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- rdf:value = " 4.-PROBLEMAS EN EL INSTITUTO DE DESARROLLO AGROPECUARIO (INDAP) POR ENCASILLAMIENTO DE SU PERSONAL
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
La presente sesión, citada a petición de 32 señores Diputados tiene por objeto "tratar las persecuciones funcionarías en INDAP y las graves consecuencias del Decreto de Insistencia que aprueba el encasillamiento de su personal".
En conformidad con el artículo 166 del Reglamento, el tiempo previsto de 15 minutos corresponde al Comité Demócrata Cristiano.
Antes de ofrecer la palabra, hago presente a los señores Diputados que el señor Secretario dará lectura a los proyectos de acuerdo en el momento en que sean presentados a la Mesa, sin perjuicio de ser leídos nuevamente al término de la sesión para en seguida proceder a votarlos.
Ofrezco la palabra al Comité Demócrata Cristiano.
El señor CARRASCO.-
Pido la palabra.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor CARRASCO.-
Señor Presidente, los Diputados democratacristianos hemos solicitado esta sesión para analizar las graves repercusiones y el abuso pretendidamente legal del encasillamiento de los funcionarios de INDAP, que se hizo mediante el Decreto de Insistencia Nº 190, de 4 de junio, que lleva la firma del Presidente de la República y de todos sus Ministros.
¿Cuáles son los antecedentes de esta situación, grave por el precedente que sienta para el futuro de la carrera funcionaría, que podría ser toda, desde ahora, manejada por el sistema de los decretos de insistencia?
El último Vicepresidente de INDAP del Gobierno democratacristiano, haciendo uso de sus facultades legales, por resoluciones Nºs. 911 al 915, de 23 de septiembre de 1970, procedió a encasillar al personal, de acuerdo con la planta única fijada para los servicios del agro, en agosto de 1970. La elaboración y aprobación de la referida planta única fue la que demoró el encasillamiento.
Enviado el encasillamiento a la Contraloría, este organismo demoró su aprobación más allá del 4 de noviembre, fecha en que asumió el nuevo Gobierno de la Unidad Popular.
El nuevo Ministro de Agricultura, señor Jacques Chonchol, consiguió del entonces Vicepresidente subrogante de INDAP, don Hamilton Hurtado, que se retiraran los decretos de encasillamiento para revisar, lo repito, para revisar algunos casos, en que, según algunos dirigentes de la U. P. de la Asociación Nacional de Trabajadores de INDAP, se favorecía a más o menos 40 funcionarios. El señor Chonchol prometió, y entregó su palabra a don Hamilton Hurtado y a parlamentarios democratacristianos, que sólo se revisarían esos casos.
Sin embargo, tanto el señor Hurtado como los parlamentarios democratacristianos fueron sorprendidos en sus buenas intenciones y en su espíritu de justicia, no sabemos si por el señor Ministro o el nuevo Vicepresidente de INDAP de este Gobierno, el señor Adrián Vásquez, puesto que encargó a la funcionarios de la U. P., que dirigían en ese entonces a la Asociación Nacional de Trabajadores de INDAP, ANATI, efectuar un nuevo encasillamiento totalmente distinto del que había sido retirado de la Contraloría. Este encasillamiento, realizado con espíritu sectario, dogmático, persecutorio y revanchista, no guarda ninguna relación con el anterior, que el Ministro señor Chonchol se comprometió a respetar.
Así, se desconocen funciones desempeñadas durante 1970 por muchos trabajadores de INDAP; se perjudica a quienes, legítimamente, merecerían ascensos dentro de su carrera funcionaría, y, al contrario, se ejercita con los funcionarios de la U. P. lo que un Senador, refiriéndose a hechos semejantes ocurridos en Correos, llamó gráficamente "el Estatuto del salto de la garrocha", por el número de grados que estos funcionarios se saltaron. Con este nuevo encasillamiento de militantes adictos al nuevo régimen, el actual Gobierno quebró un compromiso de su Ministro con el Vicepresidente del Partida Demócrata Cristiano de aquel entonces, SenadorRicardo Valenzuela, con el actual Vicepresidente de la Cámara, don Eduardo Cerda, y con nuestro colega Diputadodon Andrés Aylwin.
Se dictaron las resoluciones Nº 1.156 a 1.160, de 2 de diciembre de 1970, para su toma de razón por la Contraloría.
En febrero de 1970 se notifica a los funcionarios, en carta sin fecha y con firma ilegible, el encasillamiento que los afectaba, sin designarles a muchos de ellos las funciones específicas que debían desarrollar, para así, lógicamente, entregarles posteriormente cualquier función que nada tuviera que ver con lo que, de acuerdo con su encasillamiento, debieran realizar, o simplemente no entregarles ninguna función, como sucede con muchos funcionarios de INDAP a lo largo del país, que en estos momentos están condenados exclusivamente a cobrar sus sueldos, porque no se les asigna ningún trabajo,. . .
El señor NUÑEZ.-
Indique casos concretos.
El señor CARRASCO.-
Le voy a leer una carta, no pierda cuidado, no de uno, sino de todos los de una zona.
Es decir, se trata de desmoralizarlos o degradarlos moralmente, arrinconándolos incluso fuera de sus oficinas y sin ningún papel que jugar en el trabajo que ellos sentían como propio: el proceso de la reforma agraria, el trabajo con los campesinos chilenos.
Es más, se cayó inmediatamente en la ilegalidad. Sin esperar la aprobación de la Contraloría, a fines de diciembre de 1970 se procedió a pagar las diferencias, desde el 1º de enero de 1970, a quienes habían sido favorecidos por ascensos con el encasillamiento del actual Gobierno.
En marzo de 1971 se presentaron alrededor de ochenta apelaciones por injusticias en el encasillamiento. Muchos no quisieron presentarlas, porque sabían la suerte que iban a correr. Todas fueron rechazadas por el Consejo de INDAP, salvo cuatro que no lo fueron por terminantes y claras disposiciones del Estatuto del Personal.
¿Qué hizo la Contraloría? Por oficio Nº 33.958, de 20 de mayo de 1971, que tengo en mi poder, por tercera vez devolvió al Vicepresidente del INDAP las resoluciones con "su encasillamiento" sin tramitar, por ilegal. Creo que es interesante que los señores parlamentarios conozcan el contenido de este oficio. Dice así: "Devuelve nuevamente sin tramitar las resoluciones Nºs. 1.156, 1.157, 1.158, 1.159 y 1.160, de 1970, del Instituto de Desarrollo Agropecuario y contesta presentación de don Eduardo Gamboa Cornu", Jefe Zonal del área del INDAP en Aisén.
"La Vicepresidencia Ejecutiva del Instituto de Desarrollo Agropecuario, mediante oficio Nº 634, de 1971, ha insistido en la tramitación de las resoluciones del rubro referidas a la materia indicada y que fueran devueltas por esta Contraloría General, en mérito de las consideraciones contenidas en los oficios Nºs. 8.799 y 19.859, del año en curso.
"Hace presente ese Instituto que bien pudo modificar el encasillamiento retirado, por cuanto él no se había notificado al personal, señalando, además, que como con arreglo a lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 29 del Estatuto del Personal del Servicio, dicha notificación configura un trámite obligatorio para la validez del proceso de encasillamiento, puesto que a partir de ese instante el personal puede deducir ante el Consejo las reclamaciones pertinentes, es dable sostener que tal encasillamiento adolecía de un vicio que obstaría a su legalidad.
"Sobre el particular el infrascrito" -el Contralor-"cumple con señalar" -muy claro, señor Presidente,- "que ha ponderado debidamente los motivos invocados por ese Servicio, no obstante lo cual ha arribado a la conclusión de que ellos no alteran los presupuestos que en forma extensa y circunstanciada sirvieron de fundamento a las objeciones que a tales resoluciones les fueran formuladas a través de los citados pronunciamiento de esta Contraloría General, toda vez que ellas fueron consideradas en las oportunidades anteriores en que se estudió la materia. En consecuencia" -dice el Contralor- "no cabe a este Organismo otra cosa que ratificar sus anteriores pronunciamientos, los que en esta ocasión se ratifican.
"Por ello, entiende este Contraloría General que ese Servicio debe remitir a su trámite de toma de razón el encasillamiento que originalmente fuera efectuado para el año 1970 en ese Instituto."
Esta es la tercera negativa de la Contraloría para aceptar el encasillamiento, que, a la fuerza, le quería hacer tomar razón el señor Adrián Vásquez.
¿Qué hizo entonces el señor Adrián Vásquez? Recurrió al Ministro de Agricultura, y éste, a su vez, al Presidente de la República, para solicitar un decreto de insistencia, única forma de vestir con un ropaje de legalidad tan abierta y abusiva ilegalidad, como se desprende de lo obrado por la Contraloría.
Para nosotros, este acto, tan grave por sus futuras proyecciones en la Administración Pública y en la carrera funcionaria, obedece a dos hechos fundamentales. Uno, de carácter administrativo: darle una salida legal a la ilegalidad de cancelar, antes de que se tome razón, un encasillamiento. Si se hubiera aceptado el rechazo, muchos funcionarios deberían haber devuelto el dinero mal recibido y los jefes deberían haber respondido de esta actitud. Otro motivo, de carácter político: aceptar el criterio de la Contralo-ría significaba, simplemente, producir hondas trizaduras en el movimiento político denominado MAPU, y entre el MA-PU y el propio Ministro de Agricultura. Todos sabemos que es el MAPU el que conduce toda la actividad del Ministerio de Agricultura, y no aprobar el encasillamiento que ellos hicieron a través de la Asociación Nacional de Trabajadores del INDAP, ANATI, para sus compañeros, la mayoría también del MAPU, habría traído consecuencias políticas que el señor Ministro de Agricultura no quiso afrontar, prefiriendo antes faltar a su promesa que defraudar a sus camaradas de Partido.
Protestamos por esta abierta arbitrariedad, pues, una vez más, nos prueba, como lo dijo nuestro Senador Benjamín Prado en la Cámara Alta, que el señor Allende se mantiene peligrosamente al filo de la ley y de la Constitución. Pero, una vez más, le advertimos que este juego es peligroso y que en cualquier momento puede resbalar, con graves consecuencias para el país, por no tener la suficiente fuerza de voluntad como para detener los excesos a los que generalmente sus colaboradores lo están llevando.
