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- rdf:value = " El señor ALLENDE.-
Me congratulo de haber presentado, en nombre del Partido Socialista, el proyecto que la Corporación aprobó en general esta mañana.
Cuando la iniciativa, se discutió en la Comisión de Agricultura, asistieron el señor Ministro del ramo y otros técnicos del Gobierno. Ha sido también muy plausible la idea de invitar al debate en la Sala al señor Trivelli. Jamás pensé que el señor Ministro se hubiera despreocupado del problema. Lógicamente, es un técnico respetado y, por lo tanto, tenemos conciencia de que, desde el punto de vista administrativo, ha tomado todas las medidas urgentes y adoptará las demás que sean necesarias.
En nuestro planteamiento, ha habido un espíritu de cooperación ante una catástrofe de gran significación nacional. Cabe anotar que se han formulado diversas indicaciones, entre ellas algunas mías, que mejorarán el proyecto.
Quiero, sí, decir que de las propias palabras del señor Ministro en la mañana de hoy se deduce que las proyecciones que puede tener la sequía son mucho mayores de lo que la gente imagina. La gravedad de este fenómeno no repercutirá con toda su intensidad durante este mes ni el próximo, sino el año venidero. De ahí que, en un país que habitualmente importa 200 millones de dólares en alimentos y donde el 60% de la población ingiere una alimentación deficiente, las consecuencias pueden ser extraordinarias.
Para hacer frente a esta situación, cabe, además de las medidas adoptadas, una gran definición del Gobierno para elaborar una política de guerra, en el buen sentido de la palabra. De guerra contra el hambre de los que viven en la desocupación, la que, sin duda, se acrecentará; de guerra para salvar el capital acumulado por el esfuerzo da muchas personas; para, por sobre las diferencias económicas y sociales, salvar al trabajador chileno, sea pequeño, mediano o gran propietario, en especial a los más débiles: los campesinos; para proteger efectivamente a miles y miles de nuestros compatriotas que, además de su vida brutalmente oprimida y explotada, se ven enfrentados hoy día a un hecho de proyecciones peligrosísimas, durísimas, para la economía nacional y, fundamentalmente, para el hombre mismo.
De ahí que, junto a los más amplios sectores, en especial los de Oposición, inste al señor Ministro a tomar todas las providencias del caso. Y en la medida en que sean más drásticas, más firmes, y estén enmarcadas en una política definida que otorgue un amparo más efectivo y justo a las situaciones que lo requieran, tendrá todo nuestro apoyo.
Al país se le presenta una gran oportunidad frente a este desafío del destino. O somos capaces de sobreponernos a él, o sencillamente todos los chilenos pagarán las consecuencias de nuestra incapacidad -y no hablo sólo del Gobierno- para sobrellevar este drama de la historia, que plantea tantas interrogantes. Si superamos la crisis de Chile mediante un gran esfuerzo y logramos transformar esta derrota en victoria, se hablará de un pueblo consciente en el camino de su propia creación.
Por eso, reitero al señor Ministro que estamos atentos para ver de parte del Gobierno la mayor decisión en intensificar, como dijo el Honorable señor Chadwick, el proceso de la reforma agraria, instrumento que puede aplicar sólo el Ejecutivo. Apoyamos esta materia en el momento oportuno, como lo reconoció deferentemente el propio Ministro de Agricultura.
Planteado lo anterior, y por la premura del tiempo, no puedo referirme a los distintos aspectos que dio a conocer el señor Ministro. En todo caso, los estudiaremos, pues constituyen un cúmulo de iniciativas que pueden ser efectivas para superar esta etapa de emergencia.
Termino esta parte de mi intervención reiterando que esperamos atentos las futuras medidas que habrá de tomar el Gobierno.
En seguida, en los minutos que me restan, deseo señalar que ha hecho bien la Honorable señora Carrera, Senadora, compañera y amiga, al destacar cuál ha sido su intervención y la realidad de lo ocurrido en el fundo San Miguel, de la comuna de San Esteban.
Sólo quiero insistir en que durante dos horas y media Santiago y el país fueron bombardeados por la noticia de la detención, por delito flagrante, de la Honorable señora María Elena Carrera. Inclusive, conversé con diferentes colegas que estaban presentes, como los Honorables señores Aylwin, Fuentealba, Gumucio y Chadwick, quienes demostraron interés, y les pedí que, como abogados, estudiaran la situación que se creaba. Por suerte, minutos después, al llamar por teléfono al Director General de Carabineros, el propio Director manifestó que las informaciones habían sido erradas, que la doctora
María Elena Carrera había contribuido a evitar que los daños fueran mayores y que su actitud no había sido otra que la de mediadora.
Sin embargo, no ha habido una aclaración amplia del Gobierno en este sentido, ya que las primeras declaraciones hechas por el señor Ministro del Interior sobre esas noticias equivocadas provocaron un eco contrario a la Honorable señora Carrera, que no es admisible dejar que se mantenga. Debe esclarecerse, y con amplitud.
En seguida, es preciso destacar que los campesinos, como lo decía nuestra Honorable colega, han estado cuarenta y siete días en huelga, luchando por diez escudos al día. Y aún se les quería negar el pago de los días no trabajados. Si así fuera, aunque se les concedieran los diez escudos, obtendrían en realidad, a duras penas, si es que los obtienen, nueve escudos. Esta exigua cifra torna superfluo todo comentario.
En cuanto a lo que destacan los medios de publicidad -la lista ridícula de las armas, que no puedo detallar por falta de tiempo, y el comentario de que se ha encontrado una metralleta boliviana--, nosotros sabemos hasta qué extremos, por desgracia, se recurre a veces. Espero que no sea una provocación. Pero es indiscutible que esos campesinos pudieron haberse defendido. Ese no era su ánimo ni su propósito. Lo único que reclamaban era que siquiera el Ministro del Trabajo actuara como tal, en el lugar de los hechos, y buscara una solución definitiva a su con-flicto.
Hoy día "El Mercurio" viene cargado contra el terrorismo. Ante la publicación que también mencionó la Honorable señora María Elena Carrera, con relación a lo ocurrido en el sindicato Saba, de la firma Wagner, Stein y Compañía, quiero hacer presente lo siguiente: ese sindicato no está afiliado a la CUT. Pertenece a la FEDELMET, que es una federación de los trabajadores metalúrgicos desvinculada de la Central Unica de Trabajadores y conectada directamente a la ORIT, que está financiada por capitales americanos. De ello he sido informado responsablemente por el señor Jaque, dirigente sindical de la CUT. Los miembros del sindicato Saba se negaron a dar participación en una asamblea de sus asociados a los dirigentes provinciales de la Central Unica de Trabajadores. Con esto, no quiero culpar por el incendio de la empresa a los trabajadores afiliados al sindicato Saba, ni a sus dirigentes, sino señalar, frente a la maraña de informaciones intencionadas, que la CUT nada tiene que ver con ese sindicato.
Pienso que los obreros que estuvieron ocupando esa empresa durante casi tres meses no son responsables de lo ocurrido, que, por desgracia, es consecuencia de la actuación policial. Pero es menester precisar hasta dónde se silencian hechos que comprueban que los trabajadores chilenos actúan en forma muy responsable, como en este caso lo ha demostrado el directorio de la CUT.
Nada más.
"
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