-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37
- bcnres:numero = "7.-"^^xsd:string
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds45
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds49
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds39
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds51
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds44
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds42
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds38
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds50
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds40
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds48
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds43
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds41
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds46
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1-ds37-ds47
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = bcnbills:PrimerTramiteConstitucional
- dc:title = "DEFINICION Y REGULACION DE LAS DIVERSAS AREAS DE LA ECONOMIA Y LA PARTICIPACION DE LOS TRABAJADORES"^^xsd:string
- rdf:type = bcnses:SeccionProyectoDeLey
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3219
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1700
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1774
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1185
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1944
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1219
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1425
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/376
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/318
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2683
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3896
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1865
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/882
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1404
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/323
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1557
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1405
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/362
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/196
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/1107
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3900
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/ministerio-de-economia-fomento-y-reconstruccion
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = bcnbills:DiscusionGeneral
- bcnres:tieneResultadoDebate = bcnres:seApruebaEnGeneral
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/economia-chilena
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/comision-de-economia-fomento-y-reconstruccion
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915/seccion/akn591915-ds6-po1
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/591915
- rdf:value = " 7.-DEFINICION Y REGULACION DE LAS DIVERSAS AREAS DE LA ECONOMIA Y LA PARTICIPACION DE LOS TRABAJADORESEl señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
En la Tabla del Orden del Día, corresponde seguir ocupándose del proyecto de ley, originado en un Mensaje, con urgencia calificada de "simple" e informado por la Comisión de Economía, Fomento y Reconstrucción, que define y regula el funcionamiento de las diversas áreas de la economía y la participación de los trabajadores.
El proyecto, impreso en el boletín Nº 880-71-2, figura en la versión de la sesión 10ª.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 213 del Reglamento, antes de declarar cerrado el debate, los Comités parlamentarios podrán usar de la palabra hasta por diez minuto para exponer su opinión acerca de la materia en discusión, salvo que hagan renuncia expresa de ese derecho.
El Comité Demócrata Cristiano ya ha usado de este tiempo.
En consecuencia, ofrezco la palabra al Comité Nacional.
El señor PHILLIPS.-
Pido la palabra.
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Phillips.
El señor PHILLIPS.-
Señor Presidente, como lo dije ayer, profunda extrañeza causa en muchos sectores el hecho de que, en el debate del proyecto más importante desde que asumió el Gobierno el señor Allende, no se va a poder expresar la opinión de todos los partidos, porque se le ha dado un trato que no corresponde a la importancia que tiene. Por el contrario, tanto en la Comisión como ahora en la Cámara se ha tratado de silenciar la opinión de los distintos sectores.
Sostenía ayer, que la opinión pública debiera haber conocido una serie de antecedentes, como en el caso del salitre, en que nadie sabe cuánto se pagó o en qué estado se recibe. Más todavía si consideramos que el Senador Carmona ha hecho una acusación pública y ha dicho que faltaban 800 mil dólares. Tampoco sabemos cuánto se pagó por la nacionalización del hierro. Se pidieron los antecedentes a los Ministerios respectivos y no fueron enviados; sólo el Director de Impuestos Internos, el señor Soto, a quien se mandó a pasear a Europa para que no asuma su cargo envió unos antecedentes que se refieren a la compañía Bethlehem, pero los antecedentes le fueron proporcionados por la firma vendedora.
Cada una de estas transacciones, que son fundamentales para la marcha de la economía de nuestro país, deben ser conocidas por el Congreso y la opinión pública. No basta decir, simplemente, "ya somos dueños de tal o cual industria". Queremos saber cuánto ha costado, durante cuántos años vamos a quedar endeudados y en qué cantidad.
¿En qué estado se han recibido las industrias del Salitre y del hierro? ¿Cuál va a ser su proyección hacia el futuro? ¿Cuánto costaron las acciones de CAP y del carbón? ¿Cómo fue la negociación de Purina, Lanera Austral, Bellavista-Tomé, FIAP y Fabrilana? ¿Cómo fue la requisición de Yarur y del cemento? ¿Qué se dice de la Empresa Zig-Zag? ¿Cuánto está perdiendo el Estado en la empresa filial que creó, la editorial Quimantú? Nadie conoce ninguno de estos antecedentes.
Yo creo que esta política "no" favorece al Gobierno. Siembra la duda y la desconfianza. Frena las inversiones. En consecuencia, produce la contracción económica que el país está viviendo.
Es más. Las 200 mil personas que por año salen al mercado del trabajo no lo encuentran, porque no se han creado nuevas industrias.
De ahí que era indispensable un debate de modelo distinto del que ha tenido este proyecto.
En mi opinión, el objetivo chileno continúa siendo el mismo desde que se fundó la nación: demostrar que la organización de los hombres y las sociedades sobre la base de la libertad humana puede resolver sus problemas por el método del libre consentimiento, por un sistema de libertad sometido a la Constitución y la ley.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PHILLIPS.-
Cada una de las generaciones ha tenido que enfrentar una serie de problemas diferentes. Hoy, las ideas y la técnica aumentan en importancia. El talento debe ser fomentado. Nuestra democracia debe saber reestructurar su economía para dar satisfacción a todos los estratos ciudadanos y hacer desaparecer la miseria en nuestro país. No existe posibilidad alguna de volver la espalda. Nuestro destino como nación libre y democrática se encuentra en juego, tanto si nos gusta o no. Cada sector debe tener la responsabilidad de aportar su capacidad creadora a nuestro proceso, para hacer de él una cosa real y en beneficio de todos los chilenos. Este proyecto es el fundamental en materia económica, ya que determinará las reglas del juego tanto para los chilenos, como para el capital extranjero. Nuestro pensamiento sobre este proyecto mandado por el Gobierno es negativo, ya que sólo destruye la empresa privada, dinámica necesaria en todas las economías, de los pueblos que tienen un "standard" de vida más alto.
Podremos cambiar de opinión, si las indicaciones nuestras o de otros sectores mejoran sustancialmente el fondo de la materia, ya que no aceptamos que el área social quede en manos de un estado omnipotente y sectario, como ha demostrado ser el actual Gobierno, por la forma que opera, por ejemplo, en el cobre. Tengo a mano para demostrarlo una carta del 2 de septiembre de 1971, dirigida al "compañero" Julio Zambrano, Presidente del Directorio de la Compañía del Cobre Chuquicamata, en la cual dice: "Con frecuencia, que nos alarma, hemos constatado la diversidad de criterios con que se ha actuado frente problemas comunes que se han presentado. Y al decir diversidad de criterios, decimos que muchas decisiones han sido incomprensibles para este Comando, miradas desde el Punto de Vista Político, que es el que nos interesa.
El segundo problema, dice la carta, es la definición de una vez por todas en la política de ingreso a la Compañía.
Para ello deseamos que se decida el ingreso únicamente de militantes de Partidos de la Unidad Popular. Dar posibilidades de un trabajo efectivo, políticamente hablando. Frente a las elecciones que se avecinan, frente a un pliego de peticiones, sólo se puede oponer una política clara de, ingresos. Pedimos que se haga efectiva la idea, tantas veces conversada, del ingreso político. De ahí que estamos en contra y pedimos no se acepten más recomendaciones de Ministros y Parlamentarios, pues hemos comprobado que, en muchos casos, son personas ajenas a la U. P." Firmado Comando Departamental de la Unidad Popular de Calama.
Con esta lectura queda claramente demostrado que para algunos el cobre no es técnico sino que todo es político y, en consecuencia, no es necesaria la eficiencia sino que ser miembro de la U. P. ¡Qué contraste más grande con las palabras de Su Excelencia!
Este sectarismo, llevado a una materia tan trascendental como el cobre, indiscutiblemente está provocando, día a día, en el sector de la producción las cosas que el país está palpando.
En consecuencia, creemos que debe haber un área estatal, a cargo del Estado, naturalmente, donde éste rija las reglas del juego y en la que, sin duda, deben estar el cobre, hierro, salitre, petróleo, energía, petroquímica y los grandes complejos que deberán crearse. En ésta deberán repartirse las utilidades en un porcentaje de acuerdo con el reglamento correspondiente y dando la respectiva participación al sector laboral. El excedente de estas empresas debe ser destinado íntegramente al Estado sin perjuicio de la participación que le corresponda de la dirección a los trabajadores.
En seguida, una área social, en la cual el uso y goce de la empresa pertenezca a los trabajadores, quienes serían dueños del capital y las utilidades y podrían contratar los técnicos y ejecutivos necesarios para el mejor desenvolvimiento de ella. Y es aquí, donde nace la discrepancia, en esta área social, fundamental con el sector de Gobierno, que desea que sean del Estado en su capital, en su administración, pues sólo permiten un número de trabajadores inferior al que el tenga y que las utilidades pasen también al Estado. La Democracia Cristiana pretende que el capital sea del Estado y que las utilidades sean de los trabajadores. En definitiva, en ambas fórmulas no se concreta el objetivo fundamental de que los trabajadores sean los verdaderos dueños de ellas. Habrá que tomar en cuenta, sí, que las Empresas de esta área tendrán que destinar sus utilidades o excedentes en un porcentaje que determina el reglamento en la siguiente forma:
1.- Porcentaje de utilidades de los trabajadores.
