-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds23
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds11
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds17
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds8
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds13
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds15
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds19
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds20
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds10
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds7
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds14
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds21
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds18
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds12
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds9
- bcnres:tieneSeccionRecurso = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1-ds6-ds16
- bcnres:tieneTramiteConstitucional = bcnbills:SegundoTramiteConstitucional
- dc:title = "DIVISION DE PREDIOS RUSTICOS DE SUPERFICIE SUPERIOR A 80 HECTAREAS."^^xsd:string
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnses:SeccionProyectoDeLey
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/488
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2623
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2218
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1617
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/4403
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3728
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/322
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/161
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2601
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/321
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3049
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1450
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2591
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2435
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2967
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/2836
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1694
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3514
- bcnres:tieneTramiteReglamentario = bcnbills:DiscusionParticular
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/division-de-predios-rusticos
- bcnres:tieneMateria = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/reforma-agraria
- bcnres:tieneResultadoDebate = bcnres:seApruebaEnParticularConModificaciones
- bcnres:tieneTerminoLibre = http://datos.bcn.cl/recurso/tema/division-de-predios-rusticos
- rdf:value = " DIVISION DE PREDIOS RUSTICOS DE SUPERFICIE SUPERIOR A 80 HECTAREAS.El señor FIGUEROA (Secretario).-
Corresponde tratar el segundo informe de las Comisiones unidas de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento y de Agricultura y Colonización, recaído en el proyecto de ley que prohíbe la división, hijuelación o parcelación de todo predio rústico de superficie superior a 80 hectáreas sin previa autorización del Consejo de la Corporación de la Reforma Agraria.
-El proyecto figura en los Anexos de la sesión 86ª, en 29 de marzo de 1966, documento Nº 6, página 5359, y los informes, en los de las sesiones 91ª, en 6 de abril, documento Nº 2, página 5918, y 98ª, en 19 de abril de 1966, documento Nº 7, página 6438.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
Las Comisiones unidas hacen presente que no han sido objeto de indicaciones los artículos 5º, 6º, 7º, 8º y 9º, propuestos en su primer informe.
El señor REYES (Presidente).-
De conformidad con el artículo 106 del Reglamento, quedan aprobados.
-En seguida, sin debate, se aprueban las enmiendas propuestas por las Comisiones unidas a los artículos 1º, 2°, 3º, 4º, 10 y 11.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
A continuación, las Comisiones proponen agregar los siguientes artículos nuevos:
"Artículo 12.- Los campesinos que celebren convenios de explotación de tierras con la Corporación de la Reforma Agraria podrán adquirir cuotas de ahorro agrícola, para los fines señalados en el artículo 152 del DFL. RRA. Nº 11 de 1963, aun cuando no estén inscritos en el Registro de Aspirantes a Colonos o no se les haya hecho entrega de su respectiva unidad.
"Dichos campesinos podrán solicitar de la Corporación referida les restituya el valor de las cuotas de ahorro agrícola, reajustado en la forma señalada en el artículo 145 del DFL. RRA. Nº 11 de 1963, más sus respectivos intereses. Dicha suma se devolverá al interesado en un plazo no superior a 90 días contado desde la fecha de presentación de la respectiva solicitud.
"El reajuste correspondiente se calculará aplicando el coeficiente resultante de la comparación del promedio de los 12 índices mensuales anteriores a la fecha de adquisición de la cuota de ahorro, con el correspondiente promedio de los 12 meses anteriores a la fecha de la solicitud de devolución respectiva".
El señor REYES (Presidente).-
En discusión.
Ofrezco la palabra.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
¿Qué significa la sigla RRA que consigna este artículo?
El señor REYES (Presidente).-
Corresponde al reglamento de la ley de Reforma Agraria.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
A mi juicio, habría sido suficiente señalar el decreto con fuerza de ley.
El señor FUENTEALBA.-
Es que puede haber varios.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
No había visto antes un enunciado de este tipo. Me parece que debe suprimirse.
El señor RODRIGUEZ-
Debe enmendarse.
El señor CORBALAN (don Salomón).-
Como ha podido observar el Senado, el segundo informe de este proyecto se ha ido aprobando con bastante facilidad.
Nos hemos abstenido de emitir juicios, a pesar de tener reservas sobre varias disposiciones. Habríamos preferido un texto mejor, incluso, en algunos casos, el contenido en el primer informe. Sólo por la urgencia de despachar el proyecto en el menor tiempo posible, no hemos aspirado a la perfección y nos conformamos con que se apruebe en la forma como lo está haciendo la Sala, a fin de que empiece a cumplir sus objetivos cuanto antes.
El nuevo artículo 12 propuesto contiene una idea interesante, que aprobamos en las Comisiones: la posibilidad de iniciar un proceso de ahorro por los campesinos que trabajan en un asentamiento, vale decir, en una forma de explotación colectiva, en una sociedad entre los obreros agrícolas y la Corporación de la Reforma Agraria. Los resultados de los asentamientos, de estas formas colectivas de explotación agrícola, han sido muy buenos, pues han permitido aumentar la producción de los predios. Ello redunda en beneficio para el país y para los campesinos, por los beneficios cuantiosos que éstos están recibiendo, con relación a los que obtenían antes, cuando sólo desempeñaban trabajo asalariado. Pues bien, este artículo nuevo abre el camino para que esos trabajadores den comienzo a un proceso de acumulación y de ahorro, de modo que, si no tienen una inversión concreta y positiva que hacer, no se sientan impulsados a gastar los recursos que han obtenido por primera vez de esa forma de trabajo colectivo.
De esta manera, más adelante estarán en inmejorables condiciones de aspirar, merced a la aplicación de la reforma agraria, a la compra de un predio o de una parcela, o, fundamentalmente, a nuestro juicio, a la adquisición de los terrenos que trabajan en forma colectiva, para continuar explotándolos en la misma forma.
Por eso, concurrimos a la aprobación de este precepto.
Para la historia del establecimiento de la ley, quiero dejar constancia de que la intención de las Comisiones, corroborada por el señor Ministro de Agricultura, fue permitir a los campesinos retirar parte o la totalidad de sus cuotas de ahorro agrícola, sistema creado por el artículo 152 del decreto con fuerza de ley Nº11, sobre reglamento de la reforma agraria, porque para ellos puede ser más conveniente, en determinado momento, invertir esos recursos en otros fines.
