
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds1
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/consejos-regionales
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/administracion-publica
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/ministerio-de-agricultura
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/modifica-diversos-cuerpos-legales
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = bcnbills:TramiteVetoPresidencial
- dc:title = "CREACIÓN DE CONSEJOS REGIONALES DE TURISMO. VETO."^^xsd:string
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460
- bcnres:tieneResultadoDebate = bcnres:pendiente
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds23
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds14
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds17
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds11
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds20
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds1-ds3
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds15
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds18
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds9
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds1-ds1
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds21
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds13
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds16
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds19
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds10
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds1-ds2
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/594460/seccion/akn594460-po1-ds8-ds22
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = bcnbills:DiscusionObservaciones
- rdf:value = " CREACIÓN DE CONSEJOS REGIONALES DE TURISMO. VETO.El señor FIGUEROA (Secretario).-
Corresponde tratar las observaciones del Ejecutivo al proyecto del Congreso que crea los Consejos Regionales de Turismo, informadas por la Comisión de Gobierno, en primer término, y por la de Hacienda, en la parte pertinente. Suscriben el informe de la primera los Honorables señores Lorca (presidente), Morales, Montes, Prado y Von Mühlenbrock, y el de la segunda, los Honorables señores Palma (presidente), Bossay, GARCIA y Silva Ulloa. Ambas Comisiones proponen al Senado diversas sugerencias relacionadas con las observaciones del Ejecutivo.
-Los antecedentes sobre el proyecto figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley (moción de los señores Prado y Von Mühlenbrock):
En primer trámite, sesión 29ª, en 31 de julio de 1968.
Observaciones en primer trámite, sesión 1ª, en 4 de julio de 1969.
Informes de Comisión:
Gobierno, sesión 49ª, en 4 de septiembre de 1968.
Gobierno (segundo), sesión 8ª, en 12 de noviembre de 1968.
Gobierno (veto), sesión 16ª, en 9 de julio de 1969.
Hacienda (veto), sesión 16ª, en 9 de julio de 1969.
Discusión:
Sesiones 49ª, en 4 de septiembre de 1968; 54ª, en 10 de septiembre de 1968 (se aprueba en, general); 12ª, en 19 de noviembre de 1968 (se aprueba en particular).
El señor PABLO (Presidente).-
En discusión general y particular el veto.
Ofrezco la palabra.
El señor JULIET.-
¿Se discutirán en forma separada o se tratarán en conjunto?
El señor PABLO (Presidente).-
De acuerdo con el Reglamento, deben discutirse en conjunto y después votarse por separado.
El señor RODRIGUEZ.-
Sin perjuicio de referirnos específicamente a cada punto.
El señor PABLO (Presidente).-
Al fundar el voto, pueden hacerlo Sus Señorías.
El señor VON MÜHLENBROCK.-
Deseo analizar en conjunto las observaciones que este trascendental proyecto ha merecido al Ejecutivo.
La materia en debate tuvo origen en una moción iniciada en el Senado y constituye un paso de importancia fundamental en la organización de una actividad que podría constituirse en una de las principales fuentes de riquezas de nuestra patria: el turismo. En este rubro hemos avanzado muy poco y no tenemos aún conciencia clara de su importancia. Tampoco hemos logrado crear la mentalidad indispensable para desarrollar esa fuente colosal de recursos, que puede tener para nuestra economía igual o mayor trascendencia que la propia industria extractiva, que en estos momentos preocupa a la opinión pública.
El proyecto que crea los Consejos Regionales de Turismo fue largamente debatido por el Senado. Los parlamentarios que participaron en el anterior período legislativo conocen todos sus pormenores. Como algunos Honorables colegas se han incorporado al Senado después de la última elección, estimo conveniente analizar sucintamente los aspectos primordiales de la iniciativa.
En el artículo 1º, el Ejecutivo amplía a toda la República la jurisdicción de los Consejos Regionales de Turismo. Para tales efectos la divide en especies de zonas geográfico-económicas. A mi juicio, desde ese punto de vista, el veto perfecciona el proyecto, porque, debido a cierta oposición producida al votarse en general el primer informe, no fue posible -como recordará la Sala- acoger en el segundo informe de la Comisión de Gobierno, numerosas indicaciones que creaban Consejos de Turismo en provincias donde ellos no existían. Al respecto, debo señalar que no logré incorporar al proyecto organismos de ese carácter para Valdivia y Magallanes.
El veto corrige ese vacío al dividir al país en zonas geográfico - económicas que abarcan toda la nación, a fin de poner en marcha la organización del turismo.
El proyecto, gracias a las modificaciones de la Comisión de Gobierno y a la cooperación del Senado, se convirtió en el primer paso efectivo, no sólo para el fomento del turismo internacional, sino también para la organización del turismo popular.
Como Senador de las provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue, deseo analizar el veto al artículo 1º.
Esta Corporación despachó la iniciativa -como Sus Señorías lo pueden apreciar en el boletín comparado-, consignando que los Consejos Regionales de Turismo los presidirían el alcalde de la comuna de su sede o su representante, y determinó los miembros que los integrarán.
En el caso del correspondiente a las provincias de Llanquihue y Chiloé, el Ejecutivo agregó la de Aisén. No me opongo a la innovación, porque creo de justicia adoptar medidas para desarrollar ese colosal territorio, tan abandonado, en el cual existen riquezas latentes, de las que algún día las generaciones futuras obtendrán el debido provecho.
Me llama la atención que se haya roto la línea de conducta establecida respecto de la presidencia de cada Consejo. El de las provincias de Santiago, Valparaíso, Aconcagua y Coquimbo, por ejemplo, por el hecho de estar instalado el Casino en Viña del Mar, es presidido, con toda lógica, por el Alcalde de ese balneario. Es él quien dará forma a toda la labor de tipo turístico que allí se hará, sin perjuicio de la participación del Estado, del propio Intendente de la provincia y de los organismos representativos directos del turismo. Sin embargo, en el caso de Puerto Varas hemos observado que, por la vía del veto, se elimina del Consejo al Alcalde de esa ciudad y se cambia la sede a Puerto Montt, lugar donde reside el Intendente de la provincia, quien presidirá ese organismo.
No deseo menoscabar al Ejecutivo ni mucho menos las facultades, condiciones e importancia del rango de un intendente, pero considero que el proceso del turismo es distinto del régimen interior de la República. Esta medida vulnera las aspiraciones nacionales -tanto tiempo expresadas en el Senado- de ir a una paulatina descentralización administrativa del país.
El corazón del Consejo de Turismo de Llanquihue, Chiloé y Aisén, indudablemente, será Puerto Varas. El casino que allí se crea y que el Ejecutivo respetó, porque obedece a fundadas razones económicas, internacionales y prácticas, tendrá su asiento en Puerto Varas. Considero injusto eliminar al Alcalde y la intervención de la Municipalidad, en circunstancias de que el 30% de los recursos que produzcan las distintas distracciones del casino se invertirán en la urbanización y embellecimiento de ese departamento maravilloso, aparte que los fondos han quedado -por determinación del Senado-perfectamente distribuidos, pues se deberá construir un casino de categoría ínter-nacional, que disponga de los elementos que atraigan al turista extranjero, y habilitar un camino internacional que una Puerto Montt, Puerto Varas y la ciudad argentina de Bariloche. Así se cumpliría el anhelo de lograr la salida de la producción de los territorios de Neuquén y Río Negro hacia Puerto Montt y exportar a esas importantes zonas mariscos, pescados, papas y tantos otros productos de las provincias de Llanquihue y Chiloé.
El Ejecutivo respetó el criterio matriz del proyecto; sin embargo, en el veto lo vulneró el concepto a que me he referido.
