-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595588/seccion/akn595588-po1-ds4-ds98
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2836
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2836
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2435
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595588/seccion/akn595588-po1-ds4
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595588
- rdf:value = " El señor NOEMI.-
He escuchado con mucha tranquilidad las palabras del Honorable señor Allende, que me parecen muy serenas.
¿ Por qué intervine yo en la hora de Incidentes del miércoles recién pasado? Como el señor Senador ha dicho, porque el Presidente del Senado, Honorable señor Allende, lo hizo antes para referirse a la materia a que ha aludido ahora, y tratar en forma, no sólo insolente, sino grosera, al Presidente de la República. Así lo dije y así lo entendí.
El señor ALLENDE.-
Yo no uso conceptos groseros ni insolentes. Uso la claridad del lenguaje.
El señor NOEMI.-
Así los entendí yo.
El señor ALLENDE.-
Su Señoría no puede interpretar mis palabras.
El señor NOEMI.-
Voy a repetir ahora sus palabras, Honorable colega.
Además, el señor Senador ha manifestado que yo habría hablado en su ausencia. Sin embargo, él hizo cargos al Presidente de la República sin que en la Sala estuviera presente ningún Senador democratacristiano.
El señor ALLENDE.-
No es culpa mía que no vengan a los Incidentes. Por lo demás, es obligación de Sus Señorías estar en la Sala.
El señor NOEMI.-
No es su culpa, señor Senador. Pero quiero puntualizar que con tres horas de anticipación di a conocer al señor Vicepresidente del Senado que yo contestaría las observaciones del Honorable señor Allende. El Honorable señor Luengo me manifestó que así lo comunicaría al Presidente del Senado.
De manera que de mi parte no hubo falta de deferencia.
El señor ALLENDE.-
Las relaciones entre los Senadores implican la obligación de avisar al afectado, en forma personal. El señor Vicepresidente de la Corporación no es recadero de Su Señoría.
El señor NOEMI.-
El señor Senador dijo que se lo comunicaría. Yo no sabía dónde estaba el Honorable señor Allende.
El señor ALLENDE.-
En la presidencia.
El señor NOEMI.-
¿Qué dijo el Honorable señor Allende acerca del Presidente de la República? Manifestó que el Primer Mandatario había mentido y engañado a las mujeres, suponiéndole increíble egoísmo en su actitud, según él, antihumana y antisocial. Terminó acusándolo ante la historia de Chile y ante el pueblo.
El señor ALLENDE.-
Y el país.
El señor NOEMI.-
Confieso que en los tres años que llevo como parlamentario, nunca había escuchado palabras más hirientes y duras para el Jefe del Estado. ¡ Nunca!
Con absoluta sinceridad, digo que no he tenido ni la mínima intención de referirme al Honorable señor Allende en términos que lo ofendan. Incluso no tengo por qué negarlo me ligan a él afectos personales, a través del contacto de nuestras hijas. Mi hija y la suya estudiaron juntas. Iban todas las noches a mi casa y a la suya a estudiar y se recibieron juntas de médico. De modo que tengo profundo afecto por su familia. Por eso, nunca habría sido mi ánimo referirme al Honorable señor Allende, ni a ninguna otra persona en términos injuriosos. Consta a esta Sala que jamás he faltado el respeto a algún Honorable colega. Nunca lo he hecho. Pero cuando leí las palabras del Honorable señor Allende respecto del Primer Mandatario, como Senador democratacristiano, como Comité, como amigo que soy del Presidente Freí y como chileno, repugnaba a mi conciencia quedarme callado. No podía aceptarlo. Creo haber sido duro; no lo discuto. Pero en.la dureza de mis expresiones ha estado presente algo que siento sinceramente. Las personas tienen su responsabilidad en la medida de la ubicación que les corresponde. El Honorable señor Allende es Presidente del Senado, y ha sido candidato a la presidencia de la República. Por lo tanto, tiene más obligaciones y más deberes que otros, pues ha sido colocado, por sus posibilidades, en el lugar donde el pueblo lo destacó. De manera que también es dable exigirle más respeto.
Yo he aprendido desde niño, y en mi modesta vida de provinciano y de hombre común, a respetar para que me respeten. De modo que una actitud irrespetuosa hacia alguien a quien uno considera nos coloca en condiciones de responder y ser duro en nuestras expresiones.
