-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595770/seccion/akn595770-po1-ds5-ds30
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3580
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3580
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/957
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1629
- rdf:value = " El señor BULNES SANFUENTES.-
Soy un hombre bastante aficionado a polemizar, pero me he caracterizado durante mi vida entera por no cargar al hombre y por mantener las discusiones en el plano de las ideas. Así lo he hecho en el Senado, y lo saben los colegas que ya tienen cierta antigüedad en esta Sala. Así he actuado y seguiré haciéndolo en los numerosos foros en que participo. Sin embargo, para mantener las discusiones en el plano de las ideas, es necesario que los contradictores hagan otro tanto.
Me parece una actitud cobarde, cuando un Senador está desarrollando un tema, interrumpirlo con insultos -que no alcanza siquiera a escuchar y que no puede rebatir a fin de no cortar el hilo de la exposición-, con el objeto de que aparezcan en la versión del Senado.
El señor JEREZ.-
Al único que le interesa la versión es a. Su Señoría.
El señor BULNES SANFUENTES.-
Eso es exactamente lo que hizo el Honorable señor Jerez hace un momento. Como no tenía tiempo de contestar los insultos del señor Senador, me limité a recordarle su inconsecuencia política.
Creo que el señor Jerez ha sido inconsecuente en política, porque no se puede militar en un partido, hacer en él su carrera política, convertirse en Diputado y después en Senador, participar en una campaña presidencial sosteniendo el "slogan" de "Democracia Cristiana o comunismo", presentarse como alternativa contra el comunismo y, luego de elegido, marchar del brazo con los comunistas y abandonar su propia tienda política. Honradamente creo que ésa es una inconsecuencia política; y cuando el señor Jerez me insultaba, se la recordé.
En cuanto a lo dicho por el Honorable señor Altamirano, debo declarar que nosotros no hemos venido aquí a hacer una vivisección de todos los gobiernos y regímenes existentes en el mundo.
El señor ALTAMIRANO.-
La ha hecho.
El señor BULNES SANFUENTES.-
No lo he pretendido así, y tendría que estar malo de la cabeza para sostener que en el llamado "mundo libre" todas las naciones sean libres. No he venido a defender a los gobiernos de Portugal, Nicaragua ni Argentina. He venido a hablar de mi propio país -que es lo que me interesa- y a decir que Chile necesita corregir su actual sistema político, que es inoperante, que es politiquero, que está débil y que puede derrumbarse. Por eso hemos apoyado este proyecto, con el sincero propósito de mantener en Chile la democracia representativa.
¿Por qué queremos mantener en Chile la democracia representativa? ¿Cuál es la alternativa de esa democracia? Son los regímenes en que sucumbe la libertad por completo; y en este sentido comprendo la posición del Honorable señor Altamirano. El quiere, que nuestro régimen sucumba; él quiere hacer de Chile uno de esos Estados socialistas cuya apología nos hace frecuentemente, pero en los que según sabemos no hay libertad de ninguna especie. Por eso se niega -al igual que otros Senadores de Izquierda- a aprobar en Chile las reformas constitucionales destinadas a fortificar la democracia representativa y a que sea estable y no se desmorone.
Destaco ese hecho evidente, como el otro día se lo señalé en un foro de televisión al Honorable señor Altamirano, sin que él se enojara. Considero que Su Señoría, dentro de su posición, es consecuente: el quiere derribar este régimen y reemplazarlo por otro; está interesado en que el sistema sea débil e inoperante. Si yo tuviera el mismo anhelo, adoptaría igual posición. Pero que él respete a quienes queremos mantenerlo y no nos diga que estamos haciendo cesarismo. Porque dar una atribución más al Presidente de la República -fruto en su mayor parte de la evolución constitucional de Chile, de ideas que en gran parte son acogidas por la generalidad de la opinión pública y que no han brotado de la noche a la mañana- no es hacer cesarismo.
El Congreso seguirá siendo Poder Legislativo; seguirá aprobando o rechazando las leyes. Lo que no queremos es que el Parlamento se meta por la ventana y se convierta en administrador, porque en ninguna parte del mundo el Congreso administra. Cuando se arroga atribuciones de tal, como está sucediendo en Chile, todo se desquicia, todo se desorganiza, todo se estanca, y la víctima es el pueblo que nosotros servimos, pero del cual no nos aprovechamos ni al que tenemos en la punta de los labios.
Sobre esta materia, quiero detenerme un poco. No defendemos la democracia representativa porque ella signifique la defensa de intereses. En todas las naciones donde los hombres y mujeres son libres, donde puede expresar su voluntad la inmensa mayoría de los ciudadanos, ellos se pronuncian por la democracia representativa y no por la llamada "democracia popular", que para esa gente, como para mí, no es democracia. Eso lo estamos viendo todos los días. Lo vemos en las elecciones libres que se realizan en todos los países del planeta que conservan su libertad: hay una inmensa mayoría de ciudadanos que quieren vivir bajo el régimen de la democracia representativa. Primero, porque desean conservar la libertad; segundo, porque los hechos han demostrado que tal sistema es más capaz que los regímenes socialistas de hacer el desarrollo económico y el mejoramiento social. Con ellos, con la enorme mayoría de hombres y mujeres libres en el mundo, estamos nosotros. Y entre esos hombres y mujeres los hay de todas clases sociales. Así como en Chile hay "pijes" que distraen sus ocios lanzando bombas y que quieren destruir el régimen, buscadores de emociones, así también hay muchos proletarios en el mundo que defienden la democracia representativa, porque creen que ella es la que asegura mejor el porvenir del hombre. Con ellos estamos nosotros; no con la mera defensa de intereses materiales.
En cuanto a la posición cristiana, permítanme que no entre en el tema. No me ha gustado nunca juzgar -porque no soy autoridad para hacerlo- qué es lícito en política y qué no lo es para un cristiano. Pero sí puedo señalar una cosa: que la enorme mayoría de los cristianos del mundo, allí donde pueden expresar su opinión, piensan sustancialmente como nosotros; creen que dentro de los conceptos cristianos el hombre necesita libertad para poder desarrollar su personalidad. Yo no censuro ni anatematizo a los cristianos que adoptan esa posición, porque repito, no soy autoridad para hacerlo; pero invoco la opinión de la gigantesca mayoría de los cristianos del mundo que no están con el comunismo ni con ninguna forma de despotismo, sino que quieren, como nosotros, seguir viviendo en una democracia representativa.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595770
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595770/seccion/akn595770-po1-ds5