2.- Reinversiones.
3.- Pago del capital.
4.- Porcentaje al fondo de capitalización.
Área Mixta.- En esta área, según mi concepto, entran el Estado, los trabajadores y particulares en distintas fórmulas de porcentaje, según el caso y las condiciones lo requieran, teniendo estos sectores la Dirección de la empresa, los distintos sectores que la componen, y debiendo distribuir su excedente en porcentaje y utilidades para los trabajadores, para el Estado y particulares, además de porcentaje de reinversión y porcentaje del Fondo de Capitalización.
Área privada.- Este es el área que, como su nombre lo indica, queda destinada al sector privado, pero nosotros creemos que aparte del porcentaje de las utilidades destinadas a los trabajadores, reinversiones y capital, debe existir en la dirección de ella, como lo propone nuestro proyecto, una destacada participación en la administración de la Empresa del sector laboral, para que verdaderamente se produzca una integración de todos en la producción. El interés nacional, la primera función social de una Empresa es su producción, su eficiencia. Debemos unir en la Empresa el interés de todos sus trabajadores, técnicos y ejecutivos.
Área de autogestión.- Esta área es indispensable, especialmente para grupos artesanales que, dedicados a una misma actividad, no podrán tener una Empresa como las antes descritas. En ella, los medios, las utilidades y la dirección serán íntegros del obrero, y los medios les serán dados a través del Fondo de Capitalización, en las condiciones que el reglamento determine.
Esta es la forma en que creemos debe hacerse la distribución de las áreas de la economía.
De nada serviría traspasar empresas de manos privadas a otros sectores si no se crea un fondo de capitalización, ya que solamente en este país toda la utilidad del sector de sociedades anónimas fue de 600 millones de escudos. En consecuencia, aunque se tomara toda la utilidad de estas empresas sin dejar ninguna fuera de esta área, no serían capaces, si no se reinvirtiera, de crear nuevas fuentes de trabajo.
Yo creo, señor Presidente, que el pensamiento político público tiene que corresponder exactamente al privado.
No sería leal si no planteara esta tarde una inquietud, y es si todos los desaciertos que hemos visto en la parte económica no nos conducen a un cambio de área, y nos llevan, desde la cristiana occidental para caer al área marxista. Yo creo que el pueblo de Chile está consciente de que, dentro del pluralismo planteado por el Presidente de la República en los comandos de la Unidad Popular, lo fundamental es mantener estos principios; de lo contrario, el pueblo de Chile no acepta esta fórmula, ya que el marxismo, históricamente, ha llegado a la dictadura en todos los pueblos en que se ha implantado, trayendo, asimismo, desocupación, hambre y miseria. El pueblo chileno no está dispuesto a entrar en este infierno. Y ésta es la diferencia con lo permanentemente planteado por los distintos sectores, y de ahí que entregamos nuestras ideas, colaboramos en cualquier plano, pese a que no se nos reconoce esto. No nos importa, señor Presidente, pero dejamos constancia en cada una de las oportunidades en que aportamos nuestro concurso y nuestra capacidad. En la mañana de hoy, sin ir más lejos, voté en conjunto con el señor Juan Acevedo el articulado de la ley de presupuesto que fue rechazado. No es responsabilidad de ningún sector, sino de los sectores del Gobierno que no asisten a las Comisiones y después, cuando ya no se pueda legislar,, cuando la administración esté entrabada en el pago de sus sueldos y salarios..,
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
No es cierto.
El señor PHILLIPS.-
Yo fui, señor Diputado; usted llegó atrasado y no pudo votar, así que no me diga que no es cierto.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
No es cierto.
El señor PHILLIPS.-
¡Yo no miento! Su Señoría sí, y se lo puedo probar.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados evitar los diálogos.
El señor PHILLIPS.-
Me falta un minuto, señor Presidente.
El señor RIOS (don Héctor).-
Pero, ¿para qué se enoja?
El señor PHILLIPS.-
No me enojo, pero que no se me diga que falto a la verdad, cuando el que falta a la verdad es otro. Termino diciendo que colaboramos, no importa que lo reconozcan o no; nuestra decisión respecto de este proyecto es que, en la forma como está propuesto, lo votaremos en contra. Si se mejora, si se cambia el criterio, se hace una cosa inteligente que responda a los planteamientos modernos que quiere la Unidad Popular, colaboraremos. Si son sectarios e incompetentes, no.
Gracias.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité Comunista, por diez minutos.
El señor GUASTAVINO.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Guastavino.
El señor GUASTAVINO.-
Señor Presidente, la Cámara trata hoy, en general, el proyecto que ha enviado el Ejecutivo, doctor Salvador Allende, para definir y regular las tres áreas de la economía: el área de la economía social, de la economía mixta y de la economía privada. Es preciso, en las intervenciones que formulen los distintos comités parlamentarios que actúan dentro de esta Corporación, tan sólo expresar los principios generales, en virtud de los cuales se apoye o no se apoye la idea de legislar.
Los Diputados comunistas, tal como lo manifestó ayer el Partido Demócrata Cristiano, queremos expresar nuestra posición favorable a que en Chile se dicte una ley sobre esta materia. Y cornos partidarios...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ruego a los señores Diputados guardar silencio.
El señor GUASTAVINO.-
...que se continúe el tratamiento legislativo...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señor Lorenzini!
El señor GUASTAVNO.-
...en virtud del cual, el proyecto de ley debe subir para el segundo informe a la Comisión ...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¡Señora Lazo!
El señor GUSTAVINO.-
...informe que la Cámara debe tratar y despachar, de manera particular, en la próxima semana.
Efectivamente, nosotros somos partidarios de que se dicte una ley sobre esta materia. Entendemos que haya sectores que, deseando que se legisle sobre esta materia, tengan especiales apreciaciones para que el articulado de esta ley contenga tal o cual aspecto diferente o discrepante del nuestro. Pero es un hecho que en Chile se va a dictar una ley sobre esta materia de las "áreas". Nosotros creemos que cuando, en esta primera instancia, votemos favorablemente la idea de legislar, estamos caminando al mismo paso que la inmensa mayoría del país. Cuando en la Comisión de Economía son invitados diferentes sectores para que den su opinión al respecto, y nos encontramos con que la Central Unica de Trabajadores de Chile, el organismo más grande, desde el punto de vista social, que existe en este país, el da su opinión favorable a que se legisle al respecto, naturalmente nosotros creemos que eso ya es una opinión fundamental de un sector muy importante. Pero cuando, a continuación, concurre la Asociación Nacional de Pequeños Industriales y Artesanos de Chile y expresa su opinión favorable a la idea de legislar y avanza aún más su criterio y dice que está de acuerdo plenamente con el articulado problema que no es de analizar ahora, sino en la próxima semana; cuando esa Asociación nos dice que 34 mil son los pequeños empresarios que, en Chile, están distantes de tener al 31 de diciembre de 1969 un monto de capital y reserva que sume 14 millones de escudos que es la cifra que establece el proyecto del Ejecutivo en virtud del cual las empresas que la superen podrán pasar al área social; cuando una cantidad tan grande, absolutamente mayoritaria, de empresarios privados del país se sienten amparados por este proyecto e interpretados por él; nosotros creemos que estamos en el camino democrático de interpretar a las inmensas mayorías nacionales. Pero cuando, en seguida, ingresan a la Comisión de Economía y son escuchados por todos los sectores que en ella participan, los representantes de la Sociedad de Fomento Fabril, organismo que agrupa también a aquellos empresarios que estarían ocupando lugares en la lista de empresas susceptibles de ser incorporadas, de acuerdo con la facultad que el proyecto concede al Presidente de la República, al "área social de la economía"; cuando esa sociedad, a través de su Presidente, señor Orlando Sáenz, expresa que ella ha acordado oficialmente solicitar que se legisle sobre esta materia; cuando la Sociedad de Fomento Fabril dice que concurre a la Comisión de Economía con el mandato expreso de la organización de pedir que se dicte una ley sobre esta materia; nosotros creemos que en esta Cámara no cabría sino que expresar, por parte de cada uno de los Comités Parlamentarios, las ideas generales al respecto, y, en seguida, escuchar las consabidas palabras del Presidente de la Corporación, en el sentido de interrogar á la Cámara y dé decir que "si le parece", se aprobará en general el proyecto. Y este proyecto no tendría que tener absolutamente ningún voto en contra, en su primera instancia, en cuanto a la idea de legislar, aquí, en la Cámara. Si en esta Cámara, efectivamente, se estuviera recogiendo el clamor absolutamente total y unánime de los organismos que existen en la vida empresarial chilena; se comprobaría que no hay absolutamente ningún organismo responsable con vida propia, con existencia reconocida, grande ó pequeño, que represente a uno o a otro sector, sean aquellos que son llamados "pequeños", "medianos" o "grandes" empresarios; no hay absolutamente ningún organismo que haya expresado la idea de que no se legisle respecto de esta materia. Es decir, la primera parte, los primeros capítulos de este episodio, deben obtener la unanimidad absoluta de la Corporación, para que, en seguida, entremos al debate palpitante, vivo, discrepante, polémico, enojoso, más cordial o menos cordial, en una instancia posterior de discusión particular del proyecto.
