-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594457/seccion/akn594457-po1-ds4-ds15
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/745
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/745
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3539
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3112
- rdf:value = " La señora CARRERA.-
Señor Presidente, esta tarde se han vertido expresiones que causan la más profunda sorpresa. Por ejemplo, se dijo que los agricultores son ciudadanos de segunda clase. Hasta donde llegan mis conocimientos, en los últimos 50 años se ha dado a esos ciudadanos, llamados de segunda clase, todo tipo de facilidades. En la práctica, han sido los favoritos de todos los regímenes; han gozado de créditos especiales; inclusive, se han creado escuelas para formar técnicos que les sirvan; disponen de los créditos más fabulosos; han tenido precios remunerativos; en suma, se ha hecho todo lo humanamente posible para que esos ciudadanos, llamados de segunda clase, produzcan más.
¿Cuál ha sido el resultado? La falta de imaginación de los agricultores, su mediocridad intelectual, la carencia de voluntad o el convencimiento de que cultivando una pequeña parte de sus propiedades pueden gozar de una vida de privilegio, ha significado que la agricultura vaya produciendo cada vez menos.
Así, nos encontramos ante el hecho de que en el año 1939, me parece, Chile exportaba alimentos -podríamos aprovechar la presencia del señor Ministro del ramo para preguntarle a cuánto ascienden las importaciones en ese rubro-; pero ahora la cantidad de dólares destinada a traer alimentos desde el exterior se va incrementando.
El señor GARCIA.-
Parece que era mejor el régimen de antes.
La señora CARRERA.-
Calma, señor Senador. Estoy argumentando en la forma más científica que puedo y no me avengo a ese tipo de diálogos un poco en broma.
El señor GARCIA.-
Estoy hablando en serio, Honorable colega.
La señora CARRERA.-
No me gusta "festinar" con situaciones que, en mi opinión, son muy serias para el país.
Deseo recordar que, cuando llegó al Poder don Jorge Alesandri, tan eficiente en todo, el país gastaba 80 millones de escudos en importar alimentos; pero su Administración duplicó esa suma porque, al término de ella, se destinaban 160 millones a ese efecto, sin que la población hubiera aumentado en una tasa que permitiera aceptar científicamente esa cantidad. Ahora, con el Gobierno del señor Frei, dicha cifra se aproxima a los 300 millones de escudos. Es verdad que ha habido sequía; pero antes de ella íbamos ya en 220 millones.
Respecto de los créditos otorgados en los últimos cuatro años, hemos visto un fenómeno realmente interesante. A lo largo de todo el país y también en el extranjero, se ha hecho gran propaganda a la reforma agraria democratacristiana. Pero un proceso de esta índole requiere la existencia de fondos para su avance.
El actual sistema de tenencia de la tierra es perjudicial para Chile. Se ha concluido que este tipo de agricultura, completamente feudal, está retrasando el desarrollo de nuestra nación. Por eso se ha querido hacer una reforma agraria. Pero, por desgracia, la Democracia Cristiana está actuando de manera distinta de la que prometió.
DISTRIBUCION DEL CREDITO AGRICOLA
Tengo a la mano un cuadro, que pido insertar en el texto de mi discurso, que nos da una noción acerca del otorgamiento de los créditos desde 1964 a 1968.
Durante todo ese tiempo, el crédito agrícola, que representa más o menos 33% del total destinado al resto de las actividades del país, se distribuyó a través de cuatro organismos: Banco del Estado, CORFO, INDAP y CORA. En 1964 se otorgó a los agricultores, a los latifundistas, 62% de todo el crédito: el Banco del Estado entregó 55,7%, y la CORFO, 7%. En 1965 se otorgó a ese sector un 90%.
En 1966, el mismo porcentaje para los latifundistas y 10% para CORA e INDAP. En 1967, 85% para los agricultores y el resto para esos organismos. En 1968 hubo un progreso, porque a los latifundistas sólo se concedió 82% de los créditos. No obstante, ellos responden con menos producción, con menor productividad de la tierra y sin incorporar nuevas técnicas que permitan mejorar su rendimiento.
El señor PABLO (Presidente).-
Solicito el acuerdo de la Sala para insertar en el texto del discurso de la Honorable señora Carrera el documento a que se refirió Su Señoría.
Acordado.
-El documento que se acuerda insertar es el siguiente:
La señora CARRERA.-
En cuanto a la ayuda técnica, tenemos que 75% de los agrónomos y veterinarios trabajan para el latifundio, pese a ser formados por nuestras universidades estatales, que son gratuitas; en consecuencia, sus estudios los pagan todos los chilenos.
Respecto de la comercialización, debo decir que el Estado sólo la realiza mediante la ECA. Pero este organismo otorga 87% de los créditos a los latifundistas, y el resto a los pequeños propietarios y a los asentados.
Por eso, nosotros negamos que la reforma agraria sea verdadera y pedimos acelerar este proceso. Si realmente quiere destruirse la actual tenencia de la tierra, es preciso actuar en forma mucho más drástica, masiva y rápida, que fue lo prometido.
En la actualidad se habla mucho de las indemnizaciones para los patrones y de la forma como estos deben defenderse de la verdadera persecución de que son víctimas. Pero no es raro que esto suceda. Quienes no somos latifundistas sabemos muy bien cómo ellos han abusado con sus campesinos y de qué manera han cabalgado durante tantos años sobre la economía chilena.