Intercambiamos ideas al respecto con el Honorable señor Irureta -colega de agrupación- y tenemos el propósito de no obstruir el despacho de la iniciativa. Si merece el visto bueno del Senado y de la Cámara y no sufre inconvenientes, posteriormente presentaremos un proyecto que fijará -como es lógico- la sede del Consejo de Turismo de esas provincias en Puerto Varas y repondrá como representante al Alcalde de la ciudad.
Deseo reiterar ante el Senado que frente a Puerto Varas se encuentra el principal centro turístico de la República Argentina: Bariloche y Nahuel-Huapí, de renombre internacional. Trescientos mil turistas lo visitan al año. En él están organizados el turismo de invierno y de verano, y Argentina recibe 300 millones de dólares anuales por ese concepto.
Bariloche ha organizado el turismo de invierno en forma realmente admirable, al estilo europeo. Cuenta con 140 hoteles y 10 mil camas de primera clase. Además posee servicios de buses de turismo y una excelente organización para atender a los visitantes. En cambio, a este lado de la cordillera, en las provincias de Llanquihue y Chiloé, reinan la pobreza, la miseria y el desamparo. No tenemos siquiera una balbuceante organización del turismo, cuando somos dueños de bellezas inmarcesibles, indescriptibles. Nos falta lo principal. Como decía en la Comisión de Gobierno el Honorable señor Raúl Morales, no hemos logrado entender el turismo ni su mentalidad, ni el "confort" que es necesario dar al viajero internacional que deja a su paso los dólares que permiten a los países subdesarrollos organizar sus economías, salir de su estado de postración y proporcionar a sus poblaciones un nivel de vida compatible con la dignidad humana. Esta iniciativa tiende a esa suprema aspiración; de ahí que es indispensable, entonces, corregirla, porque el departamento de Puerto Varas, donde hay un cúmulo de bellezas naturales -lagos, bosques, fiordos, montañas, etcétera-, configura paisajes que es imposible describir y está llamado por sí solo a ser el más importante centro de turismo de la República, aparte el de Viña del Mar.
No quiero extenderme mayormente en mis observaciones, pero sí dejar bien en claro que el Ejecutivo no ha mantenido el concepto fundamental de la descentralización: en lo económico es donde debe haberla, no tanto en lo administrativo. Es necesario dar vida a las provincias. Y la de Llanquihue, que alcanza un número extraordinario de cesantes y en la cual se han producido hechos delictuosos fruto de la miseria y la desesperación, requiere crear con celeridad para ella una poderosa fuente de riqueza.
El proyecto en debate permitirá incrementar el turismo en el sur de Chile y fomentar el turismo popular, lo cual ha de tener, a mi juicio, proyecciones de real importancia.
Termino manifestando que, como Senador por la Novena Agrupación, aceptaré el veto al artículo primero reservándome el derecho de hacer justicia, más adelante, a Puerto Varas, en forma que se mantenga su plan de inversiones, para lo cual me
he puesto de acuerdo con el Honorable señor Irureta. No queremos que sean nuestros conciudadanos los que jueguen, sino abrir ese departamento, así como todas las demás bellezas del sur de Chile, al turismo internacional; romper la cordillera de los Andes, y conseguir la integración de nuestro país y de la República Argentina, dos naciones que se complementan económicamente.
El señor RODRIGUEZ.-
¿Me permite, señor Senador, con la venia del señor Presidente?
¿Por qué no se consideró inicialmente o en el veto a la provincia de Magallanes?
El señor VON MÜHLENBROCK.-
Honorable colega, por desgracia el doctor Barros no aceptó que se presentaran indicaciones después de aprobado el proyecto en general. Debido a ello, no pudimos proponer la creación de varios Consejos de Turismo, entre los cuales puedo señalar el de Valdivia, que es necesario, y el de Magallanes. Yo mismo presenté la indicación respectiva, pero no fue posible a la Comisión de Gobierno acogerla en su segundo informe.
Por eso he dicho que el veto corrige la iniciativa y, por lo tanto, no sólo es razonable en esa parte, sino que perfecciona fundamentalmente el proyecto.
El señor PABLO (Presidente).-
Tengo el agrado de ofrecer la palabra al Honorable señor Gumucio.
El señor MORALES.-
¿Me permite una interrupción, Honorable colega?
El señor IRURETA.-
Pido la palabra.
El señor VON MÜHLENBROCK.-
Señor Presidente, se me han solicitado interrupciones, pero creo que corresponde a la Mesa dirigir el debate.
El señor PABLO (Presidente).-
El Honorable señor Gumucio está inscrito desde ayer para intervenir en este debate. Con la venia de Su Señoría, puede usar de la palabra el Honorable señor Morales.
El señor MORALES.-
Adhiero a las expresiones que hemos escuchado al Honorable señor Von Mühlenbrock en cuanto a que el veto no considera de modo específico una política, en materia de turismo, para la provincia de Magallanes. Sin embargo, vale la pena hacer presente, ante la consulta del Honorable señor RODRIGUEZ, que, según las disposiciones del proyecto, tal actividad radicará, para esa provincia, en la Corporación de Magallanes, lo cual llena el vacío señalado.
El señor RODRIGUEZ.-
Se expresa en el proyecto.
El señor MORALES.-
Así es, Honorable colega.
El señor IRURETA.-
¿Me permite una interrupción, Honorable colega?
El señor GUMUCIO.-
Señor Presidente, en el período anterior di mi voto afirmativo a este proyecto nacido de la agregación de varios artículos al que tenía por objeto permitir el funcionamiento del Casino de Viña del Mar durante todo el año, es decir también durante el invierno. Pero en aquella oportunidad manifesté que la iniciativa, de tipo regionalista y cuyo espíritu aplaudo, es, a mi juicio, del todo insatisfactoria para el objetivo que se persigue, cual es el fomento del turismo en Chile y, muy en especial, del turismo popular.
En aquella ocasión hice presente que en Chile tenemos un concepto errado respecto dé la fuente que vale la pena considerar para promover el turismo en gran escala, pues creemos que lo básico es el turismo internacional, el de grandes millonarios norteamericanos que dejarían dólares en nuestro país. En verdad, ello es enteramente falso. Las estadísticas lo indican: ningún millonario norteamericano viene a veranear a las costas de América del Sur. Se van a la Costa Azul o a cualquier otra parte de Europa a gastar sus dólares. Por lo demás, se demostró que, como consecuencia del sistema de créditos que otorgan hoy día firmas norteamericanas de turismo, esas divisas no vienen a Chile: sencillamente quedan en Estados Unidos.
Dije también que era fundamental legislar en pro del auténtico turismo popular, hacer amable el país para nuestros propios trabajadores, y que ello requería el estudio acabado de un proyecto por parte del Poder Ejecutivo. Por desgracia, la Dirección de Turismo, que no ha hecho labor efectiva en ninguno de los Gobiernos anteriores, tampoco ha demostrado efectividad en el actual. Si ni siquiera aprovechó el veto que ahora discutimos para configurar un texto más completo. Sencillamente, ratificó una legislación apresurada, que, como lo he dicho, consistió en agregar a un proyecto que disponía el funcionamiento del Casino de Viña del Mar en invierno, toda una serie de disposiciones que aparentemente tienden a favorecer el regionalismo, pero que en el fondo reparten muy escasos recursos para ser invertidos por los Consejos Regionales.
Por otra parte, el veto no rectifica, por desgracia, lo que a mi entender es un error gravísimo: el que por ley se indique la inversión de algunos de los fondos de los Consejos. Me parece mal que así sea. En mi opinión, a esos organismos se debe dar libertad para establecer las prioridades de inversión de sus fondos. No se los debe imponer, por ley, la inversión obligatoria de determinadas sumas. Estoy hablando objetivamente, pues considero de extraordinaria importancia, por ejemplo, la construcción del camino costero que una Algarrobo y Papudo, pasando por Valparaíso y Viña del Mar, que es una de las obras señaladas en el veto; pero como principio me parece un error establecer obligatoriamente, desde la partida -repito-, algunas de las inversiones que tales organismos deberán realizar con los fondos que obtengan.
