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- rdf:value = " El señor PALMA.-
Estamos llegando, en medio del clima que se observa en este debate, al penoso término de la tramitación del proyecto de reajustes. En verdad, como dijo el Honorable señor Rodríguez, ha sido penosa la tramitación de esta iniciativa, más que por los aspectos de detalle señalados, por los problemas de fondo, que han sido un poco soslayados por el Congreso Nacional. Respecto de ellos tenemos extraordinaria responsabilidad todos los que nos preocupamos de los asuntos de interés público en Chile.
Vale la pena en recordar que ya en noviembre del año pasado, el Ejecutivo presentó a la consideración del Congreso Nacional. ..
El señor AGUIRRE DOOLAN.-
De la Cámara de Diputados.
El señor PALMA.-
... y fue rechazado en la Comisión respectiva del Senado, un proyecto que habría resuelto oportunamente todos los problemas relacionados con reajustes. Esa iniciativa, por su estructura económica, habría permitido una liquidez financiera para el Estado lo suficientemente amplia como para solucionar muchos aspectos que el proyecto en debate no resuelve en definitiva. No otra cosa habría acontecido si, por ejemplo, mediante el fondo de capitalización popular y nacional, hubiéramos podido realizar muchas de las inversiones de capital propuestas en las disposiciones pertinentes del proyecto, sea para ejecutar obras o para instalar industrias nuevas con el concurso de la Corporación de Fomento de la Producción y diversas instituciones señaladas en el artículo 289. Como no ocurrió así, el Ejecutivo poco o poco se fue viendo obligado a enfrentar los actuales problemas económicos del país dentro de lo que podríamos llamar una solución tradicional, que de manera inevitable produce recargos excesivos en los sectores de la producción e ingresos relativamente limitados para que el Estado pueda conceder reajustes de sueldos y salarios, efectuar inversiones y resolver algunos problemas que, como el de las Fuerzas Armadas, se vienen arrastrando desde hace muchos años. Esta misma situación fue la que impidió solucionar muchísimos de los aspectos previsionales, por ejemplo, que en este proyecto han debido ser prácticamente eliminados, no obstante envolver muchos de ellos innegable justicia. Las circunstancias económicas en que la posición política de los partidos colocó al Ejecutivo no permitían otro tipo de soluciones ni mayor amplitud en ellas que las logradas en este instante.
Deseo recordar que no es este Gobierno el que ha sido remiso a resolver algunos de los problemas más graves que afectan a vastos sectores, especialmente de la Administración Pública. Desde luego, hemos convenido el Acta Magisterial. Sobre ella podrá haber muchas discusiones.
El señor RODRIGUEZ.-
No la han cumplido.
El señor PALMA.-
Inclusive, en estos momentos ha sido utilizada con fines políticos. Pero en virtud de ella se ha dado al profesorado una condición económica y de prestigio que no había obtenido en oportunidades anteriores. Y si bien es probable que no haya podido dar todo cuanto se quiso otorgar mediante dicha acta, ello obedeció precisamente al rechazo de las soluciones económicas que el Gobierno había planteado para diversos sectores en el proyecto del ex Ministro señor Molina.
Lo mismo ocurrió con los convenios suscritos con el personal del Servicio Nacional de Salud. Cuando llegamos al Poder, la mitad de los servidores de dicho organismo no figuraba en la planta y, por consiguiente, estaba sujeto a contrataciones y a condiciones que no podían mantenerse. Este Gobierno ha estado aplicando un programa que ha permitido incorporarlos uno a uno a la planta definitiva, y esperamos que estos problemas, que afectan a cerca de cuarenta mil trabajadores del Estado, puedan llegar a ser solucionados en su integridad dentro de poco, de modo que el Servicio Nacional de Salud llegue a tener una organización integrada y planificada desde el punto de vista nacional. No podría dejar de terminar mis breves palabras, sin referirme a las condiciones en que el Gobierno ha debido abordar el problema de las Fuerzas Armadas.
