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- rdf:value = " El señor GOMEZ.-
Ya se han hecho los estudios para dotar al norte de una fábrica de cemento. Inclusive, las comisiones respectivas fueron a Alemania para estudiar el problema. Existe un informe que di a conocer al Senado. No quiero citar todos los antecedentes, porque se retarda-ría el despacho del proyecto, en circunstancias de que el 17 del mes en curso terminará la legislatura ordinaria. Tampoco quiero abundar en detalles de orden técnico, como es el caso del informe Von Gronow, según el cual, para resolver sobre la instalación de una planta elaboradora de cemento en la zona norte, se requiere que allí exista capacidad de consumo de a lo menos 50.000 toneladas. Pues bien, los estudios, estadísticas y encuestas de la CORFO permitieron establecer, hace algún tiempo, que la capacidad de consumo en aquellas provincias era de 30.000 toneladas, pero en la actualidad debe llegar a 90.000, sin que se piense en la creación de esa fábrica.
Planteamos aquí la necesidad de crear el Instituto CORFO del Norte. Nosotros pedíamos crear la Corporación para el Desarrollo del Norte, entidad que se encargaría del desarrollo integral de la zona y, en este caso, de resolver sobre el establecimiento de una fábrica productora de cemento en alguna de las provincias norteñas. Pedimos que fuera así, porque el norte, para hacer lo que necesita, no debe estar solicitando permiso a los representantes de las provincias centrales, instalados aquí en Santiago en el consejo mismo de la CORFO.
El problema consiste en que estamos supeditados. Parece que las provincias nortinas se han convertido en colonias y, en el hecho, se las trata como tales. En efecto, sus habitantes tienen derecho a voto y a elegir sus parlamentarios, pero no a resolver si, con sus propios recursos, pueden construir una fábrica de cemento. ¡Ese es el problema!
Otro aspecto de la situación que describo lo constituyen los monopolios. El cemento importado por Arica cuesta un tercio de lo que se cobra por el producto enviado al norte por las fábricas del centro del país, debido a que el cemento paga por concepto de flete, de La Calera a Iquique, un valor casi igual al del producto mismo. ¿Qué razón hay para seguir gastando sumas ingentes en fletes? ¿Qué razones justifican si estamos escasos de vehículos de transporte, seguir gastando en ese rubro, que implica mayor consumo de bencina, neumáticos y repuestos? Pienso que no tiene sentido insistir en esa política.
Pedimos que se nos deje construir esa fábrica; que se faculte a nuestros organismos regionales, particularmente al Instituto CORFO del Norte, para que ellos resuelvan sobre la materia. Pero no, señores Senadores: parecemos estar condenados a que la supeditación y la tutoría estén encima de las provincias del norte y a que éstas no puedan dar ningún paso.
Los estudios, hechos científicamente, demuestran que, desde el punto de vista comercial, se justifica instalar esa industria. Pero lo cierto es que si la resolución ha de aprobarse por la vía administrativa, jamás llegaremos a ella, porque habrá que pedir permiso al presidente de ||AMPERSAND||quot;El Melón".
El señor Pinto Lagarrigue, Ministro del régimen anterior, estuvo en Antofagasta y declaró que "estudiarían" la instalación de una fábrica de cemento en esa provincia. Vale decir, el norte tendría que seguir sometido al mismo monopolio, porque "estudiarían" si la planta de cemento se instalaría o no se instalaría.
Exijo respeto para mi región. Ella no merece ser tratada, como lo es bajo la organización imperante, en términos de metrópoli a colonia, en que todo se resuelve por la vía administrativa. Existe una dictadura económica en virtud de la cual las provincias están sometidas al estado central, lo que no permite organizar libremente empresas en distintos puntos del país. Tal es la realidad chilena. La disposición en debate tiende a romper esta maraña. El sistema vigente no es racional. En una economía socializada, debidamente planificada, esto no podría ocurrir. Para suprimir los intereses creados y romper la maraña existente en torno de este asunto, es imprescindible consignar en la ley un precepto imperativo como el que debatimos. Si se lo considera injusto, que quienes así piensan vengan al Parlamento a demostrarlo, para que, en tal caso, la legislación respectiva sea derogada. Que vengan a explicar por qué no se justifica la instalación de una fábrica de cemento en Antofagasta o en Iquique; que vengan a justificar que es económico transportar toneladas de material a lo largo de miles de kilómetros y demuestren que ello es útil para la economía del país.
Tal es la esencia de la indicación propuesta por nosotros. Si este Congreso es patriota; si desea encarar los problemas de Chile, la queja del norte y el desafío que viene haciendo mi región, debe aprobar el precepto, por lo menos para que se sepa y discuta la realidad sobre el problema.
La población de las provincias que represento está vivamente empeñada en que esa disposición se apruebe, y también lo está en que se le den razones sobre esta materia. Todos los sectores de las provincias del norte respaldan este artículo, desde nacionales a comunistas, pasando por radicales, democratacristianos y socialistas. Esto es un enfrentamiento entre la región del norte del país y el Estado central. Esta es la significación que tiene el precepto en debate, y pido que sea aprobado.
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