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El señor IBAÑEZ (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
La señora LAZO.-
Pido la palabra.
El señor IBAÑEZ (Presidente).-
Tiene la palabra Su Señoría.
La señora LAZO.-
Señor Presidente, después de haber escuchado el informe de la Comisión Investigadora de la "campaña del terror" y los descargos que ha tratado de hacer la Derecha a través de sus representantes, nos parece que hay cosas que, por suerte para nuestro país, han quedado bastante claras. A ello han contribuido, particularmente, las últimas palabras del DiputadoBernardo Leighton, que ha dicho, con absoluta sinceridad, que ayer y hoy, personalmente él y el señor Freij no eran partidarios de este tipo de acciones y trabajos que, en definitiva, se vuelven en contra de nuestro país. Incluso han servido para aclarar algo que ya dijimos en otra oportunidad, que la "campaña del terror" de 1964 había sido orquestada por elementos de fuera de nuestro país.
Nosotros tenemos el deber de reconocer que para el pueblo de Chile es importante este debate. Y no nos importan mucho las argucias legalistas que aquí se han querido esgrimir, porque ha quedado en claro les guste o no lo que los magnates hacen con el dinero, que creen que es fácil comprar todo y llevar la honra de la gente por todas partes, y han tenido que concurrir a una Comisión de la Cámara a dar cuenta de sus andanzas.
Yo nunca olvido la impresión que tuve cuando leí en "El Mercurio" el aviso de los cazabobos, y la sorpresa que a todos nos produjo que el propio diario, antes de ser enjuiciado por los Senadores socialistas Allende, Altamirano y Aniceto Rodríguez, Secretario General del Partido Socialista, pretendiera dar una explicación, porque alguien lo alertó de lo duro, de lo cobarde, de lo siniestro que era ese aviso. Eso es una muestra.
Hace poco veía por las calles uno de los tantos afiches con los que aparece que se quisiera ofender a la gente, que no se hacen con belleza, porque de mirarlos producen cierta repulsión física.
A ellos, a los que tratan de hacernos aparecer como los come niños, como los contracultura, yo los invitaría a ver los 36 afiches que han sacado los artistas de la Unidad Popular. En ninguno de ellos se hace aparecer a un hombre monstruoso o a un ser infernal. En todos se trata de pintar lo que para los hombres y las mujeres revolucionarios tiene que ser mañana la propaganda: llena de belleza, llena de saludos, llena de esperanza en el porvenir.
Por eso, tiene importancia lo que aquí se ha dicho, incluso la sinceridad y la seriedad que han tenido las palabras de Bernardo Leighton, que nosotros recogemos y compartimos.
No se trata de que a Allende lo dañe la "campaña del terror". Ya no lo daña como lo dañó la cinta grabada por Juana Castro. Pero si osara venir a meterse, por ejemplo, un personaje del Caribe, que pensaban contratar, se encontraría con un Chile distinto, que ni siquiera lo dejaría entrar en nuestro país.
Las cosas han cambiado. Nosotros también hemos aprendido desde la campaña del terror pasada a ésta. Tenemos la certeza de que incluso las mujeres han cambiado en su manera de pensar. Cuando, en San Antonio, concurrimos con Laura Allende a un té donde había más de mil mujeres, y yo me referí a la campaña del terror pasada, en que se decía que un soldado golpearía la puerta para llevarse a los niños, una mujer me interrumpió y me dijo: "Ojalá, señora Lazo, golpearan a mi puerta y me llevaran al niño a un país socialista, donde tuviera leche, donde tuviera posibilidades de educación, donde tuviera respeto y donde pudiera tener un poco de felicidad".
Digo esto, porque estamos conscientes de que en Chile se pudo hacer algo cuatro o cinco años atrás; pero ha sido tan grande el desprecio con que se ha actuado en estas maquinaciones, ha sido tan burda esta mascarada, que ya ahora ni los niños se asustan con este viejo cuento del lobo.
Como creo interpretar a muchos de los Diputados de la Unidad Popular, al reconocer públicamente la hombría de bien que entrañan las palabras de Bernardo Leighton, esperamos que en lo que queda de la contienda electoral, como ya se ha dicho en otras ocasiones, estemos todos acordes en que Chile va a seguir andando, cualquiera que sea el Presidente, y que no se siga con esa cobarde y tremendista campaña de hacer creer que si Allende es Presidente se va a terminar nuestro país.
¿Acaso los comunistas, los socialistas, los radicales, la gente del pueblo, somos criminales?