Asimismo, me merece objeci��n la rebaja de contribuciones para construir hoteles de lujo internacional, dada la experiencia que tenemos de lo que, por desgracia, han significado las liberaciones de esta índole a favor de grandes hoteles que hoy día se están edificando en Santiago.
Así, por ejemplo, para la construcción del que se está levantando a la orilla del cerro San Cristóbal, se utilizaron franquicias de toda índole que permitieron la internación casi liberada de impuestos de todas las instalaciones. Y después que se obtuvieron esas ventajas del Estado, a costa del sacrificio de todos los contribuyentes, uno de los dueños de ese establecimiento o la sociedad propietaria, lo traspasó a una firma norteamericana.
Hablamos de imperialismo cuando se trata del cobre, de las grandes empresas mineras, pero dejamos de lado esos pequeños actos de imperialismo y el absurdo que significa la utilización de las rebajas que la ley autoriza, para en seguida permitir que se trasfieran a firmas extranjeras hoteles de la calidad del mencionado.
Por lo demás, hace pocos días leí en la prensa una noticia que me extrañó sobremanera: la Sección Empleados del Banco Central, dueña de un sitio en la Plaza Baquedano de Santiago, acordó construir en él un gran hotel de turismo, pero lo ha traspasado también -no estoy seguro de ello- a la empresa norteamericana Hilton. O sea, la liberación de derechos de internación que otorga la ley a los ciudadanos chilenos para construir hoteles, es aprovechada, en definitiva, por el capital extranjero, cuya inversión no nos interesa a nosotros.
Por último, también considero de mucha gravedad que por ley se sancionen rebajas de impuestos para hoteles internacionales de lujo, en circunstancias de que Jo que interesaba, en realidad, era que el Gobierno hubiera aprovechado el veto para delinear una gran política turística que permitiera el aporte del Estado a los sindicatos o a federaciones de sindicatos, con el objeto de crear lugares de veraneo modestos que contaran con las mínimas instalaciones sanitarias, a fin de facilitar a nuestros conciudadanos el conocimiento de su territorio. De este modo se crearía una efectiva corriente turística popular.
El señor VON MÜHLENBROCK.-
¿Me permite decir unas palabras, señor Senador?
El señor GUMUCIO.-
Sé que mis Honorables colegas, desde el punto de vista regional, tienen razón para defender lo que el proyecto en debate pueda entregar a sus respectivas zonas. Pero no nos hagamos ilusiones; no pensemos que éste es el gran proyecto del turismo para Chile. No deja de ser un pequeño paso, pero muy incompleto e insuficiente.
Es lo que quería hacer presente, a pesar de que acepto algunos aspectos del veto.
El señor VON MÜHLENBROCK.-
¿Me permite, señor Presidente?
Creo que mi Honorable colega, el señor Gumucio, que asistió al debate anterior sobre esta materia, es un poco injusto. En verdad, la Comisión de Gobierno abrió sus puertas con todo afecto al anhelo de organizar en el país el turismo popular. Pensamos que era ésta la oportunidad de transformar la Dirección de Turismo, arrancarla del papel precario de insignificante servicio público para colocarla en el nivel de entidad mentora de una gran fuente de riqueza. Tan así es que en el artículo 4º, aprobado por esta Corporación, se especifican como facultades de los Consejos Regionales Se Turismo: "1) Estudiar, programar y realizar la promoción, se especifican como facultades de los dicción". Y a continuación se establece taxativamente: "2) Fomentar el turismo social, fundamentalmente el popular, mediante la creación de establecimientos adecuados; la concesión de créditos a sindicatos, juntas de vecinos, centros deportivos y otros grupos legalmente organizados, y la promoción de las vacaciones escolares que establece la letra h) del artículo 2º de la ley Nº 15.720, de acuerdo con la Junta de Auxilio Escolar y Becas respectiva; 3) Coordinar los planes municipales ..." etcétera.
Todo eso fue obra de la Comisión de Gobierno. Es un primer paso, es cierto; pero se crean facultades y se abre un camino. Por consiguiente, debo decir franca y sinceramente a Su Señoría que lo considero injusto.
Dentro de nuestra modestia, juntamente con el señor Director de Turismo y todos los organismos que el Ejecutivo puso a nuestro alcance, recogimos la inquietud de nuestros Honorables colegas y abrimos paso a una ley que por fin permitirá organizar el turismo popular en este país, no sólo el internacional.
El señor GUMUCIO.-
En respuesta a Su Señoría, puedo decir lo siguiente: no discuto que en este proyecto estén consideradas todas las facultades que Su Señoría señala. Pero me atengo a la realidad:: si no se dictan normas que abarquen toda la nación, según las cuales el Estado pueda actuar con energía para promover un turismo coordinado y planificado, los pocos fondos que puedan obtener los Consejos Regionales serán manejados con criterio localista y sus esfuerzos para fomentar el desarrollo de dicha actividad serán nulos. ¿Qué créditos van a dar a los sindicatos Consejos que reciban la miseria de un millón de escudos o sólo cientos de miles de escudos, para impulsar el verdadero turismo? Basta ver lo que ocurre en todas las provincias: pequeñas discusiones de tipo lugareño sobre lo que procede realizar para promover el turismo.
El señor IRURETA.-
Para completar los antecedentes señalados por los Honorables señores Von Mühlenbrock y Gumucio, quisiera agregar que la participación de la comunidad en los Consejos Regionales será muy activa, pues en ellos estarán representadas las juntas de vecinos.
En la provincia de Llanquihue se ha realizado, en los últimos años, una experiencia que, en gran parte, ha inspirado las disposiciones de este proyecto. Por medio de la CORFO y de otros organismos de crédito, pequeños empresarios turísticos han podido habilitar modestas hosterías, accesibles precisamente a aquellas personas a las cuales se incluye en los planes de turismo popular. Grandes casonas cercanas a caletas o playas se han transformado, mediante pequeños préstamos, de veinte o treinta mil escudos, en hosterías familiares, de veinticinco a treinta camas. Y sólo en 1968...
La señora CAMPUSANO.-
¿Cuánto se cobra ahí por día?
El señor IRURETA.-
Los precios están fijados por la Dirección de Industria y Comercio. Pero estoy en condiciones de informar a Su Señoría que, en la provincia de Llanquihue, los estudiantes pueden realizar giras alojándose en hosterías que les cobran no más de cinco escudos por día, y cuyas tarifas no exceden los quince escudos diarios para personas adultas.
Ha sido ésa una experiencia extraordinariamente beneficiosa, no sólo para el turismo en general, sino, además, para aumentar los ingresos de las personas o familias que se dedican a esta actividad.
En 1968, la Corporación de Fomento de la Producción otorgó diez créditos de treinta mil escudos cada uno -en total trescientos mil escudos-. Las posibilidades de que el Consejo Regional de Llanquihue, Chiloé y Aisén amplíe ese plan de turismo son muy grandes, gracias al financiamiento de que dispondrá. Sabemos, además, que se proponían otros ingresos para los Consejos Regionales de Turismo, los cuales beneficiaban a todo el país, pero por razones de orden constitucional han tenido que ser remitidos por la Comisión de Hacienda a la Cámara de Diputados, donde deben tener origen, por involucrar creación de impuestos. Entendemos que en una próxima iniciativa legal, que será activada en esa rama del Congreso, se tratará de hacer efectivo ese financiamiento a favor de los Consejos Regionales de Turismo.
En todo caso, si alguna importancia tienen estos Consejos, ella es, precisamente, la señalada por el Honorable señor Von Mühlenbrock al contestar al Honorable señor Gumucio: por primera vez se está dando participación efectiva, en la dirección del turismo popular, a organismos de base como son los municipios y las juntas de vecinos.
El señor PABLO (Presidente)-Solicito la venia de la Sala para que el Honorable señor Aylwin pueda reemplazarme en la Presidencia por algunos minutos.
Acordado.
