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- rdf:value = " El señor BOSSAY.-
En los breves cinco minutos de que dispone el Comité Radical para fundar el voto, deseamos expresar y reiterar lo ya dicho en distintas oportunidades durante el estudio del proyecto: que, con relación a las remuneraciones de las Fuerzas Armadas, siempre hemos estado de acuerdo en otorgarles el correspondiente reajuste. Nos hemos referido a estas materias tanto en la discusión del primer proyecto como en los debates del segundo, en todos sus trámites, y, ahora, con motivo del veto.
En efecto, expresamos que para nosotros, desde el punto de visto de la justicia o injusticia de un sueldo o un salario, no existe diferencia en que el hombre que trabaja lleve uniforme o vista de civil. A nuestro modo de ver, ambos tienen necesidad de percibir sueldos justos, que les permitan alimentar a sus respectivas familias y que sea una compensación equitativa de las labores que ellos realizan.
Antes de iniciarse la discusión de esos proyectos, repetidamente parlamentarios de estas bancas y también algunos de otros partidos, se refirieron a la necesidad de aprobar un sistema más justo de sueldos para los institutos castrenses. Aún más, con ocasión del segundo proyecto sobre reajustes, dejamos en claro nuestro planteamiento y nuestro acuerdo con otros partidos que también señalaron la necesidad de desglosar el reajuste de remuneraciones para las Fuerzas Armadas y Carabineros, a fin de tratar esa materia como proyecto aparte y darle una tramitación expedita. Claro que en ese entonces no existía el ambiente de inquietudes y de temores de que nos hablan la prensa y la radio, que son de conocimiento general en el país. Tampoco actuábamos bajo amenaza, aunque fuera solamente de orden sicológico, sino que estimábamos que la causa era justa y que el proyecto respectivo debía ser despachado con celeridad. A nuestro juicio, la causa de los problemas surgidos con posterioridad era entonces, como en la actualidad, el sistema de sueldos bases extraordinariamente reducidos, a tal punto que, para equipararlos a las remuneraciones de la administración civil del Estado, debían ser complementados, mediante una argucia, con asignaciones de mando, de rancho, de actividad o de casa, de tal manera que el sistema resultaba falso y artificial. Por eso, a nuestro modo de ver, los sueldos básicos deben ser aumentados hasta alcanzar niveles justos.
Junto con hacer nuestros planteamientos en las oportunidades que indico, propusimos una serie de disposiciones relativas al financiamiento, como consta en los archivos de las Comisiones unidas y de Hacienda. Tales disposiciones se referían a la liquidación de los dólares obtenidos por exportaciones de cobre, a diversos sistemas del Banco Central y a modificaciones en la ley de Herencias, Asignaciones y Donaciones; vale decir, constituían varias formas de financiamiento, no obstante lo cual, la mayoría de ellas fueron rechazadas.
Como dijimos en la sesión de esta mañana y ahora vale la pena repetirlo, sólo uno de esos sistemas de financiamiento, que representaba ingresos por 220 millones de escudos, mereció ser considerado, pero se nos dijo que se lo destinaría a otros fines en otra oportunidad. De esas palabras existe constancia en la grabación magnetofónica de los debates habidos en las Comisiones unidas.
En la mañana de hoy me refería al menosprecio demostrado por los Senadores de Gobierno ante ideas como las referidas, por el hecho de provenir de parlamentarios opositores al régimen actual, y que, a su modo de ver no merecen ser aceptadas ni patrocinadas por el Ejecutivo.
No obstante estar en completo acuerdo con la necesidad de otorgar los mencionados reajustes y en la urgencia con que se debe tramitar la legislación respectiva, discrepamos de la fórmula propuesta, consistente en otorgar facultades extraordinarias para dar a las Fuerzas Armadas un reajuste cuya cuantía y condiciones establecerá por sí sólo el Poder Ejecutivo.
A riesgo de insistir en lo dicho durante el breve, debate en general habido esta mañana por acuerdo de los Comités, debo manifestar ahora que el sistema descrito para reajustar las remuneraciones de las Fuerzas Armadas, no sólo es peligroso, sino inconveniente. En efecto, lo más probable es que el fisco no disponga de recursos suficientes para satisfacer las aspiraciones de los personales que sirven en los institutos armados. Tales aspiraciones son legítimas, a nuestro entender, y deben ser consideradas en un proyecto de ley que el Congreso Nacional podría despachar seguramente en un lapso inferior a los noventa días, que es el plazo de que dispondrá el Ejecutivo para resolver sobre estas materias. Insisto en que el Parlamento está en condiciones y tiene el ánimo de despachar una ley justa y con prontitud para resolver el problema que afecta a nuestras Fuerzas Armadas, pero luego de un debate público, democrático y ajustado en todo a las normas constitucionales.
Tal como dijimos en la mañana de hoy, los parlamentarios somos víctimas de una campaña organizada y dirigida, en mi concepto, para desprestigiar al Congreso al Senado, en especial, por lo cual consideramos que nuestro desacuerdo con la idea de conceder las referidas facultades extraordinarias, no debe ser aprovechado por nuestros detractores para exponernos ante la opinión pública como contrarios al otorgamiento de sueldos justos para las Fuerzas Armadas.
Por lo expuesto, anuncio que los Sena* dores de estas bancas nos abstendremos, de votar las observaciones del Ejecutivo, en esta parte.
Respecto del sector pasivo de las Fuerzas Armadas, debo manifestar que el ex Ministro de Defensa Nacional señor Carmona nos proporcionó ayer una información concerniente al costo de los reajustes para el personal en retiro y los montepiados. El señor Ministro nos dio ciertas seguridades en cuanto a que, a su parecer, dicho sector sería considerado en forma justa, pero que no podría tener el mismo aumento que el sector activo, pues ello irrogaría un gasto que el Gobierno no está en condiciones de afrontar. No estamos de acuerdo con tal planteamiento y consideramos de nuestro deber actuar en defensa de los sectores pasivos, por lo cual repito nos abstendremos en lo primero y votaremos, como lo hicimos en las Comisiones unidas, por la supresión de las palabras "Retiro, Montepío".
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