Por último, señor Presidente, para responderle al colega que me dijo que le indicara casos concretos, quiero leerle un párrafo de una carta abierta que funcionarios de INDAP de la provincia de Magallanes le mandaron al señor Presidente de la República.
"Como funcionarios leales a nuestra doctrina", -dicen estos funcionarios- "esperábamos que se nos llamara a aunar nuestros esfuerzos en bien del sujeto de nuestra acción; pero otra ha sido la realidad. Pareciera que el hecho de ser democratacristianos nos hubiera cubierto de un manto de lepra..."
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me perdona, señor Diputado? Terminó el tiempo especial del Comité Demócrata Cristiano.
Puede continuar Su Señoría en el turno del Comité Demócrata Cristiano.
El señor CARRASCO.-
".. .y desde que asumió su mandato, ejecutivo de INDAP Magallanes nos mantienen desde octubre de 1970 hasta la fecha sin hacer absolutamente nada, salvo cobrar con vergüenza los sueldos no justificados con trabajo efectivo. Ignoramos por cuánto tiempo durará esta situación. Tenga Vuestra Excelencia la seguridad de que si se nos hubiera hablado, con dignidad y respeto como personas, hubiéramos facilitado cualquiera determinación. Absolutamente nada se nos ha dicho.
"Por este hecho, recurrimos a Vuestra Excelencia; no acusamos de persecución política, creemos que existe una evidente inconsecuencia entre lo que Vuestra Excelencia expone y solicita de los trabajadores y las medidas llevadas a cabo por ejecutivos de INDAP, Magallanes.".
Este es un párrafo, señor Presidente, de una carta dirigida a Su Excelencia por don Jorge Magaña Reyes, Presidente de los democratacristianos de INDAP en Punta Arenas, y por don René Espinoza, Secretario.
Creemos que estamos probando fehacientemente que lo que aquí afirmamos obedece a una estricta realidad.
El tiempo restante, señor Presidente, lo vamos a reservar para una segunda oportunidad.
-Aplausos en galerías.
El señor FUENTES, don César Raúl(Vicepresidente).-
Advierto a los asistentes a tribunas y galerías que no pueden hacer manifestaciones.
¿Su Señoría manifestó su voluntad de reservar el tiempo del Comité Demócrata Cristiano?
El señor CARRASCO.-
Sí.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
En el turno siguiente, corresponde hacer uso de la palabra al Partido Nacional.
Ofrezco la palabra.
El señor PHILLIPS.-
Vamos a reservar el tiempo en la misma forma planteada por la Democracia Cristiana, Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El Partido Nacional ha manifestado la voluntad de reservar el tiempo.
El turno siguiente corresponde al Comité del Partido Comunista.
Ofrezco la palabra.
El señor INSUNZA.-
Reservamos el tiempo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Corresponde, a continuación, el turno al Partido Radical.
Ofrezco la palabra.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Con el mismo derecho, reservamos el tiempo, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité Socialista.
El señor GONZALEZ.-
Reservamos el tiempo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Sus Señorías reservan el tiempo. Perfectamente.
En el tiempo del Comité Independiente, ofrezco la palabra.
El señor KLEIN.-
No están.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ofrezco la palabra.
Corresponde hacer uso de la palabra al Comité Demócrata Cristiano.
Tiene la palabra el Diputado señor Aylwin.
Perdón, señor Diputado. Se ha anunciado por la Mesa de la Corporación que en el momento en que llegue un proyecto de acuerdo, se le dará lectura por parte del señor Secretario. Esto es para que los señores Diputados tengan la oportunidad de hacer presente cualquier petición a su respecto, peticiones que podrán hacerse hasta la hora de cierre del debate.
El señor Secretario tiene la palabra.
El señor LEA-PLAZA (Secretario).-
Proyecto de acuerdo de los señores Aylwin, Carrasco y Monares, apoyados por el Comité Demócrata Cristiano:
"Reunida la Cámara de Diputados en sesión especial para tratar diversas denuncias de persecución funcionaría en el Instituto de Desarrollo Agropecuario y los efectos de un decreto de insistencia con el que se pretende imponer un encasillamiento del personal objetado por la Contraloría General de la República, acuerda:
"1º-Repudiar categóricamente que por la vía de la insistencia se pretenda imponer y legitimar un encasillamiento de los funcionarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario que ha sido declarado ilegal en tres oportunidades por la Contraloría General de la República;
"2º-Señalar que dicho procedimiento constituye un abierto atentado contra la carrera funcionaría dentro del Instituto de Desarrollo Agropecuario y un grave precedente para toda la Administración Pública, pues importa desconocer unilateralmente por un Gobierno las normas legales que constituyen el estatuto o contrato de los funcionarios públicos y dejar a dichos servidores sujetos a la arbitrariedad y al margen del amparo imparcial y especializado de la Contraloría General de la República; y
"3º-Designar una Comisión Especial Investigadora, con la misma proporcionalidad de la de Gobierno Interior, encargada de conocer e investigar los abusos que se hayan cometido al practicar el encasillamiento impugnado y proponga a la Cámara la legislación que proceda para corregir dichas situaciones y, especialmente, para que estudie los alcances de un decreto de insistencia, tratándose de la carrera de los funcionarios públicos, en relación con la estabilidad de los funcionarios y la dignidad y justicia en su carrea."
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
En el tiempo del Comité Demócrata Cristiano, puede hacer uso de la palabra el Diputado señor Aylwin.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Señor Presidente, los Diputados democra-cristianos hemos pedido esta sesión especial para protestar por diversos actos de persecución dentro del Instituto de Desarrollo Agropecuario; y, especialmente, para llamar la atención sobre la gravedad de un decreto de insistencia que significa, a nuestro juicio, un grave atentado contra la carrera funcionaría y contra normas fundamentales de ética administrativa.
En primer término, quisiera agradecer a todos los Diputados no democratacristianos que están presentes en la Sala, que son muy pocos; a los Diputados del Partido Nacional presentes, porque han contribuido a dar quórum para que esta sesión de realice; y también a los Diputados de Gobierno, porque nos dan oportunidad de expresar ciertas cosas, en el ánimo de que entiendan exactamente la gravedad del problema planteado. Esta sesión es de protesta; pero, al mismo tiempo es de diálogo. Y creemos que si han venido Diputados de Gobierno aquí, es. . .
El señor KLEIN.-
; . . . para contestarles a ustedes!
El señor AYLWIN (don Andrés).-
.. .con el ánimo, no sólo de defender sus posiciones, que posiblemente están obligados a defendarlas, sino también habrán venido a escuchar. Y me alegro de que vengan a escuchar, y agradeceríamos a ellos que transmitieran a las personas del Gobierno lo que nosotros estamos diciendo en esta sesión.
El señor ACEVEDO.-
Cosa que ustedes no hacían.
El señor AYLWIN (don Andrés). -
Muy a menudo lo hicimos, colega. Veníamos acá y escuchábamos y transmitíamos, muchas veces, las cosas que ustedes nos decían, cuando las encontrábamos razonables . . .
El señor MONARES.-
Venían los Ministros.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados evitar los diálogos.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Quisiera empezar, señor Presidente, haciendo notar algo muy simple y sencillo. Los funcionarios públicos, cuando entran a la Administración Pública, no celebran propiamente un contrato como un obrero o un empleado particular. Ellos se encuentran regidos por leyes y reglamentos que constituyen el estatuto jurídico o contrato que reglamenta sus funciones y derechos, y toda su carrera funcionaría.
El señor KLEIN.-
Así debería ser.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
En esta forma, señor Presidente, cuando se comete un atentado contra los funcionarios en su carrera, cuando se impone por un decreto de insistencia la ilegalidad, se está atentando no sólo contra las leyes existentes, sino que -algo mucho más grave aún- se está atentando contra el contrato a cambio del cual el funcionario público vende o entrega su trabajo al Estado. Este atentado es, por ello, igualmente grave, o más aún, que el que consuma el latifundista o el empresario privado que deja de cumplir el contrato con sus trabajadores. Creo que este hecho primero y fundamental es muy conveniente tenerlo presente.
Pienso que los colegas de Gobierno posiblemente van a dar algunas razones legales para defender la posición de los sectores oficialistas en este aspecto, porque siempre, frente a este tipo de problemas, se pueden dar explicaciones y siempre las cuestiones jurídicas dan origen a interpretaciones. Y si nosotros en esta sesión deseábamos reservar parte de nuestro tiempo para el final era, justamente, porque queríamos escuchar de ellos las razones jurídicas que podían dar para fundamentar las posiciones del Gobierno.
Yo comprendo que los parlamentarios que estamos dentro de esta Sala podemos dar muchos argumentos jurídicos contradictorios, pero, en el fondo, jamás nunca lo que nosotros digamos aquí tendrá el valor de lo expresado por un organismo especializado en cuestiones de la Administración Pública, por el organismo superior encargado de fiscalizar la legalidad de los actos jurídicos, por el organismo más especializado en todo lo que se relaciona con los funcionarios públicos y su carrera administrativa. Y lo inamovible es que la Contraloría General de la República, en tres oportunidades, en el mes de febrero, en el mes de abril y en el mes de mayo, en dictámenes categóricos, ha establecido la absoluta ilegalidad del encasillamiento del personal del INDAP que impugnamos. Y justamente para procurar salvar esta ilegalidad manifiesta, se ha dictado un decreto de insistencia.
La Contraloría General de la República tiene su doctrina, tiene su jurisprudencia, que mantiene aunque los gobiernos vayan cambiando, y siempre ha estimado que esta posibilidad de encasillamiento en instituciones, como es el caso del Instituto de Desarrollo Agropecuario, pueden ejercerla el Ejecutivo y el organismo respectivo una sola vez, y después se produce lo que pudiéramos llamar el desasimiento de la facultad administrativa.
Pues bien, en septiembre de 1970, después de confeccionadas las plantas del INDAP y cumpliendo con disposiciones muy clara -el artículo 24 y siguientes del R. R. A. 22, del año 1963, y las disposiciones sobre planta única de los servicios del agro del D. F. L. 1, de 1970-, se procedió a encasillar al personal del INDAP, recurriendo para esto al plazo, bastante breve, que las leyes señalan. Habiéndose hecho este encasillamiento en septiembre del año 1970, ninguna razón puede legitimar que él se retire después, en noviembre, de la Contraloría General de la República y se vuelva a hacer uno nuevo, totalmente distinto, a fines del año 1970, concretamente en diciembre de 1970, es decir, tres meses después que el encasillamiento se había hecho legal-mente.