El inciso segundo del artículo 12 propuesto dice: "Dichos campesinos podrán solicitar de la Corporación referida les restituya el valor de las cuotas de ahorro agrícola, reajustado en la forma señalada. . .". No debe entenderse que la restitución del valor de las cuotas de ahorro se refiera a la totalidad de ese valor. También puede retirarse sólo una parte de él.
Ese fue el criterio que inspiró a las Comisiones. Y si no queda establecido claramente en el texto positivo del artículo, por lo menos se deja constancia de su alcance en la historia de la ley.
Me agradaría que el señor Ministro confirmara si mi interpretación es correcta o no lo es, a fin de que, en el primer caso, ratifique la idea que ha de quedar consagrada en la historia de esta disposición.
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
En efecto, el propósito es facultar a los campesinos para retirar parte o la totalidad de las cuotas de ahorro que hayan depositado.
Por otra parte, tal como lo ha explicado el señor Senador, el sentido de este artículo es autorizar a los. campesinos que no están inscritos en el Registro de Aspirantes a Colonos de la Corporación de la Reforma Agraria, para que puedan hacerlo, ya que hoy día les es imposible, por prohibirlo la ley.
El señor GONZALEZ MADARIAGA.-
Si se trata de permitir a los campesinos retirar todo o parte del valor de sus cuotas de ahorro, como lo han expresado el
Honorable señor Corbalán y el señor Ministro, ¿por qué no lo establecemos expresamente, en lugar de dejar una constancia en la historia de la ley? Bastaría agregar, después de la frase "el valor de las cuotas de ahorro agrícola", lo siguiente: o parte de él".
Formulo indicación en ese sentido.
El señor IBAÑEZ.-
Señor Presidente, por el hecho de estar pareado, no he intervenido en la votación de los artículos anteriores; pero los Senadores que representan a los Partidos Liberal y Conservador se han opuesto a las disposiciones propuestas por las Comisiones unidas.
Deseo dejar testimonio de que somos absolutamente contrarios a todas las disposiciones que se están aprobando. No repetiré razones, pues ya las dimos durante la discusión general del proyecto. Lo somos, desde luego, por motivos de carácter constitucional, pues la iniciativa, a nuestro juicio, constituye un atropello a derechos muy claros y un despojo a los actuales propietarios de la tierra; pero estamos en contra de esta disposición, en particular, porque a la inversa de lo que aquí se ha sostenido, estimamos que el proyecto de ley, así como otras iniciativas del Ejecutivo, está produciendo ya -ello habrá de acentuarse en breve plazo- una fuerte caída en la producción agropecuaria y disminución de los abastecimientos de artículos alimenticios, que tanto necesita el país.
Me interesa en especial dejar testimonio de estas palabras, pues estoy cierto de que a corto plazo será preciso señalar a los responsables del desastre agrícola que se producirá en Chile. Advierto un grupo de políticos y funcionarios entusiastas partidarios de las medidas que se están aprobando. Deseo que esas personas permanezcan en el país cuando llegue el momento de asumir las responsabilidades. Me refiero, en especial, a funcionarios que fácilmente encuentran ubicación en organismos internacionales, que continúan haciendo en otras naciones el mal que han causado en un país. En Chile, podríamos señalar algunos casos, a los cuales me he referido anteriormente. Hay personas, por ejemplo, que han participado en forma activa en la reforma agraria cubana, y que hoy disfrutan de espléndida situación en nuestro país, en circunstancias de que el pueblo de Cuba ha sido víctima de sus desvarios y está sujeto a los más severos racionamientos.
Por este motivo, y deslindando responsabilidades, deseo dejar en claro que los Senadores de estas bancas somos absolutamente contrarios al proyecto en debate. Y en cuanto a la disposición que discutimos, no comparto la opinión de nuestro colega el Honorable Senador Corbalán, en el sentido de que los asentamientos han dado resultados positivos. Dentro de poco, espero traer antecedentes al Senado para demostrar en forma absoluta todo lo contrario de lo que asevera Su Señoría, y me agradaría mucho que el señor Senador pudiera respaldar su afirmación con cifras y antecedentes concretos.
En cuanto al artículo 12, que discutimos, me parece que su texto deja una impresión contradictoria con lo que expresaba el Honorable señor Corbalán. En efecto, en él se habla de que los "campesinos podrán solicitar de la Corporación referida les restituya el valor de las cuotas de ahorro agrícola...". Aparentemente, se trata de retirar esas cuotas de ahorro, y se establece que la devolución se hará con los reajustes e intereses correspondientes. No se trata, por lo menos en sentido directo, de hacer ahorros con el objeto de adquirir tierras, sino de dar facilidades para retirar tales ahorros, los que se suponía tenían aquella finalidad.
Yo rogaría -por este motivo solicité la palabra- que se diera una explicación con el objeto de dejar en claro el alcance del artículo, pues de su texto literal, por lo menos, entiendo lo contrario de lo que manifestaba el Honorable señor Corbalán. El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).- Quisiera hacer un poco de historia respecto del artículo 12, cuya aprobación pende del Honorable Senado.
Se ha planteado aquí la posibilidad de-restituir a los campesinos las cuotas de ahorro, porque esos dineros han sido acumulados por ellos y depositados en la CORA.
¿De dónde provienen esas cuotas de ahorro y por qué pedimos que ellas se acepten, aun cuando los campesinos no estén inscritos en el registro de postulantes a colonos? Provienen de las utilidades, de los mayores ingresos, realmente impresionantes, logrados en los asentamientos campesinos, como por ejemplo, en los de Choapa: Santa Inés, Los Arcángeles, etcétera, para no nombrarlos todos. En estos momentos hay allí más de dos mil familias trabajando la tierra.
El programa de asentamiento campesino, como hemos repetido, es un proceso transitorio previo a la entrega de la tierra, como propiedad individual, a cada familia, en unidades de tamaño familiar. El hecho concreto es que el trabajo de los asentamientos se realiza mediante sociedades constituidas por los campesinos que trabajaban en fundos traspasados a la CORA, cualquiera que sea su origen -fiscal o particular-, entidad regida por las normas de la sociedad civil del Código respectivo. Y dicho texto se promulgó en 1856; vale decir, tiene más de 100 años de vigencia. Se mantiene, más o menos, la misma estructura que tenía el fundo antes de ser fiscal.
El señor CURTI.-
Pero no se paga.