Señor Presidente, yo he querido destinar los minutos de esta intervención por parte del Comité Parlamentario Comunista, exclusivamente a este aspecto, no al problema del contenido esencial del proyecto, sino a la consecuencia que corresponde tener en esta etapa de la discusión y del despacho del proyecto, de la votación de la idea de legislar.
Si los Diputados comunistas dijéramos que vamos a votar en contra de la idea de legislar, lo correcto sería que dijéramos que lo hacemos porque tal organización de nuestra sociedad ha solicitado que votemos en contra, y nosotros representamos a esa organización en este Parlamento, a ese grupo de ciudadanos, Pero, nosotros, Diputados comunistas, decimos que vamos a votar a favor de la idea de legislar, no sólo porque aquellas organizaciones más afines a nosotros, como es la Central Unica de Trabajadores, por ejemplo, o la Asociación de Pequeños Industriales y Artesanos de Chile así lo demandan; sino además, porque abundan organismos respecto de los cuales hay sectores económicos que entran en permanente discrepancia con nosotros, que también solicitan que se dicten las "reglas del juego", como la terminología que, de tarde en tarde, se pone en boga en la sicosis colectiva, ha venido reclamando. "
En consecuencia, señor Presidente, aclarado este aspecto, no me cabe sino decir lo siguiente...
¿Se me termina el tiempo? ¿No puedo yo obtener...?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para concederle dos minutos al Diputado señor Guastavino?
El señor PHILLIPS.-
Pido los mismos dos minutos que el señor Guastavino, para contestarle.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para concederles dos minutos a los Diputados señores Guastavino y Phillips?
Acordado.
-Un señor DIPUTADO.- Para todos.
El señor GUASTAVINO.-
Solamente es para decir que, en cuanto al contenido esencial del proyecto, muy a modo de enunciado, quiero manifestar que estamos ante un proyecto que permite legalizar, sancionar jurídicamente, introducir un instrumento legal que materializa, de acuerdo con las peculiaridades propias de la realidad chilena, legalmente, constitucionalmente, la ruptura del "statu quo" económico de este país, el cambio de la estructura económica de Chile, del cual la mayoría del país habla y respecto del cual hasta el propio Partido Nacional manifiesta, en distintas intervenciones, su afán de que se modernice, por último, de manera eufemística. Pero ya nadie puede decir que no aspira al cambio y a la transformación aquí, en Chile. Una plutocracia económica ha existido, y existe aquí, en Chile; una oligarquía económica ha existido, y existe aquí, en Chile; una economía privada de carácter monopólico ha existido, y existe aquí, en Chile; de clanes económicos extranjeros han existido, y existen. Esto ha creado una estructura básica en el país, que se pretende transformar y cambiar.
Este proyecto de ley es un buen inicio de discusión parlamentaria, para que, democráticamente, la Nación se dé un instrumento legal que le permita regular y definir las áreas en que puede moverse cada sector de la vida económica del país, y para que de esta manera se anime prodigiosamente el desarrollo y el "despegue" económico completo de la Nación chilena.
Nada más.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Han terminado los dos minutos, señor Diputado.
Puede hacer uso de los dos minutos el señor Phillips.
El señor PHILLIPS.-
Gracias, señor Presidente.
Señor Presidente, ¡qué distintas son esta tarde, en la Sala, las palabras del ex Presidente de la Comisión de Economía, señor Guastavino, de su manera de actuar cuando estuvo de Presidente! Porque quisiera aparentar, en sus palabras, que nosotros seríamos inconsecuentes con lo que manifesté en mi exposición.
Yo quiero decirle, concretamente, que hemos dicho que, en la forma en que está redactado el proyecto, nos parece que es anticuado, que no se contemplan ninguna de las técnicas que debieron haberse expuesto en él.
Nosotros pedimos, con un acuerdo de la Comisión de Hacienda completa, de todos los partidos, haber tenido un debate público con los economistas de los distintos sectores. Su Señoría no lo permitió, por un antojo. Y tienen una pelea en el Senado con el proyecto de la Democracia Cristiana, de reforma constitucional. Y éste es el apuro en despachar este proyecto que es nefasto para los intereses económicos de Chile. Estamos dispuestos, y lo estamos señalando, a tener este debate, a entrar a participar en él con las ideas que, modestamente, puedan contribuir a mejorarlo. Pero no partamos de esta base de esta actitud de Su Señoría, con sectarismos, impidiendo que vaya a la Comisión que le corresponde, por una triquiñuela que Su Señoría tenía a la mano en el Reglamento; porque en la misma forma con que le dio destino la Democracia Cristiana para que fuera a Hacienda, fue la iniciativa que tuvo el Gobierno para mandar a Hacienda el proyecto de ley sobre indígenas.
En consecuencia, teníamos razón quienes sosteníamos lo contrario. Somos consecuentes en la manera de expresarnos en la Sala con nuestras actitudes permanentes, que son las que rigen, en el fondo, el destino de este proyecto.
Termino manifestando que la fórmula propuesta por el Gobierno no nos complace, porque, aparte de ser inconstitucional, como lo ha sostenido el señor Arnello, tiene una serie de vacíos. Estamos en contra de ella. Y si se aceptan las indicaciones presentadas, tendríamos que cambiar de actitud, porque el país lo reclama.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del señor Diputado.
El señor Guastavino ha solicitado un minuto.
El señor Huepe ha solicitado también un minuto.
El señor HUEPE.-
Dos o tres minutos.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señores Diputados, la Mesa quiere manifestar lo siguiente: Los Comités que no han usado de la palabra, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 213 del Reglamento, disponen de hasta diez minutos.
Han usado de la palabra, hasta el momento, los Comités Demócrata Cristiano, Nacional y Comunista. Quedan todavía los otros comités.
La Mesa entiende que los otros Comités no podrían hacer cesión de sus tiempos; pero, para poder facilitar precisamente el debate en esta materia, por un acuerdo unánime podríamos autorizar a los Comités que disponen de tiempo para que pudieran cederlo a otros señores Diputados.
¿Habría acuerdo para proceder de esa manera?
El Comité Demócrata Cristiano, que no va poder usar de la palabra en esta ocasión, porque ya hizo uso de ella en la sesión anterior, solicita hasta cinco minutos.
¿Habría acuerdo? Perfectamente, se tomarían los dos acuerdos, entonces, señores Diputados.
Acordado.
Tiene la palabra el Comité Socialista, hasta por diez minutos.
El señor SCHNAKE.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor SCHNAKE.-
Voy a concederle una interrupción al colega Guastavino.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Guastavino.
El señor GUASTAVINO.-
Muchas gracias, señor Presidente.
Es simplemente para aclarar lo siguiente: Reglamentariamente, el proyecto que regula y define las tres áreas de la economía chilena tendría que haber pasado a la Comisión de Hacienda sólo merced a una arbitrariedad del Presidente, en aquel entonces, de la Comisión de Economía, Fomento y Reconstrucción, porque el artículo 72 dice:
"La Comisión de Hacienda conocerá los proyectos en los casos siguientes: 1º) Cuando le corresponda por ser de su exclusiva competencia", que no es el caso; y
"2º) Cuando los proyectos hayan sido informados por las Comisiones técnicas, y dichas iniciativas establezcan o aumenten contribuciones, impuestos o derechos, o impliquen disminución de entradas fiscales, únicamente en la parte que se refieren a dichas contribuciones, impuestos o derechos o disminución de ingresos". No es el caso.
El proyecto no establece ninguno de estos requisitos. En consecuencia, sólo en razón de una actitud convencional de carácter arbitrario, a una exégesis absolutamente antojadiza del Presidente de la Comisión de Economía, el proyecto tendría que haber pasado a la Comisión de Hacienda. Y yo me pregunto: ¿para qué, si el trámite legislativo estaba recién iniciado y la discusión parlamentaria puede hacerse completamente en la Cámara de Diputados y posteriormente en el Senado? Y todos saben que éste no es un proyecto para dos trámites constitucionales, sino que, seguramente, para cinco trámites constitucionales, aparte del tratamiento de los vetos que tendrá que conocer el Congreso Nacional. No hay, pues, limitación alguna en la discusión correspondiente.