El señor AYLWIN (Presidente accidental).-
Ofrezco la palabra.
El señor GUMUCIO.-
He concedido una interrupción al Honorable señor Carmona, pero como no deseo dirigir el debate, pongo término a mis observaciones.
El señor CARMONA.-
Señor Presidente, aparte las razones dadas por los Honorables señores Von Mühlenbrock e Irureta respecto de los objetivos de las observaciones al proyecto de ley en debate, quiero manifestar también, contestando al Honorable señor Gumucio, que por la vía del veto es muy difícil formular toda una política referente a una materia totalmente extraña a ideas ya despachadas por el Congreso en determinada iniciativa legal. Necesariamente, las observaciones del Ejecutivo deben referirse a materias específicas aprobadas por el Parlamento.
A pesar de todo, como expresaron los Honorables señores Von Mühlenbrock e Irureta, es innegable que se ha hecho un esfuerzo en el sentido de establecer una nueva concepción del turismo y, especialmente, de dar atribuciones a los Consejos Regionales cuya creación se propone. En efecto, el artículo 1º del proyecto permite organizar esas entidades, prácticamente en todas las provincias de Chile, con participación muy activa de la comunidad, por intermedio de las municipalidades y juntas de vecinos.
Fuera de lo anterior, el veto propone también algunas ideas que, a mi juicio, el
Senado debe tener en cuenta. No se trata de declaraciones de orden teórico, sino de facultades precisas que se darán a los Consejos Regionales. En una de las normas propuestas mediante el veto, por ejemplo, se autoriza a las instituciones fiscales, semifiscales o de administración autónoma para delegar parcialmente sus facultades en los Consejos Regionales de Turismo, en materias que digan relación a la actividad turística. Estas delegaciones deberán efectuarse por decreto supremo fundado del respectivo Ministerio y con la firma del Ministro de Economía. Es decir, en la práctica se están dando atribuciones efectivas a los Consejos Regionales y señalando, al mismo tiempo, los fondos especiales de que dispondrán y la forma cómo los obtendrán.
Otro de los artículos propuestos en las observaciones del Ejecutivo dispone que "los recursos que se asignen anualmente en la Ley de Presupuestos a la Dirección de Turismo, dependiente del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, se destinarán en un 40% al cumplimiento de los fines propios de esa repartición", y en 60%, a los Consejos Regionales de Turismo, con lo cual se ensaya una descentralización efectiva con participación de la comunidad, y, a la vez, una política de turismo adecuada a las posibilidades de cada región.
Finalmente, quiero llamar la atención hacia los esfuerzos realizados para dar una nueva estructura a la Dirección de Turismo. Sobre el particular, el veto consigna un artículo que faculta al Presidente de la República "para que en el plazo de noventa días contados desde la publicación de la presente ley, reestructure la Dirección de Turismo, pudiendo modificar su naturaleza jurídica, atribuciones y estructura interna". En seguida, dentro de la misma disposición, establece una verdadera cortapisa al disponer que "el uso de esta facultad no podrá significar despidos ni disminución de rentas de sus actuales funcionarios", con lo cual se ha procurado, en la medida de lo posible y por la vía de las observaciones, mejorar esta iniciativa legal, sin que ello signifique la formulación de una nueva política general sobre turismo.
Repito: dentro de las disposiciones observadas, y por la vía del veto, se ha hecho lo posible para mejorar el proyecto dando una nueva estructura descentralizada a las entidades destinadas a fomentar el turismo en el país. Al mismo tiempo, se abren perspectivas de reestructuración de esta actividad, de acuerdo con las experiencias recogidas, una vez que el proyecto sea despachado por el Parlamento.
El señor CONTRERAS.-
Señor Presidente, quiero referirme específicamente al artículo 1° de esta iniciativa, porque si bien es cierto que el veto, en general, ha mejorado el proyecto del Congreso, no lo es menos que a nosotros nos merece ciertos reparos. Y digo reparos, porque, por desgracia, sólo tenemos dos alternativas: aprobar o rechazar la disposición.
A pesar de que daremos nuestros votos favorables a la observación del Ejecutivo, no podemos silenciar el hecho de que mientras se habla tanto de descentralización administrativa, de autonomía municipal y de una serie de conceptos semejantes, se haya eliminado a los alcaldes de la posibilidad de ser quienes presidan los Consejos Regionales. Me parece que, si dejamos en manos de los intendentes el manejo de dichos consejos, seguiremos recargando de responsabilidades al Ejecutivo, pues, en todo caso, las llamadas a presidir esos organismos debieran ser las municipalidades.
Mucho hemos hablado sobre la necesidad de otorgar nuevas atribuciones a los municipios; no obstante, de la comuna autónoma ya ni siquiera queda el nombre: todo se ha ido olvidando con el tiempo. Según tengo entendido, el único alcalde que ha sido considerado para presidir un Consejo Regional -el de las provincias de Valparaíso y Aconcagua-, ha sido el de
Viña del Mar, precisamente porque se trata de una autoridad edilicia elegida libremente por el Presidente de la República. En esta oportunidad, y en nombre de los Senadores comunistas, quiero llamar la atención de Sus Señorías -espero que así lo interprete también el Ejecutivo- en cuanto a la conveniencia de no seguir olvidando a los municipios, porque, a pesar de todo, estos organismos disponen de algunos recursos que les permiten desarrollar las actividades turísticas en sus respectivas zonas.
Por otra parte, se habla del turismo popular -no sé si ha sido aprobada una disposición que figura en el proyecto despachado por la Comisión; no he revisado íntegramente el texto del informe- y, a la vez, de la necesidad de alzar el valor de los pasajes en ferrocarriles, vías aéreas y marítimas, sin hacer excepción ni siquiera de las tarifas de tercera clase.
Si queremos fomentar el turismo, debemos pensar, ante todo, que en Chile los pasajes son extremadamente caros. Los señores Senadores saben que un viaje en avión, de ida y vuelta, entre Santiago y Antofagasta, cuesta 600 escudos y, en consecuencia, a la gente modesta del país le resulta muy difícil hacer turismo. Por eso, habría sido importante que los municipios tuvieren en sus manos a los Consejos Regionales de Turismo, pues sólo de esta manera se habría posibilitado un mayor impulso del turismo nacional. Es de sobra conocido el hecho de que a la mayor parte de la gente que habita en las regiones apartadas de Chile, sea en la Primera o en la Décima Agrupación, le es muy difícil viajar al centro del país, ni siquiera en ferrocarril.
Deseábamos hacer estas observaciones con el propósito de insistir en la conveniencia de no seguir olvidando a los municipios.
El señor BOSSAY.-
Señor Presidente, concuerdo con muchas de las opiniones vertidas por el Honorable señor Gumucio, al analizar en general las observaciones del Ejecutivo al proyecto de ley que nos ocupa.
A mi juicio, por muy buena voluntad que pongamos quienes creemos que esta iniciativa legal constituye un paso adelante a favor de la industria turística chilena, de ningún modo podemos afirmar que constituye la solución tan anhelada por todos nosotros en torno de esta actividad.
Tengo entendido que el propio Ejecutivo preparó un proyecto relativo al turismo. Me parece que lo elaboró una Subsecretaría de Estado y que estuvo a punto de ser enviado al Parlamento; en todo caso, a nosotros se nos mandó una copia de su texto. Pues bien, a juzgar por lo que pude informarme de su contenido, era mucho mejor y más completo que el que ahora se nos propone. No lo digo con el propósito de menoscabar el proyecto en discusión, pues considero que la organización de los Consejos Regionales -repito- constituye un avance, sino para señalar que no podemos, no obstante el despacho de esta legislación, postergar el estudio y la aprobación en uno o dos años más, por parte del Ejecutivo y el Parlamento, de una ley atinente al turismo en nuestro país. Lo digo porque la industria turística representa -no me cabe la menor duda de ello-, junto al cobre, a la industria vitivinícola, al acero y sus derivados, una promisoria fuente de divisas que ha de contribuir a fortalecer a la economía nacional. El Honorable señor Contreras se ha referido al turismo popular. Lo he podido apreciar en Inglaterra y en Alemania, y también en Sochi, junto al Mar Negro, en Rusia, donde existen hoteles a disposición de los sindicatos. Por eso, estoy seguro de que en nuestra patria también es posible llevar esa idea a la realidad.
