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- rdf:value = " El señor CONTRERAS LABARCA.-
Señor Presidente, el Senado empieza a ocuparse en la discusión del cuarto trámite constitucional del proyecto de reajuste para 1968, después de haber sido despachado en el tercero por la Cámara de Diputados.
La iniciativa ha sido mutilada de manera notable en la otra rama legislativa: se han eliminado numerosas de las disposiciones que el Senado había logrado introducir en el proyecto presentado por el Ejecutivo, disposiciones que respondían a urgentes e impostergables necesidades planteadas por diversos sectores, tanto públicos como privados.
Desde luego, no exaltaré el proyecto en la forma como lo despachamos en el segundo trámite; pero, sin duda, esta Corporación incluyó en él enmiendas favorables a los intereses de los trabajadores, pues acogían diversas peticiones de importantes sectores de asalariados.
Ahora debemos despacharlo rápidamente. Los Senadores comunistas estamos de acuerdo con la idea de hacerlo en cuanto sea posible. Tal actitud no es tan sólo del momento: desde el comienzo nuestra colectividad política fue partidaria de dar a la tramitación la máxima velocidad, compatible naturalmente con un serio estudio de las materias tan complejas en él contenidas.
Es evidente que ya existe impaciencia en diversos sectores por la tramitación del proyecto. De ahí la conveniencia de que lo más pronto posible sea promulgado como ley.
Deseo recordar a los señores Senadores que nuestro partido, junto a otros sectores populares, temiendo una tramitación lenta de los reajustes, propusimos algunas medidas legislativas destinadas a paliar la situación de empleados y obreros, cuando esta Corporación trató el proyectó sobre prórroga del impuesto de la renta mínima presunta; o sea, antes de iniciarse el proceso legislativo de la iniciativa sobre aumento de sueldos y salarios. En efecto, en esa oportunidad se aprobó una indicación nuestra cuyo objeto era conceder a los servidores del sector público un anticipo con cargo al monto del reajuste que se les ofrecería. Asimismo, reprodujimos preceptos referentes a las Fuerzas Armadas, contenidos en el primitivo proyecto de reajuste, con el propósito de que este sector percibiera con prontitud el aumento a que aspiran legítimamente. Por desgracia, estas iniciativas no encontraron acogida en el Partido Demócrata Cristiano ni de parte del Gobierno, y no pudieron ser llevadas a la realidad.
Ahora puede apreciarse con absoluta claridad que nuestros temores eran fundados, pues el proceso social y político se ha agravado en el curso de las últimas semanas, hasta el punto de encontrarnos ahora ante una situación bastante difícil. Por lo expuesto, también queda en claro que las disposiciones mencionadas debieron ser acogidas favorablemente. Sin embargo, numerosos preceptos útiles para los trabajadores fueron rechazados.
Los Senadores de estas bancas insistiremos en la reposición de la mayor parte de esos preceptos, para ser consecuentes con los compromisos contraídos con personas, grupos, sindicatos y gremios que nos hicieron llegar sus aspiraciones. Así trabajaremos a favor de personales que últimamente debieron sostener una lucha ejemplar por su firmeza y unidad: el de Correos y Telégrafos, el magisterio y otros sectores. Al mismo tiempo, trataremos de restablecer disposiciones que favorecen a los pensionados del Servicio de Seguro Social, el precepto que permite la jubilación a los sesenta años de edad y con 1.352 semanas de imposiciones, y muchos otros que sería largo enumerar y a los cuales no alcanzaré a referirme por falta de tiempo.
A nuestro juicio, el Partido Demócrata Cristiano ha procedido con notoria irresponsabilidad en la Cámara de Diputados al rechazar disposiciones y artículos -algunos del propio Ejecutivo- que estaban perfectamente justificados.
Al parecer, la mayoría, que en el Partido Demócrata Cristiano apoya los propósitos del Gobierno, no ha pesado debidamente su responsabilidad ante el país ni ante los trabajadores. Tal actitud contribuye a comprometer más aún la difícil situación gremial, ya bastante complicada y grave, precisamente a consecuencia de la política nefasta que en el plano económico -particularmente, en lo concerniente a las remuneraciones-, viene sustentando el Gobierno bajo la inspiración de las bien conocidas normas del Fondo Monetario Internacional, las cuales se traducen en la práctica en echar sobre la espalda de los trabajadores el costo de la inflación, las consecuencias verdaderamente dramáticas del alza de la vida y otros factores suficientemente conocidos por los señores Senadores.
