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- rdf:value = " El señor CHADWICK.-
Los Senadores socialistas populares votaremos favorablemente el informe de la Comisión de Hacienda, por las razones expuestas en él.
Como representante de Coquimbo y Atacama estoy en la necesidad de aprovechar esta ocasión para referirme a un hecho francamente escandaloso que se ha producido en esta última provincia, relativo al servicio de agua potable para el puerto de Chañaral.
La iniciativa en debate tiene por finalidad regularizar la planta de los obreros de la Dirección de Obras Sanitarias, que trabajan de manera principal en la atención del suministro de agua potable para las distintas poblaciones.
Desde hace más de cinco años, el puerto de Chañaral espera que el Gobierno le resuelva el problema derivado de la carencia de agua potable para sus habitantes.
El Diputado comunista señor García, al terminar su mandato, en 1964, hizo despachar en la Cámara un proyecto que destinaba recursos especiales para llevar a cabo la obra respectiva, ¡la cual quedaría financiada en el plazo de cinco años. La obra, reclamada por todo el departamento, consistía en llevar agua a la zona desde Juncalito.
El Gobierno, aun cuando había una ley imperativa que establecía el destino de los recursos correspondientes, dejó pasar el tiempo. Entretuvo a la población durante tres años con la promesa de resolver el problema, que es vital para más de 17 mil habitantes afectados por él. Al cabo de ese tiempo, se descubrió que el proyecto era impracticable, porque el agua tenía un alto porcentaje de arsénico.
Desde entonces empezó el movimiento burocrático para encontrar otra solución. Por último, se resolvió poner en práctica un programa que significa llevar agua al puerto de Chañaral desde Copiapó, con un costo de 30 millones de escudos. Para este efecto, por iniciativa del Diputado democratacristiano señor Raúl Barrio-nuevo, el departamento de Chañaral cuenta con ingresos extraordinarios, reajustables, del orden de 4 millones de escudos anuales.
Cualquiera que conozca esta cifra podría llegar a la conclusión de que existe financiamiento adecuado para que el Gobierno obtenga un crédito, a fin de resolver esa situación insoportable para los habitantes de Chañaral. Sin embargo, se está utilizando el procedimiento de realizar la obra con los recursos que se van juntando.
Es así como hoy día existe un proyecto cuya consumación demorará cuatro años, con la agravante de que el sistema provisional de dotar de agua a Chañaral -consistente en el uso de una resacado-ra- está paralizado.
Los Senadores de la zona estamos recibiendo constantes telegramas de la Municipalidad de ese puerto, de la Junta de Vecinos, del Centro para el Progreso, que claman por que alguna vez el Ejecutivo tome conciencia de la necesidad de resolver inmediatamente el problema.
En términos normales, se calcula que una población requiere alrededor de 100 litros de agua por habitante para satisfacer sus necesidades elementales de bebida, alimentación, aseo primario -que no va más allá del lavado de cara o de manos- y de servicios higiénicos. Esa cuota mínima de agua no existe en Chañaral.
¿Estamos en condiciones hoy día de hacer vivir a una población, cuyo número ya he señalado, sin otra disponibilidad de agua que la de tres litros por segundo, por el hecho de que la resacadora ha terminado por paralizarse y las obras de reparación van a tardar seis meses, a lo menos ?
Pido que el Honorable Senado despache el proyecto; pero, al mismo tiempo, solicito que en el Tiempo de Votaciones se oficie al señor Ministro de Obras Públicas en nombre del Comité Socialista Popular, recabándole una atención preferente y sin dilación de ninguna especie respecto de la solución, aunque sea transitoria, de este problema, el cual constituye un testimonio de la desidia burocrática y de la irresponsabilidad de las altas esferas de Gobierno en cuanto a satisfacer las urgencias básicas de la población.
Esas 17.000 personas están trabajando en actividades que son vitales para Chile, como son las extractivas en la minería; están produciendo divisas que enriquecen al país. Por lo tanto, mantenerlas sin agua potable, expuestas a las peores consecuencias sanitarias, en un estado anímico de desesperación, dando pie a que emigren o abandonen esos lugares, donde existen riquezas susceptibles de explotación, sin lugar a dudas es lo que ya he afirmado: el testimonio de la mayor irresponsabilidad y falta de sensibilidad más increíble de parte de las altas esferas de este Gobierno.
Reiteró mi petición en el sentido de que en el Tiempo de Votaciones se proponga enviar el oficio a que he hecho referencia.
"
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