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- rdf:value = " La señorita SAAVEDRA.-
Señor Presidente, respecto de la acusación que se está discutiendo, quiero referirme al punto central de ella, sin perjuicio de la exposición, hecha con bastante profundidad, por nuestro colega Arturo Frei. Me refiero a la infracción de las normas de carácter constitucional y legal que establecen y reglamentan el derecho de reunión.
La Constitución, en su artículo 10, Nº 4, asegura a todos los habitantes de la república el derecho de reunirse sin permiso previo y sin armas. En el caso que nos ocupa, el señor Intendente de Concepción ha infringido doblemente esta disposición constitucional, aplicando un criterio discriminatorio, la ley del embudo, en favor de los partidos de Gobierno, y en desmedro de los partidos de Oposición. Y es más grave aún el hecho de que esta discriminación tan evidente haya sido ratificada por el señor Subsecretario del Interior, don Daniel Vergara, en su respuesta por oficio a la Comisión.
Efectivamente, el señor Subsecretario expresa, amparándose en el decreto Nº 2.868 que si las reuniones aunque se someten a las prescripciones de los párrafos anteriores, degeneraren en ilegales o delictuosas, serán disueltas por los agentes de la autoridad y detenidos los culpables de delito. Justamente el Intendente de Concepción, no cumplió con esta disposición legal complementaria de la disposición constitucional que garantiza el derecho de reunión. Es decir, lo que el señor Subsecretario argumenta para justificar la supresión de la marcha de los partidos de Oposición es aplicable al Intendente respecto de la concentración y marcha que realizaron los Partidos de la Unidad Popular.
Esta discriminación, si bien no constituye una novedad, ya que aparece como norma de conducta permanente del Gobierno, en el caso que nos ocupa tiene una relevancia fundamental, puesto que ha arrojado como resultado la muerte del cabo de Carabineros Exequiel Aroca por balas provenientes de la sede del Partido Socialista. Esto último fue acreditado en la Comisión por un testigo presencial de los hechos, el Mayor de Carabineros don Hugo Valenzuela, quien no ha sido desmentido en su versión. Dijo y ratificó en su declaración: Si bien es cierto que Carabineros ya hizo una declaración oficial de los hechos acaecidos en la noche del miércoles, que costaron la vida al cabo Aroca, debo reafirmar esa versión de Carabineros y decir, al mismo tiempo, lo siguiente:
Estaba a cargo del personal que operó en ese lugar, en el sector de la sede del Partido Socialista: en los momentos en que manifestantes atacaron a la fuerza de Carabineros.
Cumpliendo instrucciones de la central de radio nos constituimos en calle Castellón, ante los reclamos de daños que estaría causando esa fracción de manifestantes que desfilaba por la citada calle, en los vidrios de los edificios particulares.
Con los dos dispositivos de servicio, llegamos hasta Catellón con Chacabuco, lugar en que sin haber actuación alguna de nuestra parte fuimos recibidos con piedras por los manifestantes que estaban allí. No obstante esta agresión no dispuse que el personal bajara y continuamos avanzando con los buses, con la obstrucción que nos ofrecían algunos elementos a pesar que otros los retiraban.
Cuando estábamos sobrepasado el edificio de la sede del Partido Socialista, un vidrio lateral del bus en que yo viajaba fue roto estrepitosamente. La primera impresión es que fue a través de un explosivo o de un disparo puesto que se desintegró completamente. Avanzamos un poco más y dispuse que se detuviera el bus, lo mismo que hizo el que venía más atrás para en seguida ambos quedar en línea, comprobando también que el bus posterior tuvo un daño de mayor intensidad en un vidrio, en que incluso el explosivo porque ahí no cabe duda alguna el explosivo que fue lanzado contra el bus rompió el vidrio y las redes de protección. Ambas cosas fueron acompañadas al tribunal.
Debido a que seguíamos siendo atacados con piedras, sin haber absolutamente ninguna provocación de nuestra parte y como se nos precipitaban todos estos manifestantes que habíamos sobrepasado además salían de la sede otros más dispuse que se bajara el personal y se colocó a la retaguardia de los buses, haciendo frente a los manifestantes, con la primera intención de tomar algunos detenidos. Para establecer quiénes habían sido los causante de los daños de los vehículos se nos precipitó encima una poblada de más o menos unas cien personas.
