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- rdf:value = " El señor NOEMI.-
Tal como ha dicho el presidente de la Democracia Cristiana, voto favorablemente el informe de la Comisión, en el entendido de que lo hacemos respecto de la idea de legislar y que nosotros, por la vía de las indicaciones, podemos reponer el proyecto primitivo del Gobierno.
En forma breve, quiero sostener esta noche, con absoluta tranquilidad, después de haber oído este largo debate, algo relacionado con lo que se ha dicho en esta Sala.
Se ha hecho a Su Excelencia el Presidente de la República el cargo de haber presentado este proyecto de reforma constitucional en un momento de ofuscación y de apasionamiento, cuyo origen emanaría de la denegación del permiso que solicitó para viajar a los Estados Unidos.
Esto no es así.
Pienso que no había otra salida que llamar al pueblo a dirimir esta dificultad existente entre el Ejecutivo y el Parlamento.
Este proyecto tiene como origen la voluntad de los parlamentarios democratacristianos. Fuimos nosotros los 13 Senadores y los 82 Diputados quienes visitamos al Presidente de la República para manifestarle que dejábamos nuestro mandato para que fuera nuevamente entregado
a la voluntad del pueblo. Lo hicimos en una actitud moral respecto de la cual nadie puede censurarnos. ¿Quién no entenderá lo que significa tener 82 Diputados en la Cámara y 13 parlamentarios en el Senado, estos últimos designados en una elección de 20 cargos? Nuestra actitud es amplia y moral.
¿Quién tiene la seguridad de volver al Parlamento? Tengo la convicción de que nadie abriga tal seguridad. Sabemos lo dura y difícil que es una elección. Como voy a ignorarlo, si he sido derrotado en cuatro elecciones parlamentarias y sólo en la quinta he logrado llegar al Senado. No obstante estar en él sólo un año y ocho meses, he entregado este mandato, en forma abierta y limpia.
Llegué al Senado con el firme convencimiento de que al hacerlo defendería un movimiento, un programa y una doctrina. Tenía la plena seguridad de que podríamos realizar el programa del PresidenteEduardo Frei, planteado por él a lo largo del país. Pero nos hemos encontrado con dificultades. Es efectivo que ellas no han surgido en todos los proyectos. Hemos avanzado con dificultades. Hemos dado pasos adelante; pero no estamos satisfechos. Creemos que se trata de una dura tarea. Nadie puede negar lo riguroso de ella, pues hay que imponerse de la situación del campesinado, visitar las poblaciones; ir donde la gente humilde, a la cual primero tenía que llegar este impacto, porque Frei dijo que su primera tarea sería borrar la miseria. Y la miseria estaba en el campesinado, en las "callampas", en los pobres de Chile; y allí ha llegado el impacto. Naturalmente, este esfuerzo llegará más adelante, a la clase media, y creará el desarrollo económico. Sabemos categóricamente que no habrá desarrollo social si no hay desarrollo económico acentuado en el país.
Nació de nosotros, de la voluntad de los parlamentarios que llevamos tan poco tiempo en estas bancas, el deseo de entregar nuestro mandato. Se lo entregamos al pueblo, al juez supremo, al único que debe juzgar esta actitud. El será quien diga más adelante si estamos cumpliendo; si hemos sido honestos; si estamos en la línea que hemos prometido. Esto es lo que nos lleva a entregar nuestros mandatos.
Por eso, voto afirmativamente la idea de legislar, en el entendido de que serán renovadas las indicaciones que permitan hacer efectivo el proyecto del Presidente de la República.
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