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
No se destruye el sistema productivo: se mejora la técnica, la gente trabaja para sí, pues gran parte de las utilidades del asentamiento no pasan al dueño de la tierra -transitoriamente es la Corporación de la Reforma Agraria-, sino que la perciben los mismos campesinos.
El señor CURTI.-
Con el dinero ajeno.
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
Estos se constituyen en sus propios patrones y directores, de modo que trabajan con gran interés. Al efecto, quisiera citar como ejemplo el caso de Choapa, donde durante muchísimos años, mientras los fundos no pasaron a poder de la CORA, éstos arrojaban enormes pérdidas; sin embargo, ahora la producción, posiblemente, se duplicará o triplicará. Hay asentamientos como el de Santa Inés, en donde la producción excede al doble de la antigua, y en donde los ingresos de los campesinos, en algunos casos, se han cuadruplicado o quintuplicado.
Pero es éste un período de transición. Ya tendremos ocasión de discutirlo...
El señor IBAÑEZ.-
En un debate especialmente ilustrado, sobre todo lo relativo al Choapa.
El señor CURTI.-
No se ha pagado un centavo a los propietarios.
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
...cuando tratemos el proyecto de reforma agraria. Será entonces más oportuno que seguir abundando ahora sobre el problema, pues tendremos ya realizados programas concretos y terminados los balances del ejercicio y el resultado de los asentamientos en el período transcurrido.
De acuerdo con el sistema antiguo, cuando la Caja de Colonización Agrícola adquiría los fundos, desahuciaba a todos los trabajadores y se paralizaban las actividades. Ahora, en cambio, siguen explotándose, y al saber los campesinos que laboran para sí, lo hacen con mayor esmero. En el caso del Choapa, que denantes citaba como ejemplo, durante muchos años ese predio no fue objeto de explotación acertada, y produjo pérdidas, por carecer de suficientes capitales. Ahora, los vivientes pusieron a trabajar como bueyes a más de setecientos novillos de tres y cuatro años, cosa que, sencillamente, nunca hicieron antes. La perspectiva del provecho propio impulsa a los campesinos a rendir más -repito-, y éstos no sólo aportan su trabajo personal, sino también el de su equipo.
En lo atinente a la disposición en debate, se trata de permitir a los campesinos, que han comprado animales y maquinaria y no quieren malgastar el dinero que les queda, invertirlo en cuotas de ahorro. Se ha propuesto esta iniciativa a solicitud de ellos mismos, lo cual está indicando que tienen qué invertir...
El señor IBAÑEZ.-
¿En qué?
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
En las cuotas de ahorro agrícola que aquí se establecen, que son reajustables. Se les da la posibilidad de retirarlas si lo desean.
El señor IBAÑEZ.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor REYES (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Corbalán.
El señor CORBALAN (don Salomón).-
Si el Honorable señor Ibáñez desea una interrupción, se la concedo de inmediato.
El señor IBAÑEZ.-
Con la venia de la Mesa, deseo decir que el señor Ministro no ha dado respuesta, en absoluto, a la pregunta que formulé.
De las explicaciones que le hemos oído, pareciera desprenderse que esas explotaciones del valle del Choapa hubieran tenido gran éxito, pero como aquéllas son muy parciales, muy fragmentarias, pueden servir tanto para explicar un gran éxito como un gran fracaso. Lo que yo veo queda en pie...
El señor FUENTEALBA.-
Vaya Su Señoría a conversar con los campesinos del Choapa.
El señor IBAÑEZ.-
Iré a conversar con ellos, y también explicaré por qué han llevado allá algunos productos de La Ligua, y preguntaré al señor Ministro cuánto dinero han gastado en Choapa la Corporación de la Reforma Agraria y el INDAP. Tal vez pueda darnos esta cifra, que es muy importante conocer.
El señor CORBALAN (don Salomón).-
Señor Presidente, en primer término quiero aclarar aún más al Honorable señor Ibáñez el alcance de este inciso, porque veo que no lo ha comprendido.
Actualmente, de acuerdo con las disposiciones de la ley vigente, existe el sistema de cuotas de ahorro de reforma agraria. Pero pueden ahorrar sólo aquellos campesinos que ya estén inscritos en el registro respectivo como aspirantes a obtener tierras mediante aquel mecanismo legal. Ha surgido, con motivo de los asentamientos, un nuevo hecho, que, por supuesto, no existía cuando aquella ley y su reglamento se dictaron: se ha realizado una experiencia de trabajo colectivo, que ha sido altamente positiva y ha dado espléndidos resultados. El balance de esa experiencia nos indica que los campesinos que pertenecen a tales asentamientos, que han trabajado en ellos, obtienen ahora, al término del año agrícola, una gran utilidad, que jamás antes percibieron, porque eran asalariados, y ahora están trabajando en beneficio propio y en forma colectiva. Se trataba, entonces, de abrir una posibilidad para que esa ganancia obtenida por los miembros del asentamiento pudiese ahorrarse, acumularse, con el mismo objetivo básico: que los campesinos puedan llegar a tener tierras. Como existía la cuota de ahorro de reforma agraria, era lógico hacer esa acumulación por ese medio, y no en el Banco del Estado ni en cuotas de ahorro CORVI.
Tiene por objeto, pues, esta disposición que no sólo puedan ahorrar quienes estén inscritos en el registro, como lo disponen la actual ley y su reglamento, sino también los ciudadanos que no se encuentren inscritos y que formen parte de los asentamientos. Para eso era necesario dictar un precepto legal: el que ahora se propone.
Ahora bien, como es perfectamente posible que, producido el ahorro, durante el primer año o el segundo, este campesino tenga necesidad de comprar algún equipo para su trabajo o de hacer alguna inversión para mejorar sus condiciones de vida, y requiera para ello de esos dineros depositados en cuotas de ahorro, o de parte de ellos, se le da la posibilidad de rescatarlos en el momento en que lo desee. Y puesto que, como dicen los abogados, la ley manda, prohíbe o permite, se permite el retiro de los ahorros. Lo que queremos dejar perfectamente en claro es, ya que no lo prohibirá la ley, que ellos puedan retirarse parcial o totalmente.
No es otro el alcance del artículo y de las observaciones que hemos hecho.