¿Qué razón se ha dado para justificar esta situación? Una sola: se ha dicho que ese encasillamiento primitivo no había sido notificado a todos los funcionarios. Al respecto, la Contraloría General de la República tiene una larga trayectoria y una larga jurisprudencia, que establece que este tipo de notificación puede hacerse en diversas formas, y la verdad es que se hizo sobre la base de entregarla a los jefes de servicio, a los jefes de oficina, los cuales la pusieron en conocimiento del personal. Pues bien, yo quiero ponerme aún en el caso de que existiese este vicio, de que no se hubiera hecho esta notificación. El menor criterio jurídico nos indica que lo único que se puede hacer en tal caso, de existir el vicio de no haberse hecho la notificación, es proceder a hacerla, pero no se puede, con este pretexto, hacer un encasillamiento totalmente nuevo.
Señor Presidente, al margen de los aspectos legales que señalo, deseo hacer notar que la forma como se ha actuado violenta compromisos morales contraídos; violenta, a mi juicio, el espíritu de las garantías con que el señor Allende llegó a ocupar la Presidencia de la República; violenta conversaciones que nosotros tuvimos con parlamentarios y dirigentes. Y siento que no esté presente, por ejemplo, el colega Julio Silva, que un día tomó la iniciativa de hablarnos sobre la forma en que el Gobierno tenía la voluntad de proceder dentro de la Administración Pública.
Y me remito también a las conversaciones a que se refirió mi colega Balde-mar Carrasco.
Señor Presidente, jamás en nuestra legislación positiva, un decreto de insistencia ha servido para legitimar la ilegalidad. Don Enrique Silva Cimma, profesor de Derecho Administrativo, ex Contralor General de la República, y el hombre a quien el Gobierno está proponiendo para integrar el Tribunal Constitucional, expresa en su "Derecho Administrativo Chileno y Comparado", página 345, del tomo I: "Como hemos repetido hasta el cansancio, el decreto de insistencia no es un instrumento de que pueda disponer el Ejecutivo para actuar indiscriminadamente en la ilegalidad ni siquiera tampoco bajo ciertos y determinados respectos".
Pero yo quiero señalar más que eso, señor Presidente. Si nunca un decreto de insistencia puede imponer la ilegalidad, o la arbitrariedad, ello es mucho más evidente desde todo punto de vista jurídico y moral, tratándose de la carrera de los funcionarios públicos. Y ello, por una razón muy simple, que cualquiera puede entender: el Estado, representado por el Gobierno, es el empleador de los funcionarios. Y, en esta forana, si el funcionario es quien vende su trabajo a esa Administración Pública, lo lógico es que siempre la Administración Pública esté bajo el control de alguien; y ese alguien es, necesariamente, la Contraloría General de la República.
Porque yo me pregunto, señores Diputados: ¿a qué excesos se puede llegar? ¿Quiénes son los que hacen los encasillamientos? ¿Son los funcionarios? ¿Es posible pensar entonces que los funcionarios se autocalifiquen; y que esta auto calificación pueda hacerse al margen absoluto de la ley, y después imponerse a través de un decreto de insistencia? ¿Puede pensarse en tal arbitrariedad? Pero hay otra razón por la cual, en este caso, es moral, y jurídicamente improcedente este decreto de insistencia. Y esta razón no es otra que, si siempre la opinión de la Contraloría General de la República tiene extraordinario valor en lo que se relaciona con la ilegalidad de los actos administrativos, este peso es aún mucho mayor cuando se relaciona con los funcionarios públicos y la carrera funcionaría, porque la Contraloría es, precisamente, el organismo especializado en esta materia, que mantiene una larga doctrina que va más allá de los cambios de Gobierno.
Señor Presidente, yo sé que podríamos hablar mucho más sobre este encasillamiento arbitrario desde el punto de vista legal, pero sólo quiero señalar, muy brevemente, algo que tiene relación con un tipo de propaganda que el Gobierno hace reiteradamente por radio. Y yo estoy de acuerdo, en parte al menos, con esa propaganda, cuando se pide al pueblo que trabaje más, cuando le piden al funcionario que trabaje más, cuando piden a todos los chilenos que trabajen más. Entiendo que, en definitiva, Chile no puede salir adelante sino sobre la base de que todos trabajemos más; pero me pregunto: ¿qué sentido tiene esa campaña? ¿Para qué sirve esa campaña mientras, por una parte, se hace y se dice eso y, por otra, se cometen tan graves injusticias como las que están ocurriendo en INDAP y en muchos otros servicios de la Administración Pública? ¿Qué sentido tiene esa campaña y cómo esperar que los funcionarios se sientan motivados a trabajar más si se cometen tan graves atentados como algunos a los cuales me referiré muy brevemente.
A Héctor Muñoz Valenzuela, egresado de la Escuela de Cooperativismo de la Universidad de Chile, con amplios estudios sobre la materia, funcionario modelo dentro del Instituto de Desarrollo Agropecuario, ¿saben, señores Diputados, dónde lo tienen en este momento? Realizando funciones de oficial administrativo en una bodega del INDAP.
¡Y cuántos otros casos! Ahí están Julio Illanes, Gabriel Téllez, Jorge Barudy, Daniel Díaz, Carlos Escudero, Armando Tudela y muchos más. Todos funcionarios eficientísimos y, muchos de ellos, condenados a la ociosidad.
Yo no voy a entrar en la casuística, ni voy a referirme a las personas que han dado saltos espectaculares dentro del INDAP, porque queremos que una Comisión estudie seriamente cada caso. Y no quisiera tampoco denunciar a ninguna persona sin haber visto personalmente, cada caso a través de una Comisión de la Cámara de Diputados.
Hay un hecho curioso, señor Presidente. Tenemos aquí un documento, un oficio interno de INDAP, que dice:
"Instituto de Desarrollo Agropecuario "INDAP".
Sección Personal.
A la señora María Parada T.
Sub. de Personal.
Del señor Mario Weitzel P., Director V Zona.
Materia, envía antecedentes que indica."
"Adjunto al presente, tengo el agrado de remitir a Ud., para su conocimiento y trámite correspondiente, la documentación que se indica de don Luis Eduardo Burdos Garrido, quien ha sido designado por el Partido Radical para ocupar el cargo de Jefe Zonal de Administración en esta Zona."
Yo me pregunto, señor Presidente: ¿vamos a conseguir que la gente trabaje más, si no hay justicia; si la carrera funcionaría no sirve para nada; si los cursos de perfeccionamiento no tienen importancia; si el trabajo efectuado con honestidad carece de valor; si los nombramientos y ascensos se hacen en las directivas de los partidos políticos; si esos partidos políticos imponen el encasillamiento y si, en definitiva, aunque ese encasillamiento sea declarado ilegal por la Contraloría General de la República se impone, en todo caso, mediante un decreto de insistencia?
¿No se entiende, señor Presidente y señores Diputados, la gravedad de los hechos que nosotros denunciamos?
Señor Presidente, yo quisiera reservar, por lo menos, algunos minutos para el final. . .
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Diputado, para poder reservar tiempo, como estamos en la segunda vuelta, se necesita el asentimiento unánime de los señores Diputados.
Solicito el asentimiento. . .
El señor ACEVEDO.-
Si se requiere réplica, después le damos tiempo.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
¿No me lo dieron?
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
No hay acuerdo.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Sigo hablando, entonces.
¿Cuánto tiempo me queda?
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
14 minutos.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Señor Presidente, nosotros vamos a pedir la designación de una Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados. Queremos que se estudie por esta Comisión en qué medida funcionarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario han sido injustamente postergados, y también en qué medida otros funcionarios han dado saltos espectaculares en el escalafón, al margen de sus antecedentes, al margen de su carrera funcionaría.
Pero dejo muy en claro que, si nosotros pedimos esta Comisión Investigadora, no es tanto con el ánimo de escarbar situaciones particulares, sino, mucho más que eso, con el ánimo de estudiar el significado profundo y la gravedad que tienen los decretos de insistencia dentro de la Administración Pública, con el fin de buscar un tipo de legislación que no sólo haga justicia a los funcionarios que ya han sido perseguidos y postergados por este decreto de insistencia, sino también permita tomar las medidas necesarias para que en el futuro estas situaciones no se vuelvan a producir.
Señor Presidente, yo quisiera señalar, al margen de este asunto, por qué le atribuyo una importancia excepcional a este problema. Le atribuyo una importancia excepcional justamente por lo que muy brevemente señalaba denantes: la solidaridad, el esfuerzo, la necesidad que tenemos todos de trabajar por engrandecer a Chile, la voluntad que existía -y creo que todavía existe- especialmente en los funcionarios del INDAP y en los funcionarios de la CORA comprometidos con el proceso de la reforma agraria, comprometidos con el proceso de cambios, de trabajar. Creo que vale la pena analizar cómo se está malogrando este buen espíritu de tanta gente. Al respecto, ya nos leía el DiputadoBaldemar Carrasco una carta profundamente expresiva de los funcionarios democratacristianos del INDAP en la provincia de Magallanes.
Pero el problema es m��s profundo todavía, por una razón que muy brevemente voy a dar, saliéndome, tal vez, un poco del tema. En estos momentos se está caminando hacia la construcción del socialismo. En este momento, múltiples empresas están pasando a poder del Estado, múltiples empresas están pasando, o irán pasando, a poder de los trabajadores. Nosotros creemos seriamente que esto abre posibilidades enormes para Chile. Y cuando se expropia la industria Yarur, y cuando Yarur pasa a ser -o pase a ser- de los trabajadores, nosotros -lo digo personalmente, y creo que interpreto a mis colegas de Partido- más allá de las críticas que podamos hacer, a los procedimientos, aplaudimos esa determinación, en cuanto abre la posibilidad para que el trabajador sea el sujeto de la historia.