Nosotros, para que sepan, si acaso Allende sale elegido, estamos dispuestos a trabajar extraordinariamente, para que haya policlínicas, para que las mujeres no vayan a parir a las comisarías. Estamos dispuestos a ir a trabajar al campo, a donde sea necesario, porque tenemos entendido que se trabaja con alegría cuando se trata de echar un país hacia adelante. No somos todos técnicos ni somos todos gente que tenga conocimiento de cómo se debe manejar un país, pero tenemos conciencia de que, si se hace con honradez, sin duda alguna tendremos que ir para adelante. Que nos van a sabotear, que seguramente van a procurar cercarnos; pero tenemos la idea de que Chile es un país en que el pueblo, que nunca ha participado definitivamente en estas cosas, ahora sí que se va a incorporar, y se está incorporando. Lo que antes ocurría en el campo: los camiones llenos de hombres a votar; las empleadas domésticas a votar, porque las llevaban las patronas, ahora son cosas del pasado.
Para nosotros, lo que dijo el DiputadoOlave, el recuerdo de lo que ha sido en el pasado la forma como se ha pretendido defender intereses bastardos, ha quedado sumamente claro con el trabajo de esta Comisión.
Un señor Diputado, reputado de inteligente, decía denantes que eran documentos falsos los que se le habían encontrado al señor jefe de Andalién". Luego, yo me pregunto cómo una persona...
El señor ARNELLQ.-
¿Cómo?
La señora LAZO.-
Dijo que eran documentos falsos en una parte de su intervención, señor Diputado, que yo le escuché.
El señor IBAÑEZ (Presidente).-
Ruego evitar los diálogos.
El señor PALESTRO.-
Se los robaron al señor Fernández, pero eran auténticos; se comprobó.
La señora LAZO.-
Señor Presidente, era la última parte que deseaba tocar en esta intervención.
El señor ARNELLO.-
Reconocen el robo.
La señora LAZO.-
Se los robaron al señor Fernández.
-Hablan varios señores Diputados a la vez.
La señora LAZO.-
Como dice el Diputado Millas, hay un refrán popular que dice que "ladrón que le roba a otro ladrón tiene cien años de perdón".
Risas.
La señora LAZO.-
¡Qué bueno ha sido que hayan dado a conocer cuánto se le ha pasado a algunos periodistas, cuánto se le ha pasado a algunos políticos, cuánto se le ha pasado a algunos politicastros! ¡Qué importante ha sido eso! Ahora la gente sabe que hay palabras que valen tanto el centímetro o tanto el espacio. Ahora la gente se ha dado cuenta de que ciertas personas a veces posan de sinceridad, pero encierran, en realidad, algo bastante peligroso.
Señor Presidente, recuerdo cuánto pasó Laura Allende, cuánto tuvo que padecer por ser hermana de Salvador Allende en la campaña pasada. Debe sentirse, en cierto modo, reivindicada. Porque, les guste o no, el único vencedor del esclarecimiento de esta tarde se llama Salvador Allende, porque nunca, ningún hombre, ninguna mujer de esa campaña se ha prestado para ese tipo de maniobras, porque, como dijo Leighton, estas maniobras, en definitiva, se vuelven contra la democracia.
Las mujeres que estamos aquí, alineadas o no en la Izquierda, lo único que queremos es que nuestros hijos tengan, algún día, un poco de bienestar y un poco de verdadera libertad. Se habla mucho, como dijo Palestro denantes, de la libertad, de la democracia. El dijo "se enjuagan la boca". La verdad es que lo hacen demasiado cotidianamente; pero sienten desprecio, en realidad, por lo que a nosotros tanto nos interesa: establecer una justicia de verdad, contra una justicia de pacotilla.
No se puede, señores Diputados, en una sesión de este carácter, en que se está enjuiciando un procedimiento, un sistema, un modo de ser, el modo de ser hipócrita y mentiroso, no se puede venir a decir si una Comisión es o no inconstitucional. Lo que a mí me parece inconstitucional es que se use la mentira como sistema. Los que somos revolucionarios, los que no negamos que somos marxistas y eso ha servido para que tengamos una manera de pensar y de actuar, pensamos que no importa que no sea muy constitucional, si es que así lo creen los señores Diputados. Lo importante es que aquí, donde muchas veces se ha tapado la verdad, alguna vez se haya dicho, y en buena hora que hayamos podido asistir para escucharla, porque a veces nos cansamos de ver que la politiquería y el "pasilleo" cubren lo que es el respeto que los hombres y las mujeres se deben entre sí. Esa es la importancia que le doy al trabajo de la Comisión.
Realmente vi a Maira riéndose, de las expresiones del DiputadoAmunátegui. No son tanto para la risa; son el desprecio que sienten los que se creen una vieja casta contra la gente joven que algún día se da cuenta de que ser joven no es solamente tener años menos, sino tener, por último, decencia más.
Nada más, señor Presidente.
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