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El señor FIGUEROA (Secretario).-
Corresponde al Senado continuar discutiendo, en general el proyecto de ley iniciado en moción del Honorable señor Aylwin, informado por la Comisión de Agricultura y Colonización, que modifica la ley número 16.640, sobre reforma agraria.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción del señor Aylwin):
En primer trámite, sesión 57ª, en 14 de mayo de 1969.
Informes de Comisión:
Agricultura, sesión 11ª, en 1º de julio de 1969.
Discusión:
Sesión 11ª, en 1º de julio de 1969.
El señor PABLO (Presidente).-
Continúa la discusión general.
Está inscrito, en primer lugar, el Honorable señor Garcia.
Tiene la palabra el señor Senador.
El señor GARCIA.-
Señor Presidente, el Honorable señor Ochagavía estaba encargado de dar a conocer en esta oportunidad la posición del Partido Nacional sobre la materia en debate. Pero el señor Senador sigue enfermo, motivo por el cual no ha podido concurrir a la sesión de hoy. Me corresponde a mí, entonces, plantear ante el Senado los puntos de vista de nuestro partido. Pido a Sus Señorías que me excusen por improvisar, por no tener preparado el discurso que debía pronunciarse en esta Sala.
Los problemas que aquí se van a tratar son conocidos de todos; es fácil, pues, hacer un simple recuento de lo que ha ocurrido con la reforma, agraria, para que de él se desprendan con claridad las razones por las cuales nos oponemos a este proyecto.
Es efectiva la afirmación de que los agricultores se han constituido, en Chile, en ciudadanos de segunda clase. Nunca a un grupo de hombres de trabajo se había dado el trato que a ellos se les da. Y lo voy a demostrar.
Por una parte, se han aumentado los impuestos que deben pagar: patrimonial, contribución sobre bienes raíces; y aun se los grava, en cierto modo, con el impuesto a la renta. Por otra parte, se les imponen nuevas cargas sociales, mientras los precios políticos les impiden hacer frente a esos mayores desembolsos. Pero hay más: cuando se produce escasez de algún producto, como sucedió con las papas y con el vino -más de la mitad de las viñas se helaron-, se adopta la medida de importar tales artículos, con lo que se priva de fijar los precios y obtener utilidades a quienes podían haber recibido alguna ganancia de los frutos de su tierra. Los agricultores chilenos que habían plantado papas en la ocasión a que me refiero las dejaron enterradas, porque no era negocio para ellos venderlas al precio impuesto a raíz de la importación. Inclusive, la Corporación de la Reforma Agraria debió fijar un precio especial a favor de los asentados para que éstos pudieran seguir trabajando.
A lo anterior, debe agregarse la ley de Inamovilidad. Ello significa que el dueño de fundo se ve impedido de reducir el personal, y, por lo tanto, Los gastos, cuando sus ingresos disminuyen. Y bien sabemos que hay exceso de trabajadores en los predios agrícolas; sin embargo, no puede moverse de ellos a ninguna de las personas que los trabajan. Y si el patrón, desesperado -como ha ocurrido muchas veces-, porque no puede hacer frente a sus compromisos, no puede seguir trabajando o desea disminuir su actividad, tener menos bienes, tampoco puede hacerlo, porque se lo obliga a seguir con un mal negocio, no obstante que cualquier empresario, en cualquier punto del país, cuando le va mal económicamente, reduce la actividad de sus empresas. Más aún, se les impido dividir la tierra.
Insisto: por un lado se le aumentan los gastos, los impuestos y, por otro, se le disminuyen las entradas. Se le amarran ambas manos, en el deseo, al parecer inconsciente -o quizás consciente- de que quiebre y, por último, se entregue, como tantos que abandonan sus campos porque no son capaces de resistir tal situación.
Me estoy dirigiendo a usted, señor Ministro. Estoy describiendo un tremendo drama de la agricultura chilena, y no es posible que le provoque sonrisas. Si Su Señoría, que está a cargo de la agricultura chilena, supiera lo que sufren los agricultores, me comprendería. Entiendo que tenga ideas distintas de las mías, pero no comprendo que tome el sufrimiento ajeno con esa liviandad...
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
¿Ha pensado en los campesinos, señor Senador?
El señor GARCIA.-
¿Cómo no me ha de entender el Honorable Senado?
Ahora, para, completar el cuadro, me voy a referir a otro punto. Los agricultores llevaron a cabo un movimiento que aquí fue calificado de sedición. ¿Por qué lo denominaron de ese modo? ¡Porque durante dos horas interrumpieron el tránsito del Camino Longitudinal! ¡Eso es sedición, según se ha dicho en el Senado! Pero cuando se levantan barricadas en las calles, cuando no se deja transitar a las personas, cuando se entorpece el paso en los puentes del Mapocho, cuando se destruyen bancos en el Parque Forestal por valor de veinte millones de pesos, ¡eso no es sedición!
¿Y cómo denominar la acción de quienes atacan a Carabineros? ¡Si hasta han sido fotografiados lanzándoles piedras? ¿Y los que derribaron la antena de la "United Press", en el edificio de "El Mercurio"? Yo mismo los vi trabajando media hora para destruir la propiedad ajena. ¿Eso no es sedición?
La señora CARRERA.-
No había sólo estudiantes, señor Senador.
El señor GARCIA.-
Eso es alterar el orden, distinguida señora Senadora.
¡Es desorden callejero! Y a quienes lo promueven los llevan al Juzgado de Policía Local; pero a los agricultores, por una manifestación en que no se lanzó una piedra ni se profirió un insulto...
La señora CARRERA.-
Algunos portaban revólveres.
El señor GARCIA.-
Sí, una persona tenía un revólver, entre las miles que había, pero jamás se amenazó a nadie.
La señora CARRERA.-
Hubo insultos, ataques a Carabineros.
El señor GARCIA.-
No hubo ningún ataque a las fuerzas policiales.
La señora CARRERA.-
Yo los vi.
El señor GARCIA.-
No los hubo. Usted estaba presente, señora Senadora. No ocurrió ninguna de esas cosas. Sin embargo, todos fueron acusados y conducidos ante un Ministro de Corte, porque se dijo que habían atentado contra la seguridad interior del Estado. ¿Por qué?
La señora CARRERA.-
¡Pero no cayeron presos, ni los apalearon ni les tiraron bombas, ni los amenazaron con ametralladoras!
El señor GARCIA.-
¡Ahora, me van a decir que las bombas colocadas en varias partes de Santiago y en la casa particular del Honorable señor Bulnes fueron colocadas por los agricultores!
La señora CARRERA.-
¡Por los de FIDUCIA!
La señora CAMPUSANO.-
¡De los que Su Señoría es representante!
El señor GARCIA.-
Yo no soy representante de FIDUCIA...
El señor VALENTE.-
Es su padre putativo.
El señor GARCIA.-
Todo lo contrario. Se trata de un grupo de jóvenes que tienen un ideal político. Y como son anticomunistas, los llaman sediciosos.
El señor GUMUCIO.-
Pero usted los mira con simpatía.
El señor GARCIA.-
No niego que a quien está en contra del Partido Comunista lo miro con simpatía. Yo no culpo...
La señora CAMPUSANO.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor GARCIA.-
Por cierto, Honorable colega.
El señor PABLO (Presidente).-
Con la venia del Honorable señor GARCIA, puede usar de la palabra la Honorable señora Campusano.
La señora CAMPUSANO.-
Hace un momento, el Honorable señor GARCIA manifestaba al señor Ministro de Agricultura que no debía sonreír ante el sufrimiento de los agricultores.
Quiero decir al señor Senador que la semana pasada estuve en Coquimbo, donde hay un movimiento huelguístico que abarca treinta y dos fundos. Allí vi a un agricultor joven, con cara de ángel, cerno aparenta la mayoría de los latifundistas, que estaba pidiendo a gritos la solidaridad, la amistad entre patrones e inquilinos. A eso, una mujer le contestó: "Usted, señor, pide que haya amistad entre patrones e inquilinos. Ayer nos tuvo todo el día en espera de una ración de leche. No se la quiso entregar a las mujeres de sus inquilinos, y les dijo que prefería dársela a los chanchos antes que a nuestros hijos".
¡Así son los agricultores para los cuales pide clemencia el señor Senador!
El señor GARCIA.-
Señora Senadora, algunos agricultores podrán tener actitudes como la que señala la señora Senadora.