Y no podríamos oponernos por una razón muy simple: porque el proceso de participación del pueblo lo iniciamos nosotros, y lo iniciamos en 1.200 empresas campesinas, algunas tal vez muy pequeñas, otras más grandes, donde los trabajadores empezaron a ser actores del proceso de cambios en Chile. Nosotros aplaudimos el proceso de participación de los trabajadores, por muchas razones, entre otras, por circunstancias que cada uno de nosotros ha constatado en su vida práctica. Dentro del régimen capitalista, nosotros tenemos plena conciencia de que no se le puede exigir mayor esfuerzo al trabajador, pues éste sabe que ese esfuerzo no va en beneficio suyo, sino en beneficio de un gran empresario o de una minoría.
Por eso los aplaudimos; porque creemos que en un régimen donde los trabajadores tengan real participación, habrá solidaridad, y todos podrán hacer un esfuerzo en común para levantar a la clase trabajadora y para levantar a Chile.
Pero, justamente, este problema se relaciona con lo que aquí planteamos. Y se relaciona porque, aunque un mero sistema de organización de la República técnicamente sea bueno, tampoco se va a poder conseguir la solidaridad de los trabajadores si hay sectarismos, si se divide al pueblo, y si, en definitiva, la posibilidad de que el trabajador se realice integralmente, de que suba y ascienda, no va a depender de su esfuerzo; no va a depender de su capacidad; no va a depender de los cursos que siga; no va a depender de su inteligencia, de su constancia, de su honradez; sino que va a depender exclusivamente de lo que se determine con sectarismo dentro de los partidos políticos.
Por eso, cuando los funcionarios perseguidos de INDAP, personas que más que ninguna otra están plenamente comprometidas en el proceso de reforma agraria y en el proceso de cambios, personas que no tienen miedo al socialismo, ni a la participación de los trabajadores, nos han traído hoy día aquí, a esta Cámara, este problema, nosotros se lo agradecemos; porque no sólo nos dan la posibilidad de reclamar y protestar por una arbitrariedad, grave para ellos y para otros funcionarios, sino también porque nos dan la oportunidad de plantear problemas que interesan a Chile, que interesan a todos los partidos políticos y que, especialmente, interesan a la clase trabajadora.
Nada más.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
En el tiempo del Comité Demócrata Cristiano, ofrezco la palabra.
El señor CARRASCO.-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
Restan siete minutos al Comité Demócrata Cristiano.
El señor CARRASCO.-
Señor Presidente, nosotros lamentamos verdaderamente el criterio sostenido por los colegas de Gobierno, al negarse a entablar un diálogo con los bancos democratacristianos para poder responder las aseveraciones que ellos formulan. Nosotros creemos que, cuando se actúa con este criterio, se parte casi derrotado, con la seguridad de que ya no se tiene la razón y no hay argumentos con que defender una verdad, que en forma tan débil se quiere sostener.
A nosotros, señor Presidente, nos preocupa la situación de los funcionarios de INDAP por la significación que éste tiene, en este momento, en el desarrollo de toda la actividad campesina.
El propio Presidente de la República, en todos sus discursos, ha sostenido la necesidad de cuidar los factores económicos en este país: el cobre y la agricultura. Sin embargo, en ninguna de estas dos tareas que tiene por delante el país, sus colaboradores han sido consecuentes.
Todos sabemos lo que pasa en el cobre.
No es materia de este debate. Pero todos también sabemos lo que está sucediendo en la agricultura. Hay personas que durante seis años, incluso muchos funcionarios que desestimaron puestos mejor remunerados, estuvieron, en el gobierno pasado, colaborando activamente, de corazón, en la tarea de hacer la reforma agraria, para "entregar" dignificación al campesinado, con infinidad de cursos de capacitación, con cientos de horas de organización. Hoy el país los ve marginados, sin poder aportar su capacidad técnica, sólo por un mero capricho político de quienes no ven otra cosa en sus adversarios políticos que no sea un motivo para sacar provecho o prebendas políticas mezquinas.
Es por eso, señor Presidente, que, como chilenos, tenemos el deber de hacer un llamado a quienes dirigen, en estos momentos, el país, para que ellos sean incorporados al trabajo pleno; porque estoy seguro de que ningún funcionario de IN-DAP se va a negar a aportar a su país toda esta capacidad técnica, aprendida y adquirida en esos seis años.
¿Cómo es posible, señor Presidente, que funcionarios con cursos en el extranjero, capacitados en el país, sean de la noche a la mañana cambiados por gente venida de la calle, que no conocen más tierra que la que llevan en algunas partes del cuerpo?
Yo lo digo, señor Presidente, porque esto ha sucedido. . .
El señor INSUNZA.-
Los rotos. . .!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CARRASCO.-
Yo no quisiera decirlo pero hay animales que llevan tierra en el cuerpo.
Esto ha sucedido en una provincia tan pequeña, sin ninguna trascendencia política, como es la provincia de Aisén. Funcionarios de capacidad han sido reemplazados por gente venida de la calle, funcionarios provenientes de zonas y de provincias tan importantes como Concepción. El Jefe del Área de Concepción, el veterinario Marcelo Urrutia, fue trasladado al pueblo más chico que tiene la provincia de Aisén, con 300 habitantes, para que allí desempeñe sus funciones. Estos ejemplos esquematizan lo que está sucediendo en todo el país.
Por eso, todo este diálogo tiene que servir para que los que están gobernando este país abran los ojos a una realidad política y puedan ver más allá de sus mezquinos intereses políticos. A este país, como lo hemos dicho durante tanto tiempo, no lo va a sacar nadie de su estancamiento económico, si todos no hacemos un gran esfuerzo por realizar, sin cerrar los ojos ante el dogmatismo, y crear posibilidades de trabajo y posibilidades de incorporar a todos en plenitud a esta labor por la cual estamos luchando.
Nada más.
El señor PONTIGO.-
¡Cualquiera creería que es cierto lo que dice!
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Demócrata Cristiano.
El turno siguiente corresponde al Comité Nacional.
El señor PHILLIPS.-
Pido la palabra.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, es nuestro pensamiento invariable que las persecuciones de carácter político en la Administración Pública no son convenientes a los intereses de la Nación.
Al oír, esta noche, las palabras dolidas de mis colegas Diputados democratacristianos, pensaba un poco, retroactivamente, que la misma persona que es responsable de los vicios que ellos señalan, ejecutó las mismas cosas, en su tiempo, contra otras personas. Y esto es innegable. Ahí están las decenas de listas con los hombres y los funcionarios que fueron cambiados por otros. Pero la capacidad, sostenemos, no la dan los partidos políticos, sino que la da la eficiencia funcionaría. Y a decir verdad, tal vez por efecto de la Ley de Inamovilidad Funcionaría, para ser profundamente honrado, hay tal vez mucho menos persecución hoy día que la efectuada, hace algún tiempo, en un comienzo, por el señor Chonchol. Y digo esto sin ningún ánimo revanchista, porque la gente está ubicada en otros cargos, y a nosotros no nos agrada ni queremos ser partícipes, que se persiga a personas por pertenecer a determinada tendencia política.
Creemos, sí, que ciertos puestos claves deben estar en manos del Gobierno que triunfa, como se ha hecho inexorablemente en Chile. ¿Hasta dónde llegan estos niveles? Llegan indiscutiblemente, a nuestro entender, a los más altos estratos solamente. Cuando se quiere continuar en ellos, evidentemente ya es otra cosa. Según me he impuesto por el diario "La Prensa", ocurre otro tanto en Correos y Telégrafos y en otras actividades.
Pero voy a centrar, señor Presidente, mi modesta intervención en la parte agraria. Desgraciadamente, nosotros no estamos en conocimiento de los compromisos que, sobre esta materia, pueda haber tenido el Senador Valenzuela con un Ministro de Estado. Creemos que debe ser una norma general que los funcionarios tengan su escalafón y lleguen a las más altas categorías por sus méritos y por su trabajo. Y en esta línea vamos a estar, sea cual sea el Gobierno o la gente que se quiera colocar encima de estos funcionarios. Porque hemos visto que esta misma persona ha procedido del mismo modo dentro de organismos distintos, pero en el fondo de reforma agraria, que son idénticos en su concepción de trabajo y que no tienen los mismos problemas estando manejados por personas de otros partidos políticos. No he visto que en CORA se haya perseguido a nadie. No estoy de acuerdo, en algunas cosas, cómo se ha aplicado la reforma agraria. Pero hemos visto, señor Presidente, con inquietud...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS.-
Pero hemos visto personalmente. . .
El señor TUDELA.-
Está mal informado.
El señor PHILLIPS.-
Estoy perfectamente bien informado.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS.-
Lo que pasa es que Sus Señorías rasgan sus investiduras y se olvidan de lo que hicieron ayer.
-Risas.
El señor PHILLIPS.-
Y esto es lo grave del problema. Este mismo señor, en el tiempo del señor Frei, cometió las mismas barbaridades que se hacen hoy día. Es el mismo señor. Desgraciadamente para los intereses del país, este señor es nefasto. Y es nefasto incluso bajo el pensamiento marxista, porque hay gente que estuvo en Cuba y conoce el propio pensamiento de Fidel Castro sobre este personaje en materia de reforma agraria. Aquí ha obligado la gente de ese partido político minúsculo, a colocar ciertos jefes de zonas, que han atropellado a funcionarios que tienen título técnico, como el de ingeniero agrónomo, para ser jefes de zonas; personas incluso pertenecientes a la Unidad Popular, personas con experiencia en el extranjero. Para contentar, dentro del concepto del señor Chonchol, a la gente del MAPU, han colocado determinadas personas como jefes de zonas, que, a mi entender, no reúnen los requisitos. Y de ahí viene, indiscutiblemente, una serie de tropelías que se han cometido en el orden agrario, que nosotros, hace dos o tres meses, señalamos en esta Corporación, y cuyas consecuencias no las van a pagar los Partidos de Gobierno, sino el país entero.
Nosotros no queremos, señor Presidente, entrar a dar listas de funcionarios, ni a quejarnos, dolidos, por lo que ocurrió o no ocurrió en otra época.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor TUDELA.-
¿Por qué no da nombres? Su Señoría no tiene antecedentes.
El señor PHILLIPS.-
Los tengo y se los puedo dar; así como cité el del veterinario, le puedo señalar una serie de nombres; le puedo nombrar otros veterinarios; le puedo dar una infinidad de nombres.
El señor TUDELA.-
Dé los nombres.
El señor PHILLIPS.-
Yo creo que no conduce a nada...
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Phillips, le ruego dirigirse a la Mesa y evitar los diálogos.