Quiero referirme también, de paso, con el fin de que no queden sin respuesta, aunque sea transitoria, a dos asuntos señalados por el señor Senador. El primero dice relación a los asentamientos. Nos anuncia que traerá antecedentes al Senado para demostrar el fracaso de aquéllos. Le agradeceré avisar cuando los traiga para yo hacer lo mismo y demostrar, también con antecedentes, el éxito de los asentamientos; antecedentes que, desde ya anticipo, son altamente positivos, pues demuestran que han arrojado utilidades importantes para un sector de campesinos de nuestro país que, aunque insignificante en número todavía, jamás habían recibido alguna utilidad que les permitiera, siquiera en grado mínimo, la capitalización o el ahorro que ahora se ha producido.
La segunda observación no constituye en absoluto una sorpresa; pues en cada ocasión que le es posible, el Honorable señor Ibáñez plantea el fracaso de la revolución cubana en lo referente a la reforma agraria. Deploro que esta apasionada y sostenida actitud del señor Senador lo lleve a una miopía tal que le impida ver lo que es inobjetable en este instante: la reforma agraria ha significado un salto extraordinario. . .
El señor CURTI.-
¡En el vacío!
El señor CORBALAN (don Salomón).-
...dentro de la economía cubana, tan importante y trascendente que hoy muchos países miran esa experiencia como un ejemplo digno de estudio, no para imitarla, sino con el fin de sacar las enseñanzas necesarias para realizarlas en otros paises. Basta señalar todos los índices de crecimiento registrados por la producción cubana.
Alarma al señor Senador el problema de los racionamientos, que hoy prácticamente no existen en Cuba, pero no lo inquieta algo fundamental, la causa del racionamiento: el' bloqueo a que se encuentra sometido ese país, impedido de mantener intercambio con ninguno de los países latinoamericanos. Está bloqueado por las armas por el imperialismo norteamericano. Sin embargo, a pesar de ese bloqueo y de que los productos agropecuarios que consumía Cuba provenían en porcentaje superior a 60% ó 70 por ciento, de territorio norteamericano, hoy puede prescindir de dicha importación.
Por lo tanto, sostener esa acusación del todo gratuita a la experiencia de la revolución cubana e insistir en ella, sólo demuestra obstinación, ceguera y apasionamiento, que, evidentemente, no justifican lo que aquí se ha aseverado.
El señor IBAÑEZ.-
Me resulta difícil conciliar la información que nos ha dado el Honorable señor Corbalán, cuya buena fe no pongo en duda en absoluto, con las que he proporcionado hace algunos instantes. Porque si la población de Cuba ha disminuido por el éxodo de muchos de sus habitantes, no se advierte la necesidad de racionar alimentos.
La señora CAMPUSANO.-
Ello se debe a que ha aumentado el poder de compra de la masa cubana. Antes moría de hambre por falta de trabajo; en cambio, hoy la inmensa mayoría tiene ocupación y, por lo tanto, dispone de dinero para comprar alimentos, vestuario, etcétera.
El señor IBAÑEZ.-
Deploro tener una información del todo diferente de la proporcionada por la Honorable señora Senadora.
El señor RODRIGUEZ.-
Al Honorable señor Ibáñez le llegan sólo ciertas informaciones.
La señora CAMPUSANO.-
Su Señoría tiene informaciones; en cambio, yo he visto el problema en el terreno mismo.
El señor IBAÑEZ.-
A todos consta cómo muchos cubanos salen de su país, lo cual permite suponer que no son tan promisorias las oportunidades de trabajo que allí existen.
El señor TEITELBOIM.-
Son los mismos que aquí se oponen a la reforma agraria.
El señor IBAÑEZ.-
No puedo contestar a todos al mismo tiempo, pero sí, y con mucho agrado, a uno por uno.
Reitero que debemos analizar el régimen de asentamientos en Chile. Debe de ser un sistema magnífico, porque uno muy semejante existe en la Unión Soviética y constituye gran problema económico para ese país. Allá tuvimos ocasión de conocer las sumas que gasta el Gobierno soviético en mantener ese régimen agrícola. En ninguna parte escuchamos que estuvieran satisfechos por el desarrollo del tipo de propiedad conocido como "koljozes". Siempre se nos dio a entender que los "sovjo-zes" eran muy superiores a los primeros. Se nos informó que el Kremlin -el Soviet Supremo- debía gastar una suma equivalente a siete mil millones de dólares anuales en subvencionar ese régimen agrícola. No me pareció...
El señor TEITELBOIM.-
¿ Me concede una interrupción?
Consta a Su Señoría que ambos escuchamos iguales cosas, pues estuvimos presentes en las mismas reuniones, junto con toda la delegación de parlamentarios chilenos que visitó la Unión Soviética.
Recuerdo que varias veces, por parte de algunos miembros de nuestra delegación, se hizo a distintos funcionarios soviéticos, algunos de ellos de muy alta categoría -Ministros o gente muy relevante-, preguntas acerca de cuál sistema de explotación es mejor, el de los "koljozes" o el de los "sovjozes", o sea, la explotación agrícola por medio de granjas del Estado o 'la explotación agrícola colectiva por los propios campesinos. Siempre se contestó que uno y otro sistemas eran adecuados para la Unión Soviética; que había diferencias de regiones y de tipos de cultivo que aconsejaban uno u otro, pero nunca ningún dirigente soviético expresó que un sistema fuera mejor que el otro.
Se dijo que el ritmo industrial era superior al agrario, hecho que acontece en todos los países del mundo, y que, sobre todo por razones climáticas, había problemas que superar. Se agregó que tenían sumo interés en impulsar más la agricultura. Reconocieron defectos, porque eso constituye la esencia del sistema socialista, que no lo estima todo perfecto. Hay insatisfacción creadora, pero ello no debe interpretarse como la confesión de un fracaso que no existe y que, por lo tanto, nunca se ha reconocido. Muchas gracias.
El señor IBAÑEZ.-
Efectivamente, como dice el Honorable señor Teitelboim, en la Unión Soviética existe insatisfacción.
El señor TEITELBOIM.-
Creadora.
El señor IBAÑEZ.-
Me permito poner en duda, que sea creadora, a juzgar por la tremenda sangría de divisas que significa a ese país el fracaso de su agricultura.
Creo que con el Honorable señor Teitelboim tenemos una distinta percepción...
El señor TEITELBOIM.-
Lo que tenemos son concepciones diferentes.