En verdad, el problema consiste en tomar la decisión y buscar los medios que permitan organizarlo y llevarlo a la práctica. En todo caso, me parece que en modo alguno la iniciativa que ahora nos ocupa, ni aún con las disposiciones declaradas inconstitucionales por la Comisión de Hacienda, constituirá la plataforma indispensable para esa organización.
Esta es la razón por la cual considero que el proyecto en debate constituye sólo una solución de parche frente a un problema que continúa latente, que existe y al que es posible dar solución adecuada tanto en el norte del país, donde se vive un verano eterno, con un turismo de invierno, de cordillera o de mar, como en la zona sur, en la región de los lagos.
Desde fines del período anterior y en lo que va corrido de éste, en dos o tres oportunidades he intervenido al discutirse este tema. Y ahora me encuentro con una observación del Ejecutivo que, imagino, será rechazada por haberla declarado inconstitucional, junto a otras cuatro, la Comisión de Hacienda, debido a que la iniciativa legal en discusión nació en el Senado, en circunstancias de que, por establecer impuestos, debió tener origen en la Cámara de Diputados. Por consiguiente, este proyecto no podría utilizarse para patrocinar las enmiendas legales que en él se proponen.
Deseo aprovechar la oportunidad para recalcar que mi desacuerdo con la disposición no sólo obedece a su vicio de inconstitucionalidad. Hay un aspecto que considero mucho más grave y que afecta seriamente al turismo chileno, al empresario nacional y, me atrevería a decirlo, al propósito que se vitaliza cada vez más en América Latina, de nacionalización de sus industrias básicas. Me refiero al aspecto a que da lugar una frase que, cuando nació, en el decreto 775 de 1967, era más o menos inocente, pero que ahora ya no lo es tanto: "hoteles de lujo de clase internacional". Vale decir, el nuevo beneficio no se concede a todas las categorías de hoteles, sino únicamente a los clasificados de ese modo.
Ahora -y esto lo hemos debatido tantas veces- la frase no resulta tan inocente. Sabemos qué pasó con el referido decreto; sabemos que en este país se metió ese verdadero pulpo que es la ITT, International Telephone and Telegraph, de origen norteamericano, dueña de enorme cantidad de organizaciones, de compañías de teléfonos, agencias de turismo, hoteles y cuanto negocio hay. Y llegó a este país por intermedio de una de sus subsidiarias, la Sheraton, pues ITT no figura. Esa subsidiaria compró parte importante de la empresa Edificio Hotel Carrera -el 51% de las acciones-, con lo cual ésta pasó a ser norteamericana.
Al respecto, recibí una carta en que se me hacía presente que la operación no era ilegal. Pero yo nunca he afirmado lo contrario. Sólo he manifestado que, cuando votamos el proyecto primitivo, no nos dimos cuenta -y lo confieso públicamente- del significado, de la tremenda gravedad de la frasecita esa "de lujo de clase internacional". Pensamos que se trataba de un beneficio para la hotelería chilena. Pero, ¿cuál es el alcance que tiene? Organismos entendidos en la materia han señalado que la categoría "de lujo de clase internacional" no existía en Chile, ni prácticamente en el resto del mundo, al momento de despacharse la iniciativa. Sólo existía la clasificación de "primera", "segunda" y "tercera"; "primera A" "primera B", etcétera, como en todas partes.
Pues bien, ¿qué sucede? El tipo de hoteles de "lujo de clase internacional" requiere -ruego a mis Honorables colegas poner atención a esto- una inversión de siete u ocho millones de dólares. O sea, se margina de ser clasificada en esta categoría a toda la hotelería chilena: al hotel que se construye en la región donde subsisten aborígenes, al que se levanta" en Punta Arenas, al que edifica Hepner y Magri en Concepción; a los de HONSA y a tantos otros, como los que un Honorable colega citaba como ejemplo de tesón: el de esos alemanes de Puerto Varas y Ensenada que, con su pequeño hotel, al igual que otros, luchan por trabajar, a veces, sólo dos meses, o dos o tres semanas, como en el período fuerte del turismo en Puerto Varas y toda esa zona.
¿Se dio o no se dio un beneficio a la Sheraton? Sí se dio, y a tal extremo, Honorables colegas, que si Sus Señorías tienen la curiosidad de leer en la prensa informaciones respecto de este tipo de empresas o negocios, comprobarán que se ha desatado una verdadera fiebre entre los inversionistas norteamericanos por instalarse en el rubro de la hotelería chilena.
¿Quién explotará ese hotel de ochenta mil millones que construye el Banco Central con fondos de la Caja de Previsión de sus empleados? Entiendo, según informaciones de prensa, que lo hará Braniff.
En Viña del Mar, como señala una información de "El Mercurio" de 2 de junio del año en curso, también se instalará uno de estos hoteles "de lujo de clase internacional". La municipalidad local, sin duda con muy buen propósito, regalará un terreno -o lo aportará- y una empresa que participará en el negocio pondrá 200 mil dólares, mientras 4 millones 800 mil serán financiados por la Corporación de Fomento y ADELA. La operación requiere avales de CORFO, préstamos -que luego han de devolverse-, pago de intereses y toda clase de garantías.
En otras palabras, ¿ qué pasó con la empresa Holiday Inn, que "se volvió loca" con la visita de Su Excelencia, en compañía del ex Director de Turismo señor Pairoa? ¿Qué les sucedió a Braniff y a Sheraton? ¿Por qué "se volvieron locas" con Chile? Por esa inocente frasecita que favorece a los "hoteles de lujo de clase internacional".
Por un lado, pretendemos nacionalizar el cobre, pues se dice que es una de nuestras riquezas básicas y debe ser chilena Afirmo que mientras subsista esta frase, consciente o inconscientemente, estamos desnacionalizando nuestra industria hotelera, porque la disposición no es aplicable a los empresarios nacionales. El decreto
775 libera de derechos de importación a todos los elementos para el hotel, no sólo algunos, como afirmó el Honorable señor Gumucio. En la presentación primitiva, entiendo que se consignaba hasta papel "toilette" norteamericano para el Hotel San Cristóbal. No sé si se traía a título de aporte de capital... También se importaban lavanderías, centrales de secado y aplanchado de ropa, cocinas, extractores, implementos para refrigeración y cuanta cosa hay que permita clasificar a un hotel como "de lujo de clase internacional".
Estadísticas que en otras oportunidades he leído y sobre las cuales insistiré en otra ocasión, señalan que el gran turismo chileno es el de fronteras: argentino, pe ruano, boliviano y de Latinoamérica en general; que el norteamericano no es el más importante, aun cuando se supone que lo será por allá por el año 1980 ó 2.000. Las mismas estadísticas afirman que las camas disponibles en los hoteles O'Higgins y San Martín, de Viña del Mar, son suficientes y no se necesita gran cantidad de hoteles.
¿Se está ayudando al turismo con esto? ¿No será otro tipo de negocio el que se hace?
¿Se desea incorporar a estas franquicias aduaneras a los empresarios chilenos que trabajan en provincia? No. Si así fuera, yo daría mi voto favorable, porque sé cómo trabajan y luchan por subsistir en Puerto Varas, Puerto Montt, Concepción y otros lugares los empresarios hoteleros. Los hoteles de Santiago están copados el año entero. En cambio, provincias como Antofagasta y otras, jamás tienen copada su capacidad1 de atención de turistas. Pero aquí no se establece una rebaja del 50% del impuesto de primera categoría para los hoteles regionales. Aquí viene, de nuevo, la misma frasecita: "hoteles clasificados de lujo internacional". Vale decir, no se trata tan sólo de la liberación de derechos de aduana. Ahora Braniff, SheratonHotels and Motors Inn, y otras empresas internacionales, estarán exentas del 50% del impuesto de primera categoría.