La señora CARRERA.-
¡Muchos!
El señor GARCIA.-
Yo, al igual que Su Señoría, condeno esa conducta. Pero no me río de la situación. Acojo las expresiones de la Honorable señora Campusano y estoy seguro de que buscaremos la forma de solucionar este tipo de problemas. Insisto: no hago burla del sufrimiento ajeno. Esa es la diferencia.
El señor ISLA.-
Su Señoría está muy serio.
El señor GARCIA.-
Por desgracia, a uno se le quita la alegría de vivir cuando ve el sufrimiento de los demás.
La señora CARRERA.-
Vea el de los campesinos y se le quitará para siempre.
El señor GARCIA.-
Sí, señora Senadora. Se me está acabando esa alegría mientras más estoy aquí.
El señor GUMUCIO.-
Pero sigue chacotero...
El señor GARCIA.-
Por cierto, fuera de este recinto, cuando no estamos tratando este tipo de problemas, soy más risueño. Pero sé cuál es mi responsabilidad y cuándo defiendo una causa justa. Ahora trato de hacer comprender al Honorable Senado que con este proyecte de ley culmina el proceso tendiente a colocar a los agricultores en calidad de ciudadanos de segunda clase.
La señora CARRERA.-
Ya le voy a demostrar que no es así. El señor GARCIA.- No hace muchos días, se reunió el Senado para protestar porque se había allanado una Universidad y la morada de algunos universitarios. La fuerza pública llevaba una orden del Ministro de la Corte de Apelaciones.
En esa ocasión, se rasgaron vestiduras. Se preguntó, cómo era posible atentar contra la inviolabilidad de esas personas -ciudadanos de primera clase-, por orden de un Ministro de Corte. Sin embargo, según este proyecto, un funcionario -¡un simple funcionario de la Corporación-de la Reforma Agraria!-, sin más orden que la emanada de él mismo, puede entrar con auxilio de la fuerza pública a cualquier fundo o a las casas de éste. Pide la concurrencia de Carabineros al Intendente, éste se la otorga, y el funcionario de CORA puede entrar al hogar de cualquier hombre que tenga un pedazo de tierra. ¡No vaya a ser cosa que después se persiga a Los miristas mediante esta disposición, y que no sea un funcionario del Poder Judicial, un Ministro de Corte, quien pida el concurso de la fuerza pública para los allanamientos, sino, simplemente, un empleado de la Corporación de Reforma Agraria! ¡Entonces sí que será distinta la situación!
Pues bien, decía que para- los agricultores chilenos no existirá inviolabilidad del hogar.
El señor LUENGO.-
El proyecto dice otra cosa, señor Senador.
El señor GUMUCIO.-
Se autoriza para entrar al predio.
El señor GARCIA.-
¿Acaso no es lo mismo, si la casa del dueño está dentro del predio?
De todas maneras, ya ha salido algo útil de este debate. Aclaremos en la disposición que se podrá entrar al predio, pero no a las casas. Establezcámoslo así. Enviaremos de inmediato la indicación a la Mesa. En esas condiciones estamos de acuerdo, porque de ese modo no se viola el hogar.
El señor IRURETA.-
Nosotros no estamos de acuerdo..
El señor BALLESTEROS-
En eso no estamos de acuerdo.
El señor GARCIA.-
¡Ah, el asunto es que entren en las casas! ¡Esa es la intención! ¡La conozco perfectamente!
Si es así, que...
La señora CARRERA.-
Sé de fundos ubicados en la zona que Su Señoría y yo representamos, en los cuales hay ametralladoras.
El señor GARCIA.-
...se entre en todas las casas, pero que no se prive sólo a un sector de una garantía, constitucional.
La señora CARRERA.-
Una electora suya, la señora Wilson, tiene cuatro ametralladoras en su fundo.
El señor PABLO (Presidente).-
Ruego a los señores Senadores no interrumpir.
El señor GARCIA.-
¿Cuál es el objetivo de este proyecto?
El señor LORCA.-
Acelerar el proceso de reforma, agraria.
El señor GARCIA.-
¡Acelerar la destrucción de la agricultura chilena!
Si en la iniciativa en debate se hubiese hecho un examen de la reforma agraria, si se hubiese establecido cuáles son sus ventajas y cuáles sus desventajas, yo comprendería la presentación de un proyecto para agilizar el proceso. Pero cuando vemos lo que ha sucedido en el país, concluimos que agilizarlo significa apurar la ruina de la agricultura nacional. Y explicaré por qué lo afirmo.
Recuerden Sus Señorías que he comenzado por dar excusas al Senado por no habar venido preparado como debía. Intervengo en reemplazo del representante de nuestro partido ante la Comisión de Agricultura., a quien correspondía analizar el problema.
El señor OLGUIN.-
Se nota que no está preparado.
El señor ISLA.-
¡Si siempre está preparado para la pelea!
El señor GARCIA.-
Gracias, señor Senador, pero...
El señor PABLO (Presidente).-
Ruego a los señores Senadores no interrumpir.
El señor GARCIA.-
Si Sus Señorías desean entretenerse, yo no tengo inconveniente, pero deploro que en estas cosas. . .
El señor ISLA.-
Es que Su Señoría es muy ameno.
El señor GARCIA.-
Nuevamente le agradezco, señor Senador. Pero quisiera no ser tan ameno y golpear un poco más en las conciencias de Sus Señorías acerca...
El señor GUMUCIO.-
¡Ahora es gol-pista..!
El señor GARCIA.-
...de los alcances del proyecto en discusión.
La señora CARRERA.-
¡Conque es golpista!
El señor GARCIA.-
Sí, algo de eso tengo: el anhelo de golpear en las conciencias de Sus Señorías para hacerles presentes la gravedad del asunto que discutimos. Ese es el único golpismo de que se me puede acusar.
El señor ALTAMIRANO.-
Pero no nos golpee a nosotros.
El señor VALENZUELA.-
No pensaba así el ex MinistroBernardo Leighton.
El señor GARCIA.-
Claro que no pensaba así. Por eso todavía se refleja la vergüenza en su cara por lo que hizo, y no se atreve a enfrentarse conmigo.
El señor VALENZUELA.-
¡Ah, verdad que anda escondido! ¡Qué curioso!
El señor ISLA.-
Es que hay diferencia de peso.
El señor GARCIA.-
Nos diferenciamos en todo.
El señor ISLA.-
En peso, especialmente, y en pesos.
El señor BALLESTEROS.-
Y en la tez.
El señor GARCIA.-
En la Comisión de Agricultura se dieron algunos datos que no han sido desmentidos. La reforma agraria cuesta 20 mil dólares por familia asentada. Nadie respondió a esta acusación: ¡Se han gastado sobre 250 millones de pesos por familia! ¡Qué de cosas se podrían haber hecho con esos mil millones de escudos! Yo pregunto, si el proceso sigue igual, ¿quién pagará el gasto?
En seguida, me inquieta saber si alguna vez serán dueñas de la tierra estas personas que cuestan tan caro al país.
También se expresó en la Comisión de Agricultura que CORFO había hecho un estudio de 24 asentamientos ubicados entre Aconcagua y Colchagua. De ellos, sólo 15 proporcionaron datos suficientes como para saber cuál era su situación. Pues bien, de esos 15 asentamientos estudiados, 14 tuvieron pérdidas. Sólo uno, el de Codao, arrojó utilidades. Las pérdidas, a diferencia de lo manifestado por el Honorable señor Contreras, no obedecieron a la necesidad de invertir en maquinarias, porque éstas no se computan entre las pérdidas del ejercicio. Yo diría que se trató sólo de los gastos de operación.
Repito mi pregunta: ¿quién pagará los saldos desfavorables, al cabo de tres o cuatro años, si el proceso continúa?
Igualmente, se afirmó en la Comisión, sin que hasta ahora haya sido desmentido, que cada vez necesitamos importar mayor cantidad de alimentos. ¿Qué está sucediendo, entonces?
Por un lado, existe inmenso derroche de dinero.
El señor FERRANDO.-
Permítame una interrupción, señor Senador.
El señor GARCIA.-
Se gastan en burocracia grandes cantidades de recursos. Por otra parte, ha disminuido la producción. Más aún, en la Comisión se hizo una acusación grave: como la CORA elevó los precios de los productos de los asentamientos, los asentados compraban productos a otros agricultores para vendérselos a la propia Corporación, ganando con ello la diferencia. No se ha querido investigar ésta situación, a pesar de que una persona ha ofrecido proporcionar todos los antecedentes necesarios para que el país conozca cómo se está manejando el proceso de reforma agraria.