El señor IBAÑEZ.-
En ningún momento encontré en la Unión Soviética euforia o entusiasmo respecto de los resultados de la política agraria. Recuerdo perfectamenta que en todas partes se nos dijo, por lo menos desde el punto de vista técnico, de producción y de productividad, que los "sovjozes" eran mejores que los "koljozes". Este último sistema se asemeja mucho a los asentamientos puestos en práctica en Chile.
En todo caso, el hecho es que después de casi 50 años de revolución, la Unión
Soviética produce en muchos rubros la misma cantidad -o, tal vez, menor- que en tiempo de los zares.
El señor TEITELBOIM.-
Eso no corresponde a las estadísticas.
El señor IBAÑEZ.-
Son considerables las adquisiciones que, año a año, debe hacer la Unión Soviética.
El señor TEITELBOIM.-
Esas cifras no corresponden a la realidad. Su Señoría está equivocado.
El señor IBAÑEZ.-
No puedo estar equivocado, porque las compras que se hacen en el mercado mundial son de todos conocidas.
El señor CURTI.-
El año pasado la Unión Soviética compró 97 millones de quintales de trigo.
El señor TEITELBOIM.-
Es que antes, como hizo presente la Honorable señora Campusano respecto de Cuba, la gente moría de hambre en Rusia.
El señor IBAÑEZ.-
Estudiaré la experiencia chilena en el terreno mismo. Anticipo al señor Ministro de Agricultura que conversaré con los campesinos. . .
El señor ALLENDE.-
¡No lo van a entender !
El señor IBAÑEZ.-
..., no con los funcionarios.
Advierto a Su Señoría que con los campesinos siempre me he entendido muy bien. Siempre me han comprendido. . .
El señor CURTI.-
¡Los funcionarios, nunca!
El señor IBAÑEZ.-
Efectivamente, no así los funcionarios ni los miembros del partido de Gobierno.
Me excusarán que haga esta precisión y diferencia, porque soy un tanto escéptico respecto de las informaciones que da la Democracia Cristiana. Después de esa reunión fantasma de campesinos en Temuco, tengo muchas dudas sobre las informaciones oficiales, . . .
El señor FUENTEALBA.-
¡Concurrieron 12 mil campesinos!
El señor IBAÑEZ.-
...sobre todo de las que entrega el partido de Gobierno. Por lo tanto, haré una investigación personal cuyo resultado comunicaré oportunamente al Senado.
El señor CORBALAN (don Salomón).-
¿Me permite una interrupción, señor Senador?
Se ha dicho aquí que la Unión Soviética ha importado una cantidad muy considerable de trigo, . . .
El señor CURTI.-
Noventa y siete millones de quintales, principalmente de Canadá.
El señor CORBALAN (don Salomón).-
... lo cual significaría, siguiendo el razonamiento del Honorable señor Ibáñez, que esa nación está ahora en situación peor que en la época de los zares.
Si aplicamos el mismo razonamiento a Chile, resultaría que estamos trayendo del exterior más de tres millones de quintales de trigo, en circunstancias de que en la época colonial no importábamos este cereal. ¿Querría decir que hoy estamos en peores condiciones que en la Colonia? Tal sería la conclusión, de aplicarse ese razonamiento tan simplista.
Comprendo que para el Honorable señor Ibáñez constituya un drama muy serio comprobar que sus ideas están quedando del todo obsoletas; que no tienen vigencia en la actualidad, y que, mal que le pese y aunque no le guste el sistema de explotaciones colectivas de asentamientos, éste ha dado grandes resultados, lo cual destruye la tesis de que el interés y el incentivo individual son los únicos capaces de promover el progreso y el desarrollo de un país.
Evidentemente, es un drama serio el que vive el señor Senador y todos los miembros del sector político que interpretan formas de vida y estructuras sociales pertenecientes al pasado.
El señor IBAÑEZ.-
Está profundamente equivocado Su Señoría respecto de la apreciación que hace de mi persona. No sólo no experimento en este instante ningún drama, sino qué, por lo contrario, después de visitar la Unión Soviética he tenido la honda satisfacción de ver que allí se produce una evolución precisamente en el sentido de las ideas que siempre he expuesto en esta Sala.
Las declaraciones del Primer Ministro de la Unión Soviética, señor Kosygin -cito el testimonio de los colegas que estuvieron en la reunión, empezando por el Honorable señor Teitelboim-, fueron categóricas en cuanto a insistir en la necesidad de crear estímulos personales con relación a la productividad de cada cual. Me parece que éste es un reconocimiento mucho más palmario de la vigencia que allá tienen las ideas que sostengo aquí y, lejos de sentirlas fracasadas, debo manifestar que en mi viaje por la Unión Soviética quedó plenamente confirmada la bondad de los principios que procuro explicar en el Senado.
El señor TEITELBOIM.-
¿Me permite una interrupción, señor Senador, con la venia de la Mesa?
El señor REYES (Presidente).-
Sugiero que nos ciñamos estrictamente a la materia en debate, para no dilatar su despacho.
El señor TEITELBOIM.-
Se trata de algo muy breve. Ha habido una alusión de carácter personal.
El señor CURTI.-
¡Estamos viendo lo que sucede en otras partes con el sistema que aquí se propone!
El señor TEITELBOIM.-
Sabemos que el Honorable señor Ibáñez fue, hasta ayer, miembro del Partido Liberal. Tal vez, todavía debe de serlo, pero mañana será militante de un nuevo partido de Derecha que se está formando, afanosamente, por muchos de quienes hasta hoy son miembros de los Partidos Conservador y Liberal.
El señor PRADO.-
No son muchos.
El señor TEITELBOIM.-
El Honorable Senador dice haber advertido en la
Unión Soviética cierta evolución hacia los principios liberales que el sustenta. Personalmente, puedo afirmar que el señor Senador incurre en profundo error.
Agrega, como argumento, que el Primer Ministro señor Kosygin habría manifestado -es cierto- que hay estímulos personales. Al respecto debo decir que su afirmación revela desconocimiento acerca de la esencia misma del socialismo. Esta doctrina establece que cada hombre tiene derecho a ser recompensado conforme a su trabajo. Por lo tanto, lo que dijo Kosygin no corresponde a la esencia de la doctrina liberal, sino a la socialista.
El señor IBÁÑEZ.-
¡Es una de las coincidencias!
El señor TEITELBOIM.-
No es coincidencia, porque la base misma de ambas ideologías, es completamente distinta.