El Partido Nacional dice hoy día que esta iniciativa es anticuada, y sus personeros se ponen ultrancistas, ultraizquierdistas, ultrarrevolucionarios;...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Phillips, le ruego guardar silencio.
El señor GUASTAVINO.-
Yo he escuchado a Su Señoría con toda atención, pero, en el fondo ¿de qué se trata concretamente? Que nadie se equivoque...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Phillips, ruego a Su Señoría guardar silencio.
El señor GUASTAVINO.-
Perdón; y termino para devolverle la palabra a mi colega socialista. Detrás del rechazo de este proyecto no hagamos simplemente una discusión académica, lírica y bucólica hay intereses económicos, intereses de clase que están en juego; de modo qué digamos las cosas clara y derechamente: el Partido Nacional, como reiteradamente lo ha hecho a través de la historia, defiende los intereses que este proyecto, naturalmente, tiene que atacar.
Nada más y muchas gracias.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el señor Schnake.
El señor PHILLIPS.-
¿Me puede prestar un minuto, colega Schnake? Se lo devuelvo en otra oportunidad.
El señor SCHNAKE.-
He concedido una interrupción a la colega Carmen Lazo, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Con la venia de Su Señoría tiene la palabra la señora Lazo.
La señora LAZO.-
Señor Presidente, en realidad, el DiputadoPhillips acusó a todos los que somos representantes de los que podríamos llamar Diputados de gobierno, por no estar en el muy apresurado acuerdo que adoptó en la mañana la Comisión de Hacienda. Pero la verdad es que la misma Derecha, el mismo Partido Nacional, había pedido a la misma hora en que se reunía dicha Comisión, una sesión especial de la Cámara para tratar, según sus Diputados, el problema del Servicio Nacional de Salud y de la salud del pueblo. Personalmente, fui dirigente del gremio de la Salud en los tiempos en que era Presidente el señor Alessandri. Fui apaleada y golpeada, cuando mataron a Becerra, que era democratacristiano.
Me quedé diez minutos, aquí, en la Sala, porque quería escuchar los argumentos de la Derecha; cuando subí a la Comisión, ya se había votado este proyecto. De manera que no hubo el propósito de que la gente de Izquierda no asistiera, sino que, empleando una táctica, el Partido Nacional, repito, pidió una sesión especial de la Cámara a la misma hora en que funcionaba la Comisión de Hacienda, que era a las once de la mañana.
De manera, colega Phillips, que no fuimos por irresponsables, sino porque teníamos interés en escuchar las interesantes palabras de la DiputadaSilvia Alessandri y del señor Scarella, quienes en la mañana de hoy, enjuiciaron, en nombre de la Derecha chilena, la política del Gobierno sobre la salud en nuestro país.
Muchas gracias.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el señor Schnake.
El señor SCHNAKE.-
Señor Presidente, como son muy pocos los minutos que le restan al Comité Socialista, quiero, dentro de este breve tiempo, hacer resaltar el sentido del proyecto que hoy se debate y, fundamentalmente, recalcar que él corresponde a la consecuencia que el Gobierno de la Unidad Popular ha observado en el ejercicio de todos sus actos; y podemos decir, con muy legítimo orgullo, que, en Chile, son pocos los que, realmente, han sido capaces de plantearse, a lo largo de una campaña electoral, un programa de acuerdo con sus principios y, al momento de llegar al Gobierno ejercer ese Gobierno consecuentemente con lo que antes han planteado.
Nosotros dijimos, en el curso de la campaña, que estableceríamos el área de propiedad social, el área de propiedad mixta y que mantendríamos, en lo fundamental, el área de propiedad privada, de la propiedad sobre los medios de producción. Pues bien, este proyecto tiene por objeto, precisamente, darle estatuto legal a lo que se ofreció al pueblo de Chile y, fundamentalmente, a establecer de manera objetiva el área de propiedad social, haciendo que se incorporen a ellas todas aquellas industrias que tengan una importancia realmente vital para el país, o que, por su carácter monopólico, constituyen una fuerte traba para el progreso económico y el desarrollo ulterior de nuestra economía.
Por eso, contrariamente a lo que se ha querido sostener por algunos sectores, este proyecto beneficia de manera fundamental a dos grandes sectores de nuestra población: al mayoritario, a aquél que forma realmente la base de sustentación de un país, como es su clase trabajadora; y a aquellos sectores de la pequeña burguesía, donde se encuentran insertos los medianos y pequeños productores.
Se ha sostenido que lo que deseamos es terminar prácticamente con los medianos y pequeños productores. Sin embargo, como ya lo decía el DiputadoGuastavino, de 35 mil industrias aproximadamente censadas en el país, de acuerdo con los propios informes que la Comisión de Economía, Fomento y Reconstrucción ha tenido a la vista, este proyecto no afecta a más de 250. Se ha dado como argumento en contra el que, sin embargo, estas 250 industrias, que tenían un capital y reservas superiores a 14 millones de escudos en diciembre de 1969, copan la mayoría de la producción nacional en el campo privado; y este argumento se vuelve en contra de quienes lo esgrimen. El hecho es cierto. Efectivamente, en estas doscientas y tantas industrias que deseamos que se incorporen al área social de producción, se encuentra la gran producción privada de Chile. El porcentaje no está calculado pero es posible que llegue a algo así como al 80% de la producción del campo privado. Y digo que este argumento se vuelve en contra de quienes lo esgrimen, porque esa sola circunstancia está reflejando y revelando, al mismo tiempo, el carácter monopólico, egocéntrico, de la producción en Chile. Doscientas y tantas empresas del sector privado controlan aproximadamente el 80% de la producción y, sin embargo, cerca de 35 mil deben debatirse entre el apoyo que les dan estas pocas industrias y la restricción que de ellas reciben y son manejadas con mano mucho más dura que la que muchos suponen al Estado. No sin razón hemos podido constatar, por ejemplo, en las áreas que ya hemos explorado, incorporándolas al área social, como el área textil...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Schnake?
Ha terminado el tiempo del Comité Socialista.
El señor SCHNAKE.-
Pido que se me prorrogue el tiempo solamente por tres minutos para terminar mi intervención.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para concederle tres minutos al señor Diputado?
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
-Varios señores DIPUTADOS.- No.
El señor TUDELA.-
No.
Un señor DIPUTADO.-
¡Cómo no se lo van a conceder!
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El acuerdo adoptado es suficientemente práctico para permitir que algún otro Comité le ceda el tiempo, señor Diputado.
El turno siguiente corresponde al Comité de la Izquierda Cristiana.
El señor VIDELA.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor VIDELA.-
Le concedo una interrupción al señor Schnake.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Schnake.
El señor SCHNAKE.-
Como decía, en el área textil ya hemos podido comprobar cómo decenas y centenares de pequeños y medianos industriales textiles vivían en la angustia de la dependencia de cuatro o cinco grandes monopolios, que les racionaban las materias primas y los presionaban en esta forma; empresas poderosas que, con estas presiones, ejercían, en definitiva, poder político.
Pues bien, lo que la Unidad Popular desea, en consecuencia, es darle forma y contenido legal a una vieja aspiración: a que la producción del país, en aquellos sectores realmente vitales para su desarrollo, tenga un sentido de producción social y no un sentido de producción capitalista o de lucro; que el desarrollo de una gran industria llegue a beneficiar, en su ampliación y en sus utilidades, a todos los chilenos y no sólo a unos pocos; y, al mismo tiempo, que los trabajadores tengan una participación directa en ese proceso, no únicamente a través de la participación que significa que la propiedad sea social, es decir, de todos, sino que también en el manejo o en la gestión de la empresa.
Eso es lo que el proyecto pretende en sus grandes líneas, y es lo que esperamos que la Cámara de Diputados apruebe, por lo menos, en su idea de legislar.
Agradezco al Comité de la Izquierda Cristiana el tiempo que me ha concedido.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede continuar el señor Videla.
El señor VIDELA.-
Le concedo una interrupción a mi colega señor Silva.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Con la venia de Su Señoría, tiene la palabra el señor Silva.
El señor SILVA (don Julio).-
Señor Presidente, tal como se ha dicho ya, este proyecto es fundamental, desde el punto de vista de toda la concepción programática de la Unidad Popular y del Gobierno de la Unidad Popular, para iniciar, de una manera profunda, la transformación de nuestra economía.
Nuestra economía tiene un alto nivel de concentración monopólica, y el capital monopólico domina, de un modo extraordinariamente decisivo e importante, la industria y el comercio en el país. En ese sentido, sólo creando esta área social precisamente en el sector que, en la actualidad, está dominado por el capital monopólico, se podrá hacer rectificaciones profundas en el orden de la redistribución del ingreso, en el orden de alterar la estructura productiva en favor del consumo popular, de planificar la economía, de detener la penetración del capital extranjero, de contener la inflación; de sustituir, en buenas cuentas, como se ha dicho, el régimen capitalista, dejando actuar a las fuerzas productivas y democratizando la economía, en el sentido de liberarla del poder del capital monopólico, que es un poder antidemocrático; del poder del dinero, que no tiene otra base, sino, simplemente, que la posesión del capital.
