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- rdf:value = " El señor BOSSAY.-
Con motivo de la reforma agraria en estudio, se ha estado efectuando una precalificación de personal en los organismos dependientes del Ministerio de Agricultura. Con tal objeto, se han enviado circulares a los directores de departamento y zonales en las que se les imparten instrucciones tendientes, según se dice, a aplicar las calificaciones con el máximo de cuidado, para evaluar el trabajo de los funcionarios.
A semejanza de lo que expuse hace unos minutos, lo que ahora estoy señalando demuestra también el espíritu persecutorio del actual Gobierno. Quiero que la opinión pública se imponga de ello por medio de la versión oficial del Senado. Deseo dar a conocer tales circulares, en la esperanza de que así se despierte en el país, por medio de la prensa y la radio, y en el Parlamento, un debate que deje claramente establecido que las instrucciones dadas a los directores de los servicios del Ministerio de Agricultura están destinadas a calificar mal a los funcionarios pertenecientes a partidos de Oposición, y muy bien a los que son del partido único de Gobierno.
Destacaré algunos párrafos de dichas circulares. El Subsecretario del Ministerio de Agricultura, Ricardo Isla, Director General de Agricultura y Pesca, suplente, al transcribir, por encargo del Ministro del ramo, una de esas circulares, emite conceptos tan extraños como los que daré a conocer. Empieza en forma bastante suave, pero va demostrando lentamente cuál es la finalidad perseguida por el señor Ministro. Dice así:
"Sea por la ligereza o la liberalidad con que se ha actuado, se ha llegado a crear un falso concepto del sistema y de sus alcances" -se refiere a las calificaciones-.
Agrega más adelante:
"Por vía de ejemplo, puede señalarse el hecho de que los funcionarios por la excesiva liberalidad de los precalificado-res han terminado por creer que todos son funcionarios perfectos y acreedores, por tanto, al puntaje máximo -102 puntos-. La simple lógica indica que esto es un absurdo mayúsculo y que con ello se elimina todo espíritu de emulación y se anula el afán de superarse".
Dice en seguida:
"Sin duda alguna que el sistema empleado es anormal y demuestra que el proceso de calificaciones no trata de alcanzar su finalidad trascendente sino que se reduce a un mero trámite de rutina".
Luego, expresa:
"En efecto, las precalificaciones han sido excesivamente generosas y generalmente no han sido justificadas o lo han sido en forma superficial, vaga o incompleta, provocando un efecto totalmente contraproducente en la moral funcionaría, pues se está valorando de la misma manera al funcionario responsable y meritorio, que al irresponsable e incapaz".
Pero, lentamente, después de esta forma aparentemente normal de instruir a los jefes de departamento sobre las calificaciones, amenaza a los calificadores respecto de su futuro, en el sentido de que, según el criterio del Ministro, califiquen bien o califiquen mal. Al respecto, dice la circular:
"Por todo lo expuesto, el señor Ministro desea que este año las calificaciones reflejen el verdadero desempeño de los funcionarios de la Dirección, encareciendo el estricto cumplimiento de las instrucciones impartidas".
Y aquí viene lo extraño:
"Hace especial mención a que la forma en que los jefes directos realicen las precalificaciones se considerará como un antecedente de sus condiciones de mando y de jefatura".
En mi concepto, ésta es una de las peores frescuras de que ha conocido el régimen administrativo chileno: se advierte al calificador que para su ascenso el Ministro tendrá muy en cuenta sus condiciones de mando y de jefatura según hagan la precalificación.
Por último, la circular consigna un "recadito", que resulta muy divertido:
"Finalmente, informo a Ud. que el señor Ministro de Agricultura seguirá de cerca el proceso de calificaciones del presente año y prestará especial atención a sus resultados".
¡A buen entendedor, pocas palabras! Se comunica a los jefes del Ministerio de Agricultura que cuando ellos califiquen mal a funcionarios pertenecientes a los partidos de Oposición tendrán carrera en esa Secretaría de Estado. Al revés, no la tendrán en la medida en que procedan con justicia y adopten la actitud generalmente aceptada como equitativa dentro de las reglas de la Administración Pública.
Deseo que estas observaciones también sean transcritas al señor Ministro de Agricultura.
El resultado de esta situación se refleja en el cuadro de porcentaje de calificaciones en la ciudad de Santiago. ¡Admirable! Los funcionarios democratacristianos, que en su mayoría han ingresado a ese Ministerio en los dos últimos años y medio, dentro de los calificados con el puntaje máximo de 102 puntos, figuran con un porcentaje de 59,4% ; radicales, 18,75% ; FRAP, 9,37%; nacionales, 6,23%, e independientes, 6,25%.
El señor GOMEZ.-
¡Así se llega al grado de eficiencia en la Democracia Cristiana!
El señor BOSSAY.-
La circular que denuncio constituye una abierta invitación para calificar en forma arbitraria al personal, pues ya con el primer resultado obtenido en la ciudad de Santiago se comprueba que la totalidad de los funcionarios democratacristianos han sido calificados con el puntaje máximo de 102 puntos. Es decir, quienes carecen de experiencia, por tener sólo dos años de servicios en ese Ministerio, pasan a ser los mejores funcionarios, y aquéllos con veinte o treinta años son calificados en listas 3 y 4.
Asimismo, advierto que no hay ningún funcionario democratacristiano en listas 3 y 4. Figuran en ellas personas que durante diez o veinte años aparecían en lista de mérito; pero a estas últimas, por ser del FRAP o radicales, se las incluye en las listas 3 y 4.
Este es uno más de los escándalos que estamos viendo en el último tiempo respecto de la forma como se está administrando. Por desgracia, se procede con sentido persecutorio -e injusto, sin respetar el Estatuto Administrativo y al margen de las normas de justicia que deben imperar en la Administración Pública.
El Director General del Servicio no ha querido recibir a la directiva de los profesionales; tampoco lo quiere hacer el Ministro de Agricultura. Estos funcionarios no tienen cómo defenderse, y han debido escuchar palabras realmente ofensivas contra los profesionales, en especial ingenieros agrónomos, que ejercen sus funciones dentro de dicha Secretaría de Estado.
Por ahora deseo llamar la atención de la opinión pública sobre este asunto. Espero que en su oportunidad la Contraloría General de la República proceda con justicia frente a este verdadero escándalo que se quiere cometer con las calificaciones del Ministerio de Agricultura.
-Se anuncia el envío del oficio solicitado, en nombre de los Comités Radical y Democrático Nacional.
"
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