El señor FERRANDO.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor GARCIA.-
Desde luego.
El señor FERRANDO.-
Sólo deseo declarar que en la Comisión se comprobó que el informe atribuido a la CORFO no existe; que esta institución no lo ha ordenado y no lo conoce.
Esto -repito- quedó claramente establecido en la Comisión de Agricultura.
El señor VALENZUELA.-
Es una invención del señor GARCIA.
El señor BALLESTEROS.-
Déjenlo, que está solo.
El señor GARCIA.-
Claro que estoy solo. Los demás Senadores de mi partido no concurrieron a esta sesión porque están agotados a consecuencia del extraordinario esfuerzo desplegado.
El señor BALLESTEROS.-
¿Cuáles son esos esfuerzos?
La señora CAMPUSANO.-
¡Lleva muchos años de teatro Su Señoría!
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
Únicamente deseo hacer una aclaración respecto del estudio que se ha atribuido a la Corporación de Fomento de la Producción.
Hasta donde tengo entendido, tal estudio, del cual se han publicado comentarios en "El Mercurio", me parece, y en las revistas "El Campesino" y "Panorama"...'
El señor GARCIA.-
"Panorama Económico".
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
No sé si se trata de la que menciona el señor Senador.
Como decía, tal estudio lo hizo el señor Fernando Bustos para aprobar su tesis de grado como ingeniero agrónomo, y lleva por título "Funciones de Producción en Asentamientos Campesinos de la Corporación de Reforma Agraria en las provincias de Aconcagua, Valparaíso, Santiago, O'Higgins y Colchagua". La memoria fue dirigida por el profesor de la Universidad Católica, ingeniero y economista agrario, señor Paul Aldunate.
Pero el estudio no fue elaborado en la CORFO, ni tampoco fue dirigido, ordenado o patrocinado por esa institución. Se pidió, sí, según tengo entendido, que la Corporación lo publicase, con cargo a sus fondos. Sin embargo, al examinar la tesis, los funcionarios encontraron tal cúmulo de errores en las partes metodológica y conceptual, en la forma empleada para recoger y elaborar el informe, que sencillamente se rechazó la petición.
Yo he leído el estudio. Tengo concepto muy cabal de muchas de las apreciaciones totalmente equivocadas que contiene. Por ejemplo, comete el error de considerar amortizaciones para el ganado vacuno, la maquinaria y el bosque natural. ¡Si el bosque natural no tiene por qué ser amortizado! Evidentemente, si entramos a considerar situaciones de esta naturaleza en un estudio económico, no cabe duda de que, se trate de un asentamiento, de un agricultor común y corriente o uno tradicional, de un empresario moderno o de uno anticuado -cualquiera que sea el que siembre-, al final nos encontraremos con pérdidas, porque los conceptos contables considerados en la tesis no forman parte de] gasto.
Por otra parte, el estudio contiene doble computación. Así, por ejemplo, por un lado aparece el gasto del cuidado del ganado bajo el nombre de "Conservación del Capital", con un porcentaje de 10%, y, por otro lado, se computa nuevamente dicho gasto entre los de operaciones, es decir, entre las Vacunas, medicamentos y otros artículos necesarios para atender el ganado.
En seguida, el estudio comienza por exigir a los agricultores un 10 % como interés del capital, en términos reales. En estas circunstancias, si atendemos al razonamiento del autor del estudio, concluiremos que ninguna explotación agrícola -con excepción, tal vez, de algunos países- podría llegar a tener utilidades.
No deseo extenderme más en este análisis. Sólo quiero insistir en que ese estudio no es de la CORFO y aclarar que, además, no es una buena tesis. Por el contrario, yo me atrevería a decir que es un mal estudio, orientado decididamente a tratar de demostrar en sus conclusiones que los asentamientos son un pésimo negocio para Chile, en circunstancias de que ello no es efectivo.
Aún más, en el mismo documento se previene que se ha considerado sólo un año agrícola y se reconoce que ello no es racional como elemento de análisis. Igualmente, en él se concede que muchos asentamientos llevan en funciones uno o dos años y están en período de organización.
El señor RODRIGUEZ.-
De experimentación.
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
Todos estos hechos debieron haber llevado al alumno y al profesor a desistirse de tomar este tema como tesis de grado o, por lo menos, de sacar conclusiones de la manera señalada y usarlas en forma inadecuada -por no emplear otro término-, en perjuicio del país, para criticar un proceso como el de la reforma agraria, tan necesario para hacer salir a la agricultura del estado de inercia y postración en que se ha encontrado por tantísimos años.
Muchas gracias por la interrupción, señor Senador.
El señor GARCIA.-
Sólo me queda responder que en ese lugar, en El Manzano...
El señor ISLA.-
El Durazno.
El señor GARCIA.-
El Manzano es la comuna. El asentamiento se llama El Durazno.
El señor VALENZUELA.-
Localidad El Manzano, comuna Las Cabras. El asentamiento se llama El Durazno.
El señor GARCIA.-
Decía que en ese lugar obtuve la mejor votación de parte de los asentados.
El señor ISLA.-
Pero eso fue por otras razones.
La señora CARRERA.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
El señor VALENZUELA.-
También le pido una interrupción, Honorable colega.
El señor PABLO (Presidente).-
Deseo hacer presente a los señores Senadores que hay muchos proyectos en tabla y que la próxima semana deberemos tratar Varias iniciativas con urgencia, lo cual nos obligará a citar a sesiones especiales.
El señor RODRIGUEZ.-
¡Qué se le va a hacer!
El señor GARCIA.-
Entonces sólo concederé una interrupción a la Honorable señora Carrera, y después terminaré mi discurso.
El señor PABLO (Presidente).-
En conformidad al Reglamento, el proyecto en debate deberá votarse en esta sesión.
El señor VALENZUELA.-
Yo le había pedido una interrupción, Honorable colega.
El señor VALENZUELA.-
Concédame una interrupción, señor Senador.
El señor GARCIA.-
El señor Presidente me ha hecho presente. . .
El señor VALENZUELA.-
Lo que no quiere Su Señoría es que yo diga la verdad del problema.
El señor GARCIA.-
¡Qué temor voy a tener, si yo conozco el problema tan bien como Su Señoría, con la diferencia de que no tengo pasión en estas cosas!
El señor VALENZUELA.-
Yo tengo pasión.
El señor GARCIA.-
¡Claro que la tiene! Por eso. ..
El señor VALENZUELA.-
Pero una pasión justa, en beneficio de los campesinos y no de los explotadores.
La señora CARRERA.-
Pero no confundamos.
El señor GARCIA.-
¡Pero si se sabe que en O'Higgins y Colchagua hay sesenta mil propietarios!
La señora CARRERA.-
No confundamos a los Errázuriz con los Pérez; a la pequeña propiedad con el latifundio.
El señor GARCIA.-
No es cierto lo que se dijo aquí en el sentido de que sólo se expropiaban las tierras de los grandes agricultores. Ha habido numerosas expropiaciones de pequeños predios de veinte y treinta hectáreas. En Lo Chacón, en Rancagua, las personas a quienes echaron tenían tierras de veintiséis hectáreas.
El señor VALENZUELA.-
Ese es otro problema.
El señor GARCIA.-
Este es el problema, pues no se quiere permitir que en Chile exista el pequeño propietario, sino que se instale el colectivismo agrario. ¡Si es muy fácil entendernos cuando hablamos la lengua castellana! Colectivismo agrario es lo que se quiere.
El señor VALENZUELA.-
Comunidad de trabajo o de propiedad, indudablemente.
El señor GARCIA.-
Anteriormente, en defensa de la reforma agraria, el Partido Comunista nos puso como ejemplo el Gobierno militar del Perú, al cual rindió homenaje.
El señor CONTRERAS.-
¿Cuál fue ese homenaje?
El señor GARCIA.-
¿Cuándo se debe creer al Partido Comunista: cuando los muchachos fueron a lanzar piedras porque decía -así lo sostuvo el diario "El Siglo"- que la revolución militar era un movimiento manejado por el Departamento de Estado norteamericano, por el Pentágono, o ahora, cuando al poco tiempo ponía como ejemplo al Gobierno militar del Perú? ¿Cuando decía la verdad?