Cuando se presente esta misma disposición en otro proyecto de ley, plantearé en detalle el tema. A mi juicio, es un asunto que no debería estar incluido en un veto.
En todo caso, mi impresión es que aquí existe un grave error. Me he dirigido al señor Ministro de Hacienda, y me dirigiré a todos los Secretarios de Estado, para hacerles presente el problema. Estimo que debe ayudarse a la hotelería. Pero, ¿por qué no puede darse a empresarios chilenos el mismo beneficio que se concede a la Sheraton o a quien disponga de capitales obtenidos, si no me equivoco, en el First National City Bank o en alguna otra entidad bancaria norteamericana, que aportó la cantidad de cinco millones de dólares ? ¿Por qué no se concede esta franquicia a las empresas hoteleras más pequeñas?
El Honorable señor Irureta, o algún otro señor Senador, hacía presente la conveniencia de presentar al mundo un rostro amable. Estoy de acuerdo con ello. ¿Qué cosa más maravillosa que ir, en Ensenada o Puerto Varas, a un hotel modesto? El verdadero turista que viene a nuestro país puede hacerlo; no así el que paga 25 dólares en Nueva York, en una agencia que también es de Sheraton o de alguna de las grandes empresas. A Chile, en término medio, le dan sólo once dólares, como veía en un balance hace algunos días. Según los entendidos, al país llegan 15 dólares. El resto queda en la casa matriz, que es la dueña de la agencia. Ese no es el tipo de turismo que nos hace falta. Necesitamos que el total de las divisas quede en Chile, en manos de nacionales.
Y si desean venir empresarios americanos, japoneses, polacos, que traigan sus propios fondos y que no sea la Corporación de Fomento quien los financie. Los recursos de la CORFO están destinados a otro tipo de empresas industriales. Si la Sheraton desea instalar hoteles en el país, que lo haga; pero no como lo denuncia el libro "El Desafío Americano", según el cual en el Mercado Común Europeo el 10% de los capitales de las empresas lo aportan los empresarios norteamericanos y el resto lo pone el Gobierno, o bien lo presta el respectivo banco, de Francia, Alemania, Italia, etcétera. En Chile es la misma historia: sólo una pequeñísima parte del capital viene del extranjero; el saldo lo aporta la CORFO, el Banco Central, el Banco del Estado o una institución similar. A mi juicio, esto no puede ser. Estimo que, por patriotismo, tenemos la obligación de reaccionar.
Estoy totalmente de acuerdo con una disposición favorable a las provincias. Soy provinciano y considero que nuestro papel, de Senadores de Agrupaciones provinciales, es defender nuestras zonas por sobre toda otra consideración, pero a las entidades chilenas.
Pidamos al Gobierno, después de agotar este debate, que modifique el decreto 775. Contará con nuestro apoyo. Deseamos ayudar a la industria nacional; pero de ninguna manera nos prestaremos para seguir otorgando nuevos beneficios, como este de eximir de determinados tributos a los hoteles "de lujo de clase internacional", que sólo pueden construir los grandes "trust" norteamericanos.
Deseaba anticipar estas opiniones y, sobre todo, expresar que, aun cuando considero que este proyecto de ley es un paso importante a favor del turismo nacional, estimo que el Congreso no debe cejar sino hasta llegar al despacho de una disposición definitiva sobre la materia. El propio Gobierno tenía redactada una iniciativa al respecto. ¿Por qué no lo envió al Parlamento? ¿Por qué no estudiamos y discutimos una salida al problema? Hagámoslo y llevemos a la práctica definitivamente esta potencial fuente de ingresos, mediante una ley estructurada con esta finalidad.
El señor PABLO (Presidente).-
Hago presente a la Sala que se encuentran inscritos para intervenir los Honorables señores Irureta, Isla, Lorca, Morales y Ballesteros. El Orden del Día termina un cuarto para las seis, hora en que se cerrará el debate y se procederá a votar. En consecuencia, agradeceré a los señores Senadores ser breves, con el fin de que puedan usar de la palabra todos los inscritos.
Tiene la palabra el Honorable señor Irureta.
El señor IRURETA.-
Trataré de ser muy conciso, señor Presidente.
En primer lugar, respecto de las expresiones del Honorable señor Bossay, en cuanto a la necesidad de contar con una ley de turismo de mayor envergadura, deseo informar a Su Señoría que el proyecto que mencionó se halla, en efecto, en la Cámara de Diputados. Como se trata de una iniciativa de mucho cuerpo y en la cual están interesados muchos Diputados representantes de diversas provincias, su despacho ha demorado algún tiempo más del que a los parlamentarios del sur nos parece necesario, dada la urgencia en solucionar el problema del turismo en la zona. Por esta razón, en Puerto Varas se constituyó la Junta de Adelanto local, presidida por el Regidor Vicente Reyes, quien viajó hace dos años a Santiago a entrevistarse con el Presidente de la República. Los parlamentarios de la zona acompañamos en las gestiones tanto a la Municipalidad de Puerto Varas como a la Junta de Adelanto y obtuvimos de Su Excelencia el consentimiento para que, junto con crearse las bases de un consejo regional de turismo, que, en definitiva, ha venido a ser un esquema para estas organizaciones en todo el país, se procurara un medio de financiamiento de las obras turísticas necesarias en la zona y, además, de otras obras de desarrollo regional. Por tal motivo, en el proyecto en debate se crea el Casino de Puerto Varas.
Deseo dejar constancia de que, con la aprobación de esta iniciativa, se satisfacen los anhelos de diversos organismos
de Llanquihue que durante muchos años la esperaron y respaldaron.
Los parlamentarios de la zona sur estimamos que la creación de esta fuente de financiamiento para el desarrollo regional de Llanquihue, Aisén y Chiloé, será extraordinariamente beneficiosa, tal como señalaba el Honorable señor Von Mühlenbrock, quien ya en 1956, cuando era Diputado, había presentado un proyecto sobre la materia, que, por desgracia, no tuvo éxito al no encontrar en el Poder Ejecutivo la comprensión que halló la iniciativa en debate.
Igualmente, deseo dejar constancia, aparte del nombre del presidente de la Junta de Adelanto Local de Puerto Varas, señor Vicente Reyes, de los nombres de los Alcaldes señores Horacio Montealegre y Harold Hoffmann, que han dirigido en estos años la municipalidad y han dado gran respaldo a esta iniciativa, como asimismo de los Regidores señores Otto Klein, Jorge Rosas, Hardy Stange y Eynar Lindh.
Creo que el proyecto, que en pocos días más se convertirá en ley, permitirá a las provincias de Llanquihue, Chiloé y Aisén contar con una organización turística que, en muy poco tiempo más, estará a la altura de lo que hoy día es la zona vecina de Bariloche. Esta última, tal como lo anotó el Honorable señor Von Mühlenbrock, tiene un desarrollo turístico respecto del cual nosotros hemos quedado muy atrás a lo largo de los años.
Por estas consideraciones, rogamos al Honorable Senado prestar su aprobación a las observaciones del Ejecutivo, porque ellas consagran, en definitiva, una larga aspiración de la zona sur. Sin duda, como se ha se��alado aquí, el proyecto tiene algunas deficiencias, entre ellas la señalada por el Honorable señor Contreras. Esperamos que en un futuro proyecto sean salvadas.
Desde luego, nos parece más conveniente que los Consejos Regionales de Turismo sean presididos por los Alcaldes y no por los Intendentes, en un esfuerzo por llevar la descentralización, en el mayor grado posible, a los organismos que representan en forma más directa a la comunidad.
Confiamos en que podremos remediar en una próxima iniciativa las fallas que se advierten en el proyecto.