Señores Diputados, si Sus Señorías desean solicitarle una interrupción al señor Phillips, háganlo; pero no interrumpan el discurso del señor Diputado.
Puede continuar el señor Philips.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, han pasado seis años; pero mi memoria no es tan frágil. Como han hablado de veterinario, yo le puedo dar el nombre del veterinario señor Cortés, que era el Jefe del Área de la zona de Angol, provincia de Malleco -aquí hay dos Diputados que lo pueden decir-, que fue trasladado cinco veces: a Lebu, al extremo sur del país y, luego, al extremo norte. Y así tenemos el caso del señor Rodríguez, quien fue cambiado en el INDAP diez veces, hasta que al fin se fue a su casa, porque le quitaron hasta el escritorio. En fin, ¡ para qué vamos a dar nombres y volver sobre lo mismo ! Tenemos que respetar la carrera funcionaría. De una vez por todas, tenemos que...
El señor AYLWIN (don Andrés).-
¿Me concede una interrupción, colega?
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Phillips, el señor Aylwin le solicita una interrupción.
El señor PHILLIPS.-
El señor Diputado no tiene tiempo, señor Presidente, y no le voy a dar el mío.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Un minuto...
El señor PHILLIPS.-
Voy a continuar.
Creemos que la receta aplicada es mala y que trae nefastas consecuencias para los intereses de los trabajadores, de la Administración Pública y, por lo tanto, del país. Estamos en contra de las persecuciones odiosas. Pero no rasguemos vestiduras por lo que ayer hicimos con la otra mano,. . .
El señor TUDELA.-
¡Lo mismo ocurrió con nosotros en 1958!
El señor PHILLIPS.-
. . .sino que busquemos una fórmula -como lo hicimos en la Comisión en que se trató el proyecto de ley de inamovilidad- para darles a los funcionarios, en su carrera, la estabilidad que merecen; no con el propósito de jugar con ellos políticamente, sino en razón de la eficiencia que deben demostrar.
Señor Presidente, le concedo una interrupción a mi colega señor Momberg.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Momberg.
El señor MOMBERG.-
Señor Presidente, quiero aprovechar esta oportunidad para hacer algunas acotaciones respecto de lo expresado por mi colega señor Phillips.
Intervengo en este debate, planteado por la Democracia Cristiana, no para reclamar en relación a este decreto y a las injusticias que se estarían cometiendo, sino, más que nada, porque me ha agradado escuchar las sentidas palabras del señor Aylwin, don Andrés, quien, con toda sinceridad -ésa es mi impresión- manifestaba, gracias a esa manera clara y precisa con que se expresa, cómo en la actualidad se estaría persiguiendo en la Administración Pública a aquellos funcionarios que pertenecen a la Democracia Cristiana.
El señor AYLWIN (don Andrés).-
Así es.
El señor MOMBERG.-
La verdad de las cosas es que lo mismo sucedió, al término del régimen del señor Alessandri, con los miembros del Partido Liberal designados en los puestos vacantes que existían en distintas reparticiones, lo que era muy natural, dado que se trataba de elementos, de gran preparación, que pertenecían al partido político en que uno militaba. Era obvio y natural. Así ha ocurrido siempre en Chile; no es ninguna novedad.
Quiero recordar -y no voy a dar nombres, porque no es conveniente, por muchos motivos- como en la ciudad de Temuco, en mi provincia, tanto en el Servicio de Seguro Social. . .
El señor TUDELA.-
¡Acuérdense de la persecución "alessandrista" !
El señor MOMBERG.
.. .como en la Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas y en la Caja de Previsión de Empleados Particulares, se llegó a tal extremo que,. . .
El señor TUDELA.-
¡ Dé un nombre!
El señor MOMBERG.-
. . .en esa oportunidad, a algunos miembros del Partido Liberal se les había planteado el problema de tener, incluso que renegar de su partido y, poco menos, que aceptar ser democratacristianos, pues, en ese momento, tal era el régimen que imperaba. No se trataba de que carecieran de un pensamiento doctrinario o de que desearan marginarse del partido. El motivo era bien sencillo: simplemente, un problema de supervivencia humana. Al insistir en seguir perteneciendo al partido que lo había colocado, el funcionario, automáticamente, corría el riesgo de ser puesto en la calle, y ello significaba comenzar a buscar dónde encontrar un sueldo para mantener a su mujer, a sus hijos; pagar su casa y sus mínimas necesidades.
Lo que agrada -y lo digo sin el ánimo de polemizar- es que con el correr del tiempo siempre se hace justicia. Era conveniente esta sesión para recordar; no en los pasillos, ni en la calle, pues no viene al caso, ya que son historias del pasado. Pero, ¡qué agradable es saber que se ha sentido en carne propia lo que nos pasó a nosotros en el régimen anterior! Con ello no estoy gozando; ni siquiera quiero decir que es buena la venganza. No somos vengativos. Solamente aprovecho esta oportunidad para decir: "Otra cosa es con guitarra". Cuando les están tocando lo que duele, entonces, se dan cuenta de qué es la persecución. ¿Para qué hablamos del Banco del Estado? ¿Para qué hablamos de los veinte mil problemas que se produjeron, cuando en la prensa y en todos los lugares en que había posibilidad de sacar a un miembro del Partido Liberal se hizo lo humanamente posible para que así sucediera? Muchos funcionarios. . .
El señor MOSQUERA.-
¡Ustedes se opusieron a la reforma agraria! ¡Votaron en contra!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Mosquera, ruego a Su Señoría se sirva guardar silencio.
El señor MOMBERG.-
La reforma agraria es otra cosa.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
¡Señor Mosquera !
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
¡Señor Mosquera, ruego a Su Señoría respetar el derecho del señor Momberg!
Puede continuar Su Señoría.
El señor MOMBERG.-
Señor Mosquera usted se puede dar cuenta de cómo duele, y su reacción es la mejor prueba de ello. Yo lo estaba haciendo con la mejor buena fe y con el mejor ánimo. Parece que piqué muy hondo. Me da la impresión de que, en esta oportunidad, toqué la llaga. No creí que iba a ser tanto; pensé que me iban a discutir hasta por ahí no más.
Quería decir estas palabras en la presente oportunidad. Termino repitiendo: "Otra cosa es con guitarra". Lo más doloroso es cuando hay miembros del partido que tienen que renegar de él, porque sus estómagos los obligan, para no perder la pega con la cual mantienen a su mujer y a sus hijos. Esto es lo grave de la situación. Nos pasó en el régimen democratacristiano, cuyas consecuencias estamos pagando en el día de hoy.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CERDA, don Eduardo. (Vicepresidente).-
¡Señor Mosquera! ¡Señor Tudela!
El señor PHILLIPS.-
Concedo una interrupción al señor Guerra.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el señor Guerra.
El señor MOSQUERA.-
; Los "momios" fueron traidores y enemigos de la reforma agraria!
El señor SALINAS (don Anatolio).-
¡Dueños de fundos. . . !
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor GUERRA.-
Señor Presidente, tal como lo ha manifestado el colega Patricio Phillips, los Diputados nacionales repudiamos enérgicamente toda clase de persecución a los funcionarios, cuando son atropellados en los escalafones y cuando, a veces, se les traslada en forma casi injusta. Hemos podido comprobar muy de cerca la incertidumbre que impera en el hogar del funcionario que es trasladado, porque tiene que dejar a su familia, a su mujer, e irse a otras ciudades o a lugares inhóspitos para seguir trabajando. Conozco un caso muy reciente. Casualmente, hoy día, he conversado con don Nelson Ruiz, competente ingeniero del Ferrocarril de Arica a La Paz, profesional que estaba realizando un trabajo de mucha responsabilidad en la sección cremallera de esa empresa ferroviaria. Estaba en el cambio de rieles, función que necesita la vigilancia de un ingeniero, y el señor Nelson Ruiz ha demostrado conocer la parte vías y obras de la empresa mencionada.
Este profesional por el hecho de no pertenecer a determinado partido político, fue trasladado el año 1970, en el gobierno pasado, desde Arica a Santiago. El recurrió a todas las disposiciones que los reglamentos y las leyes establecen en favor de los ferroviarios.
El señor MOSQUERA.-
¡ El 31 de diciembre de 1970!
El señor GUERRA.-
Recurrió a la Contraloría General de la República, organismo que le encontró toda la razón. En efecto, ella emitió el dictamen Nº 52.011, del 10 de agosto de 1970.
El señor VALENZUELA VALDERRAMA (don Héctor).-
¡Pero estamos en junio de 1971!
El señor GUERRA.-
Voy a esa. Pero la Empresa no respetó tal pronunciamiento. Su Jefe, el señor Falcone, insistió en el traslado.
El señor CASTILLA.-
¡Qué tiene que ver con el Gobierno anterior!
El señor GUERRA.-
El señor Nelson Ruiz elevó una nueva presentación a la Contraloría, la cual, por dictamen Nº 59.5.51, de 8 de septiembre de 1970, confirmó el anterior.
Señor Presidente, este ingeniero se encuentra todavía trabajando arrinconado en las oficinas de la empresa, aquí en Santiago, no obstante que sus servicios de especialista en vías y obras se necesitan en Arica; vale decir, que la persecución que él sufrió en el Régimen pasado sigue aún en el actual. El Diputado señor Atencio, uno de los representantes de la zona, ha recogido la petición de los propios obreros de vías y obras, en el sentido de que el señor Nelson Ruiz retorne a su trabajo en el ferrocarril de Arica a La Paz.
De ahí que estime necesario, ya que estamos hablando de persecuciones, poner término a este inicuo y odioso tratamiento de que se ha hecho objeto a un ingeniero competente. Por ello, solicito el asentimiento unánime de la Cámara para enviar un oficio al señor Ministro de Obras Públicas, a fin de que revise todos los antecedentes y el señor Nelson Ruiz pueda volver a su trabajo en Arica.
Nada más.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Solicito el asentimiento unánime de la Sala para acceder a lo solicitado por el señor Guerra.
El señor TUDELA.-
No hay acuerdo.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
No hay acuerdo.
Puede continuar el señor Phillips.
El señor PHILLIPS.-
¿Cuánto tiempo nos queda, señor Presidente?
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Le restan tres minutos a su Comité, señor Diputado.
