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El señor GUASTAVINO.-
Pido la palabra.
El señor BARRIONUEVO (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el señor Guastavino.
El señor GUASTAVINO.-
Señor Presidente, la Hora de Incidentes de la Cámara generalmente es utilizada por los distintos señores Diputados con la finalidad de expresar sus críticas, sus quejas, a veces ardorosos alegatos, respecto de sus provincias. Derecho absolutamente legítimo. En general, cada Diputado pronuncia sus expresiones. Naturalmente, si es Diputado de Gobierno, ellas no son recibidas con el mejor beneplácito por los Diputados de Oposición, y así ocurre a la inversa.
Yo quiero ocupar estos breves minutos en decir algo que me parece que nos va a encontrar a todos en una misma actitud de satisfacción. Son palabras respecto de un colega nuestro, del Diputado más antiguo, llegado a la Cámara junto al DiputadoJuan Acevedo; no quiero decir eso que sea el mayor de edad, porque ingresó muy joven a la Cámara.
Este colega nuestro, siendo muy muchacho, egresó de la Escuela de Leyes hace veinte y tantos años. Su Partido, en aquel entonces la Falange, le dio tareas de Regidor y de Alcalde. Lo arrebataron y lo llevaron fuera del aula universitaria y no pudo concluir después de egresado.
Vino inmediatamente a la Cámara de Diputados, y aquí lo hemos visto durante cuatro períodos. El año 1953 llegó; va a cumplir veinte años. Sin estridencias, sin espectacularidades, nuestro colega Pedro Videla ha realizado su vida parlamentaria. Creo que se ha granjeado, de verdad, una comunicación humana con todos quienes lo hemos conocido.
Hoy está en las filas de la Izquierda, en la Unidad Popular; pero creo que mi juicio es objetivo, toda vez que lo conocí en las filas de la Democracia Cristiana, cuando éramos contrincantes políticos. Desde entonces guardo hacia él el respeto que se tiene al adversario noble, y por eso ahora advierto que esa nobleza pertenece a un abolengo auténtico, porque en una u otra posición, en una u otra barricada, es de aquellos que se granjean y que conquistan la simpatía y el afecto de todos quienes comparten con él una tarea.
Pedro Videla compañero Diputado de la Izquierda Cristiana, en la tarde de hoy se ha titulado de abogado. Sus hijos ya están grandes. El podría exihibir una actitud de abandonar más bien que de iniciar nuevas actividades. Veinte años de parlamentario, incuestionablemente, significan una actividad muy intensa y justifican que más de alguien se sienta con un cansancio bastante natural.
Sin embargo, cuando meses atrás nos informamos que estaba estudiando y que se preparaba para rendir su examen, lo alentamos. y en la tarde de hoy hemos visto cómo distintos Diputados lo han abrazado con satisfacción.
Yo creo que es bueno que la Cámara, en medio de su ajetreo y de su tráfago terrible, en medio de las pugnas que tienden, incluso, a hacer enconada la existencia, a enemistar la vida de un Diputado -y no podría ser de otra manera, toda vez que este hemiciclo es la concurrencia de la expresión de intereses de clases, de ideas que animan la vida del país-, detenga un poco ese tráfago ardoroso y le exprese a un colega su felicitación. Y le diga -yo creo que estoy interpretando de verdad el sentimiento de todos- que estamos contentos y que sabemos que saca su título no para orgullo personal, sino para ejemplo de su propia conciencia, para ejemplo de sus hijos, para ejemplo de su familia, para ejemplo hacia todos nosotros.
Yo le preguntaba ahora, recientemente, qué iba a hacer con su título. Me decía: Seguramente no voy a seguir siendo Diputado, y yo quiero continuar sirviendo.
Servirá mejor no como ex parlamentario, sino como abogado al servicio de la causa que él estima la más correcta, la más ideal.
Señor Presidente, estimados colegas, la sencillez de estas palabras no ha querido sino estar a tono con la sencillez de la actitud vital de un hombre como Pedro Videla. Me parece bueno que en el día de hoy, como al final quedan escritas estas cosas para los anales del Parlamento, él pueda tener la satisfacción no de que haya hablado el Diputado que ahora está hablando, sino de que uno de nosotros haya sido el encargado, como yo he sido encargado por todos los colegas Comités de la Unidad Popular -como creo habría sido encargado por todos los sectores de la Cámara- de decirle estas palabras de felicitación y de gran augurio a Pedro Videla.
Eso es lo que quería expresar, señor Presidente.
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