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- rdf:value = " El señor PRADO.-
Señor Presidente, así como en este momento se escucha algún pequeño desorden en las tribunas y galerías, hubo manifestaciones semejantes cuando el señor Ministro de Hacienda, al referirse a la situación del profesorado, expresó que el Gobierno ha dado cumplimiento a los compromisos contraídos con el magisterio y a los concertados con otros gremios del país. Las manifestaciones de tribunas y galerías breves, por cierto fueron entonces de desaprobación a las palabras del señor Ministro.
Con relación a esto último, desearía que no terminara sin una conclusión este debate del Senado, el cual, como decía el Honorable señor Foncea, se ha reeditado varias veces, en los términos ya conocidos tanto por los sectores políticos y parlamentarios, como por los grupos sociales, los gremios y sus dirigentes. Estos últimos han golpeado las puertas de todos los partidos políticos, en busca de la justicia que hoy día reclaman. Quisiera que este debate, cuya primera etapa está próxima a terminar, no dejara a nadie la sensación que parecen traducir las expresiones de aquellos parlamentarios de diversos colores políticos que, haciendo uso de un legítimo derecho, han creído captar en las palabras de Senadores de estas bancas, frases o conceptos que impliquen, aunque sea en forma indirecta, una velada o remota amenaza.
Aunque sea de paso, debo decir al Honorable señor Allende que nosotros jamás hemos disuelto el Congreso ni derrotado el gobierno constituido. A lo más, el Presidente de la República ha pedido al Parlamento la aprobación de un proyecto de reforma constitucional destinado a establecer normas que permitan adoptar determinadas soluciones cuando surjan discrepancias tan graves que dejen al país sumido en la incertidumbre. Para, esos casos el Jefe del Estado ha pedido una reforma que incorpore el referéndum a los mecanismos constitucionales, tal como lo recomiendan no sólo los constitucionalistas de nuestras filas partidarias. En efecto, catedráticos de la Universidad de Chile pertenecientes a ideologías de Izquierda, en múltiples obras de que son autores, se han pronunciado también por el plebiscito o la disolución del Congreso como forma de poner término a las discrepancias cuando resulten estériles los esfuerzos para dar salida a los conflictos entre el Ejecutivo y el Parlamento.
Recuerdo, en cambio, que el 4 de junio de 1932 fue instalada la República Socialista por el entonces fundador del socialismo chileno, Eugenio Matte: una Junta de Gobierno, integrada, por el referido dirigente y también por Marmaduke Grove, derrocó al Presidente constitucionaldon Juan Esteban Montero. Es el único acontecimiento semejante de que se tenga memoria en nuestro país.
Pienso que no puede dibujarse con las palabras. Hemos sido en extremo respetuosos de las leyes y de la Constitución, pero no aceptamos que ciertas personas hagan manifestaciones como las que acabamos de escuchar, que estimamos injustas. Me refiero a quienes expresaron su opinión en las tribunas, en especial a los que ya no son muchachos, a los dirigentes gremiales antiguos que, si tienen buena memoria, deben recordar los hechos que he relatado.
Cuando se examina lo ocurrido en Gobiernos anteriores, cabe preguntar a los partidos políticos que estuvieron en el Poder antes de 1964, ¿con qué ascendiente reciben con abrazos y sonrisas de confraternidad y comprensión a quienes hoy acuden a conversar con ellos? ¿Cómo les respondieron cuando ellos eran Gobierno? Les respondieron con reajustes mínimos, muy inferiores al alza del costo de la vida, apoyados por mayorías constituidas por combinaciones de partidos políticos que actuaban como aplanadoras; con reajustes aprobados doce meses después de la fecha en que debieron ser despachados; con aumentos que empezaron a regir en el mes de julio, pese a que debieron estar vigentes en enero, o sea, seis meses antes; o con bonificaciones de once escudos, negándoles el derecho a imposiciones previsionales sobre los beneficios otorgados. ¡Así se hizo en Gobiernos pasados!
Durante el Gobierno anterior las obras públicas se realizaron tengo entendido que el Honorable señor Ahumada hizo una comparación sobre ello a fuerza de endeudar al país en el exterior, en términos tales que los compromisos contraídos entonces suman más de 1. 300 millones de dólares. Así se realizaron esas obras: estirando la mano en gesto mendicante, para que el coloso del norte prestara el dinero con que realizarlas.
Las consecuencias de semejante política las está sufriendo el actual régimen, y por eso no podemos dar a los trabajadores todo lo que ellos nos piden.
Digo, para la historia del gremialismo y del sindicalismo de Chile, que en los veinte años anteriores a. la actual Administración, la cuota de participación del asalariado en el ingreso nacional subió, de 40%, a 47%, o sea, siete puntos. ¿Y qué ha ocurrido en los últimos tres años? Su cuota de participación en dicho ingreso subió cinco puntos: de 47% a 52%. Pueden preguntárselo a los integrantes del magisterio, a los servidores de la Salud...
El señor LUENGO (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
El señor PRADO.-
Entiendo que podré terminar la frase que inicié, como han podido hacerlo otros señores Senadores en circunstancias análogas.
Decía que pueden preguntárselo al magisterio, que ahora, por primera vez, tiene un estatuto de remuneraciones válido para tres o cuatro años, sobre la base de rentas dignas. Ningún maestro recibirá este año menos del 33% o de 24% de reajuste. Eso es lo que, en cifras, corresponde a la realidad.
Termino diciendo lo que sigue, y que ello sea válido para quienes piensan volver a gobernar nuestro país. El problema de Chile consiste en que no se logrará disciplina social en el pueblo si éste no entiende que debe existir cierto grado de sacrificio. Ese sacrificio se justificará siempre que, como lo ha hecho el actual Gobierno, se fomenten rubros como la educación, la vivienda y la reforma agraria; cuando se redistribuya, como se ha hecho ahora, el ingreso nacional, aunque no sea por medio de los salarios, sino con otros beneficios que favorezcan a los campesinos y a los asalariados chilenos en general. Bien lo saben los obreros sindicalizados, que han visto más que quintuplicada su asignación familiar.
Por lo expuesto, no acepto ser emplazado ni arrinconado por ningún partido político en esta votación, la cual se verifica luego después de que el Gobierno fue derrotado al presentar un proyecto sobre establecimiento del fondo de capitalización nacional, que pudo dar a los obreros y trabajadores la incorporación plena y altiva a la propiedad del poder económico chileno, iniciativa legal que fue rechazada por todos los sectores de Oposición. Voto que sí.
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