El señor PHILLIPS.-
Le concedo una interrupción de un minuto al señor Lavandero, señor Presidente; los otros dos me los guardo.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Con la venia del señor Phillips, puede hacer uso de la interrupción el señor Lavandero.
El señor LAVANDERO.-
Señor Presidente, frente a lo que se ha expresado aquí, quiero recordar que, en el Servicio de Seguro Social, el señor Buscaglione, representante del Gobierno en el tiempo del señor Alessandri, permaneció en su cargo durante la Administración del Presidente Frei. Solamente en este Gobierno se le ha perseguido. Está también el caso del señor Armando Jobet, abogado del Servicio de Seguro Social, socialista, a quien no se le tocó durante el Gobierno democratacristiano.
Y no hay que olvidar una cosa importante : nosotros, los democratacristianos, planteamos una iniciativa destinada a reglamentar la carrera funcionaría, la que por desgracia, fue fervorosamente impugnada por los partidos de la Unidad Popular, en circunstancias que significaba darles estabilidad a los funcionarios de la Administración Pública.. .
El señor SALINAS (don Edmundo).-
¡El señor Buscaglione era democratacristiano en ese tiempo!
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Lavandero, ha terminado el minuto que se le había concedido.
Puede continuar el señor Phillips.
El señor PHILLIPS.-
Después de la oposición al oficio solicitado por el señor Guerra, los Diputados nacionales hemos terminado nuestra intervención.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité Comunista.
El señor INSUNZA.-
Pido la palabra.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor INSUNZA.-
Señor Presidente, hemos escuchado con atención, en particular, la intervención del señor Aylwin, don Andrés, y queremos decir que las afirmaciones generales que él hace, en cuanto al respeto de la carrera funcionaría, no pueden ser discutidas por nosotros; y consideramos que si, naturalmente, las cosas operan con ese espíritu, como él lo afirma, sería mejor para el interés del país.
En este mismo momento, una comisión, en la que participan diversos gremios de la Administración Pública y del sector semifiscal, junto con la Central Única de Trabajadores y el Gobierno, estudia una proposición de ley que reglamente la carrera funcionaría y garantice, de una manera más acuciosa, los derechos de todos los trabajadores de ese sector. . .
El señor TUDELA.-
La CUT no garantiza nada.
El señor INSUNZA.-
El señor Tudela hace una observación que, viniendo de quien viene, la voy a dejar sin respuesta.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor MILLAS.-
En ella hay varios dirigentes democratacristianos.
El señor INSUNZA.-
Decía que esas observaciones generales son, precisamente, las que el señor Ministro de Agricultura tuvo en cuenta para solicitar a la Contraloría General la devolución, por intermedio del Fiscal del régimen pasado, de los decretos que fijaban las plantas del INDAP; porque, como desgraciadamente ocurrió, por una actitud irresponsable, no de todos los funcionarios democratacristianos, sino de algunos, la planta del INDAP fue confeccionada de modo tal, que produjo un cúmulo tan grande de incorrecciones que la Asociación Nacional de Trabajadores del INDAP hizo la petición del retiro de dicha planta. En ella se cometían injusticias que van, precisamente, en sentido absolutamente contrario a las observaciones formuladas aquí por el señor Aylwin, incorrecciones que fueron cometidas por funcionarios democratacristianos.
La nueva planta determinaba, por ejemplo, "saltos con garrocha", de funcionarios, de hasta 10 grados. Y hay casos concretos, con nombres que podemos leer: el señor Enrique Maldonado Hernández, subía 9 grados; el señor Armando Docman Leal, 8 grados; el señor Juan Becerra Olivares, 8 grados; el señor Eduardo Gamboa Cornu, 10 grados; el señor Mario Fernández Rodríguez, 5 grados; el señor Armando Hinostroza Martínez, 6 grados, etcétera; la señora Lidia Flores, el señor Luis Silva, el señor Aquiles Lagniel, 10 categorías cada uno.
¿Cuál era la irregularidad principal? ¿Por qué se había podido cometer este tipo de injusticia? Porque el antiguo Vicepresidente de INDAP había operado de una manera fraudulenta, de una manera que no tiene nada que ver con la participación de los trabajadores. El señor Aylwin ha rasgado aquí vestiduras. Y nosotros consideramos que es probable -estamos casi seguros, más bien seguros- que lo ha hecho honestamente.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Señor Insunza, el señor Aylwin, don Andrés, le solicita una interrupción.
El señor INSUNZA.-
Si él tuviera tiempo. . . porque ocurre que yo dispongo de los escasos minutos del Comité Comunista. Si le concedo la interrupción, no podría completar mi planteamiento.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
El señor Aylwin no dispone de tiempo. Sólo con asentimiento unánime podría concedérsele la palabra.
El señor ACEVEDO.-
No hay acuerdo.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
El señor Insunza no desea conceder interrupción.
Puede continuar Su Señoría.
El señor INSUNZA.-
Continúo.
Ha habido, decía, una actuación fraudulenta del antiguo Vicepresidente del INDAP que ha generado esta situación. Hay que preguntarse por qué -según los mismos datos entregados aquí por los parlamentarios democratacristianos- en noviembre la Contraloría no tomaba razón de un encasillamiento hecho en septiembre. Por una razón muy sencilla. Porque estos saltos con garrocha, hechos en beneficio de funcionarios de un sector determinado, sin consulta a los trabajadores, significaban un gasto adicional de 6 millones de escudos, de los que no se disponía; y, por tanto, la Contraloría no podía dar curso a este encasillamiento.
El señor TUDELA.-
Esa es una mentira del porte de un buque.
El señor INSUNZA.-
Esos son los hechos.
Y además, había cometido el ex Vicepresidente del INDAP toda una serie de irregularidades, como, por ejemplo, no poner en conocimiento de los funcionarios el encasillamiento. El señor Aylwin dice: "Doy esto de barato", pero ocurre que no se puede dar de barato, porque si se habla de la defensa de los intereses de los trabajadores, no hay que extrañarse de que éstos puedan tener el derecho, inclusive, de calificar las propias calificaciones que sobre ellos se hacen, tener la posibilidad de reclamar, de poner en conocimiento del Consejo sus reclamos...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor INSUNZA.-
. . . que éste los establezca, los elabore, y que, sobre esa base, se tomen determinaciones
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor INSUNZA.-
Y nada de esto, lo establecido en el artículo 29 del decreto R.R.A. Nº 22 se había hecho por el antiguo Vicepresidente del INDAP.
Los señores parlamentarios democratacristianos debieran preguntarse por qué la Asociación Nacional de Trabajadores de INDAP no ha establecido reclamo de ninguna especie (y representa genuinamente a la inmensa mayoría de los funcionarios), y considerar que ella ha participado directamente en este nuevo encasillamiento, .. .
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor INSUNZA.-
... el que se ha establecido sobre la base de normas en las que, por ejemplo, se han tomado en cuenta, para calificar con puntaje, la antigüedad que cada funcionario tenga en la categoría o grado que sirve al momento de ser encasillado, con un máximo de hasta 40 puntos; la antigüedad en el servicio, con un máximo de hasta 35 puntos, y la calificación sólo con 25 puntos, por la forma también fraudulenta y politiquera en que era hecha sucesivamente a través de los años por los funcionarios que cometían estas tropelías, que se corrigen precisamente en el nuevo encasillamiento. Ningún funcionario en el nuevo encasillamiento obtiene ascensos superiores a un grado o a una categoría. Y se establece todo esto sobre la base de que se gasta el dinero que realmente INDAP estaba autorizado para gastar.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor INSUNZA.-
Yo no sé, señor Aylwin, si usted entiende de lo que es diálogo.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor INSUNZA. -
Usted, señor Aylwin, ha pedido un diálogo; yo lo escuché con atención, pero Su Señoría no hace otra cosa que gritar. Naturalmente, yo entiendo al señor Baldemar Carrasco, pero, en verdad, me extraña que usted adopte una actitud semejante.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor INSUNZA.-
Continúo.
La Vicepresidencia de INDAP ha cumplido en la elaboración del encasillamiento rigurosamente con las etapas que indica el reglamento del decreto R.R.A. Nº 22: ha dado a conocer a los funcionarios las proposiciones, ha habido la posibilidad de reclamos, y -como reconocen los propios parlamentarios democratacristianos- de estos reclamos, aquellos justificados han sido aceptados por el Consejo. Se ha actuado, por consiguiente, de una manera diametralmente opuesta, que nada tiene que ver con la forma cesarista y politiquera con que actuó e hizo el encasillamiento que hoy día está cuestionando el antiguo Vicepresidente del INDAP. Pretender que las resoluciones de la Contraloría estuvieran cuestionando la calidad del encasillamiento es pura y simple demagogia. Está planteado un problema conflictivo completamente en otro terreno, en el terreno argumentado por la Contraloría, de que el Vicepresidente del INDAP, en calidad de funcionario, de ente político, tenía la posibilidad sólo una vez de hacer el encasillamiento. Lo hizo el señor Infante; hubo que corregirlo con los trabajadores. Esta cuestión legal es la que la Contraloría ha puesto como objeción, pero no ha hecho observación de ninguna especie, de ningún tipo sobre la forma en que el encasillamiento se ha realizado, y no podría. . .
El señor AYLWIN (don Andrés).-
No se ha pronunciado.
El señor INSUNZA.-
. . . haberlo hecho, porque los "saltos con garrocha" están ahora eliminados de la nueva proposición.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor INSUNZA.-
No ha habido de parte de la Vicepresidencia de INDAP otra cosa que el estricto ceñimiento a las normas legales.
Yo quiero decir aquí que pretender sobre la base. . .
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SALINAS (don Edmundo).-
No está libres de pecado.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡ Señor Salinas!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor INSUNZA.-
Señor Presidente, yo le ruego que usted haga callar a sus correligionarios.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
La Mesa dirige el debate ; no Su Señoría.
Puede continuar el señor Insunza.
