. . . " El se\u00F1or OCHAGAVIA.- \n \n Tuve ocasi\u00F3n de participar en algunas de las sesiones de la Comisi\u00F3n de Gobierno en que se discuti\u00F3 el proyecto en debate. \nEn realidad, las ventajas que envuelve la iniciativa -que aparecen como una conquista de los empleados favorecidos- ya fueron otorgadas a varios servicios p\u00FAblicos. Y como las normas en esta materia deben ser de car\u00E1cter general, no es posible que en la Administraci\u00F3n P\u00FAblica existan diferentes jornadas. \nDebo manifestar la discrepancia de los Senadores nacionales frente a una iniciativa que significa, en la pr\u00E1ctica, una disminuci\u00F3n del trabajo. Comprendo que los empleados fiscales luchen por obtener mejores condiciones en sus actividades. En este sentido, el aumento en una hora de su jornada de lunes a viernes con el prop\u00F3sito de disponer libremente del d\u00EDa s\u00E1bado, constituye una conquista, pues les permite dedicar m\u00E1s tiempo a su hogar y realizar en ese mediod\u00EDa muchas tareas que les reportar\u00E1n mayor bienestar. Sin embargo, no debemos olvidar que nuestra legislaci\u00F3n debe anteponer ante todo el inter\u00E9s del pa\u00EDs ni que las oficinas p\u00FAblicas deben atender a todos los ciudadanos. \nEn el sector privado existe una cantidad importante de industrias que actualmente no trabajan los s\u00E1bados, d\u00EDas en que los obreros y empleados realizan diversas diligencias. Es decir, el nuevo horario constituir\u00E1 un perjuicio evidente para esas personas, al hacer extensivo un sistema que se adopt\u00F3 como horario de verano. \nSi analizamos los alcances de la disposici\u00F3n que otorga la jornada de lunes a viernes a todos los servicios p\u00FAblicos -y al respecto considero tambi\u00E9n las repercusiones que ella producir\u00E1 en el comercio-, debemos tener presente lo que ocurre en el caso de la gente modesta y de menor cultura. Por desgracia, ellas no destinan la totalidad de sus sueldos o salarios a satisfacer las necesidades de su hogar, sino que una parte importante de sus remuneraciones la dedican a ciertos vicios. \nPor lo tanto, reiteramos que esta norma se aplica actualmente en diferentes servicios p\u00FAblicos. Naturalmente, cuando una disposici\u00F3n existe para algunas reparticiones, tiene fundamento el extenderla a las dem\u00E1s. Sin embargo, deseamos dejar en claro nuestro convencimiento de que el pa\u00EDs necesita trabajar m\u00E1s para producir m\u00E1s, pues no hay posibilidad alguna de mejorar el nivel de vida de la ciudadan\u00EDa sobre la base de otorgar mayores remuneraciones no sustentadas en el aumento de la producci\u00F3n, que no se logra sino por medio del aumento de las jornadas de trabajo. \nLa implantaci\u00F3n de la nueva jornada constituye la satisfacci\u00F3n de un anhelo que, por desgracia, provocar\u00E1 una importante aumento de la cesant\u00EDa y causar\u00E1 innumerables molestias a muchas personas, especialmente a las m\u00E1s modestas. \nNo votar\u00E9 en contra del proyecto, debido a que nivela una situaci\u00F3n ya existente en varios servicios. Pero dejo planteada mi preocupaci\u00F3n en el sentido de que la nueva jornada se traduzca en menos trabajo. Y digo lo anterior, no obstante que en el proyecto se especifica que las tres horas que no se trabajar\u00E1n los s\u00E1bados ser\u00E1n repartidas proporcionalmente de lunes a viernes. \nOtro de los aspectos negativos a que dar\u00E1 lugar el proyecto ser\u00E1 el siguiente. Si concurrimos a las oficinas p\u00FAblicas -inclusive a aquellas donde se trabaja los s\u00E1bados en la ma\u00F1ana-, comprobaremos que ellas se encuentran casi vac\u00EDas. Por lo tanto, si se pone en vigencia la nueva jornada de cinco d\u00EDas, los viernes, tres o cuatro horas antes de la hora de salida, los funcionarios estar\u00E1n dando por terminada su labor. Esto significa que ese d\u00EDa no se cumplir\u00E1 la jornada, salvo que el Ejecutivo adopte medidas estrictas al respecto. Por desgracia, el Gobierno no se ha caracterizado por aplicar normas tendientes a exigir mayor trabajo. \n \n " . . . . . .