Creo que el Honorable señor Allende me podría dar muchas enseñanzas de su experiencia en 26 años como parlamentario; pero hay una que no me va a enseñar: ser leal. Por lo tanto, habría faltado a mi lealtad hacia el Presidente Frei si no hubiera dicho algunas palabras en su defensa. A él, como Presidente de Chile, se lo trataba en una forma que repito nunca había escuchado.
Manifesté que la posición del Honorable señor Allende no era seria ni responsable. Lo expresé así. Porque no creo que se pueda insistir respecto de la renovación de una indicación ya rechazada por las Comisiones, y sobre una materia que requiere mejor estudio.
Apelo a las palabras de un Senador de esas bancas que, en la noche en que se votaba el cuarto trámite, me vino a pedir pareo cuando se renovaron las indicaciones. Me dijo que me pedía el pareo porque repugnaba su conciencia que se estuviera legislando en esa forma, de lo cual no se hacía responsable y prefería irse. Así ocurrió.
De modo que la responsabilidad del Honorable señor Allende ante estos hechos es evidente. Estimo que ese no era un procedimiento adecuado para legislar respecto de una materia tan importante.
El señor Senador dijo que no había financiamiento suficiente pero que el Gobierno tenía la responsabilidad de proporcionarlo. No creo que ése sea el procedimiento.
El señor ALLENDE.-
He dicho que hay financiamiento.
El señor NOEMI.-
El financiamiento de 6 millones de escudos, cantidad que se lograría por la aplicación del impuesto propuesto .en las indicaciones de Su Soñoría es insuficiente para atender a un millón ochocientos mil niños. Es imposible.
El señor ALLENDE.-
Nadie piensa que se atenderán de inmediato, señor Senador.
El señor NOEMI.-
Por otra parte, no he negado la obra realizada por el señor Presidente del Senado. Dije que en la obra del Honorable señor Allende se encontrarán muchas palabras y discursos; es evidente que así lo es. Tiene una gran tarea cumplida, porque tiene también 26 años de vida parlamentaria.
Cuando se promulgó la ley sobre medicina curativa y el documento respectivo se firmó en la Presidencia de la República, cierto es que el señor Ministro de Salud manifestó que ésa no fue iniciativa de este Gobierno en su integridad; pero nadie puede desconocer que fue esta Administración la que la hizo realidad. Y ahí está la injusticia de las palabras del Honorable señor Allende y de las que hemos oído tantas veces a los Senadores comunistas y socialistas, cuando dicen que la solución de los problemas sociales son aspiraciones suyas planteadas hace 20, 30, 40 ó 50 años. Y el Honorable señor Allende, que lleva 26 años soñando con esas aspiraciones, que ha presentado 86 indicaciones sobre una materia, cifra que me impresionó, al parecer no atribuye ningún valor al hecho de que sea este Gobierno quien las lleva a la práctica.
Para mí es una satisfacción que esas aspiraciones, soñadas durante largo tiempo, se hagan realidad en este Gobierno. ¿Acaso eso no tiene valor? He visto en las poblaciones a gentes satisfechas y agradecidas porque se ha triplicado la entrega de leche a los niños.
El señor ALLENDE.-
Iniciativa que lleva mi firma.
El señor NOEMI.-
De ocho millones de kilos que se repartían en 1964, ahora se reparten 24 millones de kilos.
No deseo extenderme en mis observaciones, pero debo decir que las palabras conducen a otras palabras.
No ha sido mi ánimo lo digo con toda honestidad ofender al Honorable señor Allende. Pero tampoco puedo permanecer en silencio cuando se injuria y se hiere en esta forma al Presidente de la República. Lo sé un hombre honesto, sacrificado, capaz y profundamente preocupado de servir al pueblo y de cumplir el programa que prometió, dentro de las posibilidades con que cuenta el país. Eso es todo. Y así como el Honorable señor Allende mantiene sus expresiones, yo, en ésta y en cualquier circunstancia, dentro de mis posibilidades y en la medida en que pueda hacerlo, defenderé a la persona del PresidenteFreí, porque repito lo sé un hombre digno, capaz y entregado por entero a servir al pueblo de Chile.
"