El señor CONTRERAS.-
¿Quién ha dicho que es un ejemplo?
El señor GARCIA.-
¿Acaso ha cambiado de opinión ahora? Dijeron que era un ejemplo por la forma de hacer la reforma agraria.
El señor CONTRERAS.-
¿Quién lo dijo?
El señor GARCIA.-
En la próxima sesión podríamos ver en el Diario de Sesiones cómo se expresaron las bancas comunistas sobre el Gobierno militar del Perú. Llegaron a tal extremo, que nosotros los miramos con verdadera sorpresa, porque ¿cómo no iba a ser extraño para mí oír ese aplauso increíble?
El señor CONTRERAS.-
Su Señoría está faltando a la verdad.
El señor Senador se comporta como un mal católico, porque no cumple con los mandamientos de la ley de Dios, ni mucho menos.
El señor PABLO (Presidente).-
Honorable señor Contreras, ruego a Su Señoría pedir interrupciones.
El señor GUMUCIO.-
¡No haga teatro!
El señor GARCIA.-
¡Al parecer, ni siquiera podemos rendir homenaje a los muertos!
El señor GUMUCIO.-
¡Su Señoría está haciendo teatro! ¡ No haga el ridículo!
El señor GARCIA.-
Sus Señorías rinden homenaje a los muertos y nosotros no podemos hacerlo.
El señor PABLO (Presidente).-
El Honorable señor GARCIA no desea ser interrumpido.
El señor GARCIA.-
Creo que es la primera vez...
El señor GUMUCIO.-
¡No haga teatro; no haga el ridículo!
El señor GARCIA.-
¡No acepto insultos de ninguna especie, ni menos de par te del señor Gumucio!
El señor PABLO (Presidente).-
Ruego a la Sala guardar silencio.
El señor GUMUCIO.-
¡No convierta en chacota lo que hasta ahora ha sido serio!
El señor GARCIA.-
La primera vez que rindo homenaje en el Senado a uno de mis correligionarios...
El señor GUMUCIO.-
¡Los homenajes se rinden con respeto!
El señor GARCIA.-
Sí, con respeto. Y el mayor homenaje que le puedo rendir es éste: seguiremos trabajando por dar tranquilidad al campo chileno; por que haya paz entre todos nosotros, sin vindictas ni grupos de chilenos que deban desaparecer del país. Todo lo contrario, para que podamos seguir todos trabajando, fraternalmente, como hermanos, para el bienestar de nuestro país y de las clases trabajadoras.
El señor FUENTEALBA.-
No dijo nada sobre el proyecto.
El señor GARCIA.-
Su Señoría no me oyó.
El señor GARCIA.-
Voy a conceder una interrupción al Honorable señor Isla, pero antes contestaré al señor Ministro.
Ese estudio fue publicado en todas partes de Chile.
El señor FUENTEALBA.-
¡Claro, por la Sociedad Nacional de Agricultura!
El señor GARCIA.-
Sólo ahora, por primera vez, viene la rectificación.
Dicho trabajo fue llevado a la Corporación de Fomento de la Producción, que lo revisó. Sin embargo, posteriormente - -aquí debo sospechar que fue por orden superior- esa entidad no quiso pronunciarse oficialmente sobre él.
Ha habido muchas oportunidades de dar a conocer a todo el país lo que acabo de expresar en la Sala. Inclusive, debió haberse dicho en la propia Comisión de Agricultura y Colonización, para poder discutir los detalles técnicos y los supuestos defectos del estudio a que me refiero. Pero sólo ahora se objeta.
Pero lo importante es que quien ha recorrido los asentamientos sabe perfectamente que la gente no está contenta. Y la razón de este debate no es más que una: que no hay balances, que no hay estudios sobre el dinero gastado en los asentamientos y el resultado de los mismos. Si estuvieran aquí esos antecedentes, si se hubiera entregado lo que se ha pedido durante tanto tiempo, ahora no estaríamos discutiendo, sino examinando las cifras.
En seguida concederé una interrupción al Honorable señor Isla.
El señor ISLA.-
Agradezco la interrupción que me concede el Honorable señor GARCIA.
En verdad, me ha extrañado profundamente lo expresado por el señor Senador.
Su Señoría dijo que en las provincias de O'Higgins y Colchagua, de más o menos catorce asentamientos -me parece-, salvo uno, el de Codao, arrojarían pérdidas. Como el señor Senador, yo también recorro, creo que con el mismo esfuerzo, la zona que represento en el Senado. Por ejemplo, conozco muy bien -seguramente Su Señoría también lo conoce- el asentamiento de El Durazno, ubicado en el departamento de Cachapoal. Lo he visitado muchas veces y he conversado con sus dirigentes. Y la primera pregunta que les hice respecto del año pasado, fue a qué tipo de cultivo está destinado el terreno. Me dijeron que cosechaban fundamentalmente trigo. Entonces les pregunté cuánto se cosechaba cuando el predio pertenecía al antiguo dueño, el señor Encina, y me contestaron que en ese entonces se sembraban seiscientas cuadras. "¿Y cuánto han logrado sembrar ustedes?", les pregunté. "Mil doscientas cuadras", respondieron. Después supe que en la siguiente cosecha todo se desarrolló normalmente.
En consecuencia, los antecedentes que tengo probarían lo contrario de lo afirmado por el Honorable señor GARCIA.
El señor GARCIA.-
La razón fue que ellos querían manifestar su descontento, y yo traigo ahora su protesta.
Al respecto, tengo una opinión que Sus Señorías no podrán rebatir, pues al frente está la Honorable señora Carrera, quien ha visto todas estas cosas, el sufrimiento de esa gente y sabe lo mismo que yo: que los asentados, lejos de estar contentos, reclaman contra la burocracia; que ellos no tienen las garantías que antes tenían, y ahora se encuentran desesperados por las expoliaciones, que ni un señor feudal habría hecho, de parte de los funcionarios de la reforma agraria; que sin decir una palabra, sin dar una explicación, echan del fundo y dejan en la calle a campesinos, simplemente, porque no les gusta. Así lo han hecho con los llaveros y los mayordomos, con toda la gente que sabía trabajar el campo. Trabajadores con treinta o cuarenta años de labor en un predio han encontrado la actitud dura y fría de la burocracia estatal, que no tiene sentimientos y deja a la gente fuera de los campos.
Lógico es que el Senado conozca el sufrimiento de esos campesinos y ayude a paliarlo.
La señora CARRERA.-
Tengo muchas críticas que hacer a la reforma agraria, y las formulé en esta Sala no hace mucho tiempo. Pero mucho más que a la burocracia, a la inexperiencia, a la irresponsabilidad con que se ha hecho la reforma en Chile, critico a los agricultores, raza que debe ser extinguida socialmente, porque ellos no han sabido responder a todo lo que el país les ha dado.
Quería hacer esta observación por el aspecto metodológico del trabajo señalado por el Honorable señor GARCIA. Dicho estudio iba a hacerse sobre la base de los treinta mejores fundos de Chile y financiado por la Ford Foundation, por intermedio de una institución de la Universidad Católica. Primero eran treinta fundos, pero había que pagar un pequeño porcentaje para hacer el estudio. Entonces a muchos de esos agricultores "progresistas" les dolió demasiado el bolsillo, de modo que fue disminuyendo el número de fundos, y al final se hizo el estudio con unos pocos, los que se compararon con predios recién expropiados por la CORA, muchos de ellos abandonados, sin infraestructura agraria, que no pueden producir como un fundo de buena calidad. Hacer un trabajo de esta especie es como comparar gatos con perales, y eso no se hace en la ciencia. Por eso, el estudio es malo, como lo demostraré científicamente más adelante.
El señor GARCIA.-
A pesar de mi buena voluntad, señor Senador, el señor Presidente me pide que abrevie mi intervención, y aún me quedan algunas cosas que decir.
Yo siempre he pensado -seguramente, igual que todos los señores Senadores- que lo que más hace progresar a un país es el fortalecimiento de su clase media. Pero la clase media campesina está desapareciendo. ¿Por qué? Primero, porque no tiene ningún predio pequeño que poder comprar, pues no se admite la división de la tierra. En segundo lugar, porque todas las personas de cierta situación, como la que acabamos de nombrar -mayordomos, llaveros, capataces-, no pueden incorporarse a los asentamientos. En consecuencia, el fortalecimiento de esa clase media campesina, de esa clase...
