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El señor LUENGO (Vicepresidente).-
La Mesa recabará el acuerdo en el Tiempo de Votaciones de esta sesión, señor Senador.
Tiene la palabra el Honorable señor Juliet.
El señor JULIET.-
Señor Presidente, nuestra Comisión de Relaciones Exteriores ha estimado oportuno hacer presente ante el Honorable Senado el juicio que le merecen las observaciones formuladas por el Diputado señor Ricardo Temoche, en la sesión celebrada el día 12 de julio pasado en la Cámara de Diputados del Perú.
En aquella oportunidad, el señor Temoche expresó, según una información oficial que me ha sido proporcionada, lo siguiente:
"El Presidente de Chile, Eduardo Frei, en Antofagasta en 1966, dijo: Para los que duden, sepan que Chile está más fuerte que nunca y dispuesto a defender sus derechos, porque si se repitiera la situación del siglo pasado con el vecino estaríamos dispuestos a avanzar."
"En Europa, se afirma que Chile ha adquirido de Unión Soviética armas por valor de quince millones de dólares y queese país junto con Cuba adquiere elementos bélicos producidos por mano de obra esclavizada."
Agrega, a continuación:
"Durante el Gobierno chileno actual se han adquirido los destroyers "Williams" y "Riveros", dos destroyers de línea, el "Blanco Encalada" y el "Cochrane", más escoltas adaptadas como naves de desembarco ("Ojo al litoral peruano", dijo, en esta parte), y otros elementos que están por llegar, lo que demuestra que Chile se prepara para la guerra anfibia."
Posteriormente, agregó que, en materia de fuerza aérea, "Chile había adquirido veintiún aviones Hawker Hunter, en Inglaterra, bombarderos, cazas y aviones de reconocimiento naval."
El Diputado finalizó su exposición expresando:
"Obligado por el armamentismo de la Nación chilena, nos hemos visto obligados a entregar recursos a nuestras fuerzas armadas para que no sean sorprendidas desprevenidas, pero es preciso decir que si no existiera esta amenaza, aquellos fondos habrían ido a la reforma agraria o a la "Petrolera Fiscal."."
Son estas observaciones del Diputado peruano las que determinaron el acuerdo unánime de la Comisión de Relaciones en el sentido de hacer presente ante este Senado el juicio que le merecen las insólitas declaraciones del señor Temoche, no por lo que él pueda significar ante la opinión pública del Perú, o por lo que sus aseveraciones puedan haber influido en el análisis del hombre común de la nación hermana, sino por los alcances que éstas puedan tener frente al juicio que las naciones americanas o el mundo entero deben formarse respecto de nuestro país.
Chile suscribió hace poco tres convenios con la U.R.S.S., convenios éstos que fueron aprobados por la unanimidad de nuestro Congreso: un convenio comercial, otro de suministro de maquinarias y equipo, y otro que se refiere a asistencia técnica y financiamiento de proyectos específicos para la construcción de plantas industriales y otros objetivos.
Chile tuvo en vista, para llegar a tales acuerdos, diversas razones.
Como todo país en vías de desarrollo, aspira a superar su desventajosa situación de exportador de materias primas tradicionales mediante una política de desarrollo amplia y acelerado; en la búsqueda de nuevos mercados hacia dónde dirigir su comercio, y en la diversificación de sus exportaciones, incorporando en éstas productos de mayor valor y no sujetos a las fluctuaciones cíclicas que afectan a las materias primas.
Nuestros contactos comerciales con la U.R.S.S., han sido esporádicos y de poca significación. No parecía, pues, conveniente que Chile dejara de aprovechar las expectativas que ese vasto conglomerado humano y económico ofrece para la expansión de nuestras, exportaciones y para obtener el financiamiento y los bienes de capital que exige el incremento de nuestro desarrollo industrial.
Amén de todo lo dicho, sabemos que la expansión industrial requiere de la técnica moderna y de financiamiento adecuado.
Para el convenio comercial se establecen las normas básicas que habrán de regir al intercambio chileno soviético. Los pagos se harán en moneda convertible: dólar, libra esterlina, etcétera, y sobre la base de precios internacionales de los distintos productos.
Contiene la cláusula de la nación más favorecida, con las excepciones de que no se aplicará a: ventajas otorgadas a países limítrofes, las que emanen de uniones aduaneras y las que conceda Chile en virtud de pactos regionales.
La Unión Soviética toma el compromiso de adquirir en Chile manufacturas y productos semi elaborados nacionales hasta por 30% de las importaciones soviéticas desde Chile.
Por el segundo convenio, se nos concede un crédito hasta por US$ 15.000.000, de los cuales US$ 12.000.000 son para la
CORFO y el saldo, para particulares. Este crédito se otorga a ocho años plazo, con amortizaciones semestrales y con un año de gracia, al interés de 3% en contratos con CORFO, y de 3,5% con particulares.
Por el tercer convenio, se conceden créditos en favor de Chile hasta por 42 millones de dólares para la adquisición en la U.R.S.S., de equipos, maquinarias y servicios. Deberán amortizarse en 8 a 12 años, con interés a 3% a 3,5%. El pago de amortizaciones e intereses será en moneda convertible: dólar, libra esterlina, etcétera.