El señor INSUNZA.-
Señor Presidente, en el fondo de este debate hay otra cuestión que interesa dejar en claro. Los señores parlamentarios de la Democracia Cristiana, en particular el señor Aylwin, con argumentos, plantean las cosas de modo tal que entienden cuestionados derechos fundamentales, incluso las garantías constitucionales. Se afirma que habría habido una supuesta violación de acuerdos o compromisos. Nosotros queremos afirmar categóricamente que, precisamente, sobre la base de la participación de los organismos de trabajadores es como se ha cautelado los intereses verdaderos de los funcionarios públicos, del conjunto de ellos y no de un pequeño grupo de privilegiados, que pretendían la aprobación del encasillamiento para conseguir posiciones preferentes. Y esto se ha traducido naturalmente en el hecho de que el desfinanciamiento de 6 millones de escudos desaparezca y que los ascensos, que entre 20 personas constituyen aproximadamente 200 posibilidades de movimiento, hayan sido distribuidos de una manera acorde con las necesidades de buen servicio y favoreciendo al conjunto de los funcionarios, particularmente a aquellos más antiguos, a aquellos que por razones que precisamente no avalamos, que el señor Aylwin ha atacado correctamente, fueron perjudicados por el Gobierno anterior, que lamentablemente, se comportó como "el cura Gatica, que predica, pero no practica". Ha resuelto sobre esta base, . . .
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor INSUNZA.-
. . . un encasillamiento adecuado.
Ahora, cuando se plantea que están cuestionadas las garantías constitucionales, cuando se repite, yo diría de una manera torpe, o al menos ingenua, el hecho de que el Gobierno estaría actuando "al borde de la ilegalidad", y se insiste reiteradamente en una argumentación de esta especie, nosotros los parlamentarios comunistas queremos expresar que lo que sí es un juego peligroso es que permanentemente se trate de encontrar, sobre la base de falsificaciones muchas veces miserables, como las del diario "La Prensa", la creación de un clima real de odios sobre la base de mentiras, y jugar con fuego efectivamente con vista a crear una situación de caos de la que, naturalmente, ninguna fuerza democrática podrá salir adelante.
El señor LAVANDERO.-
Como lo hace "Puro Chile".
-Hablan varios señores Diputados a la, vez.
El señor INSUNZA.-
Sobre esta base estamos, por cierto, interesados en el diálogo, pero no en el diálogo que significa o la gritería o la posibilidad de afirmar tan solo por un lado la última palabra, sino en el diálogo en que escuchan y se dan argumentos. Y esto es lo que no se garantizaba con la forma en que los parlamentarios democratacristianos lo proponían. Nosotros, sobre la base de estos argumentos, que no admiten discusión, que están comprobados por una cantidad de documentos públicos, del conocimiento también de ellos, no sólo por los obtenidos a través de los funcionarios interesados, algunos de ellos, una ínfima minoría, en crear dificultades a la operación del Gobierno, y que en razón de eso, naturalmente, necesariamente, deben ser ubicados en funciones donde puedan trabajar, pero no entorpecer la labor del Gobierno -y, repito, son una ínfima minoría; no la generalidad de los democratacristianos que trabajan en los organismos del agro-; apoyados en estas bases, a nosotros, naturalmente, nos interesa dialogar sobre la contribución de los trabajadores.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Insunza, ha terminado el tiempo del Comité de Su Señoría.
El turno siguiente corresponde al Comité Radical.
Tiene la palabra el señor Fuentealba.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Señor Presidente, nosotros participamos en esta sesión especial que ha sido convocada a petición de la Democracia Cristiana, para tratar algunos temas relacionados con INDAP, porque vemos cómo, después de ocho meses de Gobierno, ya se están haciendo algunos cargos que evidentemente no tienen ningún fundamento.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Nosotros, que durante seis años estuvimos soportando la prepotencia, la arbitrariedad de la Democracia Cristiana, no sólo en INDAP, sino también en el Banco del Estado, en Ferrocarriles, en el Ministerio de Educación. . .
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡ Señor Palza!
El señor FUENTEALBA, (clon Clemente).-
. . . en Correos y Telégrafos, en el Servicio Nacional de Salud, en la Caja de Empleados Particulares, etcétera, ahora tenemos razón, indudablemente, para protestar, porque ya en tan corto tiempo la Democracia Cristiana está acusando al Gobierno y sin fundamento.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTEALBA, (don Clemente).-
Yo creo que la Democracia Cristiana está en un error. ¿Quería la Democracia Cristiana que los cargos que son de la confianza y libre designación del Gobierno siguieran en manos de esa colectividad?
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No!
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
¿Querían, entonces, que los cargos que son de importancia; zonales, de gerentes de bancos y de otras reparticiones, siguieran en manos de la Democracia Cristiana?
Varios señores DIPUTADOS.-
¡No!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados no interrumpir al señor Fuentealba.
El señor FUENTEALBA, (don Clemente).-
La verdad es que en todas las reparticiones existen todavía funcionarios de la Democracia Cristiana que no han sido removidos, a pesar de que están comportándose de una manera que indudablemente merece su remoción.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTEALBA, (don Clemente).-
Por ejemplo, hemos visto que en el Banco del Estado hay funcionarios que están solucionando los problemas al revés.
Al asumir el Gobierno de la Unidad Popular, el encasillamiento que debía regir en INDAP durante todo el presente año estaba pendiente en la Contraloría General de la República, y los vicios en que se habían incurrido durante seis años aquí eran mucho más graves. Eran tan graves, que la propia Asociación Nacional de Trabajadores de INDAP le pidió al Ministro de Agricultura y al Vicepresidente de ese organismo que retiraran ese proyecto de encasillamiento que se encontraba en la Contraloría General de la República. La verdad es que los trabajadores tenían razón al hacer esta gestión, puesto que no se había tomado en cuenta la participación de ellos en ese proyecto. Por lo tanto, indudablemente tenían que usar todos los medios posibles para que éste volviera a poder del Vicepresidente de INDAP, para corregirlo.
No se cumplió en este decreto que había para toma de razón con muchas cosas (que legalmente tenían que cumplirse. Por ejemplo, el proyecto hecho por el Vicepresidente Ejecutivo debía ser notificado a! personal, y éste no fue notificado. Los funcionarios que se estimaban perjudicados en su ubicación podían reclamar ante el Consejo; no pudieron hacer tampoco estas reclamaciones. El Vicepresidente Ejecutivo debían convocar al Consejo a una sesión especial, para conocer las reclamaciones interpuestas; pero tampoco se hizo. El Consejo debía conocer estas reclamaciones y, desde luego, podría aceptarlas o rechazarlas, pero tampoco se realizó esta gestión. Por último, el Vicepresidente Ejecutivo al modificar este proyecto debía también mandarlo ya afinado a la Contraloría General de la República. El actual Vicepresidente Ejecutivo lo que hizo fue, precisamente, retirar y revisar las resoluciones, porque así lo estaba pidiendo el personal.
Este proyecto de encasillamiento contenía injusticias, irregularidades legales y reglamentarias que beneficiaban a ciertos sectores del personal y significaba, además, un mayor gasto, como lo dijo el Diputado señor Insunza, de 6 millones de escudos. El primitivo proyecto de encasillamiento contenía un cúmulo de aberraciones; pero yo sólo quiero referirme a algunos casos a que han hecha alusión, el señor Insunza, contenidos en el cuadro que estaba leyendo.
Además de ascensos desmesurados también se producían cambios de planta, con la clara intención de perjudicar a ciertos funcionarios. Por ejemplo, tenemos el caso de Asistentes de Desarrollo Social, encasilladas como oficiales administrativas. En circunstancias que habían obtenido el título de educadoras del hogar en el año 1970.
Detectadas estas anomalías y estos vicios, indudablemente se tuvo que solicitarla devolución de este decreto que estaba por cumplir el trámite de la "toma de razón". Y tal como lo expresara el Diputado señor Insunza, los factores que se consideraron para este nuevo encasillamiento, fueron bien claros y precisos; por antigüedad, en categorías o grado se daban, 40 puntos; por antigüedad en el servicio, 35 puntos, y por calificación -y esto es lo que les duele a los democratacristianos- 25 puntos.
De acuerdo con estos puntos, muchos de los funcionarios que habían ascendido una o más categorías en el encasillamiento efectuado por la Dirección anterior, en el régimen pasado, o bien habían cambiado de escalafón o planta, con la aplicación de este nuevo criterio, debieron volver a ocupar los cargos que tenían en la planta el año 1969. Y eso es, precisamente, lo que les duele a los democratacristianos, que la gente que había dado saltos extraordinarios en el escalafón, debía volver a los cargos que ocupaban anteriormente.
Otra ventaja del sistema aplicado al personal que se encontraba por años postergado, fue la de tener oportunidad de ascender. Es necesario hacer presente que en esta ocasión todos los ascensos que se produjeron fueron de un grado o de una categoría y no de 5 ó más, como lo hacía la Democracia Cristiana.
Aquí se han expresado también algunas críticas en contra del decreto de insistencia, que la Contraloría se basó en que el Vicepresidente y el Consejo sólo pueden resolver una vez al año estos encasillamientos, que no puede revisarse el encasillamiento después que éste ha sido notificado al personal y el Consejo se ha pronunciado sobre las reclamaciones interpuestas. El pronunciamiento que la Contraloría estaba solicitando no se había hecho desde luego. Se daban por efectuados todos los trámites, pero la verdad es que no se había consultado al personal ni se le había dado la posibilidad de presentar las reclamaciones procedentes. En la segunda oportunidad, la Contraloría fundamentó su rechazo en la circunstancia que las modificaciones introducidas a los proyectos de encasillamiento retirados implicarían resolver sobre una materia en que las autoridades del Instituto ya habían agotado su competencia. Sin embargo, se había dado cumplimiento al trámite de la notificación; por lo tanto, no podía el Instituto perder la competencia, y estaba en condiciones de introducir las modificaciones que estimara conveniente.
El tercer motivo que tuvo la Contraloría para devolver el decreto fue porque esta resolución debía remitirse al encasillamiento original que adolecía de estas estipulaciones. La verdad es que la Contraloría estaba sugiriendo que se ratificaran los errores que se habían cometido antes. Nosotros creímos que esto no podía aceptarse. Hay que considerar que, en un cambio de Administración, también tienen que cambiar las principales personas que están dirigiendo las instituciones, para poder cumplir con el programa de Gobierno.
No es posible que la Democracia Cristiana esté exigiendo que quede el mismo personal no sólo en el Instituto de Desarrollo Agropecuario, sino también en las otras organizaciones.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTEALBA, (don Clemente).-
¿Cuántos minutos me quedan, señor Presidente?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Medio minuto, señor Diputado.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Señor Presidente, nosotros queremos, desde luego, dejar sentada nuestra protesta por estas reclamaciones que no conducen a nada.