El señor VALENZUELA.-
Ruego a Su Señoría concederme una interrupción, pues lo que está diciendo no corresponde a la realidad.
El señor GARCIA.-
¿Cómo que no es así, señor Senador?
En los asentamientos a que uno vaya, encuentra gente que antes hacía esas labores y que hoy se encuentran cesantes, y se acercan al parlamentario para ver si les es posible reintegrarse al trabajo.
El señor GARCIA.-
Se ha dicho que los campesinos son lanzados contra los campesinos; que se trata de maniobras de los patrones, como si éstos pudieran hacer una cosa semejante en los tiempos actuales. Los campesinos, como en los casos de Longotoma y de Longaví, que conocemos, votaron por el Partido Nacional en señal de protesta, después de estar asentados. Ello prueba que no había influencia patronal alguna, sino que actuaban según sus propias conveniencias.
¡Cuántas veces hemos pedido que se oiga a los campesinos e inquilinos cuando no quieren que se establezcan asentamientos en los fundos; que no se pase por encima de la opinión de los más interesados, pues se está legislando para ellos! Si se quiere mejorar la situación de los trabajadores del agro, ¿por qué no oírlos? ¿Por qué interpretar lo que ellos quieren y no consultarlos cuando son ellos quienes no desean la expropiación de los fundos? ¿Cómo no van a tener derecho a ser oídos mediante algún mecanismo de la reforma agraria, y no ser interpretados por un funcionario que diga: "Yo sé lo que es mejor para los campesinos"? "Y como yo lo sé" -dice ese muchacho de veinte años, que escasamente ha pasado por la universidad, si acaso ha pasado por ella-, "los interpreto a todos".
¿Cómo va a ser dañino o injusto lo que estoy diciendo: que se oiga a esa gente, que por lo menos tenga representación?
Los casos de Longaví y de Longotoma pesarán siempre sobre este Gobierno, por el tremendo sufrimiento que causó a toda esa gente que ha quedado abandonada.
El señor FERRANDO.-
Habría que preguntar a los patrones si ellos oían a los campesinos en su tiempo.
El señor GARCIA.-
Su Señoría sabe que en la agricultura, como en toda clase de actividades, ha habido buenos, regulares y malos patrones. En el campo no se juntan los peores. También hay buenos y malos patrones en la industria, en la minería, en todo Chile, así como existen buenos y malos obreros.
El señor VALENZUELA.-
Estamos en contra del sistema del latifundio.
El señor GARCIA.-
No se trata del sistema. La Honorable señora Carrera dijo muy claramente que hay que extirpar a los agricultores de Chile. Digamos claramente que ésa es la finalidad. Que sepan los trescientos cincuenta mil agricultores de Chile que el objetivo es extirparlos a ellos. Tal vez esto tenga relación con lo expresado por Su Excelencia el Presidente de la República en Punta del Este: que podría gobernar tranquilamente si pudiera echar a trescientos mil chilenos del país. ¡Son los trescientos cincuenta mil agricultores !
La señora CARRERA.-
¿Pero qué estadísticas usa Su Señoría? ¿De dónde obtiene trescientos cincuenta mil agricultores?
El señor GARCIA.-
Es muy simple.
Ruego al señor Presidente disculparme, pero voy a contestar directamente a la señora Senadora.
En 1955 había doscientas cincuenta mil propiedades, y en 1964, trescientas cincuenta mil. ¡Allí están! ¡Esos son!
El señor GARCIA.-
Para terminar mi intervención, creo que siempre cuando uno rinde homenaje a un fallecido, es costumbre ponerse de pie.
Deseo rendir un homenaje...
El señor CONTRERAS.-
A los mártires.
El señor GARCIA.-
...a Manuel San Martín Espinoza, alevosamente apuñalado y muerto el 13 de junio. Su delito fue haber sido miembro del Partido Nacional y ser su candidato a regidor.
El señor VALENZUELA.-
¡Fue una riña entre borrachos!
El señor GARCIA-
Su delito fue oponerse a la reforma agraria en Longaví. Fue un campesino que tenía sus manos encallecidas trabajando la tierra, que quería ser dueño de los terrenos que laboraba. Se puso frente al Ministro, y lo procesaron por insultos. Sin embargo, lo único que hacía era decir: "Quiero tener derecho a mi tierra; quiero tener derecho a trabajar; no deseo pertenecer a un régimen colectivo". Este hombre, de gran espíritu y de un inmenso corazón de chileno, murió asesinado porque participaba de esas ideas.
En nombre del Partido Nacional, quiero rendir un homenaje aquí a Manuel San Martín Espinoza...
El señor FUENTEALBA.-
Esperaba su opinión con mucho interés.
El señor PABLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Gumucio.
El señor GUMUCIO.-
Hemos escuchado al Honorable señor GARCIA un discurso bastante curioso, en que ha hecho un exagerado teatro: entre otras cosas, rendir homenaje de pie a un muerto.
En el Senado se tiene por costumbre, cuando se rinde un homenaje, hacerlo en silencio y con respeto, en el momento oportuno. Sin embargo, el Honorable señor Garcia ha utilizado el homenaje a un muerto para pronunciar un discurso total y absolutamente demagógico.
El señor GARCIA.-
Los demás Senadores son los que guardan silencio y no el que está hablando.
El señor GUMUCIO.-
En todo caso, hay que guardar la forma.
Yo quería referirme al proyecto que estamos discutiendo y anunciar los votos favorables del Senador Jerez y el mío a la moción del Honorable señor Aylwin, por la cual se proponen modificaciones a los artículos 39, 40 y 41 de la ley de Reforma Agraria en algunos aspectos cuya enmienda era fundamental y que dicen relación a la toma de posesión de los terrenos expropiados por parte de la CORA.
Las disposiciones vigentes obligan a publicar en el Diario Oficial el extracto de la resolución de expropiación y, con posterioridad, a la consignación en el Juzgado de Letras del departamento respectivo, lo cual daba pie para una serie de dilaciones que, precisamente, eran aprovechadas por los correligionarios del Senador GARCIA para hacer demagogia con los campesinos y demostrar el fracaso de la reforma agraria por la demora en tomar posesión por parte de la CORA. Por eso, consideramos muy oportunas las disposiciones consignadas en el proyecto,
Al mismo tiempo, consideramos muy conveniente la iniciativa en debate, pues legisla respecto de los frutos naturales pendientes en un predio objeto de expropiación.
Por último, también se establecen normas en cuanto a la inscripción en el Registro de Prohibiciones de la resolución o intención de expropiación de un predio agrícola.
Era muy urgente, a mi juicio, introducir todas estas enmiendas a la ley de Re forma Agraria. Por ello, creo que en el Senado tendrá la aprobación de todos los sectores políticos, con excepción del partido del Senador Garcia.
En seguida, quiero hacerme cargo, en forma muy breve, de algunas observaciones hechas por el Honorable señor Isla, quien, por desgracia, habló ayer y no hoy, después de escuchar al Honorable señor GARCIA.
El Honorable señor Isla, con legítimo derecho, defendió al Presidente de la República de una posible imputación de conciliación con los sectores de la Derecha, en lo referente a la reforma agraria. Su Señoría es un Senador del partido de Gobierno y, lógicamente, cumple con su obligación al defender al Primer Mandatario de los cargos que se le puedan hacer.
Sin embargo, en las palabras del Honorable señor Isla creo advertir la intención muy enérgica de combatir lo dicho por el Partido Comunista. Esta colectividad política es capaz de defenderse sola y no necesita que yo asuma su defensa. Pero, en verdad, resulta un poco sospechosa esta ofensiva en tan gran escala contra los comunistas. Lo hemos visto con relación a los convenios celebrados con la Anaconda, acerca de los cuales ese partido hizo algunas objeciones, como otras tiendas políticas. Por ello, aparece destacada la contraofensiva en contra del Partido Comunista. No creo que pase de sospechoso, cuando a veces se pone énfasis en esta clase de ataques, que en realidad se está trabajando un poco contra la unidad popular. Esta la quiere la gran mayoría del Partido Demócrata Cristiano, máxime si tomamos en cuenta que el más posible candidato a la Presidencia de la República de esa colectividad, el ex SenadorRadomiro Tomic, ha planteado como una base de su postulación la posibilidad de existencia de esa unidad popular. Sin duda, se niega lo que se pide si se produce con anticipación una ofensiva, en todos los niveles, contra un partido que podrá cometer los errores que se quiera, y tener con nosotros diferencias ideológicas, pero que forma parte de la Izquierda chilena.
