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El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Entrando en la Hora de Incidentes, el primer turno corresponde al Comité Demócrata Cristiano, que ha cedido cuatro minutos al Diputado señor Jáuregui.
Puede hacer uso de la palabra Su Señoría, con cargo a los cuatro minutos.
El señor JAUREGUI.-
Señor Presidente, hace algunos días concretamente el 28 de julio, la Democracia Cristiana celebró 15 años de vida. No obstante que, oportunamente, el jefe de nuestro Partido, señor Bossay, hizo llegar oficialmente las congratulaciones de la Izquierda Radical, deseo en este instante sumándome a lo expresado por el Senador Bossay hacer algunas muy breves consideraciones sobre la importancia de este nuevo aniversario de la Democracia Cristiana.
Me impulsa a pronunciar estas palabras, no un mero formulismo de orden protocolar, sino, más que nada, un deber de conciencia y la necesidad de reparar un error. Parecerá sin duda extraño fundamentar mi intervención de esta tarde a en un deber de conciencia; pero la realidad de las cosas es así, y por una razón muy simple.
Antes de llegar a este hemiciclo, siempre pensé, en mi lejana provincia de Osorno, que la Democracia Cristiana, desprendida en 1937 del viejo tronco del Partido Conservador para formar la Falange Nacional, no era más que una nueva posición política de la reacción; pero, una vez llegado al Congreso Nacional he observado la conducta y la ideología que defienden sus parlamentarios; y, con profunda satisfacción, he comprobado que mi pensamiento en torno de este Partido era equivocado, pues se trata de una entidad política con un denso contenido doctrinario, que se caracteriza por su humanismo integral, por su sentido de la justicia social y por un socialismo de tipo comunitario, en libertad y en democracia. Aun puedo agregar más: Chile necesita de la existencia de partidos como la Democracia Cristiana, que antepongan la noción del bien común sobre los intereses de sectores o de partidos y que signifiquen para el país un factor de equilibrio, de estabilidad .y de vigencia permanente de la libertad y de la democracia.
Por eso decía que un deber de conciencia y de rectificación de un error, que incidió en que mi visión de la Democracia Cristiana fuera falsa y defectuosa, ha sido lo que me ha impulsado a pronunciar estas palabras, que traducen mi permanente posición de decir la verdad y de defender la justicia, que estimo son mi mejor homenaje a esta colectividad política, al cumplir un nuevo aniversario.
Agradeceré transmitir estas observaciones al Presidente de la Democracia Cristiana, Senador Fuentealba, como también mi personal congratulación.
Nada más y muchas gracias, señor Presidente.
Aplausos en la Sala.
El señor BARRIONUEVO (Presidente accidental).-
Se enviará la comunicación en nombre de Su Señoría.
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