¡Ellos cuando estuvieron en el poder lo hicieron con creces, ahora que se está realizando una especie de justicia con el personal. . .
-Risas.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
..pasando por encima de lo que ellos habían hecho, están reclamando!
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados, guardar silencio.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
¡ Nosotros estamos tratando de corregir lo que antes estaba malo!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Radical.
El turno siguiente corresponde al Partido Socialista.
El señor ESPINOZA (don Gerardo).-
Pido la palabra, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Espinoza, don Gerardo.
El señor ESPINOZA (don Gerardo).
-Señor Presidente, los Diputados socialistas me han encomendado que intervenga en esta oportunidad, para referirme a las denuncias que han formulado los colegas de la Democracia Cristiana en relación con presuntas persecuciones en el Instituto de Desarrollo Agropecuario. Al hablar sobre esta materia, quiero hacerlo en forma absolutamente desapasionada, con objetividad y sin ánimo de ofender ni menoscabar a nadie en el debate. Creo en el diálogo y he soportado el largo debate que aquí se ha planteado, porque me parece interesante, y en esto comparto el criterio del colega Aylwin, de mantener este diálogo democrático.
Son muchos los interesados en interrumpirlo, colegas de la Democracia Cristiana, y espero, y me atengo a las expresiones usadas por el Diputado señor Aylwin, que entre los interesados en paralizar el diálogo democrático no se encuentre el Partido Demócrata Cristiano ni sus personeros más responsables.
Varios señor DIPUTADOS.-
Gracias.
El señor ESPINOZA (don Gerardo).-
Al término de cada Gobierno, dentro de las normas tradicionales que imperan en Chile, se produce la elección de un nuevo Gobierno y, como es natural, como es humano, empiezan a surgir las acusaciones de persecución en la Administración Pública, en los servicios semifiscales y a veces en organismos que normalmente no se tocan en este tipo de debate, como son las Fuerzas Armadas. No me extraña, en consecuencia, lo que he escuchado aquí de parte de los Diputados de los bancos nacionales, quienes han señalado que también en la administración del ex Presidente Frei hubo persecuciones en los servicios. Tampoco puede extrañarme y encuentro comprensible que algunos señores Diputados de la Democracia Cristiana puedan pensar que en este Gobierno hay persecución. Es más, deseo aceptar, para los efectos de mantener este diálogo, que puede haberla, pero yo les puedo asegurar a los personeros responsables del Partido Demócrata Cristiano, que en el Gobierno de la Unidad Popular, de acuerdo con el criterio invariablemente sostenido por el Presidente de la República, doctor Salvador Allende, estamos dispuestos a impedir que se cometan injusticias que impliquen una real persecución ideológica en el seno de la Administración Pública; si hay denuncias concretas, estamos dispuestos a aceptarlas. Aquí se me ha entregado una documentación que contiene, en mayor o menor medida, antecedentes sobre el problema planteado. No voy a repetir cosas que ya se han dicho, pero creo que debemos ser objetivos y centrar el debate en su verdadera dimensión. El hecho es que la aprobación de este encasillamiento, hoy objetado por algunos sectores, ha sido solicitada por algunos sectores, ha sido solicitada por los propios trabajadores de INDAP, en sesión mayoritaria. No descartemos, repito, que en él se puedan contener algunas injusticias que estaríamos dispuestos a reparar; pero hay una norma, hay un hecho, hay un principio que debe llamar a la meditación a los Diputados democratacristianos: no se trata de un encasillamiento impuesto desde arriba; se trata de un encasillamiento cuya aprobación han solicitado los propios trabajadores de INDAP. Luego, en seguida. . .
El señor AYLWIN (don Andrés).-
La directiva lo representó a las bases.
El señor ESPINOZA (don Gerardo).-
Bueno, ese es su criterio, señor Diputado. Naturalmente si la directiva existe, es porque la han elegido las bases. Ese es un problema subjetivo y no estoy dispuesto a discutirlo ahora para no perder tiempo.
En seguida, se ha sometido a las normas que para este efecto señala el Reglamento. El Vicepresidente Ejecutivo ha proyectado el encasillamiento; el proyecto hecho por el Vicepresidente Ejecutivo ha sido notificado al personal, cosa que no ocurrió con el anterior. Los funcionarios que se estimaron perjudicados pudieron reclamar, y algunos reclamos fueron aceptados, etc.
Luego de esto, tengo aquí también algunos antecedentes que yo los lanzo con el ánimo de mantener este diálogo sereno.
Se ha dicho -y éste es el argumento de los propios trabajadores- que retiradas y revisadas las observaciones indicadas, como se comprobó que tenían irregularidades legales y reglamentarias, y de manifiesta injusticia, que beneficiaban a ciertos sectores del personal, y que además significaban un mayor gasto, del orden de los 6 millones de escudos, se procedió a reparar estas deficiencias. Aquí se señalan algunas; se producían, por ejemplo, ascensos en la mayoría de los funcionarios de la Planta Directiva, sin existir un cambio real de funciones que lo justificara. Y aquí se han señalado los saltos que han sido justamente calificados como "saltos de garrocha. También tengo la nómina de los funcionarios afectados. Muchos directivos fueron encasillados en la Planta Profesional y Técnica, con el objeto, tal vez, de darles una mayor estabilidad ante un eventual cambio de gobierno. A esas alturas no se conocía aún la ley que, posteriormente, establecía la inamovilidad funcionaría, de la cual Sus Señorías no pueden quejarse. ¡Caramba que se ha impedido el tiraje de la chimenea con la existencia de esta disposición legal que este Gobierno y el Parlamento han tolerado! Como había casos de ascensos y cambios de planta, también se detectaron bajas de categorías dentro de esta misma planta, lo que afectaba económicamente a algunos sectores. Además de los ascensos desmesurados también se producían cambios de plantas, con la clara intención de perjudicar a los funcionarios; por ejemplo, de Asistencia de Desarrollo Social, encasillados como funcionarios administrativos, en circunstancias de que habían obtenido el título de educadores del hogar, en marzo de 1970.
Señor Presidente, yo estoy dispuesto a que todas estas cosas las cotejemos. Si realmente hay fallas en el proyecto de reencasillamiento actual, no cabe la menor duda de que a la luz de estos antecedentes entregados por organismo oficiales de los trabajadores habría fallas mayores. Sin embargo, lo digo a nombre de la representación socialista, y creo que en esto estamos todos de acuerdo, estamos dispuestos a aceptar aquellas reclamaciones que hubiesen sido interpuestas en tiempo y forma, y que realmente constituyan una injusticia. Tenemos ese ánimo.
Luego de una intervención que yo me atrevo a calificar como francamente positiva, la hecha por el colega Aylwin, cuyos conceptos también comparto, me parece justo que los sectores mayoritarios del país estemos comprometidos en el proceso de transformación revolucionaria de nuestra sociedad. Buscamos cambios efectivos en esta vieja y arcaica estructura social. Creo que hay una mayoría inmensa de chilenos que, pasando por encima de las diferencias contingentes, está dispuesta a prestar su respaldo a este Gobierno en el proceso de transformaciones. Así se ha probado en el Parlamento; así se ha probado en los comicios electorales celebrados recientemente en abril. No me parece justo, entonces, que sobre la base de asuntos que no tienen mayor trascendencia en relación con las cosas en que estamos comprometidos, se pueda crear este clima de sospecha, se puede arrimar aún más leña al fuego, sosteniendo que aquí se camina peligrosamente por la cuerda de la falta de respeto a la Constitución o a la ley. Yo creo que debemos ser objetivos y ver las cosas en su verdadera dimensión. Si hay injusticias, ellas deben ser reparadas.
Deseo terminar señalando que el Gobierno del Presidente Allende, los partidos de la Unidad Popular y el Partido Socialista están dispuestos y esperan contar con los más vastos sectores de la opinión pública, porque sabemos que tienen fuerza para impulsar el proceso de desarrollo democrático y revolucionario en que estamos comprometidos. . .
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Espinoza?
Ha terminado el tiempo del Comité Socialista.
Se va a dar lectura, nuevamente, al proyecto de acuerdo que ha llegado a la Mesa.
El señor LEA-PLAZA (Secretario).-
-
Proyecto de acuerdo:
"Reunida la Cámara de Diputados en sesión especial para tratar diversas denuncias de persecución funcionaría en el Instituto de Desarrollo Agropecuario y los Decreto de Insistencia con el que se pretende imponer un encasillamiento del personal, objetado por la Contraloría General de la República, acuerda:
"1º-Repudiar categóricamente que por la vía de la insistencia se pretenda imponer y legitimar un encasillamiento de los funcionarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario que ha sido declarado ilegal en tres oportunidades por la Contraloría General de la República;
"2º-Señalar que dicho procedimiento constituye un abierto atentado contra la carrera funcionaría dentro del Instituto de Desarrollo Agropecuario y un grave precedente para toda la Administración Pública, pues importa desconocer unilateralmente por un Gobierno las normas legales que constituyen el estatuto o contrato de los funcionarios públicos y dejar a dichos servidores sujetos a la arbitrariedad y al margen del amparo imparcial y especializado de la Contraloría General de la República, y
"3º-Designar una Comisión Especial Investigadora con la misma proporcionalidad de la de Gobierno Interior, encargada de conocer e investigar los abusos que se hayan cometido al practicar el encasillamiento impugnado y proponga a la Cámara la legislación que proceda para corregir dichas situaciones y, especialmente, para que estudie los alcances de un Decreto de insistencia tratándose de la carrera de los funcionarios públicos en relación con la estabilidad de los funcionarios y la dignidad y justicia en su carrera."
Firman los señores Aylwin, Carrasco y Monares, apoyados por el Comité Demócrata Cristiano.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
No ha llegado ningún otro proyecto de acuerdo.
No quedan más tiempos. Por lo tanto, cerrado el debate.
En votación el proyecto de acuerdo.
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 39 votos; por la negativa, 9 votos.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Aprobado el proyecto de acuerdo.
Señores Diputados, como ha sido aprobada la petición de formar una Comisión Especial Investigadora, habría que fijarle plazo para que emita su informe.
Si le parece a la Cámara, se le fijaría un plazo de 30 días.
Acordado.
Por haberse cumplido con el objeto de la presente sesión, se levanta.
"