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- rdf:value = " La señora CARRERA.-
Señor Presidente, los Senadores socialistas queremos manifestar nuestra preocupación por la ola de huelgas existente en el país.
Durante la actual Administración nos hemos impuesto de numerosos conflictos de los trabajadores, que reclaman sus justas reivindicaciones frente al alza del costo de la vida y a los bajos reajustes. Y a las huelgas que ya hemos conocido, se sumaría ahora la de los médicos y trabajadores de la Salud.
El país sabe que tanto los médicos como los trabajadores de ese sector, en general, perciben rentas extremadamente bajas, y que son una especie de parias dentro de la Administración Pública.
Tal situación ha impulsado a esos servidores del Estado a iniciar una huelga, que muy pronto se hará efectiva.
Hemos visto también, con extrañeza y cierto temor, cómo mediante diferentes proyectos que se están sometiendo a la consideración del Congreso, se está destruyendo al Servicio en referencia. Precisamente, el Senado acaba de aprobar un proyecto en virtud del cual se permite la creación de las mutualidades de seguros, las que, en definitiva, causarán gran perjuicio a ese organismo al quitarle parte de sus escasos recursos. Esto, a nuestro juicio, es muy peligroso, porque el Servicio Nacional de Salud, en último término, es una especie de tampón en la sociedad chilena, puesto que defiende a los trabajadores. Aun cuando podría hacerlo en mejor forma -anuncio que próximamente haré una crítica respecto de su funcionamiento-, sirve a los asalariados en tal forma que constituye un auxilio en lo relativo a atención médica.
Si el Servicio Nacional de Salud es destruido, como parece desprenderse de las iniciativas de esa índole que están sometiéndose a la consideración del Parlamento, esta especie de tampón social dejará de existir, Y creo que, en último término, no serán los trabajadores los más perjudicados, sino incluso los personeros de la Derecha y de la Democracia Cristiana, pues ya se aprecia una agitación social aún mayor que la existente.
Esto es lo que nosotros hemos tratado de impedir, aun cuando, si fuéramos realmente consecuentes con los pronósticos de algunos diarios de la Derecha, como "El Mercurio", por ejemplo, deberíamos ayudar a que ese servicio sea destruido.
Creemos necesario defender esta conquista de los trabajadores, y ello constituye la razón de nuestras palabras de esta tarde.
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