En la iniciación de esta política de construir el área social, el Gobierno optó por poner en práctica un "slogan" que se había difundido mucho en el país: "Hechos y no palabras". Y, entonces, en lugar de enfrascarnos en un largo debate que, por lo demás, se había suscitado y planteado muchas veces: la sustitución del capitalismo, la transformación de la economía; en lugar de un largo debate parlamentario, prefirió actuar de hecho con los medios legales que tenía en su mano para avanzar en la construcción de esta área social. En ese sentido, pues, se mantuvo dentro de la norma fundamental que se había planteado, en cuanto a avanzar hacia el socialismo dentro de los cauces legales.
Se ha discutido mucho y se ha censurado mucho al Gobierno, porque no empezó por enviar un proyecto de ley al Congreso. Por último, esa discusión puede ser hasta cierto punto admisible, en el sentido de determinar si era más conveniente o no. Pero nadie podrá discutir que ese proceso se realizó por parte del Gobierno, no por una nueva ley, sino usando las ya existentes, tanto para expropiar, como en el caso de los latifundios, mediante la Reforma Agraria, como para tomar, a través de una institución tan antigua como la compraventa, el control de alguno de los grandes monopolios y poder constituir esta área; y también utilizando otros medios legales existentes desde hace mucho tiempo, para establecer un control transitorio sobre determinadas empresas, a través del requisamiento y otras medidas de ese tipo que también la ley le permitía. De manera que ese camino de ninguna manera vulnera el principio esencial, si bien puede discutirse si debió o no haber empezado por este proyecto que ahora se presenta. A mi juicio, hizo bien al empezar a actuar de hecho con las leyes existentes y no enfrascarse en una larga discusión doctrinaria, que, en realidad, iba a postergar y a entrabar la realización efectiva de este proceso. Y lo curioso es que los que tanto reclamaban por el envío de este proyecto de ley, ahora, cuando llega, resulta que lo votan en contra, y, aún más, lo votan en contra planteando una serie de ideas que corresponden a la orientación y al grueso de la iniciativa. Haciendo distintas consideraciones, lo votan en contra precisamente los sectores que más reclamaban que se enviara este proyecto de ley para determinar las tres áreas.
Quiero también referirme al problema que se planteó ayer, en especial en el discurso del señor Huepe, que escuché con mucho interés, porque me pareció muy constructivo, respecto de la participación de los trabajadores.
En primer lugar, declaramos que no somos partidarios del llamado capitalismo de Estado tampoco en el programa de la Unidad Popular se plantea una forma de capitalismo de Estado; y, en segundo lugar, afirmamos que somos partidarios de una amplia y directa participación de los trabajadores en el área estatal, y no sólo en la dirección de las empresas del Estado porque hasta cierto punto esa sería la participación menos importante, sino que participación directa de éstos en la planificación de la economía, en el aparato planificador de la economía y en los organismos e instancias del Estado mismo. Solamente así concebimos un Estado popular. Pero, desde luego, también participación, y amplia, en la dirección de las empresas del sector estatal. Somos partidarios, también, de las llamadas "empresas de trabajadores". Pero con la misma claridad decimos que no creemos convenientes estas empresas de trabajadores en lo que podríamos llamar el área estratégica o dominante, el área actualmente controlada por los monopolios, esta área social que reemplaza al sector monopólico, o sea, aquel que comprende el cobre, el acero, la banca, todo el sector estratégico de la economía. ¿Y por qué no somos partidarios en este sector? Porque de lo que se trata, como la misma Democracia Cristiana lo ha planteado en muchas oportunidades, es de sustituir el capitalismo. No se trata de sustituir unos capitalistas por otros, sino de sustituir el sistema. Y, por lo tanto, no se trata de convertir a grupos de trabajadores en especie de nuevos capitalistas, de nuevos privilegiados, dueños de una nueva rentabilidad privilegiada, ya que serían dueños, por lo menos de la utilidad, de aquellas empresas que tienen una rentabilidad privilegiada en relación al resto de la economía, empresas que pasarían a estar al servicio de su lucro y de sus intereses particulares. Creemos, por lo tanto, que este sector de la economía que comprende, por ejemplo, el crédito bancario, el cobre, el acero, es decir, el sector estratégico de la economía, no puede ser de un grupo de trabajadores ni puede estar al servicio de los intereses particulares de un grupo de trabajadores ni del lucro de un grupo de trabajadores, porque abarca cosas que pertenecen a toda la sociedad, a la sociedad en su conjunto y al conjunto de los trabajadores. Por eso creemos que las empresas de trabajadores, de las que somos partidarios, no debe estar situada en ese sector.
Por otra parte, nos ha extrañado tenemos que ser francos en decirlo esta exageración con que, por parte de los colegas y de la prensa de la Democracia Cristiana se plantea este asunto de la participación de los trabajadores. Se plantea en términos tan extraordinariamente amplios, de manera tan extraordinariamente hipertrofiada de que todas las grandes empresas se entreguen, prácticamente, al control directo de todos los trabajadores que allí trabajan, que yo, por lo menos, tengo derecho a pensar y a decir...
El señor PUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Silva, ha terminado el tiempo del Comité de la Izquierda Cristiana.
El turno siguiente corresponde al Comité Radical.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Señor Presidente, nosotros...
El señor SILVA (don Julio).-
¿Me concede un par de minutos?
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Señor Presidente, le voy a conceder dos minutos al señor Silva.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Silva.
El señor SILVA (don Julio).-
Señor Presidente, lo que yo quería señalar, para completar la idea, es que, sin ser mal pensado, esto me parece sospechoso y lo digo francamente. Pareciera que a través de este expediente de hipertrofiar y de amplificar tanto esta exigencia de la participación de los trabajadores, se está, en el fondo consciente o inconscientemente tratando como de obstruir, en definitiva, el proceso del cambio hacia el socialismo, o bien, de convertir este proceso en un desbarajuste fenomenal.
¿Y por qué tengo derecho a tener esta sospecha y a plantear esta inquietud? Porque resulta que durante los seis años del Gobierno anterior no se consiguió ni la más modesta participación de los trabajadores en las empresas del Estado, menos todavía en las empresas del sector privado. Y, entonces, ocurre que los mismos sectores o intereses que, en ese entonces, se opusieron tenazmente, desde dentro del Gobierno, a otorgar una participación mínima, hoy día, sin embargo, levantan la bandera de una participación total, que significa, prácticamente, entregar toda la parte más fundamental y medular de la economía a esta autogestión directa por parte de los trabajadores, que percibirían y manejarían, además, las utilidades. Esto, evidentemente,...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SILVA (don Julio).-
Si sé, señor Pareto, que en el Partido de Gobierno de ese entonces, se aprobó esta participación de los trabajadores y se hicieron, como decía, enormes esfuerzos para llevarla adelante. Pero también es cierto que dentro de ese Partido hubo sectores que se opusieron a una participación mínima. Porque en ese entonces se hablaba de una participación de, apenas, dos trabajadores en consejos de diez o más personas. Y resulta que ahora los que ayer se oponían vienen a plantear la autogestión prácticamente de la economía por los trabajadores...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor SILVA (don Julio).-
Esto es lo que me parece sospechoso. Y, por eso, pregunto: ¿hasta qué punto detrás de este pretexto, de este expediente de la autogestión, no se esconde el propósito de obstruir el proceso de cambio de la sociedad, de la misma manera que entonces también se obstruyó?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Silva, ¿me perdona? Ha pasado el tiempo que se le ha concedido por parte del Comité Radical.
Puede continuar el señor Clemente Fuentealba.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Señor Presidente, los Diputados radicales entramos con mucha satisfacción en el debate de este proyecto de ley, porque nadie puede negar que fue el Partido Radical el que en el año 1938 fortaleció el sector público con la creación de la Corporación de Fomento de la Producción y porque fue también el Partido Radical el que aportó al programa de la Unidad Popular esta idea de la creación de los tres áreas. Además, la iniciativa que se está debatiendo fue como un anteproyecto que el Partido Radical presentó para su discusión en el seno de la Unidad Popular.
Consideramos de mucha importancia este proyecto para la economía del país.
Quizás si la falta de abastecimiento de algunos artículos esenciales para la subsistencia de los chilenos se debe al eco que ha encontrado en algunos empresarios la campaña del terror de ciertos sectores que afirma que aquéllos van a ser despojados de sus empresas cualquiera que sea su importancia o entidad. Es decir, no han contado con la seguridad, con la confianza, con la tranquilidad, en circunstancias que ellos no tienen nada que temer, como lo ha repetido hasta el cansancio el propio Presidente de la República.
Todos los sectores avanzados del país venían exigiendo que el Gobierno enviara un proyecto que definiera las tres áreas económicas, con el objeto de saber claramente cuáles empresas iban a ser expropiadas.
