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    • rdf:value = " El señor IBAÑEZ (Presidente).- Ofrezco la palabra en el tiempo del Comité Nacional. El señor MOMBERG.- Pido la palabra. El señor IBAÑEZ (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría. El señor MOMBERG.- Señor Presidente, voy a denunciar un hecho que considero de suma importancia y gravedad, y que si bien es cierto que está acaeciendo muy especialmente en la provincia de Cautín, a la cual represento, la verdad de las cosas es que está sucediendo en varias provincias agrícolas de Chile. Y lo que más me ha extrañado es que en estas últimas semanas la prensa de Santiago no ha publicado nada de este hecho que considero sumamente grave y terriblemente delicado, como el que voy a entrar a analizar. Me refiero a algo que dije hace dos semanas: a la toma de fundos; tomas en mi provincia, Cautín, tomas en otras, pero especialmente en la mía. Yo quiero hacer un paréntesis muy claro de lo que entendemos por una toma y de lo que es un proceso, digamos, de reivindicación, como quieren llamarlo algunos sectores de este país En la provincia de Cautín, hasta este minuto, según consta en documento que tengo en mis manos, hasta el 14 de diciembre, o sea hasta ayer, se han tomado 14 fundos. ¡Cuarenta y cuatro fundos! Este documento, que tiene incluso la firma y el timbre de Carabineros de Chile, certifica que hasta el 14 de diciembre se han tomado 44 fundos de distintos agricultores. Veamos lo que se llama toma en estos casos. Veamos un fundo cualquiera, un fundo de fulano de tal. Yo los puedo citar todos. Los tengo con sus nombres, fechas, cantidad de hectáreas, etcétera. ¿Por qué se toman los fundos la gente? Motivos: porque el patrón no ha pagado los salarios; porque los mapuches quieren reivindicar tierras que dicen les han sido usurpadas hace 20, 30, 40 ó 50 años; porque quieren volver a un proceso de hace i 00 años en la región de la frontera como se llama a la provincia de Cautín, problema mapuche solucionado a través de la ley a través de los juzgados, porque hay una legislación indígena, porque hay gente que entiende esta materia. Pero resulta que en este minuto, en este Gobierno que está rigiendo los destinos de Chile, en este Gobierno del Excelentísimo señor Salvador Allende, se ha producido lo que hasta el momento no había sucedido todavía: las tomas. Puede ser que alguien haya corrido un cerco algún día; para eso están las leyes, para eso estamos en un estado de derecho. Así lo ha declarado este Gobierno: que hay un estado de legalidad, que hay un estado de derecho, que hay un estado de justicia. Otro motivo: que no se han pagado las asignaciones familiares. Para eso están los tribunales pertinentes, las multas que se aplican a la gente que no cumple con sus obligaciones. Otro: que los sueldos y salarios no han sido cancelados. Para eso están las inspecciones y los tribunales del trabajo: para sancionar a los malos patrones, a los que no pagan los emolumentos a que todo trabajador tiene perfecto derecho. Pero yo me pregunto una cosa. Si existen las leyes en este estado de derecho tan declarado, y que en este Gobierno se ha declarado más que nunca, ¿por qué no se hace efectivo este estado de derecho? ¿Por qué la gente se toma los fundos? En la provincia de Cautín hay fundos tomados desde hace ya veinticinco días, y sus dueños, con toda la razón del mundo, han requerido a los tribunales de justicia, al Intendente, a la fuerza pública para desalojar a los que se han tomado sus fundos, a los que no los han dejado entrar ni a su propia casa para recoger sus cosas, sus menesteres. Ni siquiera los han dejado pasar el portón porque les han dicho: "Señores, aquí no entra nadie". Caso especial es el del fundo "Las tres hijuelas", de don Carlos Taladriz, ubicado a 18 kilómetros de Lautaro, y que expuse en entrevista que sostuve con el Intendente de la provincia, a la que concurrí con el DiputadoOsear Schleyer, también representante de la zona. El señor Intendente, es un caballero al que le debo el mayor respeto, porque es nuevo en el cargo, y porque siendo muy buen funcionario llegó con las mejores posibilidades de dar garantías y de dialogar en este problema. Cuando le planteé el caso del fundo del señor Taladriz, le dije: "Señor Intendente, aquí hay un hecho que quisiera que usted me explicara. Resulta que el señor Taladriz recurrió a los Tribunales, que obtuvo un fallo favorable que estableció que el fundo era de él, que el hectáreaje era el que estaba comprendido en los títulos, que las contribuciones estaban bien pagadas, que incluso el Ministro de la Corte de Temuco le dio el derecho de volver a su fundo para desalojar a las personas que en ese momento estaban en posesión de él de una manera ilegal". Pues bien, el señor Intendente ha dicho: "Por ningún motivo puedo ayudarlo. Yo puedo ir a