Era cuanto quería decir.
El señor ISLA.-
Trataré de ser lo más breve posible.
Deseo referirme al artículo 22 del proyecto, reparado por el Ejecutivo. Personalmente, como Senador por las provincias de O'Higgins y Colchagua, deploro que se haya vetado este artículo, porque debido a ello no será posible construir un hotel en San Fernando y una hostería en Las Nieves, obras consultadas en el proyecto aprobado por la Cámara de Diputados. Pero, con el objeto de evitar el riesgo de que no haya el quórum constitucional necesario -como se requiere en un tercer trámite-, como Senador de la zona votaré favorablemente el veto.
Para los efectos de la historia de la ley, me interesa dejar especial constancia de que en las observaciones del Ejecutivo también se ha cambiado el financiamiento para la construcción de dos obras fundamentales para la zona. Se trata de los caminos de San Fernando a Pichilemu y de Peumo a Las Cabras. Respecto del primero, debo señalar que constituye una antigua aspiración de la zona. En 1961 presenté una iniciativa que me correspondió ' defender en la Cámara de Diputados. Con posterioridad, aquí en el Senado, el entonces Senadordon Baltázar Castro hizo realidad la construcción de ese camino, no obstante lo cual permanece inconcluso. En cuanto al camino de Peumo a Las Cabras, debo señalar que el veto considera su construcción. Desgraciadamente, como he dicho, no será posible construir un hotel en San Fernando y una hostería en Las Nieves -zona ubicada al interior de Rengo-, proyecto que, indudablemente, tiene gran porvenir turístico y en el cual están empeñados el gobernador y las respectivas autoridades del departamento de Caupolicán.
Para los efectos de la historia de la ley, quiero señalar que personalmente habría preferido la redacción del artículo 22 dada por la Cámara de Diputados, que disponía que la construcción de los caminos mencionados se imputara a los recursos provenientes de la ley 16.624 -modificatoria de la llamada ley del Cobre-, que en su artículo 27 faculta al CODO para distribuir y regular los fondos del cobre en las provincias de O'Higgins y Colchagua. En cambio, de acuerdo con el veto -reitero que para evitar el riesgo de no contar con el quórum constitucional, tendremos que votarlo-, el gasto se imputará al artículo 51 de la ley 16.624, de modo que las construcciones deberán ser consideradas en el plan de obras públicas del Gobierno.
Dejo expresa constancia dé estas observaciones, con el objeto de que a la brevedad -no hay duda de que así lo entenderá el Ministro del ramo- se tomen las providencias necesarias para que, en conformidad al financiamiento a que se refiere el artículo 51 de la ley mencionada, los representantes de las provincias de O'Higgins y Colchagua por lo menos podamos tener la satisfacción de que se inicie la construcción de los caminos de San Fernando a Pichilemu y de Peumo a Las Cabras. Este último tiene gran trascendencia: conectaría al departamento de Cachapoal con Rapel, lugar éste que, aparte ser uno de los centros más importantes desde el punto de vista de la energía eléctrica, será de gran atracción turística.
El señor LORCA.-
Comparto totalmente la crítica del Honorable señor Bossay en la parte del veto referente a los hoteles de lujo de clase internacional. El Senador que habla votará contra eso y contra otros vetos más.
Sin el ánimo de ofender ni levemente a los Senadores que dieron vida a este proyecto de ley, debo señalar que él no corresponde a una política nacional completa en materia de turismo. La verdad es que esta iniciativa nació sólo por el deseo muy legítimo de fomentar el turismo regional con la creación del casino en Puerto Varas y mejorar el funcionamiento del casino en Viña del Mar. Lógicamente, para darle una forma de presentación, se crearon -en mi opinión personal- todos estos Consejos Regionales.
El señor RODRIGUEZ.-
Eso fue lo que sucedió.
El señor LORCA.-
Esto es muy normal y natural. Sin embargo, no se creó el Consejo de Turismo de Magallanes -me atrevería a decir, una de las provincias más turísticas en el mundo- ni el de Aisén. Lo digo porque, cuando llegó el proyecto a la Cámara de Diputados, debido a la influencia de los Diputados de las zonas que tenían interés en su despacho, no se permitió -por una mayoría democrática- que se presentara ninguna indicación, a tal extremo que la iniciativa se devolvió de esa rama legislativa igual como la había aprobado el Senado. Fue una mayoría de todos los partidos la que no permitió formular ninguna indicación. Tanto es así que algunos Diputados tuvimos que enviar nuestras opiniones al Ejecutivo para que las incluyera en el veto.
Tenía razón el Honorable señor Rodriguez cuando preguntaba por el Consejo de Turismo de Magallanes. Para crear una Corporación para esa provincia y la de Aisén, tuvo que incluirse dentro del Consejo de Chiloé y Llanquihue.
Quiero repetir al Senado lo que dije en la Comisión de Gobierno: temo que los Consejos Regionales de Turismo no tengan la fuerza necesaria en su actuación, porque, aunque estén dirigidos por gente muy capaz, si no hay financiamiento, no puede haber turismo. Resulta que en el artículo que otorga ingresos a esos Consejos, sobre la base de un impuesto de 1% a la bencina, el Ejecutivo no señala su destino. Se crea un impuesto aplicable a la bencina, pero su rendimiento no se destina a los Consejos Regionales de Turismo. Esto me hace pensar que el Ejecutivo podría incluirlo dentro de los fondos generales de la nación.
El señor VON MÜHLENBROCK.-
El artículo relativo al financiamiento fue rechazado en la Comisión de Hacienda.
El señor LORCA.-
Fue rechazado por inconstitucional, me anota el Honorable señor Ballesteros.
Cuando se discutió este proyecto, tanto en la Comisión de Gobierno como en la Sala -como recordarán Sus Señorías-, hicimos ver el peligro de que ese ingreso no fuera destinado a los Consejos Regionales de Turismo.
Comparto las observaciones del Honorable señor Bossay en cuanto a que es indispensable tramitar un proyecto para abordar el importante problema del turismo en Chile.
He concedido una interrupción al Honorable señor Ballesteros.
El señor BALLESTEROS.-
Agradezco la interrupción que me ha concedido el señor Senador.
Quiero referirme muy brevemente a dos materias, porque la limitación del tiempo nos impide abarcar otros asuntos.
En primer lugar, concuerdo con las observaciones formuladas por el Honorable señor Bossay y sus fundamentos, en cuanto a la inconveniencia de otorgar mayores franquicias a aquellos hoteles calificados como de lujo de clase internacional.
Tengo a la mano el decreto del Ministerio de Hacienda Nº 775, de 1967. En virtud de él se concedió a esos establecimientos "la suspensión del derecho específico y derecho ad valorem del arancel aduanero que grava ,1a importación de elementos de construcción, equipamiento, habilitación y alhajamiento necesarios para la operación y servicio de hoteles de lujo internacionales que se construyan en el futuro y que se destinen exclusivamente a esta finalidad".
La sola enumeración consignada en ese decreto, permite darse cuenta de la amplitud de los beneficios que se les concede, pues se refieren a todo tipo de elementos de construcción. De tal manera que podrían importar el cemento, el fierro y toda clase de elementos. Es decir, en este instante, quienes deseen construir en el país un hotel de lujo internacional tienen todas las ventajas, a las cuales vendrían a agregarse las propuestas en el veto, en cuanto a la exención del 50 % del impuesto de primera categoría.
El señor GARCIA.-
¿Me permite una interrupción?
El señor BALLESTEROS.-
Desgraciadamente, estoy haciendo uso de una, señor Senador,
El señor GARCIA.-
Sólo quiero anotar que, además, hay ventajas relativas al impuesto a la renta en la ley de beneficio a los hoteles, que no figuran aquí.
El señor BALLESTEROS.-
Así es.