Señor Presidente, estamos construyendo el socialismo y estamos desprendiéndonos de un sistema capitalista cuyo representantes no se rinden y emplean todos los medios para impedir su desaparecimiento. Para esta etapa de la construcción del socialismo tenemos un programa. En él figura el establecimiento de las tres áreas, y, entre ellas, el área de la propiedad privada, en la que se contempla el respeto, el amparo, la ayuda, el impulso al mediano y pequeño empresario. Muchos creen que se tendrán estas consideraciones con este sector sólo en esta etapa de transición hacia el socialismo y que, una vez consolidado éste, tiraremos por la borda tales consideraciones y todas las empresas pasarán a pertenecer al Estado. Nada más falso. Hemos dicho que este proceso es a la chilena, que estamos construyendo nuestra propia estructura socialista, por nuestro propio camino; y si otras naciones que tienen más de veinte años en el sistema socialista, como Polonia, la República Democrática Alemana no han eliminado al pequeño empresario, ¿qué aconsejaría hacerlo en Chile, cuando la gran parte de la economía está en manos de estos hombres de trabajo? Creemos que, como en otros países, bastaría eliminar sus ganancias excesivas.
Pensamos, señor Presidente, que la Democracia Cristiana coincide con nosotros en casi todos los aspectos del proyecto,...
El señor HUEPE.-
Ustedes coinciden con nosotros.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
...y que va a salir del Congreso con el aporte de sus votos, porque estamos seguros de que sus ideas están más cerca de las nuestras que de las de la Derecha. Sin embargo, hay un punto sobre el cual tenemos discrepancias, y es en el de las empresas de trabajadores.
La Democracia Cristiana expresa que el hecho que las empresas pasen al Estado al área social decimos nosotros, porque el Estado es de la sociedad significa que los trabajadores solamente cambiarán de patrón, y si antes trabajaban para un empresario particular, en adelante trabajarán para el Estado patrón, y que, por esta razón, ellos están de acuerdo en formar las empresas de trabajadores.
Pero ¿qué son estas empresas de trabajadores, tal como las hemos entendido nosotros? Es la empresa de trabajadores, o sea, el desarrollo de la empresa por medio de la autogestión, los trabajadores serán dueños de las empresas. Su planificación, su administración y su control estarán en sus manos, y sólo contribuirán a la comunidad por medio del pago de los impuestos y tributos, pero ellos se repartirán las utilidades. Es decir, los excedentes no irán a la comunidad, como hoy día no van en el sistema capitalista que queremos sustituir. Sabemos que en Chile, como en el mundo capitalista, hay empresas prósperas que, por producir más materias o artículos que dejan mayor ganancia, obtienen mayor utilidad; y hay otras que trabajan apenas para cubrir sus costos. Tenemos el caso de las empresas del cobre, donde el salario medio es de más o menos, seis mil escudos mensuales, y el caso de la agricultura, donde los obreros ganan salario mínimo de veinte escudos diarios, seiscientos escudos mensuales. Si estas empresas no tienen nada en común que las relacione, serán como compartimentos de estanco en la economía y habrá varias clases de trabajadores. Por eso, nosotros no estamos de acuerdo con esta idea de la Democracia Cristiana.
Nosotros creemos que la imagen que del Estado tiene el chileno se ha creado con la influencia que ha tenido la Derecha en propagar esta falsa imagen. La idea de que el Estado es pésimo administrador no es nueva: treinta o cuarenta años atrás se decía lo mismo, y aun en los Gobiernos de Derecha, cuando el Estado estaba en sus manos, se decía también igual. No se han detenido a pensar que la mayoría de las empresas estatales que han existido no tienen fines de lucro, es decir, proporcionan servicios. Pero, ¿qué ha hecho el Estado? El Estado ha construido escuelas, hospitales, puentes, embalses; creó la ENDESA, la ENAP, los aeródromos, los oleoductos, los caminos, etcétera, que la empresa particular no habría sido capaz de hacer...
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señor Fuentealba, ¿me permite? Ha terminado el tiempo del Comité Radical.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Necesitaría sólo dos minutos más, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para conceder dos minutos al señor Fuentealba?
-Varios señores DIPUTADOS.- No.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
No hay acuerdo.
El turno siguiente corresponde al Comité Radical Independiente de Izquierda que ha cedido dos minutos al señor Fuentealba.
Puede hacer uso de los dos minutos Su Señoría.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
Critican al Estado para seguir disfrutando de los privilegios, de los monopolios, acumulando riquezas, pero, si bien es cierto que el Estado ha logrado crear en parte la infraestructura de la economía chilena, no puede detenerse ahora, en la época actual, la palanca para el cambio, tiene que ser el instrumento para la construcción del socialismo teniendo en sus manos todas las empresas que condicionan el desarrollo del país. El Estado no es un ente separado, el Estado no es una empresa aparte que trabaja para obtener utilidades, no es una empresa que pertenece al Presidente Allende y a sus Ministros y cuando ellos dejen el poder no podrán llevarse utilidad alguna y, así como hoy dirige el Estado la Unidad Popular, mañana podrá estar en manos de la Democracia Cristiana...
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor FUENTEALBA (don Clemente).-
De tal manera que no es una cosa especial que está solamente en manos de unos pocos. No lo deseo, señor Presidente, pero, puede ser así.
Ayer, el señor Huepe hacía una comparación de la empresa de trabajadores con algunos sectores que hoy día laboran en esta forma. La verdad es que no se puede comparar la empresa de trabajadores que ellos anuncian, por ejemplo, con los asentamientos, ya que estos últimos solamente constituyen una etapa transitoria de la reforma agraria. De tal manera que no cabe esa comparación. Nosotros no estamos en condiciones de analizar el proyecto de reforma constitucional que se encuentra en el Senado; pero, de todas maneras, creemos que tenemos la obligación de aunar voluntades para que tanto aquel proyecto como este que estamos debatiendo en la Cámara, sean aprobados cuanto antes sin interferirse, porque la verdad es que si se ha estado esperando tanto tiempo y se ha pedido que se realice este programa de las tres áreas, lo lógico es que todos tengamos la mejor voluntad para despachar el proyecto cuanto antes.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor PARETO.-
¡Muy bien!
El señor CERDA, don Eduardo (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la palabra el Diputado señor Naudon.
El señor NAUDON.-
Los Diputados del Partido de Izquierda Radical vamos a votar favorablemente la idea de legislar en este proyecto sobre las tres áreas de la economía. Desde luego, porque está considerado en el programa de la Unidad Popular al señalarse la necesidad de establecer una área social de la economía.
De la misma manera, señor Presidente, en la Convención del año 1967 del Partido Radical, fueron incorporadas estas ideas en el programa en un trabajo realizado por el Senador y economista don Alberto Baltra. Estimamos, además, que es necesario en un Gobierno que está propugnando cambios estructurales, que se dicte una legislación que determine claramente cuál va a ser el área de propiedad social, cuál es el límite del área mixta y el del área privada.
Discrepamos, eso sí, en algunos aspectos del proyecto que no son de fondo. Nos habría gustado más que se hubiera definido por sectores de producción aquellas empresas que van a ser incorporadas al área de propiedad social, porque tal como está establecido en el proyecto solamente atendemos al capital, al patrimonio de las empresas para hacerlas nacionalizables o no. Habría sido preferible que se hubieran indicado los sectores de producción, considerando para incorporar a esta área de propiedad social aquellas empresas que, como aquí se dice en el proyecto, tienen una importancia preeminente. Ahora bien, es posible que tengan importancia preeminente empresas con un capital inferior a catorce millones de escudos. De esta manera estamos dejando al margen del área de propiedad social a empresas que pueden ser estratégicas e, incluso, monopólicas. Por eso, insisto en que nos habría gustado más la definición de lo que formaría esta área en base a sectores de producción.
Por otra parte, el proyecto presenta algunos defectos. No se dice y por eso hemos presentado una indicación qué va a suceder con aquellas empresas que se formen o se hayan constituido después del 31 de diciembre de 1969 y tengan un capital superior a catorce millones de escudos; o de aquellas que lleguen a tener posteriormente a esa fecha más de catorce millones de escudos. Nosotros creemos que esto tiene que corregirse necesariamente durante la tramitación del proyecto de ley, y dejaremos gran parte de nuestras indicaciones para ser presentadas en el Senado, donde esperamos recibir una información más completa de los técnicos de nuestro Partido.
Pero, mientras tanto, en la discusión habida con el señor Ministro de Economía, que ha estado llano a nuestras sugerencias, obtuvimos la exclusión, a través de una indicación presentada por los parlamentarios de Gobierno, de diversas empresas que era aconsejable no incorporar a esta área social, como son las empresas periodísticas y muchas otras que aquí se indican y que vienen por la vía indirecta a completar aquellas que nosotros hubiéramos querido hacerlo a través de una enumeración taxativa de empresas estratégicas que deben incorporarse al área social.
