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- rdf:value = " El señor RODRIGUEZ (don Juan).-
Señor Presidente, en la Hora de Incidentes de la sesión ordinaria del miércoles pasado estaba refiriéndome al problema de la firma "Mosso Industria de la Madera S. A. C. e. I." de Curacautín, hoy "Sociedad Agrícola Curacautín Ltda.", en relación con sus obreros y empleados, y, como no alcancé a dar término a mis observaciones, lo haré en esta oportunidad.
Decía en aquella sesión que, con fecha 8 de septiembre de 1967, con el abogado de la parte patronal don Luis Mackenna, ex Ministro de Hacienda, y don Julio Mosso, llegamos a establecer algunos puntos de acuerdo para solucionar el problema que afectaba a los trabajadores de la industria Mosso, de Curacautín, que habían sido despedidos, en su totalidad, en forma arbitraria por la parte patronal. Conforme a esos puntos, en el número 3º de ese documento se establece el funcionamiento definitivo de la fábrica; en el numero 4º, los sindicatos quedan vigentes en todos sus beneficios.
Como decía en la sesión pasada, el 11 de septiembre del año pasado se celebró el acta de avenimiento correspondiente, sobre la base de los puntos ya establecidos con los abogados de la firma, y aceptados por los obreros.
Desde luego, quiero dejar establecido que el abogado don Luis Mackenna, no ha tenido intervención ni responsabilidad alguna en lo sucedido posteriormente, porque lo creo y lo estimo un hombre honesto y correcto en el cumplimiento de sus compromisos.
Como digo, en el número 1º de esa acta de avenimiento, de fecha 11 de septiembre último, se estableció la contratación de 154 obreros, incluidos los dirigentes sindicales; y con esa misma fecha, en el contrato colectivo se dejó también establecido que continuarán trabajando después del 1º de enero del año 1968, los 154 obreros, incluidos los dirigentes sindicales, y que, a partir del 1º de enero de 1968, se fijarían las nuevas condiciones con respecto al sistema de remuneraciones que se convenga entre las partes, conservando la antigüedad, por cierto, en todos los trabajos.
Así las cosas, el señor Julio Mosso Arizú empezó a dilatar el cumplimiento del acta de avenimiento y de los compromisos contraídos para con los trabajadores; incluso, en forma muy grave, dilató la presentación de los contratos y no discutió las condiciones que, sobre remuneraciones, debían establecerse.
Decía también en la sesión pasada que, en forma sorpresiva, había llegado con unos contratos de trabajo mediante los cuales pretendía pagar 6 escudos diarios a los obreros y agregaba que la diferencia se las iba a pagar de su bolsillo. Ese procedimiento tendía a violar las leyes sociales sobre imposiciones y beneficios que deben recibir los trabajadores.
Con este sistema, obtuvo la firma de algunos contratos, por el cual engañaba a los trabajadores haciéndoles promesas de mejores remuneraciones, cuando realmente no era así.
Obtuve que dejara sin efecto estos contratos por las razones que di en la sesión pasada, pero al día siguiente, 28 de diciembre, el día de los inocentes, apareció con un nuevo contrato que establecía los tratos y un salario base de Eº 6 diarios. Además, sorprendió más o menos a la mitad de los trabajadores, diciéndoles que ese contrato contaba con el visto bueno del asesor jurídico, o sea, del Diputado que habla, como igualmente del señor Inspector del Trabajo. En esas condiciones obtuvo que le firmaran el contrato varios obreros.
Impuesto yo de estos hechos, reclamé la presencia del señor Julio Mosso, pero este señor, como es su costumbre, se escondió y se arrancó de Curacautín. El Gerente de la empresa, Enrique Fahrenkroy, que lo secunda muy bien en todos sus procedimientos, dijo que había ido a Temuco y que regresaba en la tarde. A última hora dijo que se encontraba en las cercanías de Santiago.
Así burla el señor Julio Mosso el cumplimiento de sus compromisos. El día 2 de enero, de común acuerdo, no se trabajó en la fábrica. Discutimos con el señor Julio Mosso las nuevas condiciones sobre remuneraciones y llegamos, entonces, a establecer el trabajo por trato, a razón de 630 pesos, 585 pesos, 565 pesos y 550 pesos el metro cúbico de madera despachado; o sea, se clasificó a los trabajadores en cuatro categorías, correspondiendo las cantidades que he dado a cada una de las categorías.
Además, se estableció un salario mínimo de 9 escudos diarios, no de 6 escudos, una bonificación de 3% sobre los cuatrocientos metros cúbicos producidos en el mes. La firma se comprometió a producir no menas de 600 metros cúbicos mensuales, pero el señor Julio Mosso no quiso dejar establecido este hecho.
Por otra parte, se comprometió a contratar un nuevo personal.
