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- rdf:value = " El señor ALLENDE.-
Pienso que los antecedentes contenidos en la reseña anterior, darán ocasión al Honorable señor Noemi para revisar sus palabras y desvirtuar sus suposiciones. Por estimar que el Honorable señor Noemi es un hombre honesto, no dudo de que comprenderá que ha incurrido en un craso error.
A mi modo de ver, las fuerzas populares en nombre de ellas y del Partido Socialista he actuado muchas veces, han obtenido el despacho de leyes que, sin discusión, tienen asidero fundamental y básico en lo que es la protección de la infancia, de la mujer y de la familia de los trabajadores chilenos.
Debo manifestar que la idea relativa a crear los jardines infantiles, criterio ya aceptado por esta Corporación, es un antiguo anhelo de miles y miles de mujeres chilenas. Por eso, quiero decir al Honorable señor Noemi que no me explico su actuación, pues se trata de un Senador que ocupa este cargo desde hace sólo tres años y, por lo tanto, ignora muchas cosas ocurridas en el Parlamento.
Me permito, no diré aconsejarlo, sino pedirle que lea un libro que escribí hace muchos años, intitulado "La realidad médico social chilena". En dicha obra, mi Honorable colega podrá advertir que ya en esos años había un programa de acción planificada y orgánica para dar amparo y proteger fundamentalmente a la infancia chilena. En dicha obra, escrita hace la friolera de 28 años, ya se hablaba de jardines y de guarderías infantiles. Cabe, entonces, preguntar, por qué pese a los largos años transcurridos, aún no se dicta una ley sobre esa materia.
No han faltado razones para retardar el despacho de iniciativas legales de índole social. Debo recordar al Honorable señor Noemi, por ejemplo, el largo proceso de la reforma del Seguro Obrero, tendiente a ampliar la protección social a la familia de los trabajadores de Chile. Ello significó una lucha de más de diez años en este recinto, los Senadores Populares, en no menos de treinta ocasiones levantamos nuestra voz para señalar lo increíble que significaba que el Parlamento, desde el punto de vista médico y de la protección del capital humano, retardara esta legislación. Tres millones de chilenos recibieron los beneficios de la ley 10.383; la creación del Servicio Nacional de Salud corresponde a una iniciativa del Gobierno de don Pedro Aguirre Cerda y de su Ministro de Salubridad, el Senador que habla.
De igual manera quiero decirle al Honorable señor Noemi, que, durante 26 años ¡ óigalo bien, señor Senador en no menos de 30 ó 40 oportunidades reclamé del Senado y de los poderes públicos la modificación de la ley 4.055, es decir, la reforma de la legislación sobre accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, que, sin duda, no es iniciativa de este Gobierno.
El señor AYLWIN.-
Pero la impulsó, señor Senador.
El señor JARAMILLO LYON.-
No, Honorable colega. La Democracia Cristiana "se colgó" de las iniciativas anteriores sobre estas materias.
El señor GUMUCIO.-
Pero el actual Gobierno promulgó la ley respectiva.
El señor ALLENDE.-
¡Cómo pueden Sus Señorías de la Democracia Cristiana decir semejante inexactitud!
¡Si la memoria de prueba del Honorable señor Ampuero, aprobada con distinción máxima por la Escuela de Derecho, versa sobre aquel proyecto, en 1940!
Claro está que a lo largo de 26 años la referida iniciativa de ley fue objeto de algunas modificaciones; pero lo esencial de ella se mantuvo: dar la calidad de riesgo social a las enfermedades profesionales y a los accidentes del trabajo, y establecer el monopolio del seguro por el Estado. Tales son las ideas básicas de la legislación que hemos venido impulsando a lo largo de casi un cuarto de siglo.
Como un detalle, el Honorable señor Noemi menciona entre los beneficios sociales otorgados por el Gobierno del señor Frei, el concerniente a la ley de medicina curativa de los empleados particulares. ¡Falso, error, equívoco del señor Senador!
La ley de medicina curativa para los empleados particulares tuvo como iniciativa un proyecto presentado por el Ministro de Salud Pública, profesor Rojas Villegas, durante la Administración del señor Jorge Alessandri. Ese proyecto, despachado por la Cámara...
El señor PRADO.-
También se legisló sobre reforma agraria durante ese Gobierno.
El señor MUSALEM.-
En efecto, señor Senador.
Es fácil decir que las cosas se hicieron así o asá.
El señor ALLENDE.-
Pienso que cuando un Senador defiende, en un nivel superior, sin actitudes agresivas, no su labor personal sino del sector popular que representa y de su propio partido, merece, por lo menos, la consideración o la refutación con razones, pero no el griterío anónimo.