De la misma manera se soluciona un pequeño problema, que no era tan nimio, que se presentaba con la indemnización a los obreros y empleados de las empresas. Porque tal como estaba redactado el proyecto original había que atender a una cifra o resultado matemático de obreros y empleados por años de servicios y por salarios percibidos.
Ahora quedó esto en otra forma y se indica que se destinará o deducirá una cantidad prudencial.
También estimamos que es indispensable que se cree en la ley, facultando al Presidente de la República para ello, una especie de Superintendencia que tenga a su cargo la tuición, podríamos decir, o vigilancia de todas estas empresas que van a entrar al área social, porque en estos instantes no hay un organismo en Chile que pueda asumir esta función. De manera que en otra indicación que hemos entregado, facultamos al Presidente de la República para que en el mismo plazo fijado, de acuerdo con una disposición del proyecto, cree esta Superintendencia que va a tener el control de las empresas que se van a incorporar al área social. Hoy día éstas no tienen un organismo contralor, rector de ella, aun para la planificación y programaci��n.
Como decía, el proyecto era necesario, porque aparte de incorporar o sancionar lo que va a ser el área social, entregará como consecuencia la seguridad que estaban reclamando los sectores medios de la producción en Chile.
Nosotros estamos de acuerdo, incluso, en que en el mismo proyecto de ley se establezcan las facultades que actualmente da al Gobierno el decreto ley 520, a fin de que no se diga que el Ejecutivo se está "guardando facultades en el bolsillo" para aplicarlas después. Creemos que deben ser reproducidas.
Nada más, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El turno siguiente corresponde al Comité Independiente.
El señor LAEMMERMANN.-
Voy a conceder una interrupción al Diputado señor Arnello.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Puede hacer uso de la interrupción el señor Diputado.
El señor ARNELLO.-
Muchas gracias.
Ya en una oportunidad anterior, los Diputados nacionales demostramos en forma por demás clara y extensa, la ilegalidad que existía en las actuaciones del Gobierno en toda la política económica, fundamentalmente en aquella a que se refería el Diputado señor Silva, que tiende a crear o ampliar el área social.
Y lo que exigíamos en aquella oportunidad y pretendíamos sancionar era que se cumpliera la obligación de atenerse a las normas de la Constitución Política, que no se la violentara, que no se atropellara la ley, que no se abusara ni desviara el poder, tergiversando disposiciones y disfrazando actuaciones. Y ahora resulta que se ha enviado un proyecto de ley al que igualmente le señalamos la necesidad de someterse a las disposiciones constitucionales y de no infringirlas abiertamente como lo hacen.
Este proyecto no se atiene a las disposiciones de la Constitución y, por el contrario, las infringe abiertamente. Si el Gobierno quiere hacer lo que en este proyecto se persigue, debe realizarlo, necesariamente, por la vía de la reforma constitucional ...
El señor GUASTAVINO.-
¡No, señor!
El señor ARNELLO.-
... y no por la vía de un proyecto de ley, como lo pasaré a demostrar en unos instantes.
El señor GUASTAVINO.-
¡Profundo error!
El señor ARNELLO.-
Consecuentes con esta posición, los Diputados nacionales estamos en contra de un proyecto que vulnera en seis de sus artículos, expresas disposiciones constitucionales y, en cambio, ...
El señor GUASTAVINO.-
Los monopolios.
El señor ARNELLO.-
... estuvimos con nuestros Senadores por el apoyo de un proyecto de reforma constitucional que delimita igualmente las áreas, que permite que el Congreso Nacional, por la vía que legítimamente corresponde, entre a pronunciarse sobre esta materia. De manera que no se elude la definición del problema, sino que se pretende que se haga por los resortes constitucionales vigentes.
El señor GUASTAVINO.-
Para dejarlo todo igual.
El señor ARNELLO.-
¿Qué es lo que este proyecto pretende hacer y en qué contradice la Constitución? Pretende que se faculte al Presidente de la República para que por la vía del decreto nacionalice todo o parte de una serie de empresas que se encuentran en las condiciones amplias y generales que señalan los artículos precedentes, facultad que no está contemplada en parte alguna de la Constitución. La única facultad que le puede otorgar el Congreso Nacional al Jefe del Estado de manera legítima y clara es la que señala el artículo 44 número 45 de la Constitución. Es decir, delegar facultades legislativas en casos determinados para proceder por la vía de los decretos leyes de las cuales están expresamente excluidas las normas referentes a las garantías constitucionales que se encuentran precisamente afectadas en una nacionalización.
En segundo lugar, permite una indemnización que no es equitativa, que no reúne los requisitos necesarios de ser equitativa que señala la Constitución Política en el inciso séptimo del número 10 del artículo 10. Y no es equitativa, porque permite establecerla con un sistema que significa, en la mayor parte de los casos, lisa y llanamente, no pagar absolutamente nada polla expropiación o nacionalización que se haga de las empresas. Y cuando los señores Diputados se referían a aquel número reducido de 200 y tantas empresas, lo estaban haciendo, en realidad, al patrimonio de los 400 mil accionistas de aquellas empresas, en la proporción, en la cantidad o en el monto de las acciones que cada uno de ellos posee.
El proyecto pretende establecer una serie de descuentos al valor de expropiación de las empresas, determinados en algunos de los artículos, descuentos que también son inconstitucionales, porque rompen la norma de equidad que señala el referido inciso del número 10 del artículo 10 de la Constitución; descuentos que no tienen justificación alguna, sino que son, expresamente, una excepción seria y no permitida por la Constitución y las normas que la propia Constitución, imperativamente, establece para toda expropiación.
En seguida, pretende que se pague en bonos a un plazo diferido, lo ha dicho expresamente, como lo ha dicho en el inciso octavo para el caso de la expropiación de predios rústicos o en el inciso noveno, me parece, para la nacionalización de la gran minería del cobre. Pero todo el resto de las nacionalizaciones o expropiaciones tiene que hacerse de acuerdo a las disposiciones del inciso séptimo, que obligan a un pago equitativo y no autorizan el pago diferido a 30 años. Nueva causal, en consecuencia, de inconstitucionalidad es la forma de pago que el proyecto contempla y señala.
Por último, el tribunal a que se refiere también adolece de un vicio de inconstitucionalidad, porque se pretende excluirlo de la jurisdicción disciplinaria y correctiva que a la Corte Suprema otorga el artículo 86 de la Constitución Política del Estado, cuyo efecto preciso y cabal es el recurso de queja.
De manera que existen todas estas causales de inconstitucionalidad en el proyecto, que son las que determinan la finalidad del mismo; las que determinan sus características especiales, las que determinan las ideas matrices que tiene. Lo demás del proyecto no pasa de ser sino meramente declarativo; no pasa de ser un afán de poner nombre a lo que hoy día existe en Chile. Hay empresas de propiedad del Estado, empresas de propiedad mixta y empresas de propiedad privada. Es decir, es una mera declaración que nada altera ni nada significa, pues lo sustantivo del proyecto es inconstitucional; lo demás no quita ni pone absolutamente nada a lo existente.
Quiero decir, además, que esta situación es tanto más incomprensible cuanto ya existe en el Senado, aprobado en general, un proyecto de reforma constitucional que sí permite establecer legítimamente la división de área, al plantear lo que el Gobierno quiere plantear.
En relación a lo que decía el Diputado señor Naudon, quiero señalar que el Ejecutivo ha presentado una indicación al proyecto de reforma constitucional que revela, en parte, junto con este proyecto, cuál es la verdadera intención que tiene. Ha presentado una indicación en la cual no hace limitación del monto del capital, sino que reserva para el Estado actividades económicas que enumera en una larga lita de diez números, que comprenden prácticamente las actividades más importantes y más variadas que puedan darse en el país.
Quiero señalar, además, para que se aprecie hasta qué punto era inconstitucional este proyecto cuando llegó a la Comisión, que establecía la expropiabilidad de todas las empresas con capitales mayores a 14 millones de escudos. Esto, señores Diputados democratacristianos, vulneraba, precisamente, una de las disposiciones de las Garantías Constitucionales suscritas por la Democracia Cristiana y la Unidad Popular. De modo que...
El señor FUENTES don César Raúl (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Independiente.
En conformidad al acuerdo de la Sala, corresponde cinco minutos al Comité Demócrata Cristiano.
Ofrezco la palabra.
El señor HUEPE.-
Pido la palabra.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Diputado señor Huepe.
El señor HUEPE.-
Señor Presidente, quisiera aprovechar estos cinco minutos para terminar las observaciones que ayer empecé a formular.