Lanzamos disuasivos contra los manifestantes que estaban en la calle y quienes huyeron. También lanzamos contra la sede del Partido, con el fin de obligar a los que estaban en el interior a que salieran. Inmediatamente y simultáneo a la actuación de los gases lacrimógenos nuestros que no fueron en gran cantidad, se sintieron los primeros disparos. Antes el peligro y blanco que ofrecíamos dispuse que nos parapetáramos detrás y al costado de los buses, pero ya tomé conocimiento que había dos funcionarios heridos, posteriormente tomé conocimiento del otro.
Uno, según la versión que me dio el Teniente Espinoza, estaría grave, y correspondía al cabo Aroca, y fue trasladado rápidamente en dirección a Víctor Lamas.
En vista de la gravedad de los hechos, pedí refuerzos y al mismo tiempo dispuse que nos parapetáramos en los buses, por el blanco que ofrecíamos y evitar un mal mayor y fuéramos a Víctor Lamas.
Se ha pretendido, y es sensible, tergiversar los hechos. Aquí no se puede decir que no cabe duda, sino simplemente que todos los disparos que nos hicieron provenían de la sede del Partido Socialista e incluso se identificó a un individuo que parapetado detrás de una columna en la puerta de entrada nos estaba disparando, además de otros que salían y entraban y otros con cascos amarillos que se encontraban no sé si en la terraza o el techo del edificio.
Como nos seguían disparando fueron más de diez disparos que nos hicieron uno de los oficiales con el fin de reducir a éstos que estaban sobre el techo, les disparó antes de retirarnos un truflayaso, es decir, una granada de largo alcance.
Hasta aquí lo dicho por el Mayor señor Valenzuela, quien, ante la consulta que se le hizo en la Comisión de que si esa versión correspondía a lo expresado por él al diario El Sur, ratificó su contenido y, hasta este momento, ninguna autoridad lo ha desmentido.
Consta de los antecedentes que el señor Intendente no autorizó la concentración avisada por los partidos de Oposición, lo que constituye una transgresión a la disposición constitucional citada y, por otro lado, sin que existiera aviso de parte de los partidos de Gobierno, permitió una concentración de ellos, sin que fuese avisada como lo acredita la declaración del Secretario Abogado de la Intendencia, quien expresó no tener conocimiento de un aviso de los partidos de la Unidad Popular para realizar esa concentración.
La raro es que el día en que se anunciaba la suspensión de la marcha en los diarios de Concepción, al frente de esa información salía la citación de los grupos de la Unidad Popular para concentrarse en la tarde, a fin de darle un respaldo al Gobierno. El señor Intendente, sin el aviso previo, autorizó la concentración, dándole su respaldo verbalmente.
Esto consta en el radiograma Nº 2.384, enviado por la Prefectura de Carabineros a la Dirección General, la que lo hizo llegar a la Comisión, a solicitud nuestra. Dicho radiograma dice lo siguiente: A las 18.30 horas se inicia en la plaza Independencia una concentración autorizada verbalmente por el señor Intendente. Se reúnen aproximadamente cuatro mil personas, de las cuales unas dos mil son mineros de Lota y Coronel, trasladados en trenes y buses. Más aún, el Director General de Carabineros expresa en su nota a la Comisión: Por Radiograma Nº 2.384, de 30 de agosto de 1972, cuya copia certificada le fue remitida por oficio 155, de 8 del presente, la Prefectura de Concepción dio cuenta a esta Dirección General de los hechos producidos, los que previamente fueron informados a medida que ocurrían sucesivamente por la vía telefónica a esta Jefatura Superior.
Por otra parte, los antecedentes proporcionados por el Diputado señor Mosquera prueban que los partidos de Gobierno tenían preparada su concentración. No fue espontánea, como expresó el Secretario Regional del Partido Comunista señor Cerón, quien concurrió a declarar a la Comisión, como aquí se ha hecho mención.
El señor Mosquera manifestó, en la Comisión que la concentración del Gobierno fue planeada y no espontánea, como aseguró el señor Secretario del Partido Comunista. Dijo el señor Diputado: Fue planificada, y yo quiero decir, con la misma franqueza que lo he dicho siempre aquí, que el gran actor de todo esto es el Partido Comunista. Diré por qué, y responsablemente. Se dirigieron a la zona del carbón, a la parte donde ellos pueden controlar la mayor cantidad de los mineros; así lo han demostrado las elecciones de Diputados, Senadores y Regidores y, además, la última elección de la CUT; se dirigieron allí por las personas autorizadas de la Empresa. Estaba don Isidoro Carrillo, a las 7 y cuarto de la mañana en el fondo de la mina;...