Creemos un error plantear esta forma de exención. No hay ningún motivo para que los beneficiados con estas franquicias sean los hoteles internacionales de lujo, y no los de otro tipo, que tendrían mayor justificación para obtener beneficios de orden tributario. Soy absolutamente contrario a esta disposición, pues estimo que implica un privilegio inadmisible dentro de nuestra legislación.
Por otra parte, en el artículo 1º se establece que los Intendentes de las provincias presidirán los Consejos de Turismo, con excepción, como aquí se ha manifestado, del correspondiente a Aconcagua, Valparaíso y Santiago, respecto del cual se dispone que presidirá dicho organismo el Alcalde de Viña del Mar. Lamentablemente, el precepto no dice -en tal sentido deseo consultar a quienes actuaron en la Comisión de Gobierno-que el Alcalde de Viña del Mar sea integrante del respectivo Consejo Regional de Turismo. Sólo dice que lo presidirá, pero no lo menciona entre los integrantes. De modo que, a mi juicio, se dará el absurdo de que esa persona presidirá el Consejo Regional de Turismo sin ser integrante de él. En otras palabras, será un representante con derecho a voz, pero sin derecho a voto. Me parece que la intención ha sido otra: si se le ha querido dar el carácter de presidente de este Consejo Regional, debe ser integrante de dicho organismo, con los mismos derechos de las personas enumeradas en el artículo 1º.
Estas son las observaciones que quería formular muy brevemente, pues veo que el tiempo avanza y hay otros Senadores inscritos.
Agradezco la deferencia del Honorable señor Lorca por la interrupción que me ha concedido.
El señor PABLO (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Morales.
El señor MORALES.-
El Honorable señor Juliet me ha pedido una interrupción.
El señor PABLO (Presidente).-
Ruego a los señores Senadores no dar interrupciones a esta altura del debate, pues a continuación están inscritos los Senadores señores Juliet y Valenzuela.
El señor VON MÜHLENBROCK.-
Sólo quiero anotar algo en medio minuto.
Con la venia de la Mesa, debo decir que el Honorable señor Lorca ha zaherido a los autores del proyecto: al Honorable señor Prado y al Senador que habla.
Nosotros presentamos el proyecto para resolver el grave problema del desarrollo de Viña del Mar, Valparaíso y sectores vecinos, por una parte; y abordar, por la otra, el problema de la provincia de Llanquihue. En el camino, el Senado quiso aprovechar este proyecto para crear normas relativas al turismo. Nosotros abrimos las puertas y cooperamos para materializar esa iniciativa; pero, por desgracia, al votarse el primer informe, hubo oposición para recibir indicaciones. En conformidad al Reglamento, se opuso el Honorable señor Barros. Debido a ello no fue posible agregar al proyecto ideas que eran lógicas.
De modo que devuelvo el cargo al Honorable señor Lorca. Formulo este alcance porque el ataque que ha hecho al Honorable señor Prado y al Senador que habla, es total y absolutamente gratuito.
El señor MORALES.-
En la Comisión de Gobierno concurrí con mi voto a la aprobación del proyecto. Estimo que constituye un paso para obtener una mejor coordinación en nuestro país a favor del turismo; pero no es un paso importante. La verdad es que la trascendencia de este proyecto sólo radica en la creación de un casino en Puerto Varas -zona limítrofe importante de Chile- y en la ampliación del funcionamiento del casino de Viña del Mar. No tiene otra importancia.
Naturalmente, sería importante crear nuevas estructuras administrativas que permitan coordinar la actividad turística, especialmente en las zonas sur y austral, complementada con fuertes recursos que permitan la organización de los transportes, tan indispensables; una propaganda tanto en el interior como en el exterior, y la subvención o ayuda económica a todas aquellas entidades, especialmente establecimientos hoteleros, que den comodidad al extranjero que nos visita y desea conocernos.
A mi juicio, el Senado debería desestimar el artículo que establece preferencias para los hoteles clasificados como de lujo internacionales, porque ello no contribuye absolutamente en nada al fomento del turismo.
Quienes hemos sido parlamentarios por la zona, sur durante muchos años, hemos visto lo que ayudan a cumplir los objetivos del turismo el estímulo y el respaldo a las instituciones nacionales. La creación de hosterías por parte de la HONSA en las provincias de Chiloé, Llanquihue y Aisén, que son establecimientos con comodidades, bien ubicados, de atracción para el turismo, constituye un ejemplo de lo que el país y los Poderes Públicos deben hacer, complementando el proyecto mediante la creación de nuevos tributos y el otorgamiento de facultades financieras a los Consejos Regionales de Turismo.
Es útil hacer presente que en la Cámara de Diputados se discute actualmente, en Comisión, un proyecto de fomento al turismo, en el cual podemos abrir las puertas a todas las ideas, especialmente las de aquellas autoridades que tienen a su cargo dicha misión, a fin de crear, de una vez por todas, una industria nacional del turismo.
Hay muchas naciones cuya principal fuente de recursos la constituye la organización turística. Existen países que viven de ella. Por su parte, en Chile gran parte del territorio tiene poco porvenir, debido a la escasez de técnica y de capitales nacionales. Hay provincias, como las del austro chileno, que sólo tienen tres industrias que explotar: la ganadería, la pesca y caza, y el turismo. Cuando en esa zona se celebran cabildos abiertos o se reúnen las municipalidades en busca de nuevas fuentes de ingresos, de circulación de capitales o de atracción para el resto del país y para los extranjeros, se llega siempre a la misma conclusión: la necesidad de estimular el turismo en el sur de Chile.
A mi juicio, la HONSA ha procedido bien al crear hosterías en pequeños pueblos que presentan panoramas maravillosos y dan comodidad al extranjero. Lo mismo ha ocurrido con la Dirección de Turismo, que en los últimos años ha instalado oficinas receptoras de misiones turísticas.
Una legislación que satisfaga todas las necesidades de los municipios y de las juntas de vecinos sólo podrá llevarse a cabo mediante el proyecto que viene en camino, relativo a la política general del turismo.
El señor PABLO (Presidente).-
Tiene la palabra, el Honorable señor Juliet.
El señor JULIET.-
Sólo me queda un minuto, señor Presidente.
El señor PABLO (Presidente).-
Su Señoría dispone de dos minutos.
El señor JULIET.-
Dentro de los dos minutos de que dispongo, trataré de constreñir mis observaciones al artículo 13.
Cuando este proyecto fue tratado en el Senado, en la Comisión de Gobierno, integrada por los Honorables señores Prado y Von Mühlenbrock, se llegó a acuerdo entre sus miembros y otros señores Senadores para explotar u otorgar en concesión establecimientos para el esparcimiento y recreación turística en Peñuelas, Constitución y Pucón. Lamento muchísimo que los señores Senadores hayan cambiado su manera de apreciar el problema y, frente al veto del Ejecutivo, hayan negado la posibilidad de incluir a Constitución y Pucón.
En lo relativo a mi zona, los Honorables señores Gormaz, Tarud y Foncea me han pedido expresar que no comparten la observación del Presidente de la República al artículo 13, pues están conscientes de que al no dar a Constitución la posibilidad de obtener algunos recursos para su progreso, se causa un grave daño a ese balneario que, por muchos capítulos, debe merecer la atención del Senado y, por supuesto, del Congreso Nacional. Constitución es quizás el balneario más hermoso del país, con gran riqueza forestal y muchas posibilidades para la pesca, el marisco, etcétera, lo que no justifica que se le mire en forma tan liviana en el veto en discusión.
El Honorable señor Foncea me expresó, además, que el Presidente de la República se había comprometido con él a no vetar la parte relativa a Constitución, por cuanto compartía el argumento que doy a conocer hoy día al Senado.
"
- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/ley-17169
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3112
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1946
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2939
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/797
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/18
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3123
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4403
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2154
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1648
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1450
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2348
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2108
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2584
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/324
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/544
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2769
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3539
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/256
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2871
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/321
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/reforma-agraria
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/turismo
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnses:SeccionProyectoDeLey