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- rdf:value = " El señor AHUMADA.-
Señor Presidente, la aplicación de los convenios del cobre ha creado diversos problemas a las instituciones que funcionan en Sewell, una de las cuales es el Instituto Politécnico, colegio de enseñanza profesional de gran prestigio, encargado de formar especialistas en diversos ramos técnicos.
La desaparición del campamento de Sewell con motivo de la puesta en práctica de los convenios del cobre y, en consecuencia, el forzoso traslado de las entidades que allí funcionan, ha provocado en los padres y apoderados del Instituto Politécnico viva inquietud por el destino de ese establecimiento, ya que de él depende el porvenir de sus propios hijos.
El Centro de Padres y Apoderados de ese plantel, que preside don Edgardo Escobar y en el cual actúan como secretarios don Guillermo Galdames y don Filiberto Figueroa, ha venido realizando diversas diligencias, desde hace algún tiempo, ante don Juan Gómez Millas, anterior Ministro de Educación, y luego ante don Máximo Pacheco, actual Secretario de esa Cartera. Incluso, suscribió con el señor Gómez Millas un acuerdo cuyas proyecciones han sido alteradas por el actual Ministro.
El señor Gómez Millas y el Centro de Padres elaboraron un programa con el fin de incluir en el plan de edificaciones escolares la construcción del Instituto mencionado en la comuna de Machalí.
En realidad, el proyecto para Machalí consiste en la edificación de un centro educacional sobre la base del Instituto Politécnico de Sewell. Significa construir más o menos 8 mil metros cuadrados, a un costo cercano a los 3 mil 600 millones de escudos, para una población escolar de 1.200 alumnos.
La primera etapa requiere la construcción de 1.400 metros cuadrados, para atender a un total de 400 alumnos, que duplica la actual población escolar de Sewell. Esta fase debería haberse iniciado el presente año, de acuerdo con el compromiso contraído por el señor Juan Gómez Millas. Para tal efecto, la Municipalidad de Machalí había ofrecido ceder 14 mil metros cuadrados de terreno y un aporte en dinero de 70 mil escudos. De la misma manera, había ofrecimientos de aportes del Consejo de Desarrollo de O'Higgins (CODO), del sindicato de empleados y del sindicato industrial. Estos últimos habían acordado erogar un día de sueldo. Finalmente, la Sociedad Minera "El Teniente" aseguró un aporte en equipos, materiales e implementos técnicos, por un valor de 400 mil escudos.
Así estaba esbozado el programa. Sin embargo, ese plan ha sufrido cambios sustanciales, al extremo de haberse dejado de lado, por parte de las actuales autoridades educacionales, el ofrecimiento de la Municipalidad de Machalí, consistente en la donación de la manzana comprendida entre las calles Arturo Prat, San Juan y Miranda de esa ciudad, de 14 mil metros cuadrados de superficie y de un valor de 100 mil escudos.
Los padres, apoderados y amigos del Instituto Politécnico insisten en la conveniencia de aprovechar los elementos que la comunidad brinda en forma tan generosa, como el terreno para instalar ese establecimiento y los aportes del Consejo de Desarrollo de O'Higgins, de los sindicatos y de la Sociedad Minera.
En una audiencia a la que asistimos varios parlamentarios conjuntamente con dicho Centro y amigos del Instituto Politécnico de Sewell, recibimos la sorpresa de que, a raíz de un censo de la población escolar, se ha llegado a la conclusión de que resulta más adecuado construir ese establecimiento en Rancagua.
Como dije, esta nueva situaci��n ha llevado a desechar los aportes que ofreció la comunidad tan espontáneamente, para trasladar el Instituto Politécnico a Machalí, comuna a la cual pertenece Sewell..
Los padres y apoderados, quienes con toda razón desean tener un centro de estudios que les proporcione, desde el punto de vista de la eficiencia y capacidad técnica, las mismas garantías que otorga el Instituto Politécnico antedicho, y cansados de tanta tramitación y de tanto ir y venir, han llegado a expresar su deseo de que ese plantel se construya en cualquier parte, pero que, de una vez por todas, se materialice.
Todo lo anterior me mueve a decir en esta Corporación que el Ministerio de Educación Pública debe establecer en forma definitiva el lugar adonde se trasladará el Instituto y las condiciones en que ello se efectuará.
Por otra parte, el Centro de Padres ha sostenido la necesidad de incorporar en los planes de enseñanza de dicho establecimiento alguna especialidad agrícola, ojalá dependiente de la Universidad Técnica del Estado, en virtud de que la provincia de O'Higgins es una de las regiones agrícolas más ricas del valle central.
Asimismo, tiene interés en mantener en la nueva planta al personal que presta servicios en esa entidad, porque, a veces, los cambios de sede se traducen en el no aprovechamiento de funcionarios especializados y en su traslado a otros puntos del territorio.