Después de escuchar la intervención del Honorable señor GARCIA, como las palabras del Honorable señor Papic -interpretadas éstas lo más fielmente posible-, se deduce de dónde provienen los grandes tropiezos que ha tenido la aplicación de la reforma agraria: han venido de la Derecha.
He sido testigo del dificilísimo proceso de llevar adelante la reforma agraria. Recuerdo las presiones que hubo cuando se empezó a discutir la posibilidad de reformar la Constitución Política del Estado en lo relativo al derecho de propiedad y cómo fue necesario afrontar una verdadera ofensiva pública y secreta para "boicotear" esa reforma. Asimismo, conocí las presiones emanadas de diversos ángulos para que no se consignaran en la ley de Presupuestos los fondos necesarios para que la reforma agraria tuviera un ritmo normal y siempre "in crescendo". He sido testigo después de las presiones políticas ejercidas para hacer abandonar su cargo en INDAP a un técnico de la calidad de Jacques Chonchol, quien desarrollaba una extraordinaria labor de orden social. Ahora mismo, hace pocos días, la salida del Director de INDAP, señor Marambio, también fue motivada por presiones.
Me anotan que sigue siempre vigente y cada vez más fuerte la resolución de ciertos sectores de la Derecha de seguir "boicoteando" la reforma agraria.
El Honorable señor GARCIA ha sido elegido recientemente parlamentario; pero tiene los años suficientes para recordar algunos hechos. Cuando, por ejemplo, algunos partidos de Derecha, compuestos en su gran mayoría por los grandes agricultores -en este sentido Su Señoría ha sido muy hábil, pues ha actuado demagógicamente al presentarse como representante de todos los agricultores, porque sabe que así saca dividendos-,...
El señor GARCIA.-
Usted no me conoce. Pido la aplicación del Reglamento, pues he sido aludido.
El señor GUMUCIO.-
...hace veinte o treinta años obtenían franquicias tributarias de toda índole en beneficio de una clase social privilegiada en Chile. Entonces no reclamaban. Sin embargo, lo hacen ahora, cuando este Gobierno por primera vez en Chile ha hecho algo positivo -lo reconozco-, en cuanto a poner freno a toda la prepotencia de una clase social que gobernó y legisló a su amaño, que fue la dueña del poder en Chile y que hoy día tiene como representante a uno de los tantos encargados que siempre encuentra a mano, en las oportunidades históricas, para que la defienda sin condiciones.
El señor GARCIA.-
¿Su Señoría está diciendo que estoy encargado para defender ciertas posiciones? ¡No creo que lisa y llanamente se pueda decir una cosa así!
El señor PABLO (Presidente).-
Ruego a los señores Senadores tener la deferencia de no interrumpir.
El señor GUMUCIO.-
He dicho que muchos han "boicoteado" la reforma agraria.
Por eso, en forma bastante amistosa y fraternal, le hago presente al Honorable señor Isla que, a mi juicio, lo que dijo ayer -siempre atacando a la Izquierda con más fuerza que a la Derecha- no consideró que no están a este lado de las bancas del Senado los que han "boicoteado" la reforma agraria. Me consta que fue la Izquierda la que ayudó a elaborar la reforma agraria; en cambio, en las bancas contrarias están los enemigos de ella, del campo chileno, que impiden al país tener días mejores.
El señor PABLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor GARCIA, por haber sido aludido.
El señor GARCIA.-
Trataré de tener calma para contestar las observaciones del Honorable señor Gumucio.
Decir que estoy aquí mandado en representación de grupos, es una injuria increíble en boca de Su Señoría.
El señor Senador sabe que, si abandoné todo lo que tenía en la vida y todo mi trabajo, fue cuando vi que se destruía mi país. Dentro de mí sentí la necesidad de incorporarme, formar un movimiento y ayudar en todo Chile a que hubiera gente con sensatez para gobernar al país, a fin de que el comunismo y la demagogia no sé apoderaran de la nación. Esa fue mi labor y mi trabajo.
No tengo por qué responder de los errores cometidos por antiguos parlamentarios de Derecha. Hubo algunos muy distinguidos. Por ello, no puede el señor Senador atacar a todos y lanzarles lo que está diciendo. Estoy seguro de que no se puede decir a todos...
El señor GUMUCIO.-
Naturalmente.
El señor GARCIA.-
Por cierto que el señor Senador tiene que hacer distinciones. Así como ha habido en todas partes gente buena y gente mala, nos honramos de tener con nosotros a los mejores; y las mejores ideas son las de aquellos que tenemos hoy día en el Partido Nacional.
Estamos tratando de reestructurar un partido que sea de clase media, que sea de los chilenos, que no tenga animosidades ni odios. Tratamos de trabajar por nuestro país.
Por eso, está demasiado equivocado el señor Senador cuando cree que estoy mandado por alguien. Todo lo contrario: estamos un gran grupo imponiendo dentro del partido una línea de conducta y honestidad política, de salvación para nuestro país. Y espero que mucha gente pueda seguirnos para obtener el triunfo que anhelamos.
El señor LUENGO.-
En su intervención de esta tarde, el Honorable señor GARCIA ha formulado numerosas críticas a este proyecto. Entre lo dicho por el señor Senador, me interesa especialmente aclarar un punto, y es el que dice relación al auxilio de la fuerza pública, que, de acuerdo con la iniciativa en debate, se debe conceder a los funcionarios de CORA para que visiten aquellos predios sujetos a expropiación.
El Honorable señor GARCIA sostuvo en su intervención que eso sólo constituiría la culminación de un proceso de destrucción de la agricultura chilena.
Quiero leer el artículo 3º del proyecto, a fin de compararlo con otra disposición consignada en una ley más antigua. Dice el precepto: "Los funcionarios de la Corporación de la Reforma Agraria que, en cumplimiento de una orden de ella, se vieran impedidos para visitar, inspeccionar, levantar planos, tasar o efectuar cualquier diligencia relacionada con la expropiación de un predio rústico, podrán solicitar al Intendente el auxilio de la fuerza pública, el que será prestado sin más trámite, con facultades de allanamiento y descerrajamiento".
A juicio del señor GARCIA, esta disposición aparece como algo aberrante, nunca visto en nuestra legislación.
Sin embargo, en la ley relativa a la Caja de Colonización Agrícola existía una disposición mucho más drástica que ésta. En efecto, el artículo 23 de la ley 5.604 establecía lo siguiente: "Los funcionarios de la Caja que, en cumplimiento de una orden de ella, se vieren impedidos para visitar, levantar planos, etcétera," -en el etcétera pueden quedar comprendidos muchos otros aspectos, fuera de los enumerados en el artículo 3º del proyecto en debate- "de los fundos cuya expropiación se tenga en estudio, podrán requerir el auxilio de la fuerza pública, el que deberá serles prestado por el jefe de Carabineros requerido, sin más trámite".
Es decir, en la ley 5.604, dictada por el PresidenteArturo Alessandri Palma en 1935, se establecía una disposición mucho más grave que la que el Honorable señor GARCIA está impugnando esta tarde. Porque, de acuerdo con ese precepto, no era necesario recurrir al Intendente, a quien se supone un funcionario debidamente instruido, preparado y capacitado para ejercer el cargo, sino que sólo se requería pedir la fuerza pública al jefe de Carabineros más inmediato, al jefe de un retén, muchas veces un cabo o un sargento. En tal caso, nunca hubo inconvenientes como los que, a juicio del ' Honorable señor Garcia, podría provocar la norma que estamos dictando ahora.
Lo que pasa es que los agricultores, los latifundistas de Chile, han tratado por todos los medios de impedir que la Corporación de la Reforma Agraria cumpla con las finalidades para las cuales fue creada.
Por eso, es indispensable dictar esta disposición, que, como dije, es mucho menos drástica y peligrosa que la del artículo 23 de la ley de la Caja de Colonización. En efecto, ahora no se podrá requerir la intervención de la fuerza pública al jefe de Carabineros más inmediato, a un retén rural -según donde esté ubicado el predio-, sino que será preciso ir a la ciudad cabecera de la provincia, donde con seguridad tomará un par de días realizar el trámite correspondiente; entonces, el Intendente, después de recibir los antecedentes del caso, podrá otorgar la fuerza pública para que el funcionario respectivo efectúe los estudios necesarios.