Pero, ¿dónde nacieron las nuevas dificultades? Cuando el señor Julio Mosso, junto con el gerente "negrero" que tiene, Enrique Fahrenkrog, pretendió despedir a las directivas de los dos sindicatos y, fuera de esto, despedir a cuatro obreros más por indeseables y por comunizantes, según dijo, en circunstancias que ninguno de los siete obreros que terminó despidiendo, pertenece al Partido Comunista.
Esta ha sido la actitud de la firma Mosso.
Además, ha desconocido los derechos de la organización sindical. Les ha sacado una pizarra que tenían los trabajadores para citar a reunión. Los ha atropellado y vejado de todas las formas que uno puede imaginar. Parece que se estuviera reviviendo la época de la esclavitud. El señor Fahrenkrog recorre la fábrica con pistola al cinto y en su oficina recibe a los obreros con la pistola sobre el escritorio. Ese es el trato que les da a los trabajadores.
El viernes 5 del presente, el señor Julio Mosso Arizú gozaba haciendo trabajar al sol a dos de los más eficientes obreros, según la misma firma. Parado a la sombra, al lado de una pileta, se reía mientras esos hombres, bajo un calor insoportable, sacaban la corteza a un tronco de pino araucaria con hacha. Y después los despidió, como quien dice: "Este es el pago de Chile". Esta es una muestra de la actitud de la firma Mosso, ahora "Sociedad Agrícola Curacautín Limitada".
No conformes aún, con esa bajeza que los caracteriza, estos individuos fueron a hablar con el Gobernador para decirle: "Mire, con el abogado Rodríguez no hemos firmado ninguna cosa. ¿Qué le parece, señor Gobernador, que firmemos con usted los acuerdos tomados con el sindicato para que aparezca el Gobierno solucionando el conflicto de la industria Mosso"? En circunstancias que se han quejado permanentemente del Gobierno y de la Democracia Cristiana, porque no han tenido mercados, según ellos. Creo que lo que les ha faltado han sido los medios para seguir explotando a sus trabajadores.
Les han negado 27 beneficios que los obreros tenían incorporados como conquistas sociales. Estos beneficios representan alrededor de 5 escudos diarios, y creo que un poco más. El salario medio era de 9 escudos al día antes del famoso contrato. Si los multiplicamos por 3, concluimos que obtenían 270 escudos mensuales más Eº 5 diarios por concepto de beneficio, tendríamos Eº 150 más, lo que haría Eº 420 diarios. En cambio, en virtud de este procedimiento, con la mayor bonificación, con las mayores remuneraciones que él dice que pretende para sus trabajadores, lo que ha hecho es explotarlos, porque les ha rebajado el salario mensual a Eº 378, como máximo.
Esta es la firma Mosso, que ha ido cambiando de tiempo en tiempo el nombre, como el león cambia de tiempo en tiempo su ropaje para engañar. Así lo ha hecho.
El país no puede seguir tolerando las violaciones flagrantes de nuestras leyes y el atropello a los derechos de los trabajadores que ciase de patrones, como Julio Mosso Arizú, ciudadano argentino -la mayoría de los socios de Mosso son argentinos, comete a menudo en Chile.
Decía, en la sesión pasada, que no es correcto que no se mida con la misma vara a todos los extranjeros en Chile. Si el señor Catán le fue aplicada la Ley de Residencia, con mayor razón debe aplicársele a este ciudadano argentino, Julio Mosso Arizú.
Quiero terminar, porque finaliza nuestro tiempo, pidiendo que estas observaciones, junto con las hechas en la sesión ordinaria del miércoles de la semana pasada, pues son continuación de ellas, sean transcritas a Su Excelencia el Presidente de la República y a los señores Ministros del Interior, del Trabajo y de Hacienda, para que tomen las medidas que correspondan, con el objeto de que a esta firma se le haga cumplir las leyes sociales y tributarias; y, además, para que se le aplique al señor Julio Mosso Arizú una sanción ejemplar, que no puede ser otra que la aplicación de la Ley de Residencia, con el fin de que sirva de escarmiento, destinada a impedir que, en el futuro, otros patrones sigan usando el mismo procedimiento -vejatorio para los trabajadores chilenos y denigrante para todos los chilenos- de esta gente, que viene a nuestro país, sólo a violar nuestras leyes y a enriquecerse a costa del sacrificio de nuestras riquezas naturales.
La señora RETAMAL (Presidente Accidental).-
Se transcribirán las observaciones formuladas por Su Señoría a Su Excelencia el Presidente de la República y a los señores Ministros indicados.
Ha terminado el tiempo...
El señor CADEMARTORI.-
Y en mi nombre.
El señor ACEVEDO.-
En nombre del Comité Comunista, si me hace el favor señora Presidenta...
La señora RETAMAL (Presidenta Accidental).-
Con todo gusto, Su Señoría.
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