Sostengo y los hechos lo prueban que la ley de medicina curativa no es iniciativa de este Gobierno; que fue presentada por el profesor Rojas Villegas, Ministro del Presidente Jorge Alessandri; que fue aprobada por la Cámara, y que en el Senado hubo tres contraproyectos que fueron refundidos en la Subcomisión de la Comisión de Salud Pública, que yo presidí. Dicho texto refundido sirvió de base a las deliberaciones del Senado, durante las cuales se trataron indicaciones del Gobierno. Por lo tanto, no es iniciativa del Gobierno del señor Frei.
El señor PALMA.-
Pero este Gobierno la promulgó como ley. Las buenas intenciones son otra cosa.
El señor ALLENDE.-
Tengo entendido que lo menos que puede hacer un Gobierno es promulgar las leyes despachadas por el Congreso.
El señor LUENGO (Vicepresidente).-
Ha terminado el tiempo de Su Señoría.
Solicito el asentimiento de la Sala para conceder un tiempo adicional al Honorable señor Allende.
El señor JULIET.-
Creo que en la reunión de Comités se acordó dar al Presidente del Senado un plazo prudencial para referirse a los jardines infantiles.
El señor ALLENDE.-
Lo que yo he querido, señores Senadores. . .
El señor JULIET.-
Incluso, creo que ese plazo era de 10 minutos.
El señor ALLENDE.
En cuanto a los jardines infantiles,.. .
El señor FUENTEALBA.-
¡ El Presidente del Senado tiene demasiados privilegios !
El señor ALLENDE.-
No estoy hablando como Presidente del Senado,...
El señor FUENTEALBA.-
Me alegro.
El señor ALLENDE.-
... sino como cualquier Senador que solicita de sus colegas la deferencia de considerar que fue atacado en su ausencia. Además, estoy invocando una disposición reglamentaria.
En cuanto a los jardines infantiles, debo decir que se trata de una idea anhelantemente deseada por miles y miles de madres chilenas, pero que no ha sido posible convertir en ley de la república por razones muy elementales. Por ello, era indispensable encontrar una fórmula jurídica y constitucional que permitiera crear ese organismo, ya que los Senadores estamos imposibilitados por la propia Carta Fundamental de crear servicios públicos. Así, con la colaboración de funcionarios del Senado, profesores de Derecho Constitucional, fue posible proponer en indicaciones que el Senado aprobó, la creación de una corporación de derecho público.
Más todavía, respecto de tal iniciativa nunca tuve el deseo como lo sostuvo el Honorable señor Noemi, de patrocinarla como algo personal.
En tres oportunidades, conversé con un comité integrado por mujeres de todas las tendencias políticas, presidido por la regidora comunista por Santiago doña Mireya Baltra, y actuando como vicepresidenta la regidora democratacristiana doña Sara Gajardo. Vinieron a conversar conmigo. Me manifestaron que había un proyecto, y me dieron a conocer que durante año y medio habían solicitado una audiencia al Presidente de la República, quien no las había recibido. Me pidieron que no presentara la iniciativa al respecto, porque tenían el compromiso y la palabra del Presidente de la Cámara de Diputados de que el proyecto redactado por ese comité sería ley de la República. Pasaron tres años, y no lo fue. No con sentido político de oportunismo, sino con profunda convicción, aproveché la oportunidad de presentar las indicaciones en este proyecto de reajuste. Entiendo que en él tienen perfecta cabida, porque si la finalidad del proyecto de reajustes es devolver el poder adquisitivo de la gente, con mayor razón hay que otorgar a la familia y a la madre chilena la posibilidad de amparar a sus hijos cuando ellas tienen que trabajar, igual que su compañero. En tales circunstancias, presentamos un proyecto inobjetable desde los puntos de vista constitucional, jurídico y social, y con debido financiamiento, que pudo o no ser suficiente, pero que, al menos, significaba un paso decisivo para convertir en realidad algo que está mucho más allá de las fronteras de un partido y, por cierto, mu
cho más allá del patrocinio de un Senador o de un grupo de Senadores.
Frente a los comentarios públicos de que en el veto se rechazarían las indicaciones y considerando lo dicho reiteradamente por algunos señores Senadores en cuanto a que lamentablemente el partido oficial y el Gobierno mismo no ven con buenos ojos ninguna iniciativa parlamentaria, y que busca el monopolio de ellas, aunque sea aprovechándose de ideas ajenas, presenté los artículos pertinentes, que fueron aprobados con posterioridad por el Senado. Por desgracia el Gobierno ha vetado tales indicaciones. Allá la responsabilidad del Gobierno. En tales circunstancias, dije aquí que, a mi juicio, el Presidente de la República, una vez más, estaba contra un anhelo colectivo y que no había cumplido una promesa contraída ante la opinión del país, con las madres y los niños chilenos.
Al margen de lo personal, en función de un derecho justo y agradeciendo a los señores Senadores su deferencia, mantengo íntegramente los conceptos que emití frente a la persona del Presidente de la República.
No tengo nada más que agregar.
"