parlamentar con los mapuches que están allí, a conversar con los trabajadores, pero de ahí a dar cumplimiento a la orden de la justicia de otorgar la fuerza pública, no puedo". Yo estoy de acuerdo en que primero se vaya a conversar, a parlamentar con los trabajadores que, con razón o sin ella, están ocupando este predio. Pero el señor Intendente ha dicho, sencillamente, que no está autorizado para entregar la fuerza pública en ningún caso y por ningún motivo, y que el único autorizado para ello es el Ministro del Interior. Y nadie más. Este es un hecho que nunca sucedió en ninguna Administración anterior. El intendente, como representante del Ejecutivo, entiendo que debe tener atribuciones para otorgar la fuerza pública. Bien. A continuación, el señor Taladriz, que ya estaba en posesión de sus títulos reconstituidos y reconocidos por el estado de derecho actual, ha ido a decirle al señor Intendente: "Aquí le traigo una orden del juez que me autoriza para ir a retirar mis animales que quedaron dentro de mi fundo". Y se le ha respondido: "No, señor, no reconocemos en este minuto esta orden judicial, y no puede ir a retirar sus animales". Si los animales son de él... Y, por último, la tierra, discutámosla. Pero los animales son de él. Aquí tengo otra orden, que dice: "Vengo a pedirle a la justicia que me entregue las máquinas, que necesito para continuar mis labores en los otros trabajos que tengo con mis parientes. Quiero retirar la maquinaria pertinente del caso". El hecho concreto es que ahora se está cosechando el pasto en la provincia de Cautín. Y es natural que el señor Taladriz vaya a buscar su maquinaria: una cortadora y una enfardadora. Y sencillamente, la justicia le ha dado la orden: "Como no, señor agricultor. Aquí está la orden para que vaya a retirar su maquinaria". Nuevamente, se le ha negado la fuerza pública. Y aquí un hecho, que yo siento en el alma tener que decirlo. Pero en esta tribuna del Parlamento, es nuestra obligación, como representante de este país todavía democrático, hacerlo. Es sencillo. Cuando yo le pregunté al señor Intendente si desconocía este hecho bien claro acerca del fundo del señor Taladriz, muy bien explicado, me dijo: "Sí. Yo he estado ahí. Fui a conversar y a parlamentar con los trabajadores. Me dejaron entrar..." - ¡me dejaron entrar!- "a mí, sólo". No pudo entrar su edecán, que es oficial de carabineros, como lo ha sido toda la vida; no pudo entrar su secretario, que es funcionario de la Intendencia, Sólo él ha podido entrar a este predio. Y de ahí, ¿qué ha salido? Una amenaza: "Señor, nosotros no vamos a entregar este terreno". Y lo han dicho personeros que están internados ahí, que no son mapuches, ni siquiera trabajadores del predio, que son, sencillamente, una especie de milicianos, de tipos uniformados, con blusa especial, con pantalones y botas, con boinas, con metralletas colgando del brazo, con brazaletes, que están en un campamento con carpa blanca en la que hay una bandera con la efigie del "che" Guevara. Ahí están esos hombres con orden de mando. Yo me pregunto. Puede que el fundo -y estoy dispuesto a que lo discutamos- haya sido mal habido, mal explotado, mal pagado, todo lo que se quiera, pero aquí hay un estado de sitio en pleno Chile, en la provincia de Cautín, donde, con órdenes de tipo militar se están impartiendo instrucciones a los mapuches, a los trabajadores, como me lo ha manifestado a mí el señor Intendente de la provincia. Tengo la impresión, y espero que esta impresión sea buena, de que Su Excelencia el Presidente de la República, don Salvador Allende, no está en antecedentes de estas cosas. Estoy seguro de que no lo está. Por eso he solicitado a la representación parlamentaria de las provincias de Cautín, Malleco y Bío-Bío, donde están sucediendo estos hechos, que nos reunamos, los parlamentarios de los distintos colores políticos, busquemos alguna manera de parlamentar para ver de qué lado está la verdad y el derecho, y concurrir, lo más rápidamente posible, a una entrevista con el señor Presidente de la República. Estamos seguros de que nos va a recibir, porque vamos a plantear un problema y no a defender a latifundistas. ¡Llevemos a la justicia al que no cumple con las leyes! ¡ Llevemos a los Tribunales al que no paga y está cometiendo un delito: No tenemos inconveniente. Lo único que queremos es que no se sigan tornando los fundos, donde no se atreve a entrar el representante del Ejecutivo, donde no se atreven a entrar los funcionarios, donde no pueden entrar los carabineros a poner orden. Este es el planteamiento que hago a la Honorable Cámara. Señor Presidente, creo que nos enfrentamos a un estado grave. Quiero ir más lejos. Preguntar a los que conocemos a nuestros electores, a los que conocemos la idiosincrasia de nuestro pueblo, ¿por qué no se ha dado la fuerza pública? Tengo la impresión de