
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- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/590463/seccion/akn590463-po1
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/590463
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