Se consigna que las sumas provenientes de las amortizaciones e intereses deberán depositarse en una cuenta en el Banco Central. Estas cantidades se emplearán por la U.R.S.S., para adquirir en Chile productos tradicionales, manufacturas y semimanufacturas, y además productos de las mismas industrias que se instalen en Chile con el producido del convenio.
Se estipula, por último, que la U.R.S.S., proveerá de asistencia técnica mediante el envío a Chile de técnicos y especialistas, y recibiendo chilenos para especializarlos.
Se ha logrado, pues, abrir un mercado de importancia para nuestra producción y crear una corriente efectiva de intercambio. Además, se han obtenido condiciones muy favorables de crédito y se han creado modalidades novedosas en esta clase de convenios, como es la reinversión. Por último, no se establece "la cláusula oro" que la U.R.S.S., acotumbraba introducir en convenios similares; de tal manera que el riesgo de desvalorización de las monedas convertibles es de cargo del acreedor.
La Comisión de Relaciones tiene plena conciencia de que en los tres convenios suscritos con la U.R.S.S., no existe ningún acuerdo que permita destinar todo o parte de los créditos concedidos a Chile a la adquisición de elementos bélicos. Las expresiones del Diputado peruano no pasan de ser más que imputaciones antojadizas, desprovistas de toda seriedad, que no se .afianzan en ninguna actitud. No son más
que producto de la malquerencia que seguramente tiene el señor Temoche en contra de nuestro país.
No alcanzo a comprender qué razón tuvo al ocupar la tribuna de la Cámara de Diputados del Perú para lanzarnos expresiones que no se compadecen con nuestra actitud solidaria con América y respetuosa de los derechos de todos los Estados. Seguramente, puede ser una acción destinada a obtener beneficios para él o para su partido en la órbita de la política interna del Perú; o bien, para justificar algunas adquisiciones de recursos bélicos que ahora último han efectuado las Fuerzas Armadas del país hermano.
Oportunamente, nuestra Embajada en el Perú desmintió en forma categórica la afirmación del Diputado Temoche en orden a que el Presidente de Chile hubiere manifestado "que estaba en situación de avanzar en él caso de producirse hechos similares a los del siglo pasado".
Igual rectificación hizo el Embajador de Chile ante la U.R.S.S., y en ella se expresa "que durante los dos años que lleva el actual Gobierno de nuestro país, o sea, desde el restablecimiento de relaciones entre Chile y la U.R.S.S., no ha habido gestión alguna relacionada con la compra de armamentos soviéticos".
Durante toda nuestra vida independiente, Chile se ha caracterizado por sus sentimientos pacifistas y por ser amante de la paz. En diversas reuniones internacionales, en nuestro continente o en el resto del mundo, Chile ha sido devoto impulsor de la solución pacífica de todos los conflictos; más que eso: hemos sido los creadores de procedimientos que tienden a mantener la paz o a lograrla cuando ella ha sido alterada.
Constituimos un país que mediante su pueblo y sus instituciones republicanas hemos dado prueba de no ser belicistas; y si alguna vez en nuestra historia nos hemos encontrado comprometidos en un conflicto armado, nuestra participación ha sido como justa y legítima defensa ante agresiones que ni siquiera habíamos previsto.
Nuestras Fuerzas Armadas tienen alto sentido de su responsabilidad; elevado concepto acerca del papel que les corresponde frente a nuestro desenvolvimiento democrático. Son también amantes de la paz; no alientan propósitos armamentistas, y sólo se dedican a lograr para ellas y para los hombres que las componen un grado de eficiencia y capacidad que les permitan cumplir fiel y legalmente la tarea que les tiene entregada la nación.
Si hemos hecho algunas adquisiciones navales, ellas se han limitado exclusivamente a la renovación de material anticuado; y en todo caso han sido muy inferiores a las compras de otros países del continente.
Bajo la Presidenciade don Jorge Alessandri, nuestro país invitó a todos los Gobiernos de América a estudiar en forma definitiva una limitación de los armamentos. Veía el Mandatario de aquella época que no era admisible seguir una carrera armamentista que se traducía en grandes desembolsos, superiores a veces a los recursos nacionales, y con desmedro de la obligación de atender, en forma rápida y eficiente, efectivas y premiosas necesidades del país y del pueblo.
No somos un país que ofenda; por lo contrario, creemos en la fuerza de la convicción. Amamos la paz y abominamos de la guerra.
Honorables Senadores, cumplo de este modo los deseos de vuestra Comisión de Relaciones, la que, como dije, ha estimado oportuno rectificar desde el propio Senado de Chile una voz levantada en la Cámara de Diputados del Perú.
El señor SEPULVEDA.-
Señor Presidente, he presentado indicación para publicar "in extenso" la intervención del Honorable señor Juliet.
El señor LUENGO (Vicepresidente).-
Se votará en el Tiempo de Votaciones, señor Senador.
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