Tan sólo quería hacer esta aclaración respecto de las palabras pronunciadas denantes por el Honorable señor Garcia.
La señora CARRERA.-
Señor Presidente, esta tarde se han vertido expresiones que causan la más profunda sorpresa. Por ejemplo, se dijo que los agricultores son ciudadanos de segunda clase. Hasta donde llegan mis conocimientos, en los últimos 50 años se ha dado a esos ciudadanos, llamados de segunda clase, todo tipo de facilidades. En la práctica, han sido los favoritos de todos los regímenes; han gozado de créditos especiales; inclusive, se han creado escuelas para formar técnicos que les sirvan; disponen de los créditos más fabulosos; han tenido precios remunerativos; en suma, se ha hecho todo lo humanamente posible para que esos ciudadanos, llamados de segunda clase, produzcan más.
¿Cuál ha sido el resultado? La falta de imaginación de los agricultores, su mediocridad intelectual, la carencia de voluntad o el convencimiento de que cultivando una pequeña parte de sus propiedades pueden gozar de una vida de privilegio, ha significado que la agricultura vaya produciendo cada vez menos.
Así, nos encontramos ante el hecho de que en el año 1939, me parece, Chile exportaba alimentos -podríamos aprovechar la presencia del señor Ministro del ramo para preguntarle a cuánto ascienden las importaciones en ese rubro-; pero ahora la cantidad de dólares destinada a traer alimentos desde el exterior se va incrementando.
El señor GARCIA.-
Parece que era mejor el régimen de antes.
La señora CARRERA.-
Calma, señor Senador. Estoy argumentando en la forma más científica que puedo y no me avengo a ese tipo de diálogos un poco en broma.
El señor GARCIA.-
Estoy hablando en serio, Honorable colega.
La señora CARRERA.-
No me gusta "festinar" con situaciones que, en mi opinión, son muy serias para el país.
Deseo recordar que, cuando llegó al Poder don Jorge Alesandri, tan eficiente en todo, el país gastaba 80 millones de escudos en importar alimentos; pero su Administración duplicó esa suma porque, al término de ella, se destinaban 160 millones a ese efecto, sin que la población hubiera aumentado en una tasa que permitiera aceptar científicamente esa cantidad. Ahora, con el Gobierno del señor Frei, dicha cifra se aproxima a los 300 millones de escudos. Es verdad que ha habido sequía; pero antes de ella íbamos ya en 220 millones.
Respecto de los créditos otorgados en los últimos cuatro años, hemos visto un fenómeno realmente interesante. A lo largo de todo el país y también en el extranjero, se ha hecho gran propaganda a la reforma agraria democratacristiana. Pero un proceso de esta índole requiere la existencia de fondos para su avance.
El actual sistema de tenencia de la tierra es perjudicial para Chile. Se ha concluido que este tipo de agricultura, completamente feudal, está retrasando el desarrollo de nuestra nación. Por eso se ha querido hacer una reforma agraria. Pero, por desgracia, la Democracia Cristiana está actuando de manera distinta de la que prometió.
DISTRIBUCION DEL CREDITO AGRICOLA
Tengo a la mano un cuadro, que pido insertar en el texto de mi discurso, que nos da una noción acerca del otorgamiento de los créditos desde 1964 a 1968.
Durante todo ese tiempo, el crédito agrícola, que representa más o menos 33% del total destinado al resto de las actividades del país, se distribuyó a través de cuatro organismos: Banco del Estado, CORFO, INDAP y CORA. En 1964 se otorgó a los agricultores, a los latifundistas, 62% de todo el crédito: el Banco del Estado entregó 55,7%, y la CORFO, 7%. En 1965 se otorgó a ese sector un 90%.
En 1966, el mismo porcentaje para los latifundistas y 10% para CORA e INDAP. En 1967, 85% para los agricultores y el resto para esos organismos. En 1968 hubo un progreso, porque a los latifundistas sólo se concedió 82% de los créditos. No obstante, ellos responden con menos producción, con menor productividad de la tierra y sin incorporar nuevas técnicas que permitan mejorar su rendimiento.
El señor PABLO (Presidente).-
Solicito el acuerdo de la Sala para insertar en el texto del discurso de la Honorable señora Carrera el documento a que se refirió Su Señoría.
Acordado.
-El documento que se acuerda insertar es el siguiente:
La señora CARRERA.-
En cuanto a la ayuda técnica, tenemos que 75% de los agrónomos y veterinarios trabajan para el latifundio, pese a ser formados por nuestras universidades estatales, que son gratuitas; en consecuencia, sus estudios los pagan todos los chilenos.
Respecto de la comercialización, debo decir que el Estado sólo la realiza mediante la ECA. Pero este organismo otorga 87% de los créditos a los latifundistas, y el resto a los pequeños propietarios y a los asentados.
Por eso, nosotros negamos que la reforma agraria sea verdadera y pedimos acelerar este proceso. Si realmente quiere destruirse la actual tenencia de la tierra, es preciso actuar en forma mucho más drástica, masiva y rápida, que fue lo prometido.
En la actualidad se habla mucho de las indemnizaciones para los patrones y de la forma como estos deben defenderse de la verdadera persecución de que son víctimas. Pero no es raro que esto suceda. Quienes no somos latifundistas sabemos muy bien cómo ellos han abusado con sus campesinos y de qué manera han cabalgado durante tantos años sobre la economía chilena.
Daré a conocer a la Sala un interesante dato proporcionado por un científico: "Desde el año 1953 a 1964, por efectos de la inflación, los asalariados agrícolas perdieron más de 400 millones de escudos de salarios, cantidad superior al avalúo fiscal de todos los predios agrícolas del país registrados por Impuestos Internos". Este dato lo proporcionó el diario "La Nación" el 7 de julio de 1965. Se trata del extracto de un libro del padre Osear Domínguez, quien, como Sus Señorías comprenderán, no es comunista.
Pues bien, estos antecedentes nos demuestran que la tierra está pagada en exceso; lo fue sólo en el lapso de diez años. Si en nuestro país hubiera real justicia, pediría que esos terrenos fueran expropiados sin pago alguno, porque los latifundistas, sin entregar nada en cambio al país, han explotado a los campesinos y se han llevado el trabajo, sudor y sangre de muchas generaciones. Por eso denantes sostenía que el latifundista es una especie en extinción en cualquier pueblo desarrollado.
Es preciso acelerar el proceso de reforma agraria, porque el país necesita desenvolverse y no ser desangrado por quienes no saben cultivar la tierra, carecen de la capacidad de trabajo necesaria y desperdician nuestro suelo. Mientras existen cientos de miles de campesinos cesantes que saben trabajar la tierra, también hay muchas cuadras de terrenos sin cultivar. Entonces, nos encontramos ante una gran aberración: mientras quienes pueden trabajar los suelos están de brazos cruzados, existe gran cantidad de potreros sin cultivar. Aquéllos no saben adonde ir a trabajar, porque la tecnología ha permitido al latifundio deshacerse de la mano de obra y, por ende, reducir los costos de producción. El Gobierno debe enfrentar este grave problema en forma objetiva y científica.
¿Qué hacen los campesinos cesantes mientras se sigue originando desocupación? Van a las ciudades; tratan de obtener terrenos alrededor de ellas para construir un techo bajo el cual cobijarse; se transforman en "callamperos" o en "marginales", como se los llama ahora. Y en medio de esa tremenda injusticia, cuando van a pedir un pedazo de suelo donde levantar sus casas, viene el brazo armado del comité de turno de la burguesía -en este caso es el Gobierno democratacristiano-, el brazo armado de los carabineros o los militares, y los apalea, balea y asesina. ¡Ese es el destino del trabajador del campo en estos momentos! Mientras por un lado se hace demagogia con una reforma agraria incompleta, que apenas abarca a diez mil familias, por el otro se encuentran en la más tremenda incertidumbre cientos y cientos de campesinos que, como dije, se van transformando en marginales.
Respecto de los asentamientos y del trabajo de la CORA, ya di mi opinión, en nombre del Partido Socialista. No obstante, deseo agregar algunos datos.
Considero que esta reforma del agro ha sido sectaria. Cuando algunos campesinos piden expropiar un fundo y solicitan la ayuda de un parlamentario de Izquierda, el resultado es negativo. Tengo pruebas de ello, pues me ha ocurrido personalmente. En último término -la injusticia de esos patrones es muy grande-, cuando es inevitable la expropiación, se pide a los campesinos abjurar de la asesoría de ciertos parlamentarios.