El señor IBAÑEZ.-
Es probable, pero es una coincidencia de hecho.
El señor TEITELBOIM.-
El capitalismo se cimenta especialmente en la propiedad privada de los medios de producción y en la existencia de una clase social que controla la riqueza y hace que la inmensa mayoría del resto de la sociedad trabaje para ella.
El señor CURTI.-
De acuerdo con su capacidad.
El señor TEITELBOIM.-
En la Unión Soviética esa clase social no existe; no existe capitalismo; no hay propiedad privada de los medios de producción. Por lo tanto, la base misma es totalmente distinta. Allá hay estímulo, por cierto. El que trabaja mejor gana más, pero tiene la limitación, como se ha dicho en esta Sala, de que no se puede explotar el trabajo ajeno. Ha desaparecido la explotación del hombre por el hombre. Ese es, precisamente, el gran abismo que nos separa de la concepción liberal o capitalista.
El señor IBAÑEZ.-
No era mi intención iniciar un debate de la naturaleza del: que aquí se ha producido.
El señor TEITELBOIM.-
Su Señoría lo provocó.
El señor IBAÑEZ.-
En todo caso, me interesa mucho que haya quedado de manifiesto lo expresado por el señor Kosygin, en cuanto a la importancia de establecer estímulos para la iniciativa personal. Tales fueron sus palabras textuales en esa reunión extraordinariamente interesante que tuvimos con él.
Volviendo al artículo 12, quiero decir que no discuto el inciso primero, pues lo estimo claro. Tiene por objeto dar facilidades a aquellas personas que antes no podían ahorrar en la Corporación de la Reforma Agraria, y que de ahora en adelante podrán hacerlo.
Los incisos segundo y tercero, en cambio, dan facilidades para retirar los ahorros, lo cual me extraña, sobre todo porque las palabras del Honorable señor Corbalán confirman mis temores, pues el señor Senador manifestó que el propósito era autorizar el retiro de sólo parte de esos fondos, y dejar el resto para comprar terrenos. Temo que esas facilidades puedan conducir al retiro total de los dineros.
Ese era el punto que quería se me explicara.
El señor ALLENDE.-
Deseo destacar que los Senadores de estos bancos, en especial por intermedio de las palabras del Honorable señor Corbalán, hemos estado entregando antecedentes para que el Senado tenga conciencia de que los asentamientos constituyen un hecho positivo de progreso y reflejan un avance dignificador del campesino, pues le abren las perspectivas del trabajo en común y de obtener mayores utilidades.
He estado en la hacienda Santa Inés, donde conversé con los trabajadores allí asentados. Ese contacto me permitió convencerme de que esos campesinos se han formado conciencia de que son ellos quienes resuelven sus propios problemas. No obstante, me asalta la inquietud de que en lo futuro pueda producirse algún perjuicio cuando, una vez terminado el asentamiento, se vuelva al sistema de propiedad particular, la cual, como muy bien ha dicho el señor Ministro, será de alcance familiar.
Deseo destacar un hecho: después de escuchar las primeras palabras del Honorable señor Ibáñez, imaginé que los señores Senadores de la Democracia Cristiana estaban mentalmente ausentes por alguna razón. Pienso así, porque hay algo que no estimo justo: la forma como se ha referido el señor Senador a muchos técnicos chilenos que han trabajado en organismos internacionales. Concretamente, me parece una alusión. . .
El señor FUENTEALBA.-
El señor Senador no dio ningún nombre.
El señor ALLENDE.-
No era necesario, pues manifestó que en ocasiones anteriores los ha dado a conocer. La verdad estricta es que se ha iniciado una campaña en contra de algunos técnicos. En mi opinión, es despectiva e infundada la actitud de un Senador de referirse, sin antecedentes concretos, a las actividades nacionales o internacionales de esos técnicos. No me corresponde defender políticamente; al más atacado de dichos profesionales, pero lo estimo respetable por su preparación técnica: el señor Chonchol.
Nuestro compañero, el Senador Corbalán, ha precisado y, más que eso, señalado la conveniencia de que el Honorable señor Ibáñez plantee con la documentación necesaria y el tiempo suficiente su pensamiento en torno de Cuba y del significado del proceso revolucionario; que nos dé cifras y datos en abono de lo que ha dicho, porque si bien nos interesa plantear de manera permanente nuestro pensamiento ante los problemas de carácter nacional, tampoco podemos permanecer en silencio ante la significación e importancia de la revolución cubana.
Considero muy difícil que el Honorable señor Ibáñez, muy asentado mentalmente en las viejas concepciones liberales, pueda entender el pensamiento socialista. En todo caso, con absoluto respeto lo invito a un debate elevado y digno del Senado de la República. Al mismo tiempo, protestamos por sus palabras con relación a Cuba, respecto de los técnicos chilenos que trabajan en organismos internacionales e, inclusive, con relación a los campesinos chilenos.
El señor IBAÑEZ.-
¿Me permite, señor Presidente?
Como he sido aludido, quiero decir solamente que acepto con mucho agrado la invitación del Honorable señor Allende.
En cuanto a los campesinos, no he expresado ningún juicio, ni es mi intención hacerlo, de manera que el señor Senador me está atribuyendo ideas que ni siquiera he insinuado. En cuanto a los técnicos, tengo muy fundados motivos para expresarme en la forma como lo hice, de modo que mantengo mis conceptos. En otra oportunidad traeré, una vez más, los antecedentes en que baso mis afirmaciones. Desde luego, declaro que no puedo mirar con respeto en esta materia las opiniones de personas que jamás han trabajado en el campo, que han gozado de espléndidas situaciones y se dedican, exclusivamente, a realizar una labor de carácter político, a costa de los hombres que viven en los campos. Por tal motivo, expresé y mantengo las palabras que dije, las cuales habré de fundamentar en detalle en una próxima ocasión.
La señora CAMPUSANO.-
-Los Senadores comunistas estamos de acuerdo con el artículo 12, por considerar que dicha disposición permitirá al campesino cumplir con sus cuotas de ahorro agrícola.
También queremos decir que muchas de las indicaciones presentadas por los Senadores socialistas y comunistas, que estaban en esa Comisión, fueron recogidas por los personeros del Gobierno. Deseo dejar en claro ese hecho. Además,
quisiera referirme a la circunstancia de que, durante el debate del primer informe, ante los términos duros con que los Senadores comunistas tratamos a la oligarquía terrateniente, algunos señores Senadores quisieron salir en su defensa y tergiversaron los planteamientos, por creer observar en nuestras palabras un. ataque al agricultor en general.