que, aparte del desconocimiento del Ejecutivo, alguien quiere un enfrentamiento, porque va a venir un enfrentamiento. El que quiere ponerse una venda en los ojos, quiere decir que no esté en Chile, que no conoce nuestra idiosincrasia ni conoce como somos los chilenos. Si en este momento se han tomado cuarenta y cuatro fundos, quizás cuántos se tomarán mañana. Yo me voy a preocupar de venir a esta Cámara a decirles cuántos se han tomado hoy en la tarde, hoy en la noche. Mañana lo voy a dar a conocer. Yo me pregunto, ¿qué puede pasar mañana si un agricultor, bueno o malo, ve llegar a su casa una tropa de gente, una montonera -llamémosla así- que entre por cualquier lugar del fundo y lo saca fuera de su casa? Este patrón tiene derecho, todavía lo tiene, en la Ley de Reforma Agraria, para ver su problema, para ver si está cumpliendo o no. Pero a través de las tomas, con este patrón, mañana puede pasar algo, que no me cabe la menor duda, porque, como todos lo saben perfectamente bien, ¿qué agricultor no tiene en su casa una escopeta, un rifle, o un revólver? ¡Si lo tienen todos los agricultores de Chile! Es una cosa muy natural y lógica. Y en la desesperación, cuando ve un montón de gente, cuando ve que están sus hijos llorando, cuando ve a la mujer desesperada, que es razonable que lo esté con todos estos hechos, si mañana dispara y cae uno de estos milicianos, uno de estos trabajadores, uno de estos agitadores, va a venir el enfrentamiento. Y cuando sean 50, 80, 100 fundos, ¿no creen ustedes que los patrones, con justa razón, podrían juntarse también para defenderse? Pero si es natural y es lógico. Si en este país, en este minuto, hay una fuerza latente, no voy a decir cuál es -no estoy autorizado ni calificado para ello-; no sé si es el MIR, si son los democratacristianos, si es la Derecha, si somos nosotros, pero existe una fuerza latente en las provincias, y mañana se puede producir un enfrentamiento. ¿Y a quién le van a echar la culpa? ¿Al que entró a apropiarse de un fundo indebidamente, al que fue a asaltarlo? Porque en la buena ley de hoy día, se llama asalto a mano armada, cuando llegan 4, 5, 10 ó 20 individuos y, a una voz de mando, sacan de la casa al dueño, al propietario, y lo echan para afuera; y éste, para defenderse, está en su derecho, no solamente a levantar la mano sino a defenderse con lo primero que pille, y va a tener que hacerlo, porque estamos en Chile, porque tenemos sangre en las venas y porque no tenemos sangre de horchata. Ha sido paciente el patrón hasta este momento, pero llegará el momento en que ya no lo sea. Señor Presidente, ¿no será conveniente que de esto se imponga la prensa, que se impongan los mismos colegas de la Unidad Popular? Yo sé que ellos tendrán motivos y razones para discutirme este problema. ¡Sí, los deben tener! Pero yo no voy en defensa del patrón; está la ley para castigar al que no cumple; están los Tribunales, vuelvo a reiterarlo. Pero, sí, no deben tomarse por asalto los fundos ni deben hacerse estas, tomas cuando existen leyes para poder hacerlo. Esto es lo que yo quería explicar con un énfasis muy especial. Y este hecho que acabo de narrar y detallar, pido que se investigue porque mis palabras, que están siendo taquigrafiadas, son un desafío, de un hecho concreto del cual yo no me miedo retractar. Que se busque el camino; que se vea cuál es el grupo que en este momento está agitando el campo; cuáles son los milicianos con boinas, con melenas largas, con metralletas, con chaquetas rojas, con brazaletes, que están dando órdenes a hombres trabajadores, a obreros, a mapuches de la provincia de Cautín. A mi colega señor Edmundo Salinas, uno de los integrantes, en este momento, del Parlamento de Chile y que es Diputado por mi provincia, con todo respeto, yo le pido que alcance también donde el Intendente, que pertenece al movimiento de la Unidad Popular, que eligió a esto Gobierno, y le pregunte con respecto a las aseveraciones que estoy haciendo en la Cámara. Creo que alguien va a ser culpable de ello. Estoy totalmente de acuerdo, en que no van a ser los dueños de los fundos. Porque, con un derecho constituido, se van a defender. Y es natural y es lógico que lo hagan. Yo les pregunto a los colegas: ¿Y si el día de mañana, a su casa, que es lo mismo, llega alguien, a mansalva, y entra por una ventana o por una puerta y quiere echarlo afuera? Estoy seguro: cada uno se defiende, y con lo que tiene a mano. Se sabe que cada uno tiene una pistola a mano, en su velador muchas veces, o tendrá un fierro, o un laque, o lo que sea; pero se defiende, y es lógico que se defienda. Porque los que se defienden son los hombres. Solamente los hombres se defienden. Por eso sé que ustedes también se defienden. Señor Presidente, voy a conceder una interrupción a mi colega señor Carmine. "
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