Desde hace tiempo, el Ejecutivo ha estado preocupado de buscar una solución definitiva al problema de las Fuerzas Armadas. Al asumir el actual Gobierno, encontró a esos institutos en las condiciones que aquí ya han sido descritas: con sueldos extraordinariamente bajos, comparados, inclusive, con los de otros servidores del Estado. Hemos procurado, por la vía de numerosas disposiciones y decretos internos, mejorar su situación. Así, en los últimos tres años, las Fuerzas Armadas, en virtud de esas medidas, han podido conseguir más reajustes que el promedio obtenido por la Administración Pública. Sin embargo, no se han podido resolver con justicia todas las peticiones planteadas por ellas. ¿Pero quién podría afirmar que nosotros hemos provocado este clima de alarma en torno del cual se está tratando de resolver la situación de las Fuerzas Armadas? ¿No han sido acaso los grupos políticos que han ido cerrando una a una las vías de solución al Gobierno, quienes han creado el clima desagradable en que el país se ha movido en los últimos días? Para citar ejemplos, aquí tengo la colección de uno de los más destacados periódicos de Oposición de Santiago. Pues bien, después de leer la prensa sé llega a la conclusión de que este Gobierno, a quien se acusa de controlar la opinión pública por los más diversos medios, sólo dispone de uno de los cinco matutinos existentes en Santiago, y todavía con la agravante de que, por ser diario oficial, tiene extraordinarias limitaciones, de acuerdo con la sicología social del país. Pues bien, ¿cómo están aprovechando la situación de las Fuerzas Armadas los periódicos de Oposición, que expresan, naturalmente, las consideraciones que mueven muchos políticos en Chile? Encontramos títulos como éstos: "Hoy vence el plazo dado por los oficiales". "Nuevo reajuste a las Fuerzas Armadas." Otro día: "Los militares se reúnen hoy." Después: "En el Club Militar los aviadores se reúnen esta tarde.".
El señor RODRIGUEZ.-
¿Por qué no lee "La Nación" Su Señoría?
El señor PALMA.-
Cada día nos encontramos con títulos como éstos, o este otro: "Rebelión en Investigaciones." Es decir, mediante esos procedimientos todos sabemos cómo se utilizan estos métodos sicológicos por la prensa moderna se está creando precisamente el clima del cual en estos instantes algunas señores Senadores vienen a quejarse.
A mi juicio, cada uno debe medir su responsabilidad frente a estos asuntos. Y ha sido precisamente este Gobierno quien, con ductilidad y firmeza, pero, al mismo tiempo, mirando a la realidad humana y política que se presenta en cada caso, ha podido sortear situaciones que me atrevo a calificar como unas de las más difíciles que ha vivido el país en los últimos tiempos.
Algunos señores Senadores nos acusan de haber eliminado del proyecto de reajustes casi todas las disposiciones relativas a enmiendas en el sistema previsional chileno. Efectivamente, el Ejecutivo adoptó tal medida por estar consciente de un hecho que estoy seguro cualesquiera de los parlamentarios de cualquier partido político que hayan meditado sobre él reconocen: el sistema previsional chileno está entrando en una crisis dramática.
Tengo al alcance de mi mano una publicación en la cual se afirma lo siguiente: ""Estudios responsables efectuados por el Servicio de Seguridad Social" que, como saben los señores Senadores, no está dirigido por hombres de Gobierno "llegaron a la conclusión de que en 1979 se habrán agotados todos los fondos previsionales." Del modo que las principales instituciones previsionales afrontarán una crisis sin salida.
Nosotros miramos estas cosas con cierta superficialidad, pero más de alguno de los Senadores presentes recordará la situación que se produjo en Argentina creo que hace veinticinco o treinta años respecto del sistema previsional. Entonces el Estado debió asumir todas las responsabilidades, y el país afrontó uno de los períodos más complejos y de mayor inseguridad social que ha vivido nación alguna de América Latina en este aspecto. Por eso, muchas veces resulta inconcebible la actitud de algunos parlamentarios que con tanta facilidad recogen las legítimas aspiraciones de muchos sectores y tratan de interpretarlas mediante indicaciones que, por último, sólo retardan la tramitación de iniciativas de mucha urgencia y de extraordinaria importancia para la vida de las personas y el desarrollo económico del país.
No se nos venga, pues, a decir que estamos actuando con liviandad en esta materia. Por el contrario, como tantas veces he dicho, el Ejecutivo está tratando de abordar estos problemas con profundo conocimiento de la realidad existente en el país en este orden de cosas.
Si el día de mañana desapareciera este ambiente de desconfianza en medio del cual se realizan muchas de las actividades políticas del país y se dieran al Ejecutivo las facultades adecuadas para reordenar todo el sistema previsional, estoy cierto de que podría encontrarse la fórmula que permitiera no sólo conciliar todos los intereses, sino, dar solución permanente a un problema que la está exigiendo.
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