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El señor KOENIG.-
Pido la palabra.
El señor IBAÑEZ (Presidente).-
Tiene la palabra. Su Señoría.
El señor KOENIG.-
Señor Presidente, los Diputados democratacristianos deseamos tomar pie de la solicitud que ha presentado el señor Ministro de Educación Pública para participar en dos reuniones internacionales en Lima, a fin de formular nuestras inquietudes sobre algunas medidas que se han adoptado en esa Secretaría de Estado desde comienzo del actual Gobierno.
Curiosamente las principales medidas no son de orden técnico, lo que nos hace pensar que en sus principales aspectos sigue vigente la senda que imprimió a la educación el Gobierno del Presidente Frei, por mucho que hoy algunos personeros afirmen con ligereza que no ha existido Reforma Educacional.
La tónica de la nueva administración, en lo educacional, la ha dado la actitud de persecución funcionaría anunciada por el Subsecretario de Educación, don Waldo Suárez, desde el momento en que asumió el cargo y aplicada contra funcionarios de gran conversación y experiencia y de variadas tendencias ideológicas. No tuvimos ninguna duda en la conveniencia de facilitar al nuevo Gobierno la designación de ejecutivos en las tres Direcciones Generales de Educación. Tampoco desconocemos que, en nombre del Presidente de la República, puede solicitarse la renuncia a los funcionarios de su exclusiva confianza. Sin embargo, resulta manifiestamente un abuso de poder que estas renuncias se soliciten en forma sistemática a funcionarios que no tienen atribuciones decisorias y que, por sus altas y reconocidas condiciones, son virtualmente imposibles de reemplazar por personas de siquiera semejante idoneidad. Citaremos solamente algunos casos. En el mes de noviembre, el Subsecretario de Educación, señor Suárez, solicitó la renuncia a la Visitadora General del Ministerio, de Educación Pública, señora Celia Pedreros, distinguida profesional que servía dichas funciones desde hace más de catorce años y a quien sucesivamente respetaron los diversos Gobiernos por su eficiencia funcionaría y su independencia política. Pocos días después, se caducó el nombramiento del Visitador Jefe de Educación de Adultos, profesor Héctor Duarte, dando origen a una ambigua situación sobre la designación de su sucesor, pues se ha dispuesto sucesivamente que lo sea el señor Carlos Eugenio Beca, del MAPU, y la señora Atenas Dedes de Elgueta, radical, aunque en representación del API. Luego corrieron suerte parecida el Jefe del Departamento de Cultura y Publicaciones, Hugel Hernández, democratacristiano; el Jefe del Departamento de Personal Primaria, Horacio Oñate, de la Democracia Radical; el Jefe del Departamento de Personal Profesional, Santiago Norambuena, independiente; el Jefe del Departamento de Subvenciones, Guillermo Ekdahl, del API, todos los cuales han sido reemplazados por militantes socialistas con la sola pintoresca excepción de la Jefatura de Educación de Adultos.
Pero, aún conocemos un caso más grave y reciente. Es el que afecta a la Jefa Administrativa del Ministerio, doña Adriana Araneda, abogada y profesora con más de 24 años de servicio; Presidenta de la Asociación Nacional de Funcionarios de la Planta Directiva del Ministerio de Educación Pública, a quien el señor Subsecretario dio 48 horas para presentar su renuncia, probablemente por ser democratacristiana, en abierta contraposición con las reiteradas declaraciones de que los representantes de los organismos gremiales han llegado al Gobierno con la Unidad Popular y ante el extraño silencio del Sindicato Unico de Trabajadores de la Educación.
Todas estas situaciones han creado en los funcionarios del Ministerio una actitud de desconcierto y desconfianza que no es la más adecuada para que se prosiga con eficiencia la brillante labor educacional del gobierno anterior.
Creemos que es indispensable que el señor Ministro tome conciencia de estos hechos y que adopte las medidas necesarias para que se cumplan las garantías Constitucionales que aseguran participación pluralista en la educación, la que es imposible con persecuciones de esta naturaleza.
Confiamos en que el señor Ministro informará oportunamente a la Cámara de las medidas que adopte para remediar esta situación, sobre todo cuando él puede comparar lo expuesto con la política de respeto a todas las tendencias que él pudo apreciar durante la anterior administración como dirigente gremial del profesorado y como su representante ante varios organismos oficiales.
Podríamos extender nuestras denuncias haciendo alusión a casos similares que han dañado las expectativas profesionales de maestros de las diferentes ramas y de funcionarios administrativos del Ministerio de Educación Pública, pero la brevedad del tiempo no nos permite hacerlo en esta ocasión, y, por lo demás, lo planteamos ya el 2 de diciembre pasado y la Cámara acordó, por unanimidad, pedir todos los antecedentes a la Contraloría General de la República, que hasta hoy no ha contestado el oficio enviado.
La gravedad de lo expuesto no nos debilita en nuestras posiciones, ni nos debilitará. Tampoco nos hace perder la serenidad. No actuaremos, como otros, por revanchismo.
Por estas razones los Diputados democratacristianos nos abstendremos en la votación.
Esperamos que la participación del señor Ministro signifique una reafirmación de la voluntad de Chile de construir fraternalmente, con los demás países latinoamericanos, un sistema educacional y cultural libre de todo tipo de tutelajes y colonialismos.
Ojalá se tenga presente también que la democracia es algo muy serio, que no sólo impone deberes hacia afuera, sino que también hacia adentro.
He dicho.
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