Estamos conscientes del papel sacrificado que cumplen los agricultores en nuestro país, de las dificultades que enfrentan a diario y de su trayectoria abnegada, que en buena medida ha impedido que en estos instantes nos veamos abocados a una crisis total y una situación de hambre.
Pero hay bastante diferencia entre un terrateniente y un buen agricultor.
En primer lugar, en la mayoría de los casos el terrateniente no es un hombre que dirige personalmente los trabajos en el campo. ¡No nos vengan a contar cuentos en el Senado! El terrateniente vive en la ciudad. Sólo contabiliza las utilidades y disfruta de ellas. A lo sumo, se preocupa de emprender operaciones bancarias o inversiones en la industria. Es ajeno a las preocupaciones que devienen de la producción agropecuaria. Al fin de cuentas, posee mucha tierra, pero no la obtuvo con su esfuerzo: muchos, por herencia, y otros, no pocos, usurpándola con triquiñuelas a sus legítimos dueños. De tal forma que, bien o mal cultivada, cultivada en poca o mucha extensión, de todas maneras les entrega bastante dinero. Son sus capataces o administradores quienes se encargan de esas molestas faenas. O, por último, se limitan a arrendar sus predios.
Hay bastante diferencia -decía- entre este terrateniente y el campesino rico, medio o pobre. El primero de éstos es generalmente un agricultor progresista, que busca el aumento de la producción aplicando técnicas modernas e instrumentos de trabajo adecuados. Bajo su tutela, el campesinado se va integrando a labores más calificadas y, en cierta medida, elevando su condición social. En pocas palabras, ese agricultor está vitalmente interesado en que su tierra produzca, que no haya en sus predios zonas no cultivadas ni de bajo rendimiento. Los comunistas sabemos que ese hombre -al margen de explotar el trabajo asalariado- es quien ha posibilitado en su mayor parte la entrega de los productos agropecuarios que el país consume; por tanto, sería injusto negar el aporte positivo que hacen.
Ruego al señor Presidente que tenga calma y me escuche, pues ha sido muy benevolente con los demás señores Senadores.
Otro tanto acontece con el campesino medio, aunque sea menor la superficie de tierra que posea y menos adecuados sus instrumentos de producción, porque también de su esfuerzo proviene parte no despreciable de la producción agrícola actual.
Junto a este tipo de propietario está el campesino pobre, quien sufre más duramente la acción del latifundio. Son ellos quienes experimentan en carne propia el monopolio de las aguas, la carencia de créditos, la falta de caminos y medios de transporte, el impacto de las cambiantes condiciones climáticas, la falta de mercados con precios justos. La reforma agraria y esta ley complementaria, son apoyadas, además, por estos propietarios que desean cambios sustanciales en el campo que les permitan elevar a niveles hoy desconocidos la producción. Son estos últimos agricultores los que nunca contaron, bajo ningún Gobierno, con la protección debida, y quienes, por el contrario, fueron objeto de crecientes cargas tributarias. En cambio, el latifundista siempre ha tenido precios remunerativos para sus productos, préstamos y granjerias sin cuenta, todo proporcionado en razón de una siempre ilusoria mayor producción que no se ha realizado.
En 1939, se importaban 11 millones de dólares en productos alimenticios. En la actualidad debemos importar 159 millones de dólares.
El señor IBAÑEZ.-
Esas son las importaciones de productos tropicales. No corresponden al déficit de importación de productos alimenticios.
La señora CAMPUSANO.-
Quisiera señalar como falsa la aseveración de que la oligarquía terrateniente ha llegado a ser clase alta como consecuencia de su espíritu creador y su labor progresista a favor del país. Quienes estudiamos los problemas económicos de la nación sabemos que ha llegado a ser clase influyente en los destinos de Chile, no precisamente por esas virtudes, tan ajenas a su historial, sino simplemente porque la posesión de la tierra le ha posibilitado ejercer la explotación de los trabajadores agrícolas y, con ello, obtener fabulosas ganancias y con ello, obtener fabulosas ganancias y controlar parte del poder económico de la nación. Y todo ello le ha permitido ocupar posiciones decisivas en el aparato estatal.
En estos últimos 50 años, varios ejemplos muestran claramente lo que adelantamos : que cuando los pueblos alcanzan su liberación nacional, no son precisamente las oligarquías las que desempeñan un papel creador y progresista; por lo contrario, se transforman en enemigas irreconciliables de todo cambio a favor de las mayorías y del progreso del país. En esas circunstancias históricas, cuando el poder político y económico escapa de sus manos, queda al desnudo como una clase cuya única función fue siempre el usufructo del trabajo asalariado, el vivir a costa de la inteligencia y el esfuerzo de las masas, y sólo les quedan como propios los hábitos de ocio y el parasitismo.
Por todo ello, y no por otra razón, las oligarquías, como clase explotadora, no tendrán cabida en el mundo del mañana de los pueblos que hoy luchan por cambios, ni tienen cabida en el mundo socialista de hoy.
El señor IBAÑEZ.-
En su oportunidad -no ahora, por cierto-, haré un comentario de lo expresado por la Honorable señora Campusano.
El señor NOEMI.-
No dejan de extrañarme las palabras del Honorable señor Ibáñez, en el sentido de que un colono que con su esfuerzo, trabajo y sacrificio ha hecho ahorros, no pueda disponer de parte de ellos para satisfacer alguna necesidad personal -la disposición anterior así lo determina-, máxime cuando los ha hecho sin siquiera estar inscrito como aspirante a colono.
Con relación a la crítica formulada por el señor Senador, agradezco las palabras del Honorable señor Allende, quien se anticipó a las que debimos decir respecto de un técnico chileno de la FAO. Dicho organismo lo designó, por sus conocimientos y capacidad, asesor en un país, y, lógicamente, no puede ser responsable del resultado de una reforma en esa nación. Ha aportado sus conocimientos, estudios y tecnología. El país donde se aplica la reforma será responsable del resultado de ella. En consecuencia, no creo que pueda criticarse a un técnico prestigioso que ha aportado sus conocimientos a un plan de reformas en otro país.
Deseo referirme a las palabras del Honorable señor Allende.