Daré a conocer a la Sala un interesante dato proporcionado por un científico: "Desde el año 1953 a 1964, por efectos de la inflación, los asalariados agrícolas perdieron más de 400 millones de escudos de salarios, cantidad superior al avalúo fiscal de todos los predios agrícolas del país registrados por Impuestos Internos". Este dato lo proporcionó el diario "La Nación" el 7 de julio de 1965. Se trata del extracto de un libro del padre Osear Domínguez, quien, como Sus Señorías comprenderán, no es comunista.
Pues bien, estos antecedentes nos demuestran que la tierra está pagada en exceso; lo fue sólo en el lapso de diez años. Si en nuestro país hubiera real justicia, pediría que esos terrenos fueran expropiados sin pago alguno, porque los latifundistas, sin entregar nada en cambio al país, han explotado a los campesinos y se han llevado el trabajo, sudor y sangre de muchas generaciones. Por eso denantes sostenía que el latifundista es una especie en extinción en cualquier pueblo desarrollado.
Es preciso acelerar el proceso de reforma agraria, porque el país necesita desenvolverse y no ser desangrado por quienes no saben cultivar la tierra, carecen de la capacidad de trabajo necesaria y desperdician nuestro suelo. Mientras existen cientos de miles de campesinos cesantes que saben trabajar la tierra, también hay muchas cuadras de terrenos sin cultivar. Entonces, nos encontramos ante una gran aberración: mientras quienes pueden trabajar los suelos están de brazos cruzados, existe gran cantidad de potreros sin cultivar. Aquéllos no saben adonde ir a trabajar, porque la tecnología ha permitido al latifundio deshacerse de la mano de obra y, por ende, reducir los costos de producción. El Gobierno debe enfrentar este grave problema en forma objetiva y científica.
¿Qué hacen los campesinos cesantes mientras se sigue originando desocupación? Van a las ciudades; tratan de obtener terrenos alrededor de ellas para construir un techo bajo el cual cobijarse; se transforman en "callamperos" o en "marginales", como se los llama ahora. Y en medio de esa tremenda injusticia, cuando van a pedir un pedazo de suelo donde levantar sus casas, viene el brazo armado del comité de turno de la burguesía -en este caso es el Gobierno democratacristiano-, el brazo armado de los carabineros o los militares, y los apalea, balea y asesina. ¡Ese es el destino del trabajador del campo en estos momentos! Mientras por un lado se hace demagogia con una reforma agraria incompleta, que apenas abarca a diez mil familias, por el otro se encuentran en la más tremenda incertidumbre cientos y cientos de campesinos que, como dije, se van transformando en marginales.
Respecto de los asentamientos y del trabajo de la CORA, ya di mi opinión, en nombre del Partido Socialista. No obstante, deseo agregar algunos datos.
Considero que esta reforma del agro ha sido sectaria. Cuando algunos campesinos piden expropiar un fundo y solicitan la ayuda de un parlamentario de Izquierda, el resultado es negativo. Tengo pruebas de ello, pues me ha ocurrido personalmente. En último término -la injusticia de esos patrones es muy grande-, cuando es inevitable la expropiación, se pide a los campesinos abjurar de la asesoría de ciertos parlamentarios.
Por otra parte, en los asentamientos se cometen grandes injusticias. Tengo en mi poder varias comunicaciones que se han hecho llegar a algunos asentados. Me referiré sólo a una de ellas, que habla del traslado de un campesino de un asentamiento a otro sin previo aviso. Es una nota muy corta, de fecha 27 de mayo. Dice: "Comunico a usted su traslado al Asentamiento Las Majadas, que ha sido dispuesto en circular enviada al Asentamiento, y éste debe hacerse antes del 1º de junio".
El asentado recibió esa comunicación el 28 de mayo y debía irse el lº de junio, pues lo habían trasladado a un villorrio. Hacía un año que estaba cuidando de su casa; con dinero de su bolsillo, compró algunos árboles y los plantó. Sin embargo, debía trasladarse de un momento a otro.
Esto sucede en muchas partes y muy a menudo. En dicho asentamiento, llamado San José del Carmen, no menos de 30 asentados enfrentan este problema.
Me extrañó mucho esa situación. Entonces, fui a indagar a la CORA. Hablé con los jefes del Comité de Asentamientos, quienes dijeron no tener noticias de ello y que sólo se trataba de una orden impartida por la Corporación de la Reforma Agraria.
Formulo esta denuncia porque siempre se sostiene que los asentados se mandan solos y que la CORA nada tiene que ver en estos problemas. No es así: todo está dirigido por ese organismo.
Existe otro reclamo grave en cuanto a la forma como se está llevando adelante la reforma agraria: la desocupación existente en numerosos asentamientos, donde decenas de campesinos han quedado cesantes. Quedan muy pocos asentados; otros trabajan por un salario. En el valle del Choapa, donde vivían 1.600 familias, no menos de 600 debieron abandonar la zona y tratar de ocuparse en otros asentamientos. En el peor de los casos, no tienen adonde ir y han quedado cesantes.
Pues bien, hemos formulado nuestras críticas a la reforma agraria. No obstante, consideramos que otorgar un instrumento para acelerar la expropiación, en ningún caso perjudicará a los trabajadores.
Por las razones expuestas, votaremos favorablemente la iniciativa, aunque nos reservamos el derecho de presentar indicaciones para mejorar la ley de reforma agraria y lograr que ella sea más justa para los campesinos y tenga un destino diferente de la propiedad privada, pues estimamos que el minifundio es mucho peor que el latifundio.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594457
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594457/seccion/akn594457-po1-ds4