Uno de los puntos principales de la indicación sustitutiva que nosotros hemos presentado, tiende, precisamente, a mantener radicada en el Congreso la facultad del traspaso al área estatal. Ayer insistía en que no se pretendía con esto, como algunos sectores han tratado de deformarlo, dictar una ley por empresas. Lo que a nosotros nos interesa, y nos alegramos sinceramente de que el señor Naudon, en nombre del Movimiento Radical de Izquierda, haya expresado el mismo criterio, es la posibilidad de legislar por sectores, porque colocar un indicador de 14 millones de escudos, en una economía tan compleja como la nuestra, es absurdo, ya que es distinto trabajar con una empresa constructora, con una empresa metalúrgica o con otros sectores de la actividad nacional, donde, incluso el límite de 14 millones puede ser alto. Es importante el porcentaje de participación que se pueda tener en el mercado, como lo es el volumen de ventas, etcétera. La única manera racional de hacerlo es legislar para un sector determinado.
Por esa razón, nosotros insistimos en nuestro criterio. Nos interesa que el Gobierno defina su posición y elimine esta facultad tan amplia, porque, en definitiva, como nos preguntábamos ayer, en lugar de impulsar y desarrollar realmente la economía, al Gobierno sólo puede interesarle tomar posiciones de poder. Tenemos razones fundamentadas para abrigar ese temor: el actual Subsecretario de Economía, en un estudio que realizó cuando era funcionario del Servicio de Cooperación Técnica, llegaba a la siguiente conclusión: "En el sector industrial, con 144 empresas, es posible controlar todos y cada uno de los subsectores."
Nosotros tememos que no se trate de desarrollar la economía, sino, precisamente, de tomar el control, ya que los bienes que producen estas empresas sirven de insumos para numerosas empresas medianas o pequeñas, o bien les sirven como principal mercado, pues a su vez adquieren los bienes que ellas produzcan. De este modo puede, en definitiva, tomar el control absoluto de la economía a través de determinado número de empresas.
Quisiera también expresar, brevemente, que en nuestra indicación a este proyecto, se incorpora la actividad bancaría al área social de trabajadores y se regula el funcionamiento de este tipo de empresas.
Participación de los trabajadores según la Democracia Cristiana. Se establece, además, un completo sistema de participación, realmente efectiva, en lo que denominamos empresas de responsabilidad de capital, ya sean estatales o privadas, que contempla algunos de los criterios que el Gobierno ha establecido en su Convenio con la CUT, porque, creemos que la participación es un paso importante y positivo.
Pero hay diferencias esenciales que no pueden mantenerse en un sistema de participación. En el proyecto de la Democracia Cristiana, se establece un sistema de participación tanto para las empresas públicas como para las privadas; en el proyecto del Gobierno sólo para las públicas. Segundo, para garantizar una efectiva participación, nosotros señalamos materias que sólo pueden ser acordadas por el Consejo de Administración, con el acuerdo de los trabajadores, como ser materias relacionadas con políticas de personal y otras. Determinamos, además, una participación que emana directamente de las unidades de base, que garantiza una elección libre, democrática y proporcional de los representantes de los trabajadores en cada una de las unidades de producción. Señalamos, con precisión y bajo sanción, las obligaciones que corresponden a los distintos niveles de participación de los representantes de los dueños del capital, sean ellos del Estado o del sector privado y mantenemos vigente, con plena independencia, la acción sindical.
Estas son algunas de las diferencias esenciales con el criterio de participación del Gobierno.
Fondo Nacional de Capitalización. Por último en la indicación sustituya que el Partido Demócrata Cristiano ha presentado, reiteramos la idea del Fondo Nacional de Capitalización. Aquí quiero hacer un alcance a las observaciones que tanto el colega Fuentealba como también el Diputado Julio Silva han expresado, con respecto a la empresa de trabajadores; idea que expresan compartir, pero que, precisamente, por no haber leído el proyecto, ha sido deformada en sus palabras. No veo mala intención y espero que en el curso del debate, cuando podamos analizar el proyecto en particular, puedan entender claramente el sentido de la empresa de trabajadores, porque de ninguna manera los excedentes se van a repartir entre todos los trabajadores que laboren en ella, formando nuevos capitalistas, como se decía. Al revés, hay instrumentos que el Estado puede usar legítimamente para que aquellos excedentes excesivos, a través de la vía tributaria, puedan ser canalizados para el desarrollo de la economía.
En relación al famoso problema de que habría empresas prósperas y otras no, también establece mecanismos, tales como el Fondo de Capitalización y otros, a través de los cuales el Estado puede regular esta situación.
Y por último, reiterando esta idea del Fondo Nacional de Capitalización, quiero expresar que esto sería un organismo imprescindible para el desarrollo del Área de Trabajadores.
Este Fondo tendría la función de descentralizar las decisiones económicas y podría impulsar la creación de Empresas de Trabajadores.
El señor Solon Barraclough, un hombre de reconocidas ideas socialistas y actual Director Internacional de ICIRA, visualiza como necesario un organismo de este tipo en el sector agrario. En un ensayo titulado: "Reforma Agraria: Historia y Perspectivas", publicado en los Cuadernos de la Revista Nacional, en marzo de este año, escribe textualmente:"Una manera prometedora de lograr estos objetivos, parece ser a través de un fondo o banco de desarrollo agrario nacional, con ramas en cada zona. El fondo promovería y financiaría las empresas requeridas para el éxito del programa, sería el propietario del capital de estas empresas y recogería la renta por su usufructo. Insistiría en que las empresas que sostiene fuesen verdaderamente cooperativas o de autogestión manejadas por los trabajadores, y que cada trabajador tuviera los mismos derechos y responsabilidades para participar en las "ganancias", en la discusión de la política general y en la elección de los consejos directivos. Las empresas individuales serían requeridas para que apoyaran las metas del plan de desarrollo, pero serían independientes tanto en su manejo como en sus decisiones. El Fondo sería controlado conjuntamente por las organizaciones campesinas y por representantes del Gobierno, nacional y regional."Este esquema combinaría las ventajas de la descentralización geográfica, de participación democrática, de control campesino y de planificación nacional."Como pueden ver los señores Diputados, la vasta experiencia de este funcionario lo ha llevado a la conclusión de que la economía requiere de la existencia de este tipo de organismos.En resumen, señor Presidente, nuestra intención es abrir un debate serio y profundo respecto a la estructura económica que este país tendrá en el futuro. Por eso apoyaremos en este trámite la idea de legislar.Por esa misma razón hemos presentado un proyecto sustitutivo que refleje nuestras principales ideas sobre la materia y que esperamos sea estudiado con detención, ya que no es su objetivo defender intereses, como algunos han sostenido, si no encauzar el proceso de transformaciones por una vía legal, como la planteó el propio programa de la Unidad Popular.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo del Comité Demócrata Cristiano.
El señor HUEPE.-
Medio minuto más, señor Presidente.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para conceder un minuto al Diputado señor Huepe?
-Varios señores DIPUTADOS.- No.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
No hay acuerdo, señor Diputado.
En consecuencia, la Mesa declara cerrado el debate.
En votación general el proyecto.
-Efectuada la votación en forma económica, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 62 votos; por la negativa, 26 votos.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Aprobado en general el proyecto.
Si le parece a la Cámara, se omitirá la lectura de las indicaciones, que son muy numerosas.
Acordado.
El proyecto pasa a segundo informe, señores Diputados.
El señor PHILLIPS.-
¿Qué plazo hay para presentar indicaciones?
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Hasta antes del cierre del debate y reglamentariamente ya está vencido el plazo.
El señor PHILLIPS.-
Que se acuerde otra cosa por la Sala.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
¿Habría acuerdo para fijar un plazo especial para presentar indicaciones?
El señor GUASTAVINO.-
No hay acuerdo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
No hay acuerdo.
Señores Diputados, en todo caso, el Reglamento establece la posibilidad de presentar indicaciones hasta antes del cierre del debate, en particular, en cada uno de los artículos, con la modalidad de que esas indicaciones no pueden ser renovadas. Así que los señores Diputados tienen la facultad reglamentaria para presentar indicaciones en la Comisión.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
El Diputado señor Cardemil ha comunicado que habría acuerdo de parte de los señores Comités para despachar el proyecto, que tiene informe de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, que establece normas para la constitución del Directorio de la Federación de Sindicatos de Estibadores y Desestibadores Marítimos de Chile.
El proyecto se despacharía sin debate.
-Varios, señores DIPUTADOS.- No hay acuerdo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
No hay acuerdo.
El señor TAVOLARI.-
Había acuerdo, señores Diputados.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
El señor CLAVEL.-
¿Por qué no pide que se lea? Una vez que se le dé lectura, no habrá oposición.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Señores Diputados, ¿habría acuerdo para dar lectura al proyecto, que es muy breve?
-Varios señores DIPUTADOS.- No hay acuerdo.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
No hay acuerdo, señores Diputados.
El señor FUENTES, don César Raúl (Vicepresidente).-
Antes de entrar en la Hora de Incidentes, solicito el asentimiento unánime de la Sala para que pueda presidir parte de ella la Diputada señora Blanca Retamal.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
"