-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/592814/seccion/akn592814-ds5-ds6-ds9-ds13
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Homenaje
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3896
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/temporal/44
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1190
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3896
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/592814
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/592814/seccion/akn592814-ds5-ds6-ds9
- rdf:value = " El señor MERCADO (Presidente).-
Puede hacer uso de la palabra la Diputada señora Carmen Lazo.
La señora LAZO (de pie).-
Señor Presidente, es bastante difícil hablar de una persona que embelleció la palabra. Es un trabajo costoso tener que referirse a alguien que incluso embelleció el sonido de la piedra; a una persona que, nacida de lo más humilde de nuestro país y con una sencilla profesión, supo darnos una dimensión distinta de lo que es el amor y la ternura de los niños. Gabriela Mistral no tuvo hijos; sin embargo, es multitudinario el ejército de los suyos, que negros, rubios o pecosos van por todos los caminos del mundo. Para Gabriela Mistral los niños no eran vistos con los ojos con que las mujeres los han parido pueden verlos. Para ella siempre fueron la sublimación de algo que no pudo, realizarse, pero que grita al resto de las mujeres un concepto de dulzura, una tierna suavidad que muchas veces desconoce la que ha vivido la maternidad.
¿Para qué hablar, cuando realmente seríamos incapaces de hacerlo, de la belleza que tuvo para ella su frustrado amor? Aquí se ha hablado de los libros que escribió Gabriela Mistral, pero la verdad es que toda ella se encuentra en dos cosas fundamentales: su inmenso amor por la infancia y su frustrado cariño por un hombre, por un empleado ferroviario, que nunca soñó, que jamás pensó que un encuentro, como ella lo dijo, a lo mejor sin otras consecuencias que una esperanza fallida, hizo que fuera capaz de escribir cosas tan hermosas.
Los que hemos leído "Tala" y "Desolación"; los que hemos leído las rondas de Gabriela Mistral, y los que hemos tenido la suerte de recorrer ese norte chico que ella pintaba y sabía cantar, comprendimos la dulzura de nuestro norte en aquellas rondas en que hacía cantar al viento, al monte, a las montañas y a la piedra.
El homenaje de los socialistas es el que rendimos siempre a quien tiene un talento superior. El homenaje a Gabriela Mistral nos llega muy hondo, porque viene de las profundidades del talento de los hombres y de las mujeres que, desde su humildad, son capaces de sacar el brillo y el lustre legítimo de nuestra estirpe. Ella no tenía otra estirpe que la de ser una chilena neta. Incluso cambió palabras. Hay voces que en Gabriela tuvieron un sentido diferente. ¡Y el amor! Todo el amor que ella reflejaba tenía un sabor a tierra, un algo de cactus, o la simpleza de las añañucas, flor que conocemos, como usted, señor Presidente, los que hemos vivido en tierras del norte chico.
Cuando esa modesta profesora, que fue amiga de los hombres mejores de su tiempo, de los más altos intelectuales de su tiempo, y que seguirá siendo cantada en las rondas de todas las escuelas de América Latina, especialmente en Méjico, donde fue tan querida y profundamente respetada; cuando todo eso ocurre, nos sentimos llenos de un inmenso orgullo, nos sentimos, como ella lo expresara en algunas ocasiones, en la fealdad de nuestro cotidiano vivir, embellecidos por haber vivido en Chile una mujer de la dulzura, ternura y dimensión artística de Gabriela Mistral.
El homenaje de los socialistas, señor Presidente, es el homenaje que siempre rendimos al talento, a la capacidad, a la cultura y a la belleza.
Quisiéramos que esta tarde se exigiera que se materialice la ley 16.719, de los Diputados Sanhueza y Aguilera, para que efectivamente se realice esa colecta y efectivamente en aquel modesto pueblo donde nació Gabriela Mistral, aparte de saber los pueblerinos lo que allí tienen sepultado, tengan también, de toda la ciudadanía, el testimonio de que no somos indiferentes a lo bueno y a lo hermoso que, como el agua pura, brota desde la entraña de nuestra tierra chilena.
"