Por otra parte, en los asentamientos se cometen grandes injusticias. Tengo en mi poder varias comunicaciones que se han hecho llegar a algunos asentados. Me referiré sólo a una de ellas, que habla del traslado de un campesino de un asentamiento a otro sin previo aviso. Es una nota muy corta, de fecha 27 de mayo. Dice: "Comunico a usted su traslado al Asentamiento Las Majadas, que ha sido dispuesto en circular enviada al Asentamiento, y éste debe hacerse antes del 1º de junio".
El asentado recibió esa comunicación el 28 de mayo y debía irse el lº de junio, pues lo habían trasladado a un villorrio. Hacía un año que estaba cuidando de su casa; con dinero de su bolsillo, compró algunos árboles y los plantó. Sin embargo, debía trasladarse de un momento a otro.
Esto sucede en muchas partes y muy a menudo. En dicho asentamiento, llamado San José del Carmen, no menos de 30 asentados enfrentan este problema.
Me extrañó mucho esa situación. Entonces, fui a indagar a la CORA. Hablé con los jefes del Comité de Asentamientos, quienes dijeron no tener noticias de ello y que sólo se trataba de una orden impartida por la Corporación de la Reforma Agraria.
Formulo esta denuncia porque siempre se sostiene que los asentados se mandan solos y que la CORA nada tiene que ver en estos problemas. No es así: todo está dirigido por ese organismo.
Existe otro reclamo grave en cuanto a la forma como se está llevando adelante la reforma agraria: la desocupación existente en numerosos asentamientos, donde decenas de campesinos han quedado cesantes. Quedan muy pocos asentados; otros trabajan por un salario. En el valle del Choapa, donde vivían 1.600 familias, no menos de 600 debieron abandonar la zona y tratar de ocuparse en otros asentamientos. En el peor de los casos, no tienen adonde ir y han quedado cesantes.
Pues bien, hemos formulado nuestras críticas a la reforma agraria. No obstante, consideramos que otorgar un instrumento para acelerar la expropiación, en ningún caso perjudicará a los trabajadores.
Por las razones expuestas, votaremos favorablemente la iniciativa, aunque nos reservamos el derecho de presentar indicaciones para mejorar la ley de reforma agraria y lograr que ella sea más justa para los campesinos y tenga un destino diferente de la propiedad privada, pues estimamos que el minifundio es mucho peor que el latifundio.
El señor PABLO (Presidente).-
Advierto a los señores Senadores que el proyecto en discusión deberá ser votado a las cinco y media, ya que, por acuerdo de Comités, deben tratarse otras materias. Como esta iniciativa tiene urgencia que vence en el día de hoy, es necesario votarlo a la hora indicada.
Tiene la palabra el Honorable señor Valenzuela por cinco minutos.
El señor VALENZUELA.-
En los pocos minutos de que dispongo, quiero hacer presente que este proyecto de la Democracia Cristiana, que será aprobado después de este debate, tuvo su origen en peticiones formuladas por los campesinos y sus diversas organizaciones, con el propósito de agilizar la actual ley de reforma agraria. Esta adolece de ciertos vacíos que fueron siendo apreciados a raíz de diversas actuaciones de la Corporación de la Reforma Agraria. También el problema fue conocido en las reuniones sostenidas en múltiples congresos de campesinos. Todos esos organismos advirtieron que en el período que media entre la firma del decreto de expropiación y el momento de la toma de posesión del predio por parte de la CORA, se produce una situación extremadamente grave para los campesinos, porque -lo digo aunque no agrade a los Senadores del Partido Nacional-, desde ese instante los latifundistas empiezan a perseguir, empleando diversos medios, a los trabajadores. En esta acción cuentan inclusive con la participación de campesinos, a quienes halagan, porque hay personas que no saben defender a sus propios compañeros. Todos estos procedimientos y halagos les producen, a veces, buenos resultados. Es decir, la larga duración de dicho período favorece a los agricultores.
Por eso, estimo que el proyecto en discusión debe ser despachado lo más rápidamente posible por el Senado, a fin de que se convierta en un cuerpo legal que beneficie efectivamente al campesinado de nuestro país.
Por intermedio del Honorable señor GARCIA, la Derecha ha dicho en esta Sala que desea evitar la destrucción de Chile. Yo entiendo perfectamente bien el fondo de esa afirmación, y me alegro mucho de que haya empleado esa terminología. La destrucción del país para el Honorable señor GARCIA y el Partido Nacional significa el hecho de que los trabajadores, los campesinos, los hombres explotados por el sistema capitalista, puedan tener la posibilidad de vivir en forma digna y humana. Eso constituye para ellos la destrucción del país.
El señor GARCIA.-
¡Cómo se le ocurre que voy a sostener algo semejante!
El señor VALENZUELA.-
En un pintoresco discurso, el representante de la Derecha chilena en el Senado Ha expresado -menos mal que tuvo la honradez de decir que no vino preparado- una serie de cosas, que, en realidad, no sé cómo hemos tenido la paciencia de escuchar, en centra, precisamente, de todo lo que ha hecho la Democracia Cristiana en beneficio de los trabajadores del agro, de lo que ella está realizando y de lo mucho que aún tenemos que realizar todos los que estamos, Honorable señora Carrera, en una posición a favor del pueblo y los campesinos. Por eso, aceptamos toda crítica constructiva que contribuya al mejoramiento del proceso y que permita actuar consecuentemente con nuestras ideas.
Puedo decir aquí que no he tenido ningún empacho en visitar a los campesinos junto con el Diputado comunista de mis provincias señor Inzunza, porque me parece que debemos actuar en forma clara y decidida en la lucha a favor de quienes durante siglos han sufrido la explotación del sistema agrario impuesto por el latifundio.
También deseo referirme a lo expresado por el Honorable señor Luengo respecto del artículo 3º del proyecto, pues el Honorable señor Garcia ha citado las palabras que dicho señor Senador expresó sobre la materia. Al respecto, quiero aclarar la intención del Honorable señor Garcia al referirse a este precepto, que permite a los funcionarios de la Corporación de la Reforma Agraria, cuando se ven impedidos para inspeccionar o realizar cualquier diligencia relacionada con la expropiación de un predio rústico, penetrar en el terreno. Lo que el Honorable señor Garcia ha tratado de hacer es asustar a todas aquellas personas que no tienen conocimiento del problema y, sobre esa base, contar con una plataforma politiquera, no política, en beneficio de las ideas que sustenta.
Tal es la realidad de las cosas. Por eso, el Honorable señor Garcia ha dicho en el Senado todas esas cosas y ha rasgado vestiduras al referirse a un artículo que nada tiene de raro y que, por el contrario, hará posible que la acción de la reforma agraria sea cada día más efectiva".
El señor GARCIA.-
Deje afuera el derecho de los campesinos y me quedo contento.
El señor PABLO (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
Si le parece a la Sala, se aprobará en general el proyecto, con el voto negativo del Honorable señor Garcia.
El señor RODRIGUEZ.-
A lo mejor, este debate ha convencido al Honorable señor GARCIA.
El señor PABLO (Presidente).-
Aprobado.
La señora CAMPUSANO.-
¿Cuál será el plazo para presentar indicaciones, señor Presidente?
El señor PABLO (Presidente).-
Podría ser hasta las ocho de la noche de mañana, en vista de que el proyecto tiene urgencia.
El señor MONTES.-
Una semana, señor Presidente.
La señora CARRERA.-
Necesitamos más plazo.
El señor RODRIGUEZ.-
¿Cuándo vence la urgencia constitucional?
El señor PABLO (Presidente).-
Podríamos prorrogar el período de urgencia reglamentario hasta el plazo constitucional, que vence el 13.
La señora CARRERA.-
Propongo el lunes, porque hay varios asuntos que requieren estudio.
El señor PABLO (Presidente).-
Entonces, el plazo para presentar indicaciones vencería el lunes a las 12 del día, con el objeto de que la Comisión trabaje en la tarde.
El señor FERRANDO.-
Propongo que el plazo se amplíe hasta el viernes en la noche, a fin de dar tiempo para ordenar las indicaciones. En esa forma, la Comisión podría iniciar su tarea el martes.
El señor PABLO (Presidente),-
Si le parece al Senado, se dará plazo hasta el próximo viernes, a las ocho de la noche. Acordado.
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