El señor ROBLES.-
¡Cómo pudo el señor Mosquera decir eso!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Robles, llamo al orden a Su Señoría!
La señorita SAAVEDRA
.... don Rolando Espinoza, Gerente de Producción; don Miguel Elizalde, delegado del personal de empleados; don Lorenzo Pereira, del Sindicato de Empleados; don Jorge Chamorro, empleado de administración del hospital, de los dos hospitales del mineral; don Ramón Freire, dirigente político y don Hernán Sanhueza, dirigente del sindicato industrial y ex Regidor de la comuna de Lota. ¿Qué plantearon a los dirigentes? Concretamente, pararon las faenas y les comunicaron: hay que ir a parar a los momios democratacristianos, del Partido Nacional y de los grupos sediciosos, este es un acuerdo de los partidos de la Unidad Popular y los movimientos revolucionarios que, de una u otra manera, ayudan al movimiento popular y que en esta zona del carbón tienen fuerza como para ir a parar a los momios a la planta de Concepción.
¿Qué decía, además, el señor Mosquera, en su intervención? Que no sólo estaban llamando a los trabajadores a concurrir a esa concentración en Concepción el miércoles, sino también a que se armaran y prepararan con mangos y elementos punzantes. Y agregaba: Y algo más grave todavía, el día miércoles en la mañana se dedicaron a hacer punzones, garfios, a cortar y soldar cadenas, y cortar varias cantidades de cables, con un costo de dos mil escudos por metro lineal de cables de alta tensión, forrados en goma, de tres cuartos de pulgada, que llevaban para castigar a los sediciosos de ese día.
Todo esto fue transportado en una cantidad de dos trenes cargados, contratados para ese objeto, en una concentración muy espontánea, como decía el señor Cerón. Dos trenes cargados, veinte micros del recorrido Lota, Coronel, Concepción, y de la Empresa Medina, micros que trabajaban para llevar y traer el personal de la mina.
Ese día se trabajaron cuatro horas en Lota, cuatro de veinticuatro de trabajo. ¡Qué manera, señor Presidente, de responder al llamado que hace el Presidente de la República de contribuir a la batalla de la producción! Cada vez que el Gobierno organiza marchas, se olvida totalmente de la campaña de la producción.
Continuaba el señor Mosquera: Se dejaron de producir dos mil toneladas de carbón, y en Schwager se perdió una producción de mil toneladas, aproximadamente, siendo entregados estos antecedentes por muchos camaradas de nuestro Partido.
Señor Presidente, esto está demostrando, en primer lugar, que la concentración que realizaron los partidos de la Unidad Popular y el MIR no fue espontánea, sino totalmente preparada, conforme a los antecedentes que estamos entregando y que se entregaron en la Comisión.
Y decimos que esto es grave, porque todos esos llamados también se hicieron por la radio de Lota. ¿Llegó o no llegó esto a conocimiento del Intendente? ¿No había también un clima de provocación y tensión para tomar las medidas adecuadas que el señor Vergara respalda para la Oposición, pero no para el Gobierno? Dirá que no hubo aviso previo, pero él autorizó verbalmente la concentración y, lo que es más grave, la permitió cuando existía constancia de que los manifestantes venían armados con elementos punzantes y contundentes.
Esto constituye una abierta y flagrante transgresión a la Constitución, una discriminación, que era la forma más efectiva para provocar el desorden público, y por lo tanto, una negación de la esencia del ejercicio de la autoridad del señor Intendente respaldado esto por el señor Subsecretario del Interior y con un falseamiento posterior de los hechos que hace inconcebible que en Chile se pueda hablar de que vivimos en un Estado de Derecho.
Estas fueron las circunstancias que movieron a la Democracia Cristiana a presentar la acusación que hoy debatimos, apoyados en los derechos que nos confieren la Constitución y la ley, a fin de que el Intendente de Concepción sea suspendido y destituido de su cargo.
Nada más, señor Presidente. El señor Mosquera hará uso de una interrupción.
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