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- rdf:value = " El señor SANHUEZA (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Alessandri, don Gustavo.
El señor ALESSANDRI (don Gustavo).-
Señor Presidente, los Diputados nacionales nos felicitamos del acuerdo adoptado por las Naciones Unidas, recientemente, de permitir el ingreso de la China Roja al seno de esa conferencia mundial. Creemos que, mediante esta medida, se ha pretendido adecuar, en mejor forma, a la realidad del mundo.
Evidentemente, no era procedente mantener marginado de ella a un pueblo de la importancia de la China comunista. Creemos, también, que todos los sistemas que se usaron en el pasado, mediante cábalas de secretaría, mediante arreglos de tipo político, para impedir el ingreso de China a las Naciones Unidas, eran contrarios al mantenimiento de la paz dentro del mundo. En resumen, pensamos que del seno de las Naciones Unidas ha salido un logro positivo; incluso, creemos que era conveniente que la China mayoritaria en población pasara a formar parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Pero, evidentemente, en esta situación, también ha surgido una contrapartida; porque quienes hoy son mayoría en las Naciones Unidas están cometiendo exactamente los mismos errores que cometieron antaño quienes controlaban esta asamblea de carácter mundial. Y es así como no sólo se aceptó el ingreso de China comunista, sino que, como contrapartida, señalo, se expulsó a otro país que tenía derecho también a permanecer dentro de esa asamblea mundial, como es la China de Taiwan.
Señor Presidente, en esta materia, es conveniente destacar cómo nosotros encontramos que no hay consecuencia entre lo que dicen y lo que hacen los representantes de los partidos marxistas. Porque, si bien es cierto que ellos han venido sosteniendo, no sólo en las Naciones Unidas, sino recientemente en la Conferencia Interparlamentaria celebrada en París, que todos los países divididos deben tener acceso a este tipo de asambleas y así fue como se obtuvo, en la reciente Conferencia Interparlamentaria, el ingreso de Corea del Norte se dilató el ingreso de la Alemania Democrática o de la Alemania del Este. Pero la delegación chilena, a través del colega señor Insunza, hizo una manifestación de intenciones, representando el pensamiento de toda la delegación, en el sentido de que, en el año 1973, cuando esta conferencia se realice en nuestro país, ya la Alemania del Este tuviera su asiento, su representación en ella.
No hay consecuencia, entonces, entre los que sostienen, por una parte, el ingreso de los países divididos; y, por otra, al tratarse la permanencia de la China de Taiwan, la rechazan, negando hoy lo que sostuvieron ayer. Aquí hemos visto también, y hemos escuchado en esta Honorable Cámara, cómo se reprochaba a los Estados Unidos, porque estaban impidiendo que su ayuda siguiera llegando a los países subdesarrollados. Pero nadie ha tenido una palabra para recordar cómo, al iniciarse la década del 60, se produjo el rompimiento entre Moscú y Pekín, y que fue Moscú quien, en esa oportunidad, negó "la sal y el agua" a la China Roja, retirando la totalidad de sus técnicos, negándole su ayuda, y no le hicieron valer los empréstitos que estaban pactados en esa época. Esto sucedía cuando ejercía el Gobierno de la Unión Soviética el señor Kruschev. Se pensó, en noviembre del año 1964, una vez que había ascendido al poder el señor Brezhnev, que esta situación podía ser solucionada. Y de ahí, entonces, el viaje de Chouenlai a Moscú, en noviembre de ese año. Sin embargo, nada positivo se logró, y vino la ruptura evidente, franca y abierta entre la China Roja y Moscú.
Luego, señor Presidente, destaco también que no hay consecuencia entre lo que sostenían los comunistas de aquel entonces, y lo que hemos oído en esta tarde en la Cámara. En cada oportunidad en que Estados Unidos de Norteamérica, o el imperialismo norteamericano, entregaba su ayuda, un poco indiscriminada, a los países subdesarrollados, se sostenía aquí, y en muchos foros públicos, por parte de los marxistas, que los países subdesarrollados son pueblos que debían renunciar a este tipo de ayuda, porque era lesiva para la dignidad de los países que la recibían. Sin embargo, hoy, señor Presidente, ellos mismos deploran que esta ayuda que era lesiva en otras épocas para los países que la recibían, no se siga concediendo en la misma forma.
Yo pienso, que los países subdesarrollados, los países pobres, no van a tener, y no tendrán, otro poder que el de la fuerza moral que, con su actitud, les sepan imprimir sus gobernantes. Por eso, yo deploro, profunda y sinceramente, que nuestro Gobierno, el representante de Chile en las Naciones Unidas, haya impedido que la China de Taiwan siga perteneciendo a la Asamblea de las Naciones Unidas.
Creemos, señor Presidente, que ya la situación del mundo no se va a desarrollar en un sistema bipolar; que aquí van a entrar en juego cuatro grandes sistemas de imperialismo; que se realizará cada uno en diferente forma, pero que, en definitiva, son imperialismos: el imperialismo ruso, de una parte; el imperialismo norteamericano, de otra parte; el imperialismo del Mercado Común Europeo, que emerge como una gran potencia; y el imperialismo de China, que, ciertamente, también entrará a ejercer su influencia mundial.
Señor Presidente, leía, hace algunos días, a un comentarista internacional, quien sostenía, con razón, que en el mundo del futuro se va a dar la lucha en un ring de cuatro esquinas, en donde estas cuatro grandes fuerzas van a decidir el futuro de las Naciones...
El señor OLAVE.-
¡En su subconciente!
El señor ALESSANDRI (don Gustavo).-
Frente a esta situación, lógicamente nosotros pensamos que es el Partido Nacional el que, en mejor medida, está encarando el futuro de nuestro país, un país pequeño. Porque nosotros sostenemos que debemos ir a una política integral que realice un nacionalismo pragmático, realmente pragmático, sin cerrar las puertas a China Roja y sin cerrar las tampoco a la China de Taiwán; sin oponernos a realizar comercio con Vietnam del Sur, o con Vietnam del Norte; sin impedir las relaciones con una o con otra Corea; desarrollando e impulsando las relaciones con la Alemania del Este o con la Alemania del Oeste. Y, así, nosotros tendremos alguna posibilidad de mantenernos como pueblo libre, frente a esta amenaza avasalladora de cualquiera de las cuatro potencias que yo aquí he señalado.
Al terminar mis palabras, señor Presidente, yo solicito que se envíe una comunicación de felicitación al Gobierno de China Roja, por el éxito que ha logrado en las Naciones Unidas, como ha sido representado y expuesto por todos sectores de la Honorable Cámara; y, también, una comunicación a la China de Taiwán, manifestándole que deploramos el hecho de que se le haya negado una tribuna que legítimamente le correspondía en el seno de las Naciones Unidas.
Gracias, señor Presidente.
"
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