Estuve en la última exposición de productos realizada en la zona de asentamiento -Salamanca-, y hablé allí con los asentados. A mi juicio, no debemos temer lo que ocurrirá una vez terminado el período transitorio de asentamiento, durante el cual se hará propietarios a los campesinos. Estos han sido estimulados ante el hecho cierto de que trabajando y rindiendo más y demostrando su capacidad, llegarán a ser más pronto propietarios. Ello les ha significado un incentivo para producir más y mejor, a fin de ser más tarde dueños de las tierras que trabajan.
El señor REYES (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación.
Si le parece a la Sala, se aprobará por unanimidad el inciso primero.
Aprobado.
Respecto del inciso segundo, el Honorable señor González Madariaga formuló una indicación que requiere acuerdo unánime de la Sala para ser votada. Ella tiene por objeto agregar, después de las palabras "ahorro agrícola", las expresiones "o parte de ellas".
Si no hay oposición, se aceptará la indicación en forma unánime.
Aprobada.
Si le parece a la Sala, se aprobará el resto del artículo.
Aprobado.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El artículo 13 dice lo siguiente:
"La Corporación de la Reforma Agraria podrá recibir cuotas de ahorro agrícola en pago de deudas vencidas."
El señor REYES (Presidente).-
Ofrezco la palabra.
Ofrezco la palabra.
Cerrado el debate.
En votación.
- (Durante la votación).
El señor BULNES SANFUENTES.-
Deseamos dejar constancia de que, si bien hemos votado las enmiendas propuestas por la Comisión por considerarlas mejores que los preceptos contenidos en el primer informe, seguimos estimando que el proyecto es totalmente inconstitucional. En consecuencia, nuestro voto en la discusión particular no significa que modifiquemos nuestro planteamiento anterior.
-Se aprueba.
El señor FIGUEROA (Secretario).-
El artículo 14 dice como sigue:
"Las sociedades que se constituyan entre la Corporación de la Reforma Agraria y campesinos o cooperativas de campesinos, gozarán de las mismas exenciones establecidas en el artículo 156 del DFL. RRA. Nº 11, de 1963. Respecto de aquellas sociedades constituidas con anterioridad a la fecha de vigencia de la presente ley, gozarán de dichas exenciones a partir de la fecha de su constitución."
El señor REYES (Presidente).-
En discusión.
Ofrezco la palabra.
El señor PRADO.-
El articulado del proyecto termina -creo yo- en forma un poco simbólica, pues el precepto en debate establece un régimen de exenciones para las sociedades que se constituyan entre la Corporación de la Reforma Agraria y« los campesinos o cooperativas de campesinos.
Deseo expresar muy pocas palabras sobre el particular, pues ha sido nuestro interés despachar esta iniciativa lo más rápidamente posible; desde luego, por tener suma urgencia, ...
El señor CURTI.-
Nunca la ha tenido.
El señor PRADO.-
...por su importancia frente a la subdivisión de la tierra que se está produciendo ante la proximidad de la reforma agraria y, además, porque a continuación deberemos ocuparnos en el veto del Ejecutivo al proyecto que aumenta las remuneraciones de los sectores público y privado, de mucho interés para gran parte del país.
Por eso, me limitaré a decir que los Senadores democratacristianos hemos escuchado con mucho interés las palabras de reconocimiento -las agradecemos en todo lo que valen- pronunciadas en forma explícita esta tarde respecto de los resultados concretos que está obteniendo el sistema de asentamientos campesinos, que corresponden a una forma transitoria de explotación de la tierra, en la cual la Corporación de la Reforma Agraria se asocia con los trabajadores del campo. Ya el señor Ministro ha destacado el éxito del sistema, e ignoro con qué cálculos y antecedentes podrá ser desmentido, como se ha anunciado.
Sin ánimo, por supuesto, de abundar en otro tipo de consideraciones, deseo manifestar una palabra más respecto del vicepresidente del Instituto de Desarrollo Agropecuario, señor Jacques Chonchol, quien ha sido aludido.
Ha de bastar al señor Chonchol -por eso no contestamos de inmediato- que el partido Demócrata Cristiano le haya dado su respaldo unánime en la debida oportunidad. Este técnico ha estado, por lo menos, en seis o siete países de América, en calidad de asesor en programas de reforma agraria, enviado por organismos internacionales. Le bastan este reconocimiento unánime que ha tenido su alta calidad técnica y la actual confianza de los hombres que participamos de las mismas ideas, en su acción y en el resultado de lo que está haciendo desde el Instituto de Desarrollo Agropecuario.
Para terminar, sólo nos interesa dejar constancia de que nos satisface escuchar frases tan alentadoras de reconocimiento a una labor de la importancia que tiene la que con toda decisión y responsabilidad está haciendo el Gobierno respecto del cambio del sistema de tenencia de la propiedad y de la explotación de la tierra chilena.
El señor TRIVELLI (Ministro de Agricultura).-
Antes de cerrar el debate y dar por despachada esta iniciativa, deseó referirme también al señor Jacques Chonchol y agregar un antecedente más.
El año pasado, la Asamblea General de la FAO acordó crear un comité mundial de expertos en reforma agraria. Y de dicho comité, que iba a estar constituido por los cinco mejores expertos del mundo, es miembro el señor Chonchol. Ello no fue solicitado por el Gobierno chileno; por el contrario, los propios directivos y la Asamblea General de la FAO, en conocimiento de los méritos y experiencia del señor Chonchol en materia de reforma agraria y economía agrícola, pidieron al Gobierno chileno que el señor Chonchol integrara ese comité.
Debo añadir que, además, se constituyó un comité especial de investigación agropecuaria, y también se solicitó de otro chileno que formara parte de él. Me refiero a don Manuel Elgueta Guerin, cuya participación en ese comité tampoco fue pedida por el Gobierno chileno. De ello se desprende que la FAO no aplica un sentido partidista, sino sólo de reconocimiento a los 'méritos de los hombres para designarlos en sus organismos.
Para terminar, deseo agradecer, en nombre del Ejecutivo y en el mío propio, la forma como ha sido despachado el proyecto de parcelación e hijuelación, pues permitirá resolver un problema creciente que el Gobierno y el país entero están obligados a solucionar en esta forma.
Agradezco de nuevo a todos los señores Senadores que han participado en la discusión y despacho del proyecto.
-Se aprueba el artículo y queda terminada la discusión particular del proyecto.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712/seccion/akn596712-po1
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/596712