El Gobierno aparenta no tener conciencia clara de sus deberes respecto de los movimientos reivindicacionistas que sostienen diversos grupos. Desde esta tribuna reclamamos la necesidad urgente de que el Ejecutivo demuestre alguna elemental sensibilidad y respeto por sus deberes cívicos para resolver con urgencia extrema los conflictos pendientes y evitar los que se avecinan. Nada recomienda prolongar esta situación ni insistir en actitudes como las señaladas, pues, en verdad, los gremios piden lo que es justo y no reclaman más de lo que el Gobierno les puede dar. Sus demandas se refieren a la satisfacción de necesidades impostergables de amplias masas trabajadoras.
La actitud del Gobierno con relación a los movimientos gremiales, implica, como dije denantes, una situación bastante peligrosa. Existen algunos elementos reaccionarios que pretenden utilizar este justo movimiento huelguístico con fines inconfesables: atentar contra la estabilidad de las instituciones democráticas, contra las libertades públicas y, dentro de éstas, en primer término, contra las conquistas de los trabajadores.
No tengo tiempo para referirme con alguna extensión a este punto, por lo cual ruego al señor Presidente que se sirva recabar el asentimiento de la Sala para incorporar, en esta parte de mi discurso, el texto de una resolución aprobada el 7 de mayo último por la Comisión Política del Partido Comunista, en la que se condensan los puntos de vista esenciales de mi colectividad política acerca de este grave problema.
-El documento, cuya inserción se acuerda posteriormente, es del siguiente tenor:
"El Partido Comunista, entregó ayer la siguiente declaración:
"Luego de analizar todo el cuadro social y político del país y muy especialmente los acontecimientos de los últimos días, la Comisión Política del Partido Comunista ha llegado a la conclusión de que nos hallamos ante una situación nueva extraordinariamente grave.
"Factores muy diversos, de reciente y más larga data, han venido confluyendo hasta precipitar una crisis política que tratan de aprovechar, imitando modelos extranjeros, determinados elementos reaccionarios antidemocráticos.
"Tales elementos están promoviendo un golpe de Estado. Existe al respecto un peligro real.
"Cualquiera que sea su procedencia o la bandera que enarbole, no puede caber duda que un golpe de Estado sería una aventura, constituiría un atentado al régimen democrático, estaría dirigido contra el pueblo y causaría grave daño a la nación chilena.
"El Partido Comunista hace un llamado a todos los partidarios de la democracia, de las libertades públicas y de la independencia nacional para cerrar filas sin demora a fin de encarar y derrotar este peligro.
"Los que están conspirando quieren usufructuar de la inquietud económica de todos los sectores populares, incluyendo al personal de las Fuerzas Armadas.
"Dicha inquietud es legítima y, por tanto, consideramos urgente atender las necesidades vitales de todos los que viven de un sueldo o un salario. Respecto de las Fuerzas Armadas, participamos de la idea de que el Gobierno tome con prontitud la iniciativa correspondiente para que sus remuneraciones sean elevadas en la forma que merecen. El proyecto elaborado por el ex Ministro Raúl Sáez fue lesivo para los intereses económicos de dichos servidores públicos y, en consecuencia, esta injusticia debe ser corregida a la brevedad y en forma concreta.
"Del mismo modo, deben ser atendidas y resueltas favorablemente las demandas del magisterio.
"Junto con llamar a la clase obrera y al pueblo entero a movilizarse activamente frente a la actual emergencia, el Partido Comunista invoca la responsabilidad de todos los patriotas para poner, en esta hora, por encima de cualquiera otra consideración, los intereses superiores de Chile.
"Comisión Política del Partido Comunista de Chile.
"Santiago, 7 de mayo de 1968."
El señor CONTRERAS LABARCA.-
Estamos abocados a peligros inminentes y, por eso, considero útil insertar en esta parte de la versión la voz de alerta del Partido Comunista, que llama a los trabajadores y a todos los elementos democráticos a defender lo que el pueblo ha conquistado en el curso de luchas muy difíciles.
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