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- rdf:value = " El señor OCHAGAVIA.-
Ya el Honorable señor Bulnes Sanfuentes dio a conocer el fundamento de nuestro voto ante esta reforma constitucional tendiente a permitir que el Presidente de la República, por delegación del Congreso, pueda modificar el sistema previsional.
Considero esta materia una de las más importantes del proyecto de reforma Constitucional, porque en ella incide el saneamiento de un grave problema político derivado precisamente de la crisis y la anarquía económicas provocadas por el régimen previsional chileno.
A mi juicio, el Parlamento, por muy patriota que sea, no puede solucionar los vicios de nuestro régimen previsional. ¿Por qué hago una declaración tan terminante? Porque los parlamentarios estamos sometidos a un sistema político que, por desgracia, nos obliga a no dejar de lado las múltiples peticiones que nos formulan los distintos grupos gremiales del país. Precisamente, es en esos grupos en donde anidan los centros de poder y de presión, que constituyen verdaderas oligarquías, no económicas, sino gremiales, en materia previsional.
Los parlamentarios estamos sometidos a la voluntad popular para postular a la renovación del mandato que hemos recibido del pueblo, y en gran medida a la influencia de esos grupos de presión. Por eso, aquellos sectores políticos que pretendan volverles las espaldas no contarán, mañana, con su apoyo.
En tales circunstancias, les es difícil el saneamiento de un régimen que está podrido.
Creo que el Presidente de la República está en mejores condiciones que nosotros para realizar esa operación de saneamiento del régimen previsional chileno, por una razón muy sencilla: porque, de acuerdo con la Constitución Política, no puede ser reelegido. Quien, como él, es elegido por todo el país y no está expuesto a los azares de la reelección, tiene la posibilidad de entregar, en especial a los más débiles," mayores beneficios.
Todos estamos dispuestos a mejorar la previsión chilena, a hacerla más amplia y, al mismo tiempo, extenderla a todos los grupos de la ciudadanía. Por desgracia, los recursos del país están limitados, y ahí es donde radica el problema. Cuando escuchaba a los señores Senadores hablar de las pensiones miserables, de la pobreza de las viudas, les encontraba toda la razón; es efectivo lo que dicen. Mas para poder dar solución a esos problemas, es menester tocar a los grupos privilegiados.
El Honorable señor Ibáñez observó -me parece que también lo dijo el Honorable señor Prado- que el Parlamento chileno no parece ser la primera autoridad moral para alzar su voz en esta materia, cuando sus miembros disfrutan de un régimen previsional de excepción. Por ahí es por donde tendríamos que empezar, a mi juicio, porque ello es fundamental.
El Honorable señor Teitelboim afirmó, por su parte, que el PresidenteAlessandri habría patrocinado un proyecto de reforma previsional que consagraba los privilegios para una clase. Sostengo que esa iniciativa, que no pudo aprobarse por no contar con la mayoría política suficiente, se basaba en el principio de no dar a nadie lo que no pudiera otorgarse a todos los chilenos.
Por eso, considero que la delegación que en este momento entregamos al Presidente de la República permitirá modificar el régimen previsional chileno.
En consecuencia, voto afirmativamente.
"
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