Los planteamientos del Centro de Padres y Apoderados, reafirmados en un cabildo abierto efectuado en Sewell, han inducido al Senador que habla, inquieto por estos problemas, a exponerlos en esta Corporación.
Finalmente, solicito que mis observaciones sean transcritas, en nombre del Comité Radical, al señor Ministro de Educación Pública.
El señor GONZALEZ MADARIAGA (Presidente accidental).-
Se enviará el oficio solicitado, en nombre del Comité Radical.
El señor AHUMADA.-
El otro problema que deriva de la aplicación de los convenios del cobre, y que constituya uno de los puntos conflictivos del pliego de peticiones de los trabajadores de la Sociedad Minera El Teniente, es el relativo al traslado del Hospital de Sewell a la ciudad de Rancagua y, lógicamente, a la construcción de un nuevo edificio para este objeto en esa localidad.
El hospital actualmente en funciones en el campamento es, desde el punto de vista técnico -lo digo en mi calidad de médico-, por su personal facultativo, paramédico, administrativo y auxiliar, y por la calidad de sus servicios y prestaciones, uno de los más eficientes y de mayor prestigio de la zona central.
Los convenios del cobre ocasionarán el cierre del campamento y, lógicamente, del Hospital de Sewell. ¿Dónde serán atendidos los miles y miles de trabajadores y sus familias, que antes recibían en el hospital del campamento la más eficiente de las prestaciones médico-quirúrgicas, farmacéuticas y hospitalarias? Se ha pretendido construir salas anexas del Hospital Regional de Rancagua. Vale decir, hacer una ampliación de este centro que, si bien en algunas especialidades -como, por ejemplo, en lo relativo a la asistencia médico-quirúrgica- logra cubrir, por ahora, en forma satisfactoria y eficiente, las necesidades de esa ciudad, pero en otras especialidades, como en la de maternidad, carece de elementos adecuados. En efecto, ese centro asistencial, recientemente construido, entregado al público hace sólo algunos años, carece de un pabellón nuevo de maternidad, pues no se consideró este aspecto al edificarse el establecimiento. Vale decir, el Hospital Regional de Rancagua ya adolece de una precariedad en lo relativo a la asistencia médica. Y ella se acentuará en lo futuro, pues Rancagua es una de las ciudades con incremento demográfico más alto del país. De 120 mil habitantes que tiene en estos momentos, subirá a 150 mil en 1970. Por eso, no se puede pensar así, tan simplemente, que se atenderá en forma adecuada a las 15 mil personas que se trasladen desde el campamento minero de Sewell, con todo el complejo proceso que ello implica en lo relativo a urbanización, construcción de nuevas poblaciones, medios económico-sociales, etcétera. La solución propuesta para atender un incremento de población no previsto, es una mala medida.
Inspectores médicos del Servicio Nacional de Salud han examinado las circunstancias. Se ha tratado de esquematizar la creación de un nuevo pabellón, que se ha pretendido denominar "El Teniente". Tengo a mano un informe emitido por uno de esos médicos inspectores, en el que se habla de la creación de la nueva sección del Hospital Regional. Pero los trabajadores del mineral no aceptan esa fórmula, porque la calidad de la. atención médica proporcionada actualmente por el Hospital de Sewell, perteneciente a la Sociedad Minera El Teniente, es superior a la que, en promedio, proporciona el Servicio Nacional de Salud.
¿Qué solución cabría, entonces? La única sería la construcción en Rancagua de un nuevo hospital para la Sociedad Minera El Teniente. De esta forma se daría estricto cumplimiento al espíritu de los convenios del cobre. Lógicamente, el nuevo centro asistencial debería tener las mismas ventajas que el existente en la actualidad en el campamento: disponer de 30 camas de medicina, 30 de cirugía, 40 de pediatría, 20 ó 30 de obstetricia y aislamiento; servicio de urgencia con médicos permanentes; pabellón quirúrgico y de todas las especialidades: traumatología, otorrinolaringología., oftalmología, urología; cocina central, lavandería, calefacción, laboratorio y servicio de anatomía patológica, como corresponde a una adecuada organización hospitalaria. En otras palabras, el Hospital de Sewell es idéntico a cualquiera de los norteamericanos. Por lo tanto, es lógico que los trabajadores tengan la aprensión de que al trasladarse su campamento a la ciudad de Rancagua y al ser asimilada al Servicio Nacional de Salud, la asistencia médica para ellos y sus familias, se menoscabe la eficiencia y calidad de las prestaciones. Por estas consideraciones, debe construirse un hospital especial con los fondos que proveen, para estos efectos, los convenios del cobre.
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