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- rdf:value = " El señor PABLO.-
En mi intervención anterior, no hice referencia a los nombres que se citaron en el curso del debate. En verdad, no puse mucha atención, y no escuché el del señor Raúl Sáez. De haber advertido que estaba incluido entre los mencionados, mi actitud habría sido -como lo es en este instante- la misma de mi Honorable colega el señor Castro.
Tengo gran admiración por el señor Raúl Sáez. El ha trabajado permanentemente en el sector público, y a su esfuerzo se deben obras tan importantes como la Compañía de Acero del Pacífico, el desarrollo de la ENDESA...
El señor BARROS.-
El Convenio CAP-CORFO, que es vergonzoso.
La señora CAMPUSANO.-
Los convenios del cobre.
El señor PABLO.-
El Convenio CAP-CORFO es extraordinariamente beneficioso, por las posibilidades que abre al desarrollo de la industria siderúrgica.
En general, puede decirse que cuanta obra de envergadura se ha realizado en el país, ha tenido el sello del señor Raúl Sáez.
El señor Sáez no necesita de empresas para adquirir su propia situación de bienestar. En este instante, está haciendo un sacrificio económico extraordinario por servir al país, y merece el respeto de todos los chilenos. Se podrá compartir su punto de vista o discrepar de él, pero jamás podrá decirse que el nombre de Raúl Sáez ha estado o está ligado en ninguna forma a negocios ilícitos o a utilidades que no puedan ser puestas sobre el tapete.
Es un ingeniero brillante, que ha merecido no sólo el respeto de todos los chilenos, sin también de los círculos dirigentes y universitarios del mundo entero que lo conocen. En Chile, ese respeto, que se incrementó en las horas aciagas del terremoto de 1960, se ha afianzado y hecho permanente por su participación en la vida pública del país, su capacidad y dotes intelectuales.
Creo que palabras como las que hemos escuchado hoy día, que suelen decirse con alguna frecuencia y ligereza, muchas veces se lanzan sólo con el propósito de ocultar los vacíos de las propias posiciones.
"