-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595982/seccion/akn595982-po1-ds22-ds40
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1224
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1224
- rdf:value = " El señor CHADWICK.-
Señor Presidente, cuando la Honorable Corporación conoció el primer informe, recaído en este proyecto de ley, el Senador que habla advirtió de inmediato el vacío de que adolecía. No había indicación alguna que se refiriera al problema del salitre, nada que pudiera significar una mención al grave problema minero, que está en el origen y en la causa del atraso, de la despoblación y miseria que dominan en los departamentos de Iquique y Pisagua, a los cuales se pretende favorecer con un régimen de nuevas franquicias y exenciones tributarias que sólo pueden aprovechar unos cuantos empresarios.
Dije en aquella ocasión que, a mi juicio, era inconcebible que este alto Cuerpo Legislativo despachara un proyecto en tales términos; que ello parecía ser una renuncia a nuestra capacidad de formarnos juicio, mediante un estudio serio, acerca de los factores que determinan los males que se trata de corregir. Y mencioné muy especialmente la situación que allí domina: a una zona minera por excelencia, sometida al régimen de las pertenencias amparadas por el pago de ínfima patente, se la mantiene en la inactividad más absoluta, porque se entrega esta riqueza al control de unos voraces capitalistas extranjeros que se niegan a trabajarla.
Esos antecedentes pueden ser hoy día confirmados. En el departamento de Iquique hay 66.948 pertenencias mineras inactivas. Abarcan 397.932 hectáreas de superficie, que no pueden ser investigadas ni mucho menos explotadas por persona alguna, en razón de que los titulares de ellas pagan 33.953 escudos al año, algo así como 2.850 escudos mensuales, lo que podría equivaler al arriendo de una buena casa en uno de los barrios residenciales de Santiago. Con esa suma se puede tener congelada toda posibilidad de exploración, cateo, explotación o aprovechamiento de la riqueza minera del departamento de Iquique. ¡No importa que allá existan yacimientos de cobre, azufre, hierro, plata, manganeso, bórax u otras substancias! ¡No importa que haya allí salitre sometido al régimen de la propiedad minera anterior a la ley especial que lo rige! Basta pagar una patente anual insignificante para que nadie pueda discutir el derecho del titular de la pertenencia de mantenerla en la inactividad.
Si la situación de la minería en el departamento de Iquique debiera vertirse en cifras de estadísticas oficiales, sería menester agregar al número total de pertenencias de 1966, amparadas legalmente por medio de la patente, que asciende a 68.955, el de aquellas que estarían en trabajo, que sólo es de 1.986. Pero este dato es manifiestamente inductivo a error, porque al formar las estadísticas se califica de pertenencias en actividad a todas las que forman el grupo cuando una sola de ellas está en funciones.
Estoy seguro de que quien conozca el departamento de Iquique no podrá desmentirme en la afirmación de que, de las 68.955 pertenencias, ni siquiera 1.986 están en trabajo.
En el departamento de Pisagua, que también se trata de favorecer mediante este proyecto de ley, la situación es todavía mucho más categórica: no existe una sola pertenencia minera en funciones, según los datos recogidos por los organismos oficiales, en este caso, el Servicio de Minas del Estado. En 1966 no hubo ni una sola pertenencia en trabajo. Pero mediante el pago de E° 521,86 al año, o sea una suma aproximada a Eº 43,49 al mes, se mantienen inactivas 15.558 hectáreas de terreno concedidas a particulares, porque en ellas, según se ha afirmado, existen numerosas riquezas que esos particulares se proponían explotar.
El país entero presenta un cuadro muy semejante: hay 4.052.870 hectáreas concedidas por el Estado a los particulares, a fin de que éstos beneficien o laboren las minas que dicen haber encontrado y que, según han manifestado, contienen riquezas que se proponen explotar. En esa extensión de hectáreas no existe trabajo alguno en la realidad, salvo por excepción. Lo común, lo ordinario o lo que se puede comprobar, explorando nuestras montañas, es que los terrenos mensurados permanecen en el más absoluto abandono. Nadie los trabaja," nadie los explota, nadie realiza funciones de cateo, aparte algunos asientos muy conocidos que hacen excepción a esta regla.
Pero en toda esa superficie de terrenos que pueden ser estimados en más o menos tres veces la extensión cultivable de Chile, donde hay necesariamente yacimientos de las más diversas especies, los titulares de las pertenencias prohíben catar, cavar, explorar y, con mayor razón, explotar las minas que allí se encuentran.
El señor Luengo (Vicepresidente).-
¿Me permite, señor Senador?
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595982
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/595982/seccion/akn595982-po1-ds22